lunes, 7 de septiembre de 2015

Cómo mantener la disciplina en las aulas

Dejar claro el rol del profesor desde el principio es clave para el mantenimiento del orden

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Cada vez es mayor el número de profesores que se siente abrumado por la indisciplina que reina en sus aulas. 


Cada vez son más los problemas con los que se encuentra un profesor para intentar poner orden en su clase. Indisciplina, insultos e incluso agresiones físicas forman parte de una realidad que día a día se hace más presente a un número cada vez mayor de docentes españoles. En este practicograma de proponemos una serie de consejos para mantener la disciplina en el aula.

  1. 1 Deja claro desde el principio cuál es el rol de cada uno.
    El profesor es el profesor y el alumno es el alumno. Podrán llevarse bien, pero el maestro nunca debe olvidar cuál es su papel. Para ahondar en su carácter de educador y potenciar su autoridad, el profesor debe evitar en todo momento el ‘colegueo’ con los alumnos, ya que ello podrá jugar en su contra si llega el momento de amonestar al alumno por alguna razón. Esto no significa que el maestro no pueda charlar amigablemente con la clase, pero sí que nunca debe hacerse en calidad de amigo, como si se tratara de uno más del grupo.
  2. 2 Establecer unas normas desde el principio.
    Es preciso hacer saber a la clase desde un primer momento que existen unas normas que deben seguirse, y que su incumplimiento acarreará una serie de consecuencias. Es bueno que esta normativa se establezca con la colaboración de toda la clase, así los alumnos se sentirán más implicados y es más probable que sigan las normas. Una buena idea en este sentido es elegir un delegado de clase que sirva como un nexo entre las demandas del alumnado y el profesor. Así, los alumnos sentirán que se escucha lo que tienen que decir.
  3. 3 Fomentar la horizontalidad de las relaciones.

    No cabe duda de que hay que dejar bien definida la autoridad del profesor desde el principio, pero esto no quita que éste no deba escuchar lo que tienen que decir los alumnos. Un joven que siente que no se le tiene en cuenta y que no se escucha lo que tiene que decir es un joven enfadado, y con toda la razón del mundo. Un profesor debe de ser capaz de transmitir a sus alumnos la sensación de que pueden contar con él para resolver sus problemas académicos y de que pueden transmitirle sus quejas sin temor a ser reprendidos por ello, y debe ser capaz de hacer esto sin que su autoridad se ponga en entredicho. Puede ser difícil, pero al fin y al cabo, es la responsabilidad del maestro.

