sábado, 3 de abril de 2021

Volviendo a la rutina con nuestras mascotas

Regresar a la normalidad sin causarles efectos negativos y minimizando la alteración de las rutinas


Son fieles compañeros de nuestra rutina diaria

Desde esta semana estamos en el tránsito de la cuarentena a un ‘aislamiento inteligente y productivo’ en el cual, de acuerdo con el protocolo, algunos sectores productivos están retomando progresivamente sus actividades.

Eso quiere decir que muchas personas volverán a sus trabajos y las mascotas deberán acostumbrarse otra vez a las rutinas que tenían antes de la pandemia: no tenernos en casa todo el tiempo, paseos y alimentación a determinadas horas, etc.

Retornar a la rutina y adaptarse a los cambios no es fácil para nadie. Después de pasar varios días en un aislamiento social, creamos nuevos horarios para nosotros y para nuestros animales de compañía, y retomar la cotidianidad o la ‘nueva normalidad’ que se nos plantea puede generar estrés, ansiedad, depresión y algunos comportamientos no deseados en nuestros amigos peludos, que obviamente no entienden todo lo que está pasando

Con el ánimo de reducir los efectos negativos, minimizar la alteración de las rutinas y retomar los antiguos hábitos, necesitamos educar tanto a perros como a gatos para que el cambio sea progresivo y lo menos radical posible Perros y gatos

Para todos es bien conocido que perros y gatos tienen comportamientos diferentes: unos son más dependientes y otros se muestran más apáticos. Sin embargo, ambas especies pueden presentar sintomatología compatible con cambios de rutinas y ansiedad por separación al encontrarse más tiempo solos en casa.

En el caso de los perros, puede haber un aumento de las vocalizaciones (aullidos y quejidos), inquietud, hiperactividad, depresión, inapetencia, irritabilidad, nerviosismo, eliminación no controlada de orín o heces, destrucción de elementos de la casa como muebles o zapatos, y apatía por ciertas actividades.

Los gatos pueden tener pérdida de apetito, dormir mucho más, no hacer uso de la arenera y mostrarse particularmente distantes. Todos estos síntomas como resultado de un cambio en las prácticas diarias.¿Qué debemos hacer?

Para que el retorno a la rutina diaria no sea traumático para nuestras mascotas, la recomendación principal es armarse de paciencia y amor, sin perder la firmeza para corregir los comportamientos no deseados. Adicionalmente, podemos tener en cuenta lo siguiente.

Proceso gradual: el volver a la normalidad debe empezar una semana o un par de días antes y hacerse progresivamente: retomar el horario de levantarse, de los paseos o actividad física, de alimentación y, muy importante, del sueño. Así el regreso será menos confuso.

Alimentación: quizá al estar más tiempo en casa, acostumbrábamos a dar a nuestras mascotas alguna merienda en la mañana o en la tarde. Por ello debemos regresar a los hábitos alimenticios usuales suprimiendo esos snacks y dando los alimentos a la hora y en la cantidad adecuada, con el fin de ordenar el sistema digestivo y disminuir la sensación de hambre. Esto se puede hacer repartiendo el alimento diario en un mayor número de porciones de menor cantidad para disminuir la ansiedad.

Actividad física: al tenernos en casa, podíamos sacar a pasear a nuestro perro frecuentemente; sin embargo, ahora con la vuelta a los lugares de trabajo, los paseos se volverán menos constantes, y lo ideal es que se mantenga la norma de que no sean mayores a 20 minutos. Lo importante es retomar la rutina habitual de las actividades diarias incorporando progresiva y gradualmente los horarios de paseos, juegos, descanso, etc.

Al volver a casa podemos hacer actividades físicas y de estimulación sensorial con juguetes u otros objetos con ellos para reducir la ansiedad, el estrés, la depresión y el exceso de energía. Cambios drásticos en este aspecto pueden traer como consecuencia sedentarismo, depresión, hiperactividad, entre otros.

Obediencia: al estar en cuarentena quizá dejamos de lado los momentos de educación y entrenamiento de nuestras mascotas. Al retornar es necesario organizar un calendario de rutinas de obediencia y adiestramiento para reforzar los comportamientos positivos, corregir los negativos y aprender nuevas cosas.

Juguetes: para fomentar el entretenimiento de nuestros amigos peludos mientras no estamos en casa y evitar que destruyan objetos de nuestro hogar, haciendo uso de juguetes como muñecos de peluche para que se sientan acompañados, pelotas rellenas de alimento en su interior y otros elementos que estimulen sus sentidos y los mantengan ocupados.

Afecto: los primeros días pueden ser difíciles para ellos, y también para nosotros, por lo tanto, en las noches o los fines de semana intentemos compartir más tiempo juntos disfrutando las actividades que normalmente hacemos con ellos. Eso sí, es importante no sobreestimularlos o consentirlos en exceso.

Observación detallada: es normal que nuestras mascotas suelan confundirse con el proceso; sin embargo, hay que permanecer atento al estado de ánimo para poder tratar a tiempo cualquier trastorno y evitar que se convierta en un problema mayor. Cualquier cambio drástico en el comportamiento que perdure por mucho tiempo (mayor a dos semanas) puede ser una señal de alarma.

