lunes, 21 de septiembre de 2015

Seis actitudes que tienen hartos a los profesores en el aula

No leer, chatear por el móvil y comer en clase, aspectos que sacan de quicio a los académicos.

"La causa de estas quejas no es solo la pereza cognitiva del alumno, sino también lo que el profesor y la universidad ofrecen como cultura académica", dice Mauricio Pérez Abril.                                

Algunos llevan décadas enseñando en las aulas, varios se cuentan entre los mejor evaluados por sus alumnos, unos dan clase en los primeros años de universidad, y otros, a los que están al final de la carrera. Hay quienes enseñan en carreras humanistas, otros son cien por ciento matemáticos.
El abanico es amplio, pero cuando les dimos a una decena de profesores de educación superior un minuto de confianza para desahogar aquello que más les molesta de sus alumnos, las respuestas se repitieron casi como una letanía. El estudio, que se realizó con una decena de profesores chilenos, demostró la coincidencia en las actitudes que más les molestan, desde lo anecdótico a temas más preocupantes.

En Colombia, los motivos de disgusto son similares, aunque algunos, como Mauricio Pérez Abril, director del grupo de investigación de Pedagogías de la Lectura y la Escritura de la Javeriana, señalan que aunque esos son los síntomas, la culpa es compartida. “La causa de estas quejas no es solo la pereza cognitiva del alumno, sino también lo que el profesor y la universidad ofrecen como cultura académica”, dice.
A continuación, los aspectos en que hubo mayor coincidencia:
Ley del mínimo esfuerzo
La lógica instrumental desmotiva a varios profesores. “Lo que más me molesta es cuando preguntan: ‘¿esto entra para la prueba?’, con la idea implícita de ‘si no, no me importa’. A veces creo que hay alumnos que solo quieren sacar el título. No les interesa aprender”, analiza un profesor senior. El más joven se queja de lo mismo: “Preguntan: ‘¡¿hay que leer todo el texto?!’, ‘pero, ¿qué va a entrar en la prueba?’. Es la ley del mínimo esfuerzo”.
“En quinto año, si estiman que lo que uno pasa no les va a servir, simplemente no vienen”, agrega una docente. “El alumno hoy está articulado alrededor de ‘para qué sirve’ lo que le enseñan, qué utilidad tiene –agrega otro–. Y hay contenidos que apuntan solo a desarrollar la capacidad reflexiva. Les digo: ‘sirve para que sean más inteligentes. Para que en la próxima reunión familiar parezcan más cultos’ ”, ironiza.
Miran para otro lado
Si no leen, no es raro que su participación en las clases sea escasa. “No opinan. Uno pregunta y es como si pasaran un millón de ángeles. Hay hasta un minuto de silencio, y ellos miran para otro lado”, dice un profesor joven.
Otro que lleva años dictando cátedra coincide: “A veces algunos hablan aunque no sepan, pero en muchos casos es el cementerio total. Tienes que mirarlos fijo para que se sientan obligados a hablar”.
“Es frustrante –agrega otro–, porque uno prepara material antes de la clase, lleva casos para analizar y espera tener una clase participativa, pero te das cuenta de que no se puede, porque ellos no leyeron. Los que opinan son siempre los mismos, cuatro o cinco. Y los otros se empiezan a aburrir y agarran el celular”, dice.
El móvil es más importante
“La regla es que si el celular suena, el dueño tiene que salir a hacer una gracia frente al curso, como recitar o bailar. Como son tímidos, funciona”, cuenta un profesor sobre su experiencia. Pocos, sin embargo, logran disimular el uso de WhatsApp y redes sociales. “Mandan mensajes por debajo de la mesa y sonríen como bobos, pensando que uno no se da cuenta”, delata uno. En otra universidad, “los sacan descaradamente y chatean. Uno no puede retarlos. No estamos en el colegio”, dice una profesora.
Y otro se queja: “Parece que el mensaje que les mandan es más importante que la clase. “Intentan disimular, porque saben que me enfurezco. Les digo: ‘mándele saludos a su noviecita’, y ahí lo guardan”.
Impuntuales y comelones
Para los académicos, hay actitudes de sus alumnos impensables cuando ellos fueron estudiantes. “Comen en clases. Sacan barras de cereal, bebidas... Yo tiré la toalla con la gente comiendo en clase”. La impuntualidad de algunos también es motivo de fastidio. “Llegan 10 minutos tarde y se enojan porque no los dejas entrar”. Otra queja de quienes tienen años de docencia es el saludo. “Que las estudiantes lleguen saludando de beso me incomoda. Quiebra la distancia de autoridad necesaria”, dice otro.
‘Súbame la noooota’
Al final del año suelen aparecer estudiantes abrumados por una nota que no les alcanza para pasar. “Considero extraordinariamente irritante que invoquen razones extracurriculares para subirles la nota, como ‘soy el primero de la familia que llega a la universidad’ o ‘con esta nota voy a perder la beca’. ¡Uno no puede subir notas por razones humanitarias o compasión!”, señala un profesor joven, que condena igualmente a “algunas chicas que esbozan una sonrisita para que le subas la nota o incluso visten provocativamente, con escotes, por si les funciona”.
‘No alcancé a leerlo’
Leer parece ser una costumbre en retirada en la actual generación de estudiantes, pues es el más reiterado y vehemente reclamo de los profesores. “Lo que más me molesta es que jamás leen. Si no hay prueba, no leen, y cuando leen te das cuenta de que además tienen muy poca comprensión de lectura”. “El concepto de lectura obligatoria no significa nada para ellos, aunque figure en el programa. No está en su hábito hacerse un plan de lectura”, reclaman dos profesores del área de ciencias sociales. Y otro agrega, “entonces uno, como las abuelitas, tiene que empezar a contarles de qué se trataba el texto y decirles ‘esto es lo principal’, y ellos anotan y anotan, en una actividad intelectual totalmente pasiva”.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Cinco sitios en línea para que sus hijos aprendan jugando