  4. 4 Las amonestaciones.
    Amonestar a un alumno puede convertirse en un auténtico reto para un profesor, ya que puede suceder que el primero no considere justo el castigo que se le está imponiendo y ‘plante cara’ al docente. En estas situaciones es fundamental evitar el enfrentamiento directo con el alumno, puede que éste aproveche la ocasión para hacerse el ‘machito’ y destacar delante de sus compañeros. Si el profesor ve que su autoridad no está siendo respetada, lo mejor es que acuda a una instancia superior del centro educativo, como por ejemplo el jefe de estudios o el director. El profesor tiene la potestad de sancionar las faltas leves y graves de los alumnos, ya sea por medio de una amonestación por escrito, expulsando al alumno de clase o retirándole, si procediera, un aparato electrónico hasta la finalización de la jornada. Es importante que aplique estos castigos sin dudar, ya que cualquier ápice de duda será interpretado por el alumno como una señal de la debilidad del profesor y aprovechado en su contra. El apoyo de la dirección al profesorado resulta vital en este sentido.
  5. 5 Cómo actuar ante un ‘graciosillo’.
    Es un hecho: en todas las clases hay un ‘graciosillo’ que planta cara al profesor y que desafía su autoridad. Tratar con este tipo de alumnos supone otro gran reto para los docentes. La clave está en no responder al alumno, en no darle la oportunidad de humillar al profesor. Este tipo de comportamientos se refuerza a base de las risas del resto de compañeros, por lo que entrar en una discusión abierta con un alumno que desafía a un profesor sólo conseguirá que lo rete una y otra vez. Lo mejor es hacer caso omiso de los comentarios del alumno. ‘El mejor desprecio es el no aprecio’ dice el dicho, y en estas situaciones se convierte en una gran verdad. Nuevamente, el profesor deberá hacer uso de su autoridad, aplicando el castigo que corresponda sin dudarlo. También resulta útil poner en conocimiento de los padres y de la dirección del colegio el comportamiento del alumno.
  6. 6 ¿Qué papel deben jugar los padres?
    El colegio es un espacio en el que los jóvenes deben aprender a funcionar y convivir en sociedad sin la ayuda de sus padres, y como tal, tiene una gran importancia en el seno de la sociedad. Sin embargo, implicar a los padres en el proceso educativo de sus hijos puede ser una buena idea, especialmente si se está ante un alumno conflictivo. Hacerles llegar las amonestaciones por escrito de su hijo o concertar citas con ellos hará que los padres estén al tanto de lo que ocurre en el colegio y de que se impliquen en su formación escolar.
  7. 7 Las agresiones.
    Se han llegado a dar casos en los que un alumno ha agredido físicamente a un profesor, llegando en ocasiones a producirse lesiones. Haciendo respetar las normas de clase y la autoridad del maestro nunca se debería llegar a esta situación. Sin embargo, si se diera el caso, es de vital importancia que el profesor nunca jamás responda con otra agresión física hacia el alumno. Por una parte porque se trata de formar a los jóvenes en una cultura abierta y tolerante que dice no a la violencia, pero por otra porque en la inmensa mayoría de los casos, el alumno es un menor de edad, y agredir a un menor puede acarrear serias consecuencias legales. En lugar de ello, la agresión deberá ser puesta en conocimiento de la dirección del centro y de los padres del alumno que la acomete. Si considerara necesario, procedería interponer una denuncia ante las autoridades, incluyendo el parte de lesiones si es que las hubiera.
  8. 8 El profesor 'nuevo'.
    Cuando un profesor se incorpora a un centro escolar su posición es un poco más 'vulnerable' que la de sus compañeros de profesión. Los alumnos aún no lo conocen y tiene que hacer valer su autoridad empezando desde cero. Para ayudar a un docente en esta situación, puede resultar muy útil que sea presentado ante sus nuevos alumnos por una figura que esté por encima de su propia figura, como por ejemplo el diretor del colegio. Ello revertirá al nuevo maestro de una cierta autoridad que lo ayudará de cara a mantener el orden en su clase.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Así funciona el cerebro de un adicto a las drogas

¿Cómo logran las drogas vencer a este órgano y hasta someterlo a su voluntad?

Ellas ─dice el cerebro en entrevista─ se aprovechan y se apoderan de las complicadas redes por las que se comunican entre sí y con el resto del cuerpo ese montón de células nerviosas.

