miércoles, 8 de mayo de 2019

Por qué tantas y tantos jóvenes aún temen llamarse feministas?

Pablo Iglesias compara el 28A con 'Juego de Tronos'


Murales que defienden los derechos de las mujeres, manifestaciones, argumentos que una y otra vez intentan explicar que a la luchar por la igualdad de género no puede, ni debe cesar, libros, pancartas… Los movimientos feministas han atraído una atención significativa en Europa y América del Norte durante los últimos años. Entonces, ¿por qué tantas mujeres jóvenes todavía dicen que no se identifican con el término feminismo? Así lo sugieren encuestas realizadas en Reino Unido y Estados Unidos, en las que, según Christina Scharff, profesora principal en Cultura, Medios e Industrias Creativas en el King’s College de Londres, sólo una de cada cinco mujeres jóvenes se llamaría a sí misma feminista, informa BBC. Además en España el 56% de los jóvenes todavía defiende posiciones machistas, según otro estudio de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).

Esto podría ser una sorpresa, ya que el feminismo, la defensa de los derechos de las mujeres por la igualdad de los sexos, está en el centro de la atención.

Un día después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, asumiera su cargo el 20 de enero de hace dos años, millones de personas en todo el mundo se unieron a la Marcha de Mujeres 2017. Un objetivo clave era resaltar los derechos de las mujeres. Otro momento decisivo llegó cuando más de 80 mujeres denunciaron acoso sexual contra el productor de cine Harvey Weinstein lo que dio origen al movimiento #MeToo. Este cobró en un primer momento fuerza a través de las redes sociales cuando la actriz Alyssa Milano sugirió que cualquier persona que haya sido “acosada o agredida sexualmente” debía responder a su tuit con el hashtag #MeToo, resucitando un movimiento iniciado por la activista Tarana Burke en 2006. Medio millón respondió en las primeras 24 horas y el hashtag se ha utilizado en más de 80 países desde entonces.

Muchas otras famosas han abrazado públicamente el feminismo, incluidas las actrices Emma Watson, que lanzaron una campaña de igualdad con Naciones Unidas y la “guerrera del cuerpo positivo” protagonizada por Jameela Jamil. Movimientos como #everydaysexism y puntos de discusión como la charla de Ted, del autor Chimamanda Ngozi Adichie, ‘Todos deberíamos ser feministas’, son otras iniciativas a favor del feminismo y acciones que han ayudado a llevar el feminismo al centro de la atención general en todo el mundo. Por eso, tal vez sea inesperado que la identidad “feminista” no haya ganado más popularidad entre las mujeres jóvenes en el mundo occidental, indica Christina Schar.

En el Reino Unido ha habido un pequeño aumento en el número de mujeres que se identifican como tales. Una encuesta de YouGov en 2018 desvelaba que el 34% de las mujeres en el Reino Unido respondió “sí” cuando se les preguntó si eran feministas, frente al 27% en 2013.

 
© Alvaro Barrientos | AP Manifestación en rechazo a ‘La Manada’ en Pamplona. 

Una imagen similar en Europa, con menos de la mitad de los hombres y mujeres encuestados en varios países europeos –Francia, Reino Unido, Alemania, Suecia, Noruega, Finlandia– que están de acuerdo en que son feministas. Una calificación que oscila entre el 8% de los encuestados en Alemania y el 40% en Suecia.

A pesar de esto, el mismo estudio indicaba que 8 de cada 10 personas dijeron que los hombres y las mujeres deben ser tratados por igual en todos los aspectos, y que muchos están de acuerdo en que el sexismo sigue siendo un problema. Esto parece representar un cambio en las actitudes a lo largo del tiempo.

Un estudio con 27.000 personas en Estados Unidos reveló que dos tercios creían en la igualdad de género en 2016, en comparación con sólo un 25% en 1977.

Y en una encuesta de 2017 en el Reino Unido, el 8% afirmaba estar de acuerdo con los roles tradicionales de género: que un hombre debería ganar dinero y una mujer debería quedarse en casa, en comparación con el 43% en 1984.

Si muchos creen que la igualdad de género es importante y aún no existe, ¿por qué relativamente pocas personas, incluidas las mujeres jóvenes, se identifican como feministas? Puede ser que no sientan que el término les “habla”, sugiere el sondeo que acota que esa calificación es aún menos probable que atraiga a las mujeres de clase trabajadora.

Casi una de cada tres personas del grado social más alto, aquellas en ocupaciones gerenciales, administrativas y profesionales, se calificó de feminista en una encuesta de 2018. Mientras que uno de cada cinco encuestados, que incluye trabajadores manuales, funcionarios jubilados, trabajadores ocasionales y desempleados.

Pero las personas de bajos ingresos tienen la misma probabilidad de apoyar la igualdad de derechos. Ocho de cada 10 personas de ambos grupos consideraron que hombres y mujeres deben ser iguales en todos los aspectos, cuando se les solicitó participar en una encuesta en 2015.

Esto puede sugerir que los grupos de bajos ingresos apoyan los principios que están detrás del feminismo, pero no están interesados ​​en la palabra en sí y declararse como tales.

