sábado, 31 de diciembre de 2022

El país que se está preparando para su posible desaparición


El mensaje de Simon Kofe a la COP26: "Nos estamos hundiendo, pero lo mismo le pasa a todo el mundo".

El cambio climático es una amenaza existencial para la pequeña nación de Tuvalu.

Piensa por un momento en tu hogar, tus raíces, el lugar que más amas en el mundo.


Y qué difícil sería siquiera imaginar que ese sitio, literalmente, desapareciera de la faz del planeta.

Para los habitantes de decenas de estados insulares se trata de un temor real.

El aumento del nivel del mar por el cambio climático ya está causando en estas islas pérdida de terrenos y escasez de agua potable.

En BBC Mundo exploramos la situación de una pequeña nación en el océano Pacífico, Tuvalu, que no solo ha venido urgiendo a los países más contaminantes a reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Esta nación también se prepara legalmente para el peor de los escenarios: la sumersión total de su territorio.

El ministro de Justicia, Comunicaciones y Relaciones Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe, envió un dramático mensaje a la COP26, la reciente cumbre de cambio climático en Glasgow, Escocia.

"Nos estamos hundiendo, pero lo mismo le pasa a todo el mundo", afirmó.

Con el agua hasta las rodillas, en un sitio que años atrás era un terreno seco, Kofe dejó en claro que el drama que hoy enfrenta Tuvalu es solo un presagio de los graves impactos del cambio climático que azotarán cada vez más, aunque en formas diferentes, a muchos otros países del mundo.El nivel del mar, una amenaza existencial

Tuvalu tiene nueve pequeñas islas y está aproximadamente a 4.000 km de Australia y de Hawái. Sus vecinos más cercanos son Kiribati, Samoa y Fiyi.

"Es una nación insular de baja altitud. El punto más alto sobre el nivel del mar es de 4 metros", explicó el ministro Kofe a BBC Mundo.

Todo el país tiene 26 kilómetros cuadrados, donde viven cerca de 12.000 personas.

Al igual que Kiribati y las Maldivas, entre otros, Tuvalu es un país conformado por atolones, y por ello es especialmente vulnerable al calentamiento global.

Los territorios de estas naciones se asientan sobre arrecifes de coral en forma de anillos, completos o parciales, que rodean una laguna central.

"Vivimos en franjas de tierra muy delgadas y en algunas áreas se puede ver el océano a ambos lados, de un lado el mar abierto y al otro una laguna", señaló Kofe.

"Lo que hemos estado experimentando a lo largo de los años es que con el aumento del nivel del mar vemos la erosión de partes de la isla".

Tuvalu viene enfrentando además ciclones más fuertes y períodos de sequías, agregó el ministro. Y la mayor temperatura del océano ha blanqueado arrecifes de coral, vitales para la protección costera y la reproducción de peces.

Pero hay otro problema aún más acuciante: la intrusión de aguas oceánicas.El mar y su impacto en el agua potable

El agua del océano se está filtrando bajo el suelo en ciertas áreas y esto afecta los acuíferos, explicó Kofe.

"El agua potable la obtenemos normalmente de la lluvia, pero en algunas islas solían también cavar pozos para acceder al agua subterránea.

"Hoy eso no es posible debido a la intrusión de agua de mar, por lo que básicamente dependemos solo del agua de lluvia".

La penetración de agua salina también inutilizó terrenos para agricultura. El gobierno de Taiwán financia y administra actualmente en Tuvalu un proyecto experimental para producir alimentos en condiciones controladas.

"La salinidad en la arena hace que sea muy difícil para nosotros cultivar nuestros alimentos y dependemos cada vez más de los productos importados", afirmó Kofe.

"El proyecto del gobierno taiwanés tuvo que importar el suelo y el fertilizante".La lucha de los países insulares

Los estados insulares como Tuvalu han reclamado durante más de 30 años acciones climáticas concretas a nivel global.

En 1990, naciones insulares del Pacífico formaron una alianza diplomática con otras del Caribe, como Antigua y Barbuda, y del océano Índico, como las Maldivas. El objetivo era crear un frente común en las negociaciones sobre cambio climático.

La Alianza de Pequeños Países Insulares, Aosis por sus siglas en inglés, tiene hoy 39 miembros y ha jugado un papel clave en visibilizar el grave impacto del calentamiento global en los países en desarrollo.

La insistencia de Aosis fue crucial, por ejemplo, para que se incluyera en el Acuerdo de París en 2015 una referencia a la importancia de hacer frente a los llamados "daños y pérdidas", las compensaciones por perjuicios climáticos irreversibles a los que no es posible adaptarse.

En un mensaje a la COP26, el actual presidente de Aosis, el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, recordó que "la contribución de los pequeños estados insulares en desarrollo a las emisiones globales de CO2 es menos del 1%".

"Nuestros países son los menos responsables del daño ambiental a nivel mundial", agregó Browne.

"Pero nosotros pagamos el precio más alto".

Ese precio ha quedado cada vez más claro gracias a múltiples estudios científicos.Qué dicen los científicos

El Panel Intergubernamental de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, IPCC por sus siglas en inglés, señaló en su informe del 9 de agosto de este año que la tasa anual de aumento del nivel del mar a nivel global se triplicó entre 1901 y 2018, situándose actualmente en 3,7 mm por año.

Sin embargo, "la situación es peor en la región de las islas del Pacífico", señaló a BBC Mundo desde las Islas Salomón el Dr. Morgan Wairiu, experto en cambio climático y coordinador y autor principal del capítulo sobre pequeñas islas del informe del IPCC.

"En el Pacífico sur, el aumento promedio regional del nivel del mar fue de 5 a 11 mm por año en el período de 1900 a 2018".

SI bien no hay datos específicos sobre Tuvalu, en el caso de los atolones de las Maldivas las reservas de agua dulce se redujeron entre un 11% y un 36% debido al aumento en el nivel del mar, agregó el experto.

Se proyecta que aún un aumento del mar de un metro impactará la biodiversidad terrestre de las islas y áreas costeras de baja altitud tanto en forma directa (por la pérdida de hábitat por sumersión), como indirecta (por intrusión de agua salina, salinización de manglares costeros y erosión del suelo).

El IPCC predice en su informe un aumento promedio global del nivel del mar de poco más de un metro para 2100 en un escenario de emisiones altas, pero también advierte: "un aumento cercano a 2 metros para 2100 y 5 metros para 2150 en un escenario de emisiones muy altas de gases de invernadero no puede ser descartado debido a la profunda incertidumbre de los procesos de las capas de hielo", una referencia al derretimiento del hielo en Groenlandia y la península Antártica.

El Dr. Wairiu señaló que el estrés hídrico en las islas pequeñas del Pacífico será 25% menor con un calentamiento de 1,5 °C, en comparación con un aumento de temperatura de 2 °C.

El experto resumió así el principal riesgo para las pequeñas islas del Pacífico:

"La acumulación y amplificación de riesgo a través de efectos en cascada en ecosistemas y los servicios que aportan, probablemente reducirá la habitabilidad de algunas islas pequeñas".

Un estudio de 2018 realizado por científicos en Estados Unidos y Países Bajos, entre otros, señaló que "la mayoría de las naciones de atolones serán inhabitables para mediados de este siglo".

La razón es que "el aumento del nivel del mar exacerbará las inundaciones por olas marinas".

Una situación legal sin precedentes

Ante la realidad contundente del cambio climático y la falta de acciones drásticas a nivel global, Tuvalu procura otras vías de cara al futuro.

"El peor de los escenarios es, obviamente, que nos veamos obligados a reubicarnos y nuestras islas estén completamente sumergidas bajo el océano", señaló Kofe a BBC Mundo.

"Y según el derecho internacional, en este momento un país solo puede tener una zona marítima si posee un territorio terrestre del que trazarla".

"Las normas internacionales en este momento no están a favor de países como nosotros si desaparecemos, porque es un área totalmente nueva del derecho internacional, nunca hemos visto un país desaparecer debido al cambio climático".

Tuvalu explora actualmente avenidas legales para que se acepte a nivel internacional que aún si el país desaparece, siga siendo reconocido como Estado y tenga acceso a los recursos de su zona marítima, según explicó Kofe.

"Hay muchos enfoques que estamos viendo y uno es reinterpretar algunas de las leyes internacionales existentes a favor de la proposición de que las zonas marítimas son permanentes y que nuestro Estado también es permanente… Queremos que más países reconozcan esto.

"Y a nivel nacional, en nuestra política exterior, si un país desea establecer relaciones diplomáticas con Tuvalu, una de las condiciones que ponemos es que reconozca que nuestra condición de Estado es permanente y que nuestros reclamos sobre nuestras zonas marítimas también lo son".

A diferencia de Kiribati, Tuvalu no ha comprado tierras en Fiyi, aunque Kofe señaló que este país "hizo un anuncio público de que ofrecerían tierras a Tuvalu si nos sumergimos en el futuro".

El ministro prefiere no enfocarse en una posible reubicación.

"No hemos identificado los países a los que nos gustaría mudarnos, porque también somos conscientes de que la reubicación puede usarse como una excusa por algunos de los países más grandes que pueden decir: 'les damos tierras para que se muden y nosotros seguimos con nuestras emisiones de gases de efecto invernadero'".