Ayuda profesional: no todas las mascotas responden de la misma forma a la reorganización, existen unas más reacias que otras. Lo ideal es tratar de observar con atención para poder buscar ayuda profesional a tiempo, y que pueda brindar un acompañamiento al animalito durante este período en el que se debe volver a los viejos hábitos.

viernes, 2 de abril de 2021

Ya no somos un país de niños

El país no es gobernable desde generaciones que sean indiferentes a las necesidades de los jóvenes.

Siempre se dijo que Colombia era un país de niños. Eso, que fue cierto hasta hace unos pocos años, ya no lo es. Durante décadas, cuando el crecimiento demográfico estaba disparado, los menores de 15 años fueron el grupo más importante de la población –aunque muy mal representado políticamente–. Por ejemplo, la inversión en educación básica siempre estuvo por debajo del gasto en pensiones, aunque los menores en edad escolar eran cinco veces más que los pensionados.

Todo esto va a cambiar por la demografía. Si hubiéramos analizado con cuidado las cifras del censo de 2018, las multitudinarias marchas del año pasado no nos habrían tomado por sorpresa.

El punto es que Colombia dejó de ser un país de niños para convertirse en un país de jóvenes. Y, para ser más concretos, de jóvenes deliberantes que no están dispuestos a dejarse imponer la agenda. Además, un grupo con grandes dificultades y razones para estar descontento. Las generaciones mayores les repiten hasta el cansancio que Colombia está mucho mejor que hace veinte años. Esta afirmación, aunque cierta, les entra por un oído y les sale por el otro, pues en nada alivia sus problemas actuales, que son reales.

Los colombianos de entre 15 y 30 años son ahora el grupo más grande de la población. Pesa tanto numéricamente que si participan activamente en las decisiones políticas, serán el electorado determinante en 2022.

Aunque tienen cuatro años más de educación que la generación anterior, sus ingresos todavía son muy bajos. No dependen de sus padres: una tercera parte de los hombres de 25 años y un 25 por ciento de las mujeres son cabeza de hogar. A los 30, ya la mitad de los hombres, y un 30 por ciento de las mujeres, es responsable de un hogar.

A esta realidad hay que sumarle otra. Hoy por hoy, el 40 por ciento de los colombianos pertenecen a la población vulnerable. Esto quiere decir que sus ingresos están por encima del nivel de pobreza, pero lejos de estar en la clase media consolidada. Para ser exactos, en 2018 el ingreso por persona en este grupo estuvo entre $ 257.000 mensuales (la línea de pobreza) y $ 609.000 por mes (el nivel de entrada a la clase media). Dado el aumento reciente del desempleo, es más fácil volver a caer a la pobreza que subir a la clase media. Esto produce una enorme angustia y descontento.

Una de las principales preocupaciones de los jóvenes es la calidad de la educación. Los resultados de las pruebas Pisa –que realiza la Ocde cada tres años a personas de 15 años– cayeron como un verdadero balde de agua fría: los datos de 2018 mostraron un retroceso en Colombia con respecto a los de 2015. Esto señala un problema mayúsculo: las personas hacen esfuerzos por educarse, pero no logran la capacitación adecuada, con lo cual los empleos que obtienen son de mala calidad.

Por eso no es sorprendente que en la encuesta de Gallup sobre satisfacción con la vida muestre un retroceso, aunque el país objetivamente sigue avanzando. Algo que no ayuda en absoluto es que la inmensa mayoría de las personas encuestadas consideran que la corrupción es un fenómeno generalizado, tanto en la órbita pública como en la privada.

Traducir esta insatisfacción y convertirla en cambio es el gran reto del país de los próximos años.

Hay dos formas de enfrentar el descontento. Una, la de los mesías populistas, es inducir caos para proponer que todo debe cambiar y a la postre no cambiar nada. Este es el camino que seguirán políticos oportunistas que buscan pescar en río revuelto. Otro camino es construir sobre lo construido, pero con una agenda de reformas clara y concreta. Entre ellas, hay que empezar por replantear el sistema de financiamiento de las campañas políticas –que es el origen de muchos problemas–.

El país ya no es gobernable desde los extremos ideológicos. Tampoco es gobernable desde generaciones que sean indiferentes a las angustias y necesidades de los jóvenes de hoy.

jueves, 1 de abril de 2021

Las pantallas afectan el desarrollo neuronal de los niños?

Son los padres quienes deciden cómo manejar los dispositivos en épocas de evolución tecnológica.


¿Las pantallas afectan el desarrollo neuronal de los niños?

Como si se tratara de un nuevo juguete, los celulares se han convertido en el dispositivo predilecto para entretener a los niños. La convivencia con estos aparatos es tan natural que muchos padres se han preguntado sobre el impacto que tienen en la vida de los menores que apenas llegan al mundo y ya se enfrentan a pantallas multicolores, con diferentes voces, sonidos y velocidades.

Pues si bien las pantallas ofrecen una estimulación sensorial que de alguna manera le permite al ser humano entender el mundo en el que vive, ¿un recién nacido está preparado para la sobrecarga de información que recibe por esta vía?

Para Jairo Zuluaga, médico experto en neurodesarrollo y estimulación de la Universidad Nacional, “es indispensable tener presente el entorno del menor, ya que durante los últimos 30 años del siglo XX se dejó de pensar que el cerebro venía preorganizado, por predisposición genética, y se dijo que el sistema es capaz de reconocer, interpretar e interactuar con el ambiente y se transforma de acuerdo con los estímulos ambientales”.