La raza también puede dar forma al punto de vista del feminismo. La investigación sobre las opiniones de los millennials en EEUU descubrió que el 12% de las mujeres hispanas, el 21% de las mujeres afroamericanas, el 23% de las mujeres asiáticas y el 26% de las mujeres blancas se identifican como feministas.

Tres cuartas partes de todas las mujeres encuestadas dijeron que el movimiento feminista ha hecho “mucho” o “algo” para mejorar la vida de las mujeres blancas. Sin embargo, solo el 60% dijo que había logrado mucho para las mujeres de otras etnias, un sentimiento compartido por el 46% de las mujeres afroamericanas.

La lucha contra los estereotipos

Otro obstáculo pueden ser algunos de los estereotipos y conceptos erróneos asociados con el feminismo.

En su introducción a la antología recientemente publicada Feminists Don’t Wear Pink y Other Lies (Las feministas no visten de rosa y otras mentiras), la activista Scarlett Curtis se refiere al estereotipo de que las feministas no usan maquillaje, no se afeitan las piernas o no les gustan los niños.

Asegura que estos estereotipos han persistido a lo largo de los siglos. En la década de 1920, las feministas solían ser llamadas spinsters (solteronas) y abundaban las especulaciones sobre sus preferencias sexuales. Casi un siglo después, estos puntos de vista aún mantienen cierto dominio.

Entonces, ¿cómo podría mejorarse la imagen del feminismo? Los expertos insisten en que hay que continuar trabajando para hacer que el movimiento sea más inclusivo.

Sin embargo, para Christina Scharff la sociedad está marchando hacia un buen camino ya que cualquiera que sea la etiqueta que las mujeres decidan adoptar, la indicación de que la gran mayoría de las personas ahora apoya la igualdad, y reconoce que aún no se ha logrado, es alentadora.

Situación en España 

La juventud española se encuentra polarizada en sus posturas frente a la equidad de géneros. Un 56% se posiciona en un polo más resistente a reconocer la desigualdad y un 44% se muestra militante frente a estereotipos y creencias machistas. En general, las mujeres son más “conscientes y equitativas” y los hombres más “tradicionales y sexistas” o “negacionistas y conservadores”. Así lo señala el ‘I Informe Jóvenes y Género. La (in)consciencia de equidad de la población joven en España’, realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD, el Banco Santander y Telefónica.

Los resultados apuntan a que existe una disociación clara en la percepción de la equidad entre mujeres y hombres. Esta disposición hacia los extremos contrasta con los principales indicadores sobre juventud en España, según los cuales las chicas estarían en peores estados de salud, soportarían situaciones de mayor precariedad laboral, tendrían más desempleo, además de soportar mayor presión económica y social por emanciparse antes y por aplazar cada vez más la maternidad.

Según el estudio el colectivo de jóvenes “conscientes y equitativos” no llega a alcanzar a la mitad de la población joven (44%). Es el colectivo que representa más claramente la consciencia y el avance en cuestiones de equiparación de géneros, añade.

 

© Francisco Seco | AP Protesta feminista en Madrid. 

Es un grupo abrumadoramente femenino: dos de cada tres de sus componentes son mujeres, y algo más de la mitad de las mujeres de la muestra forman parte de él. La distribución por edad es bastante equilibrada, aunque es mayor la presencia de jóvenes entre 20 y 24 años que en el resto de grupos. En cuanto a la actividad que realizan, es un tipo en el que destaca la proporción de personas en paro o de quienes sólo estudian. Además, es relevante la menor presencia de jóvenes que se consideran de clase alta y media alta.

Este es el grupo que muestra mayor contundencia al defender las sanciones a empresas que pagan menos a las mujeres por el mismo trabajo. Son quienes más apuestan porque el permiso de paternidad esté equiparado al de maternidad; porque exista una presencia igualitaria de mujeres en cargos públicos y, aunque no aceptan claramente la discriminación positiva, sí que es el grupo que mayor defensa establece de la promoción de la contratación teniendo en cuenta los méritos específicos y no el género.

En contraposición clara se sitúan los y las jóvenes “tradicionales y sexistas” (también cuantitativamente muy relevantes, con un 39%) y el grupo de “negacionistas y conservadores” (17%) que, sin situarse en el machismo extremo, son mucho más proclives a enfatizar los estereotipos diferenciales y a visualizar las relaciones interpersonales de todos los tipos desde los roles más tradicionales de género y el ejercicio de la dominación masculina.

martes, 7 de mayo de 2019

Seis iniciativas que se unen a la lucha contra el plástico

Las personas son conscientes de esta problemática, y en el mundo ya hay propuestas para combatirla.


Una de las iniciativas son vasos elaborados con un material que tiene como materia prima el bagazo de la caña.

La contaminación por plástico volvió a encender alarmas la semana pasada, en la Cuarta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en Nairobi (Kenia). Allí, la ONU publicó tres informes en los que destaca que cerca del 80 por ciento de la basura marina está compuesta de plástico.

Desechos que se encuentran en todos los océanos del mundo, especialmente en zonas costeras y entornos de arrecifes, sostiene el informe ‘Plásticos y arrecifes de coral de aguas poco profundas’.

Otro de los problemas reportados es la falta de metodología para informar sobre la cantidad de desechos plásticos en el océano. Por ejemplo, cada minuto se compran un millón de botellas de plástico que tienen un promedio de uso de 5 minutos y demoran en descomponerse 150 años, según estimaciones de la ONU.


