lunes, 17 de agosto de 2015

Técnica para controlar las rabietas de tus hijos

rabietas
Te explicamos la técnica de "tiempo fuera", ideal para atajar las rabietas de tus hijos de manera inmediata.
Las pataletas son una fase en el desarrollo y constituyen una auténtica prueba de paciencia y de control de la situación por parte de los padres. Te ofrecemos trucos y consejos para ayudar a tu hijo a gestionar la frustración y ayudarle a crecer. 

La psicóloga Alicia Banderas nos explica la técnica del "tiempo fuera".

1. Prepararemos en casa una zona, un rincón para trasladar de manera inmediata al niño, un lugar apartado pero en el que puedas verle. Es importante mantener contacto ocular en todo momento. 

2. Si el niño no obedece al aviso de irse a su rincón, debemos llevarle al lugar sin prestarle atención o manifestar conductas de disgusto o enfado para evitar discusiones y regateos durante el trayecto. Es importante no sucumbir ante sus súplicas, ya que tenemos que tener por seguro que las habrá. 

3. Haz que permanezca en ese lugar durante un tiempo breve, un minuto por cada año de edad. Si tiene 4 años deberá permanecer 4 minutos. Se trata de que sea un lugar aburrido sin posibilidad de entretenerse donde no haya distracciones ni divertimentos. No tiene por qué ser horrible, no se trata de encerrarle en una mazmorra, ni hay que utilizarlo como un castigo, sino como una oportunidad de reconsiderar su comportamiento.

domingo, 16 de agosto de 2015

Las 7 claves del duelo infantil

Las 7 claves del duelo infantil

Durante la educación de los hijos, los padres suelen enfrentarse a múltiples situaciones complejas. Sin embargo, si hay una situación especialmente complicada, por lo indeseable de la tarea y por lo que implica, es tener que explicarle a un niño qué es la muerte.
No es habitual que hablemos a los niños de la muerte hasta que no nos enfrentamos a un fallecimiento en nuestro entorno. Es entonces cuando surgen numerosas dudas y dificultades, como nuestras propias emociones y miedos, el temor a traumatizar al niño, la necesidad de protegerle…y muchos otros sentimientos encontrados.
Por esta razón, vamos a daros varias pistas sobre cómo afrontar adecuadamente esta situación. A la hora de explicar a los niños la muerte de un ser querido, conviene:
1.   Decir siempre la verdad. Todos los niños se hacen preguntas y, de alguna forma, intuyen la existencia de la muerte. Aunque no les contemos que alguien ha fallecido, siempre perciben los cambios a su alrededor. Si no obtienen respuestas, o éstas son evasivas, pueden acabar elaborando teorías propias –no necesariamente tranquilizadoras- a partir de su imaginación.
 2.   Explicarles qué es la muerte en términos reales. Para eso debemos dejarles claros los siguientes aspectos:
-       La muerte es universal, es decir, nos va a pasar a todos: También les aclararemos que lo habitual es que pase cuando sean muy, muy mayores y que, aunque nos podemos morir, lo normal es que sea dentro de mucho, mucho tiempo, así rebajamos el miedo que puedan tener a quedarse solos, a la muerte de cuidadores, o a su propia muerte.
-       La muerte es irreversible: El niño debe tener claro que quien se muere no vuelve, que no le va a ver más. Le explicaremos que no es un viaje, ni está dormido, ni se ha ido … Aunque nos parezca muy fuerte, hay que decirle “Se ha muerto” y que eso significa que no vamos a ver a esa persona más, ni podemos hablar con ella, ni nos ve, ni nos escucha…
-       Con la muerte se interrumpen las funciones vitales: Esto suele significar que el corazón deja de latir, dejamos de respirar o el cerebro ya no funciona y todo se detiene.
-       Toda muerte tiene una causa, que suele ser física: Aunque las personas fallezcan en accidentes, la causa siempre conlleva la interrupción de las funciones vitales que hemos mencionado.
3.   No esconder nuestros propios sentimientos. Si el niño nos ve llorando y pregunta qué ocurre, no debemos ocultar la razón de nuestro dolor. Si negamos estar tristes o evitamos responderle, podría interpretar que expresar la tristeza es algo negativo. Esto podría empujarle a esconder la suya para no molestarnos, lo que complicaría su duelo.
4.   Ofrecerle seguridad y protección, especialmente a los niños más pequeños. Debemos tranquilizarles y transmitirles que vamos a estar ahí para cuidarles. Es recomendable mantener sus rutinas y horarios para que haya estabilidad familiar, así garantizamos que su mundo no se desmorone.
5.   Estar abiertos siempre al diálogo. Es fundamental que los niños se sientan libres para expresar sus emociones, preguntas y miedos. Tal vez guarden silencio al recibir la noticia de una muerte pero, cuando se sientan preparados, querrán hablar y conviene que entonces encuentren un ambiente receptivo, especialmente si son adolescentes.
6.   Permitir que participen en los ritos de despedida. A partir de los seis años, los menores ya pueden participar, si quieren, en los diferentes ritos que se llevan a cabo cuando fallece un ser querido (tanatorio, funeral, etc.). Participar en estos ritos, explicándoles siempre con anterioridad en qué van a consistir, favorece que se sientan unidos a la familia e integrados en la experiencia de la despedida.

