lunes, 25 de septiembre de 2023

Dos personas recuperan el habla gracias a implantes cerebrales

Los investigadores lograron traducir las señales neuronales en palabras con unos dispositivos experimentales en una mujer con ELA y otra que sufrió un ictus


Pat Bennet, una de las pacientes, junto a los investigadores de Stanford durante una sesión de prueba de la tecnología que le devolvió el habla

Jaimie Henderson se empezó a interesar por las personas que pierden la capacidad de comunicarse desde muy pequeño. En una presentación por videollamada de su última investigación en este campo, el investigador de la Universidad Stanford (EE UU) recuerda ahora que, cuando tenía cinco años, su padre sufrió un accidente de tráfico muy grave. “Él seguía contando chistes, y yo me reía de sus bromas, pero no le entendía porque su capacidad de hablar estaba muy dañada”, dijo. Eso le llevó a estudiar cómo codifican el movimiento y el habla las neuronas, para después buscar la forma de recuperarlos en personas con daños neurológicos. Henderson es el líder de uno de los dos trabajos que hoy publica Nature y que dan esperanza de volver a comunicarse a muchas personas como su padre.

El primero de estos trabajos, liderado desde la Universidad Stanford, tuvo como paciente a Pat Bennet, una mujer de 68 años que fue diagnosticada con ELA (esclerosis lateral amiotrófica) en 2012. De las distintas manifestaciones de la enfermedad, a Bennet le tocó una versión que le ha permitido seguir moviéndose, aunque con creciente dificultad, pero le arrebató el habla. Aunque su cerebro no tiene dañada la capacidad para generar el lenguaje, los músculos de sus labios, su lengua, su laringe o su mandíbula no le dejan decir nada.

Ese problema fue resuelto, al menos en parte, a partir de dos sensores —menores que una uña— implantados en su cerebro, para recoger señales de neuronas individuales en dos regiones asociadas al lenguaje: la corteza premotora ventral y el área de Broca (esta última no resultó útil para el objetivo de los investigadores). Los investigadores usaron esos implantes neurales y un software para relacionar las señales cerebrales y los intentos de pronunciar palabras de Bennet. Tras cuatro meses de aprendizaje, el sistema combinó toda esta información con un modelo de lenguaje informático que hizo posible que la paciente produjese frases a 62 palabras por minuto. La cifra es algo menos de la mitad de velocidad del habla normal, y cuando se utilizaba un vocabulario de más de 100.000 palabras se producía un error por cada cuatro palabras pronunciadas, pero los resultados son tres veces mejores que los sistemas de comunicación similares que se habían probado hasta ahora.




En el segundo estudio, liderado por Edward Chang, de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), se obtuvieron unos resultados similares con un sistema algo diferente. En este caso, los implantes cerebrales (formados por 253 microelectrodos) recogieron señales de regiones más diversas del cerebro de Ann, una mujer que perdió el habla hace más de 17 años por un ictus. Lograron alcanzar 78 palabras por minuto con un vocabulario base de algo más de 1.000 palabras. La tasa de error fue del 25,5% cuando se incluyeron los movimientos del tracto vocal para reconstruir las palabras y de un 54,4% cuando se tradujeron las señales cerebrales directamente al habla a través de un sintetizador. Aunque sigue estando lejos de poder considerarse una solución práctica para este tipo de dolencias, mejora sustancialmente los resultados de experimentos anteriores.

El equipo de la UCSF quiso añadir además un avatar a su interfaz cerebro-máquina porque, según ha explicado Sean Metzger, “el objetivo es recuperar la capacidad de comunicación y de conexión con los seres queridos, no solo ayudar a transmitir unas palabras. Cuando se habla hay un sonido, un énfasis y otras sutilezas que se pierden cuando solo hay un texto”, apunta el investigador. Este avatar personalizado, que traduciría otros elementos comunicativos como la expresión facial a partir de las señales cerebrales, ayudaría a mejorar la conexión del paciente con sus interlocutores. Para recrear la voz, el equipo empleó una grabación de Ann hablando en su boda, antes de sufrir el ictus.
Un salto hacia una solución práctica

