jueves, 23 de julio de 2015

algunas pautas para ayudar a reconducir a adolescentes para que sigan estudiando

Cuando un hijo, sea mayor o menor de edad, dice que no quiere seguir estudiando, la mayoría de los padres se preocupan. En España la educación es obligatoria hasta los 16 años, así que hasta esa edad deben seguir estudiando, independientemente de lo que ellos quieran. Samanta Biosca, coach y colaboradora de aulaPlaneta, recomienda a los padres que no se asusten.

Muchos adolescentes tienen momentos de confusión y piensan que dejar de estudiar es una buena solución a sus problemas.
Una de las premisas a tener en cuenta es el valor que le hemos dado en casa a los estudios y “ser consecuentes con ello, ya que, después de todo, nuestros hijos acaban repitiendo no tanto los que les decimos, sino el ejemplo que damos”, explica la coach. A partir de ahí, se deben encontrar “las causas que los han llevado a tomar esa decisión y mirar si podemos encontrar conjuntamente una solución”.
Algunas razones que pueden llevar a los adolescentes a querer dejar de estudiar son los malos resultados, desmotivación, el colegio donde van no les gusta, no está pasando por un buen momento social… “cada caso tendrá su propia solución”, explica Biosca. “Debemos escucharles de verdad y hacerlos partícipes de las soluciones ya que los afectados reales de esta situación son ellos. Muchas veces como padres nos perdemos y no hemos ido observando algunas señales que nos han mostrado nuestros hjos de su descontento”.
“Muchas veces con un cambio de aires (o sea, de colegio en este caso) los chicos cambian de perspectiva. También podemos mostrar otras opciones de estudios como los ciclos medios, superiores o la FP”,

¿Y si siguen aferrados a su idea de dejar los estudios?

Samantha Biosca propone “darles una dosis de realidad”. Por ejemplo, “les hacemos buscar un piso donde les gustaría vivir y ver lo que cuesta al mes; les mostramos las diferentes facturas a las que los adultos nos enfrentamos mes a mes (comida, agua, luz, gas…) y después les enseñamos lo que cobran diferentes personas por sus trabajos (abogados, médicos, profesores, camareros, funcionarios…). ¡Y qué hagan números!
“Otra buena dosis de realidad, cuando algún familiar o amigo nos puede echar un cable, es poner a trabajar a nuestro hijo o hija, aunque sólo sea por un mes. Cuando se ven con dinero en las manos, aunque sea poco, se siente muy motivados. Pero esto cambia mucho si, posteriormente, les exigimos que contribuyan en casa con su parte proporcional de gastos”, explica la coach y colaboradora de aulaPlaneta.
Una buena orientación académica para su futuro En cualquier caso, y aunque la orientación académica se les da en el colegio, los padres pueden aportar y reforzar este trabajo. Samantha Biosca recuerda que “siempre debemos tener presentes las aptitudes, la actitud y las habilidades de nuestros hijos”. “Es muy importante que nos olvidemos de nosotros mismos (y nuestros miedos) y busquemos realmente lo que les puede ir bien a ellos. Veo muchos chicos forzados a estudiar lo que sus padres quieren y es horrible”, explica la experta.
Además, cada año se celebra en las grandes ciudades un salón de educación dónde los colegios, escuelas, universidades, etcétera explican e intentan captar a nuevos estudiantes. Por otra parte, existen profesionales que los pueden ayudar en estas decisiones: psicólogos, pedagogos, orientadores y coaches (también los hay para ellos).
Finalmente, Samantha Biosca insiste en que “cuantas más experiencias vivan nuestros hijos y más variadas sean, más amplitud de mira tendrán y más opciones contemplarán para encontrar lo que realmente les gusta”.