7.    Pedir ayuda terapéutica. Igual que las personas, cada duelo es único y no siempre se resuelve solo. A veces no está de más resolver las dudas que tengamos con un profesional.

sábado, 15 de agosto de 2015

La letra con sangre no entra

La profesora Marta Cristina Ruiz nunca olvidará a su maestra de matemáticas de sexto de bachillerato. "Cortaba las puntas de las tizas. Si quería sacar a alguien al tablero le tiraba un pedazo en la cabeza. Algunos de los trozos tenían la punta afilada. Esos eran los que más dolían". Añade que la docente se enfurecía si el alumno hacía mal el ejercicio. "Imagínese: Uno bien asustado por el golpe y luego el regaño delante del salón. Así nadie resolvía el ejercicio".
Al maestro Jorge Iván Peláez no le tiraron una tiza en la cabeza, pero sí fue testigo de otra clase de vejámenes. "Cuando estaba en primaria vi como profesores golpeaban las palmas de estudiantes con reglas de madera. Lo hacían con los alumnos desaplicados. Yo nunca tuve ese problema. Estrujarlos también era otra forma de intimidación", dice.
Tras conocer en las aulas el concepto de 'la letra con sangre entra', es decir, de la violencia física y psicológica como herramientas a la hora de educar, los docentes Marta y Jorge no creen que este modelo sea correcto. "Antes algunos enseñaban con base en el temor. Era una forma de represión para obligar a los alumnos a atender", dice la primera. "No estoy de acuerdo. Pienso que la educación no puede llegar a esos extremos", menciona el segundo.
Estudios demuestran que el reglazo en las palmas, el jalón de orejas, el pellizco, entre otros castigos (que pueden dar pie a que su abuelo o abuela le cuente historias al respecto), van en detrimento del aprendizaje. En contraposición, otras estrategias fomentan una educación humanista y colaborativa con mejores resultados. Tome apunte, profesor.
Consejos para ser un buen maestro
1. La enseñanza no se logra siendo una persona que infunda temor. El maestro debe ganarse la confianza de los alumnos respetando sus individualidades.
2. Es vital que el alumno interactúe en clase. Estudios demuestran que cuando el estudiante participa aprende hasta un ochenta o noventa por ciento de los temas proporcionados.
3. El maestro debe hacerse entender sobre lo que busca explicar. De esta manera se evitará que los aprendices queden con dudas.
4. Debe ser una persona dinámica, que haga de sus clases una experiencia amena para sus estudiantes.
5. La clave de impartir una buena clase es prepararla de forma anticipada. La improvisación de la cátedra podría acarrear que el maestro abandone su discurso principal o que no sea claro en sus argumentos.
Tomados del sitio web www.educapeques.com.
Sanciones
Luis Eduardo Céspedes, director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar seccional Caldas, menciona que "el profesor que agreda física y psicológicamente a un estudiante incurre en una falta disciplinaria. Esto podría acarrearle la destitución del cargo y, en segundo lugar, someterlo a un proceso penal que podría privarlo de la libertad".
El origen de la expresión
"La letra con sangre entra y la labor con dolor" es una frase del reformista inglés de la educación Joseph Lancaster, según Henry Portela, director de la maestría en Educación de la U. de Caldas. "Planteaba una lógica cartesiana que declaraba que el estudiante aprendía si era lacerado. Este modelo subestima la capacidad de los sujetos y los condiciona para la acción. Los modelos de enseñanza deben reconocer a los alumnos para que crezcan y se descubran a sí mismos".

