lunes, 6 de mayo de 2019

Por qué el ‘rebusque’ para los jóvenes es un pésimo primer empleo?

Según un estudio de la ONG de desarrollo Cuso International, con el apoyo del Gobierno de Canadá, la juventud colombiana enfrenta grandes retos para acceder a un trabajo decente y digno.

 
La siguiente es una escena común en los hogares colombianos, les dicen a sus jóvenes ‘Mijo, llegó la hora de aprender el valor del trabajo así que vaya donde su tío y le ayuda en el taller’. O a las chicas les dicen: ‘Mi niña, su tía está necesitando una ayudante en la tienda así que mañana a madrugar porque le toca estar allá a las 6 de la mañana’.

Y aunque puede tener una buena intención, lo cierto es que sus padres podrían estar dándole un mal ejemplo. ¿Cuál es la razón? En realidad están metiéndolo a usted en una economía informal, donde a cambio de su trabajo no tiene derecho a prestaciones, salud, no ahorra a pensión y en realidad, le están enviando el mensaje equivocado: hay que emplearse bajo cualquier circunstancia. Y eso no tiene qué ser así. 

Y es que cada vez estás más difícil acceder a un empleo de calidad y formal. Por muchas razones, las economías del mundo aumentaron su productividad gracias al desarrollo tecnológico y por otro lado, a las empresas, con la carga prestacional que están teniendo, solo les sirve contratar a las personas más talentosas y digámoslo: los salarios están aumentando menos hoy que en toda la historia. 

Es una dura realidad de la población laboral más joven y que están cansados de que sean estudiados: son la generación más preparada de toda la historia y también, la peor remunerada. Básicamente son bilingües, han viajado de intercambio, están acostumbrados a la mayor recompensa pero al presentarse a un empleo les preguntan: ¿tienes experiencia? Y la respuesta desilusiona. Y si son contratados, finalmente les pagan salarios que apenas alcanzan al mínimo para vivir. hoy en 2019 en Colombia esa suma es de $826.226 más el auxilio de transporte. 

De acuerdo con un artículo de The Guardian, citado por World Economic Forum, los economistas ven cómo el mercado laboral no arde cuando la economía crece, de hecho, el desempleo en Estados Unidos se sitúa hoy en un bajísimo 4%, pero los salarios se encuentran en una eterna letanía. Y ya no es válido el razonamiento que los salarios despegarán cuando aumente la productividad. De hecho, desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta inicios de los 80, la relación entre productividad-salarios seguía vigente. 

Pero ahora, una nueva investigación del Instituto para Política Económica ha arrojado una inquietante estadística: desde 1970 hasta la actualidad, la productividad se ha incrementado un contundente 73,7%, mientras que los salarios (descontada la inflación) lo han hecho un raquítico 12,3%. Y la parálisis salarial sólo se vuelve más severa conforme pasa el tiempo, con datos que revelan que en 2018 el salario real del sector privado de EE.UU. no creció en absoluto, algo especialmente revelador en un contexto de crecimiento económico como el del año pasado. 

De otro lado, la ONG de desarrollo Cuso International, con el apoyo del Gobierno de Canadá, realizó un estudio donde reveló que el 86% de los jóvenes urbanos de estratos 1 y 2 enfrentan precariedad laboral. Esa situación obedece, entre otros factores, a la falta de acceso al derecho a la educación. La investigación examina la inserción laboral de los 6,85 millones de jóvenes urbanos, quienes están altamente afectados por los denómenos de desajuste del mercado laboral, como: desempleo, subempleo e informalidad. 

¿Condenados al rebusque? 

Gloria Soto es una joven de 24 años oriunda de Berlín, Caldas, que desde que tenía 10 se acostumbró a trabajar como empleada doméstica en casas de familia. A los 22 años su padrastro decidió que el momento había llegado para que su mamá y ella se mudaran a Medellín. Duró casi cuatro meses desempleada, hasta que le ofrecieron una forma de ganar dinero. 

“Un señor me dijo que me pagaba $5.000 al día mientras aprendía a preparar buñuelos, para luego poder venderlos. Era más raro, yo me aburrí y dejé de hacer eso”, comenta Gloria. Esta experiencia de informalidad laboral de Gloria es una realidad para más de 61% mujeres jóvenes urbanas de estrato 1 y 42% de estrato 2. “Era difícil para mí conseguir un buen empleo porque no tenía experiencia laboral que pudiera demostrar en la ciudad y, sobre todo, en una empresa. Tampoco conocía a nadie que lo refiriera a uno y que, además, supiera del trabajo que yo hacía”, comenta.