Cada minuto se compran un millón de botellas de plástico que tienen un promedio de uso de 5 minutos y demoran en descomponerse 150 años

Para mantener un control en los desechos, el informe ‘Pautas para el monitoreo y evaluación de basura plástica y microplásticos en el océano’ recomienda crear un análisis estadístico compartido entre países para tener una perspectiva global de la problemática.

Según Jerker Tamelander, jefe de la unidad de arrecifes coralinos de la ONU, “la basura plástica marina afecta hoy a más de 800 especies a través de la ingestión, el enredo y el cambio en sus hábitats”.

En la cumbre se firmó un acuerdo que establece el compromiso de reducir significativamente los productos plásticos para el 2030, en coordinación con el sector privado, para encontrar productos asequibles y respetuosos con el medio ambiente. Ya hay varias iniciativas para combatir el plástico, en especial de un solo uso, que se encuentran en el mercado.

Estos son algunos ejemplos recientes:Alimentos desnudos

En las estanterías se ha abandonado completamente el plástico.

Es una campaña en Nueva Zelanda que busca exhibir los alimentos frescos en los supermercados sin utilizar envases ni bolsas plásticas. En las estanterías se han abandonado los plásticos completamente, e incluso cuentan con un nuevo sistema de refrigeración en el cual se exhiben las frutas y verduras ‘desnudas’. 

En el 2018 se firmó en Nueva Zelanda la Declaración de Embalajes Plásticos para que los envases sean 100 por ciento reutilizables, reciclables o compostables para el 2025 o antes. Con 'Food in the Nude' (alimentos desnudos), las personas pueden ver el estado de los alimentos antes de comprarlos. Las ventas han aumentado en varios sitios.Con semillas de aguacate




Cubiertos hechos con semillas de aguacate.

El ingeniero químico mexicano Scott Munguía descubrió en 2011 que el biopolímero presente en el maíz para producir bioplásticos también está en las semillas de aguacate. 

Tres años después fundó la empresa Biofase, que comercializa productos bioplásticos hechos un 60 por ciento de biopolímero de aguacate y un 40 por ciento con compuestos orgánicos.

Es un proceso circular: los cubiertos, al desecharse, se reintegran al medio ambiente; el aguacate, al crecer, remueve el dióxido de carbono de la atmósfera, es consumido por las personas, y con la semilla se crean de nuevo los bioplásticos.Vasos de bagazo de caña


Ya se encuentran en supermercados del país.

Los vasos son elaborados con un material que tiene como materia prima el bagazo de la caña, es decir, el residuo vegetal luego que se extraen los jugos para la producción de azúcar.

Según Pedro Felipe Carvajal, presidente de Carvajal Empaques, así se aprovechan al máximo los recursos naturales. “Se extrae la celulosa que contiene el bagazo de caña, para luego fabricar cartulina, que se convierte en vasos o cajas de bagazo, aptas para envasar alimentos”. 

Actualmente se están usando en supermercados colombianos y en países como Perú y Chile.

De almidón de yuca a bolsas


La empresa también produce envases de alimentos sostenibles, artículos de hostelería y hasta ponchos.

El proceso tradicional para fabricar las bolsas de plástico se replica, pero con almidón de yuca y otros ingredientes naturales. 

La idea fue de Kevin Kumala, un indonesio que utiliza la misma maquinaria de las bolsas convencionales para elaborar un producto que ayuda al medioambiente, con la marca Avani.

Las bolsas tienen la misma función que las convencionales, y, según la página web, se recomienda compostarlas en casa para que entre 60 y 90 días se conviertan en nutrientes para la naturaleza. 

Además de la bolsa, la empresa produce envases de alimentos sostenibles, artículos de hostelería y hasta ponchos hechos de recursos renovables.Nevera social


Se trata de una nevera que busca reducir el desperdicio de comida.

En Argentina, tres dueños de locales comerciales vieron que las personas buscaban comida en sus contenedores de basura. A partir de allí, decidieron ubicar una nevera en la vía pública con el objetivo de reducir el desperdicio de comida. 

Luis Manuel Pondal, Fernando Ríos y Daniela Viña depositaron en la nevera los alimentos preparados que no alcanzaban a vender con un cartel de ‘Retira libremente lo que necesites’. 

Pronto, los vecinos del sector empezaron a depositar ahí los alimentos que les sobraban, marcándolos con la fecha en que los cocinaron.Turbinas que recolectan plástico


Se pueden instalar en embarcaciones fluviales.

Se trata de unas turbinas que pueden filtrar y recolectar hasta 80 toneladas diarias de desechos plásticos, de diferentes tamaños, en los ríos para evitar que lleguen al océano. Las diseñó el ecuatoriano Inty Grønneberg. 

Las turbinas se pueden instalar en embarcaciones fluviales para que recojan estos residuos en sus viajes normales. Obtienen la energía a partir del flujo de agua que pasa por ellas.

Según informe de la ONU, en el 2010, 192 países generaron cerca de 275 millones de toneladas métricas de desechos plásticos.

lunes, 6 de mayo de 2019

Por qué el ‘rebusque’ para los jóvenes es un pésimo primer empleo?