Estas herramientas digitales son ideales para navegar en internet de manera adecuada y responsable.

Estas herramientas son de acceso gratuito.
Estas herramientas son de acceso gratuito.

En una sociedad donde internet es cada vez más indispensable para el diario vivir, la recomendación es navegar siempre con responsabilidad. Los repentinos cambios de la web nos pueden exponer a diversos peligros, sobre todo a los menores de edad.
Hoy en día, los niños sorprenden por sus habilidades para manejar celulares, tabletas o computadores. Sin embargo, el fácil acceso a estos dispositivos puede resultar peligroso, debido al tipo de contenidos a los que pueden ingresar.

De acuerdo con el centro de seguridad y protección de Microsoft, existen unas reglas básicas para que los niños accedan al mundo digital en forma adecuada. Por ejemplo, oriente a su hijo para que no revele contraseñas. Según un estudio realizado por Teen Angels, el 75 por ciento de los jóvenes entre 8 y 9 años revelan sus contraseñas a otros; y el 66 por ciento de las niñas entre 7 y 12 años admitieron haber revelado su contraseña a alguna persona.
Otra regla que puede tener presente es establecer horarios para que su hijo use internet. En la actualidad existe un amplio catálogo de herramientas en línea que permiten educar, no solo en el manejo adecuado de las TIC, sino que también permiten mejorar las habilidades en el estudio.
Plaza Sésamo: Monstruos en Red
Es una herramienta digital del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones que busca sensibilizar al público infantil sobre los riesgos presentes en la red. Para ello ofrece lecturas, juegos en línea, videos y tutoriales. Entre al sitio en: http://bit.ly/1yhOQnO.
Minidibujos
Una de las actividades favoritas de los niños es dibujar y colorear. En este servicio será posible despertar la creatividad de su hijo mediante plantillas de animales, banderas, comida, deportes, entre otras. Ingrese a: http://bit.ly/1MzRctu.
Cyberkidz
Es una herramienta ideal para desarrollar las habilidades de estudio de los niños, ya que es posible acceder a lecciones de matemáticas, geografía, música, ciencia, entre otras asignaturas. Cyberkidz es ideal para niños desde preescolar y primaria. Descubra los servicios de esta plataforma en: http://bit.ly/19ocnxA.
Lego
En esta plataforma los niños tendrán acceso a diferentes juegos, bien sea de acción, estrategia o aventura. Además, este portal incluye una sección que permite desarrollar la parte creativa de los niños a partir de videotutoriales. Puede acceder en: http://bit.ly/1vgkILH.
Hellokids
Es un servicio que ofrece actividades de carácter didáctico, como ejercicios de memoria, cálculo mental, búsqueda de datos y de lectura. Cuenta con un amplio catálogo de dibujos para colorear y pintar. También presenta ideas para realizar manualidades. Para navegar en este sitio visite: http://bit.ly/1OTRAlP

