martes, 23 de abril de 2019

Cómo convalidar títulos educativos obtenidos en el exterior?

Proceso contempla a colombianos que estudiaron afuera o extranjeros que quieren trabajar en el país.


EL TIEMPO conoció que el Ministerio de Educación está revisando la forma para apoyar a los migrantes venezolanos para convalidar de manera más ágil sus documentos educativos. 

La convalidación de títulos educativos obtenidos en el extranjero es un proceso que deben hacer tanto los colombianos que estudiaron en el exterior como quienes vienen de otros países y pretenden ejercer su labor en Colombia. 

El proceso acredita que las competencias que adquirió en el programa realizado en el exterior en efecto lo acreditan para ser un profesional en el área, que los documentos sean reales y no falsificados y que los criterios del programa y de la universidad sean reconocidos internacionalmente.

Para programas de medicina o salud en general, derecho, contabilidad y pedagogía, existen requisitos especiales al ser carreras que involucran la vida de las personas o porque las bases pueden ser distintas para casa caso. 

La persona que haga la convalidación debe tener una serie de documentos dependiendo de si quiere acreditar el pregrado o el posgrado. Es un proceso largo y dispendioso, pero necesario en la mayoría de casos, para poder trabajar. especialmente en el sector público. 

La entidad encargada es el Ministerio de Educación y desde octubre de 2017 se siguen lineamientos para evitar los llamados “títulos express” o posgrados falsos que pueden ser altamente riesgos para la población. 

Ejemplo de ello es la investigación sobre los médicos cirujanos que hacían “especializaciones” en Brasil y que desencadenaron una campaña por muertes, especialmente de mujeres, en las salas de cirugía. Este caso aún no se ha cerrado.En el caso de áreas artísticas también se podrá convalidar títulos expedidos por conservatorios de música, academias o instituciones extranjeras de educación artística.¿Cómo se hace la convalidación?

La convalidación se hace a través del sistema electrónico VUMEN, de los canales de atención (página web, chat, atención telefónica). Allí se deben radicar los documentos requeridos. El Ministerio de Educación puede brindar acompañamiento para realizar el proceso a través de su Unidad de Atención al Ciudadano.1. Concepto de convalidación

Lo primero que pasará es que el ciudadano debe consultar al Ministerio de Educación mediante la presentación o adjuntos de los documentos un concepto de viabilidad para iniciar o no el proceso de convalidación.

Esa institución gubernamental revisará los requisitos presentados por el solicitante (si existe la institución, si ese programa académico está activo en Colombia, se verifica la oferta educativa nacional en el sistema de información de calidad de educación superior y el reconocimiento oficial del título como formación de educación superior). Esta consulta no genera ningún costo. Si el Ministerio da viabilidad eso no significa que la validación se vaya a dar. 
Una vez dado el concepto de que es viable la convalidación, el sistema le informa del pago. Cuando se cancele el valor, el Ministerio iniciará el trámite.2. Documentación general (pregrado)

- Tener el concepto positivo de viabilidad del trámite de convalidación por parte del Ministerio de Educación

- Formato de solicitud diligenciado en debida forma

- Original o fotocopia del diploma del título, sello de apostilla o legalización por vía diplomática del documento y su traducción (esto para documentos otorgados distintos al castellano). La traducción debe ser hecha por un traductor o intérprete oficial. En el Ministerio tienen un listado. 

- Original o fotocopia del certificado de calificaciones. Los documentos deben ser apostillados, legalizados y traducidos (si no son en castellano). 

- Original o fotocopia del programa académico, que debe corresponde con lo mismo que se plasmó en el certificado de calificaciones. Si la institución educativa no tiene este programa académico puede presentar un documental oficial donde se explique la manera como se desarrolló el programa cursado. Los documentos deben ser apostillados, legalizados y traducidos (si no son en español). 

- Fotocopia del documento de identificación. Cédula de ciudadanía para los nacionales y pasaporte o cédula de extranjería para los extranjeros.3. ¿Y si quiero convalidar un posgrado?

- Es importante que sepa que no se admiten solicitudes simultáneas de convalidación de título de pregrado o de posgrado.

- Se necesitan todos los documentos anteriores más la fotocopia del título de pregrado otorgado por la institución de educación superior aprobada en Colombia. Si el título de pregrado fue obtenido en el extranjero debe proveer el número de resolución de la convalidación otorgada por el Ministerio de Educación Nacional. 

- Debe adicionar el formato de resumen o formato de investigación que se encuentra disponible en la página del Ministerio de Educación. https://www.mineducacion.gov.co/portal/convalidacion es/Convalidaciones-EducacionSuperior/363154:Descargue-formato-Productos-deInvestigacion

IMPORTANTE: si su título es de pregrado en derecho, contaduría, pregrado en educación o del área de la salud por favor verificar los requisitos adicionales. Consulte los requisitos adicionales para esta carrera en este link: https://www.mineducacion.gov.co/1759/articles-369204_recurso_1.pdf¿Cuánto cuesta?

Las tarifas establecidas para 2019 son: 

Para convalidación de pregrado: 607 mil pesos colombianos
Para convalidación de posgrado: 689.800 pesos colombianos
El pago se puede hacer por internet a través de PSE (Pago seguro en línea)¿Cuánto demora?

El proceso podría tardar entre 2 y 4 meses dependiendo del tipo de trámite¿Qué pasa si soy extranjero y no tengo pasaporte o cédula de extranjería?

