viernes, 31 de julio de 2015

Salir del piloto automático

Salir del piloto automático

Parece que el mundo en el que vivimos hace que nuestras vidas vayan a una velocidad que no controlamos para nada. Todo sucede con una rapidez vertiginosa. Esta velocidad nos ha llevado a vivir muchas de nuestras situaciones en piloto automático.
                             ¿Qué significa vivir en piloto automático?
Significa hacer varias cosas sin centrarnos realmente en lo que estamos haciendo, significa reaccionar mecánicamente ante las situaciones sin haber reflexionado en las diferentes opciones que se pueden plantear, en analizar las diferentes respuestas que podemos dar ante una misma situación y lo que es peor no valorar las consecuencias de nuestros actos.
Creo que nuestros hijos también están adoptando esta manera de funcionar y por eso os propongo estos pequeños ejercicios que practico con mi hija. Son muy sencillos y como no tengo la patente podéis modificar y adaptar a vuestro gusto o conveniencia.
1.- Cambiar el camino que hacemos para llegar a la escuela. Por la mañana mi hija se levanta con una energía envidiable y con una verborrea que no entiendo de dónde sale, pues bien para aprovechar esos 10 minutos que tardamos en llegar a la escuela, decidí ir cambiando el camino. Hay veces que el camino es más largo y damos rodeos, pero qué más da. Le pido a mi hija que observe y me relate las diferencias que va encontrando….  ¿qué consigo con eso? Focalizar su atención en el ahora, desautomatizar y flexibilizar su conducta delante de una rutina cotidiana. ¡¡Salir del piloto automático!!
2.- Focalizar su atención en un compañero de clase cada día distinto y observarlo como si fuera una espía, luego comentamos qué ha aprendido de él/ella nuevo que no conocía. Me sorprende su gran observación. Debe fijar su atención en lo que dicen y hacen y sobretodo aprender a analizar sus gestos, sus caras, sus respuestas. En el parque, cuando vamos, le enseño a interpretar caras. También lo hacemos como un juego.
3.- Cambiar los roles en  casa, ella hace de madre o padre y yo de hija. Aprendemos a ver cómo nos ven, bajo su prisma. De ahí podemos hacer  autocrítica y discutir qué deberíamos cambiar y cómo.
4.- Cuando miramos la televisión juntas, bajar el volumen a cero cuando hay anuncios y comentar lo que estamos viendo. Muchas veces jugamos a poner voz a esos anuncios que sólo visualizamos y por tanto mezclamos un rato de juego.

Para mí, por tanto salir del piloto automático significa cambiar esas rutinas que tenemos tan interiorizadas y buscar nuevas maneras de hacerlas, si además las convertimos en juego, poco más podemos pedir.

jueves, 30 de julio de 2015

Hay que hablar de sexualidad?

¿Hay que hablar de sexualidad?

Hablar de sexualidad con los hijos no parece tarea fácil. Pero la educación sexual es muy importante para la vida de nuestros hijos y por ello creo que debemos esforzarnos. Es distinta en cada etapa y se tiene que ir avanzando poco a poco.
El cuerpo es el principal actor pero detrás hay sentimientos, placer y amor. Se disfruta desde el cerebro y de ahí que sea tan importante educar en este sentido.
A una muy temprana edad en el colegio se habla de las diferencias morfológicas de ambos sexos, también se les habla de la reproducción y ahí es donde nosotros debemos empezar a hablar de sexualidad.
La pedagoga sexual Cecilia Clemente, recomienda para los primeros años un libro fantástico (comprobado con mi hija de siete años) que se titula: “Mi primer libro de sexualidad”, nos acerca de manera muy clara e inocente a lo que nuestros hijos deben saber desde una pronta edad, podemos estar hablando de niños entre los siete y diez años. En el libro se habla del cuerpo, se habla de sentimientos, se habla de sexualidad, aportando dibujos de cada tema que se va explicando y que ayudan a una mayor comprensión. También se habla de las diferentes familias que existen hoy en día. Para empezar es un buen inicio.
Hay una falsa creencia extendida que cree que hablar de sexo con nuestros hijos significa incitar al sexo, nada más lejos de la realidad. Hay que hablar de ello de la manera más natural posible y no convertir el tema en algo prohibido o tabú. Nuestros hijos deben aprender a reflexionar sobre la sexualidad, a conocer su cuerpo y a respetarlo y sobre todo a respetar el de los demás. Éste es el significado que le doy a la educación sexual.
Cecilia Clemente aconseja para chicos preadolesentes la lectura del libro: “Sexualidad, ¿hablamos?” dónde se explica de forma detallada los cambios que se van produciendo en nuestro cuerpo a esas edades y sobretodo de las emociones que se despiertan como la vergüenza, el pudor, el miedo, el placer, la atracción, el enamoramiento, el desamor (¿quién no recuerda su primer amor?, ¿el primer beso?).
También les habla de cómo ir aceptando los cambios y da varios consejos muy útiles, a mi entender, como por ejemplo: cómo ponerse un tampón o la explicación de cuánto tiempo lo debemos llevar, las medidas higiénicas que hay que tomar…  En el libro se reconoce el pudor que seguimos sintiendo al hablar de sexualidad y se nos recomienda hablar de manera sencilla y sobretodo utilizando el humor, para mí como digo siempre, una de las mejores armas para hablar con adolescentes.
Hay que hacer entender a nuestros hijos que podemos hablar con ellos de cualquier tema, que intentaremos apoyarlos con nuestra experiencia y que lo más importante es la sinceridad. A veces les debemos aconsejar que hablen con otro adulto de confianza ya que ellos se niegan a hablar con nosotros, debemos encontrar otros recursos.
Hablar de sexo tiene que ir estrechamente relacionado con hablar de emociones, como ya he dicho antes, pero también hay que hablar de los riesgos: como enfermedades de transmisión sexual, o de la mezcla explosiva que puede ser la combinación de sexo, drogas y alcohol. Entre ellos corren falsos mitos y leyendas urbanas que tenemos la obligación de desenmascarar, como que las drogas son afrodisíacas ya que por el contrario pueden provocar problemas de erección, como pasa con el alcohol que es un depresor importante del sistema nervioso.
Hay numerosos mitos a tratar:
  • Con la regla no hay peligro de embarazo.
  • Con una vez no te puedes quedar embarazada.
  • Hacerlo de pie es más seguro.
Hay que hablar de todos los métodos anticonceptivos y analizar los beneficios.
Yo recomiendo la visita al ginecólogo para las chicas y al urólogo (algo no muy común aun) para los chicos. Las chicas deberían visitarse desde la primera regla y ambos sexos desde la primera relación sexual. En la consulta médica, estos profesionales no serán de gran ayuda en la educación sexual de nuestros hijos y pueden allanar el camino, hablan de forma científica y sin los pudores y miedos que tenemos los padres.