sábado, 19 de septiembre de 2015

TDAH en primera persona

TDAH en primera persona

Hablar de TDA y TDAH es complicado ya que es un tema polémico. Encontramos los incrédulos que niegan la existencia de tal trastorno, los que etiquetan a cualquier niño movido y con carácter difícil de sufrir este trastorno y los profesionales que lo conocen y lo saben tratar.
Más allá de lo que piensen los unos y los otros, estamos los padres y la sociedad en general que debe saber que este trastorno existe y no lo digo como profesional ya que en este artículo voy a hablar como protagonista, en primera persona.
Me diagnosticaron tener TDAH, de manera muy tardía, antes en España no se sabía mucho de este trastorno y por tanto desde mi primer colegio (he visitado varios) se me invitó a ver un psicólogo ya que tenía comportamientos “extraños” y no se me detectó, se habló de mano más dura conmigo, de más control y mucha represión… no voy a entrar en los detalles y las consecuencias, tanto para mis padres como para mí, de dichos consejos. En un colegio posterior se me llamó hija del demonio, por no saber estar sentada una hora entera en mi silla escuchando una monótona y tediosa clase de historia. Con lo fácil que hubiera sido que me mandasen ir a buscar tiza, éste ha sido uno de los recursos que más he utilizado con mis alumnos, hacerlos mover un poco con cualquier excusa y luego seguir con la clase tan ricamente.
Voy a hablar del TDAH en primera persona para explicar que somos personas normalmente muy sensibles y la realidad externa (o sea lo que piensan los demás de nosotros, lo que nos dicen y nos hacen sentir nos afecta mucho, igual en exceso), ya para empezar nos cuesta entendernos a nosotros mismos, de ahí que muchas veces nos rebotemos ante cualquier crítica en vez de analizarla y sacar algún aprendizaje. Con una buena terapia lo aprenderemos a hacer.
Somos personas pasionales y cuando algo nos interesa podemos perder la noción del tiempo y hasta del espacio, pero también de repente ese interés desaparece y necesitamos nuevos retos. Así que es importante aceptarnos con nuestros más y nuestros menos, nuestros altibajos y saber que esta característica va a seguir a lo largo de nuestra vida, así que ya que sabemos que nos va a acompañar debemos adaptarnos y buscar estudios y trabajos que nos permitan retos constantes y continuados.
Como TDAH, profesora de ellos y ahora coach tengo algunos consejos que os pueden funcionar y quiero compartir con vosotros:
  1.-  Los grupos numerosos, por norma general, nos hacen sentir incómodos, de este hecho he sacado mi propia conclusión que es que desde pequeños en las fiestas y las celebraciones a las que nos han invitado (hay muchas a las que no nos han dejado ir, nos han boicoteado o nos han dejado sin invitación cuando todas nuestras amiguitas iban…. ahí lo dejo), no nos hemos sabido comportar como las normas establecidas y el protocolo nos exigía. A fuerza de palos, reproches y hasta de sentirnos repudiados hemos ido aprendiendo, pero es una manera un poco cruel de hacerlo…
  2.-  Me he dedicado 17 años a ser profesora de secundaria y bachillerato y por el tipo de colegio al que fui a pedir empleo de manera totalmente premeditada, me he encontrado con muchos casos de TDA y TDAH, quería que mis alumnos entendieran que no son bichos raros, que no son malas personas simplemente que se les explicase bien qué tipo de trastorno tienen, de qué manera pueden aprender y de que no se sientan culpables, pueden aprender y mejorar con el tiempo.  Hoy las cosa han cambiado mucho pero la comprensión hacia este trastorno tiene aun mucho camino por recorrer, y los grandes sufridores son los que lo padecen y de manera muy directa sus madres y padres. Ellos también sienten el repudio incluso de familiares que no entienden a estos niños. No faltan nunca las etiquetas de niños maleducados, se juzga a los padres de permisivos (cuando estos padres posiblemente trabajan duramente con sus hijos  para conseguir que sigan las normas sociales establecidas) y cuando están en grupo para no crear más tensión deciden callar o irse antes de recibir otra reprimenda por el comportamiento de sus hijos.
   3.- Tener en casa unos hábitos y unas rutinas estrictas (aunque al principio nos cueste mucho adquirirlos), con el tiempo nos darán seguridad y nuestra casa se convertirá en nuestro gran refugio. La improvisación, los cambios de planes en el último momento nos alteran de mala manera.
   4.- Practicar un deporte dónde la disciplina y la concentración sean importantes, podemos hablar de unas artes marciales, ballet, atletismo… muchas veces se apunta a est@s niñ@s a hacer de deportes en equipo para que aprendan a sociabilizarse mejor ya que es uno de nuestros puntos débiles, yo aconsejo que sea de más mayores cuando ya sepamos mejor controlar nuestros impulsos.