viernes, 14 de agosto de 2015

Falta de guía de padres, riesgo en internet

Deben hablar con franqueza sobre los riesgos de las tretas usadas por los criminales.

Los padres deben asesorar a sus hijos con respectos a los riesgos de la web y las estrategias usadas por los criminales para engañar.

Los padres deben asesorar a sus hijos con respectos a los riesgos de la web y las estrategias usadas por los criminales para engañar.

En la mayoría de casos relacionados con hechos trágicos con menores de edad ocurridos en ambientes digitales existe una característica en común: la desatención de padres y responsables de la formación de los jóvenes.
La destreza de los chicos en el uso de las herramientas tecnológicas, las redes sociales y la movilidad, versus el desconocimiento y poco acompañamiento de adultos encargados de su formación, se constituye en un peligroso caldo de cultivo sobre el cual germinan fenómenos como el matoneo y acoso; actos de abuso y, como en este caso, de acceso a contenidos nocivos que inducen a los niños a prácticas mortales relacionadas con las drogas, el alcohol o el suicidio.

"Los riesgos para niños, niñas y adolescentes en los entornos digitales no se encuentran asociados a la tecnología como tal, sino a la falta de acompañamiento adulto", dijo al diario La Nación de Argentina Viviana Quintero de Redpapaz, organización colombiana dedicada al estudio y apoyo sobre fenómenos de riesgos en línea para niños y adolescentes.
Además de desconocer el ambiente y formas de uso que los menores le dan a la tecnología, "los padres suministran dispositivos digitales a sus hijos a edades cada vez más tempranas, como si se tratara de un juguete, sin que los niños posean las habilidades de responsabilidad en su uso", explicó Carlos Aramburu de McAfee.
Dichas organizaciones alertan sobre los síntomas que pueden ayudar a los adultos a determinar si un menor de edad se encuentra inmerso en una situación de riesgo relacionada con Internet. Los cambios de genio es el primero de ellos.
Niñas y niños alegres y con espíritu de integración que de un momento a otro se tornan agresivos, aislados, deprimidos, irascibles o ansiosos, pueden estar atravesando situaciones de crisis emocional producto de su actividad en la web. También la evidencia de una baja autoestima, representada en episodios de negativismo, de autocrítica, pueden indicar una alerta de cuidado.
La reducción del rendimiento escolar y de sus responsabilidades en casa constituyen otro hecho de atención.
¿Qué hacer? Lo primero es el acompañamiento de los padres a sus hijos con reglas claras y precisas de los deberes y derechos que cobijan a los menores al momento de usar la tecnología. Esto incluye horarios específicos de uso, controles sobre las aplicaciones que descargan, los contenidos que visitan y las amistades que agregan en sus entornos digitales.
Existen aplicaciones gratuitas que se encargan de hacer este tipo de monitoreos y de bloquear el acceso a contenidos nocivos, descarga de aplicaciones maliciosas como K9 Web Protection, gratuito y 'Protección infantil' que cualquier usuario de una cuenta de Outlook o Hotmail puede configurar sin costo.
Hablar con franqueza de los riesgos, de las tretas usadas por los criminales, es otra de las sugerencias.

jueves, 13 de agosto de 2015

Entrenar a un gato sí es posible

Muchos piensan que adiestrar un gato es imposible, pero la verdad es que sí se puede lograr que estos peluditos hagan caso a órdenes sencillas, que están dentro de su comportamiento natural. Ten claro que esta es una actividad que requiere de tiempo, constancia y mucha paciencia.

