domingo, 20 de noviembre de 2016

El microchip que estimula el aprendizaje en los niños

Onchip, un grupo de investigación de la Universidad Industrial de Santander, aplica un circuito integrado programable en un rompecabezas infantil.



Un microcontrolador de 32 bits diseñado por un equipo de investigadores electrónicos de la Universidad Industrial de Santander está incorporado en unas fichas de rompecabezas que al ser armadas de diferentes formas encienden luces LED de diferentes colores.
El juego está creado para que los niños entre 2 y 3 años, que ya tienen la capacidad sensorial desarrollada, tomen ficha por ficha e identifiquen el tipo de color que pueden obtener con las luces de acuerdo a la figura que vayan formando.
“El rompecabezas puede durar hasta la adolescencia. De hecho, ya en niños de 6 y 7 años pueden comenzar a entender el lenguaje de programación, porque al determinar de qué manera pueden obtener un color, ya están configurando una fórmula informática” dice Elkim Roa, director del grupo de Onchip.
Cada pieza se parece a un dispositivo de seguridad digital o memoria SD y puede ser usada por los jóvenes entre 12 y 17 años para incorporarla en otros dispositivos como celulares, televisores inteligentes, lavadoras entre otros. De manera que el juego de mesa está diseñado para que sea funcional y perdure en el tiempo.
El microchip es funcional y estructural para que pueda ser aplicado en la educación u otros dispositivos informáticos.

Para crear el juguete interactivo, los investigadores se basaron en el lenguaje de programación logo desarrollado en 1980 por el Massachusetts Institute of Technology de Estados Unidos. En ese instituto el profesor Seymour Papert diseñó un sistema con tortugas para que los niños jugaran con la programación.
En ese sistema de tortuga, cada alumno daba una directriz para que tuviera movimiento en un espacio informático, lo que permitía una aproximación a la antigua programación con la que se han formado gran parte de ingenieros en todo el mundo. Ese lenguaje ha inspirado el desarrollo de juegos como Skratch, Kturtle, Mindstorm de Lego y Robotis Play.
Lo curioso del chip es que es totalmente colombiano y no requiere de ninguna licencia extranjera para poder funcionar. “Cualquier persona puede usar este microcontrolador sin tener que pagar por derechos de autor, democratizando la tecnología y abriendo diversas utilidades”, agrega Luis E. Rueda Guerrero, miembro de Onchip y aspirante a doctor de ingeniería en la UIS.
La creación de este circuito integrado programable con licencia colombiana ha sido reconocida por varias revistas internacionales como la EE Times, que tiene gran influencia en Silicon Valley Estados Unidos.
El rompecabezas con el microcircuito colombiano incorporado será distribuido por el grupo de investigación de la Universidad Industrial de Santander a lo largo de varias instituciones educativas en todo el país.
El equipo de investigadores planea entregar mil kits del juego de mesa para finales de 2017 y busca la manera de financiar el proyecto para que el rompecabezas sea incorporado en las aulas colombianas y el microchip usado tenga otra utilidad en el área de educación y métodos de aprendizaje.