El mensaje más importante que debemos hacer llegar a nuestros hijos es que la realización  de la acto sexual debe ser siempre una práctica voluntaria y libre. Explicar que si aparecen dudas hay que posponer la situación ya que posiblemente no están preparados, que las presiones vengan de donde vengan nunca deben ser aceptadas, perder la virginidad no se debe convertir en una carrera e igual que no obedecen a otras manipulaciones, enseñarles que en este caso tampoco lo harán. Hay que educar a nuestros jóvenes en la valentía a saber decir NO. Si nuestros jóvenes tienen actividades sexuales antes de lo esperado y ceden a las presiones externas el sexo puede ser desagradable y absolutamente insatisfactorio.

miércoles, 29 de julio de 2015

Padres hiperprotectores, hijos sin autonomía

Hiperpaternidad. Niños con miedo

martes, 28 de julio de 2015

El autoconcepto y la autoestima en el colegio

Las creencias que tienen nuestros adolescentes relacionadas con el colegio condicionarán mucho sus resultados, así que estemos alerta de cómo hablan de sí mismos  e intentemos modificar esas creencias que los limitan y no les benefician en nada.

lunes, 27 de julio de 2015

Técnicas de estudio

Técnicas de estudio

domingo, 26 de julio de 2015

El método A,E,I,O,U

El método AEIOU

sábado, 25 de julio de 2015

RespoResponsabilidad Emocionalnsabilidad Emocional

Cada persona es responsable de sus propias emociones

viernes, 24 de julio de 2015

Hablemos de Videojuegos

Los últimos estudios de los informes PISA aseguran que uno de los factores que más influencia los resultados académicos negativos es que los chicos están muchas horas al día jugando con videojuegos. Esta tendencia se podría estar acentuando aun más. La solución está en manos de los padres y aquí voy a intentar marcar algunas pautas y actitudes que debemos observar.

jueves, 23 de julio de 2015

algunas pautas para ayudar a reconducir a adolescentes para que sigan estudiando

Cuando un hijo, sea mayor o menor de edad, dice que no quiere seguir estudiando, la mayoría de los padres se preocupan. En España la educación es obligatoria hasta los 16 años, así que hasta esa edad deben seguir estudiando, independientemente de lo que ellos quieran. Samanta Biosca, coach y colaboradora de aulaPlaneta, recomienda a los padres que no se asusten.

Muchos adolescentes tienen momentos de confusión y piensan que dejar de estudiar es una buena solución a sus problemas.
Una de las premisas a tener en cuenta es el valor que le hemos dado en casa a los estudios y “ser consecuentes con ello, ya que, después de todo, nuestros hijos acaban repitiendo no tanto los que les decimos, sino el ejemplo que damos”, explica la coach. A partir de ahí, se deben encontrar “las causas que los han llevado a tomar esa decisión y mirar si podemos encontrar conjuntamente una solución”.
Algunas razones que pueden llevar a los adolescentes a querer dejar de estudiar son los malos resultados, desmotivación, el colegio donde van no les gusta, no está pasando por un buen momento social… “cada caso tendrá su propia solución”, explica Biosca. “Debemos escucharles de verdad y hacerlos partícipes de las soluciones ya que los afectados reales de esta situación son ellos. Muchas veces como padres nos perdemos y no hemos ido observando algunas señales que nos han mostrado nuestros hjos de su descontento”.
“Muchas veces con un cambio de aires (o sea, de colegio en este caso) los chicos cambian de perspectiva. También podemos mostrar otras opciones de estudios como los ciclos medios, superiores o la FP”,

¿Y si siguen aferrados a su idea de dejar los estudios?