En una presentación conjunta online, ambos equipos han afirmado que sus resultados eran comparables y que tenía interés ver cómo ambos métodos de recogida de señales, uno más localizado y el otro tomándolas de más zonas, muestra por primera vez que estas tecnologías pueden ofrecer una solución práctica. Los vídeos de las pruebas muestran que la comunicación de los pacientes aún no es fluida, pero los autores de los dos estudios creen que sus resultados se validan mutuamente y que están en el camino correcto. Hace tres años, el grupo de Chang demostró que con su método era posible descodificar cuatro palabras en personas con parálisis. En ese tiempo, el progreso ha sido exponencial.

Hasta ahora, hay solo medio centenar de personas a las que se han implantado interfaces cerebro-ordenador con microelectrodos para posibilitar su comunicación. Entre las mejoras que plantean para el futuro, además de incrementar la velocidad de comunicación, se incluye el desarrollo de aparatos inalámbricos que no requieran a las pacientes estar conectadas a una máquina. También se deberá averiguar si estos sistemas sirven para recuperar el habla en personas que están completamente atrapadas en su cuerpo y solo se cuenta con sus señales cerebrales para restablecer su comunicación.

Para conseguir estos objetivos, también será necesario ampliar el número de pacientes con los que trabajar, más allá de las dos mujeres que colaboraron en los dos estudios que publica hoy Nature. Es necesario, por ejemplo, saber si lo que aprenden los algoritmos durante las tediosas horas de entrenamiento pueden servir para decodificar el habla en el cerebro de una persona diferente; o también, estudiar si las otras señales cerebrales que produce el paciente, al interpretar lo que otros dicen, pueden producir fallos en la generación de su propio discurso.

domingo, 24 de septiembre de 2023

La interocepción en el procesamiento emocional: de la sensación a la psicopatología

La percepción de los cambios del cuerpo, definido como Interocepción, es un elemento clave dentro de las investigaciones actuales. El presente artículo de revisión, tiene como objetivo caracterizar el rol de la Interocepción en el procesamiento emocional. Primero, describimos los principales modelos interoceptivos y sus métodos de medición. Luego, delimitamos de forma general los mecanismos de la Interocepción atípica. Los resultados indican que la investigación en el área no ha sido sistemática, por tanto, la definición de lo interoceptivo ha sido lo “no” exteroceptivo. También la medición del concepto ha tenido limitaciones que deben ser resueltas en la medida de lo posible. Finalmente, se llegó a la conclusión de que los mecanismos interoceptivos atípicos son un factor común que se relaciona con la sintomatología presente en diferentes trastornos emocionales tales como la alexitimia, depresión, ansiedad y trastornos somáticos.

sábado, 23 de septiembre de 2023

La historia de perros y humanos de un lugar llamado Armonía

Había una vez un pequeño pueblo en el que todos los habitantes tenían sus queridos perros y gatos.

Aunque amaban a sus compañeros multiespecie, no siempre sabían cómo cuidarlas de la mejor manera.

Los animales vagaban por las calles, comían restos de comida y a veces no recibían la atención médica que necesitaban.

Un día, un sabio anciano llamado Emilio llegó al pueblo.

Había recorrido el mundo aprendiendo sobre la relación entre los humanos y los animales.

Emilio notó que los perros y gatos del pueblo no estaban tan saludables y felices como podrían estarlo.

Decidió hablar con los habitantes para enseñarles la importancia de cambiar su forma de cuidar a sus compañeros multiespecie.

Reunió a todos en la plaza del pueblo y comenzó a contarles una fábula:

«Había una vez un lugar mágico llamado Armonía, donde los animales y los humanos vivían en perfecta sintonía.

En Armonía, cada humano convivía con un compañero animal y juntos compartían aventuras emocionantes.

Pero había una regla fundamental: para que los humanos pudieran cuidar de sus amigos peludos, primero tenían que aprender a cuidarse a sí mismos.

Un día, un joven llamado Leo llegó a Armonía con su perro, Max, y su gato, Luna.