Según un estudio de la ONG de desarrollo Cuso International, con el apoyo del Gobierno de Canadá, la juventud colombiana enfrenta grandes retos para acceder a un trabajo decente y digno.

 
La siguiente es una escena común en los hogares colombianos, les dicen a sus jóvenes ‘Mijo, llegó la hora de aprender el valor del trabajo así que vaya donde su tío y le ayuda en el taller’. O a las chicas les dicen: ‘Mi niña, su tía está necesitando una ayudante en la tienda así que mañana a madrugar porque le toca estar allá a las 6 de la mañana’.

Y aunque puede tener una buena intención, lo cierto es que sus padres podrían estar dándole un mal ejemplo. ¿Cuál es la razón? En realidad están metiéndolo a usted en una economía informal, donde a cambio de su trabajo no tiene derecho a prestaciones, salud, no ahorra a pensión y en realidad, le están enviando el mensaje equivocado: hay que emplearse bajo cualquier circunstancia. Y eso no tiene qué ser así. 

Y es que cada vez estás más difícil acceder a un empleo de calidad y formal. Por muchas razones, las economías del mundo aumentaron su productividad gracias al desarrollo tecnológico y por otro lado, a las empresas, con la carga prestacional que están teniendo, solo les sirve contratar a las personas más talentosas y digámoslo: los salarios están aumentando menos hoy que en toda la historia. 

Es una dura realidad de la población laboral más joven y que están cansados de que sean estudiados: son la generación más preparada de toda la historia y también, la peor remunerada. Básicamente son bilingües, han viajado de intercambio, están acostumbrados a la mayor recompensa pero al presentarse a un empleo les preguntan: ¿tienes experiencia? Y la respuesta desilusiona. Y si son contratados, finalmente les pagan salarios que apenas alcanzan al mínimo para vivir. hoy en 2019 en Colombia esa suma es de $826.226 más el auxilio de transporte. 

De acuerdo con un artículo de The Guardian, citado por World Economic Forum, los economistas ven cómo el mercado laboral no arde cuando la economía crece, de hecho, el desempleo en Estados Unidos se sitúa hoy en un bajísimo 4%, pero los salarios se encuentran en una eterna letanía. Y ya no es válido el razonamiento que los salarios despegarán cuando aumente la productividad. De hecho, desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta inicios de los 80, la relación entre productividad-salarios seguía vigente. 

Pero ahora, una nueva investigación del Instituto para Política Económica ha arrojado una inquietante estadística: desde 1970 hasta la actualidad, la productividad se ha incrementado un contundente 73,7%, mientras que los salarios (descontada la inflación) lo han hecho un raquítico 12,3%. Y la parálisis salarial sólo se vuelve más severa conforme pasa el tiempo, con datos que revelan que en 2018 el salario real del sector privado de EE.UU. no creció en absoluto, algo especialmente revelador en un contexto de crecimiento económico como el del año pasado. 

De otro lado, la ONG de desarrollo Cuso International, con el apoyo del Gobierno de Canadá, realizó un estudio donde reveló que el 86% de los jóvenes urbanos de estratos 1 y 2 enfrentan precariedad laboral. Esa situación obedece, entre otros factores, a la falta de acceso al derecho a la educación. La investigación examina la inserción laboral de los 6,85 millones de jóvenes urbanos, quienes están altamente afectados por los denómenos de desajuste del mercado laboral, como: desempleo, subempleo e informalidad. 

¿Condenados al rebusque? 

Gloria Soto es una joven de 24 años oriunda de Berlín, Caldas, que desde que tenía 10 se acostumbró a trabajar como empleada doméstica en casas de familia. A los 22 años su padrastro decidió que el momento había llegado para que su mamá y ella se mudaran a Medellín. Duró casi cuatro meses desempleada, hasta que le ofrecieron una forma de ganar dinero. 

“Un señor me dijo que me pagaba $5.000 al día mientras aprendía a preparar buñuelos, para luego poder venderlos. Era más raro, yo me aburrí y dejé de hacer eso”, comenta Gloria. Esta experiencia de informalidad laboral de Gloria es una realidad para más de 61% mujeres jóvenes urbanas de estrato 1 y 42% de estrato 2. “Era difícil para mí conseguir un buen empleo porque no tenía experiencia laboral que pudiera demostrar en la ciudad y, sobre todo, en una empresa. Tampoco conocía a nadie que lo refiriera a uno y que, además, supiera del trabajo que yo hacía”, comenta.

Como Gloria, muchos jóvenes de estratos 1 al 3 en Colombia están prácticamente destinados a buscarse una forma de ganarse la vida. Para Alejandro Matos, director de Cuso International en Colombia, es importante que el primer empleo de los jóvenes sea uno formal porque eso mejora sus oportunidades de reducir el riesgo de precariedad laboral. 

“Cuando las personas jóvenes se gradúan del bachillerato, una formación técnica o la universidad, muchas veces los agobia el afán de conseguir rápidamente un empleo, a causa de la presión que sienten de parte de sus familias y el entorno social para que se vuelvan productivos. Cuando logran acceder a un puesto de trabajo, en algunas ocasiones no está directamente relacionado con su formación y educación, por lo cual no responde a sus expectativas de crecimiento profesional”, dice Matos. 