"Cuando las drogas me visitan, al cabo del tiempo terminan tomándose por asalto mis vías de comunicación y tengo que hacer lo que ellas quieran. Eso es terrible", asegura.
Aunque reconoce que es el directo responsable y afectado por las adicciones, también cree que no es del todo impotente para quitárselas de encima. "Que la gente entienda lo que me ocurre cuando consume alguna de estas sustancias, es de gran ayuda para evitar el desastre que esto nos produce", manifiesta.
Díganos con sinceridad, ¿todo consumidor de drogas tiene un cerebro enfermo?
Le soy claro: el consumo ocasional o esporádico no me enferma automáticamente... Pero eso no es inofensivo. Por condiciones genéticas, ambientales o de cada persona, entre el 15 y el 20 por ciento de quienes prueban una droga terminan convirtiéndome en un cerebro adicto.
Adicción, tolerancia y dependencia son cosas que se confunden. ¿Podría explicarnos cada una?
Bueno: adicción es un estado mío que conduce, en este caso, al consumo abusivo de una droga con el fin de obtener bienestar o placer y de evitar las consecuencias negativas de su abstinencia; la tolerancia hace que cada vez se necesite más droga para obtener los mismos efectos, y la dependencia es la necesidad del cuerpo de tener niveles determinados de dicha droga en la sangre para funcionar física o mentalmente con normalidad.
¿Cómo es que usted se vuelve adicto?
Para empezar, déjeme decirle que sin drogas soy correcto y ordenado, pero con su presencia algunas partes mías participan activamente de la fiesta. Las principales son la corteza o materia gris, que es mi componente racional e inteligente, y el sistema límbico, que es mi parte primitiva y encargada de las emociones, los instintos, la supervivencia y las funciones vitales. Las dos (corteza y límbico) normalmente tienen sitios que se conectan entre sí a través de redes nerviosas y forman un circuito de recompensa cerebral que, a la larga, se convierte en el sistema clave para la adicción. No quiero que pierda de vista a unas sustancias naturales como la dopamina, la serotonina, las endorfinas y las encefalinas, apodadas neurotransmisores y que llevan mensajes entre neuronas. ¿Listo?
Aún no me ha respondido como se vuelve adicto...
La primera vez que recibo drogas estas engañan al sistema de recompensa y lo hacen liberar dopamina, con lo que crean sensaciones de bienestar y de placer, que yo clasifico como importantes; eso me obliga a prestarles atención y a recordarlas. Si esto se prolonga o se repite hace que artificialmente se mantenga ese placer, que por sí solo no soy capaz de conseguir. El asunto es que el sistema límbico empieza a trabajar más de la cuenta y cree, moldeado por la evolución, que la satisfacción es algo que hay que preservar como parte de la supervivencia, al punto que, progresivamente, se producen cambios en mi estructura que ven el placer como algo normal. Cosa que solo se consigue con la droga.
¿Y eso se puede frenar?
Entienda que aquí la corteza cerebral es doblegada por el sistema límbico. Lo racional cede y se imponen, como le digo, lo instintivo y la falsa interpretación del bienestar producido por el engaño de las drogas que yo percibo como necesario para la sobrevivencia. Por eso, el primer consumo es voluntario y consciente; después es un acto irracional, urgente y forzado, difícil de evitar.
En concreto, ¿qué le hacen las drogas para terminar dependiendo de ellas?
Como ellas me inundan artificialmente de neurotransmisores como la dopamina, mis neuronas perciben que tienen más de la que necesitan, y la dejan de producir o le cierran sus puertas (disminuyen receptores). Eso hace que la capacidad de la dopamina para producir placer se vaya debilitando. Consecuentemente, la gente se siente triste, deprimida y no concibe la vida sin el bienestar al que ya está acostumbrada. En ese punto, la única forma de alcanzarlo es a través de la droga. Hay que consumir cada vez más. No tengo escapatoria.
Vamos a la práctica, ¿cómo actúa sobre usted la cocaína?
Es un estimulante que en las neuronas de los circuitos que le dije, impide que las neuronas recapturen la dopamina. Con eso logra que haya grandes cantidades de esta sustancia, que aumente y prolongue esa estimulación que para mí es placentera. El resto ya lo sabe.
¿Y la heroína?
Ella es una gran actriz, que se hace pasar como neurotransmisor natural, con lo que engaña a mis neuronas y las estimula directamente. Su estímulo lo percibo como un bienestar desbordado que, de prolongarse o repetirse, terminan afectándome por el mismo mecanismo.
¿Y las anfetaminas?
Ellas logran que las neuronas produzcan más dopamina y noradrenalina, otro neurotransmisor.
¿Y el éxtasis y el LSD?
El éxtasis aumenta la dopamina y la serotonina. El LSD actúa principalmente a través de la serotonina; eso hace que los dos sean alucinógenos. Otro día le hablo de eso.
¿Y el cigarrillo y el alcohol?
La nicotina tiene en mis neuronas unos receptores específicos que las empujan a liberar unas sustancias entre las que está la dopamina. El alcohol, por su parte, es un depresor que logra activar mis circuitos de recompensa a través del ácido gama-amino-butírico (GABA). El resto es similar.
¿Es cierto que un cerebro adicto a las drogas no tiene cura?
Quisiera, por mi bien, decir que eso no es cierto. La verdad es que la drogadicción es una enfermedad crónica, que si bien no tiene cura se puede tratar. Existen protocolos eficaces de intervención que deben aplicarse a la medida de cada persona, según el tipo de droga, el grado de afectación y las condiciones en las que se encuentre. Todos son interdisciplinarios y deben ser orientados por expertos con metas claras. Insisto: la drogadicción es una enfermedad.
¿Quiere decir algo más?
Sí, que la mejor estrategia para evitarme daños es la prevención aplicada con seriedad desde la primera infancia. Es lo único en lo que creo de verdad... Y sé por qué se los digo.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Las nuevas armas contra el 'copy-paste'