Leo estaba acostumbrado a darles a Max y Luna solo lo que él pensaba que necesitaban, sin considerar sus propias necesidades.

Esto llevaba a que Leo se agotara y no tuviera la energía para jugar y cuidar adecuadamente a sus compañeros.

Los sabios de Armonía se dieron cuenta de esto y organizaron una serie de talleres para Leo.

Aprendió sobre la importancia de una buena nutrición, el descanso adecuado y cómo manejar el estrés.

A medida que Leo empezó a cuidar mejor de sí mismo, notó algo sorprendente: Max y Luna también empezaron a estar más saludables y felices.

Sus pelajes brillaban y sus ojos brillaban de alegría.

Con el tiempo, Leo se convirtió en un experto en el cuidado de sí mismo y de sus amigos.

Se dio cuenta de que al mejorar su propio bienestar, también mejoraba la vida de Max y Luna.

Compartió sus conocimientos con otros humanos y, poco a poco, Armonía se convirtió en un lugar aún más maravilloso, donde la felicidad y la salud de los animales y los humanos se entrelazaban en una danza armoniosa».

Emilio miró a los habitantes del pueblo y sonrió.

«Esta fábula nos enseña que cambiar nosotros mismos y cuidar de nuestro propio bienestar nos permite cuidar mejor de nuestros compañeros multiespecie.

Si nos nutrimos física y emocionalmente, podremos brindarles a ellos una vida llena de amor, atención y salud. Así, crearemos un vínculo más fuerte y duradero con nuestros fieles compañeros»

Los habitantes del pueblo reflexionaron sobre las palabras de Emilio y comenzaron a implementar los consejos que les había dado.

Con el tiempo, las calles se llenaron de perros y gatos felices y saludables, y los lazos entre las familias multiespecie se fortalecieron enormemente.

Y así, el pueblo aprendió que cambiar ellos mismos era el primer paso para cuidar mejor de sus queridos amigos peludos.

viernes, 22 de septiembre de 2023

La historia de Sol y Luna que te será muy familiar

Había una vez un gato llamado Luna y otro llamado Sol.

Luna y Sol eran dos gatos muy traviesos que le hacían la vida imposible al humano de su familia multiespecie.

Siempre estaban rasgando los muebles, robando comida de la cocina y haciendo bromas pesadas. Por eso, el humano de Luna y Sol estaba muy cansado de su comportamiento y empezó a pensar en deshacerse de ellos.

No lo pensaba en serio. Nunca hubiera hecho algo así. Pero hubo un momento en el que se le cruzó por la mente y entendió que tenía que cambiar algo.

Un día, el humano de Luna y Sol decidió buscar ayuda y acudió a un experto en comportamiento felino.

El experto le explicó al dueño que, aunque Luna y Sol eran gatos muy traviesos, sólo estaban actuando así porque no estaban siendo tratados de la manera adecuada.

Le dio algunos consejos sobre cómo tratar a sus gatos de manera más amable y cómo recompensarlos por su buen comportamiento.

El humano de Luna y Sol siguió los consejos del experto y empezó a tratar a sus gatos con más amor y cariño.

Al principio, Luna y Sol no entendían por qué su humano estaba actuando de manera tan diferente, pero poco a poco empezaron a notar la diferencia.

Comenzaron a comportarse mejor y a ser más cariñosos.

Con el tiempo, Luna y Sol se convirtieron en dos gatos muy felices y bien comportados. Y su humano, a su vez, también era muy feliz de tener a dos gatos tan divertidos y amables en casa.

La moraleja de esta historia es que, aunque a veces los gatos pueden ser muy traviesos, con un poco de paciencia y amor, se pueden convertir en compañeros de vida maravillosos.

Ellos no se llamaban Sol y Luna, sino Lluna y Pancho.

¿No es esa la esencia de las familias multiespecie?

jueves, 21 de septiembre de 2023

Sabes lo que tienes que hacer para relajar a tu gato?

¿Sabes lo que tienes que hacer para relajar a tu gato?