Dice el experto que el cerebro y las conexiones neuronales cambian según la experiencia de cada individuo, lo que significa que el entorno de los menores, incluyendo las pantallas y su inmersión temprana, sí es capaz de transformar este órgano.

Esas trasformaciones, aclara Zuluaga, no representan un problema en sí mismas, ya que estos cambios han sido evidentes en cada generación. Un claro ejemplo fue en su momento la llegada de la imprenta, teléfonos, cine y autos, que le permitieron al ser humano analizar nuevos entornos de su vida cotidiana y entender nuevas formas de comunicación.

Ahora bien, ¿cuándo debe realizarse dicha estimulación? Zuluaga habla de periodos críticos y sensibles como “las ventanas de oportunidad más grandes que, aunque no son los únicos, son los momentos en los que el sistema está disponible para dejarse cambiar y transformar por el mismo ambiente”.

Una vez está clara la disponibilidad que tiene el cerebro de los menores para permitirse reconocer y con el paso del tiempo transformar el entorno, surge un segundo momento indispensable para el desarrollo neuronal de los menores: la plasticidad. Para Zuluaga, es “la capacidad que tiene el sistema nervioso de dejarse cambiar por las experiencias sensoriales, y allí se habla de la estimulación supuestamente adecuada”.

Las pantallas ofrecen una estimulación sensorial que permite al ser humano entender el mundo en el que vive, ¿un recién nacido está preparado para la sobrecarga de información que recibe por esta vía?

Dicha estimulación consiste en que el niño invada y explore el objeto. “No obstante, lo que sucede muchas veces con las pantallas es que es el estímulo el que invade al individuo, sin el tiempo para explorarlo. Pero teniendo en cuenta que no todas las personas tienen el mismo desarrollo, lo que se considera adecuado dependerá única y exclusivamente de lo que los padres esperen de sus hijos”, afirmó Zuluaga.

Los padres suelen idealizar a sus hijos, quieren un hijo atleta, que sea músico, pero que a la vez sea bonito, lea, tenga inteligencia múltiple, inteligencia emocional, sea socialmente estable, entre otras cosas; pero ¿eso es posible? Zuluaga afirma que este es un tema que debe revisarse con cautela porque “aunque el ser humano se adapta al ambiente, al entorno y a sus deseos personales y el sistema nervioso está dispuesto a lo que el individuo lo exponga, siempre habrá un límite que los padres deben imponer.El papel de los padres

Y entonces, ¿qué quiere la sociedad?, ¿qué esperan los padres de sus hijos? Estos son interrogantes que vale la pena plantearse porque le darán un panorama mucho más amplio de lo que se espera de un menor, incluso desde antes de nacer. De esta forma, la educación no será producto del azar sino que tendrá un sentido.

“Deben existir objetivos de aprendizaje, del color, de los sonidos y del movimiento al que se enfrentan los niños. Pero si lo que sucede es que el elemento limita la capacidad del menor de invadir y explorar el entorno, incluso con movimientos tan elementales como la interacción con el rostro humano, mi recomendación es cero pantallas de los 0 a los 2 años. Pero esa es una tarea que debe trabajarse culturalmente. Mientras eso sucede, serán los padres quienes deciden cómo utilizar el tiempo con el menor frente a las pantallas”, asegura Zuluaga.

Los padres suelen idealizar a sus hijos: quieren un hijo atleta, que sea músico, lea, tenga inteligencia múltiple, inteligencia emocional, sea socialmente estable; pero ¿eso es posible?

El médico concluye que “los padres pueden decidir qué es lo que desean de su hijo. Tratándose de una forma de educación dinámica que invada sus vidas por las pantallas, encontrarán a un menor que pueda estar solo un largo tiempo y que sea multitarea. Si este es el caso, será normal que su hijo sea hiperactivo o tenga déficit de atención, dado que la inmersión de las pantallas en la vida humana puede ocasionar alguno de estos padecimientos”.

En ese sentido, para Zuluaga “no hay un tiempo límite que sirva como una especie de horario para ver o no televisión o el celular. Se trata más bien de un control que solo los padres pueden crear y mantener en casa”.

Todo esto teniendo siempre presente que la evolución tecnológica es más acelerada que la evolución biológica. “Y aunque los menores van mucho más rápido que sus padres, no todos procesan las cosas de la misma forma, ni todos los estímulos son adecuados en todo momento de la vida. Así que solo dependerá de cada uno el manejo que se le da a estos dispositivos”.

miércoles, 31 de marzo de 2021

Así fue como una tienda de videojuegos puso a temblar Wall Street

La tradicional minorista estuvo en el centro de una guerra virtual sin precedentes. Análisis.

Caso Gamestop: quién ganó y quién perdióCaso Gamestop: quién ganó y quién perdió


No deja de ser irónico que una sucesión de eventos que dejó ganancias para unos y pérdidas para otros por miles de millones de dólares involucre a una compañía que tiene el nombre de la némesis del 'sheriff' de Nottingham. Se trata de la aplicación Robinhood, inspirada en el legendario personaje inglés del Medioevo, quien dirigía una banda de asaltantes que les robaba a los ricos para darles a los pobres.

