sábado, 15 de agosto de 2015

La letra con sangre no entra

La profesora Marta Cristina Ruiz nunca olvidará a su maestra de matemáticas de sexto de bachillerato. "Cortaba las puntas de las tizas. Si quería sacar a alguien al tablero le tiraba un pedazo en la cabeza. Algunos de los trozos tenían la punta afilada. Esos eran los que más dolían". Añade que la docente se enfurecía si el alumno hacía mal el ejercicio. "Imagínese: Uno bien asustado por el golpe y luego el regaño delante del salón. Así nadie resolvía el ejercicio".
Al maestro Jorge Iván Peláez no le tiraron una tiza en la cabeza, pero sí fue testigo de otra clase de vejámenes. "Cuando estaba en primaria vi como profesores golpeaban las palmas de estudiantes con reglas de madera. Lo hacían con los alumnos desaplicados. Yo nunca tuve ese problema. Estrujarlos también era otra forma de intimidación", dice.
Tras conocer en las aulas el concepto de 'la letra con sangre entra', es decir, de la violencia física y psicológica como herramientas a la hora de educar, los docentes Marta y Jorge no creen que este modelo sea correcto. "Antes algunos enseñaban con base en el temor. Era una forma de represión para obligar a los alumnos a atender", dice la primera. "No estoy de acuerdo. Pienso que la educación no puede llegar a esos extremos", menciona el segundo.
Estudios demuestran que el reglazo en las palmas, el jalón de orejas, el pellizco, entre otros castigos (que pueden dar pie a que su abuelo o abuela le cuente historias al respecto), van en detrimento del aprendizaje. En contraposición, otras estrategias fomentan una educación humanista y colaborativa con mejores resultados. Tome apunte, profesor.
Consejos para ser un buen maestro
1. La enseñanza no se logra siendo una persona que infunda temor. El maestro debe ganarse la confianza de los alumnos respetando sus individualidades.
2. Es vital que el alumno interactúe en clase. Estudios demuestran que cuando el estudiante participa aprende hasta un ochenta o noventa por ciento de los temas proporcionados.
3. El maestro debe hacerse entender sobre lo que busca explicar. De esta manera se evitará que los aprendices queden con dudas.
4. Debe ser una persona dinámica, que haga de sus clases una experiencia amena para sus estudiantes.
5. La clave de impartir una buena clase es prepararla de forma anticipada. La improvisación de la cátedra podría acarrear que el maestro abandone su discurso principal o que no sea claro en sus argumentos.
Tomados del sitio web www.educapeques.com.
Sanciones
Luis Eduardo Céspedes, director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar seccional Caldas, menciona que "el profesor que agreda física y psicológicamente a un estudiante incurre en una falta disciplinaria. Esto podría acarrearle la destitución del cargo y, en segundo lugar, someterlo a un proceso penal que podría privarlo de la libertad".
El origen de la expresión
"La letra con sangre entra y la labor con dolor" es una frase del reformista inglés de la educación Joseph Lancaster, según Henry Portela, director de la maestría en Educación de la U. de Caldas. "Planteaba una lógica cartesiana que declaraba que el estudiante aprendía si era lacerado. Este modelo subestima la capacidad de los sujetos y los condiciona para la acción. Los modelos de enseñanza deben reconocer a los alumnos para que crezcan y se descubran a sí mismos".