"Para nosotros la reubicación es un último recurso".

La batalla legal por compensación

Tuvalu también busca lograr algo que los países en desarrollo piden a viva voz y los países ricos se han negado a conceder: compensación por "daños y pérdidas" causados por el cambio climático.

Junto al gobierno de Antigua y Barbuda, Tuvalu acaba de registrar una nueva comisión ante Naciones Unidas.

"Una de las ideas detrás de la creación de esta comisión es que a través de ella tengamos acceso al Tribunal Internacional del Derecho del Mar y podamos pedirle una opinión consultiva sobre daños y pérdidas", señaló Kofe.

El Tribunal Internacional del Derecho del Mar, con sede en Hamburgo, Alemania, tiene el mandato de resolver las disputas relacionadas con la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982.

Los países de la Unión Europea y otras 167 naciones ratificaron esta convención. Y si bien Estados Unidos no es una de ellas, algunos de los países que más emiten gases de invernadero como China e India sí han ratificado el acuerdo.

La nueva comisión de Tuvalu y Antigua y Barbuda pedirá a los jueces del tribunal una opinión consultiva sobre si pueden reclamar compensación de países que han calentado el océano a través de sus emisiones, según señaló a la prensa Payam Akhavan, abogado que representa a ambas naciones.

Si la opinión del tribunal es favorable,los países insulares podrán plantear demandas de indemnización ante el mismo tribunal u otras cortes internacionales o nacionales, agregó.

En el caso de la nación caribeña de Antigua y Barbuda la mayor amenaza no es el aumento del nivel del mar, sino los eventos climáticos extremos cada vez más intensos y frecuentes.

El huracán Irma devastó en 2017 la isla de Barbuda, la segunda más grande del archipiélago, y fue necesario mudar temporariamente a toda la población local, unas 1.600 personas, a la isla principal, Antigua.

Barbuda fue "arrasada" por el huracán Irma y Tuvalu "literalmente va a desaparecer", afirmó Akhavan. "¿Cómo se compensa a una nación entera por la pérdida de su territorio?".

Para el abogado, ambas naciones insulares "están cansadas de palabras vacías y compromisos vagos y ahora quieren usar el derecho internacional para replantear todo el tema del cambio climático".

En 2009, los países ricos prometieron dar a las naciones en desarrollo US$100 mil millones anuales a partir de 2020 para ayudar en su transición a economías de bajo carbono y adaptación al cambio climático. Sin embargo, durante la COP26, tanto el gobierno británico como el enviado de Estados Unidos, John Kerry, dijeron que es probable que esa meta se cumpla solo en 2023.

"Es devastador"

En su mensaje final ante la COP26, la ministra de Medio Ambiente de las Maldivas, Aminath Shauna, señaló que la diferencia entre "un aumento de temperatura del planeta de 1,5 grados y 2 grados para nosotros es una sentencia de muerte".

Aún después de la COP26, un estudio estimó que el planeta va camino a un calentamiento catastrófico de al menos 2,4 grados para fin de siglo.

Para los habitantes de Tuvalu, la probabilidad de acabar como refugiados climáticos aumenta con cada año de inacción a nivel global.

"Es devastador para cualquiera tener la idea de que su casa podría ser arrasada en los próximos años. La idea de que sus hijos y nietos tal vez no tengan un lugar donde vivir", reflexionó Simon Kofe.

"Es triste, y si hablas con muchas personas en Tuvalu tienen lazos muy fuertes con la tierra, la cultura y la historia que tenemos aquí en estas islas. Es muy difícil siquiera pensar en dejar Tuvalu en el futuro".

¿Qué siente a nivel personal Kofe, un ministro de 37 años con la enorme responsabilidad de luchar por la supervivencia de su país, aunque esta dependa en gran medida no de Tuvalu sino de lo que hagan los países con mayores emisiones?

"Reconozco que es una tarea muy difícil la que tenemos como líderes en países como Tuvalu. Pero mi enfoque siempre ha sido no invertir demasiado de mi mente en cosas que no puedo controlar", le dijo Kofe a BBC Mundo.

"Continuaremos abogando y urgiendo a otros países a cambiar de rumbo y reducir sus emisiones. Pero también tenemos que ser proactivos a nivel nacional.

"Esa es en parte la razón por la que estamos preparándonos para el peor de los escenarios posibles.

"Así que tenemos dos enfoques, uno es continuar la acción a nivel internacional, y por otro lado hacer nuestra parte a nivel nacional. Creo que eso es todo lo que puedes hacer. No estoy seguro de que pueda hacer nada más que eso".

viernes, 30 de diciembre de 2022

El ganadero colombiano que firmó la paz con el jaguar


Puso freno a la expansión de su ganadería y apostó por cuidar el hábitat del jaguar en el Casanare.

Cuando los jaguares atacan a los novillos en Colombia sus dueños contestan con la escopeta. Pero el ganadero Jorge Barragán le cogió cariño al felino más grande de las Américas y no le importa perder algunas vacas en el camino por conservar la especie. Hace casi una década, el hombre de 61 años puso freno a la expansión de su ganadería y apostó por cuidar el hábitat del jaguar en la sabana del departamento del Casanare (este).

Dueño de miles de cabezas, Barragán está convencido de que el animal "vale más vivo que muerto".

Decenas cruzan por su propiedad de 15.000 hectáreas (una superficie mayor que la de París, de 10.500 ha), ubicada en el municipio de Hato Corozal. A veces lo hacen muy cerca de sus rebaños y hay ataques frecuentes. Pero el ganadero recibe cierta compensación por las visitas de científicos y turistas, atraídos por la posibilidad de ver al enorme gato, especie "casi amenazada" según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). "Se creó una cultura de siempre matar el felino para solucionar el problema. Pero nosotros estamos haciendo lo contrario", afirma orgulloso.


El juguar es una especie "casi amenazada" según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

De su padre aprendió la conservación ambiental. Pero su verdadera lucha empezó cuando vio al majestuoso depredador en una fotografía tomada por una cámara trampa instalada por una estudiante en 2009.

"Sabíamos que teníamos tigre (jaguar) en la sabana, pero fue más emotivo cuando vi la primera foto", recuerda.

Hoy en día, el ganadero revisa periódicamente una docena de cámaras ubicadas en puntos selváticos de La Aurora, la propiedad familiar.

Barragán descarta fotos de zorros, chigüiros, cerdos y pecaríes hasta que por fin da con una del jaguar, que suele medir unos dos metros de largo y pesar más de 100 kilos. Tras 12 años de monitoreo, el ganadero ha bautizado a varios especímenes de la zona.

Las manchas de cada individuo son únicas, como huellas dactilares. En esta ocasión deberá cotejar la imagen con su base de datos en el computador para estar seguro de que se trata de Mapire, un macho adulto que podría estar enfermo, a juzgar por la fotografía.

Su trabajo "es un ejemplo increíble porque lleva más de diez años. A lo largo de todo este tiempo se han logrado identificar 54 individuos de jaguares", explica Samantha Rincón, investigadora de la Fundación Panthera, dedicada a la conservación de felinos. Para los investigadores, La Aurora es un "rancho modelo" en mitigación del conflicto entre humanos y jaguares.

Las soluciones van desde la instalación de cercas electrificadas para resguardar a los bovinos más jóvenes, hasta la introducción de razas de ganado más briosas que defienden el resto de la manada.

También se aconseja no deforestar, ni cazar potenciales presas del jaguar. "Al quitar el hábitat del jaguar, al eliminar las presas, obviamente él va a buscar (...) los animales domésticos", explica Rincón.

Aunque estas propuestas riñen con la tradición ganadera de ahuyentar al depredador, en Colombia hay 55 haciendas que siguen los pasos de La Aurora según datos de Panthera.


Así le siguen la pista al jaguar.

El precio de conservar

Barragán ha permitido que el monte recupere partes de la finca que habían sido transformadas en pasto para ganadería. Además, la cacería de animales silvestres en la propiedad fue restringida hace más de 30 años por "consenso familiar". Como resultado, La Aurora es una sabana casi virgen. Atravesarla en 4x4 toma más de dos horas. En el camino se aprecian decenas de chigüiros, venados y babillas descansando plácidamente en estanques naturales.

Aún así, los jaguares devoran cada año unos 100 novillos, cada uno de los cuales representa unos 300 USD. "Esas pérdidas las vamos compensado con el turismo. Digamos que no las compensamos totalmente pero sí amortiguamos un poco", relata Barragán.

En 2019 recibió a un promedio de 160 visitantes mensuales, a unos 30 dólares la noche. Pero la actividad turística menguó con la pandemia. Fuera de los confines de La Aurora, la realidad es otra.

Los monocultivos de arroz y palma africana han crecido en el Casanare, arrasando el hábitat del jaguar. Panthera calcula que hay unos 15.000 individuos en Colombia y unos 170.000 en las Américas. La especie llegó a poblar el continente desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina, pero ese rango se ha reducido a la mitad.