Muchas veces los felinos pueden ser un poco complicados de lidiar por culpa de su energía y curiosidad.

Especialmente cuando son más pequeños, los gatos tienden a ser un tanto catastróficos en casa.

Pero es sólo porque están aprendiendo y, especialmente por la noche, tienen mucha energía.

Son las cinco formas más efectivas que he encontrado para relajarlos:


1. Enriquecimiento ambiental.
Como ya he mencionado antes, los gatetes son animales muy curiosos. Por eso les encanta explorar, especialmente en las alturas.

Entonces, debemos ofrecerle un sitio alto donde pueda observar y controlarlo todo.

Dentro y fuera de la casa.

Todos los felinos necesitan un espacio en el que puedan desarrollar sus conductas naturales.

Trepar, correr, acechar y rascar.


2. Musica relajante.
Una de las formas para relajar a un gato es a través del oído.

También se pueden tranquilizar con el uso de nuestra voz, con un tono bajo y cantando, pero la música es más efectiva.

Aquí se trata de prueba y error.

Probar con diferentes melodías y observar cómo se comporta con cada una de ellas.

Por lo general, la música clásica suele dar en el clavo.

Eso sí, debe ser lineal, sin ruidos fuertes o chirriantes.


3. Comida y juegos.
Sin trampa ni cartón, por lo general cuando un felino se aburre muchas veces eso deriva al estrés.

Por eso, los juegos son una excelente forma de calmar a nuestro gato y evitar que nos rompa todas las macetas de casa.

La comida nos ayuda a captar su atención.

Con ella podemos entretenerlo y mejorar su bienestar.


4. Feromonas.
¿Has oído alguna vez hablar del catnip?

Es como la droga de los gatos, vaya. Emite feromonas que lo tranquilizan.

No sólo existe esa feromona para los gatos, hay otras que lo tranquilizan y no tienen un efecto tan fuerte sobre ellos.

Hay productos específicos con esas feromonas que ayudan a tranquilizar a tus felinos.

Aunque no todas las feromonas actúan en los gatos de la misma forma.


5. Masaje relajante.

Si tu gatete está receptivo podrás darle un masaje que le aportará muchos beneficios y tranquilidad.

El truco es observar e incidir en la zona que él mismo te indica.

Este sin duda es de mis métodos favoritos porque así puedo acurrucarme tan a gusto con él.

Y estos son mis consejos para tranquilizar a los gatos después de muchos años conviviendo con ellos.

¡Ya puedes ponerlos en práctica!

¿Qué opinas?

¿Te sabías alguno o ha sido una sorpresa para ti?

Cuéntame.

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Tu perro habla español?

Mira, no se si a ti te pasa lo mismo.

Pero hay veces que le digo algo a mi perro, por ejemplo, que beba agua.

¡Y lo hace!

Y no lo he entrenado para esa orden.

Es ahí cuando me doy cuenta de que mi perro el español lo comprende perfectamente.

¿Te pasa igual?

Esto es la cognición canina y hoy te voy a contar un poco sobre ella, según un estudio realizado por Fugazza en 2022.

Para averiguar más sobre su tipo de cognición, se involucró a 40 perros.

34 de ellos no sabían el nombre de ningún juguete.

Y a 6 de ellos se les habían enseñado varios nombres.

Previamente, todos formaron parte de un programa de 3 meses en el que se le enseñaron 2 nombres de juguetes distintos.

Pues solo lo lograron 7 de los 40 perros: los 6 que ya lo sabían y uno de los que no sabían nada.

Después de eso, pasaron por un test en el que llegaron a aprender 10 nombres de juguetes como mínimo.

De hecho, hubo perros que aprendieron hasta 39 palabras nuevas.

Sin embargo, los demás no aprendieron ninguno, pese haber estado 3 meses entrenando para ello previamente.

Aquí viene lo interesante.

6 de los 7 perros que pasaron el primer periodo de aprendizaje, ya conocían palabras y nombres de juguetes.

Pero sus tutores reportaron que no les habían enseñado esos nombres.