Sin embargo, para muchos jóvenes la informalidad es la única alternativa para ingresar al mercado laboral, dadas las escasas oportunidades de empleo formal que no requieren experiencia laboral previa. 

Ese trabajo informal puede marcar su futuro laboral para siempre. De acuerdo con la experiencia de Cuso International con la formación y vinculación laboral de la juventud en ocho ciudades del país, para ellos y ellas es muy difícil dar el paso de un trabajo informal hacia uno formal por las siguientes razones: 

Un trabajo informal no garantiza que la experiencia adquirida sea relevante para los empleos disponibles en el mercado laboral formal. Es decir, un trabajo informal no implica el desarrollo de las habilidades y competencias laborales requeridas para desempeñarse como empleado/a en una empresa, entre otras cosas. 

En muchos casos un trabajo informal no brinda una certificación de la experiencia laboral, un requisito frecuente para acceder a empleos formales. Si bien algunas personas jóvenes entran a la informalidad con la expectativa de ganar experiencia, pueden correr el riesgo de que esta no sea demostrable. 

Tampoco pueden demostrar su experiencia en un oficio o actividad en particular, pues la mayoría de los informales realizan una variedad de actividades: por ejemplo, en unos meses pueden vender estuches de celulares, para luego trabajar en otras semanas en mensajería. Entonces les resulta más complicado validar su experiencia especializada. 

En conclusión, “la decisión de cómo empezar a trabajar marcará las vidas de la juventud: si incursionan en la informalidad, es bien posible que tenga un rumbo laboral marcado por condiciones precarias de trabajo. En cambio, si consiguen un empleo formal, tienen más posibilidades de lograr un crecimiento profesional y un ascenso en la escalera de las posiciones de una empresa”, manifiesta el experto. 

¿Va a buscar empleo? Siga estos consejos 

Si decide dar el salto hacia un trabajo formal le contamos qué dicen algunos informes. Uno de ellos lo elaboró la firma de búsqueda de talento Manpower donde indica que las expectativas de empleo para el segundo trimestre de 2019, los empleadores colombianos informan planes de contratación modestos. 

De los 750 empleadores encuestados para este informe, el 14% anticipa un aumento en las nóminas, el 7% pronostica una disminución y el 75% anticipa que no habrá cambios en los próximos tres meses, la Expectativa Neta de Empleo es de +7%. Una vez que los datos se ajustan para permitir la variación estacional, las expectativas se sitúan en un + 6%. Las perspectivas de contratación disminuyen en 3 puntos porcentuales en comparación con el trimestre anterior, pero se encuentra estable en comparación con esta vez hace un año. 

Así que prepare bien su hoja de vida ya que esta es la entrada a cualquier proceso de selección al que esté aspirando. De acuerdo con Michael Page, firma que más perfiles específicos ubica en el mercado laboral colombiano, su currículo debe tener estas características: 

Extensión: corta, máximo dos hojas. El perfil profesional debe tener una extensión de un párrafo ya que sólo se cuentan con 8,8 segundos para impresionar al reclutador que lee su hoja de vida. 

Contenido: los seleccionadores consideran que una hoja de vida debe reflejar los logros y responsabilidades que ha obtenido el aspirante en trabajos anteriores, fruto de su preparación y experiencia, pero de una manera lo suficientemente resumida para que la extensión de la hoja de vida no sea exagerada. No debe tener errores ortográficos, gramaticales o de typo. 

Información adicional: la reclutadora recomienda que se destaque trabajos altruistas si se desea aplicar a una ONG o a una organización que se caracterice por hacer labor social, y solamente si esto es un factor decisivo para el puesto al que se aspira. Y no hace falta que publique la foto. Hoy por las redes sociales pueden conocerlo o simplemente, si su perfil se adecúa al cargo, lo invitarán a la entrevista.

domingo, 5 de mayo de 2019

Adolescentes veganos: de la militancia al desconcierto paterno

El fenómeno ‘veggie’ puede ser problemático en los hogares acostumbrados a la alimentación omnívora.



El veganismo no admite el consumo de alimentos derivados de los animales.

Desde que su hija se volvió vegana, a Víctor Gordillo se le fueron las ganas de volver a organizar esos asados multitudinarios que convocaban a amigos y familiares los fines de semana en su casa. No es que se haya ‘veganizado’, como aceptan muchos padres ante la insistencia de sus hijos de dejar de comer animales y productos derivados de ellos. Simplemente se le fueron las ganas de escuchar los argumentos que Camila le echaba en cara cada vez que se disponía a preparar esos banquetes carnívoros que tanto disfrutaba.

La de él es una de las tantas familias que sienten el impacto de tener a un hijo militante vegano en casa. Porque no se trata solo de un cambio en la alimentación. Además, se niegan a usar ropa de cuero, lana o seda y rellenos de plumas (que regalan o donan), y productos de higiene y cuidado personal que estén probados en animales o que para su producción afecten su hábitat natural. 

Convivir con un vegano no suele ser tarea fácil para los que están acostumbrados a una alimentación omnívora. La limitación a la hora de preparar comidas sin ingredientes que provengan de animales es uno de los escollos. Ni huevos, ni leche, ni quesos, ni manteca ni crema son aceptados. Tampoco el aceite de palma, utilizado mucho en alimentos procesados y de higiene que, aunque es de origen vegetal, no para de sumar detractores porque su explotación afecta el medio ambiente de los orangutanes... Pero lo que más suele descolocar a los mayores no es la militancia a la que muchos jóvenes se vuelcan a favor de los derechos de los animales. 