Y es que, a lo largo de las últimas semanas, la bolsa de Nueva York acabó siendo sacudida por un fenómeno en el cual un gran número de usuarios de esa plataforma obtuvo mucho dinero. Ello ocurrió tras imponerse a una serie de fondos de cobertura que habían apostado en contra de la acción de GameStop, una cadena de tiendas de videojuegos en dificultades.

Sin entrar en honduras, basta decir que estos fondos habían vendido títulos prestados (en corto, es la expresión usual), con la intención de reponerlos en un plazo determinado a menor precio. El cálculo era que esa presión de oferta inicial deprimiera más las cotizaciones, con lo cual a la hora de cumplir el compromiso habría una utilidad entre el valor original y el de la compra.

Pero eso no sucedió. Lejos de las expectativas de los profesionales del mercado, el precio de la especie se multiplicó 18 veces en el transcurso de un mes. La razón es que esta comenzó a subir inesperadamente porque despertó un interés inusitado entre el público, tras lo cual las firmas de inversión se vieron obligadas a adquirir acciones para cubrir sus posiciones, dando lugar a una espiral alcista que atrajo todavía más compradores.

Y la gente llegó masivamente, por cuenta de comunicarse a través de un foro electrónico albergado por Reddit –una red de múltiples comunidades con diferentes intereses– al que tenían acceso unos tres millones de individuos originalmente (ahora cuenta con más de seis millones). La advertencia de que había una oportunidad de ganancia –y de paso darles a los grandes algo de su propia medicina– fue suficiente para crear un efecto manada, con las consecuencias conocidas.La verdadera lección

Mirado desde afuera, lo sucedido fue presentado como la rebelión de la persona de la calle en contra de los tiburones de Wall Street. Como pocas veces sucede, estos se convirtieron en presa, en lugar de depredadores.

Si bien el viernes pasado ya había tenido lugar una corrección significativa frente a los máximos registrados unos días antes en el título de GameStop, aquí lo importante no es la fortuna que cambió de manos. La verdadera trascendencia del episodio es que demuestra que la irrupción de la tecnología está alterando de manera fundamental segmentos que antes parecían de la competencia exclusiva de los expertos.

Y esas innovaciones poseen muchas aristas. En la presente oportunidad confluyó la presencia de aplicaciones como Robinhood –que no les cobra comisiones a sus usuarios por comprar y vender acciones– con una avalancha de pequeños inversionistas a los que solamente les bastó mirar las redes sociales y apretar un botón del celular.

Así se formó una bola de nieve que arrastró a quienes buscaron interponerse en su camino y que seguramente no será la última. De hecho, a finales de enero las acciones de empresas como AMC (dueña de teatros de cine), Nokia o BlackBerry, también se movieron por los mismos factores, aunque no en igual magnitud. Por su parte, la onza de plata se disparó mientras que criptomonedas como el bitcóin alcanzaron a romper máximos históricos.

La explicación de lo que está sucediendo en diferentes ámbitos parte de una realidad económica. Los paquetes de ayuda diseñados para mitigar el impacto de la pandemia han creado una situación de abundante liquidez y bajas tasas de interés que llevan a muchos a buscar rendimientos superiores a los que les puede dar un depósito en un banco.

En ese sentido, las acciones son una opción válida y más en países en donde existen numerosas alternativas. En Estados Unidos las cuentas individuales representan ahora el 25 por ciento de todas las transacciones, diez puntos más que unos meses atrás. Un mayor número de participantes es algo positivo, pues diluye el poder de los grandes jugadores y abarata el costo del capital.

No obstante, los nuevos tiempos vienen con otro tipo de desafíos. Lo primero que queda en claro es que en un mundo interconectado los controles tradicionales no necesariamente sirven.

Sobre el papel, está prohibida la colusión con el fin de influir sobre un resultado específico, como cuando un puñado de poderosos se pone de acuerdo para alterar el equilibrio de una plaza, influir en un desenlace y repartirse las utilidades. En la época de los teléfonos y los contactos personales, parecía más fácil saber de dónde venían las conspiraciones.

Ahora el asunto no es tan sencillo. ¿Qué pasa cuando de manera casi espontánea unos y otros se suman virtualmente a un mismo objetivo? ¿Cómo seguirle la pista a un foro que migra a un comentario en Facebook y se replica infinidad de veces o a un audio que se distribuye masivamente en WhatsApp o Telegram por diferentes latitudes?

Por ese motivo, las investigaciones que se disponen a hacer las autoridades norteamericanas van a ser seguidas con mucho interés. Puntos complejos como el uso de información privilegiada toman un significado distinto dentro del ciberespacio, en donde quien siembra una semilla no necesariamente controla hacia dónde se extienden las raíces que esta origina.Las réplicas del sismo

El debate que apenas comienza puede parecer lejano en el territorio nacional, en donde las acciones que se transan en la plaza local son pocas y la cantidad de participantes es limitada. “Lo que sucedió con GameStop aquí no puede pasar porque el sistema con el que operamos es distinto”, explica Juan Pablo Córdoba, presidente de la Bolsa de Valores de Colombia.