   5.- Que las advertencias, las reprimendas o observaciones que se nos hagan sean en el momento que cometemos la falta (luego se nos olvida), que las consecuencias a nuestros actos sean al momento (si es posible), no controlamos muy bien el tiempo y si vienen de manera posterior nos invade un sentimiento enorme de injusticia. Y ya sé que somos cansinos y podemos hacer perder la paciencia de un santo, pero si se nos habla con cariño y se nos explica con amor que consecuencias provocan nuestras actitudes en los otros, lo llegaremos a entender!!!

viernes, 18 de septiembre de 2015

Tests de inteligencia para todas las edades

Tests de inteligencia para todas las edades

Existen dos grandes corrientes que contemplan de manera muy diferente este tipo de test. La primera considera la inteligencia como el conjunto de las capacidades intelectuales de una persona. Aquí se inscribirían los tests de inteligencia general, llamados así para diferenciarlos de los de aptitudes intelectivas que miden sólo alguna habilidad o capacidad específica, y los más utilizados son las escalas de Wechsler. La segunda corriente es la factorial, pues distingue el denominado factor «g» (una inteligencia concreta del individuo) que puede separarse de otras capacidades fruto del aprendizaje cultural y de las relaciones del individuo con el medio.
Escala de inteligencia Wechsler
Éste es el test más utilizado para medir la inteligencia general, dentro de la teoría no factorial de la inteligencia. Está compuesto por tres tests individuales diferenciados: el WPPSI, para niños de preescolar y enseñanza primaria, entre 4 y 6 años y medio; el WISC, para niños de 5 a 15 años; y el WAIS, para adultos. En Europa se han llevado a cabo adaptaciones de todos ellos, porque los elementos que consideran estas escalas varían con las diferencias socioculturales de cada país. Y también deben adaptarse con el paso del tiempo, pues los parámetros cambian, asimismo, con los años. Ésta es una condición extensible a todos los tests de inteligencia, exceptuando los de factor «g», que se consideran libres de cultura. De otro modo, los resultados podrían aparecer falseados
¿Qué tipo de ejercicios contienen estos tests?
Los tests de Wechsler están concebidos para que el niño los realice como si se tratase de un juego.
La escala WISC tiene doce pruebas, seis verbales y seis manipulativas. En estas últimas, por ejemplo, hay una serie de historietas que el niño debe ordenar en una sucesión lógica de acontecimientos. El test evalúa la inteligencia general, pero la razón de su extendida utilización es, sobre todo, la gran cantidad de información que da al psicólogo en las áreas evaluadas y la posibilidad de relacionar los resultados de cada una entre sí.
Los laberintos son una de las pruebas del WISC. Al niño se le pide que, con la punta del lápiz, se sitúe en el centro y que encuentre la salida sin levantar el lápiz del papel. Otra prueba son las figuras incompletas en las que el niño debe adivinar qué elemento falta en cada una de ellas
¿Es este test una herramienta fiable?
La escala de Wechsler, a pesar de ser un test de tipo cuantitativo, permite un amplio registro de datos y es muy flexible en el manejo de éstos, además de constituir una fuente estimable de aspectos sobre la personalidad y las emociones del individuo. La observación del niño en las distintas pruebas permite al profesional valorar, por ejemplo, lentitud y rapidez, seguridad y vacilaciones, impulsividad, perfeccionismo y agresividad. Estos factores han hecho de las escalas de inteligencia de Wechsler, una herramienta fiable y muy utilizada por los psicólogos porque permite dibujar la dirección no sólo de un diagnóstico sino también de una futura terapia.
