sábado, 31 de octubre de 2015

Por una mejor escritura


En el mundo de la información, donde las redes sociales y los correos electrónicos cobran relevancia cada día, escribir bien es una competencia vital.


El novelista estadounidense Henry Miller decía, a mediados del siglo pasado, que la mayor parte de la escritura no estaba en la máquina de escribir sino en la mente. Antes de plasmar algo en el papel se necesita aclarar las ideas, saber lo que se quiere decir y la manera en que se va a comunicar.


La tecnología del siglo XXI logró que no sea necesario reescribir una página entera por el error de una tecla. Pero, al mismo tiempo, exige mayor cuidado por la rápida y fácil comunicación. Varios políticos, empresarios y líderes han tenido que renunciar a sus cargos por escribir, en correos electrónicos o redes sociales, frases con errores, ideas descontextualizadas u opiniones confusas. Cuando salen a dar las explicaciones respectivas casi siempre argumentan errores de redacción. 

Estas situaciones requieren de un buen conocimiento y uso de la lengua. Redactar comunicaciones que, además de estar bien escritas, sean asertivas, positivas y respetuosas se ha convertido en todo un reto. Un mensaje en tono negativo, agresivo o autoritario puede afectar las relaciones de trabajo, las comunicaciones interinstitucionales y hasta los vínculos familiares.

viernes, 30 de octubre de 2015

Así serán los incrementos en matrículas para 5.000 colegios privados

Alzas oscilarán entre el 4,46 y el 6,26 por ciento, según puntajes logrados en clasificación Icse.

El aumento, según el viceministro de Educación, Víctor Saavedra, se fijó con base en el incremento de la inflación de este año.
El aumento, según el viceministro de Educación, Víctor Saavedra, se fijó con base en el incremento de la inflación de este año.

El Ministerio de Educación estableció el aumento de matrículas y pensiones para los casi 5.000 colegios privados, para el 2016.
El alza, contenida en la resolución 15883, está sujeta a los resultados que estos hayan obtenido en el índice sintético de calidad (Isce).

Esa clasificación, que tiene una calificación en escala de 1 a 10, mide cuatro criterios: el progreso, el desempeño, la eficiencia y el ambiente escolar.
De acuerdo con la resolución, las instituciones que hayan tenido un alto puntaje en esta herramienta podrán incrementar sus costos hasta en un 6,26 por ciento, mientras que para las de resultados menores sería de 4,46 por ciento.
El aumento, según el viceministro de Educación, Víctor Saavedra, se fijó con base en el incremento de la inflación de este año.
Aquellos planteles educativos con bajo puntaje podrán ajustar sus costos de acuerdo con el régimen al que pertenezcan: regulado, vigilado o controlado.
Saavedra explicó, en rueda de prensa, que los resultados del Isce están abiertos al público desde marzo de este año en la página del Ministerio. Esto les servirá como insumo a los padres de familia para que verifiquen el puntaje de la institución donde estudian sus hijos y que les estén cobrando lo justo. Sin embargo, tanto la cartera educativa como las secretarías de Educación vigilarán que los incrementos sean los establecidos por la resolución.
Así mismo, el funcionario advierte que ningún plantel educativo puede generar cobros adicionales como bonos, sino que debe regirse por las normas que dicta el Ministerio.
Para entender estos incrementos, Saavedra expone un ejemplo: “Un colegio que tenga una matrícula mensual de 100.000 pesos y tenga un bajo Isce podrá aumentar a 104.460 pesos, pero si tuvo un alto resultado podrá incrementar este valor hasta los 106.260 pesos”.
Según el viceministro, esta medida es un incentivo para que los planteles fortalezcan su calidad. “Queremos que el mensaje sea que un colegio que está mejorando puede aumentar un poco más sus tarifas”, explica.
Y aclara que los colegios que no tengan resultados en el Isce del 2015 podrán incrementar sus tarifas así: hasta 5,36 por ciento, los que estén en libertad regulada, certificados o acreditados; hasta un 5,26 por ciento, los de libertad regulada por aplicación de manual de autoevaluación, así como los de libertad vigilada, y hasta un 4,86, los que estén en régimen controlado.