Sin estos papeles es imposible hacer el proceso.¿Qué pasa si no tengo todos los papeles que exigen?

Algunas personas tienen problemas con este tipo de exigencias. Por ejemplo, se ha evidenciado que la población venezolana que ha llegado al país tiene obstáculos en Venezuela para obtener la documentación como la falta de papel para imprimir o desórdenes en la administración institucional.

Por ahora, el Ministerio de Educación exige que se deben aportar todos los documentos, aunque EL TIEMPO conoció que se está revisando la forma para apoyar a los migrantes venezolanos dada la situación en su país. 

Lo que sí acepta esa cartera es que los trámites que hacen los venezolanos tienen una vía más rápida para agilizar el proceso.

Si quiere más información puede visitar la página www.mineducacion.gov.co/convalidaciones o llamar a la línea gratuita 018000910122 o al teléfono en Bogotá: +57 (1) 3078079. También dirigirse al Ministerio de Educación en Bogotá, ubicado en la calle 43 #57-14 Centro Administrativo Nacional, CAN, Bogotá. El horario de atención es de lunes a jueves de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. en jornada continua y viernes de 7:00 a.m. a 4:00 p.m.

lunes, 22 de abril de 2019

La paramédica que sobrevive con domicilios nocturnos y en bicicleta

Karen Peñuela (21 años), narra las dificultades de la calle y el tráfico, y sus sueños de progreso.


Karen Peñuela depende de su bici y su teléfono para trabajar.

Antes de que el pedal de su bicicleta se desprendiera, llevó un domicilio de tacos mexicanos al barrio Chicó: arribó al edificio y le escribió a la cliente para entregar el paquete, pero esta no le contestaba. El vigilante, frunciendo el ceño, sospechó que la joven tuviera malas intenciones:

“Me trató supermal, solo porque trabajo en esto”, se lamenta Karen Peñuela, quien se gana la vida como ‘rappitendera’ (o repartidora de domicilios vía app). Pero al final, la destinataria respondió y la muchacha pudo cumplir con su tarea.

Empuja la cicla por la ciclorruta de la carrera 19, en busca de un mecánico que suele ubicarse en la calle 122. Faltan pocos minutos para las nueve de la noche y esta colombo-venezolana avanza con una maleta cuadrada y de color naranja, más grande que su espalda, colgada de los hombros. Ahí acomoda los pedidos.

Su pelo, oscuro como el cielo nocturno, le baja como cascada y le roza el ombligo. De piel morena y dientes muy blancos, comenta que nació en Bogotá y a los 9 años se la llevaron al oriente de Venezuela. Hace ocho meses regresó, huyendo de la escasez. 

Un mohín de frustración se le dibuja en la cara al ver que el mecánico se fue. Media vuelta hacia atrás y a empujar con dirección al sur: 

“Lo que hoy hago es muy diferente a lo que estudié, pues soy estudiante de tercer año de medicina, con cursos de rescatista y paramédico”. Su acento es una mezcla atípica de rolo con venezolano: “No es tan común ver mujeres trabajar en esto, pero se puede. Nos ven como princesitas y creen que nos partimos una uña, pero no todas somos así. No me parece tan difícil”. 

Apunta, eso sí, que a veces le toca escalar “lomas horribles”. Recuerda, por ejemplo, que su primer pedido (una comida tailandesa con té) lo subió hasta la carrera 4.ª este con calle 17. Casi se le estalla el corazón –sufre de asma y siempre carga su inhalador–, pero se ganó los primeros 5.000 pesos.



En la rotonda de la calle 116 con carrera 19 se ubican domiciliarios todo el tiempo.

La calle

A principios de enero debutó en Rappi, la aplicación que tiene repartidores trabajando en cientos de calles del Distrito. El norte, sobre todo, es la zona de mayor movimiento. Ella ha pedaleado por Chapinero y el centro, pero se acomodó mejor en un cuadrante que comprende desde la calle 65 hasta la 140, y desde la carrera 7.ª hasta la Autonorte,e incluso hasta la avenida Suba. 

“Antes me iba temprano para la casa, ocho de la noche, porque al ser mujer me veían –ladrones– como blanco fácil. Siempre le pedía a Dios que no me dejara sola y nunca me pasó nada”. 

Pero la época de irse pronto terminó gracias a uno de sus amigos, que vive cerca de su casa en el barrio Policarpa (localidad de Antonio Nariño). Se devuelven juntos –por la avenida Caracas– y así Karen puede quedarse hasta la medianoche, o dos de la mañana los fines de semana, cuando más se mueve el negocio. No obstante, en su vecindario más de una vez la han hecho correr los “ñeros”.

Un compatriota detiene la cicla y le pregunta dónde puede adelantar un giro de dinero para la app. Ella le indica el sitio más cercano. 

“Tengo una amiga que se hace hasta $ 200.000 pesos a la semana; pero metiéndole la ficha se puede sacar hasta $ 400.000. Es bien para mí, que no tengo mucha responsabilidad: tengo 21 años y mi responsabilidad soy yo misma y ayudar a mis padres. Pero es diferente para una mujer con hijos que trabaje así, porque le toca pedalear de sol a sol, así llueva. Las admiro”.

Según Rappi, en promedio un domiciliario trabaja 14 horas por semana. En una hora productiva puede hacer entre dos y tres pedidos y en promedio ganar $ 4.700 por cada uno ($ 3.700 por servicio y $ 1.000 de propina). Esto les permite conseguir entre $ 9.500 y $ 14.000 por hora.