Además, en la Orinoquía colombiana el cambio climático ha intensificado las temporadas de lluvia y verano. "En 2016 hubo una sequía muy fuerte donde hubo una mortandad de chigüiros", provocando una escasez de presas para el felino, advierte Rincón.

A Barragán le gustaría ver más ganaderos sumarse a la conservación, pero entiende que es una propuesta difícil. "Tener un felino dentro de una ganadería siempre produce cierto temor (...) pero nuestra experiencia es que podemos convivir con el jaguar", concluye.

jueves, 29 de diciembre de 2022

El frío afecta la salud de los perros y gatos: ¿cómo protegerlos?


Hay razas de animales que son más propensas a sufrir por el clima.

Los dueños son los responsables de evitar las enfermedades ocasionadas por las bajas temperaturas.

¿Alguna vez se ha preocupado por las repercusiones que tiene el frío en sus mascotas? Debe saber que los resfriados, neumonías, influenzas y otros problemas respiratorios son las enfermedades más recurrentes por las bajas temperaturas.

Incluso, hay mascotas que son más propensas a sufrir por las condiciones climáticas. Lina Salazar, médica veterinaria, explica que hay perros y gatos que sufren de artritis, o pacientes con cirugías ortopédicas que tienen implantados artefactos metálicos que les ocasionan más signos de dolor en los momentos de frío.

También están las mascotas de menos de tres kilos y menos de tres meses, que están expuestas a sufrir hipotermia porque su organismo no está adaptado a generar termorregulaciones.

De igual forma, según Andrés Felipe Úsuga, médico veterinario y magíster en epidemiología de la Universidad de Antioquia, cada raza está adaptada y seleccionada para soportar cierta temperatura. “Tenemos gatos de pelo largo, de pelo corto; incluso, hay una raza que tiene una capa de pelo muy delgadita, la cual no estaría condicionada para adaptarse a temperaturas bajas”, afirma.

Lo mismo sucede en el caso de los caninos, si el animal no está en el lugar adecuado para sus condiciones corporales y genéticas, puede verse afectada su calidad de vida.

Se recomienda que al momento de adquirir una mascota se identifique una raza que esté acorde a la zona en la que permanecerá la mayor parte del tiempo. En caso de que ya la tenga y la vaya a exponer a bajas temperaturas, es fundamental informarse sobre las condiciones específicas que podría requerir el canino o felino.


Gatos de pelo corto; incluso, con una capa de pelo muy delgadita, no estarían acondicionados para adaptarse a temperaturas bajas.

Los dueños y sus acciones

Daniela Florián, dueña de dos felinos, afirma: “jamás he contemplado la idea de que mis gatos puedan verse afectados por el frío”. Esta idea se basa, según ella, en que el pelaje los cubre del mismo.

Jamás he contemplado la idea de que mis gatos puedan verse afectados por el frío

Luis Alberto Cardozo, médico veterinario y zootecnista, indica que esto no es determinante ni suficiente, es decir, el pelo ayuda, pero no es la prevención completa para algún tipo de patología respiratoria.

Juan David Mazo tiene seis gatos y cuenta que pese al pelaje, ellos sí son muy sensibles a las temperaturas bajas. Por ende, él les diseña entornos donde puedan estar cómodos y cálidos; les compra cobijas, cojines y colchones. En épocas frías juega con ellos para que por sí solos suban la temperatura corporal a partir del ejercicio.

Como sucede con los humanos, los gatos pueden ser atacados por virus respiratorios asociados a los cambios de clima. Para ello, según el veterinario Úsuga, es fundamental estar al día con las vacunas, así se evitan enfermedades infecciosas.

Funciona de la misma manera para los perros. Karen Silva cuenta que tiene un french poodle al cual abriga en las noches y no saca a pasear cuando está haciendo mucho frío en la ciudad. Otras acciones, por ejemplo, se basan en sacar al perro abrigado y con zapatos para evitar un resfriado.
¿Cómo cuidarlos de las bajas temperaturas?

De acuerdo con los expertos consultados, estas son algunas recomendaciones que puede seguir para evitar que el frío afecte la salud de los perros y gatos:


En caso de que no se pueda controlar la temperatura externa, se puede considerar el uso de calentadores con el debido cuidado.

No los exponga a corrientes de aire directas: si va en carro con su mascota procure, tener las ventanas cerradas; y si va en moto, haga uso del guacal.

Evite que duerman a la intemperie: si ve que están en busca de calor, acurrucados o temblando, aíslelos del piso y póngales una cobija o tapete grueso.

Haga uso de los abrigos sin llegar al punto de humanizarlos y solo en casos puntuales: no está de más ayudar a regular la temperatura de las razas alopécicas como por ejemplo los pinscher o gatos esfinges.

En caso de que no se pueda controlar la temperatura externa y haya pacientes muy pequeños o ancianos, se puede considerar el uso de calentadores con el debido cuidado.

Si su mascota tiene artritis localizada en las patas, considere el uso de zapatos ortopédicos en días de lluvia y frío intenso. Finalmente, si ya no se puede hacer nada para prevenir alguna enfermedad debido a las bajas temperaturas, lo más recomendable es llevarlos al médico veterinario de cabecera.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

El drama de un hombre que duerme 300 días al año ¿Qué trastorno padece?

Un hombre ha superado todos los límites del sueño y logra siestas de hasta 25 días seguidos.

Hombre duerme 300 días al año

Aunque dormir es un placer y muchos quisieran más tiempo disponible para hacerlo, lo cierto es que la ciencia estableció unos parámetros de tiempo para dormir y mantener el estado de alerta, la función intelectual y hasta el humor, de acuerdo a la edad.

El ideal de sueño para los más pequeños es de hasta 15 horas, adolescentes y jóvenes podrían dormir 9 horas y los adultos hasta los 60 años un promedio de 7 a 9 horas.

Sin embargo, un hombre ha superado todos los límites del sueño y logra siestas de hasta 25 días seguidos. Se trata de una condición que más allá de permitir un sueño reparador, se convirtió en todo un problema.

Este drama es protagonizado por Pukhram, un hombre de 42 años, que se acuesta a dormir y puede hacerlo hasta por 25 días seguidos y de manera profunda. Sus doctores promediaron que, al año, estaría durmiendo cerca de 300 días al año.

“Inicialmente, dormía cinco o siete días, así que nos preocupamos y buscamos ayuda médica, pero su enfermedad no puede ser curada. Con el tiempo, su condición se agravó, sus periodos de sueño aumentaron y ahora duerme entre 20 y 25 días al mes”, indicó un familiar del hombre a la agencia de noticias ‘ANI’.

Tras varios estudios médicos, Pukhram fue diagnosticado con el trastorno ‘Axis hipersomnia’, que consiste en un desorden del sueño, que provoca cansancio extremo y por ende un sueño profundo y prolongado tanto de día como de noche.

La condición de este hombre ha despertado el interés de médicos en todo el mundo, pues cuando Pukhram no duerme, se siente excesivamente cansado, con dolores de cabeza y depresivo.

Su condición también le ha generado problemas económicos, pues solo puede trabajar los días que se mantiene despierto.

martes, 27 de diciembre de 2022

El continente perdido que tardaron 375 años en encontrar


Los científicos tardaron casi 400 años años en descubrir el octavo continente del mundo.

Era 1642 y Abel Tasman estaba en una misión.

El experimentado marinero holandés, que lucía un extravagante bigote, una tupida perilla y una inclinación por la justicia dura (trató de ahorcar a algunos de sus tripulantes por un arrebato ebrio) confiaba en la existencia de un vasto continente en el hemisferio sur... y estaba decidido a encontrarlo.En aquel momento, esa parte del mundo todavía era en gran medida misteriosa para los europeos, pero tenían la creencia inquebrantable de que debía haber una gran masa de tierra allí, denominada de forma preventiva Terra Australis, para equilibrar su propio continente en el norte.

La fijación se remonta a la época de la Antigua Roma, pero hasta el siglo XVII no iba a ponerse a prueba.Y así, el 14 de agosto de 1642, Tasman zarpó de la base de su compañía en Yakarta, Indonesia, con dos barcos pequeños y se dirigió al oeste, luego al sur, luego al este, y finalmente terminó en la Isla Sur de Nueva Zelanda.

Su primer encuentro con los maoríes locales no fue bien: el segundo día, varios remaron en una canoa y embistieron un pequeño bote que pasaba mensajes entre los barcos holandeses. Murieron cuatro europeos.

Más tarde, los europeos dispararon un cañón contra 11 canoas más; no se sabe qué pasó con sus objetivos.Y ese fue el final de su misión: Tasman nombró al fatídico lugar Moordenaers Baij (Bahía de los Asesinos), con poco sentido de la ironía, y navegó de vuelta a casa varias semanas después sin siquiera haber puesto un pie en esta nueva tierra.

Si bien creía haber descubierto el gran continente del sur, evidentemente, no era la utopía comercial que había imaginado. No regresó.(Para entonces, ya se conocía sobre Australia, pero los europeos pensaban que no era el continente legendario que estaban buscando. Más tarde, recibió el nombre de Terra Australis cuando cambiaron de opinión).Tasman no sabía que todo el tiempo había tenido razón. Faltaba un continente.