Sino que los caninos habían aprendido esas palabras de manera espontánea durante las interacciones y juegos que hacían con sus tutores.

Además, estos 6 perros venían de familias con más de un perro conviviente y eran los únicos del entorno que habían mostrado esa habilidad tan concreta.

Basándose en eso y en que la perrita que había aprendido varias palabras sin experiencia previa también lo había logrado se llegó a una conclusión.

Los investigadores creen que la experiencia previa y el entrenamiento no son necesarios para sacar a la luz ese talento.

Tampoco creen que sea cuestión de raza, tal vez genético.

7 de los perros que aprendieron los nombres de los objetos eran Border Collies.

Pero otros 18 perros de la misma raza no lograron aprender ninguna palabra.


¡Así que ya sabes!

¡Tu peludo es un perro inteligente!

Sin embargo, eso no es lo verdaderamente importante.


Nuestros peludos valen más que eso.

Valen más que ver cuántos nombres distintos puede aprender.

Lo importante es el vínculo humano-perro que tengamos con ellos.

Quererlos.

Y cuidarlos.

martes, 19 de septiembre de 2023

Este collar hizo feliz a muchas generaciones multiespecie

Había una vez en un tranquilo pueblo, un anciano llamado Amadeo y su fiel compañero peludo, un perro llamado Chispa.

Amadeo y Chispa compartían una relación única que había florecido a lo largo de los años.

Cada mañana, Amadeo y Chispa se aventuraban juntos a través de los senderos del bosque que rodeaba su hogar.

Juntos exploraban la naturaleza, jugaban alegremente y se sumergían en la tranquilidad del entorno.

Un día, mientras paseaban por el bosque, encontraron a una sabia tejedora que vivía en una pequeña cabaña.

La tejedora era conocida por crear objetos mágicos que poseían propiedades asombrosas. Intrigados, Amadeo y Chispa se acercaron a ella.

—Saludos, viajeros —dijo la tejedora con una sonrisa— He estado esperando vuestra visita. He observado cómo compartís vuestro tiempo y amor en cada rincón de este bosque.

Amadeo y Chispa intercambiaron miradas sorprendidas, sin entender cómo la tejedora conocía su historia.

—Veamos —continuó la tejedora mientras se movía entre sus telares y hilos de colores— Para aquellos que comparten un amor profundo y un tiempo valioso, tengo un regalo especial: el Collar de la Buena Vida.

Con un gesto hábil, la tejedora comenzó a tejer hilos dorados y plateados, creando un hermoso collar con cuencas brillantes que parecían capturar la esencia misma del tiempo compartido.

—Este collar no es un simple adorno …explicó la tejedora— Cada vez que dediques tiempo de calidad a tu fiel compañero, una nueva cuenca se formará en el collar. Cuanto más tiempo compartáis, más precioso y brillante se volverá. Pero ten en cuenta, Amadeo, que el tiempo debe ser genuino y lleno de amor, no simplemente momentos pasados juntos.

Agradecidos, Amadeo y Chispa aceptaron el regalo y continuaron su vida juntos, conscientes de la importancia del tiempo de calidad que compartían.

Cada día, el collar se llenaba de cuencas que resplandecían con la alegría de sus aventuras y la profundidad de su amor.

Con el paso del tiempo, el collar se volvió un tesoro valioso que recordaba a Amadeo y a Chispa la riqueza de su relación.

Pero también aprendieron que la magia del collar se extendía más allá de ellos dos.

Cuando compartían su historia con otras familias multiespecie, el collar también comenzaba a brillar en respuesta al compromiso y el tiempo dedicado por esas familias a sus queridos compañeros.

Así, el Collar de la Buena Vida se convirtió en un símbolo en todo el pueblo, recordándoles a todos que el tiempo genuino y amoroso compartido con sus compañeros peludos, emplumados o escamosos enriquecía sus vidas y tejía conexiones más profundas.

Y así, generación tras generación, las familias multiespecie entendieron que la calidad del tiempo compartido con sus seres queridos, sin importar su especie, era el verdadero tesoro que iluminaba sus vidas como cuencas en un collar mágico.