jueves, 29 de octubre de 2015

La vuelta al cole tras la pérdida de un ser querido

La vuelta al cole tras la pérdida de un ser querido

Cuando en una familia fallece un ser querido durante el verano, este hecho, unido a la pérdida de las rutinas, puede hacer que la reincorporación del curso sea más complicada para los niños.
Tenemos que ser conscientes de que, cuando tienen lugar esas pérdidas veraniegas, los menores se encuentran lejos de sus amigos, a veces al cuidado de otros familiares, en una ubicación distinta, con horarios más dispersos… Así que, tras un suceso de estas características, de cara al retorno al colegio de los niños nos podemos encontrar con diversas dificultades:
  • Reticencia a incorporarse al colegio por no querer abandonar a su familia. Esta reacción suele radicar en el miedo del niño a perder otros parientes, así que le tranquilizaremos y le explicaremos que habrá alguien para cuidarle cuando él salga del colegio. Es importante que al principio sean los familiares más cercanos quienes cubran esta función de cuidado y protección. Si es necesario, nos iremos separando poco a poco de ellos e introduciendo a otras personas en su cuidado.
  • Miedo a las opiniones de los amigos o a lo que éstos puedan decirles. Sentirse diferente de los demás genera un gran miedo en el niño. Le animaremos a comunicar su situación, junto con los profesores, normalizándola al máximo.
  • No querer comunicar el cambio familiar. Esto va unido al punto anterior: como no pueden anticipar las reacciones de sus compañeros y no quieren diferenciarse, tal vez el niño no quiera explicarles lo que ha pasado ni hablar del tema. Lo más indicado sería que, al producirse el fallecimiento, el entorno del niño avise a los padres de otros compañeros – aquellos con los que mejor se lleve o más trato tenga-, para que participen en los ritos funerarios y así el niño vaya normalizando la situación y pueda ver que sus compañeros están informados.
  • Problemas para retomar las rutinas. Lo ideal es que los menores recuperen las rutinas habituales cuanto antes. A veces hay que hacer cambios para adaptarse a la nueva situación, pero es importante que las actividades del niño no cambien.
    • Si nosotros no podemos hacernos cargo, es importante buscar a alguien que sí pueda: un familiar, unos amigos que tengan la misma costumbre… pero que el niño pueda asistir a sus actividades.
    • Si son más mayores, podemos fomentar su autonomía para que vayan asumiendo sus propias rutinas poco a poco y, de ese modo, no se interrumpan sus costumbres. Podemos enseñarles a coger el autobús para ir al polideportivo e ir a buscarlos si nos da tiempo… y así ir “parcheando” este tema.
    • Más muestras de tristeza o de “ñoñería”. En esta situación los menores suelen estar un poco más irascibles, preocupados, con actitudes infantiles, pero hay que reforzar poco a poco aquellas conductas que consideramos positivas, sin perder de vista que el niño necesita afecto y cuidado extra tras una pérdida.
    • Exceso de preocupación por otros hermanos/as que se encuentran en el centro escolar. Este sentimiento de protección es normal. Al principio le dejaremos, pero más adelante trabajaremos para que no asuma roles que no le corresponden.
    • Aumento de las conductas agresivas o de la irascibilidad. Estos comportamientos son normales y se deben a la vulnerabilidad, al miedo a ser objeto de burla por ser diferente, al malestar por la pérdida, a los cambios en las rutinas… Le explicaremos al niño que esa no es forma de expresar esos sentimientos y le reconduciremos al comportamiento que creemos adecuado.
    • Necesidad de contactar desde el colegio con sus familiares. Llegados a este punto ya habréis adivinado que esta reacción forma parte de la necesidad del niño de saber si los familiares que se quedaron en el domicilio se encuentran bien. Podemos permitirle algunas llamadas al principio, si lo vemos muy angustiado. Después, poco a poco, le ayudaremos a distanciar esas llamadas explicándole que habitualmente no pasa nada y que, en el hipotético caso de que ocurriese algo, es probable que el colegio fuera de los primeros en enterarse.
Estas son algunas de las conductas más habituales que podemos encontrarnos tras la vuelta al cole cuando los niños han sufrido la pérdida de alguien cercano en verano. Normalmente son situaciones que van espaciándose con el tiempo y suelen normalizarse solas, pero estos consejos pueden resultaros de utilidad para actuar de la mejor manera de cara a la incorporación escolar.
Patricia Díaz Seoane
Psicóloga infanto-juvenil de la Fundación Mario Losantos del Campo (FMLC)

Para saber más sobre el duelo infantil y adolescente os recomendamos la lectura de la guía gratuita Explícame qué ha pasado  de la Fundación Mario Losantos del Campo, que ofrece pautas para ayudar a los adultos a hablar de la muerte con los menores de cualquier edad y cuenta con un servicio gratuito de psicoterapia para atender el duelo infantil.

miércoles, 28 de octubre de 2015

El tabú que agrava el riesgo del suicidio en adolescentes


Según investigaciones académicas, alrededor del 90 % de los adolescentes que se quitan la vida sufren algún tipo de problema mental.




