viernes, 5 de junio de 2015

Conductas problemáticas del adolescente (parte II): sexualidad y maternidad precoz

Conductas problemáticas del adolescente (parte II): sexualidad y maternidad precoz

Algunos adolescentes pretenden vivir la sexualidad como algo que sólo tiene un fin en sí mismo. Sus relaciones sexuales se basan en encuentros fortuitos, con parejas diferentes en cada ocasión y sin que después de cada relación aparezca el deseo de volver a ver a esa persona. Este comportamiento representa una falta de afectivación de la sexualidad y tiene que ver con una imposibilidad de asumir el temor o la angustia que ocasionaría implicarse demasiado afectivamente. Es decir, se intenta obviar el componente afectivo de las relaciones sexuales.
También se puede dar el caso opuesto, cuando las relaciones con el otro sexo son una fuente de angustia e inseguridad tan grande que llevan al joven a evitar la sexualidad. Surge así la inhibición, que se justifica mediante argumentos acerca de su escasa importancia, de su sentimiento de asco, de rechazo, etc. El interés por el deseo sexual se desplaza hacia otras actividades. Así, la dedicación exclusiva al estudio supone desplazar la curiosidad sexual a la curiosidad intelectual. La dependencia oral a determinadas sustancias puede pretender sustituir al compañero sexual. La negación de este deseo supone no ver la realidad del cuerpo a partir de la pubertad, como ocurre en la anorexia.

La  maternidad precoz

Muchos adolescentes no utilizan anticonceptivos en su primera relación sexual; no lo consideran necesario porque no imaginan que con una vez puede ser suficiente. La información que poseen es inadecuada, aunque los padres pensamos que los jóvenes ya lo saben todo sobre el tema. De hecho, existe un exceso de información, que no equivale siempre a que los mensajes sean escuchados. En ocasiones, consciente o inconscientemente se busca un embarazo: bien para probar la capacidad de reproducir, bien para procurarse un motivo para abandonar la dependencia paterna. Los padres tenemos un papel fundamental: debemos informar a los hijos de lo que es una relación sexual y de sus consecuencias. Hablar de estos temas no conlleva incitar a las relaciones precoces, sino que más bien posibilita la prevención. Prevenir permite evitar. Cuando el embarazo se confirma, hay que analizar la situación sin dramatismos y sopesar los pros y contras de ese nacimiento.

La legislación actual permite optar por interrumpir el embarazo durante las primeras semanas. En cualquier caso, es importante acudir a un psicólogo para analizar lo que comporta esta decisión. Los padres debemos tener en cuenta que la paternidad o maternidad de sus hijos adolescentes no implica madurez, por eso los hijos adolescentes, padres de un niño, seguirán necesitando la ayuda, consejos y apoyo de su familia.