Samantha Biosca propone “darles una dosis de realidad”. Por ejemplo, “les hacemos buscar un piso donde les gustaría vivir y ver lo que cuesta al mes; les mostramos las diferentes facturas a las que los adultos nos enfrentamos mes a mes (comida, agua, luz, gas…) y después les enseñamos lo que cobran diferentes personas por sus trabajos (abogados, médicos, profesores, camareros, funcionarios…). ¡Y qué hagan números!
“Otra buena dosis de realidad, cuando algún familiar o amigo nos puede echar un cable, es poner a trabajar a nuestro hijo o hija, aunque sólo sea por un mes. Cuando se ven con dinero en las manos, aunque sea poco, se siente muy motivados. Pero esto cambia mucho si, posteriormente, les exigimos que contribuyan en casa con su parte proporcional de gastos”, explica la coach y colaboradora de aulaPlaneta.
Una buena orientación académica para su futuro En cualquier caso, y aunque la orientación académica se les da en el colegio, los padres pueden aportar y reforzar este trabajo. Samantha Biosca recuerda que “siempre debemos tener presentes las aptitudes, la actitud y las habilidades de nuestros hijos”. “Es muy importante que nos olvidemos de nosotros mismos (y nuestros miedos) y busquemos realmente lo que les puede ir bien a ellos. Veo muchos chicos forzados a estudiar lo que sus padres quieren y es horrible”, explica la experta.
Además, cada año se celebra en las grandes ciudades un salón de educación dónde los colegios, escuelas, universidades, etcétera explican e intentan captar a nuevos estudiantes. Por otra parte, existen profesionales que los pueden ayudar en estas decisiones: psicólogos, pedagogos, orientadores y coaches (también los hay para ellos).
Finalmente, Samantha Biosca insiste en que “cuantas más experiencias vivan nuestros hijos y más variadas sean, más amplitud de mira tendrán y más opciones contemplarán para encontrar lo que realmente les gusta”.

miércoles, 22 de julio de 2015

Ventajas y desventajas de ser el primero o el último hermano en la familia

Ventajas y desventajas de ser el primero o el último hermano en la familia

Dentro del núcleo familiar, la posición ordinal que en ella se ocupa da una actuación propia a cada hijo. Esto implica ventajas y desventajas para cada uno de ellos. En el caso del primogénito, el trato que se le ofrece al nacer es diferente al resto de los hijos. Cuando nace no tiene en casa ningún “rival” con el que tenga que competir para conseguir el afecto y las atenciones de sus padres. Son niños que se someten con mayor facilidad a la disciplina que rige en el hogar, con la finalidad de conseguir el beneplácito familiar. Sin embargo, los hijos que no son primogénitos evolucionan con evidentes diferencias. Son más decididos y más contestatarios con sus hermanos y sus padres, al sentirse abrumados por la prepotencia y autoritarismo que muchas veces quiere implantar su hermano mayor. En el seno de la familia, los padres, inconscientemente, valoran muy positivamente y exteriorizan la satisfacción que los hijos mayores les reportan, estableciendo diferencias y comparaciones entre sus hijos.
A continuación os apuntamos las ventajas y desventajas que tiene ser el primogénito o el hermano pequeño de la familia y os dejamos unos consejos prácticos para sobrellevar esta relación.
Ventajas
-          En el caso del primogénito, todas las atenciones y afecto de los padres van dirigidos hacia él. Aprende con rapidez a convivir con los adultos y evoluciona rápidamente. Madura antes que el resto de sus hermanos y suele ser responsable y cuidadoso.
-          Los hijos que nacen en segunda posición, sufren menos presión que el primogénito. Se les concede mayor libertad en sus actuaciones, no suelen ser tan sumisos, se adaptan con facilidad y son aceptados sin problemas en sus relaciones con otros niños.
Desventajas
-          El primogénito cuenta con la inexperiencia de los padres, que tienden a sobre protegerlo. Puede convertirse en un niño dependiente del adulto, muy egocéntrico y con dificultades para relacionarse con otros niños. Se exige mucho de ellos y, normalmente, los padres se anticipan a las circunstancias y los convierten en adultos antes de tiempo.
-          Los pequeños, aunque gozan de mayor libertad, muchas veces se sienten acomplejados respecto a sus hermanos mayores, a los que consideran con más posibilidades.
Consejos prácticos
-          No deben establecerse comparaciones entre los hijos. Cada uno tiene su propia personalidad y los padres deben ofrecerle a cada uno el trato que necesite.
-          Las destrezas de unos y las habilidades de otros deben estimularse valorándolas por lo que son, sin intentar exigirlas para ambos.
-          La atención debe repartiese por igual. Esto no significa que deba medirse el tiempo que se les dedique, sino que se les dé a cada uno la atención que necesita, dentro de su justa medida.
-          No deben imponerse al hijo mayor unas responsabilidades respecto al hermano menor que se extralimiten en edad y capacidad.