Tests de factor “G”
Los llamados tests de factor «g» estudian una inteligencia individual que sus defensores afirman que puede medirse al margen de otros factores como la expresión de capacidades orales, los niveles de educación formal, el clima cultural o las habilidades específicas. La justificación de la exclusión de estos elementos en la medición de la inteligencia general es que se consideran rasgos distorsionadores en el proceso de medición de las capacidades individuales. El número de tests de este tipo (casi todos colectivos) es muy elevado. Algunos ejemplos son:
juegos

  • Dominó D-48. Este test colectivo es uno de los mejores y más utilizados para medir el factor «g». Dura 25 minutos y está compuesto por una batería de cuatro problemas de ensayo y 44 específicos basados en la comprensión de relaciones y en la abstracción a partir de agrupaciones de fichas de dominó. Existen otros muchos tests que están inspirados en él, y que se utilizan para personas que ya conocen el del dominó o cuando se quieren contrastar los resultados de éste mediante pruebas similares.
  • Cattell. Los tests Cattell, elaborados entre 1920 y 1930, integran tres escalas de edad: de 4 a 8 años, de 8 a 14 años y adultos de bajo nivel cultural, y, por último, para mayores de 15 años. Las escalas, que poseen un número variable de subtests, son generalmente adaptaciones de distintas pruebas de otros tests (de Binet, Terman, etc.), y se considera que no resultan influidas por otras aptitudes o habilidades y conocimientos aprehendidos; es decir, no dependen de la situación sociocultural de la persona.
  • Escala de Alexander. Se trata de pruebas manipulativas, ceñidas a habilidades perceptivas y espaciales. El test utiliza diversos elementos (tarjetas, cubos, etc.) en una batería de tres pruebas, «passalong», «cubos de Kohs» y «construcción con cubos», y puede realizarse a partir de los 7 años en adelante sin límite de edad. La escala de Alexander está diseñada para medir lo que su autor consideró como un factor «f» (inteligencia teórico- práctica), que podría medirse sin distorsiones culturales. Gracias a su carácter totalmente manipulativo favorece el interés de los niños, y suele utilizarse en selección de personal para trabajos técnicos y mecánicos, o como test alternativo a otros orales y escritos, para analfabetos y sordomudos.
  • Naipes. Este test recuerda al clásico del dominó y, como él, utiliza los elementos de un juego popular, en este caso los naipes de la baraja española. Está compuesto por 135 pruebas, distribuidas en tres niveles para grupos de edades diferentes: de 10 a 12 años; de 13 a 16 años; y superior, a partir de 16 años. En las agrupaciones de cartas de la baraja española que aparecen en cada una de las pruebas deben descubrirse diferentes secuencias u ordenaciones lógicas. La apariencia y estructura de este test, que recuerda a un juego de mesa familiar, hace que resulte fácil motivar a las personas que lo pasan.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Estimulación sensorial, una herramienta vital para el desarrollo

Juguetes, melodías y diálogos pueden ayudar en el proceso de crecimiento.