En 2017, un grupo de geólogos protagonizó titulares cuando anunciaron el descubrimiento de Zelandia (o Zealandia) —Te Riu-a-Māui en el idioma maorí—, vasto continente de 4,9 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente seis veces el tamaño de Madagascar.

Aunque las enciclopedias, los mapas y los motores de búsqueda del mundo habían insistido durante mucho tiempo en que solo hay siete continentes, el equipo informó con confianza al mundo de que eso estaba mal.

Al final resulta que hay ocho. Y la última incorporación rompe todos los récords, al ser el continente más pequeño, más fino y más joven del mundo.

El problema es que el 94% está bajo el agua, con solo un puñado de islas, como Nueva Zelanda, saliendo de sus profundidades oceánicas. Se había estado escondiendo todo este tiempo."Este es un ejemplo de cómo algo muy obvio puede tardar un tiempo en descubrirse", dice Andy Tulloch, geólogo del Instituto de Investigación Crown de Nueva Zelanda GNS Science, que formó parte del equipo que descubrió Zelandia.Pero esto es solo el principio.

Cuatro años después, el continente es tan enigmático como siempre, con secretos celosamente guardados bajo 2 km de agua. ¿Cómo se formó? ¿Qué vivía allí? ¿Y cuánto tiempo ha estado bajo el agua?Un descubrimiento laborioso

De hecho, Zelandia siempre fue difícil de estudiar.Más de un siglo después de que Tasman descubriera Nueva Zelanda en 1642, el cartógrafo británico James Cook fue enviado en un viaje científico al hemisferio sur.

Sus instrucciones oficiales eran observar el paso de Venus entre la Tierra y el Sol, con el fin de calcular qué tan lejos está el Sol.

Pero también llevaba consigo un sobre sellado, que se le indicó que abriera cuando hubiera completado la primera tarea. Este contenía una misión ultrasecreta para descubrir el continente sur, por donde posiblemente navegó directamente antes de llegar a Nueva Zelanda.Las primeras pistas reales de la existencia de Zelandia fueron recopiladas por el naturalista escocés Sir James Hector, quien asistió a un viaje para inspeccionar una serie de islas frente a la costa sur de Nueva Zelanda en 1895.

Después de estudiar su geología, concluyó que Nueva Zelanda es "el remanente de una cadena montañosa que formaba la cresta de una gran área continental que se extendía hacia el sur y el este, y que ahora está sumergida".A pesar de este avance inicial, el conocimiento de una posible Zelandia permaneció oculto, y sucedió muy poco hasta la década de 1960.

"Las cosas suceden bastante lentamente en este campo", explica a la BBC Nick Mortimer, geólogo de GNS Science que dirigió el estudio de 2017.En los años 60, los geólogos finalmente acordaron una definición de lo que es un continente: en términos generales, es un área geológica con una gran elevación, una amplia variedad de rocas y una corteza gruesa.

También tiene que ser grande. "No puede ser una pieza pequeña", dice Mortimer. Esto les dio a los geólogos algo con lo que trabajar: si podían recopilar la evidencia, podrían probar que el octavo continente era real.

Aún así, la misión se estancó: descubrir un continente es complicado y costoso, y Mortimer señala que no había urgencia.

Luego, en 1995, el geofísico estadounidense Bruce Luyendyk volvió a describir la región como un continente y sugirió llamarla Zelandia.

A partir de ahí, Tulloch describe su descubrimiento como una curva exponencial.

Casi al mismo tiempo, entró en vigor la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que finalmente proporcionó una motivación de peso.

Establece que los países pueden extender sus territorios legales más allá de su Zona Económica Exclusiva, que alcanza los 370 km desde sus costas, para reclamar su "plataforma continental extendida", con todas las riquezas minerales y petroleras que esto abarca.Si Nueva Zelanda pudiera demostrar que es parte de un continente más grande, podría aumentar su territorio seis veces.

De repente, hubo una gran cantidad de fondos para viajes para inspeccionar el área y la evidencia se acumuló gradualmente. Con cada muestra de roca que se recogió, el caso de Zelandia mejoró.El florecimiento final provino de datos satelitales, que se pueden usar para rastrear pequeñas variaciones en la gravedad de la Tierra en diferentes partes de la corteza para mapear el fondo marino.

Con esta tecnología, Zelandia es claramente visible como una masa deformada casi tan grande como Australia.

Cuando el continente finalmente se dio a conocer al mundo, abrió uno de los territorios marítimos más importantes del mundo.

"Es genial", dice Mortimer, "si lo piensas bien, cada continente del planeta tiene diferentes países, [pero] solo hay tres territorios en Zelandia".Además de Nueva Zelanda, el continente abarca la isla de Nueva Caledonia, una colonia francesa famosa por sus deslumbrantes lagunas, y los diminutos territorios australianos de la isla de Lord Howe y la pirámide de Ball.

Este último fue descrito por un explorador del siglo XVIII como "no más grande que un barco".

Un misterioZelandia fue originalmente parte del antiguo supercontinente de Gondwana, que se formó hace unos 550 millones de años y esencialmente agrupó toda la tierra en el hemisferio sur.

Ocupaba una esquina en el lado este, donde limitaba con otros, incluida la mitad de la Antártida occidental y todo el este de Australia.Luego, hace unos 105 millones de años, "debido a un proceso que aún no comprendemos completamente, Zelandia comenzó a alejarse", dice Tulloch.La corteza continental suele tener unos 40 km de profundidad, significativamente más gruesa que la corteza oceánica, que suele tener unos 10 km.

A medida que se tensó, Zealandia terminó estirándose tanto que su corteza ahora solo se extiende 20 km hacia abajo.

Con el tiempo, el continente, tan delgado como una ola, se hundió, aunque no al nivel de la corteza oceánica normal, y desapareció bajo el mar.A pesar de ser fine y estar sumergido, los geólogos saben que Zelandia es un continente debido al tipo de rocas que se encuentran allí.

La corteza continental tiende a estar formada por rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias, como el granito, el esquisto y la piedra caliza, mientras que el fondo del océano suele estar compuesto por rocas ígneas como el basalto.

Pero aún quedan muchas incógnitas.

Los orígenes inusuales del octavo continente lo hacen particularmente intrigante y bastante desconcertante para los geólogos .

Por ejemplo, todavía no está claro cómo se las arregló Zelandia para mantenerse unida cuando es tan delgada; cómo no se desintegra en pequeños microcontinentes.Otro misterio es exactamente cuándo terminó Zelandia bajo el agua, y si alguna vez, de hecho, consistió en tierra firme.

Las partes que se encuentran actualmente sobre el nivel del mar son crestas que se formaron cuando las placas tectónicas del Pacífico y Australia se arrugaron juntas.

Tulloch dice que la opinión está dividida en cuanto a si siempre estuvo sumergida aparte de unas pocas islas pequeñas, o si una vez fue tierra completamente seca.Esto también plantea la cuestión de quién o qué vivía allí.Con su clima templado y su rango de 101 millones de kilómetros cuadrados, Gondwana fue el hogar de una gran variedad de flora y fauna, incluidos los primeros animales terrestres de cuatro extremidades y, más tarde, una abundancia de los más grandes que jamás habitaron la Tierra: los titanosaurios.

Entonces, ¿podrían las rocas de Zelandia estar repletas de sus restos conservados?Un debate sobre los dinosaurios

Los animales terrestres fosilizados son raros en el hemisferio sur, pero los restos de varios se encontraron en Nueva Zelanda en la década de 1990, incluido el hueso de la costilla de un dinosaurio gigante de cola larga y cuello largo (un saurópodo), un dinosaurio herbívoro con pico ( un hipsilofodonte) y un dinosaurio blindado (un anquilosaurio).

Luego, en 2006, se descubrió el hueso del pie de un gran carnívoro, posiblemente una especie de alosaurio, en las islas Chatham, a unos 800 km al este de la Isla Sur.

Fundamentalmente, todos los fósiles datan de después de que el continente de Zelandia se separara de Gondwana.

Sin embargo, esto no significa necesariamente que hubiera dinosaurios deambulando por la mayor parte de Zelandia; estas islas pueden haber sido santuarios mientras que el resto se ahogó, como está ahora.

"Existe un largo debate sobre esto, sobre si es posible tener animales terrestres sin tierra continua, y si sin ella, se habrían extinguido", dice Sutherland.La trama se complica con uno de los habitantes más extraños y queridos de Nueva Zelanda, el kiwi, un ave regordeta y no voladora con bigotes y plumas que aprecen pelos.

Curiosamente, no se cree que su pariente más cercano sea el Moa —que es parte del mismo grupo, las ratites, y que vivió en la misma isla hasta su extinción hace 500 años— sino el ave elefante gigante, que acechaba los bosques de Madagascar hasta hace tan solo 800 años.El hallazgo ha llevado a los científicos a creer que ambas aves evolucionaron de un antepasado común que vivió en Gondwana.

Tardó 130 millones de años en romperse por completo, pero cuando lo hizo, dejó fragmentos que desde entonces se han esparcido por todo el mundo, formando América del Sur, África, Madagascar, Antártida, Australia, la Península Arábiga, el subcontinente indio y Zelandia.