La relación entre hermanos varía según las edades. También existen diferentes tipos de actitudes dependiendo de quién es mayor o menor que el otro. El niño de 6 años adopta una actitud protectora, pero también provocadora, respecto a los hermanos menores y un enfrentamiento constante con los mayores. A los 7 años mantiene una relación tranquila con sus hermanos, se muestra orgulloso de ellos y, en ocasiones, quiere mostrarse superior. A los 8 años su actitud es variable. Puede mostrarse muy cariñoso o desconsiderado y grosero. A los 9 años vuelve a relacionarse con ellos sin problemas y tiende a imitar a los mayores. A los 10 años, las peleas son continuas, sobre todo con los menores. Se muestra rígido y autoritario con ellos, y con los mayores las discusiones son muy violentas. A los 11 años se porta mal con sus hermanos menores, pero no con los mayores, con los cuales comparte actividades deportivas. A los 12 años aparece una leve mejoría en la relación con los menores y así sigue evolucionando, hasta encontrar el equilibrio.

martes, 21 de julio de 2015

Las vacunas y los viajes ¿Cuándo hay que vacunar?

Las vacunas y los viajes ¿Cuándo hay que vacunar?

Los niños se adaptan mejor que los adultos a los cambios de clima, pero ofrecen menos resistencia a las enfermedades. Así, en el momento de viajar con ellos hay que tener en cuenta algunas recomendaciones importantes respecto a las vacunaciones específicas y a la prevención de enfermedades en general. Es fundamental que el niño tenga al corriente su calendario de vacunación sistemática, y debe hacerse especial hincapié en la vacunación .del tétanos, el sarampión y la polio.
¿Cuándo hay que administrar cada vacuna?

  • Fiebre amarilla. Endémica en amplias zonas del continente africano y de Sudamérica, y en-Panamá, su vacuna puede administrarse a los niños mayores de 6 meses. Para los que aún no han llegado a esta edad, la prevención se basa en evitar las picaduras de los mosquitos.
  • Fiebre tifoidea. En viajes a cualquier país del Tercer Mundo se recomienda su vacuna para niños de más de 3 meses de edad.
  • Meningitis meningocócica. Causante de graves epidemias en el África subsahariana, en Brasil y en la India y Nepal, se recomienda la vacunación de los niños mayores de 4 años que vayan a viajar a estas zonas.
  • Hepatitis A. De fácil contagio en los países en vías de desarrollo, conviene vacunar a los niños que van a pasar cierto tiempo en ellos.
  • Hepatitis B. Endémica en África, gran parte de Sudamérica, el este de Europa y de la cuenca mediterránea, en áreas importantes de Asia, y en las islas del Pacífico (excepto Nueva Zelanda, Australia y Japón). Si no se administró la vacuna en las primeras semanas de vida del niño conviene aplicarla en caso de estancias de más de seis meses en las zonas citadas o si se va a estar en contacto con otros niños del país.
  • Tétanos. Para cualquier viaje y excursión conviene comprobar que el niño está al día en el calendario de vacunación contra el tétanos, y administrar la vacuna si ha pasado ya el plazo recomendado para la dosis de recuerdo.
  • Sarampión. Muy común en gran número de países y, sobre todo, en zonas muy pobladas, debe controlarse el contacto del niño con individuos enfermos si no se le administró en su día la triple vírica.
  • Polio. Erradicada del continente americano, pero endémica en amplias zonas de África y Asia, es muy importante que el niño tenga al día su calendario de vacunación sistemática si va a viajar a estas regiones.
  • Malaria. Endémica en amplias zonas de Sudamérica, África, India y Pakistán, el sudeste asiático e islas del Pacífico. Los niños son especialmente frágiles frente a la malaria, por lo que se recomienda no viajar con ellos a zonas de alto riesgo si no es absolutamente necesario y, aun entonces, extremar las medidas de prevención de picaduras de mosquitos, manteniendo siempre un estricto control de los posibles estados febriles y administrando los medicamentos profilácticos recomendados para cada edad.

lunes, 20 de julio de 2015

Conoce los tratamientos de rehabilitación para los niños con trastornos de aprendizaje

Conoce los tratamientos de rehabilitación para los niños con trastornos de aprendizaje