Maestros e instituciones educativas usan programas y herramientas tecnológicas para detectar plagio.

El plagio es un tema recurrente dentro del sistema educativo.
El plagio es un tema recurrente dentro del sistema educativo.

La profesora de gramática Martha Zambrano * no podía salir de su asombro cuando se dio cuenta de que el 30 por ciento de sus estudiantes de primer semestre de una conocida universidad de Colombia habían incurrido en plagio. Fue en un ensayo acerca de una obra literaria, y explica que para ‘pillar’ a sus alumnos lo único que tuvo que hacer fue poner entre comillas una frase textual de uno de los ensayos en Google. “Doy clases en primer semestre desde hace 10 años y tengo claro cuáles son las capacidades de mis alumnos. Por eso sospecho de un lenguaje que es muy preciso y técnico”, apunta.
Sin embargo, lo que esta profesora no sabe es que ya existen sistemas especializados que fueron creados para detectar los casos de plagio. Uno de ellos es Turnitin, la plataforma virtual más famosa del mundo que se dedica a esta labor. Ya está presente en 126 países, incluida Colombia, donde la mayoría de instituciones de educación superior ya lo implementan.

Esta herramienta se encarga de comparar las frases de los textos analizados con los publicados en 45.000 millones de páginas web. Luego, muestra las partes coincidentes y las fuentes de las que han sido tomadas. Según explicó el bibliotecólogo Wilson Colmenares a la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional, después de que el programa hace la comparación, se saca un porcentaje de autenticidad del trabajo, que permite valorar si ha ocurrido un plagio o no.
Así mismo, el software cuenta con un sistema de calificación de trabajos que integra a profesores y estudiantes en la revisión de los textos, con el fin de fomentar la producción y publicación legítima de obras académicas.
En la web también hay páginas que se dedican exclusivamente a esta labor. Ese es el caso de Copy Tracker, que se puede descargar como aplicación para hacer la búsqueda. Pero si el plagio se hizo de otro idioma, no hay que preocuparse: para hacer esta detección, en cualquier lengua, está Plagium.com.
The Plagiarism Checker y Doc Cop también son útiles en esta tarea. Además, permiten comparar dos textos similares, con el fin de identificar un parafraseado indebido.
De otra parte, las universidades del país también se blindan contra el plagio mediante la imposición de acciones para generar un precedente. Estas pueden ir desde una sanción hasta la expulsión del alma máter. La Universidad de La Salle, por ejemplo, tiene un reglamento de propiedad intelectual que regula la producción de conocimiento dentro y fuera de la institución. Otras universidades desarrollaron programas pedagógicos para concientizar a toda la comunidad académica sobre las consecuencias morales y legales del plagio. Ese es el caso de la Uniminuto, con su proyecto No Al Frapla, que, según Bienestar Universitario de la institución, ha reducido el problema en un 25 por ciento.
En las universidades de La Sabana y Sergio Arboleda combaten esta conducta enseñando, desde el inicio de las carreras, cómo citar documentos y qué consecuencias tiene esta falta en la vida profesional.
Lo cierto es que todas estas herramientas y programas responden a una realidad: el plagio es un tema recurrente dentro del sistema educativo. Para la profesora Zambrano, estos hechos dan cuenta, como lo asegura un reciente estudio de la Universidad de las Islas Baleares, de que el fenómeno del copy-paste hace parte del ADN de los jóvenes de hoy, sobre todo entre aquellos que dejan todo para última hora.
De acuerdo con la investigación, esta práctica se hace bajo una modalidad que se denomina ‘collage’, que es la creación de un trabajo con fragmentos de varios textos sin hacer referencia a la fuente original.