Esto, a su vez, sugiere que al menos parte de Zelandia ahora sumergida permaneció todo el tiempo sobre el nivel del mar.

Hace unos 25 millones de años, se cree que todo el continente, incluso posiblemente la totalidad de Nueva Zelanda, se hundió bajo el agua.

"Se pensó que todas las plantas y animales debieron haber colonizado después", dice Sutherland. ¿Entonces qué pasó?

Aunque no es posible recolectar fósiles del fondo marino de Zelandia directamente, los científicos han estado sondeando sus profundidades mediante perforaciones.

"En realidad, los fósiles más útiles y distintivos son los que se forman en los mares muy poco profundos porque dejan un registro", dice Sutherland. "Hay trillones y trillones de fósiles diminutos que son muy distintivos".En 2017, un equipo llevó a cabo los estudios más extensos de la región hasta el momento y perforó más de 1.250 metros en el lecho marino en seis sitios diferentes.

Los núcleos que recolectaron contenían polen de plantas terrestres, así como esporas y caparazones de organismos que vivían en mares cálidos y poco profundos."Si tienes agua a10 metros de profundidad o algo así, entonces hay una buena probabilidad de que también haya tierra alrededor", dice Sutherland, quien explica que el polen y las esporas también apuntan a posibilidad de que Zelandia no estuviera tan sumergida como se pensaba.Un giro (literal)

Otro misterio persistente se puede encontrar en la forma de Zelandia."Si miras un mapa geológico de Nueva Zelanda, hay dos cosas que realmente destacan", dice Sutherland.

Una de ellos es Alpine Fault, un límite de placa que corre a lo largo de la Isla Sur y que se puede ver desde el espacio.

La segunda es que la geología de Nueva Zelanda, así como la del continente en general, está extrañamente torcida.

Ambos están divididos en dos por una línea horizontal, que es donde se encuentran las placas tectónicas del Pacífico y Australia.

En este punto exacto, parece que alguien hubiera tomado la mitad inferior y la hubiera torcido, de modo que no solo las cintas de roca previamente continuas ya no se alinean, sino que están casi en ángulos rectos.Una explicación fácil para esto es que las placas tectónicas se movieron y de alguna manera las deformaron. Pero exactamente cómo o cuándo sucedió aún está totalmente sin resolver."Hay varias interpretaciones, pero esto es algo bastante desconocido", dice Tulloch.Sutherland explica que es poco probable que el continente revele todos sus secretos en el corto plazo.

"Es bastante difícil hacer descubrimientos, cuando todo está a 2 km bajo el agua y las capas que necesita muestrear están a 500 metros debajo del lecho marino", dice.

"Es realmente un desafío salir y explorar un continente como ese. Por lo tanto, se necesita mucho tiempo, dinero y esfuerzo para ir y estudiar las regiones".Cuando menos, el octavo continente del mundo seguramente muestra que, casi 400 años después de la búsqueda de Tasman, todavía hay mucho por descubrir.

lunes, 26 de diciembre de 2022

Qué tristeza: el caracol de mar se está extinguiendo en el Caribe


Es un símbolo colombiano, que se ha convertido en uno de más célebres en el mundo.

Se ha vuelto infaltable en los restaurantes más sofisticados de París, en los hoteles aristocráticos de Nueva York, en las mesas de Tokio, en los banquetes refinados de la nobleza británica.

Solamente se lo encuentra en las playas calientes o en aguas de poca profundidad, a lo largo de ese enorme territorio soleado que se conoce como el Gran Caribe, que cubre también la costa del norte colombiano.


El caracol pala forma parte del grupo que los biólogos marinos bautizaron como “animales de cuerpo blando” a los que, precisamente por eso, la madre naturaleza, sabia como es, y cuidadosa como toda madre, los ha dotado de conchas o cáscaras exteriores para que anden protegidos. Entre esas especies con armadura están el cangrejo, la ostra, el mejillón.

Son unas criaturas tan singulares que el camarón, por ejemplo, tiene el corazón en la cabeza y, además, es caníbal. Eso es nada. ¿De qué se extrañan si en las profundidades marinas ocurren todas esas maravillas asombrosas?

Qué tal esta: el caballito de mar es el único caso de la naturaleza en que el macho, y no la hembra, es el que tiene que encargarse de parir a sus criaturas. Averígüenlo y verán.

Pues bien: uno de esos animales de fantasía es el caracol de mar, con su gigantesca armazón que parece un edificio de porcelana. Es tan sabroso y tan útil que, después de comérselo al carbón o con un revoltillo de salsas típicas, en los pueblos del Caribe colombiano existe la tradición de conservar la gran concha que lo recubre para usarla como tranca de puertas y así evitar que las golpee el viento.

En las casas elegantes la concha también se emplea como adorno de los baños o en el descanso de las escaleras. En cambio, en algunas regiones campesinas se la considera de mala suerte y la gente le rehúye. Sepan ustedes, además, que en la antigüedad los sordos empleaban esa concha del caracol para ponérsela contra la oreja, a manera de receptor, y así oían mejor.Se está acabando

Pero lo triste y doloroso es que ahora se viene a confirmar lo que profetas y biólogos vienen advirtiendo desde hace años: que el caracol pala se está extinguiendo en Colombia y en todos los rincones del mar Caribe.

Tengo el alma triste y me pongo a conversar con un auténtico especialista en esos menesteres, Nicolás del Castillo Piedrahíta, el director de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, organismo del Estado colombiano.

“Sí –me confirma él, con un acento más adolorido que el mío–. Sí, en todo el territorio del Caribe colombiano, y por culpa de la sobreexplotación, el caracol pala es un recurso en vías de extinción desde los años 90 y comienzos del siglo XXI”.

Todo empezó, según me explica él, en nuestra zona de San Andrés y Providencia. “La pesca indiscriminada y masiva, de gigantesco carácter industrial, con buzos y equipos de aire comprimido, fue la principal causa de ese desastre. Lo hacían para exportar el caracol, a pesar de que, desde hace muchos años, es una especie marina protegida que, por lo tanto, requiere permiso del Estado para sacarla al exterior”.Burlándose de la ley

Lejos de mejorar, la situación ha empeorado en los últimos años. Nadie cumple las cuotas limitadas, ni las vedas ni las órdenes legales.

Tras aquella pesca masiva, apareció la pesca ilegal, tanto de barcos extranjeros como colombianos, que no ha permitido la recuperación del caracol pala.

No obstante, la titánica lucha que adelantan Nicolás del Castillo y sus compañeros de trabajo, los depredadores no cumplen las normas de control sobre cuotas máximas de pesca, ni las zonas y épocas de veda ni las reglamentaciones que expide el Gobierno.

“Encima de todo –añade Del Castillo–, es un recurso natural muy frágil porque no opone resistencia a su captura”.

Lejos de ser controlado, ese desastre ya no se limita a la región de San Andrés porque comenzó a extenderse rápidamente “a la producción de caracol en las zonas coralinas de Colombia y, además, de todas las islas del Caribe. En la actualidad se sobreexplotan las islas del Rosario, el archipiélago de San Bernardo, La Guajira, Urabá”.

Del Castillo me dice, como sombría conclusión, que “a este paso, si no tomamos medidas urgentes y concientizamos a los pescadores artesanales y a los consumidores, cada vez tendremos menos caracoles. Entonces veremos su extinción definitiva”.San Andrés y la palmera

Por las averiguaciones que hice para escribir esta crónica, pude establecer que en San Andrés y Providencia, desde hace casi 20 años, los juzgados sí vienen produciendo sentencias que le ordenan al Estado proteger al caracol pala.

“Eso es exacto –me confirma Nicolás del Castillo–. En respuesta a varias acciones populares, los jueces de San Andrés han ordenado que las entidades oficiales tomen las medidas que sean necesarias para proteger el caracol. Es más, se fijó en once toneladas la cuota máxima anual. Desgraciadamente, nada de eso se cumple”.

¿Qué pasaría si el caracol pala llega a desaparecer definitivamente? “Sería una verdadera tragedia para la biodiversidad y la riqueza cultural de nuestros pueblos y nuestras islas del Caribe”, me responde el señor Del Castillo Piedrahíta. Guarda silencio un instante y agrega esta frase sombría: “Sería como si se nos acabaran las palmeras de la orilla del mar”.

Los juzgados sí vienen produciendo sentencias que le ordenan al Estado proteger al caracol pala.
Una obra de joyería

Antes de seguir adelante, me detengo a leer las investigaciones que sobre estos mismos asuntos ha escrito el biólogo marino Nacor Bolaños, un especialista que, además, ha sido coordinador colombiano del Programa de Áreas Protegidas.

Dice el profesor Bolaños que no solo la carne sabrosa del caracol pala es apetecida en el mundo contemporáneo. “Sus conchas son usadas en artesanías”, explica él, y las perlitas que cría en su interior “son altamente cotizadas en joyería”. Esas múltiples virtudes, en vez de ayudar a protegerlo, se volvieron en contra del pobre caracol. “Todo esto hace que la presión pesquera sobre este recurso sea muy intensa”.