Desde España, el antropólogo catalán Francesc Xavier Medina, titular de la cátedra Unesco de Alimentación, Cultura y Desarrollo de la Universitat Oberta de Cataluña y estudioso del fenómeno ‘veggie’, sostiene que este ha calado hondo en los más jóvenes. “La adolescencia es un momento de afirmación en la vida en distintos aspectos, y la decisión sobre el tipo de alimentación que se prefiere y sobre todo lo que ello implica a diferentes niveles, incluyendo el social e incluso el político, forman parte de este hecho. La alineación con el sufrimiento animal puede ser uno de estos elementos de afirmación, y la influencia en la dieta en ocasiones es bastante clara”, sostiene. 

Aunque muchos padres lo padecen y se muestran intransigentes, otros, más comprensivos (o tal vez resignados), aceptan la decisión de vida de sus hijos. Algunos, incluso, toman ciertas cosas del veganismo, otros directamente se ‘veganizan’ y la mayoría los respetan, pero sin moverse de sus usos y costumbres a la hora de comer o vestir. En el caso de Valentino González, de 20 años —hace dos se hizo vegano—, la aceptación por parte de su familia fue casi inmediata. Pero no logró que ni sus padres ni sus dos hermanas lo siguieran en esa decisión de dejar de consumir productos o derivados de origen animal. “Recuerdo que me dijeron: ‘Todo bien, pero nosotros vamos a seguir comiendo lo de siempre’. Obvio que me gustaría que fueran veganos. Igual no se consume tanta carne en casa, pero las veces que hay sí es molesto. Cuando cocinan hay mucho olor, y no me gusta”, dice. 

Carolina Shanner tiene 15 años. Recuerda que a los 10 ya quería dejar de comer animales, pero su padre se opuso. Hasta que a los 13 se hizo vegetariana y desde hace tres meses tomó la decisión de ser vegana. El documental ‘From Farm to Fridge’ (‘De la granja a la heladera’) hizo que se volviera para ella insoportable comer cualquier producto animal. 

La adolescente vive con su mamá y su hermano, a los que convirtió a partir de su marcado activismo. “Ya veganicé a muchas personas”, dice orgullosa.

‘Vegan influencers’

Las redes sociales también juegan un papel fundamental para que el mensaje proanimal llegue a los más jóvenes. En una época donde todo se comparte por Instagram, Twitter y Facebook, parece más sencillo sumarse a la causa. Una de las ‘vegan influencers’ argentinas que más seguidores tienen es Martina Ciano, de 17 años. Su Instagram @veganfitinfluencer suma casi 60 mil seguidores que le piden consejos para volverse veganos, además de sacar ideas para recetas ricas y sencillas ciento por ciento libres de crueldad animal. Martina también está en las librerías: sacó el libro ‘Rico, sano y vegano’ (Planeta) que replica sus mejores recetas.

A diferencia de los jóvenes que se vuelven veganos por ética o moda, Martina asegura que lo hizo por salud, para salir de un trastorno alimenticio que padecía desde 2015. “Cuando le planteé a mi mamá ser vegana, no estuvo de acuerdo. Le parecía extremista. Pero después me acercó a una nutricionista especializada en veganismo y me ayudó un montón. Pude salir de ese trastrono”, cuenta. 

A pesar del apoyo, la familia de Martina asegura que en su familia mantienen su dieta omnívora. “Aprendí a convivir con personas que tienen otras decisiones alimentarias. Respeto la forma de alimentación de los demás. Por eso no voy por la vida ‘veganizando’ gente. Nadie tiene la verdad absoluta. Cada uno tiene que comer lo que le haga sentir bien”, concluye la joven.


Cuando le planteé a mi mamá ser vegana, no estuvo de acuerdo. Pero después me acercó a una nutricionista especializada en veganismo y me ayudó un montón. Pude salir de ese trastrono

Contra el maltrato animal

El vegetarianismo o, lo que es lo mismo, ser vegetariano tiene como principio básico la exclusión de todo tipo de carnes de la alimentación. Sin embargo, en ese espectro se inscriben otras corrientes más o menos flexibles. Algunas de ellas son:

Veganos. No consumen carne ni derivados animales como huevos, leche o miel. Tampoco utilizan productos que hayan sido testados en animales. 

Ovovegetarianos. El único alimento de origen animal que consumen son los huevos. Priorizan los de las gallinas criadas al aire libre. 

Lactovegetarianos. Se permiten la leche y sus derivados: queso, mantequilla y yogur.

Apivegetarianos. Dentro de su dieta vegetariana solo consumen miel, único alimento de origen animal permitido.

Flexitarianos. Vegetarianos la mayor parte del tiempo, pero de vez en cuando se permiten comer carne o pescado.

¿Y los riesgos?

A pesar de que varios estudios avalan la incidencia de la dieta vegana en el medioambiente y la salud, muchos expertos alertan, sobre todo en el caso de los jóvenes, de la importancia de no tomarse a la ligera una decisión como la de convertirse en vegano. 