Ejercitar la atención y la memoria
La atención y la memoria son áreas que siempre tiene que trabajar el reeducador, independientemente de cuál sea el déficit especifico del niño. Cualquier juego que implique que el niño ejercite su atención y utilice la memoria es útil para este tipo de reeducación. El ajedrez, las damas, el parchís, los juegos de memorización de imágenes, el dominó, los juegos de cartas y los juegos con letras y números son muy útiles. También hay una gran variedad de juegos orales para hacer en grupo que sirven para ejercitar la memoria y la atención.
Ejercitar la creatividad
Los niños que presentan un déficit en la lecto-escritura, sea dislexia o no, suelen sentir rechazo al acto de leer o escribir. Por eso, es indispensable que el reeducador recurra a la creatividad como medio para despertar en el niño el deseo de leer y escribir. Para ello, puede utilizar, además de plastilina, colores, papeles de diverso tipo, pinturas, tijeras, troquelados, pegatinas u otros elementos que no tengan connotación escolar y puedan servir para jugar a leer o a escribir. Por ejemplo, se pueden utilizar las publicidades de los supermercados para proponer a los niños jugar a descubrir dónde están los productos que a ellos les gustan, cuánto valen, qué se dice de ellos.
Ejercitar el equilibrio y la orientación
La actividad psicomotriz refuerza y beneficia el desarrollo del niño en todos los aspectos. Aunque el déficit que presenta sea específicamente cognitivo, siempre es necesario incluir ejercitación psicomotriz en un tratamiento ya que así será más completo. Los ejercicios y juegos de psicomotricidad suelen gustar a los niños y refuerzan la relación en grupo. Juegos como representar espacios o situaciones distintas, reconocer espacios o cosas con los ojos vendados, mantener el equilibrio en distintas posiciones, etc., son algunos de los muchos ejercicios que pueden desarrollarse en ésta área.
Ejercitar el lenguaje, la articulación y el ritmo
Todas las actividades que se le proponen al niño en el ámbito de la rehabilitación deben resultarle placenteras y estimulantes. Para ello, a menudo, es operativo incluir al niño a que sea él mismo quien proponga juegos y actividades pensadas o inventadas por él. Algunos juegos para trabajar podrían ser: jugar a adivinar qué produce determinados ruidos (hechos por otra persona desde detrás de la puerta); organizar una orquesta con tambores, cajas de música, sonajeros, cucharas y tazas, llaveros, campanillas, xilófono, e invitar a los niños a que reproduzcan con su voz los sonidos de los elementos e instrumentos usados; jugar a producir tonos altos y bajos, agudos y graves o cantar canciones y estribillos acompañados de un movimiento corporal.

√Los juegos y ejercicios que se han mencionado como ejemplo no son recetas mágicas que se puedan aplicar indiscriminadamente, sólo un especialista bien preparado los puede aplicar correctamente y en el momento oportuno.

domingo, 19 de julio de 2015

Cómo prevenir y tratar la caries?

¿Cómo prevenir y tratar la caries?

La caries dental es tan frecuente en la infancia que exige la adopción de medidas de prevención específicas, así como un diagnóstico precoz y un tratamiento oportuno cuando, a pesar de todo, aparece. Con respecto a la prevención, además del cepillado regular y de la limitación del consumo de azúcares, se cuentan otras medidas concretas que sirven para incrementar la resistencia de los dientes y disminuir así su predisposición a la caries, como son la utilización de flúor o el sellado de fisuras. Conviene informarse y consultar con el dentista la utilidad y necesidad de aplicar estos procedimientos en cada caso particular.
El flúor
El flúor es un elemento químico que, incorporado al esmalte dental, incrementa notoriamente la resistencia de este tejido a los ácidos y, por tanto, resulta muy útil para la prevención de la caries. Puede administrarse mediante la fluoración del agua de consumo o aplicarse de manera directa o tópica, en casa o en la consulta odontológica.
  • La práctica de gargarismos con elixires fluorados puede hacerse en casa, y es un procedimiento sencillo y eficaz en la prevención de la caries.
  • El uso de pastas dentífricas fluoradas constituye una medida preventiva siempre útil para evitar el desarrollo de caries.
Aplicación del flúor
La aplicación directa de productos con una elevada concentración de flúor sobre la dentadura es una técnica preventiva que sólo puede llevar a cabo el dentista tras proceder a una limpieza dental profunda. Se trata de un procedimiento sencillo y nada molesto, que resulta muy eficaz si se practica periódicamente hasta los catorce años de edad.
  1. El dentista llena una cubeta de plástico especial, adaptada a la forma de la dentadura, con un gel de elevado contenido en flúor.
  2. Se introduce la cubeta con gel fluorado en la boca del niño, de modo que cubra toda su dentadura. Los geles tienen diversos sabores para que no resulten desagradables al gusto.
  3. Se mantiene la cubeta en estrecho contacto con los dientes, de tres a cinco minutos, aspirando la saliva para evitar su acumulación.
  4. Finalmente, se extrae la cubeta y se indica al niño que escupa los restos del gel ya que no debe tragarlo.
Sellado de fisuras
La caries suele localizarse en los premolares y molares, piezas que durante la infancia se encuentran en pleno proceso de formación, por lo que son menos resistentes a la acción de los ácidos, y que además presentan pequeños surcos y fisuras en su parte superior, donde se acumula fácilmente la placa dental. Por ello, para incrementar la resistencia de estos dientes, puede recurrirse a la técnica del sellado de fisuras, que consiste en aplicar una delgada película de resina acrílica sobre la superficie del diente, disminuyendo así su exposición a los ácidos. Se trata de un procedimiento sencillo, nada molesto y extraordinariamente útil, por lo que se considera una excelente medida preventiva para la caries infantil. El dentista indicará si debe llevarse a cabo o no.
  1. Tras proceder a una cuidadosa limpieza de la superficie de los dientes a tratar, el dentista aplica y extiende resina acrílica sobre la dentadura del niño para que forme una capa uniforme.
  2. Al secarse, la película queda firmemente adherida a la superficie dental y proporciona una eficaz protección contra la caries.
Tratamiento de la caries
Es recomendable diagnosticar precozmente las caries, lo que queda asegurado si se respetan las visitas periódicas de control al dentista. De este modo se consigue resolver el problema en las primeras fases de evolución, cuando las medidas requeridas son aún sencillas. Si, pese a este control, se diagnostica una caries, el procedimiento empleado para tratar la caries depende de la extensión del tejido destruido, aunque siempre se intenta evitar la extracción de la pieza afectada. Básicamente, la técnica consiste en limpiar la cavidad, eliminar el tejido debilitado y rellenar el hueco con un material resistente.

