miércoles, 20 de mayo de 2015

Cómo viven los hijos que no podamos conciliar la vida laboral y familiar

Cómo viven los hijos que no podamos conciliar la vida laboral y familiar

La vida laboral y la familiar no son fáciles de conciliar y puede que esto provoque en nuestros hijos ciertos trastornos emocionales.

Lo que esto causa

Es común sentir frustración e impotencia al saber que estamos muchas horas alejados de nuestros hijos a causa de nuestro trabajo. Que los niños lleguen a un hogar en que no hay nadie después de la escuela, o que los esté esperando el personal doméstico, crea en ellos sentimientos de soledad y desatención. A esto se le suma la falta de un referente, ya que los pequeños necesitan de la identificación con sus progenitores para poder desarrollarse de manera saludable. Los adultos trabajamos mucho para que no les falte nada, pero sin embargo les falta lo único que necesitan, sus padres.
Este vacío emocional que sienten, ligado a las responsabilidades de atenderse solos, de hacer solos sus tareas escolares, entre otras cuestiones, se ve reflejado en diversos trastornos psicológicos que pueden aparecer en ellos, como el estrés causado por la separación y diversos problemas de conducta.

Horarios irracionales

Lo peor de todo es que la mayoría de las veces no podemos hacer nada para poder pasar más tiempo con nuestros hijos y llegar a una conciliación entre el trabajo y la familia. La sociedad española se ve ante el tremendo problema de los horarios, sin encontrar compatibilidad entre las horas en que estos están en la escuela y los adultos en su trabajo.

Lo que los niños necesitan

Nuestros hijos necesitan afecto, cariño, contacto físico y atención a cada instante. Si les damos tiempo de calidad, su autoestima y confianza se incrementarán y no tendrán dificultades emocionales. Para ello es necesario que el poco tiempo que tenemos para estar con ellos sea placentero, que podamos volcarnos de manera natural en sus necesidades, en escuchar lo que tienen en su corazón, en jugar con ellos y en demostrarles nuestro amor.
Nosotros, los padres, somos la base en la cual estructuran su personalidad, y si pasamos nuestro día en el trabajo y cuando estamos en casa no les dedicamos el tiempo que necesitan, se sentirán abandonados e interpretarán que no los queremos y nos molestan. Deben sentir que son lo más importante de nuestras vidas, porque en realidad lo son, y no debemos dejar que piensen lo contrario. Pero todo esto se demuestra con hechos.

¿Cómo conciliar la vida laboral y familiar?

Cuando ambos padres trabajamos fuera de casa durante largas horas no deberíamos llenar a nuestros hijos de actividades extraescolares para que estén ocupados todo el día, con la ilusión de que de esta manera no nos extrañarán ni necesitarán tanto. El tiempo que les prodiguemos a nuestros pequeños no se compara con nada.
Lo mejor sería que uno de los dos, ya sea mamá o papá, pueda recortar su horario laboral para poder estar con los niños cuando salen del colegio. Pero esto a veces es más una utopía que una realidad. En caso de ser imposible, la solución radica en tomar conciencia que las pocas horas que compartimos con nuestros hijos deben ser de calidad. Jugar, dialogar, cantar, interesarnos por sus tareas… cualquier actividad en la que estemos en contacto es buena. Hasta sirve preparar juntos la cena o ponerles la ropa de dormir y leerles un cuento, juntos en la cama.

A cada minuto deben sentirse amados y protegidos. Y en las horas en las que están en casa y nosotros en el trabajo, podemos llamarlos por teléfono para conversar, aunque sea durante unos minutos, para saber cómo ha sido su día, que nos cuenten algo que les haya pasado o simplemente decirles que los amamos y que, aunque estemos fuera de casa, son nuestra razón de vivir.