El bebé necesita que los padres lo sientan, le hablen y le jueguen.
El bebé necesita que los padres lo sientan, le hablen y le jueguen.

La exploración hace que el bebé desarrolle sus órganos, conozca el mundo, y sobre todo, crezca sanamente. Es allí donde los sentidos cobran un valor especial, pues son la vía para alcanzar estos logros. Por eso, los niños deben ser estimulados desde pequeños.
Y así lo reafirman los estudios, pues es durante los primeros años de vida que el bebé logra millones de conexiones sinápticas, específicamente 8 millones por segundo, y se forma el 85 por ciento de su cerebro.

Un estudio, publicado en el Journal of Applied Developmental Psychology, demostró que los niños que tienen hábitos de contacto y de masaje están, en un 50 por ciento, más dispuestos a hacer contacto visual y logran un mejor desempeño cognitivo.
A través del tacto, los niños reconocen el amor y la seguridad en los brazos de sus padres. Por eso, la importancia de jugar con ellos, tocarlos, hacerles cosquillas y aprovechar momentos tan sencillos, como el baño. Una encuesta, aplicada a padres de más de 3.500 bebés, entre los 0 y 3 años, halló que el 89 por ciento de los adultos considera que el baño es una actividad especial, y el 84 por ciento lo reconoce como uno de los mejores momentos para disfrutar con sus hijos.
Por otro lado, es importante crear dinámicas estimulantes en casa con juguetes, melodías, diálogos, etc. Pero, sobre todo, fomentar el juego, por sencillo que sea, y fortalecer los vínculos afectivos, claves en la formación física y emocional. 

miércoles, 16 de septiembre de 2015

El proceso de adaptación a la sociedad de los preadolescentes

El proceso de adaptación a la sociedad de los preadolescentes

El hombre es el ser social por excelencia. Esto quiere decir que está predeterminado para buscar la relación con los otros individuos de la misma especie y, por otra parte, que, si no se desarrolla estableciendo vínculos afectivos, su evolución quedará profundamente perturbada.
La socialización pasa por diferentes etapas: a lo largo de la infancia, se da la sociabilidad vertical y jerárquica cuando debe subordinarse y obedecer al adulto que se ocupa de velar por su desarrollo, mientras que las relaciones con los otros niños de su edad son egocéntricas y no existen los aspectos de cooperación y comunicación.
En la pubertad se inicia la sociabilidad horizontal, es decir, la relación de igual a igual con el compañero y la amistad. Así, los preadolescentes se relacionan con personas de su misma situación, se organizan en grupos de amigos que les posibilitan establecer relaciones más íntimas y, ya en la adolescencia, el encuentro con el otro sexo.
Con los amigos practicará y experimentará cómo funcionar en sociedad. En el caso de que un púber tuviera dificultades para encontrar amigos o fuera rechazado por un grupo podría llegar a sentir que tiene un gran problema.
El comportamiento antisocial del joven
La adquisición de unas normas sociales y el actuar según los principios que rigen la sociedad no sólo se lleva a cabo durante la etapa de la pubertad. Se trata de un largo recorrido que se inicia en la infancia y se realiza por medio de la educación. Educar es transmitir y enseñar cómo ser un individuo y convivir en sociedad. Mediante las palabras, indicaciones y reprimendas de los padres, el niño capta que hay acciones que no son correctas.
El comportamiento antisocial de algunos púberes da cuenta de un fallo importante en la asimilación de estos valores y, por lo tanto, en la educación y la atención recibida desde su infancia.
El gusto por la provocación
Si las actitudes de rebeldía suponen un modo normal y constructivo de ir contra las normas establecidas es porque el mecanismo utilizado es afín a éstas. Cuando se va más allá, se producen las actitudes de provocación. La provocación supone un llamar la atención intentando conmover los cimientos que rigen la sociedad. Sus consecuencias pueden llegar a ser la marginación y la no integración social.
Qué relación deben tener los padres con los amigos de sus hijos