Antes me iba temprano para la casa, ocho de la noche, porque al ser mujer me veían –ladrones– como blanco fácil. Siempre le pedía a Dios que no me dejara sola y nunca me pasó nada

La caminata se acerca a la 116 con carrera 19. La avería de la bici ha privado a Karen de su séptimo pedido de la jornada, que empezó al mediodía. En el cruce, la ciclorruta cuenta con una rotonda que sirve de parqueadero a los domiciliarios. De día y de noche, luce atestado de estos trabajadores. Allí beben agua, despachan algún bocadillo, comparten chascarrillos o tan solo descansan.

Antes de poder pasar la vía –el semáforo está en rojo–, un colega de Karen se avienta sin importar que vengan carros. Imprudencias como esta, sobrepasos peligrosos y uso de los andenes, son las que a diario denuncian ciudadanos molestos con este batallón de ciclas y motos.

De casualidad, pasa una ambulancia que aturde con su sirena. La muchacha observa el aparato y explica que el paciente transportado lleva un politraumatismo, “lo sé por el color de las luces. Dependiendo de cómo alumbren indican qué tipo de emergencia es”.

En el costado sur de la 116 –no quedaba espacio para parquear en la glorieta– espera unos minutos a que sus mejores amigos lleguen. Hace rato han estado hablando por WhatsApp y saben que ahí es el punto de encuentro. Al fin aparecen –Mic y Sting, así se hacen llamar– y ella les pregunta dónde podría arreglar su cacharro de dos llantas: al parecer –9:30 p. m.– es tarde para encontrar algún taller abierto, afirman. Ambos chicos advierten que van a entregar más pedidos y que no se demoran.



Lo que más reparte es comida. Cuenta con dos pólizas contra accidentes.

Por jornada, cada uno recorre entre 15 y 20 kilómetros, calcula ella. Todos cuentan con dos pólizas de seguros: una de accidentes personales y otra de responsabilidad frente a terceros. También tienen aseguramiento de riesgos laborales, que los protege en caso de accidentes en ejercicio de su labor, como independientes, pues no cumplen horarios fijos y pueden trabajar a la hora que quieran.

“Hay poca conciencia del uso de las vías y las ciclorrutas, porque los peatones se meten en la vía y los conductores son muy imprudentes; con otros ciclistas no he tenido inconvenientes”, expresa Karen, quien hace unos días fue golpeada por un carro que le lastimó la muñeca. 

“Ahorro para ayudarle a mi hermana en Venezuela y sueño con ir a Panamá, Alemania y Grecia a estudiar gastronomía”, remata, antes de que su mejor amigo la recoja para ir a buscar dónde guardar la cicla, al menos por esta noche.

domingo, 21 de abril de 2019

Hikikomori', los miles de jóvenes que viven sin salir de sus cuartos

El fenómeno de los jóvenes ermitaños va en aumento en países como Corea del Sur, EE. UU. o España. 


Ikeida, un japonés de 55 años, es un hikikomori. La tendencia es más habitual entre adolescentes. 

En nuestro mundo hiperconectado puede resultar difícil desconectar. El flujo interminable de correos electrónicos, tuits, likes, comentarios y fotos nos mantiene constantemente "enchufados" a la vida moderna.

Pero en Japón medio millón de personas viven como ermitaños modernos. Se les conoce como: "hikikomori": solitarios que se retiran de todo contacto social y, a menudo, no abandonan su casa en años. 

Una encuesta gubernamental halló que son unas 541.000 personas (el 1,57% de la población) en ese país, pero muchos expertos creen que la cifra total es mucho más alta, pues a veces tardan años en pedir ayuda. 

Se pensaba que esta condición era única de Japón, pero en los últimos años se ha extendido por el mundo. 

En la vecina Corea del Sur, un análisis de 2005 estimó que había unos 33.000 adolescentes socialmente aislados (el 0,3% de los habitantes) y en Hong Kong una encuesta de 2014 calculó que alcanzaba el 1,9% de su población. 

Y no solo ocurre en Asia; también está pasando en Estados Unidos, España, Italia, Francia y en otras partes del mundo. 

Un tema controversial (pero habitual) en las investigaciones sobre los hikikomori es la influencia de la tecnología moderna en el aislamiento. Todavía está lejos de establecerse cualquier vínculo potencial entre estos dos fenómenos, pero preocupa que la "generación perdida" de Japón pueda ser un llamado de atención de nuestras cada vez más desconectadas sociedades. 

El término hikikomori se refiere tanto a la condición como a quienes la padecen y fue acuñado por el psicólogo japonés Tamaki Saito en su libro "Aislamiento social: una interminable adolescencia" (1998). 

Hoy día, este concepto se define como una combinación de aislamiento físico y social al que se suma sufrimiento psicológico que puede durar seis o más meses. 

El trastorno se consideró cultural en sus inicios. Y hay razones para pensar que la sociedad japonesa es especialmente vulnerable a él, dice Takahiro Kato, profesor de psiquiatría en la Universidad de Kyushu, en la región de Fukuoka, y estudioso del hikikomori. 

"En Japón hay un refrán muy famoso: 'Un clavo saliente se romperá pronto'", dice Kato. Las rígidas normas sociales, las altas expectativas de los padres y la cultura de la vergüenza hacen que la sociedad japonesa sea un caldo de cultivo de sentimientos de incompetencia y el deseo de que uno quiera esconderse del mundo", dice Kato. "No quería ver a nadie"

Tomoki*, de 29 años, dejó su trabajo en 2015. Me cuenta que estaba decidido a volver al trabajo y visitar a menudo a sus compañeros. También asistía a un grupo religioso casi a diario, pero el líder del grupo comenzó a criticar públicamente su actitud e incapacidad para volver al trabajo. 