  1. Después de haber aplicado anestesia tópica sobre la encía, se administra la anestesia local con una inyección para que el tratamiento resulte indoloro.
  2. El odontólogo procede seguidamente a limpiar y desinfectar la cavidad, limando con el torno los tejidos deteriorados hasta llegar finalmente a la parte sana del cliente.
  3. Se realiza a continuación la obturación de la cavidad mediante un empaste; en caso de que la corona esté muy destruida, se aplica una funda artificial.

sábado, 18 de julio de 2015

Mi amigo el miedo

El psicólogo Walter Riso escribe hoy sobre el miedo inteligente, que intenta mantenernos vivos y nos empuja hacia lugares seguros

Si el miedo es racional, garantiza la vida; si es irracional, la complica. Tenerle miedo a un león hambriento no es flaqueza, sino prudencia saludable. Si algún incauto se acercara al félido con cariño y lo saludara: "Hola, gatito lindo, ¿qué hay?", no quedaría de él ni el recuerdo. 

Por el contrario, salir corriendo ante un diminuto hámster, no ser capaz de entrar en un cuarto oscuro o desmayarse ante un sapo muestra un temor infundado. A los miedos irracionales se los llama fobia y pueden ser causados por dos factores:

1. El primero es el aprendizaje. Las experiencias personales y culturales producen condicionamientos negativos a distintos acaecimientos. Por ejemplo, si una persona ha sido víctima de burlas y desprecios durante gran parte de su vida, podría desarrollar una fobia social, miedo a la evaluación negativa o al rechazo. Si ha tenido un accidente automovilístico, podría generar una fobia a conducir. Si el padre o la madre fueron catastrofistas, posiblemente el niño desarrolle una ansiedad generalizada. En fin, la variedad es enorme y las posibilidades, incalculables. 

2. El otro factor es lo que se conoce como preparación biológica desajustada, es decir, temores que eran adaptativos en la prehistoria, pero que han perdido su funcionalidad en el nuevo ecosistema. Por ejemplo: temerle al agua era importante para el hombre primitivo, pues éste no sabía nadar (al menos al principio); evitar las alturas quedaba justificado, porque el ser humano no sabía volar; el temor a los espacios cerrados servía para no quedar a merced del depredador, etcétera. Sin embargo, pese a que muchos de los "miedos antiguos" quedaron rezagados, algunos todavía permanecen en el banco genético de la humanidad. Hoy, en pleno auge tecnológico, los espacios cerrados no suelen ser una amenaza (las alturas, menos), las cucarachas no muerden, sabemos nadar; es decir, la cultura va demasiado rápido y la biología no ha tenido tiempo de acomodarse a su vertiginosa marcha.

Pese a todo, sin desconocer los sinsabores y la evidente incomodidad que a veces nos ocasiona, el miedo es una bendición. Sin su presencia la vida animal se hubiera acabado, porque la función biológica del miedo es protegernos ante un peligro real. Cuando estamos ante una situación amenazante, un sofisticado sistema, especialmente diseñado para estos casos, se activa y nos prepara para la lucha/huida. La fisiología dispara una sustancia llamada adrenalina, la cual activa una serie de cambios físicos como, por ejemplo: la dilatación de las pupilas (para ver mejor en la oscuridad), la taquicardia (para bombear más sangre al corazón y correr), el sudor (para enfriar el sobregasto energético y, según algunos biólogos, para escabullirse del invasor), los temblores y gritos (para avisar a otros de la amenaza), la tensión muscular (para estar más fuerte), etc. Cada uno de los componentes de la experiencia miedosa explica cómo debió haber sido la lucha por la supervivencia hace millones de años.

Cada síntoma posee un significado especial que demuestra cómo fue "pensado" por la naturaleza. 