“Si usted combina todo eso con el hecho de que el caracol pala tiene un crecimiento lento y de maduración tardía –escribe el señor Bolaños–, comprende por qué se vuelve susceptible a la sobrepesca, que es su mayor amenaza”.

Y concluye diciendo que hasta hace unos años era posible verlos en grandes cantidades cerca de la costa, pero ahora es muy raro encontrarse con uno solo.Soluciones o desastre

Aunque la sola pregunta me aterra, tengo que hacerla a los que saben porque esa es mi obligación como periodista. ¿Qué consecuencias puede traer para Colombia la extinción definitiva del caracol pala?

“El principal afectado es el nativo –responde sin titubear Nicolás del Castillo Piedrahíta, el director de la Autoridad de Pesca–, porque el caracol hace parte de su seguridad alimentaria desde tiempos ancestrales”.

En busca de una solución, que es urgente, Del Castillo propone que, en casos como el de San Andrés Islas, se unan los pescadores artesanales, los propios industriales, la Gobernación, la Secretaría de Agricultura, las instituciones académicas, la Armada Nacional y la entidad que él mismo dirige, “para que desde allí se planeen y ejecuten las acciones de control y vigilancia, con apoyo de guardacostas”.

Agrega que, adicionalmente, se debe iniciar lo más pronto posible una campaña urgente “para sensibilizar a pescadores y consumidores de lo importante que es preservar un recurso tan valioso como el caracol pala”.

Reproducirlo y protegerlo

Al final de nuestra entrevista le hago a Nicolás del Castillo una pregunta que, me parece, es la conclusión lógica de esta crónica: ¿qué debemos hacer para evitar que el caracol pala desaparezca de Colombia?

Este hombre, que ha dedicado tantos años y tantas vigilias a investigar ese tema específico, no titubea al responderme:

“Hay que prohibirles la pesca industrial a los barcos de algunos países vecinos, como Nicaragua y Honduras, que entran sin permiso a las aguas colombianas. Hay que prohibirles a los pescadores artesanales, aunque sean colombianos, que usen compresores de aire para bucear caracoles. Hay que coordinar las vedas y cuotas con todas las naciones del Caribe. Hay que concientizar al nativo, a los consumidores, al turista.

Y para terminar sostiene, desde el punto de vista científico, que debemos empezar ya a reproducir el caracol pala en los laboratorios, cuidar al caracol joven en cercos marinos para que esté seguro mientras va creciendo y, luego, proteger su liberación alrededor de islotes y cayos.

Bolaños coincide plenamente con las recomendaciones que acaba de hacer Del Castillo. “Ya son muchos los países de la región Caribe que han adoptado medidas especiales para la conservación del caracol”, finaliza Bolaños.

“Han limitado la cantidad que se puede capturar, han fijado áreas precisas para su pesca, un tamaño mínimo del animal. Y, además, los organismos internacionales han restringido su comercio en las diferentes regiones del mundo”.

Debemos empezar ya a reproducir el caracol pala en los laboratorios

Epílogo

La verdad sea dicha, me quedo triste y siento un inmenso manto de pesimismo en el alma. Me vienen a la memoria, como ráfagas de viento, las conchas de caracol que el ‘Niño’ González ponía de adorno junto a su silla de dentistería, en San Bernardo del Viento.

Hay veces en que, igualmente, a la hora de la sobretarde, regresa a mi nariz el olor suave y dulce de la fruta del icaco, que es palabra indígena y también se puede escribir hicaco. Su árbol, que separaba la calle del arenero de la playa, y le daba fresco y fragancia a la vida, se está extinguiendo en nuestro Caribe, como el caracol. Qué dolor.

domingo, 25 de diciembre de 2022

Cambio climático: el riesgo creciente de lo irreversible


El lago de Oroville, en California, está al 23 por ciento de su capacidad por la severa sequía.

Expertos en clima aseguran que los esfuerzos por reducir el calentamiento global son insuficientes.

Afinales de febrero pasado, un importante número de científicos pertenecientes a 67 países, integrantes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés), hizo un llamado que merece escucharse con atención.

De acuerdo con los expertos, a pesar de la creciente preocupación de la opinión global, de los compromisos adoptados por las naciones y de avances, sobre todo en lo que atañe a una matriz de generación de energía más limpia, lo hecho hasta ahora es insuficiente. No solo el calentamiento global continúa, sino que apunta a superar límites que implican riesgos mucho mayores.

“La evidencia científica es inequívoca: el cambio climático constituye una amenaza para el bienestar de la humanidad y la salud del planeta. Si se sigue retrasando la puesta en marcha de una acción concertada a nivel mundial, se agotará el plazo breve y en rápida disminución del que disponemos para asegurar un futuro digno”, dijo Hans-Otto Pörtner, copresidente del grupo de trabajo que produjo un completo reporte sobre el tema.

Dicha afirmación es todavía más relevante porque el informe del IPCC muestra que las cosas están peor de lo que se pensaba, pues hay pérdidas que ya son irreversibles. En concreto “el aumento de olas de calor, sequías e inundaciones ya ha superado los umbrales de tolerancia de las plantas y los animales, y ha provocado la mortalidad en masa de diversas especies, como árboles y corales”, afirma el escrito.

Además, “estos fenómenos meteorológicos extremos se producen de manera simultánea, lo cual genera impactos en cascada que resultan cada vez más difíciles de controlar. Debido a estos fenómenos, millones de personas han quedado expuestas a una situación de inseguridad alimentaria e hídrica aguda, especialmente en África, Asia, América Central y del Sur, así como en islas pequeñas y el Ártico”, agrega.

La señal de alarma se ve magnificada por la compleja realidad internacional y el salto en los precios de las materias primas en las últimas semanas, que le pone obstáculos adicionales al proceso de transición hacia formas de generación de energía más limpias. Consideraciones de seguridad o geopolíticas pueden posponer indefinidamente el abandono gradual de los combustibles fósiles, lo cual sería un retroceso.La voz de la ciencia

Entender lo que está en juego resulta fundamental. La razón primordial es que no existe amenaza comparable al alza gradual de las temperaturas, causada por la mano del hombre.

Como lo explica la doctora Kate Marvel, vinculada a la Nasa (la agencia aeroespacial estadounidense), “los responsables de esta situación somos nosotros”. Invitada recientemente por el Fondo Latinoamericano de Reservas a una conferencia, la científica climática muestra que las temperaturas vienen en aumento desde finales del siglo XIX, cuando tomó fuerza la industrialización, mostrando un salto inequívoco a partir de 1970.

Hasta ahora, el alza promedio en los termómetros es de 1,1 grados centígrados a lo largo de 125 años. Parece poco, pero basta tener en cuenta que durante las glaciaciones sucedidas en la Tierra (la última edad de hielo sucedió hace unos 20.000 años) la diferencia frente al nivel actual es de cinco grados, de manera que cualquier décima de variación cuenta.

El objetivo es limitar la subida de la temperatura promedio en 1,5 °C, para lo que solo existe opción de contener la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera

De ahí que resulte crucial contener esa tendencia. El objetivo principal es limitar la subida de la temperatura promedio en 1,5 grados centígrados, para lo cual no existe opción distinta a la de contener la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, principalmente dióxido de carbono. Esa acumulación evita que el calor generado en la superficie del planeta se disipe, tal como cuando se le pone tapa a una olla que está en la estufa.

Para la doctora Marvel, el efecto de la progresión observada se asemeja al que ocasiona el dopaje en los deportistas: picos más altos. En términos prácticos eso se traduce en olas de calor mucho más extremas, que han hecho que los termómetros en algunas ciudades se acerquen a 50 grados centígrados, algo que pone en peligro la vida de las personas.

También están los períodos de lluvia intensa, como el que acaba de observarse en zonas de Australia. Sin ir tan lejos, en la parte de Cundinamarca por donde pasa la vía al Llano, los registros recientes muestran niveles de pluviosidad muy superiores a la media histórica.

La explicación es simple. El aire tibio acumula más vapor de agua -siete por ciento adicional por cada grado centígrado- con lo cual las nubes vienen más cargadas.

De otro lado está el indiscutible aumento en el nivel de los océanos, como consecuencia de un efecto termoestérico (al agua se expande a mayor temperatura) y de otro halostérico (el agua dulce es menos densa que la salada).

Y como la primera se está vertiendo debido al derretimiento de los glaciares y del hielo en los polos, el mar sube. Tan solo unos pocos centímetros ponen en riesgo a miles de millones de personas, pues buena parte de los humanos habitan en áreas costeras.


Temperaturas de la superficie del océano simuladas con un modelo acoplado atmósfera-océano. La estructura ondulada fría en el Pacífico ecuatorial corresponde a una ola de inestabilidad tropical.

A lo anterior se agregan huracanes y ciclones. No se trata de que sucedan más, sino que el número de aquellos de máxima categoría (cuatro o cinco), con vientos de más de 150 kilómetros por hora, será mayor.

También hay temas sobre los cuales la evidencia del calentamiento global no es del todo concluyente. En esta categoría se encuentran los incendios forestales, que son más probables ahora, pero en los cuales la intervención humana es definitiva, ya sea para su prevención o su presencia.