En el estudio, el 81,3 por ciento de los encuestados dijo haber entregado un escrito con fragmentos copiados de páginas web, por lo menos una vez en el año académico. Igualmente, el 72,5 por ciento admitió haber copiado fragmentos de fuentes impresas sin dar el crédito debido.
Ante esta situación, Rubén Comas Forgas, coautor del informe, recomendó que los docentes supervisen el proceso en el que los estudiantes elaboran un trabajo académico. Pero ¿qué lleva a los estudiantes incurrir en esta falta?
Para Diana Cuy, trabajadora social y docente de investigación del Colegio Mayor de Cundinamarca, este fenómeno tiene varias explicaciones: los alumnos no citan fuentes bibliográficas porque no saben hacerlo y por pereza. “Ellos solo piensan en cumplir con su tarea, al costo que sea, por una nota o evitar un regaño”, señala. Y agrega que también incurren en esa práctica por presión social e inseguridad: “hay chicos que no creen en sus capacidades y les cuesta tener un sentido crítico frente a cualquier tema”.
Para los alumnos, la causa radica en la falta de tiempo. María Briceño *, estudiante de Derecho, asegura haber tenido que incurrir en esta falta debido a las múltiples responsabilidades que tiene. “Es imposible hacer todos los trabajos al tiempo y con buena calidad. Además, hay profesores a los que solo les interesa que tú hagas la entrega. De hecho, estoy segura de que no leen lo que nosotros hacemos”.
Una falta costosa
Las consecuencias de incurrir en el plagio no se quedan en el ámbito académico, también puede generar problemas de tipo legal, pues en Colombia esta falta es considerada un delito. Incluso, mediante el artículo 271 del Código Penal se establece que “la violación a los derechos patrimoniales de autor y derechos conexos incurrirá en prisión de cuatro a ocho años y en una multa de 2,6 a 1.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes”. Cuando la persona que cometió este delito afecta el prestigio de la empresa donde trabaja, el caso podría entrar en un proceso penal si la compañía decide denunciarla por daños y perjuicios.
Por todo esto, entre estudiantes y profesores, hay unanimidad en torno al hecho de que el plagio no tiene justificación y no debe subestimarse. El hecho de que hoy la tecnología se haya enfocado en crear ‘armas’ para combatirlo y restringir ciertas puertas que el acceso a la información abre es un indicador. Investigaciones como la citada, el análisis de expertos y desarrollos de software sugieren que es momento de prestarle más atención.
* Nombres cambiados por petición de las fuentes.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Qué posición toma tu hijo en el proceso de separación?

¿Qué posición toma tu hijo en el proceso de separación?

En no pocas ocasiones, las parejas que atraviesan una etapa de pre ruptura —cuando el distanciamiento afectivo y sexual se ha instalado entre ellos y los enfrentamientos físicos y verbales han llegado a ser frecuentes— colocan a alguno de los hijos, generalmente al mayor, en una posición de, árbitro. El niño o la niña intentan suavizar las tensiones cotidianas, actuar como mediador si no hay acuerdos o incluso hace de mensajero entre el padre y la madre. Finalmente, acaba asumiendo funciones de adulto mediador, en una posición inadecuada tanto por su edad como por su condición de hijo necesitado de atenciones y cuidados. La pareja en conflicto a veces no se da cuenta de que está fomentando algo sumamente perjudicial para su hijo; otras, en cambio, lo utilizan siendo conscientes de ello, pero creyendo que de esta manera se podrá evitar la separación y la ruptura definitiva. Cada miembro de la pareja suele buscar alianzas en sus hijos, por ejemplo para acusar al otro de abandonarlo o de maltratarlo. El niño en posición de árbitro de una pareja que no se entiende intenta que la grieta que existe entre sus padres no se abra todavía más, y se ve obligado a soportar una carga emocional demasiado pesada para él.
Mantener a los hijos al margen del conflicto­