Cuando el gato decide comportarse de acuerdo a lo que quieres, debes comprender que tu mascota NO es un perro, por el contrario los felinos son mucho más independientes, entonces si tu peludo ya entendió que al obedecer ciertas órdenes que le des obtendrá beneficios, tienes el terreno ganado. Sigue estos pasos y lograrás grandes resultados.

• Lo ideal es que los procesos de entrenamiento los hagas cuando tu gato es cachorro, porque lo que aprenden en esta época se les queda grabado para siempre. Pero si ya es adulto te preocupes, puede ser un poco más lento el proceso, sin embargo siempre lo logran.

la recompensa es fundamental, todos los animales asocian los buenos comportamientos con ‘el premio’ y es lo que van a buscar después de toda buena conducta. Ojo no necesariamente puede ser comida, puedes recompensarlo con cariños o juegos, para que lo repitan y al finalmente se conviertan en parte de su rutina.

• Si lo que quieres es que aprenda a usar su caja de arena: pon su baño en un lugar silencioso y calmado, de fácil acceso, evita que se tenga que desplazar demasiado; fundamental que la arenera sea cómoda, los gatos generalmente prefieren las cajas abiertas y con arena sin aromas. Con estos pasos, hay muchas más posibilidades de que el felino haga sus necesidades en este lugar.

• Cuando estés entrenándolo, procura utilizar las mismas palabras siempre para que no lo confundas: sí, no, muy bien, fuera, adentro, deja eso, etc, las frases cortas son mucho más sencillas para que el gato las recuerde. Es importante que todas las personas que traten con el michino las usen con firmeza y seriedad. 

intenta que el nombre de tu gato sea corto, simple y fácil de pronunciar, esto ayudará a tu mascota a asimilarlo y podrás lograr que se acerque a ti cuando lo llames.

Todo lo que hagas debe ser oportuno, el gato va a asociar un mal comportamiento a lo que ha hecho en ese mismo instante, es inútil que lo corrijas después de media hora de haber hurtado una porción de comida o dañar algo. Si descubres la travesura demasiado tarde, por esa oportunidad no te va a quedar de otra, que estar un poco más pendiente para que el minino no lo vuelva a repetir, y si pasa, poner las reglas del juego claras a tiempo. 

Rasguños y mordiscos: te proponemos que hagas un sonido fuerte como gritar “Au”. Otra cosa es dejar de jugar y sencillamente ignóralo, en ambos casos aléjate de él de inmediato. Así le enseñarás que la diversión se terminará velozmente cuando se vuelve demasiado agresivo.

Trucos: puedes usar un “clicker”, esto es muy útil para que los gatos hagan trapecias más complejas, como dar vueltas. Cuando cumpla con el comportamiento que quieres, haz un sonido de clic y en seguida dale su premio. Hazlo cada vez que tu minino dé vueltas, se siente o venga cuando lo llames. 
*Procura que la sesión de entrenamiento no dure más de 15 minutos. Si te pones intenso, tu gato podría llegar a detestar el sonido.

• Nunca lo obligues a realizar un truco que no quiera. Algunos gatos querrán aprender con gusto, mientras que otros preferirán que no los molestes ni los toques. Ahí tienes que aprender tú, que la personalidad única e independencia felina es muy difícil de modificar. 

Castigos 
Nunca le pegues o le hagas daños físicos, ellos no olvidan y con estas actividades solo conseguirás que tu gato te tenga miedo y se dañe la relación entre los dos.

• Un ruido fuerte como palmear con las manos cuando encuentres al peludito in fraganti, jugando sobre la mesa o arañando las cortinas, le generará un mal recuerdo y seguramente dirá “upsss a esas cosas no les gusta jugar conmigo”.

rociarlo con agua en el momento justo cuando está haciendo algo malo, por ejemplo mientras afila sus uñas contra el sofá, y por sorpresa le cae un chorrito de agua sin saber dónde viene, hará que el felino asocie esta actividad con una sensación desagradable para él, y así no volverá a repetirlo.