Cuando dejó de ir a esas sesiones religiosas, el líder le llamó varias veces por semana. Esa presión, combinada con la de su familia, terminaron empujándole a un aislamiento completo. 

"Me culpé a mi mismo", explica. "No quería ver a nadie, no quería salir al exterior". 

El centro Yokayoka, un sitio de apoyo a hikikomoris en la ciudad de Fukuoka, ofrece sesiones de apoyo en las que, uno por uno, los afectados describen la presión que han sentido en sus vidas. 

"La escuela es una monocultura, todo el mundo tiene la misma opinión", dice uno de los visitantes, Haru, de 34. "Si alguien dice algo (diferente) está fuera del grupo". 

Intentar cumplir con las expectativas de la sociedad japonesa también se ha vuelto más difícil. El estancamiento económico y la globalización están haciendo que las tradiciones colectivistas y jerárquicas de Japón entren en conflicto con la visión más individualista y competitiva de Occidente, dice Kato. 

Y los padres japoneses sienten una fuerte obligación de apoyar a los niños pase lo que pase y a menudo, la vergüenza les impide buscar ayuda, explica el psicólogo. 

Pero el creciente número de casos fuera de Japón está haciendo que muchos cuestionen que se trate de un tema puramente cultural. Kato y sus colegas internacionales encontraron en 2015 casos en Estados Unidos, Corea del Sur e India en los que coincidían los criterios clínicos. 

Alan Teo, autor principal de ese estudio, enseña psiquiatría en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon, EE.UU., y dice que suelen ponerse en contacto con él estadounidenses afectados por ese trastorno. 

"La gente asume que debe ser común en Japón", explica. "Pero si mides cuán común es, puedes encontrar datos sorprendentes". De Japón a España

La psiquiatra española Ángeles Malagón Amor, del Hospital del Mar, se encontró con el problema durante un tratamiento doméstico en Barcelona. Ella y sus compañeros encontraron pacientes que se aislaban socialmente durante un tiempo prolongado. Eso le llevó a leer sobre literatura japonesa relativa al hikikomori. 

Entre 2008 y 2014 se encontró con 190 casos. Esos son los datos más recientes, pero la doctora está segura de que tan solo son la cima del iceberg. 

"En ese momento, había dos psiquiatras y dos enfermeras para más de un millón de pacientes", dice. "Yo creo que tiene que haber muchos más casos". 

Sin embargo, establecer una explicación más en profundidad es muy difícil. 

Muchos estudios dicen que el hikikomori está relacionado con desórdenes psiquiátricos o de desarrollo que pueden variar en tipo y gravedad. También puede desencadenarse por estrés laboral o familias disfuncionales. 

"Una de las razones por la que el hikikomori es fascinante es que no hay una sola explicación", dice Alan Teo. "Hay muchos factores que influyen". 

Otro factor que suele discutirse es el uso de la tecnología como internet, redes sociales y videojuegos, fuente de un continuo debate en investigaciones sobre la salud mental. 

TaeYoung Choi, psiquiatra e investigador en la Universidad Católica de Daegu, en Corea del Sur, no cree que la tecnología cause necesariamente el aislamiento, pero dice que puede profundizarlo. "Algunas personas se aíslan más usando la tecnología", señala. 

"Por lo que hemos visto hasta ahora, no es un gran problema. Pero creo que se acentuará en los próximos años en el casos de jóvenes socialmente aislados con adicción a internet", opina Malagón Amor. 

Y Kato dice que el efecto de la tecnología puede ser sutil, y que los celulares y las redes sociales han hecho que el contacto indirecto sea mucho más común que el cara a cara. 

No hay suficiente información concluyente, dice Teo. "Si las interacciones en línea sustituyen a las interacciones cara a cara, creo que las investigaciones indicarán que es problemático". Formas de comunicación

Sin embargo, es importante no demonizar la tecnología, opina Teo. 

Las redes sociales o el email no son causas directas de problemas mentales; son vehículos de comunicación que pueden usarse de forma tanto positiva como negativa. 

Internet proporciona una ventana para las vidas aisladas de los hikikomori. 

La creciente interconexión entre los mundos online y offline también podría ofrecer formas de hacer que los hikikomori retornen a sus vidas diarias. En 2016, Kato publicó el caso de un paciente que comenzó repentinamente a salir de casa a diario tras descargar el juego de Nintendo para celular Pokémon Go. 

El juego usa realidad aumentada para atrapar criaturas virtuales en el mundo real. Kato dice que este tipo de juegos pueden ser útiles en centros de ayuda para los hikikomori. 

También ha comenzado a trabajar con una empresa japonesa para crear un robot que pueda fomentar el contacto social en un entorno controlado. 

Y puede haber formas menos tecnológicas de ayudar a los hikikomori. 

Shinichiro Matsuguma, un estudiante de doctorado en la Universidad de Medicina de Keio de Tokio especializado en psicología positiva, ha creado un centro para rehabilitar a hikikomori que se centra en sus fortalezaspara mejorar su autoestima. 

"Muchos piensan que los hikikomori no hacen nada. Pero en mi perspectiva están desarrollando sus fortalezas a través de videojuegos", le dice a la BBC. "Y siempre les digo que eso se aplica a diferentes ámbitos". Consejo remoto

Los expertos están de acuerdo en que el contacto social directo y las terapias intensivas no pueden sustituirse. 

