sábado, 23 de mayo de 2015

10 claves para conseguir que tu hijo crezca emocionalmente sano

10 claves para conseguir que tu hijo crezca emocionalmente sano

  1. El niño se forma una imagen propia a partir de la valoración que se hace de él. Que se valoren sus actividades y actitudes potencia su autoestima.
  2. El niño necesita tener la seguridad de que aquello que hace agrada a los suyos. Las exigencias de los padres crean en muchas ocasiones retos sobre las capacidades de su hijo y ello es causa de ansiedad e inseguridad en el niño.
    .
  3. El niño debe observar una actitud consecuente en sus padres para poder tener un punto de referencia y orientarse en su forma de actuar.
  4. Los padres no debemos olvidar que el niño tiende a imitarnos. Somos sus modelos y, según lo que el niño viva y asimile en casa, formará su personalidad.
  5. Los cambios de respuesta por parte de los padres desconciertan al niño y crean malos hábitos en ellos. La coherencia es fundamental para un buen entendimiento.
  6. Educar bien no significa plena permisibilidad ante las actitudes de posición que muestra el niño.
  7. Es necesario una respuesta conjunta por parte del padre y de la madre ante una acción determinada del niño. Éste debe ver que los padres están de acuerdo respecto a su conducta.
  8. Conviene mostrarse firme ante el desafío del niño y mostrarle que con gritos y agresividad no conseguirá nada.
  9. La atención de los padres debe ir acompañada de un comportamiento tolerante y flexible que permita al niño fortalecer su autonomía y adoptar actitudes y comportamientos propios.
  10. Con una relación de participación, atención y comunicación, los padres ayudamos al niño a forjarse su propia personalidad. además de darle capacidad de respuesta individual.

Cuidado con…

  • Las opiniones de gente ajena al núcleo familiar. En muchas ocasiones, amigos y familiares tienden a hacer comentarios y referencias sobre el comportamiento de los niños. Ante este hecho, muchos padres hacemos caso omiso, pero otros nos dejamos influenciar, prestamos demasiada atención a respuestas y opiniones que brindan, con mucha facilidad, personas totalmente ajenas al núcleo familiar y adoptamos nuevos cánones en la educación de nuestros hijos. Éste nuevo intento fracasa estrepitosamente, porque no son los ajenos los que entienden al niño, sino que somos los propios padres quienes sabemos mejor que nadie cómo afrontar sus necesidades y ayudarle en su proceso evolutivo.
  • Comparar a nuestro hijo con otros niños. Todos los padres perdemos nuestra objetividad al hacer referencia a nuestros hijos y disfrutamos haciendo alarde de sus progresos. Esto no perjudica al niño, pero sí tiene su repercusión cuando se empiezan a hacer comparaciones respecto a lo que hacen otros niños. La verdad es que, en ocasiones, no se le permite al niño ser como es y parece que se le prepare para una competición. Muchas veces los padres, sin darnos cuenta, transferimos en el niño aquello que quisiéramos que fuese y también nuestras propias aspiraciones, influyendo notablemente en su personalidad. Ello origina problemas a los padres, que nos sentimos decepcionados, y a los niños, porque no pueden realizar lo que se les exige. Para que eso no ocurra, lo ideal es que los padres no volquemos nuestras propias aspiraciones en el niño y que le permitamos ser como es, sin pretender cambiarle y aceptando sus progresos y sus limitaciones.