Estos tips te ayudaran pero definitivamente se necesita de constancia, no desfallezcas y veras que los resultados se notarán muy pronto  

miércoles, 12 de agosto de 2015

El período intuitivo, aprendiendo a expresarse

El período intuitivo, aprendiendo a expresarse

El niño, hasta los 2 años, construye su inteligencia sobre todo por un contacto sensorial y motor con el ambiente, de estímulo directo y respuestas repetidas. Durante el primer año asistimos a la rápida maduración de su sistema neurobiológico y, ya durante el segundo, los objetos del entorno se fijan, por características diferenciadoras, en imágenes mentales, al tiempo que el bebé inicia un nuevo tipo de aprendizaje combinándolas. En el período intuitivo o preoperacional, que va de los 2 a los 7 años, se produce, en cambio, una reelaboración del lenguaje y de la representación mental, que se hacen mucho más complejos, y el niño aprende a fijarse en dimensiones perceptivas aisladas, como el color y el tamaño de los objetos. Es el período de la actividad simbólica. El niño aprende a representar objetos a través de las palabras y a manipularlas mentalmente, del mismo modo en que en el estadio anterior manipulaba los objetos.
En este período intuitivo, la capacidad de aprehensión del niño se desarrolla a través de las representaciones (juega casi permanentemente) y realiza la estructuración mental mediante el pensamiento simbólico. Es una etapa egocéntrica porque el niño se ve a sí mismo como el centro de la realidad y no se coloca en otra perspectiva que no sea la suya propia. No se interrelaciona con el medio, sino que lo interioriza.
Otra característica de este período es que el niño desarrolla muy deprisa su habilidad para dibujar.
El primer lenguaje
La adquisición del lenguaje se inicia ya antes de cumplir el primer año de vida, cuando el bebé grita, balbucea e imita algunos de los sonidos que oye. A partir del año surgen el «papa», «mama», «lala» u otros. Casi siempre son sílabas dobles de sonidos que el desarrollo neurobiológico le permite pronunciar. Aquí, la intervención y la relación afectiva de los padres es fundamental para contribuir a la evolución intelectiva del niño, pues la comunicación que se establece entre el bebé y los adultos no es sobre objetos sino sobre emociones.
En los últimos tramos del período sensoriomotor, el niño establece ya una relación entre significante («guau- guau», por ejemplo, imitación del ladrido del perro) y significado (el animal que ve en casa o en la calle, pero también podría ser su caseta, o un gato). Hay dos clases de significantes: los signos y los símbolos. El signo es acordado socialmente (la palabra «perro»); el símbolo, en cambio, es individual (la onomatopeya «guau-guau»). El significado es también individual, pues corresponde a una imagen mental. Cuantos más signos asimile el niño, mayor será su capacidad de expresar y de comprender, es decir, de comunicarse.
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Las primeras palabras y frases de la iniciación lingüística del niño señalan un largo camino en su desarrollo psicofísico. El perfeccionamiento del lenguaje, a partir de los 2 años, está dividido en tres ejes básicos de desarrollo evolutivo.
  • El primero sería el desarrollo fonético, como la reproducción imitativa de los sonidos.
  • El segundo eje sería el progreso semántico, es decir, el paulatino conocimiento de significantes, de palabras, que permite que los significados respectivos se adecúen cada vez más a las convenciones sociales, lo que posibilita la comunicación niño- adulto y niño-niño.
  • Por último, aparece el perfeccionamiento sintáctico, la construcción de las frases con sus significados ordenados en un orden cada vez más preciso.
Es decir, a la pregunta «¿dónde está papá?», el niño contestará, primero, «guau-guau», después, «papá guau-guau» y, finalmente, «papá pasea perro», señalando hacia su padre que, efectivamente, pasea al perro. Así adquiere las reglas gramaticales que le permiten comunicarse.
En este proceso, es importante jugar con el niño para ayudarle a desarrollar el lenguaje. Gritar onomatopeyas, pronunciar palabras simples en voz cada vez más alta para que él las repita… Y mantener una estrecha relación afectiva, pues el lenguaje es sobre todo, en esta época, una forma de comunicación emotiva.
El pensamiento intuitivo