Yoko Honda, quien dirige el Centro de Salud Mental y Bienestar de Fukuoka, dice que el gobierno de Japón les ha empujado a usar las redes sociales para proporcionales consejos de manera remota, aunque los hikikomori se resisten. 

"Un tuit no es suficiente para expresar nuestra ansiedad o emociones", dice la experta. Aunque está de acuerdo en que podría ser útil para contactar a nuevos pacientes. 

Además de la psicoterapia y la medicación para tratar cualquier trastorno psicológico subyacente, una parte central de su estrategia es el asesoramiento familiar para tratar hogares disfuncionales. 

"Esperamos darles apoyo a todos esos hikikomori", dice. "Pero siempre lleva mucho trabajo y mucho tiempo". 

Malagón Amor comprobó con su estudio de 12 meses sobre los hikikomori de Barcelona que quienes reciben más terapias intensivas, ya sea en casa o en el hospital, reaccionan mejor. "Son pacientes muy fáciles", señala. 

También cree que el aislamiento social podría ser síntoma de otras condiciones como la depresión o el trastorno de estrés postraumático, y que Occidente podría aprender mucho de la experiencia en Japón. 

Teo, por su parte, espera que las investigaciones sobre los hikikomori nos permitan comprender la importancia de las conexiones sociales para nuestra salud física y mental. 

"Cuando hablo con los pacientes de los hikikomori, me resulta evidente que el aislamiento social tiene enormes impactos negativos en el individuo y en quienes le rodean", asegura. 

"No hemos prestado suficiente atención en medicina a los problemas de conexión social. Y creo que con los hikikomori por fin estamos analizando estos problemas de soledad como cuestiones de salud". 

*Los nombres de todos los "hikikomori" en este reportaje han sido modificados para proteger su identidad.

sábado, 20 de abril de 2019

‘Centennials’ están más solos, más ansiosos y más deprimidos

Menores de 22 años tienen, además, menos interés en problemas como el embarazo o el alcohol.


Los ‘centennials’, también conocidos como generación Z, nacieron entre 1997 y 2006.

La generación Z, una población que los demógrafos definen como los nacidos después de 1997, son menos hedonistas y se comportan mejor, pero están más solos que nunca, según concluyó un informe de PEW Research Center, publicado por The Economist, que tomó como base a 920 estadounidenses entre los 13 y los 17 años. 

Según los investigadores, estos jóvenes están mucho menos preocupados por los problemas de la adolescencia, como el embarazo no planificado y el consumo excesivo de alcohol, pero más inquietos por su salud mental.

De hecho, el 70 por ciento de los encuestados manifiestan que la ansiedad y la depresión son problemas muy importantes, a tal punto que son temas recurrentes entre sus círculos de amistades.

Asimismo, se comprobó que los también llamados centennials provenientes de hogares más pobres reportan un espectro más amplio de problemas de comportamiento que aquellos de familias más pudientes, aunque las preocupaciones sobre sus emociones afectan por igual a los dos grupos.Las causas

Los autores del estudio, al tratar de profundizar en las causas del estrés y el abatimiento generalizado entre estos jóvenes, encontraron que las redes sociales han aislado a esta población de sus amigos y logran que se sientan más atormentados por sus compañeros. O, en pocas palabras, hay una presión por estar permanentemente conectados. 

En el mismo sentido, encontraron que la mitad de los encuestados por PEW se manifestaron intimidados desde el punto de vista social, lo que calificaron como un problema muy importante. En esta causa también ocupan un lugar las preocupaciones académicas, si se tiene en cuenta que estos jóvenes “parecen tener menos ganas de desperdiciarse y muchas más de sobresalir con las mejores calificaciones”. Viéndolo de otra forma: se ha incrementado el nivel de competencia entre ellos.

Por otro lado, seis de cada diez de estos adolescentes dijeron no sentirse presionados socialmente para consumir alcohol y nueve de cada diez expresaron sentirse muy mal por beber licor dentro de la escuela.Hacia el futuro

La conclusión final de la investigación fue que si bien en todas las edades han crecido la ansiedad y la depresión, estas son más evidentes entre los de la generación Z, por lo que los expertos insistieron en que los Estados deben invertir más en la atención psiquiátrica para el manejo de la salud mental de manera temprana y así atenuar esta carga en todos los rangos de edad, bajo la premisa de que cada dólar invertido en prevención se traduce en un retorno de cuatro en términos de salud y productividad. 

Los jóvenes colombianos, de acuerdo con la psiquiatra Olga Albornoz, van en la misma dirección de aislamiento social y de pocas habilidades emocionales, lo que los vuelve temerosos para enfrentar la realidad y hasta puede llevarlos a depresiones en edades cada vez más tempranas “por la falta de factores protectores y de elementos para fortalecer el instinto básico de convivir en comunidad”.

viernes, 19 de abril de 2019

La historia del docente de mayor edad en el país

Jaime Leal González, rector del Gimnasio José Joaquín Casas, se despidió el pasado 2 de enero.


Pionero del Modelo Preventivo Salesiano, Leal González es recordado como un hombre íntegro, sabio y entregado a su labor.

Últimamente, como sociedad y como compatriotas, hemos visto cómo nuestros pilares de respeto, vida y dignidad se han zarandeado al borde del precipicio, sin posibilidad de vislumbrar esperanza en el futuro inmediato que todos nosotros ansiamos llegar a trascender lo más rápido posible.