El miedo inteligente, no fóbico, nos cuida, intenta mantenernos vivos y nos empuja hacia lugares más seguros. No estoy defendiendo la cobardía, sino señalando que en más de una ocasión el temor racional ha sido nuestro mejor consejero.

viernes, 17 de julio de 2015

Llegó la hora de ayudar en casa

Llegó la hora de ayudar en casa

A partir de cierta edad, los hijos deben ir adquiriendo conciencia de que están insertos en un núcleo de convivencia en el que han de participar. En cada hogar existen unas normas de funcionamiento y un estilo de organizar las labores domésticas, pero, habida cuenta de las características de cada familia, debe existir un espacio de participación para el niño. Es a partir de una edad intermedia (6-12 años) que el niño, que solo se guiaba por el castigo y la obediencia en la etapa anterior, puede poco a poco asumir mejor las tareas, no como obligaciones impuestas sino como acuerdos mutuos de cooperación.
Introducir los hábitos poco a poco
El desarrollo moral del niño es continuo, su conciencia del bien y del mal y su percepción de los sentimientos y valores de los demás se producen de forma constante. Marcar un orden progresivo en las labores del hogar, según la edad y sus características evolutivas, le ayudará a sentirse más seguro de sí mismo y a no angustiarse constantemente por el miedo a perder el amor de los padres, cuando le desaprueben lo que hace por no hacerlo bien. A partir de esta edad, los 6 años, el pequeño ya podrá cuidar y organizar sus actividades y pertenencias. El niño se orienta ya temporalmente, aprende la hora que es, y espacialmente puede reconocer la ruta que va al colegio, saber a dónde va, etc. Por lo que podrá responsabilizarse ya de su horario escolar, llevar mensajes, escoger los enseres que necesita la escuela, tener dinero, ir a comprar algo, etc.
Darle pequeñas responsabilidades en algunas de las tareas cotidianas ayudará al niño a sentirse más seguro de sí mismo y a pensar que los demás confían en él.
No esperar la perfección
Algunos padres esperan que sus hijos aprendan enseguida lo que se les enseña y lo hagan perfectamente. Olvidan que el niño no tiene las mismas capacidades que ellos porque ya no recuerdan su infancia. Se ponen muy nerviosos cuando su hijo es lento, torpe, pierde memoria, se bloquea, llora y se opone a lo que se le exige. Respetar el proceso evolutivo del niño y sus características individuales es imprescindible. Los hijos difieren de los padres en su forma de ser y como tales tienen un proceso diferente de aprendizaje; su capacidad intelectual, su maduración motora y su relación afectiva con la tarea a realizar deben ser tenidos en cuenta. No debemos, pues, esperar la perfección, sino que el niño vaya aprendiendo y evolucionando de forma paulatina.

Si quieres saber cómo puedes desarrollar el interés por colaborar en casa a tu  hijo no te pierdas nuestro curso “Mi hijo no colabora en casa”.En él encontrarás los recursos necesarios para potenciar los buenos hábitos de colaboración del pequeño.

jueves, 16 de julio de 2015

El desarrollo de los sentidos (parte 2): el oído y el tacto

El desarrollo de los sentidos (parte 2): el oído y el tacto

Para que se produzca un desarrollo psicomotor normal, el niño  necesita estímulos sensoriales de su entorno; por ello, es bueno que tenga juguetes de distintas formas, con colores vivos, diferenciables mediante el tacto y que produzcan distintos ruidos o que tengan una bonita música.
El oído
Al recién nacido, mientras permanece en la cuna, le gusta mucho oír que le cantan o le hablan. Puede seguir con la mirada objetos que hacen ruido e incluso prestar atención a sonidos producidos por él mismo. A los 3 meses, ya gira la cabeza en busca del objeto sonoro. Más adelante, a los 7 meses, le gusta jugar con objetos ruidosos agitándolos enérgicamente. Cuando está jugando, si alguien va por detrás, vuelve la cabeza en el momento en que percibe algún estímulo sonoro en aquella dirección. Asimismo, responde a los sonidos suaves o susurros volviéndose hacia ellos.
A partir de los 7 meses, el niño empieza a realizar movimientos coordinados. Uno de los primeros que lleva a cabo consiste en sostener un objeto con la mano mientras con la otra lo golpea, centrando su atención en el ruido que éste produce. Hasta el momento, necesitaba ambas manos para agarrar objetos y, por ello, no era capaz de producir ruidos. Pero ahora, el desarrollo manipulativo le permite manejar objetos muy variados y, por ejemplo, convertir una olla y una cuchara de madera en su tambor preferido o hacer un concierto con el sonajero que antes le mostraba su mamá. Asimismo, si el pequeño está en una sillita alta, dejará caer objetos al suelo para averiguar qué ruido hacen y se lo pasará en grande con el estruendo, mientras, de este modo, aprende un montón de cosas sobre su entorno.
El Tacto

