lunes, 28 de marzo de 2016

La tecnología, clave en el Aula del Futuro

El Aula del futuro permite la articulación de lo análogo con lo digital, la exploración libre que permite aprender desde el error, juego, experiencia de vida, entorno y realidad de los estudiantes.


Atrás quedaron los días en que los estudiantes usaban libros de texto y cuadernos dentro de sus aulas. Hoy, toman notas en tabletas, hacen investigaciones en computadores portátiles y se mantienen en contacto con amigos a través de dispositivos móviles. 

La experiencia de aprendizaje continúa evolucionando a medida que nos acercamos a una sociedad más conectada y con más avances tecnológicos. 

Algunos cuestionan la necesidad de incluir más tecnología en el aula, para lo cual los educadores responden con un sí rotundo, pues aseguran que de esta manera se permite una mayor experiencia práctica que ayuda a los estudiantes a comprender mejor los conceptos y teorías. En un estudio patrocinado por Samsung, GFK encontró que 90 por ciento de los maestros estadounidenses opinan que la tecnología en el aula es importante para el éxito del estudiante.

Este hallazgo ratifica lo que Samsung ha venido haciendo desde hace varios años en países como Colombia: incentivar la apropiación de la tecnología en los niños de escuelas públicas en diferentes regiones. Un esfuerzo de la compañía para impulsar el entusiasmo por la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas entre los estudiantes de primaria. 

Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) encontró que los estudiantes con acceso a la tecnología tienen mejor desempeño, en promedio, que los que tienen una menor posibilidad. A través de la tecnología, los maestros están en mejores condiciones para atender los diferentes estilos de aprendizaje, involucrar a los estudiantes -tanto dentro como fuera de las aulas- y fomentar una mayor participación y colaboración de los estudiantes.

“Los dispositivos tecnológicos usados de manera pedagógica en las aulas han cambiado la dinámica del salón tradicional. La enseñanza frontal, simultánea y homogénea es incompatible con esa nueva estructura y exige a los profesores el desarrollo de una metodología mucho más flexible y hace más necesaria la atención individualizada de los alumnos”, destaca Carolina González Serrano, Ph.D y Coordinadora del Samsung Smart School en Popayán. 

“Lo interesante es que la tecnología abre la escuela y permite una sana expansión desde el contexto y entorno, fortaleciendo la idea de que el aprendizaje ya no se produce solo en la escuela, sino que es más global. El rol del profesor y la academia cambian al ser cada vez menor su función de control y mayor su papel como igualador de oportunidades”, complementa González Serrano.

Cambios para el futuro
Las aulas de hoy en día están equipadas con dispositivos como pizarras interactivas y pantallas, controles de mando, tabletas, teléfonos inteligentes y otras herramientas que han modernizado la educación para hacerla más personalizada, empoderando a estudiantes y maestros en el uso de tecnologías digitales para resolver problemas y aprender.

“Hemos visto que cuando las instituciones no tienen suficientes herramientas tradicionales de investigación científica, tales como equipos de laboratorio, a menudo recurren a la tecnología creando laboratorios de biología virtuales. A través de la tecnología, los educadores son capaces de encontrar formas innovadoras de proporcionar a los estudiantes información y herramientas relevantes para usar en el proceso de resolución de problemas. Hay un sinnúmero de casos de éxito que demuestran cómo la tecnología en el aula puede romper barreras y, finalmente, crear un ambiente de aprendizaje más incluyente”, comenta César Muñoz, gerente de Ciudadanía Corporativa de Samsung Electronics Colombia.

Samsung trabaja junto con científicos, ingenieros y matemáticos para imaginar y crear el futuro. “Creemos que los líderes del sector deben tomar parte en ayudar a asegurar que los líderes del mañana se están preparando hoy, con las herramientas que necesitan para hacer del mundo un mejor lugar para las generaciones por venir. Anteriormente las habilidades que se requerían eran más operativas e implicaban que el conocimiento se tuviera en la cabeza. Hoy, la información está disponible en internet y la parte operativa la hacen máquinas y computadores. Esta transformación implica que se eduque en habilidades como la creatividad, análisis, discernimiento de información, investigación, trabajo en equipo y toma de decisiones” resalta César Muñoz.

La tecnología por sí sola no es la respuesta, Cuando se combina con los métodos de enseñanza tradicionales y maestros dispuestos a innovar, la tecnología puede ayudar a crear una experiencia educativa totalmente inmersiva que hace la diferencia.

“Es importante destacar que el acompañamiento que se dé al uso de la tecnología en la educación es clave. No se trata de que los niños usen libremente y sin control los dispositivos. Se debe supervisar su uso en términos de límite de tiempo y de contenidos clasificados, pues la tecnología no es sólo para el ocio y entretenimiento, sino que soporta procesos de aprendizaje significativos con el correcto acompañamiento por parte de padres y docentes”, concluye Carolina González Serrano.