Para complementar esa sensación de desasosiego y derrota que todos como colombianos sentimos al ver tantas tragedias, vimos en el alba de este año cómo una de las más grandes mentes de la educación cerró sus ojos, se despidió del país al que tanto le sirvió por 60 años y se elevó al cielo para observar cómo su legado e imagen serían utilizados póstumamente por una Colombia que necesita reconstruir sus preceptos y crecer.

Jaime Leal González (1924-2019), el educador postrero de mayor edad en el país y rector del Gimnasio José Joaquín Casas, llegó al ocaso de su vida el pasado 2 de enero, dejando así su imagen tallada en los corazones de cientos de personas que lo conocieron. Él comprendió desde hace más de seis décadas cómo a través de la materialización de sus conocimientos podía llegar a guiar o “conducir” (término propio de la educación personalizada que efectúa el colegio) la sociedad hacia una serie de conductas constructivistas, humanistas y sociales. Un conglomerado de prácticas efectivas en las que de manera definitiva, el yacer como un buen ser humano y ensamblar en él la lealtad, la autonomía y comprensión de su entorno es menester de tener y cosechar en las jóvenes generaciones para así catapultar el país y posicionarlo en lo más alto de los valores éticos y principios morales.

Este admirable personaje dedicó toda su vida a la educación y, a su vez, a la solidificación de un proyecto pedagógico que hoy en día resulta ser efectivo desde cualquier ángulo que se analice. Un modelo pertinente, viable, asimismo consecuente con las necesidades inmediatas de la sociedad colombiana que logró solidificarse como prueba de demostración para que el Gimnasio José Joaquín Casas vea en su perseverancia y esfuerzo, cómo sus ideales y preceptos de educación trascienden y se reafirman en el fruto del bienestar social enraizado por sus egresados.

Es precisamente mérito de Jaime Leal González que en el restringido transcurso de seis décadas logró consolidar a través del cariño, un inmenso símbolo de pertenencia en los corazones de todos los que tuvieron la gozosa oportunidad de compartir y aventurarse en el mundo de la erudición; aquellos que optaron por sumergirse en el océano de las experiencias y la sapiencia de este signo de una arraigada cultura del saber salesiana, convirtiéndose así no solo en un símbolo para el colegio, sino para toda una cultura del saber en la juventud colombiana.

Sin duda alguna, el hecho fortuito de encontrarse en un mismo espacio y ocasión específica con este remarcable hombre, pionero del Modelo Preventivo Salesiano, es una oportunidad digna de admiración y altivez hacia su persona y la trayectoria que como educador sobrelleva en su espalda y experiencia; suceso que muchos jóvenes tuvieron la oportunidad de redituar y que de manera clara, muchos otros anhelarían a toda costa presenciar. Su imagen y silueta se traduce en observar un monumento a la sabiduría, el tiempo y el perfecto equilibrio que existe entre la mente y el cuerpo.

Quizás, lo más característico y singular del Gimnasio José Joaquín Casas o, en su defecto, su impecable funcionamiento en torno a la felicidad de los alumnos y el enfoque humanístico es ese indescifrable triedro que se dibuja de manera geométrica y astronómica; consistente en Jaime Leal González, el colegio y, para concluir el delicado trazo simétrico, su solemne legado. Se consagra como inigualable y absolutamente satisfactorio ver cómo las ideas y enseñanzas que en su hora Jaime papá y el José Joaco transmitieron a sus alumnos siguen intactas y resguardadas en la bóveda de los corazones de todos aquellos que alguna vez pasamos por esas instalaciones, nos formamos con ese modelo pedagógico y logramos encaminarnos en el sendero de la perfección humana.

Esta se define como la descripción idónea de lo que realmente es un legado y cómo su aplicación repercute de manera ambivalente en la sociedad colombiana y, por ende, en el Gimnasio José Joaquín Casas.

Sin duda alguna es ese legado o prolongación perenne de ideas las que construyeron en todos los egresados y actuales miembros del Gimnasio José Joaquín Casas una herramienta trascendental de la cual en Colombia se carece sustancialmente hoy en día, y que con absoluta certeza se requerirá en la construcción de sociedad y fortalecimiento de valores; el sentido de pertenencia y, de manera análoga, la autonomía necesaria para que este país renazca de su tétrica historia hacia lo más alto en la cúspide de los valores y principios sociales. Todo gracias a un método preventivo salesiano, una serie de razonamientos eclécticos de parte de Jaime Leal González y, finalmente, la postumación de sus ideas a través de sus alumnos e hijos.

jueves, 18 de abril de 2019

Cómo saber y qué hacer si su mascota sufre un envenenamiento

Las consecuencias mortales se pueden evitar con pronta atención y saber el agente causante.


Si presenta síntomas de envenenamiento es importante actuar rápida y efectivamente e identificar rápido el agente causante. 

Lastimosamente, con cierta regularidad se registran casos de envenenamiento de animales de compañía por parte de manos criminales. Basta recordar el caso que se presentó a finales de enero: una persona que presuntamente habría envenenado 12 animales (entre perros y gatos) en la ciudad de Santa Marta, como resultado de una mezcla de intolerancia y malos hábitos de convivencia ciudadana.

Estos dos componentes, sumados a la dificultad para identificar a los autores y hacer la denuncia, hacen que cada vez lleguen con más frecuencia a consulta veterinaria mascotas con síntomas de envenenamiento.