Sequías, olas de frío o tormentas involucran elementos más complejos. Para citar un caso, es posible que los patrones de las corrientes marinas estén sufriendo alteraciones que a su vez causan repercusiones, pero todavía la evidencia no es concluyente.

Sea como sea, los modelos que usan los expertos han probado ser relativamente precisos, tanto para pronosticar el comportamiento de las temperaturas promedio como para los extremos. En tal sentido, las alarmas están justificadas y muestran escenarios que oscilan entre malos y catastróficos.

¿Qué quiere decir eso? Como explica la doctora Marvel, si se duplica el dióxido de carbono que existe en la atmósfera, el incremento en las temperaturas oscilaría entre 2,6 y 3,9 grados centígrados.

Si bien las afirmaciones de que un apocalipsis generalizado que ponga en peligro la subsistencia de la raza humana no son compartidas por los especialistas, quienes han estudiado el asunto señalan que los riesgos son muy serios. Para citar un caso hipotético extremo, si el monzón que trae lluvias a India y es fundamental para el ciclo agrícola llegara a desaparecer, cientos de millones de personas estarían en riesgo de inanición.

Aun sin llegar allá, las afectaciones serán masivas y causarán enormes desplazamientos por cuenta de una mayor inseguridad alimentaria. Parte de las complejidades que incluye el preocupante escenario es que es imposible afirmar con certeza cuándo aparecerán las emergencias, ante lo cual es difícil prepararse. Por esa razón “no hay ningún nivel de calentamiento que dé sensación de seguridad”, dice la doctora Marvel.

Manos a la obra

Todo lo anterior no debe interpretarse como un mensaje de desesperanza. En lugar de bajar la guardia y resignarse a lo que venga, lo más importante es la aseveración de que el desenlace puede cambiar si países y ciudadanos reaccionan.

De ahí que el esfuerzo para reducir las emisiones de dióxido de carbono sea clave. Aparte de la manera en que se genera energía está también la forma en que se utiliza, lo cual pasa por impulsar la evolución de un modelo económico apoyado en los hidrocarburos a uno cuyo pilar sean las fuentes renovables y la movilidad no contaminante.

Hasta la fecha, el auge de los parques eólicos y solares es motivo de esperanza. No obstante, aún falta un terreno importante por recorrer en áreas como el almacenamiento, para guardar excedentes y utilizarlos cuando el viento deja de soplar o el sol, de brillar.

Durante las glaciaciones sucedidas en la Tierra (la última fue hace 20.000 años) la diferencia frente al nivel actual es de 5 grados, así que cualquier décima de variación cuenta

La presencia del hidrógeno verde o de la geotermia promete mucho, pero faltan lustros antes de que sea comercialmente viable. Algo similar ocurre con los sistemas de captura de carbono de la atmósfera, que serían una manera disminuir el inventario acumulado.

Indudablemente, hechos inesperados como la invasión de Rusia a Ucrania traen consecuencias indeseables, más allá de la pérdida de vidas o la destrucción causada. Como es conocido, la posible suspensión del suministro de gas a Europa lleva a que algunas plantas de carbón hayan sido encendidas y que los vertimientos suban todavía más.

Aun así, no queda de otra que seguirlo intentando. Esfuerzos en el ámbito multilateral como la COP26, que tuvo lugar en Glasgow a finales del año pasado, no siempre traen los resultados ideales, pero al menos sirven para crear conciencia sobre la necesidad de actuar con mayor decisión.


Ambientalistas aseguran que la geoingeniería solar conlleva riesgos impredecibles.

De tal manera, la fuerza de la opinión ha servido para que bancos o fondos de inversión examinen con mucho mayor detalle las implicaciones ambientales de los préstamos que hacen o los capitales que financian a múltiples emprendimientos.

El concepto de responsabilidad y de compromiso con las estrategias verdes permite no solo que proyectos que hasta hace poco eran viables hoy no despeguen si sus costos ecológicos son grandes. También hace posible el financiamiento de emprendimientos que buscan soluciones viables y sostenibles.

Puesto de otra manera, están apareciendo incentivos que pueden conducir a un ciclo de retroalimentación virtuoso en el que ganen tanto inversionistas como la sociedad en su conjunto. Más allá de que la fortuna de Elon Musk sea enorme, es difícil controvertir que su entrada en el campo de los vehículos eléctricos sirvió para masificarlos, alimentar la competencia y hacerlos más económicos.

Casos como ese sugieren que todavía hay campo para el optimismo. Como lo señaló el pronunciamiento del IPCC, lo que está sucediendo no es bueno, pues hay que redoblar esfuerzos si se trata de impedir que se cruce el punto de no retorno.

Además de un énfasis en estrategias de mitigación y un llamado a las naciones para que obren de manera individual y colectiva, lo importante es que las personas entiendan que este es un asunto que concierne a cualquier individuo que camine sobre la faz de la Tierra. Parafraseando la conocida expresión, se trata de aprender que “lo que es con el calentamiento global, también es conmigo”.

sábado, 24 de diciembre de 2022

El 21 % de las especies de reptiles está en peligro de extinción


Las más amenazadas son las tortugas y los cocodrilos. POR: EFE

Los reptiles no suelen inspirar acciones de conservación, aunque al menos un 21 % de esas especies está en peligro de extinción y muchos cocodrilos y tortugas requieren esfuerzos urgentes para evitar su desaparición.

Un equipo internacional encabezado por NatureServe, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y Conservation International ha realizado una evaluación global de 10.196 especies de reptiles, para los que hasta ahora no existían estudios exhaustivos y que publica Nature.

La investigación indica que, de las especies evaluadas, al menos 1.829, más de una de cada cinco, están en peligro de extinción, ya sea como vulnerables, en peligro o en estado crítico. Las más amenazadas son las tortugas (57,9 %) y los cocodrilos (50 %).

Sin embargo, el estudio señala un pequeño dato positivo: muchas de estas especies "probablemente se benefician" de los esfuerzos de conservación dirigidos a salvar a otros animales.

Los reptiles del estudio incluyen tortugas, cocodrilos, lagartos, serpientes y la tuatara, el único miembro vivo de un linaje que evolucionó en el periodo Triásico, hace entre 200 y 250 millones de años, y endémica en algunas islas de Nueva Zelanda.

El equipo, encabezado por Bruce Young, aplicó en su análisis los criterios de la Lista Roja de la UICN para examinar los riesgos de extinción de los reptiles a nivel mundial.

Los reptiles amenazados se concentran en el sureste de Asia, África occidental, el norte de Madagascar, el norte de los Andes y el Caribe.

Estos se suelen asociar a hábitats áridos como los desiertos y los matorrales, pero la mayoría está en áreas boscosas. El 30 % de estos últimos está en peligro de extinción, en comparación con el 14 % de los de zonas áridas.

Muchos de los peligros a los que se enfrentan los reptiles son similares a los de otros grupos de mamíferos, aves y anfibios, por eso la investigación sugiere que los esfuerzos de conservación para proteger a estos -incluyendo la restauración del hábitat y el control de las especies invasoras- pueden haber beneficiado también a los reptiles.

Young calificó de "buena noticia" este aspecto, pues la protección del hábitat "es esencial para salvaguardar a los reptiles, así como a otros vertebrados, de amenazas como las actividades agrícolas y el desarrollo urbano".

Los reptiles -dijo– representan “una herencia evolutiva única en el árbol de la vida” y, si el 21 % de especies amenazadas desapareciera, "perderíamos una acumulación de 15.000 millones años de evolución", incluidas innumerables adaptaciones para vivir en diversos entornos que "han llevado hasta estas fascinantes criaturas que vemos hoy".

Los resultados de este análisis muestran "la necesidad de redoblar los esfuerzos mundiales para conservarlos", según Neil Cox, codirector del estudio y director de la Unidad de Evaluación de la Biodiversidad de UICN.

"Como los reptiles son tan diversos, se enfrentan a una gran variedad de amenazas en distintos hábitats", por lo que -destacó- es necesario un plan de acción "multifacético" para protegerlos.

El trabajo señala que son necesarias medidas de conservación urgentes y específicas para proteger algunas de las especies vulnerables, especialmente los lagartos endémicos de las islas amenazados por los depredadores introducidos y los que sufren un impacto más directo del ser humano.

La causas de las amenazas de los reptiles son factores como la agricultura, la tala de árboles, el desarrollo urbano y las especies invasoras; en lo que se refiere al cambio climático, el estudio señala que el riesgo que supone es incierto.

La caza, más que la modificación del hábitat, es la principal amenaza para las tortugas y los cocodrilos, la mitad de los cuales están en peligro de extinción.

Young resaltó que el estudio se ha prolongado durante quince años, con la participación de 900 científicos y conservacionistas que representan a veinticuatro países de todos los continentes.

"Los reptiles no se utilizan a menudo para inspirar acciones de conservación, pero son criaturas fascinantes y desempeñan funciones indispensables en los ecosistemas de todo el planeta" como su control de las especies plaga y servir de presa a las aves y otros animales, destacó el presidente de NatureServe, Sean T. O'Brien.

viernes, 23 de diciembre de 2022

El “nuevo paradigma” de la esterilización y la castración caninas

Soy muy consciente de que este artículo puede ser controvertido, pero creo firmemente que es necesario que tod@s dispongamos de toda la información actualizada para poder tomar las mejores decisiones por el bien de nuestros queridos perros.

