viernes, 13 de marzo de 2015

Claves para saber cómo funciona el cerebro de su hijo

Últimas investigaciones demuestran que estimular a los chicos genera nuevas conexiones neuronales.

Todo lo que aprenda su niño debe nacer de sus preferencias.
Todo lo que aprenda su niño debe nacer de sus preferencias.

Quién no quisiera saber qué piensa su bebé; si es feliz, si algo le molesta o si sufre, pero descifrar las emociones o estados de ánimo son acciones complejas que nacen en el cerebro, y entenderlo o conocerlo es complicado. Sin embargo, la psicóloga Annie de Acevedo, experta en crianza y temas de familia logró poner en palabras sencillas el mágico mundo del pensamiento y el comportamiento de los niños, a través de su libro ¿Cómo funciona el cerebro de los niños?
La revista ABC del Bebé la entrevistó sobre el tema, buscando que los padres reconozcan, desde temprana edad, la forma cómo piensan sus hijos, sus fortalezas, debilidades y capacidades, pues como ella misma dice, “cada cerebro es único, y no hay uno igual a otro”.
¿Qué se sabe del cerebro de los niños?
Lo primero, es que el cerebro es un órgano perfectamente conformado y los estímulos que recibe activan las conexiones, por ello, toda intervención que se haga a un niño con dificultades, entre más temprana, tendrá mejor pronóstico.
Además, desde que nacen y hasta los 7 años es la época de mayor maleabilidad y plasticidad del cerebro, por ello, en casos como los de los niños con autismo existe, en estos años, una maravillosa posibilidad de intervención y de respuestas adecuadas para mejorar su situación.
De hecho, conocemos casos de chiquillos que han podido salir de esta difícil situación gracias a una intervención oportuna y adecuada.
¿A qué se refiere cuando habla de plasticidad?
La plasticidad es la capacidad de cambio. El cerebro no es algo rígido ni duro; era un mito que era una unidad sellada, una creencia no cierta, porque ya sabemos que todo en este son conexiones. Nacemos con un número determinado de neuronas, pero lo que importan son las conexiones que se logren, y estas se desarrollan por el estímulo que se les dé a los niños.
¿Cómo aplicar lo que hoy se conoce del cerebro para ayudar a niños con dificultades?
Ahora tenemos una nueva visión de cómo funciona el cerebro y la importancia de integrar todos los sentidos del pequeño. Además, también se integra a la familia en este trabajo. Sabemos, por ejemplo, que un niño con autismo no puede autorregularse para entender el mundo.
Para explicarlo mejor, pensemos que un niño en esta condición recibe los estímulos como sonidos, olores, voces, texturas, pero estos entran por una carretera destapada, llena de piedras; el niño no sabe cómo comunicar lo que siente porque esas sensaciones no llegan al cerebro de forma adecuada. Es como si el carro se quedara en la mitad de ese camino, bloqueado.
Pero desde hace 10 años, se entendió que ellos eran niños aislados. Antes se pensaba que era una enfermedad psiquiátrica, hoy se sabe que es neurológica, y se determinó que en ellos hay una serie de conexiones que no se dan entre el lóbulo frontal y el sistema límbico, que es el que maneja las emociones.
Ahora, lo que se hace es quitar piedras en ese camino destapado y lleno de rocas, a través de las terapias, logrando que se regulen y comuniquen mejor con el entorno.
¿Qué hacer para desarrollar el cerebro infantil?
Todos los niños necesitan estimulación para activar las conexiones. Por ello es tan importante que tengan buenos modelos y en el momento oportuno.
En el caso de la niña criada por simios, ella no llegó a hablar, solo emitió sonidos, porque se le pasó el tiempo de estimular su lenguaje. Todos necesitamos la estimulación para activar lo que viene genéticamente programado. El niño modela, aprende por imitación por eso necesita buenos modelos para activarse.
En la justa medida
Se dice que hay que estimular, pero existe la sobreestimulación. ¿Esta puede llegar a ser nociva?
Si el niño está haciendo muchas cosas termina atropellado. La idea es maximizar su potencial, pues a veces menos es más. Por ejemplo, meter a un niño en clases de tenis a los 5 años no lleva a nada, pues no hay relación mano-ojo aún.
Entonces, ¿cuál es la recomendación para los padres sobre estimulación?
La balanza está en conocer al hijo. Viendo qué le gusta para saber con qué disfruta. Si usted ve que su niño tiene una habilidad para la bicicleta, hay que meterlo en algún deporte relacionado. O si es muy verbal, que tome clases de idiomas. En definitiva, es conocer el cerebro de nuestro hijo. Cuáles son sus fortalezas y cuáles son sus debilidades.
Hoy, la clave es trabajar desde la fortaleza, no desde la debilidad. Antes se trabajaba la falencia tratando de corregirla, pero nadie se acordaba de decirle lo bueno que era para muchas cosas. Esa es ahora la premisa, trabajar desde lo que hace bien.
Y los papás que quieren que sus hijos hagan lo que ellos no pudieron, cómo decirles que el niño hará lo que le guste.
El niño va a ser lo que él va a ser. El cerebro es como una cara, no hay una igual a otra. Hay caras parecidas, lo mismo pasa con el cerebro, es único e irrepetible y por eso hay que respetarlo.
¿Y las debilidades?
Se trabajan con métodos de compensación; una buena educación es suplirle al niño las debilidades con las fortalezas, esa es la clave.