Antes que nada, es necesario conocer la diferencia entre intoxicación y envenenamiento.

La primera se refiere al consumo (ingerido o no) voluntario de un agente tóxico, ya sean alimentos, químicos, animales, etc.

Hablamos de envenenamiento cuando en la acción intervienen manos criminales que camuflan los agentes tóxicos dentro de elementos llamativos para nuestros peludos, como alimentos o juguetes. 

Dado que perros y gatos suelen ser curiosos con su entorno, siempre querrán olfatear o ingerir casi todo lo que encuentran a su paso, lo cual los pone en riesgo frecuente de sufrir intoxicaciones o envenenamientos.¿Cómo prevenirlo?

1. Guarde los elementos potencialmente peligrosos lejos del alcance de su perro o gato.

2. Edúquelo para evitar que ingiera alimentos en calles o parques, o que los reciba por parte de personas desconocidas.

3. Pasee a su mascota siempre en lugares de confianza y, preferiblemente, con collar y bozal.

4. No permita que su gato deambule por tejados o calles, y que cace y consuma animales como roedores o palomas.

5. Evite que tenga contacto con pesticidas, fertilizantes, productos químicos, etc.

6. Siga atentamente las indicaciones del médico veterinario para evitar sobredosis de productos orales o tópicos formulados como antiparasitarios o talcos.

7. Sea un buen tenedor de mascotas: recoja siempre las heces.

8. Hable con sus vecinos para conocer y evitar posibles molestias con sus mascotas.Causas

Existen tres vías por las cuales un agente tóxico puede ingresar al organismo de un animal:

Respiratoria: al inhalar vapores de sustancias como pinturas, solventes, anticongelantes, antiparasitarios, productos de limpieza, etc.

Cutánea: al tener contacto con productos químicos como fertilizantes, plaguicidas, herbicidas o antiparasitarios.

Oral: es la más común de las tres y se da al ingerir alimentos, plaguicidas, insecticidas, animales y plantas venenosas, productos de limpieza, alcohol, cigarrillo, etc. 

El efecto del agente tóxico se genera casi de inmediato en el sistema digestivo, metabólico y nervioso (dependiendo de la vía de ingreso). Dependiendo de la pronta atención e identificación del agente causante y la vía, se pueden evitar las consecuencias mortales.Síntomas

La sintomatología es variable, todo depende del agente, la vía, el tiempo de exposición,la cantidad con la que se ha tenido contacto e incluso con el estado de salud del animal.

Depresión, inactividad, inapetencia y letargo.

Salivación excesiva.

Sed aumentada.

Inquietud e hiperactividad.

Mareos, desorientación y descoordinación.

Inflamación, sarpullido y prurito.

Estornudos y tos frecuentes.

Dificultad respiratoria.

Fiebre.

Diarrea y vómitos (en algunos casos con sangre).

Micción frecuente.

Rigidez muscular o temblores y espasmos musculares.

Hemorragias.

Parálisis corporal parcial o total, convulsiones e inconsciencia.¿Cómo actuar?

En estos casos el conocido refrán “el tiempo es oro” cobra validez ya que el buen pronóstico depende de qué tan rápida y efectivamente se actué; también de la pronta identificación del problema y del agente causante. 

Nunca actué por propia cuenta, tenga siempre a la mano el teléfono de su veterinario de confianza o de un lugar de emergencias veterinarias, y evite cualquier tipo de remedio casero.

Conserve la calma.

Esté atento a la sintomatología; la mayoría de los síntomas se observan luego de un paseo normal por el parque.

Si el animal presenta mareo, descoordinación o convulsiones deberá evitar que se golpee contra el suelo, muebles o demás objetos de su entorno.

Retire cualquier residuo del agente tóxico y, de ser posible, con precaución tome muestras de este para que al médico veterinario le sea más fácil identificar el origen del problema.

No trate de suministrar líquidos o inducir el vómito; toque a su mascota con precaución.Dónde denunciarlo

El envenenamiento de animales o el abandono de sustancias tóxicas en lugares de fácil acceso para ellos está tipificado en el Código de Policía. Las denuncias se pueden hacer ante la policía, la alcaldía, la gobernación o los entes o instituciones ambientales de su ciudad o departamento.

miércoles, 17 de abril de 2019

Aprender un idioma, ¿aún vale la pena?

La mejor estrategia para una era de aplicaciones de inglés global.


En el mundo actual, la cantidad de tiempo necesario para aprender un idioma hace dudar de si es algo interesante.

Mi hija de 13 años acaba de descubrir los casos de los sustantivos en alemán. Lo que antes parecía un lenguaje amigable (‘el hombre’ es ‘der Mann’) de repente se quitó la máscara para revelar una gramática muy complicada: ‘den Mann"’, ‘dem Mann’, ‘des Mannes’ (todos también ‘el hombre’). Y debido a que las escuelas son perversas, ella está iniciando este viaje exactamente a la edad en la que la capacidad innata de aprender un idioma de un niño comienza a disminuir. A ella le esperan muchos años de dolor en el futuro.

Yo me he pasado la vida luchando con los idiomas. Soy británico pero fui a la escuela en los Países Bajos, estudié alemán e historia en la universidad y, en 2002, me mudé a París con mi mal francés. No soy talentoso en la materia; en la universidad, presencié cómo mis compañeros podían separar la más complicada frase en alemán en sus partes gramaticales con un vistazo.