Sin embargo, en el país también empiezan a verse innovaciones que hace unos años eran impensables. Estas tienen que ver con un proceso de digitalización que está presente cada vez más en la vida de cualquier persona y cuya profundización se ha acelerado como consecuencia de la emergencia derivada del covid-19.

El ejemplo más sencillo en lo que atañe al sector financiero es la conocida expresión del “ir al banco”. Cualquiera que visite una sucursal por estos días encontrará ausencia de filas y no solo por cuenta de la limitación del pico y cédula. Transferencias, consignaciones o consulta de extractos se pueden hacer con seguridad desde cualquier lugar, mientras haya un teléfono inteligente a la mano.

Esa mayor familiarización le abre de manera todavía más decidida la puerta a adquirir diferentes productos en el ciberespacio, ya sea una opción de ahorro, un seguro o negociar una hipoteca. El número de aplicaciones que pertenecen al mundo de las llamadas fintech (acrónimo de finanzas y tecnología) se calcula en 200 en Colombia, aunque es probable que esa cifra se quede corta.

Por otra parte, la globalización permite invertir en múltiples lugares, sin necesariamente estar en el radar de nadie. Hay cuentas en las plataformas existentes que se pueden abrir solo con un dólar, de manera que no se requiere de una fortuna para probar suerte.

Junto a las alternativas legítimas, también están esquemas de muy alto riesgo o verdaderas estafas, que son incluso más fáciles de camuflar en la nube que en el mundo real. Los timadores similares al “príncipe de Nigeria” que buscan incautos que les ayuden a una supuesta transferencia abundan y son apenas una fracción de incontables prácticas criminales.

Todo lo anterior hace más complejo el trabajo de las entidades encargadas de la supervisión y el control. Si evitar la información falsa o sesgada ya era difícil antes, ahora parecería que no hay cómo hacerles seguimiento a los millones de mensajes que circulan por internet en un momento determinado.

Lo anterior no impide, claro está, contar con sistemas de alerta temprana para detectar movimientos masivos y reaccionar en consecuencia, a través de alertas al público. El uso de algoritmos y el monitoreo de redes se impone, si de lo que se trata es de evitar eventuales dolores de cabeza.

A su vez, los individuos también deben hacer la tarea al entender que no necesariamente todo lo que brilla en el ciberespacio es oro. Los mismos motores de búsqueda dan las herramientas que ayudan a distinguir lo que vale la pena y lo que no. “Lo importante en estos casos es reforzar la información y la educación financiera”, anota Gerardo Hernández, quien fuera Superintendente Financiero.

Y de vuelta a la bolsa en Colombia, el proceso de evolución tecnológica está en pleno desarrollo. “Somos conscientes de que el mundo va hacia allá”, dice Juan Pablo Córdoba. Y agrega: “por eso tenemos el objetivo de que la gente pueda autogestionar sus inversiones”.

En último término, de lo que se trata es de aumentar el número de participantes, que después de alcanzar un máximo a mediados de la primera década del siglo ha vuelto a caer. “Eso dinamiza el mercado de valores y hace que tengan que aparecer nuevos instrumentos”, complementa Hernández.

En un plano más general, la presencia de actores como Robinhood en Estados Unidos o sus pares en otras naciones muestran que hay un movimiento difícil de detener en favor de la desintermediación y de menores costos de las transacciones. Ese ahorro en trámites, comisiones o primas es una buena noticia para los consumidores.

No hay duda de que circunstancias fuera de lo usual como lo ocurrido con GameStop se seguirán llevando los titulares. Pero lo verdaderamente importante para la vida de la mayoría es que al público que hoy paga por ciertos servicios las cosas deberían salirle más baratas en el futuro cercano. Y esa revolución, que llegará de manera gradual, es en último término la que más importa.

martes, 30 de marzo de 2021

Cuál es el antes y el después de la pandemia en materia educativa?

La ministra María Victoria Angulo dio el banderazo para la apertura de los colegios con alternancia.


La ministra de Educación, María Victoria Angulo, asegura que, luego de terminar los pilotos, han girado 400.000 millones de pesos a las secretarías.

María V. Angulo, ministra de Educación, da el banderazo para la apertura de colegios con el sistema de alternancia. Explica los requisitos y asegura que es indispensable la aprobación de los padres. “Luego de la pandemia, habrá que hacer un esfuerzo en matemáticas, lenguaje y ciencia”, dice.

Estamos en medio de la controversia de reabrir los colegios. ¿Cómo deja la pandemia ese antes y ese después en materia de educación escolar?

En Colombia y en el mundo veníamos de una realidad de inequidad en los aprendizajes. Lo que hizo la pandemia fue ponernos el reto de pasar a educación en casa. Pero las condiciones de los estudiantes son muy distintas en las zonas urbanas y en las rurales. Y, por más esfuerzos, aquí y en el mundo, con televisión educativa, radio, portales y contenidos, entregas de guías, el mensajero pedagógico, usted va a encontrar que cada niño se enfrentó a la circunstancia o al proceso de aprendizaje de forma distinta. Podemos decir que se acentuó el reto. Y, por otro lado, en Latinoamérica en particular se hace más visible el desafío de mejorar en temas de infraestructura y de conectividad.

¿Qué aprovechamos durante la pandemia para pasar de ese antes a este después? ¿Logramos aprovechar este tiempo para preparar, por ejemplo, mejor a los maestros?

