viernes, 20 de febrero de 2015

Todo lo que hay que saber sobre la fiebre

Todo lo que hay que saber sobre la fiebre

El principal signo externo y cuantificable de la presencia de una infección es la fiebre. Se considera que el niño tiene fiebre cuando el termómetro indica una temperatura superior a los 37 °C. En los niños pequeños, y por razones prácticas lo mejor es tomar la temperatura rectal y, como segunda opción, la axilar.
Para controlar la temperatura del pequeño y ver su evolución, se puede confeccionar una gráfica de la temperatura de una forma muy sencilla. Un papel cuadriculado, con las horas en el eje horizontal y los grados y medios grados de temperatura en el vertical, servirá para confeccionar una gráfica de la temperatura.
Tabla de la fiebre

El termómetro ¿clásico o digital?

El termómetro ideal es el clásico de cristal con mercurio en su interior, el cual tiene las ventajas de facilidad de uso y limpieza, bajo coste y ningún mantenimiento; sin embargo, tiene el inconveniente de que para algunas personas puede ser difícil de leer y que se puede romper. Por ello, los más recientes sistemas digitales de determinación de la temperatura representan una buena alternativa por su gran fiabilidad, rapidez y precisión de lectura; en contrapartida su coste es más elevado, pueden resultar algo complejos en su funcionamiento y también es cierto que estos termómetros suelen estropearse con relativa facilidad.

¿Cómo y cuándo hay que tomar la temperatura al niño?

Cuando el niño no se encuentra bien, debe tomársele la temperatura al menos dos veces al día, mañana y tarde. El mejor método es colocarle el termómetro en el recto, aunque como alternativa también puede hacerse en la ingle o en la axila.
Si optas por tomar la temperatura a través del recto, hay que poner al niño boca abajo sobre las rodillas de un adulto e introducir suavemente el termómetro rectal en el ano, unos 2 o 3 centímetros. Los termómetros específicos para este uso tienen una pequeña protuberancia redondeada en su extremo. Hay que mantener al niño inmóvil mientras se le toma la temperatura, presionando al mismo tiempo ambas nalgas para que el termómetro no se mueva. Normalmente, basta con mantenerlo así durante 2 minutos para realizar una lectura correcta. En este caso, hay que tener en cuenta que ésta es superior aproximadamente en medio grado a la de la axila y que eso no significa que el niño tenga fiebre. Se considera fiebre a partir de 38 °C de temperatura rectal.
En cambio sí te decantas por tomar la temperatura del niño desde la axila o la ingle, debes colar el termómetro en la zona elegida; sostener su brazo o pierna apretado contra el cuerpo para realizar una lectura correcta y mantener la posición durante unos cuatro o cinco minutos, sosteniendo sus piernas o sus brazos.
Señales de alarma
Acude al médico o al hospital si:
  • La fiebre del niño, tomada en la axila, está por encima de los 3 9 °C.
  • Presenta convulsiones.
  • Aparecen manchas de color púrpura sobre su piel.
  • Tiene dificultad para flexionar la cabeza sobre su pecho.
  • Presenta una respiración rápida o dificultosa.
  • Si la fiebre persiste durante más de 24 horas.