A menudo se ve como una moda, y se siguen ejemplos de adolescentes que cuentan sus experiencias en las redes sociales. Lo cual resulta arriesgado, pues, según afirman los nutricionistas, las dietas deben ser personales y no hay que guiarse por los demás. Se necesita la asesoría de un especialista porque una alimentación tan restrictiva como la vegana tiene efectos en el cuerpo.

El principal es la ausencia de proteínas, que vienen de los productos animales, y de otros elementos indispensables como el calcio, la vitamina D, el zinc o la vitamina B12. Ante esas ausencias se requiere que la dieta sea equilibrada y poder reemplazar aquellos nutrientes que se obtienen de la carne, la leche y los huevos.

sábado, 4 de mayo de 2019

Inicia el fin de los plásticos de un solo uso: 170 países acuerdan reducir su consumo

Pitillos, cubiertos, platos y vasos, entre otros elementos elaborados de plástico, tendrían sus días contados. En la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente las naciones participantes, incluida Colombia, se comprometieron a adoptar medidas para disminuir su consumo al 2030.

La meta de los países es reducir de forma significativa a 2030 el uso de vasos, pitillos, cubiertos y platos plásticos. 

A reducir de forma significativa los plásticos de un solo uso y los microplásticos marinos se comprometieron los 170 países que se encuentran participando en la IV Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Medio Ambiente en Nairobi. 

Reconociendo que el 10% de los desechos mundiales son plásticos, que en el mundo se usan 500.000 millones de bolsas anuales y que cada año se vierten en los océanos ocho millones de toneladas de plástico, los representantes de las naciones afirmaron que adoptarán medidas para diminuir el consumo de este tipo de materiales al 2030. 

Prevenir y reducir la producción de desechos en su origen, entre otras cosas reduciendo al mínimo los materiales de embalaje y disuadiendo a los fabricantes a planificar la obsolescencia de sus productos, son algunas de las tareas que quedaron pendientes, al igual que aumentar la seguridad y la capacidad de reutilización y reciclado de los productos. 

"La idea es usar los recursos con más eficiencia, por ejemplo, mediante la mejora del diseño de los productos, el uso de materiales fáciles de reciclar y la sustitución, cuando sea posible, de las materias primas principales por otras secundarias", señala el acuerdo final de la cumbre. 

El documento también da cuenta sobre la necesidad de recabar la participación efectiva del sector privado, la sociedad civil, los productores de desechos, las autoridades locales y el público en general, así como promover iniciativas y alianzas entre los sectores para la gestión racional de los desechos sólidos. 

"Destacando además la importancia de una gestión más sostenible del plástico durante todo su ciclo de vida para aumentar las modalidades de consumo y producción sostenibles, que incluyen, entre otras cosas, la economía circular y otros modelos económicos sostenibles, y la importancia de la gestión ambientalmente racional de los desechos, el uso eficiente de los recursos, el principio de las 3 erres (reducir, reutilizar, reciclar), la innovación tecnológica en materia de gestión sostenible de los materiales, la limpieza ambientalmente racional de la basura plástica marina y la cooperación internacional, a fin de prevenir con la máxima eficacia la contaminación ocasionada por la basura marina, incluida la basura plástica y los microplásticos", indica el documento. 

También fue aprobado un plan de acción mundial para reducir la basura plástica marina procedente de los buques. Sin embargo, el acuerdo dejó un sinsabor ya que varios países ricos se mostraron reticentes a imponer más restricciones a los productos contaminantes y presionaron para que el acuerdo fuera menos ambicioso de lo que se tenía previsto. Un borrador, por ejemplo, proponía incialmente tomar medidas progresivas para "desembarazarse del plástico de uso único en 2025". 

"Es difícil hallar una solución entre todos los países miembros", indicó Siim Kiisler, presidente de la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente, quien se declaró satisfecho por este "primer" acuerdo mundial sobre la reducción del uso del plástico, material del que se producen anualmente 300 millones de toneladas. 

En el marco de la Asamblea de la ONU, en la que participan 4.700 delegados y líderes empresariales y de la sociedad civil, Antigua y Barbuda, Trinidad y Tobago y Paraguay se unieron a la campaña ‘Mares Limpios‘ de ONU Medio Ambiente, la mayor alianza global para combatir la contaminación por plásticos en los mares, en la cual participan otros 60 países. 

Esta campaña, lanzada en 2017, trabaja con gobiernos, empresas y ciudadanos para eliminar el uso innecesario de plásticos desechables y proteger los océanos y ríos de la marea tóxica que amenaza los medios de vida costeros y la biodiversidad marina. Las naciones que integran la campaña custodian más de 60% de las costas del mundo.

viernes, 3 de mayo de 2019

¿Quiénes son los centennials? Conozca las características de esta nueva generación

La generación de jóvenes entre 12 y 18 años, que le sigue a los millennials, está a punto de entrar al panorama laboral. 

Centennials.

Nacidos en el Siglo XXI, los jóvenes llamados centennials han sido catalogados como curiosos, conscientes, competitivos y preocupados por el medio ambiente. Ellos pertenecen a la primera generación 100 % nativa digital y dentro de poco serán jugadores de primera línea en el mercado laboral. 

