jueves, 13 de abril de 2017

La edad no es excusa para no aprender inglés

Varios estudios muestran que nunca es tarde para aprender a hablar una segunda lengua.

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El ser humano nunca pierde su capacidad de aprender cosas nuevas, y los idiomas no son la excepción.

Los jóvenes sienten el afán de aprender otros idiomas, especialmente inglés, porque saben que el mundo interconectado en el que vivimos les exige hacerlo. Y es que hablarlo, escribirlo y entenderlo amplía las posibilidades laborales y abre las puertas del mundo –sobre todo a la hora de viajar–, entre otros muchos beneficios.
Pero ¿los que ya no están tan jóvenes también deberían aprender inglés? La respuesta es sí. ¿Y aquellos que lo han intentado varias veces y no lo han logrado deben resignarse a que nunca aprenderán el idioma, ahora que ya son adultos? La respuesta es no.

De los 7.000 millones de personas que habitan la Tierra, aproximadamente 350 millones hablan inglés. Sin embargo, este común acuerdo de hablar una lengua universal es relativamente reciente, al igual que lo es internet. De ahí que aquellas personas de otras generaciones suelan pensar que “ya es muy tarde para aprender otro idioma”.
Quienes piensan así están equivocados. Así lo concluyó un grupo de investigadores holandeses tras elaborar un estudio que publicaron en la página de divulgación científica ‘Plos’, sobre la edad en el aprendizaje de una segunda lengua.
Aunque el documento reconoce que los niños aprenden otra lengua de una manera más rápida y fácil que los adultos, también asegura que no hay ningún momento en el que la habilidad de aprender se pierda.
De hecho, explica que el impedimento más grande es el contexto. Por ejemplo, la disponibilidad de tiempo para dedicarse a estudiar o si en el entorno donde se desenvuelve la persona se habla o no el idioma.
Según Ricardo Romero, director de Inglés del British Council e instructor asociado del Departamento de Lenguas de la Universidad Nacional de Colombia, todos los seres humanos nacen con un mecanismo que les permite adquirir cualquier idioma. Aunque este mecanismo –aclara el experto– se va haciendo menos eficiente después de los 12 o 14 años.
Sin embargo, añade, hay estudios de neurolingüística que demuestran que los adultos desarrollan estrategias conocidas como las “de compensación”, en las que se ponen a funcionar el conocimiento de la lengua materna, los gestos y las bases, para lograr aprender otro idioma.
“Si bien algunas áreas como la pronunciación no serán del todo perfectas, no habría limitantes para participar en cualquier diálogo o intercambio, incluso, en temas académicos o científicos”, afirma Romero.

La posibilidad de aprender inglés, a cualquier edad, no excluye a nadie, ni siquiera a los pensionados. De hecho, esta es una etapa ideal para aprender, pues estas personas suelen tener el tiempo y los recursos para hacerlo.
“Incluso, en edades avanzadas, saber inglés representa una ventaja y puede brindarles a personas que ya no estén trabajando la oportunidad de viajar por del mundo y conocer nuevas culturas para disfrutar al máximo su retiro”, aseguró Andrés Moreno, fundador y CEO de Open Education, y añadió que el aprendizaje del idioma en esta etapa de la vida resulta ser un reto divertido que mantiene la mente activa y entretenida con nuevas experiencias y conocimientos.
Hasta por salud...
Pero incluso si las personas mayores no son muy amigas de los viajes, deberían pensar en la salud. Hay investigaciones, como la que presentó la American Association for the Advancement of Science, que sostienen que las personas bilingües tienen menos riesgos de desarrollar enfermedades como el alzhéimer; o al menos, las desarrollarían mucho tiempo después.
A propósito, la revista científica ‘Annals of Neurology’ ha indicado que las personas que aprenden a hablar dos o más lenguas presentan mejoras en sus capacidades cognitivas en comparación con quienes solo hablan una lengua.
La edad definitivamente no es un impedimento, afirma Rafael Minauro, gerente de BPP University, institución que trabaja en colaboración con 500 empresas en el Reino Unido y tiene sede en Colombia, y añade: “Todas las personas tienen motivaciones distintas para aprender, desde necesidades puramente prácticas hasta motivaciones culturales y de aprendizaje. También están las motivaciones económicas, pues está comprobado que un profesional que habla un segundo idioma tendrá más y mejores oportunidades laborales y mayores ingresos.
“Y diría que la principal ventaja de aprender de adulto es que, al tener un conjunto de intereses más definido, se podrá orientar el aprendizaje hacia la necesidad específica”, concluye.
Disciplina y diversión a la vez
Rafael Minauro, gerente de BPP University, recomienda:
Incorporar el aprendizaje en los objetivos personales y laborales.
- Sesiones de no más de cuatro horas al día en programas intensivos y con dedicación exclusiva. Este tiempo permite que el estudiante refuerce los conocimientos, realice asignaciones y asimile el aprendizaje.
- Programas de hasta tres horas semanales, siempre que la dedicación sea constante y sin vacíos, también dan buenos resultados.
- Lo ideal es aprender un uso práctico que incluya, por supuesto, estructuras gramaticales, vocabulario y expresión oral. De esa manera el conocimiento se convierte en aplicación y no se queda en conocimiento que puede ser fácilmente olvidado por falta de práctica.
- Considerar la formación más adecuada al tiempo disponible, el presupuesto y las preferencias, sin desmerecer la formación ‘online’.
- Utilizar recursos audiovisuales para mejorar la comprensión: películas, series, noticias.
- Leer también es una forma de mejorar la escritura, sobre todo, temas de interés personal.
- Escuchar música en inglés. Aunque no estemos 100 por ciento atentos, la capacidad de comprensión mejora significativamente.
- Los ‘podcasts’, la radio y los blogs son recursos muy interesantes.
- Si es posible, tomar 4 semanas de inmersión en un país angloparlante.
- Aprovechar todas las oportunidades para hablar en inglés.
Perder el miedo y otros consejos
Ricardo Romero, director de Inglés del British Council e instructor asociado del Departamento de Lenguas de la Universidad Nacional de Colombia, recomienda:
Tener objetivos realistas, alcanzables y retadores es la mejor combinación. El aprendizaje no debe ser tan intensivo, pues es posible que se genere frustración. Y ese sentimiento puede ser una limitante.
Es necesario perder el temor a equivocarse o a hacer el ridículo mientras se aprende. A esto se le llama tolerancia a la ambigüedad. Se ha demostrado que mientras mayor tolerancia haya a cometer errores, más rápido se aprende un idioma.
Es válido usar la lengua materna para entender algunas estructuras o palabras. Pero la idea de pensar en inglés no es necesariamente práctica en los adultos. Con el tiempo y la praxis, la dependencia de la lengua materna puede ir disminuyendo.
No hay que tener temor a hablar con un acento marcado. El objetivo primordial no es sonar como un hablante nativo, sino ser inteligible; es decir, que -a pesar del acento- lo que se quiere comunicar, se comunique.