Sí se abrieron más oportunidades de formación. Para el efecto, creamos un proyecto que se llama Contacto maestro, en el que solo, por darle un dato, durante la pandemia, el año anterior, ejecutamos 44.000 millones de pesos para potenciar esas oportunidades que permitieron que los maestros, además de avanzar en un área específica, pudieran hacerlo en el uso de tecnologías y también en manejo de temas de liderazgo y competencias emocionales. Ese es uno de los, digámoslo, “aprendizajes” del proceso de pandemia. Lo segundo es que la educación se puede acompañar de distintos tipos de contenidos, y eso puede ser una ventaja si estamos hablando de ruralidad, por ejemplo. No es excluyente que usted trabaje con presencialidad, pero que además pueda complementar el aprendizaje con contenidos de televisión, de radio y de portales, lo cual, bien diseñado, es un complemento magnífico en zona rural. Se trata de tener un esquema multiplataforma que apoye el proceso de aprendizaje.

¿Y cómo ha evolucionado durante la pandemia la relación familia-escuela?

Durante los últimos cinco, diez años siempre la recomendación de los expertos era cómo acercar a la familia de una forma distinta, no solamente para ir a revisar las notas de los hijos. Es innegable que la pandemia definitivamente acercó a la familia, le permitió ver además las complejidades mismas del proceso educativo en cada uno de sus hijos, y también entender en qué espacio, en qué modelos se sienten más seguros.

¿Pero se logró, finalmente, en medio de la pandemia, reducir la inequidad educativa, o inevitablemente se aumentó?

Previamente a la pandemia, el desafío principal era cerrar las brechas en materia de aprendizaje. Y así arrancó el Gobierno. Con Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad, que ponía el eje de educación en la equidad de oportunidades. Queremos llegar a esta población que tiene las condiciones mayores de vulnerabilidad.

¿Cómo cerrar esa brecha en plena pandemia?

Ella nos dejó ver que cuando actuamos en conjunto, con entidades como el Departamento de Prosperidad Social, y el ICBF, por ejemplo, no solo se le está dando un apoyo a la familia, sino atando muchos elementos asociados con la educación. Y, de otra parte, en el programa de educación superior, aunque no es el tema puntual de esta entrevista, lograr que las transferencias condicionadas a los jóvenes, de subsidios para manutención, las unamos a las que nosotros damos de beca, lo cual se convierte en un apoyo más integral del Estado a la familia del estudiante. Firmamos el acuerdo que incrementa de forma muy importante los recursos para las universidades públicas, y creamos el programa Generación E (Educación, Equidad, Emprendimiento), para que jóvenes de bajos recursos y meritorios puedan ingresar a la educación superior. La meta es de 336.000 jóvenes con acceso gratuito a ella. Antes de la pandemia ya 165.000 gozaban de ese beneficio.

Beneficios, muchos. Pero ¿cuál es el costo del proceso de adaptarnos a la educación virtual?

Más que cifras, lo que le puedo decir es que no es lo mismo estar frente a un computador todo el tiempo o aprender por televisión. Ahí hay un rezago, y eso va a costar en términos de que en los años siguientes nos toca reforzar mucho los conocimientos de matemáticas, de lenguaje, de ciencias.

Imagino que además el costo emocional ha sido alto…

Sí. Y ese se ve mucho sobre todo en los adolescentes. Definitivamente poder ir a la escuela, poder interactuar con los amigos, poder trabajar los temas que son de práctica, de laboratorio, son cosas muy distintas si usted lo hace presencial, o si lo hace mediante un proceso de aislamiento en casa. Se han generado varios programas en temas de empatía, en algunos casos de depresión, que no es un tema menor.

¿Y qué me puede decir de la deserción escolar?

Es otro tema al que hay que trabajarle mucho. Si bien logramos porcentualmente no alejarnos mucho de las cifras del año anterior a la pandemia, importa que ningún niño se quede por fuera. La deserción en preescolar, básica y media es cercana al 2,3 %, de una matrícula cercana a 10 millones de niños. Obviamente ahí hay un trabajo importante para que no se dé, y sobre todo en zona rural. Otro costo que tuvimos que pagar fue para evitar la deserción en educación superior. En Colombia, el 50 % de la matrícula son de universidades públicas y 50 % de privadas. Creamos un fondo solidario, con unos recursos a los cuales también se sumó el DPS, para lograr que estos jóvenes pudieran pagar su matrícula y continuar. En otros países latinoamericanos las medidas han sido hacia la educación básica, y han dejado un poco más en libertad, por decirlo así, de mercado, todo el tema de educación superior. También estamos encima del tema de violencia intrafamiliar, que tiene indicadores que se ha incrementado.

Con la reapertura de los colegios, ¿qué le responde a un maestro que legítimamente tiene miedo a que los niños lo contagien?

Desde agosto del año pasado constituimos un comité científico con Salud y Educación, para tratar todos los temas alrededor de retornar a la escuela. Para darle un ejemplo, ahí estaba la Universidad de Antioquia, y con ella construimos un portal con mucha información para poner a disposición de maestros y padres de familia, entre otras cosas, sobre el tema que usted está mencionando, que ya está desvirtuado por distintas investigaciones, y es que los niños sean vectores de contagio. Usted ve niños en escenarios donde hay centros comerciales, restaurantes, parques, los ve en reuniones familiares.