Sin embargo, yo tengo suficiente experiencia para ayudarles a mis hijos a formular sus estrategias. En esta era de aplicaciones de traducción instantánea y de inglés global, ¿cuánto tiempo deberían dedicarle a aprender idiomas? Después de todo, cada minuto dedicado a la gramática alemana es un minuto en el que podrían estar aprendiendo algo diferente. Y, ¿en qué idiomas deberían concentrarse?

Mis hijos son nativos de inglés. Lo que sigue a continuación se basa en eso porque (nos guste o no), cuando se trata de idiomas, los hablantes nativos de inglés se enfrentan a un análisis de costo-beneficio diferente al de todos los demás.

Lo primero que les dije: ya no vale la pena pasar años aprendiendo mal un idioma. Hace años, en la universidad, tomé ruso intensivo durante un año. (El primer día, nos dijeron que tomaría dos años alcanzar el nivel conversacional). El verano pasado, en Rusia para la Copa Mundial, pude leer algunas señales, saludar a las personas y pedir comida en ruso. 

Pero las aplicaciones para teléfonos inteligentes (que otros visitantes usaron desvergonzadamente) y el auge del inglés en Rusia hicieron que mis patéticas habilidades, aunque obtenidas con enormes esfuerzos, fueran casi superfluas.
Era como la broma de Woody Allen sobre el despido de su padre: “Lo reemplazaron con un pequeño dispositivo que hace todo lo que hace mi padre, pero lo hace mucho mejor. Lo deprimente es que mi madre salió corriendo a comprar uno”. De todas formas vale la pena aprender un poco de ruso como ejercicio mental, para ayudar a retrasar el comienzo del Alzheimer, para enriquecer tu vida o para mostrar un espíritu de fraternidad internacional; simplemente no esperes usarlo mucho.

Para otros idiomas, como el holandés o el alemán, incluso los beneficios de hablarlos bastante bien se están reduciendo. La mayoría de los hablantes nativos te obligarán a hablar inglés, el cual han adquirido desde la infancia, gracias a la ubicuidad y necesidad. Y juzgado por una ventaja puramente cínica - por ejemplo, en situaciones de negocios -, si todos hablan inglés, los hablantes nativos de inglés tendrán una ventaja. Ésa es la dinámica en las conferencias internacionales.

Es cierto que si aprendes árabe o chino aceptablemente, los nativos te darán numerosas oportunidades para hablar su idioma. Pero escalar esa montaña tiene sus desventajas. En Pekín, en una ocasión conocí a la pequeña comunidad de occidentales que habían ‘descifrado’ el mandarín. Su recompensa: tuvieron que pasar sus vidas laborales exiliados en la ciudad.

Claramente, todavía existen grandes beneficios en lograr una total fluidez en un idioma. Incluso si tienes un acento y cometes errores, puedes entender todo y decir exactamente lo que quiere decir, en lugar de solo lo que sabes decir. En resumen, puedes ser tú mismo en el idioma y tener amistades cercanas a través de él.

En el trayecto, adquirirás nuevas perspectivas acerca del mundo. En la universidad de Berlín, por ejemplo, cuando el sujeto era un alemán nacido entre 1880 y 1940, aprendí el significado de la palabra ‘Biografie’, la cual capturaba ampliamente las tribulaciones de la persona durante la depresión, el nazismo, las guerras y (si persistía la mala suerte) en Alemania Oriental. La palabra ‘biografía’ en inglés no conlleva el mismo peso.

Pocos estudiantes de idiomas alcanzan la fluidez total. Incluso Alice Kaplan, la distinguida profesora de estudios de francés en Yale, se lamenta en sus memorias ‘French Lessons’ (Lecciones de francés) de “realmente no poder expresarme” en francés. 

Dos rutas hacia la fluidez total requieren una masiva inversión de vida: una inmersión en el idioma durante la infancia o durante años de vivir en el país objetivo desde comienzos de la edad adulta, idealmente con un compañero nativo: ‘L’école horizontale’ (la escuela horizontal), como lo llaman los franceses.

Sólo existe un atajo hacia la fluidez total: aprender un idioma que sea casi idéntico al tuyo. Pero los anglófonos no cuentan con esa opción. Debido a que el inglés tiene tanto orígenes germánicos como franceses, los hablantes de inglés reconocerán muchas palabras en ambos idiomas: ‘Bett’ es alemán para ‘bed’ (cama) y ‘message’ es la palabra francesa para ‘message’ (mensaje). Pero se confundirán con muchas otras: ‘lit’ (encendido, en inglés) es el término francés para ‘cama’ y ‘Nachricht’ (sin significado en inglés) es la palabra alemana para ‘mensaje’.

La ventaja de mis hijos es que son bilingües en francés. Eso hace que aprender otras lenguas románicas sea relativamente fácil. El concepto de ‘similitud léxica’ mide la superposición entre conjuntos de palabras de diferentes idiomas. Según el trabajo de referencia Ethnologue, la similitud léxica entre el francés y el italiano es de 0,89 (donde 1 significa que es idéntica). El francés y el español tienen un coeficiente de similitud de 0,75, mientras que la similitud entre el español y el portugués es de 0,89. A modo de comparación, el coeficiente es de solamente 0,60 entre el inglés y el alemán, que es, supuestamente, su ‘pariente’ más cercano; pero sólo es de 0,27 entre el inglés y el francés.

Si mis hijos están dispuestos a trabajar arduamente para aprender la gramática italiana o la española avanzarán rápidamente hacia la fluidez total. Y eso sí puede cambiar tu vida.