Como Gloria, muchos jóvenes de estratos 1 al 3 en Colombia están prácticamente destinados a buscarse una forma de ganarse la vida. Para Alejandro Matos, director de Cuso International en Colombia, es importante que el primer empleo de los jóvenes sea uno formal porque eso mejora sus oportunidades de reducir el riesgo de precariedad laboral. 

“Cuando las personas jóvenes se gradúan del bachillerato, una formación técnica o la universidad, muchas veces los agobia el afán de conseguir rápidamente un empleo, a causa de la presión que sienten de parte de sus familias y el entorno social para que se vuelvan productivos. Cuando logran acceder a un puesto de trabajo, en algunas ocasiones no está directamente relacionado con su formación y educación, por lo cual no responde a sus expectativas de crecimiento profesional”, dice Matos. 

Sin embargo, para muchos jóvenes la informalidad es la única alternativa para ingresar al mercado laboral, dadas las escasas oportunidades de empleo formal que no requieren experiencia laboral previa. 

Ese trabajo informal puede marcar su futuro laboral para siempre. De acuerdo con la experiencia de Cuso International con la formación y vinculación laboral de la juventud en ocho ciudades del país, para ellos y ellas es muy difícil dar el paso de un trabajo informal hacia uno formal por las siguientes razones: 

Un trabajo informal no garantiza que la experiencia adquirida sea relevante para los empleos disponibles en el mercado laboral formal. Es decir, un trabajo informal no implica el desarrollo de las habilidades y competencias laborales requeridas para desempeñarse como empleado/a en una empresa, entre otras cosas. 

En muchos casos un trabajo informal no brinda una certificación de la experiencia laboral, un requisito frecuente para acceder a empleos formales. Si bien algunas personas jóvenes entran a la informalidad con la expectativa de ganar experiencia, pueden correr el riesgo de que esta no sea demostrable. 

Tampoco pueden demostrar su experiencia en un oficio o actividad en particular, pues la mayoría de los informales realizan una variedad de actividades: por ejemplo, en unos meses pueden vender estuches de celulares, para luego trabajar en otras semanas en mensajería. Entonces les resulta más complicado validar su experiencia especializada. 

En conclusión, “la decisión de cómo empezar a trabajar marcará las vidas de la juventud: si incursionan en la informalidad, es bien posible que tenga un rumbo laboral marcado por condiciones precarias de trabajo. En cambio, si consiguen un empleo formal, tienen más posibilidades de lograr un crecimiento profesional y un ascenso en la escalera de las posiciones de una empresa”, manifiesta el experto. 

¿Va a buscar empleo? Siga estos consejos 

Si decide dar el salto hacia un trabajo formal le contamos qué dicen algunos informes. Uno de ellos lo elaboró la firma de búsqueda de talento Manpower donde indica que las expectativas de empleo para el segundo trimestre de 2019, los empleadores colombianos informan planes de contratación modestos. 

De los 750 empleadores encuestados para este informe, el 14% anticipa un aumento en las nóminas, el 7% pronostica una disminución y el 75% anticipa que no habrá cambios en los próximos tres meses, la Expectativa Neta de Empleo es de +7%. Una vez que los datos se ajustan para permitir la variación estacional, las expectativas se sitúan en un + 6%. Las perspectivas de contratación disminuyen en 3 puntos porcentuales en comparación con el trimestre anterior, pero se encuentra estable en comparación con esta vez hace un año. 

Así que prepare bien su hoja de vida ya que esta es la entrada a cualquier proceso de selección al que esté aspirando. De acuerdo con Michael Page, firma que más perfiles específicos ubica en el mercado laboral colombiano, su currículo debe tener estas características: 

Extensión: corta, máximo dos hojas. El perfil profesional debe tener una extensión de un párrafo ya que sólo se cuentan con 8,8 segundos para impresionar al reclutador que lee su hoja de vida. 

Contenido: los seleccionadores consideran que una hoja de vida debe reflejar los logros y responsabilidades que ha obtenido el aspirante en trabajos anteriores, fruto de su preparación y experiencia, pero de una manera lo suficientemente resumida para que la extensión de la hoja de vida no sea exagerada. No debe tener errores ortográficos, gramaticales o de typo. 

Información adicional: la reclutadora recomienda que se destaque trabajos altruistas si se desea aplicar a una ONG o a una organización que se caracterice por hacer labor social, y solamente si esto es un factor decisivo para el puesto al que se aspira. Y no hace falta que publique la foto. Hoy por las redes sociales pueden conocerlo o simplemente, si su perfil se adecúa al cargo, lo invitarán a la entrevista.