La situación conflictiva entre la pareja como matrimonio no debe repercutir en la relación con sus hijos. Si las desavenencias entre la pareja quedan bien diferenciadas de su función como padres, los hijos no sufrirán tanto. Para ellos, lo más adecuado y beneficioso es darse cuenta de que sus padres no se entienden entre sí, pero que no por eso van a dejar de llevarse bien con ellos. Dejarlos al margen del conflicto tampoco significa que los niños no capten lo que está sucediendo; los hijos suelen percibir, de forma más o menos consciente, si sus padres se llevan bien o mal, si hay afecto u hostilidad entre ellos, si disfrutan estando juntos. Los hijos no deberían ser nunca ni espectadores ni testigos, ni aliados ni árbitros de los conflictos entre sus padres.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Qué es la Fimosis?

¿Qué es la Fimosis?

Muchos padres con hijos varones se plantean la necesidad de operar a su hijo de fimosis, ya que saben que muchos niños varones son sometidos a esta intervención. Las dudas que les sobresaltan son muchas: ¿todos los niños han de ser operados?, ¿lo necesita mi hijo?, si hay que operarlo ¿cuál es el mejor momento?, etc
Empecemos por el principio y sepamos que es la fimosis. Todos los niños varones nacen con la parte final, la punta, del pene (conocido como el glande), cubierto de piel. A esta piel que cubre el glande se la conoce con el nombre de prepucio. Así pues en un principio el prepucio cubre al glande. En condiciones normales, la piel del prepucio debe poder descender, sin dificultad, hasta dejar el glande completamente al descubierto. Cuando esto no ocurre hablamos de fimosis. Cuando esta pequeña anomalía debe corregirse quirúrgicamente la operación que se realiza recibe el nombre de circuncisión. La circuncisión es pues aquella operación que realizamos para eliminar la piel del prepucio y dejar el glande al descubierto.
La presencia de una fimosis en la edad infantil no suele significar la existencia de problemas de salud. Algunos niños con fimosis muy intensas pueden presentar, con mayor facilidad que los otros, infecciones de orina, pero hecha esta excepción, la fimosis no va a traer más problemas. La presencia de infecciones de orina en un niño con fimosis obliga a realizar la circuncisión. Salvo en este caso, como decimos no hay problema. Sin embargo, la fimosis debe estar solucionada antes de que el niño pueda iniciar sus relaciones sexuales ya que es en este momento donde van a aparecer los verdaderos problemas.
La mayoría de niños tiene una fimosis durante los primeros meses de vida. A partir de cierta edad en una inmensa mayoría la fimosis desaparece. Si no es así, la aplicación de una pomada con corticoides, aplicada diariamente durante un período de 1 o 2 meses, cuando el niño ya es mayorcito, solucionará, muy probablemente el problema.
Un pequeño porcentaje de niños deberá ser finalmente operado. La circuncisión es una operación sencilla que dejará al descubierto el glande. ¿Cuándo es mejor hacerlo? Personalmente creo que siempre debe hacerse antes de la pubertad, y siempre que sea posible, después de haber intentado el tratamiento con corticoides. A mi entender la edad ideal está entre los 4 y los 6 años, momento en que el control de esfínteres suele ser total y el niño es capaz de comprender los cuidados post quirúrgicos.
Algunas culturas y ciertas religiones recomiendan la circuncisión en todos los niños en los primeros días de vida. Para muchos autores esto comporta una serie importante de ventajas aunque este es un tema de controversia científica aún no resuelto. Mi opinión personal es que muchos niños no necesitarán ser operados y por tanto me parece innecesario hacerlo de forma indiscriminada en todos los niños, salvo que haya razones culturales o religiosos.

En el caso de que el niño deba ser circuncidado los padres deben saber que es una operación sencilla, que hay que abordar con el menor número de riesgos posible y que los cuidados postoperatorios no son molestos y son fáciles de llevar a cabo.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Consumir drogas no es motivo para expulsar a un niño

Tras el suceso de intoxicación en un colegio de Bogotá, el director de Inspección y Vigilancia de la Secretaría de Educación confirmó: el consumo de estupefacientes debe tratarse como una enfermedad.