Algunos autores denominan como de pensamiento simbólico a la etapa de los 2 a los 4 años, y pensamiento intuitivo a la comprendida entre los 4 y los 7 años. En este último estadio, el niño no interrelaciona todo lo que ha aprendido: puede resolver algún problema lógico, pero no deshacer el camino que le había llevado a la solución. Por ejemplo: si se colocan en dos hileras paralelas, media docena de huevos y sus hueveras correspondientes, de forma simétrica. A la pregunta «¿qué hay, más huevos o más hueveras?», el niño contestará «igual». En cambio, si se cambia la disposición, delante del niño, agrupando las hueveras y dejando los huevos en una hilera más larga, a la misma pregunta que antes, es muy probable que el niño conteste «más huevos». El niño, en sus juegos, sólo se centra en la disposición de los huevos y no en la relación que hay entre la disposición de éstos y la de las hueveras. En esta etapa preoperacional no es capaz aún de manipular representaciones mentales con rapidez y flexibilidad.

martes, 11 de agosto de 2015

El interés por la propia imagen corporal en la preadolescencia

El interés por la propia imagen corporal en la preadolescencia

Durante la primera infancia, la relación que el niño tiene con su cuerpo y la manera como es considerado dependen del vínculo que establecen con él los adultos que le rodean. Si éstos los miman, cuidan, y cubren sus necesidades básicas, el niño irá elaborando una buena imagen de sí mismo. El cuerpo será algo a ir descubriendo, en tanto que elemento propio de cada uno. En sus exploraciones conocerá las partes que lo componen, las funciones que cada una cumple, etc. Concluida la etapa del descubrimiento, la relación con el propio cuerpo pasa casi desapercibida y no suele suscitar ningún tipo de inquietud.
En la pubertad todo esto cambia, el cuerpo empieza a ser el centro de atención. La imagen corporal, definida como la impresión subjetiva que cada uno tiene de su cuerpo, queda conmovida por los cambios físicos de la pubertad y el preadolescente inicia una serie de conductas que constituyen la manera de asimilar su nueva imagen corporal.
Al verse en el espejo, el preadolescente queda capturado por una nueva representación externa de sí mismo, a la que se tiene que volver a acostumbrar. La insistencia en mirarse, en revisar cada una de las partes de su cuerpo, las facciones de la cara, el peinado, los gestos… no es sino un intento de reconocerse.
La importancia de la imagen corporal en nuestra cultura es evidente. Cada vez más, se invierten tiempo, dinero y esfuerzos dedicados a modificar el aspecto externo del cuerpo, siguiendo las pautas de una imagen idealizada. La pubertad es un momento en el que la sensibilidad hacia esta cuestión es primordial; la pregunta acerca de ¿cómo soy para los otros? adquiere una relevancia especial y el púber la resuelve queriendo ser igual que los de su misma edad. Así, la apariencia externa, el “ir a la moda”, llega a ser una necesidad imperiosa para muchos, ya que supone ser aceptado por el grupo garantizándose un lugar dentro de éste.
Desaparece el cuerpo infantil y aparecen los cambios psicológicos
El ser humano pasa por diferentes etapas en su vida que se interrelacionan  estrechamente con los diferentes cambios físicos que nuestro cuerpo va efectuando; engordamos, adelgazamos, envejecemos, nos salen canas, arrugas… pero nunca tan bruscamente, con la rapidez casi brutal de la pubertad.
Desde el punto de vista psicológico, el proceso de la pubertad debe concluir en algo aparentemente sencillo de entender, pero muy complejo de realizar: se debe aceptar que se ha dejado de ser niño. El cuerpo de adulto que “empieza a ser”, sólo se aceptará si se asume que hay un cuerpo de niño que ha “dejado de ser” y que ya no volverá. Por ello es un período de duelo, se siente dolor por algo muy querido que se ha muerto y que se debe enterrar, aceptando el nuevo físico y el nuevo esquema corporal. De ahí el aspecto triste de algunos púberes en un primer estadio.

Junto con al dolor por lo perdido aparece el deseo de llegar a ser como los adultos. Muchas de las conversaciones entre púberes giran en torno a cuestiones relacionadas con el cuerpo, por un lado, y a ideales a conseguir, por el otro.