¿Entonces, el colegio no es un lugar inseguro?

Todo lo contrario. La resolución que trabajamos con el Ministro de Salud, que para mí ha sido un gran aliado, no es que ponga parámetros incumplibles, sino que busca garantizar distanciamiento y bioseguridad. No es un debate entre la salud y la educación, sino sobre cómo armonizar que nos cuidemos, siguiendo todas las recomendaciones de salud, pero que pongamos en práctica el proceso educativo, porque será mucho más el daño de no hacerlo. Y sobre esto hay investigaciones de la Unesco, de la ONU, que han dejado ver que en los procesos educativos, sobre todo en educación inicial, media y secundaria, es fundamental la interacción social y la interacción con los maestros.

¿En qué estamos hoy? ¿Los colegios privados están siguiendo la indicación de la alternancia y los públicos no, o es una mezcla de todos?

No, señora, hemos logrado, por fortuna, los dos. Publicamos los lineamientos para el proceso de alternancia desde junio del año pasado, fuimos el segundo país latinoamericano en ello, y el objetivo era comenzar a hacer pedagogía, porque sabíamos que no sería fácil, justamente por el temor. Luego, en octubre, emitimos la resolución, con todo el detalle, para los protocolos. Hicimos pilotos en colegios públicos y privados en el 75 % del territorio nacional. Los pilotos terminaron en diciembre, quedaron documentados y eso nos permitió girar a las secretarías de Educación 400.000 millones de pesos para poder iniciar el año contando con el dinero para todos los elementos del protocolo. Girados estos recursos, cada secretaría tenía que presentar su plan de alternancia. Aprobamos los 96 planes, porque son 96 secretarías de Educación, y tengo aquí anotadas aquellas que efectivamente ya han iniciado trabajo presencial. Una de ellas, que hace un trabajo inigualable, incansable, es Antioquia; ya iniciaron también Envigado, Pitalito, Atlántico, Caldas, Rionegro, Sabaneta, Barranquilla, Buga, Girón, Itagüí, Montería, (desde donde le estoy dando esta entrevista); Palmira, Pereira, Quindío, Santander, Valle del Cauca. Hasta ahí vamos a hoy. La semana entrante sigo recorriendo municipios, porque estoy tratando de ir a acompañar a cada secretaría que inicia el proceso. Tenemos que lograr vencer los miedos de todos los actores de la comunidad.

No es un debate entre la salud y la educación, sino sobre cómo armonizar que nos cuidemos, siguiendo todas las recomendaciones de salud

Al lado del miedo de los maestros, también está el de los padres...

Que aún siguen temerosos. Hemos involucrado mucho en los procesos a las asociaciones de padres de familia. En Montería hoy me llamaba muchísimo la atención el rol tan activo del representante de padres de colegios públicos; muy conocedor de los protocolos; eso hace que el vocero genere confianza, porque el plan de alternancia se aprueba en cada colegio, con el consentimiento de los padres.

¿Qué condiciones se exige para que un colegio público o privado abra con alternancia?

Según la región, se presentan dos situaciones: en algunas ya iniciaron. En otras, que tuvieron por ejemplo un pico epidemiológico, tipo Bogotá, inician hoy con privados, y el próximo lunes con públicos. También hay demoras en algunas ciudades o departamentos que aún no habían acabado de hacer el alistamiento y las compras de elementos de cada sede. Se tienen que dar esas dos condiciones: que de parte de la Secretaria de Salud, en el comité de alternancia local se dé visto bueno según si las variables indican que ya se puede abrir; y que en la sede esté la dotación con los elementos necesarios del protocolo de bioseguridad. Y, además, que ya hayan hecho la propuesta, porque en la alternancia obviamente hay una combinación de horarios y de momentos para que nunca haya aglomeración.

Finalmente, ¿usted sería partidaria de que a los maestros los pasen a primera línea de vacunación, dada la responsabilidad que tienen en la sociedad?

Claro, ellos ya están muy priorizados. Después del sector médico, de los que atienden en primera línea el covid, y de los mayores de 80, los maestros están en la etapa tres de la fase uno. Entonces, tienen toda la prioridad posible. Ese análisis lo hizo muy concienzudamente el Ministerio de Salud, comparando además los análisis de otros países; primero viene la primera línea de atención al covid. Incluso, los maestros que tienen comorbilidad, o que son mayores de 70, van a estar en la segunda etapa, anterior al resto de los maestros. Eso indica que están muy priorizados.

lunes, 29 de marzo de 2021

mientras dormía, joven murió por ataque de su mascota

Keira Ladlow adoptó al perro tiempo atrás. El animal será sacrificado por las autoridades.


Imagen de un perro Staffordshire Bull Terrier.

Un escalofriante suceso conmocionó a los habitantes de un barrio de Birmingham, en Inglaterra: una joven falleció a raíz del ataque de su propia mascota.

Todo ocurrió un jueves en la noche.

Los vecinos, según el registro de las autoridades, escucharon una serie de gritos provenientes del apartamento de Keira Ladlow, una joven de 25 años.

A los gritos se sumó el ladrido de un perro, quien, según contaron familiares de la fallecida, había sido adoptado por Ladlow tiempo atrás.