Por eso, vamos a poner sobre la mesa los últimos hallazgos sobre las consecuencias de la castración canina, teniendo en cuenta que, igualmente, por el bien mayor de evitar la sobrepoblación y el consecuente abandono de perros, debemos encontrar el sistema para evitar la reproducción descontrolada canina.

Vamos ya a por los últimos descubrimientos al respecto…

A principios de 2021, los Hart, dos investigadores de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de California, Davis, escribieron un artículo que se publicó en la revista Frontiers in Veterinary Science. El artículo se titula «Una práctica antigua pero un nuevo paradigma: Elección personal para la era de esterilizar o castrar a un perro».

Los Hart se encuentran entre un grupo relativamente pequeño de investigadores veterinarios que han estado estudiando intensamente los efectos en la salud y el comportamiento de la esterilización y castración de perros. Hasta este punto (marzo de 2021, cuando se publicó el artículo de los Hart), han estado construyendo una argumentación sólida contra la práctica de esterilizar o castrar automáticamente a todos los cachorros a los seis meses de edad, o en algunas hembras, antes del primer celo.

El último trabajo de los Hart da otro salto adelante al sugerir, en el título, que ha llegado el momento de reemplazar el viejo paradigma por uno nuevo que considere las necesidades de los perros individualmente y sus cuidadores al tomar decisiones de esterilización/castración. Así, el nuevo paradigma consistiría en que el veterinario y el tutor del perro, o solo el tutor, usen la información disponible basada en datos para decidir cuál es la mejor edad para la castración.

El nuevo paradigma de la esterilización y castración en perros

En términos de las poblaciones de perros en refugios y los tutores de animales de compañía irresponsables, aún no estamos en el lugar donde todos los perros puedan permanecer intactos, sin esterilizar o castrar, de manera segura.

Dicho esto, existen procedimientos que hacen que los animales no puedan reproducirse, pero que preservan sus ovarios y testículos y las hormonas vitales que producen. Estos procedimientos poco habituales deberían enseñarse en las escuelas de veterinaria y ser ofrecidos por los veterinarios como alternativas a las esterilizaciones y castraciones completas.

Los riesgos asociados con la castración dependen en gran medida de la raza

El estudio sugiere que la vulnerabilidad (problemas de salud) de la castración varía enormemente de una raza a otra.

Así, parece que la castración o esterilización está relacionado con el desarrollo de problemas de salud y comportamiento en algunas razas, pero en otras no. Y, por tanto, parece que no existe un único rasero cuando se trata de riesgos para la salud y la edad a la que se castra o esteriliza a un perro.

La edad en el momento de la castración no parece afectar el nivel de riesgo en algunas enfermedades

Los investigadores de UC Davis analizaron 15 años de datos de miles de perros que fueron vistos cada año en el Hospital Docente de Medicina Veterinaria de la universidad.

Buscaron trastornos de las articulaciones, como displasia de codo y cadera y desgarros del ligamento cruzado craneal, así como cánceres, como linfoma, hemangiosarcoma, tumores de mastocitos y osteosarcoma.

Los resultados del estudio sugieren que para la mayoría de las 35 razas analizadas, el riesgo de desarrollar problemas no se vio afectado por la edad a la que se realizó la esterilización/castración. Se encontró que el riesgo de trastornos articulares estaba relacionado con el tamaño del cuerpo.

Como puede suponerse, las razas más pequeñas generalmente no desarrollan el problema, pero la mayoría de las razas más grandes sí lo hacen, con dos excepciones sorprendentes: los gran daneses y los perros lobo irlandeses. Ninguna de estas razas gigantes mostró una mayor tendencia a los trastornos articulares, sin importar la edad de castración.

Otro hallazgo fue que la incidencia de cáncer en perros más pequeños, tanto castrados como intactos, fue baja, nuevamente, con dos excepciones. Tanto en Boston Terriers como en Shih Tzus, la esterilización/castración se asoció con un aumento significativo de cáncer. Curiosamente, el sexo del perro marcó la diferencia en algunos casos. Las hembras Boston Terrier esterilizadas a los seis meses no tenían un mayor riesgo de trastornos articulares o cánceres en comparación con las hembras intactas; sin embargo, los machos castrados antes del año de edad tenían un riesgo significativamente mayor.

Un estudio anterior de UC Davis encontró que esterilizar hembras Golden Retriever a cualquier edad aumenta el riesgo de uno o más cánceres del 5% al 15%.

Los riesgos de castración son mayores para los perros mestizos de tamaño grande

En un segundo estudio muy similar publicado en 2020, los mismos investigadores de UC Davis observaron perros de razas mixtas en cinco categorías de peso. El equipo de investigación descubrió que los perros de razas mixtas que pesan más de 20kg, cuando son adultos, tienen un mayor riesgo de padecer uno o más trastornos articulares si son castrados antes de 1 año de edad. Los perros de 19kg o menos no tienen mayor riesgo.

Dado que la norma tanto en gran parte de Europa como en los EEUU es esterilizar o castrar a los perros a los 6 meses de edad, los resultados de este estudio sugieren que los tutores de perros deben considerar cuidadosamente las opciones de castración. Y más aún teniendo en cuenta que la mayoría de los perros son de raza mixta.

El equipo evaluó los trastornos comunes de las articulaciones caninas, como la displasia de cadera, la displasia de codo y los desgarros del ligamento cruzado craneal (LCC), en cinco categorías de peso. También analizaron los cánceres, incluidos el linfoma, el hemangiosarcoma, los tumores de mastocitos y el osteosarcoma según el peso, pero no encontraron un mayor riesgo en ninguna categoría de peso en comparación con los perros intactos.

Según el estudio: «No hubo una imagen clara con los cánceres seguidos, lo que sin duda refleja la diversidad de razas involucradas en los perros de raza mixta y las diferencias específicas de raza con respecto a la vulnerabilidad a diferentes tipos de cáncer».

¿Qué pasa con los perros de refugio adoptados en la etapa de cachorros?

«El estudio plantea desafíos únicos», dijo en un comunicado de prensa la coautora Lynette Hart. «A la gente le gusta adoptar cachorros de refugios, pero con razas mixtas puede ser difícil determinar qué tan grande será el perro, si no sabes nada sobre los padres del perro».

Si has adoptado a un familiar canino de un refugio o una organización de rescate, sabes que la mayoría de los perros, independientemente de su edad, son castrados antes de irse a casa con sus familias adoptivas. Los criadores también suelen incluir un compromiso futuro de esterilización/castración en sus acuerdos contractuales con los compradores de sus cachorros.

Los coautores del estudio recomiendan que los refugios, los criadores y las sociedades protectoras de animales consideren adoptar un estándar de esterilización/castración a partir del año de edad para los perros que serán grandes cuando sean adultos. También creen que su estudio es especialmente relevante para las personas y organizaciones que crían perros de servicio.

En nuestra opinión, los perros deberían ser incapaces de reproducirse cuando salen del refugio, pero también deberían tener sistemas hormonales completamente funcionales que no se vean alterados permanentemente por la cirugía de esterilización.

De nuevo, esto significa que los veterinarios deben aprender técnicas quirúrgicas alternativas para lograr ambos objetivos. Los albergues pueden realizar histerectomías y vasectomías a cualquier edad y no entorpecer el eje endocrino del perro.

Sí, es hora de un cambio de paradigma en las decisiones de esterilización/castración

Como fue el caso con el estudio de razas puras, el estudio de razas mixtas cubre solo algunos trastornos articulares y cánceres que ocurren en perros; hay varias condiciones de salud adicionales relacionadas con la castración y también problemas de comportamiento.

En los EEUU, esterilizar y castrar a los perros se considera lo correcto para evitar la sobrepoblación de animales de compañía y todos los problemas asociados, y los procedimientos de castración generalmente se realizan antes de los seis meses de edad. Al igual que el estudio de las razas puras, el estudio de razas mixtas también pone freno a la esterilización y castración automáticas, generalizadas y a temprana edad, y en su lugar sugiere que los tutores de perros consideren cuidadosamente cuándo y si deben castrar a su perro.

Actualmente, las escuelas de veterinaria solo enseñan principalmente esterilizaciones y castraciones completas, por lo que, a menos que su propio veterinario haya obtenido capacitación adicional en técnicas de esterilización que no afecten los ovarios o los testículos (lo cual es poco probable), es posible que sólo tengas una opción quirúrgica disponible para esterilizar a tu perro.

En este caso (y si puedes garantizar que no habrá embarazos no deseados), mi sugerencia sería esperar hasta que tu perro haya alcanzado la madurez musculoesquelética completa, y si tienes una hembra, también esperaría hasta que haya completado su segundo ciclo estral antes de programar la cirugía, dados estos últimos hallazgos que nos obligan a reflexionar en la necesidad de cambiar un paradigma muy instaurado de castración temprana, por el bienestar de nuestros compañeros caninos.