Seis veces, para ser precisos. Su intento más reciente fue en el 2014.

"Sé que ha sido muy difícil para mi familia", le dijo al programa de la BBC para jóvenes Newsbeat.

Gabbi Dix sabía que su hija única, Izzy, estaba pasando un mal momento en su adolescencia, pero nunca se imaginó que el suicidio estaba en "su radar".

"No creo que vaya a superarlo nunca", apunta la madre de la joven, que se suicidó en el 2013, a los 14 años, en una ciudad costera del sur de Inglaterra.


800.000 suicidios al año en el mundo

A medida que muchas sociedades comienzan a abrir el diálogo público en torno a los problemas mentales (y mientras muchas otras aún no lo hacen), expertos en salud pública alertan de la necesidad de confrontar una "epidemia" particular: la del suicidio de los adolescentes.

Un problema "que ha estado envuelto en tabú durante demasiado tiempo", según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Algunas tendencias sociales recientes -desde el ciberacoso hasta el "contagio social" que se alimenta de la cobertura sensacionalista del suicidio que hacen los medios- han tenido un impacto sobre este problema del que no se habla y, según los expertos, quizá hayan expuesto a los adolescentes a un riesgo mayor.

"El suicidio es un tema muy complejo y a menudo no hay una única razón por la que alguien decide quitarse la vida. Además, el suicidio en los adolescentes es una cuestión aún menos entendida e investigada", le dice a BBC Mundo Ruth Sutherland, directora de la organización sin fines de lucro Samaritans, que trabaja en la prevención del suicidio en Reino Unido.

Lo que sí se sabe, sin embargo, es que alrededor de 800.000 personas se suicidan cada año, según las cifras globales de la OMS.

Y se estima que hay al menos 20 intentos fallidos por cada caso de muerte.

La gente mayor de 70 años es más proclive a suicidarse, pero en algunos países las cifras más altas se registran entre los jóvenes, hasta tal punto que se ha convertido en la segunda causa de muerte a nivel global entre personas de 15 a 29 años.

"En este grupo demográfico sólo los accidentes de tránsito lo superan. Pero además, si te fijas en las diferencias de género, entre las niñas de 15 a 29 años el suicidio se ha vuelto no la segunda sino la primera causa de muerte", apunta Alexandra Fleischmann, experta de la OMS, en diálogo con la BBC.

Global, pero no igual

La más reciente valoración de la OMS sobre causas de mortalidad mundial, que corresponde a 2012, confirma que el suicidio es un fenómeno global.

Aún así, las curvas de distribución varían significativamente entre los países con ingresos altos y sus homólogos de ingresos bajos y medios.

De hecho, el 75 por ciento de los suicidios en todo el mundo tiene lugar en el segundo grupo.


Y lo que es más importante, las diferencias de riqueza parecen tener un impacto particularmente fuerte sobre los adolesentes.

Un vistazo a las curvas de suicidio muestra que las muertes por propia decisión alcanzan el punto más alto en los jóvenes de entre 10 y 25 años de los países de ingresos bajos.

Pero ese despunte drástico no es visible, en cambio, en las sociedades más ricas.

Eso quiere decir, en otras palabras, que los adolescentes y jóvenes corren un mayor riesgo de suicidio en condiciones de mayor pobreza.


Diferencias de género

Ahora, en términos de género, la tendencia mundial indica que se suicidan más hombres que mujeres.

Específicamente en el grupo de adolescentes, "las chicas lo intentan más que los chicos, pero los chicos completan el suicidio más", explicó Fleischmann.

"La noción de masculinidad y 'la manera en que la sociedad espera que se comporten los hombres' son los principales motores detrás de esta diferencia, según indican nuestros estudios", acota Sutherland.

Pero esta brecha de género se achica en los países más pobres, donde las mujeres son más vulnerables y, por tanto, llevan a término los suicidios en mayor medida que sus pares con mayores recursos.

Así lo confirman las estadísticas: mientras que en los países más ricos se suicidan tres veces más hombres que mujeres, en las naciones de ingresos bajos y medios esa proporción es de 1,5 hombres por cada mujer.


A la cabeza de la lista

Hay más cifras que disparan las alarmas de los expertos de salud pública: en algunas partes del mundo, como en el sureste asiático, el suicidio es ahora la principal causa de muerte entre jóvenes de 15 a 19 años.

Y una de cada seis muertes de adolescentes mujeres en esta región se debe al suicidio.