El viernes en la mañana la policía reveló la escena: ella había sido asesinada mientras dormía debido a un ataque del perro.

“Nadie más estaba en la propiedad en ese momento y la familia de la mujer ha entregado al perro, que se cree que es un cruce de Staffordshire Bull Terrier”, indicó el informe policial.

El animal, ante el desenlace de los hechos, será sacrificado por las autoridades.

En los detalles del caso se supo que Ladlow había visto al perro en muchas ocasiones. El animal paseaba seguido por un jardín hasta que la joven decidió llevarlo a casa.

Pese a ello, la investigación sigue su curso.

domingo, 28 de marzo de 2021

Los anuncios de comida favorecen la obesidad infantil?

Un estudio de la UOC recomienda una normativa publicitaria más restrictiva en España ante la ineficacia para proteger a los menores de la obesidad


Los anuncios de comida favorecen la obesidad infantil

Más del 40% de los niños españoles son obesos o tienen sobrepeso, dato que sitúa España al frente de Europa en obesidad infantil. Uno de los frentes que hay que atacar para afrontar este problema de salud pública es la publicidad alimentaria dirigida a menores. Lo evidencia un estudio publicado en la revista Nutrientes, de dos investigadoras de la Universitat Oberta de Catalunya y una de la Pompeu Fabra. Las expertas recomiendan más control sobre los anuncios de productos de bajo valor nutritivo y más restricciones para el conjunto de normas que autorregulan la publicidad alimentaria dirigida a niños.
Autorregulación publicitaria ineficaz

El estudio revela que el Código de autorregulación de publicidad de alimentos y bebidas dirigida a menores es ineficaz y no ayuda a prevenir la obesidad. Lo afirma Mireia Montaña, principal autora del artículo e investigadora del Grupo de investigación en Aprendizajes, Medios de comunicación y Entretenimiento de la UOC.

Se vulneran repetidamente varios principios del código y, además, no se tiene en cuenta que el gran consumo de publicidad de los menores se produce fuera del horario protegido

Es importante destacar la importancia de la televisión entre los menores. El 90% de los niños continúa viendo contenidos televisivos habitualmente y el 80% los consume, diariamente, fuera del horario infantil.
Publicidad atractiva para alimentos nocivos

Las tres investigadoras analizaron durante tres años, del 2016 al 2018, los anuncios emitidos en la franja horaria más vista por los niños de 4 a 12 años. Primero analizaron la calidad nutricional de los productos de los spots más vistos y de 300 campañas televisivas. Después, correlacionaron el valor nutricional con la estrategia discursiva que se había usado como reclamo publicitario.

Los anuncios más vistos corresponden en su mayoría a productos alimentarios de poca calidad nutritiva cosa que, según Montaña, no ayuda de ninguna forma a prevenir la obesidad entre esta población. También observan que a medida que baja la calidad nutricional de los productos que se anuncian, más alta es la presencia de elementos que transmiten ideas relacionadas con experiencias positivas, que no tienen nada que ver con los productos como diversión, felicidad y aventura.


Según otro análisis sobre los anuncios que ven los niños en la televisión española, en este caso de Miguel Ángel Royo-Bordonada, investigador de la Escuela Nacional de Salud Pública, “los menores reciben 7.500 impactos al año de mensajes que les dicen que coman un producto que no es saludable, asociados además a emociones positivas, a regalos y obsequios, y que además aseguran que son más sanos cuando es al contrario”.

Además, varios estudios han relacionado el consumo de alimentos de poco valor nutricional con un estado de ánimo personal bajo, un hecho que se conoce como emotional eating. El concepto se refiere a las personas que buscan compensar sus necesidades emocionales con la ingesta de productos, sobre todo ricos en energía, pero de poco valor nutritivo. Este tipo de anuncios también pueden modificar el comportamiento y causar alteraciones alimentarias, como por ejemplo el trastorno por atracón.


Teniendo en cuenta las repercusiones negativas que tiene para la salud y, sobre todo, la vulnerabilidad de los niños, es necesaria una revisión de la aceptación de un discurso publicitario hedonista que puede acabar provocando un decremento del bienestar de las personas
Recomendaciones de la OMS y medidas políticas

Un escolar de entre seis y 12 años ve 25 anuncios de comida cada día y el 75% son de productos que no debería consumir habitualmente. Pero lo acaba haciendo, en muchos casos porque sus progenitores caen en “esos reclamos que confunden a los padres, que quieren comprar lo más saludable para sus hijos”.

“Si se cumpliera el criterio establecido por la OMS, habría que retirar de las pantallas tres cuartas partes de los anuncios”, denuncia Royo-Bordonada, que culpa a una dejación de responsabilidad de las autoridades sanitarias españolas por dejar que la industria se autorregule. Con estos datos sobre la mesa, las investigadoras recomiendan que el Gobierno aplique una política más restrictiva para la publicidad de alimentos de valor calórico alto y poco valor nutritivo.

Para avanzar en el conocimiento del impacto de la publicidad alimentaria en la obesidad infantil, las investigadoras indican que hay que hacer más estudios que comparen países europeos con diferentes sistemas de regulación de la publicidad infantil, los niveles de consumo de estos productos y la evolución de los índices de la obesidad infantil.