Durante los primeros meses de su vida, el niño recibe la mayor parte de la información táctil por la boca. Cualquier objeto que esté a su alcance se lo llevará a su boca. Tanto sus labios como su lengua son utilizados como receptores sensibles que le proporcionan abundantes y finas sensaciones de su ambiente. Ésta es su manera de explorar y tener contacto con el mundo que le rodea. No le impida hacerlo, pero mantenga los objetos a su alcance limpios. También hay que tener cuidado con los objetos compuestos por piezas pequeñas, ya que éstas pueden ahogarlo si se las traga. Asimismo, es recomendable evitar que se lleve a la boca peluches peludos, pues también podría atragantarse con los pelos.

miércoles, 15 de julio de 2015

El desarrollo de los sentidos (parte 1): la vista, el olfato y el gusto

El desarrollo de los sentidos (parte 1): la vista, el olfato y el gusto

Como todo ser humano, el niño conoce su entorno a través de los sentidos. Por ello, el desarrollo de los mismos corre parejo a cualquier aprendizaje que realice. Aunque, al nacer, los órganos sensoriales están totalmente formados, el pleno funcionamiento de los mismos se produce de forma progresiva. El recién nacido muestra, casi exclusivamente, reacciones gobernadas por reflejos automáticos, pero la estimulación procedente del entorno despierta poco a poco su sensibilidad. Durante los primeros días, cuando abre los ojos sólo ve formas y sombras, es difícil que se percate de un ruido, aunque sea fuerte. A partir de los 3 meses, en cambio, ya es capaz de empezar a coordinar los dos sentidos, vista y oído, y dirigir su mirada hacia un ruido cercano.
La vista
El recién nacido no aprecia el rostro completo de su madre; sólo es sensible a ciertos gestos de la cara -de la nariz, los ojos…-, que suele percibir fragmentariamente. También es capaz de ver ciertos movimientos, pero únicamente como siluetas vagas y borrosas, que puede seguir con un movimiento horizontal de los ojos.
A partir de los 2 meses, ya percibe la globalidad del rostro de la madre, empieza a ser sensible a todo lo que brilla, centellea o se mueve en el espacio y comienza a fijar la mirada. Observar si el niño es capaz de seguir un objeto con los ojos, hablarle de cerca, lograr que nos mire con atención y que responda a nuestros estímulos es una tarea muy útil, además de gratificante, para comprobar el desarrollo sensorial del bebé.
Olfato y gusto
El bebé tiene un olfato extremadamente desarrollado que le es de gran ayuda para reconocer a su madre. El olor corporal de la madre, de sus ropas, puede tranquilizar el llanto de un bebé irritable y puede facilitar que se tome el biberón más tranquilamente o que logre conciliar el sueño si estaba intranquilo. En el recién nacido, el sentido del olfato se asemeja, por su finura, al de algunos mamíferos; el crecimiento posterior y el uso mucho más frecuente de otros sentidos provocará la pérdida de su capacidad olfativa.

Por otro lado, las sensaciones gustativas también están presentes en el recién nacido, que reacciona a la introducción en su boca de una sustancia de mal sabor con cambio de la expresión facial, abertura de la boca y aumento de la secreción de saliva, que arrastra hacia afuera la sustancia introducida. Aunque el gusto del lactante no es tan fino como el del adulto, reacciona ante sabores distintos. Los sabores que aprecia con mayor facilidad son el dulce y el ácido.

martes, 14 de julio de 2015

Cómo actuar en caso de desmayo

Primeros auxilios: Cómo actuar en caso de desmayo

El desmayo, síncope o lipotimia es una pérdida del conocimiento más o menos completa, de presentación súbita, seguida de recuperación total al cabo de pocos segundos. El trastorno se debe a una disfunción circulatoria que provoca un déficit en la irrigación sanguínea del cerebro, cuyo origen puede ser diverso: emociones intensas, ayuno prolongado, permanencia en ambientes calurosos y cerrados, etc. El tratamiento básico consiste en favorecer la llegada de sangre al cerebro.
¿Cuáles son los signos previos al desvanecimiento?
  • Mareo
  • Visión borrosa
  • Palidez
  • Sudoración fría
  • Náuseas
  • Debilidad
  • Pérdida de equilibrio
  • Obnubilación mental
¿Qué debo hacer si advierto que el niño presenta signos previos al desmayo?
  • Siéntalo en una silla, con las piernas separadas, y coloca su cabeza entre las rodillas.
  • Mantenlo en dicha posición durante varios minutos. Deja que se levante, poco a poco, cuando se sienta mejor. Si al intentar incorporarse persiste algún síntoma, repite la maniobra hasta que se recupere por completo.
Y si el niño se desmaya, ¿qué hago?

  • Tiéndelo en posición horizontal, boca arriba, y eleva sus piernas para que queden a un nivel superior al de la cabeza.
  • Afloja las prendas de vestir, especialmente el cuello y el cinturón.
  • Si el ambiente está cargado, abre las ventanas para ventilarlo.
  • No permitas que se incorpore hasta que adviertas que está plenamente recuperado.
  • Tampoco le ofrezcas nada de beber hasta que no se haya recuperado por completo.
  • En caso que la pérdida de consciencia sea completa y se prolongue, sitúalo en la posición lateral de seguridad, controla sus signos vitales (respiración, pulso) y llama al médico de inmediato.