viernes, 3 de noviembre de 2023

La increíble y misteriosa tienda Relojes y tiempos de Doña Luna

En el corazón de un bullicioso mercado, donde las campanas resonaban y los comerciantes voceaban sus mercancías, había una tienda especial: Relojes y Tiempos de Doña Luna.

Lo curioso de este establecimiento no era solo la variedad de relojes antiguos y modernos, sino el gato residente, Sombra.

Sombra, con su pelaje gris y sus ojos profundos, tenía una peculiar fascinación por un objeto en particular: un antiguo reloj de arena.

Todos los días, sin falta, se sentaba junto a él, observando cómo los granos caían lentamente de un extremo al otro.

Los visitantes, intrigados, solían preguntar a Doña Luna:

—¿Por qué Sombra siempre mira ese reloj de arena?

A lo que ella, con una sonrisa enigmática, respondía:

—Está aprendiendo sobre el presente.

Un día, un joven, impaciente por naturaleza, decidió preguntarle directamente a Sombra.

Aunque no esperaba una respuesta, se sorprendió al escuchar la suave voz del gato en su mente:

—Observo cómo cada grano cae, irreemplazable e inalterable. No puedo cambiar cómo caen, ni acelerarlos o detenerlos. Pero puedo elegir disfrutar el espectáculo mientras ocurre.

El joven, atónito, reflexionó sobre las palabras de Sombra.

Se dio cuenta de que, al igual que los granos de arena en el reloj, cada momento de su vida era único e irrepetible.

Aunque no podía controlar el paso del tiempo, tenía el poder de elegir cómo vivirlo.

La tienda de Doña Luna no solo vendía relojes, sino también lecciones sobre el valor del presente.

Gracias a Sombra y su reloj de arena, muchos visitantes dejaron el mercado no solo con un nuevo reloj, sino también con una nueva perspectiva sobre la vida.

Y así, en medio del ajetreo del mercado, un gato y un reloj de arena enseñaban a todos los que entraban en la tienda el verdadero significado de valorar cada instante.

Ahora me gustaría preguntarte a ti.

¿A qué te recuerda toda esta historia?

Me encantaría saberlo.