Consumir drogas no es motivo para expulsar a un niño 

Este martes trascendió la noticia de la muerte de un niño de 14 años y la intoxicación de otros 21 tras inhalar una mezcla de sustancias tóxicas contenidas en un extintor. El suceso ocurrió en el colegio distrital Marco Fidel Suárez de Bogotá. Las autoridades todavía siguen investigando los hechos. En el caso del niño fallecido, será Medicina Legal quien informe las causas de su muerte y difunda el documento oficial al respecto.
Óscar Clavijo, director de Inspección y Vigilancia de la Secretaría de Educación de Bogotá, le confirmó a Semana Educación que la veintena de estudiantes implicados en este caso de consumo de sustancias no serán expulsados del centro.
“El consumo de estupefacientes está contemplado por la legislación como una enfermedad, no como un delito, por lo tanto a estos niños se les debe hacer un acompañamiento desde el centro educativo, no se les puede expulsar del mismo”, sostuvo. En lo referente a las drogas, el colegio sólo tiene potestad de abrir un proceso de ‘descolarización’, si el menor se lucra con su venta.
Clavijo aclaró que será el centro distrital y no la secretaría quien imponga medidas disciplinarias a los niños intoxicados. El caso de los estudiantes del Marco Fidel Suárez reabre el debate sobre cuál debe ser el proceder de un ente académico ante este tipo de situaciones. Esto es, si la expulsión es la sanción más efectiva para salvaguardar la integridad de la comunidad estudiantil y docente, o si por el contrario, en ningún caso es una medida razonable.
Los colegios públicos cuentan con un manual de convivencia que sigue los lineamientos de la Ley de Infancia y Adolescencia y la Ley 1620. Esta última, promulgada en 2013 por el presidente Juan Manuel Santos, establece unas pautas sobre la protección, detección temprana y denuncia de las conductas que atenten contra la convivencia escolar, la ciudadanía y el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de los estudiantes dentro y fuera de la escuela.
“Los niños tienen derecho a un debido proceso. Sólo se contempla la expulsión en el caso de agotar todas las instancias o si su comportamiento atenta gravemente contra la integridad de la comunidad estudiantil y el bien común”, indicó Martha Rojas Molina, coordinadora  de la institución educativa CEDID Ciudad Bolívar. En cinco años, esta escuela distrital nunca ha expulsado a un estudiante, aseguró.
La decisión de ‘descolarizar’ es competencia única del rector. “La Secretaría de Educación es la última instancia en pronunciarse, en caso de que la familia del menor quiera recurrir a la decisión del colegio y la Dirección Local”, añadió.
Una dinámica similar rige los colegios públicos. Estos también cuentan con un manual de convivencia que configura el cuerpo docente con cierta autonomía, pero “siempre ajustado a la ley colombiana”. Así lo aseguró Edwin García coordinador de convivencia del Montessori British School en Bogotá.
El Montessori contempla en su manual la expulsión sólo en casos de “faltas gravísimas”. Esto es, cuando el niño tiene una “conducta o actitud que lesiona en gran medida los valores individuales y colectivos de la institución educativa, así como aquellas conductas que son consideradas como delitos en la legislación penal colombiana”.
El niño tiene también derecho a un debido proceso y derecho a la defensa. “En 12 años sólo hemos expulsado a dos personas, porque el bienestar de la comunidad escolar prima sobre el individuo”, subrayó la directora del centro, Claudia Díaz.
Para Edwin Torres, psicólogo clínico de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, la expulsión de un niño es una medida “muy negativa”, especialmente para estudiantes provenientes de estratos socioeconómicos bajos.
“El colegio es un mediador de formación, pero los padres tienen una responsabilidad clave en la configuración del comportamiento de los niños. Si este viene de una familia desestructurada y, además, se queda sin el entorno que le brinda el centro educativo, se convierte en presa fácil para relacionarse con personas que también desarrollan comportamientos inadecuados”, aseguró.
La propuesta del psicólogo para disminuir los casos de niños con conducta inapropiada es que los colegios le apuesten también a un “desarrollo de la inteligencia emocional del estudiante, sus habilidades sociales y estrategias para solucionar conflictos”. Para ello, resulta imprescindible que los centros educativos contraten psicólogos clínicos especializados, “una inversión que se rehúsan a hacer”.
Los menores involucrados en el episodio de intoxicación en el colegio Marco Fidel Suárez, con edades comprendidas entre los 12 y los 16 años, fueron trasladados al Hospital del Tunal y al Santa Clara, donde permanecieron en observación. Horas después fueron dados de alta, como aseguró a varios medios el secretario de Salud, Mauricio Bustamante. 