El tipo de amigos que el hijo púber tiene es un tema crucial para los padres y suele ser motivo de preocupación. «Dime con quién andas y te diré quién eres» es un dicho del refranero español que condensa en pocas palabras el porqué de esta inquietud. Si se acepta que el hijo debe adquirir autonomía e independencia es mucho más tranquilizador saber con quién va a compartir el tiempo que pase fuera de casa. Se presupone, y en la mayoría de los casos es así, que el hijo hará lo mismo que hagan los amigos. Cuando los valores que cohesionan a su grupo son conformes con la sociedad, habrá más posibilidades de que se ciña a ellos; si no es así, el hijo puede verse involucrado en situaciones problemáticas. Hay que tener en cuenta que los amigos son una elección libre del hijo; si se tiene confianza en él se deben respetar estas  amistades e intervenir, con firmeza si es preciso, sólo cuando se detecte que puede ocurrir algo grave.

martes, 15 de septiembre de 2015

El período operatorio formal: abstracción, reflexión y pensamiento

El período operatorio formal: abstracción, reflexión y pensamiento

Entre los 11 y los 12 años, el niño supera el período del pensamiento concreto y pasa a un nuevo estadio, el de las operaciones formales. En esta etapa desarrolla su capacidad de operar con signos y símbolos que sustituyen a los objetos en sí, y también aprende a razonar utilizando conceptos abstractos, práctica en la que avanza poco a poco hasta los 16 o 17 años. De este modo, aun cuando ciertamente le resulta más fácil asimilar conceptos que relaciona con imágenes, el adolescente empieza a desarrollar todos los recursos del pensamiento formal para descubrir, conocer, transformar y crear.
Descubriendo lo abstracto
En este proceso que se inicia en la preadolescencia y que supone el descubrimiento de las propias potencialidades para realizar un análisis lógico de las situaciones vividas, formular hipótesis de futuro y extraer de ellas un razonamiento, intervienen tres factores:
en primer lugar, la estructura cognitiva individual, que bajo la influencia de los deseos, las motivaciones y las preferencias personales del adolescente, determina una cierta selección en la utilización, acumulación y transformación de la información que obtiene.
el segundo factor correspondería a la estimulación que recibe de su entorno, a través de la familia y la escuela, para desarrollar o no sus habilidades conceptuales
el tercer factor decisivo sería la utilización del lenguaje, auténtico configurador del desarrollo cognitivo.
Lenguaje y pensamiento
El lenguaje no es únicamente un instrumento de comunicación. También es el soporte del discurso analítico del pensamiento. Por ello, la habilidad lingüística y la capacidad de análisis están muy unidas en este período. Un aprendizaje lingüístico correcto contribuye a la elaboración de un pensamiento más preciso. Y viceversa, el desarrollo cognitivo determina la ampliación de los recursos del lenguaje.
La reflexión del adolescente sobre sí mismo
Durante la adolescencia se produce un notable incremento de la capacidad para utilizar conceptos de orden psíquico y social en la descripción de uno mismo. Se forma en esta etapa el autoconcepto del adolescente —el concepto que él tiene de sí mismo— y también su autoestima —la valoración que realiza sobre la relación entre sus aspiraciones y los éxitos que ha obtenido. Y esta reflexión determina un progresivo control sobre sus acciones, pensamiento y emociones. Pero también marca el inicio de su capacidad para establecer juicios éticos y morales de manera autónoma.

Además, durante el período operatorio formal, el adolescente establece relaciones más igualitarias y duraderas con sus compañeros.