Justamente, la Universidad Jorge Tadeo Lozano, en alianza con la agencia de publicidad Sancho BBDO, desarrolló una investigación para determinar cómo piensan estos jóvenes, cuáles son sus principales características y qué se puede esperar de ellos en un futuro no muy lejano. 

El libro resultado de esta indagación, llamado ‘12-18 Centennials, una generación sin etiquetas’, se desarrolló durante dos años en ciudades como Bogotá, Barranquilla, Cartagena, Santa Marta y hace parte del proyecto 'Entendiendo el mundo sociocultural de los centennials', que busca acercar a la academia con el mundo publicitario, al interior del contexto colombiano.

Según el libro, estos jóvenes hacen parte de una generación con nuevas perspectivas sobre el consumo, en donde el conocimiento sobre responsabilidad y sostenibilidad es más profundo. El texto afirma que los centennials son cada vez más críticos frente a la apreciación del sistema económico, el dinero y sus usos y destaca que son conscientes de que gracias a las transacciones comerciales pueden cumplir sus propósitos pero sin dejar de lado el pensamiento constructivo y hasta político.

La FM contactó a Catalina Rodríguez, directora de inteligencia y consumidor de la agencia Sancho BBDO, que destacó que “los centennials son una generación sin etiquetas en proceso de formación y crecimiento”. 

Rodríguez afirma que los centennials son los nuevos consumidores y han venido creciendo en medio de un boom mediático que los ha impulsado a ser agentes de cambio. 

La ejecutiva señala que la forma en que estos jóvenes se configuran no depende de su capacidad adquisitiva; además son personas informadas con una mayor capacidad argumentativa que les permite identificar fácilmente qué quieren para su vida. 

Están enfocados en vivir de manera diferente, en función de cómo mejorar su país. “Esta generación está mucho más enfocada en generar un impacto positivo en el ambiente; es una generación mucho más consciente”, agregó Catalina Rodríguez. 

¿Cómo llegar a un centennial?

Según expone la investigación, lo primero es no hablarle de una manera condescendiente, pues tienen un criterio formado frente a lo que creen. 

De igual forma, es importante entender que todos no son iguales, por lo que no se puede enviar un mensaje para todos, sino que hay que entenderlos desde su individualidad. 

En términos de consumo, otra manera de llegar a ellos está determinada por entender qué es lo que esperan de las marcas y el impacto que se está generando en el medio ambiente. Así pues, las compañías deben comunicar qué es lo que le han devuelto al mundo para mitigar su impacto en el medio ambiente, ya que ahora les están exigiendo un tema de reciprocidad.

jueves, 2 de mayo de 2019

En Caldas se estrena colegio adaptado a difíciles condiciones de cambio climático

Su estreno, luego de la entrega por parte del Fondo Adaptación, beneficiará a la comunidad de la zona rural de Palestina (Caldas).

La Institución Educativa Monseñor Alfonso de los Ríos, entregada por el Fondo de Adaptación, está adaptada al cambio climático.

Los habitantes del corregimiento de Arauca, municipio de Palestina (Caldas), recibieron este viernes la Institución Educativa Monseñor Alfonso de los Ríos, un colegio que beneficiará a cerca de 400 niños, niñas y adolescentes. 

Se trata de una oportunidad para superar la crisis en ese corregimiento de 8.500 habitantes a orillas del Río Cauca que recibió del Fondo de Adaptación este colegio que había sido afectado por la ola invernal de 2010-2011. 

La construcción de la nueva sede tuvo en cuenta una adaptación a las condiciones y efectos del cambio climático. El Fondo de Adaptación invirtió más de $ 3.000 millones en este colegio que se suma a otras cinco instituciones que la entidad ha entregado en el departamento de Caldas (Aranzazu, Riosucio, Risaralda y dos en Anserma). 

Estrena colegio en corregimiento de Arauca, municipio de Palestina (Caldas)

La nueva sede cuenta con seis aulas de básica secundaria, cuatro para educación media, un centro de recursos, un aula múltiple, un laboratorio integrado, una cancha deportiva, espacio para personal administrativo, doce servicios de baño, un servicio sanitario para población con discapacidad, cocina y alacena, cancha deportiva, una aula múltiple, cafetería, administración, servicios generales y dos parqueaderos. 

El gerente del Fondo Adaptación, Édgar Ortiz Pabón, dijo que todos los espacios construidos de la nueva institución educativa quedaron acondicionados de tal forma que permitirán la integración de la propia comunidad, bajo la filosofía de lo que conoce como Escuela Abierta.

El funcionario recalcó que con estas obras el Gobierno hace presencia en las regiones y genera mayor equidad, que es uno de los principios fundamentales del presidente Iván Duque. 

La comunidad ayudó en la ejecución de este proyecto en el corregimiento de Arauca, municipio de Palestina (Caldas).

Durante los procesos de diseños y construcción de la institución educativa Monseñor Alfonso de los Ríos, el Fondo Adaptación vinculó a la comunidad a través de talleres lo cual originó un gran aporte de ideas y alternativas que tenían que ver con las necesidades de la comunidad estudiantil de Arauca. 

Por las condiciones topográficas del corregimiento fue necesaria la construcción de la cancha polifuncional en el tercer piso de la edificación, contribuyendo en la solución de espacios deportivos para la comunidad.