En África las cifras también son críticas: allí, la tasa de mortalidad por esta causa es de 9 por cada 100.000 habitantes, más alta que en cualquier otra región con excepción del sureste asiático (cuyo índice es de 25 por cada 100.000).

"La hipótesis que tenemos es que allí se da un acceso muy fácil a métodos muy letales para quitarse la vida, a la vez que la ayuda médica es menos accesible. Esa es la situación que se da con frecuencia en las zonas rurales, donde se elige el pesticida para quitarse la vida, un método muy mortífero e 'irreversible' y donde no hay manera de recibir pronta asistencia", explica Fleischmann.


Señales de alerta

Los expertos destacan que el suicidio no ocurre súbitamente "de la nada" y varios estudios académicos muestran que alrededor del 90 por ciento de los adolescentes que se quitan la vida tiene algún tipo de problema mental.

El desencadenante subyacente puede ir desde la depresión, que es la principal causa de enfermedad para ese segmento de edades, hasta la ansiedad, la violencia o el abuso de drogas.

Pero también puede ser algo tan sutil como un cambio en el entorno o las dificultades en el colegio, los problemas con los amigos o un conflicto sobre identidad sexual.

Por eso los expertos sugieren estar atentos a las señales de alerta tempranas, como el aislamiento, los cambios de humor o los comentarios recurrentes sobre la propia muerte.

Es por eso, precisamente, que la organización Samaritans lanza una campaña de prevención durante la primera semana del año universitario, cuando llegan al campus los nuevos estudiantes.

"La vida en la universidad se proyecta a menudo como una época salvaje, como un viaje divertido de conocimiento de uno mismo. Y aunque sí puede ser así para muchos, la realidad es que mudarse lejos de casa puede ser muy difícil para muchos jóvenes", dice la directora de la asociación, Ruth Sutherland.

Sin embargo, destacan los expertos, es importante entender que no todos los adolescentes que sufren de algún problema mental están en riesgo de quitarse la vida.

Una pesadilla social

El acoso y, más recientemente el ciberacoso, también son factores a los que los programas de prevención del suicidio prestan mucha atención.

Según el Centro Estadounidenses para la Prevención y el Control de las Lesiones (US Center for Injury Prevention and Control, en inglés), el acoso y el comportamiento relacionado con el suicidio están estrechamente vinculados, pero de una manera muy compleja.

"Limitar la discusión del tema a que el acoso en la causa única y directa del suicidio no ayuda y es potencialmente dañina, porque podría perpetuar la noción falsa de que el suicidio es una respuesta natural a ser acosado, lo cual tiene el peligroso potencial de promover un comportamiento de imitación", señalan en un informe.

Otras evidencias sugieren que la cobertura mediática sensacionalista de casos de muerte trágica también puede animar a la gente más vulnerable a copiar el comportamiento suicida, lo que los expertos denominan "contagio social".

Una de las maneras en que la cobertura del suicidio en los medios puede tener un impacto positivo es animando a la gente a pedir ayuda, comenta Sutherland.

Pero los asesores de salud pública creen la primera tarea debería ser el desarrollo de amplias estrategias de prevención a largo plazo promovidas desde los mismos gobiernos.

Hasta ahora, sólo 28 gobiernos disponen de planes nacionales de salud de este tipo, según el registro de la OMS.

"Finlandia, por ejemplo, fue uno de los primeros países del mundo que desarrolló una estrategia de prevención del suicidio, y sus casos bajaron un 30 por ciento en una década", dice la doctora Fleischmann.

El suicidio en América Latina


Los cinco países con el índice de suicidio más alto de la región son Bolivia, El Salvador, Chile, Ecuador y Argentina.

Los que menos son Perú, Panamá, República Dominicana, Venezuela y Haití.

En el caso de Bolivia, además de tener la tasa más alta de América Latina es el único país de la región que entra en el grupo de los 15 con más suicidios del mundo.

Otra cifra preocupante es que Bolivia es el tercer país del mundo con el índice de suicidio más alto entre los niños de 5 a 14 años, sólo precedido por Burundi y Mozambique.

Por otra parte, mientras que en la mayoría de los países de la región las tasas de suicidio se han reducido en general durante la última década, en algunas naciones el número creció entre 2000 y 2012, como en Guatemala (21 por ciento), México (17 por ciento), Chile (14  por ciento) y Brasil (10  por ciento).

Teniendo en cuenta el género, en Chile la tasa de suicidio entre las mujeres, en todos los grupos de edad, creció en un asombroso 98 por ciento entre los años 2000 y 2012.