martes, 1 de septiembre de 2015

Cómo quieres que te recuerden tus hijos/as?

¿Cómo quieres que te recuerden tus hijos/as?

Desde el nacimiento, resaltamos nuestro rasgo distintivo frente a otros seres: la sociabilidad. Necesitamos del cuidado, alimento y afecto de los demás para la supervivencia y desarrollo. No sólo es comer, protegernos del calor, del frío, protegernos de otros “depredadores” o peligros para nuestra subsistencia… el ser humano necesita sentirse querido para mantenerse vivo.
Estudios como el de H. Harlow con crías de monos Rhesus demuestran las consecuencias en la privación sensorial de estas crías con su madre biológica. Ante la posibilidad de elección de una mamá de alambre que aportaba el alimento, o una mamá de felpa que ofrecía su calor y tacto suave, las crías Rhesus pasaban gran parte del día al cobijo de la mamá de felpa, a excepción del momento de alimentarse. Este experimento con primates facilita la comprensión de la necesidad natural e instintiva de protección y transmisión de sensaciones placenteras, como pueda ser un simple abrazo a un objeto que se familiarice con nuestra progenie.
¿Qué puede recordar el cerebro desde nuestra infancia?
Desde que somos bebés, nuestro cerebro activa sus propios mecanismos de defensa ante situaciones impactantes. Por ejemplo,  el cortisol es una hormona que nuestro organismo libera para ayudarnos a sobrepasar las situaciones de estrés. El estrés puede darse en los bebés cuando viven situaciones constantes de amenaza, o peligro, de desprotección y falta de atención. Su llanto es la búsqueda de protección hacia el adulto que debe estar para protegerle de situaciones adversas. La consecuencia a largo plazo será una aparición sensible de esta hormona que activará mecanismos de huída o defensa, dificultando la adaptación y confianza del niño/a y posteriormente, adulto/a, en sus relaciones sociales.
También reconoce una situación agradable y de placer. Desde una experiencia positiva, la amígdala cerebral (vinculada a las emociones) participa en la formación de nuestros recuerdos emocionales.
Y esta emoción está vinculada a una imagen. Si hiciésemos el agradable ejercicio de recordar el primer recuerdo feliz que nos venga a la cabeza, cada cual nos remontaremos a una etapa diferente de nuestra vida, y posiblemente asociado a un contexto donde podamos estar acompañado de más o menos gente. Y siempre con una imagen. Puede estar en movimiento o mantenerse estática, pero será una imagen de ese estado de felicidad.
Gracias a este tipo de recuerdos almacenados en nuestra memoria emocional, nos ayudan a identificar rostros, y a asociar una emoción positiva o negativa a un recuerdo. Estos recuerdos forman parte de nuestra memoria a largo plazo, lo que supone que aquello que experimentemos como una vivencia especial en nuestra infancia, será recordado durante toda la vida.
El mejor regalo
¿No resulta bonito saber que nuestros hijos/as podrán tener momentos inolvidables con nosotros desde edades tempranas y que les marcarán para toda su vida? Ya sólo por esto, deberíamos recordar a diario nuestra labor no sólo como madres y padres, sino como portadores de ilusión y momentos maravillosos en la vida de nuestros hijos/as.
¿Os imagináis qué recuerdos elegirán nuestros/as hijos dentro de veinte años si les preguntasen “cuál es tu mejor recuerdo de infancia”?.