martes, 6 de septiembre de 2016

Padres jóvenes son más propensos a tener menores ingresos

Estudio concluye que estas personas estarían interrumpiendo su formación en capital humano.

Embarazo

Para los colombianos que tengan hijos estando entre los 18 y 21 años, sus ingresos por hora serán menores, en promedio, en un 11,7 por ciento frente a los que no están en esta situación, de acuerdo con un estudio de la revista Ensayos Sobre Política Económica (Espe) del Banco de la República.

Según el investigador de la entidad Christian Gómez Cañón, la paternidad temprana se produce en un momento crítico del ciclo de vida, donde aumenta la probabilidad de interrumpir eventos importantes en la formación de capital humano.

La impaciencia, causada por el afán de emprender una actividad generadora de ingresos, conduce a interrumpir la formación. 

Así que se vinculan de manera precipitada al mercado laboral, y más aún, hacen descender su salario de reserva, es decir, aceptan trabajos que no habrían aceptado si no hubiesen sido padres en ese momento.

De igual forma, produce cambios en la forma en que los padres jóvenes se vinculan al mercado laboral como consecuencia del cuidado y del mantenimiento económico del niño.

Esto se explica porque los resultados de la investigación mostraron que, por ejemplo, los padres jóvenes son 5 por ciento más propensos a vincularse a actividades como independientes.

Incluso, el sueldo por ahora disminuirá en 11,7 por ciento, así sea padre (o madre) viviendo o no con la pareja, según las estimaciones de Gómez.

Por otro lado, la investigación resalta que el impacto es sustancialmente menor en los hombres, ya que algunos no asumen la responsabilidad de ser padre y dejan en manos de la mujer el cuidado y el mantenimiento económico del niño.

“El hecho de que la concepción biológica de los hijos esté a cargo de las mujeres tiene una incidencia potencial en este resultado: las mujeres que cursan algún ciclo de educación deben abandonar sus estudios, al menos hasta que su integridad física y los primeros cuidados posnatales lo permitan”, aseguró en la publicación.

Por ello, el investigador destaca la posibilidad de que la maternidad temprana sea un factor explicativo adicional sobre las brechas salariales entre hombres y mujeres.

Complementando lo anterior, la probabilidad de alcanzar un título de educación superior, bien sea técnico, tecnológico o universitario, se reduce de manera sustancial para hombres (6,9 por ciento) y mujeres (13,4 por ciento) cuando se es padre joven.

Adicionalmente, se encontró que aquellos padres que concibieron su segundo hijo también a edad temprana registran un ingreso por hora un 6,3 por ciento inferior a los padres jóvenes que decidieron postergar su segundo hijo.

Por géneros, en este sentido, las mujeres reciben la mayor parte de este impacto (11,2 por ciento); para los hombres, la penalidad es del 6,0 por ciento.

En general, Gómez enfatizó en el artículo que se confirma que tener hijos en esta etapa de la vida genera impactos negativos en los ingresos laborales, efecto que evidentemente cambiará con el número de hijos.

La maternidad temprana es actualmente fuente de gran preocupación desde la política pública, porque tradicionalmente se ha asociado con pérdidas en el bienestar de los padreS jóvenes, se muestra como potenciador de círculos de pobreza y deterioro social.

SITUACIÓN EN EL PAÍS 

De acuerdo con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y ProFamilia, cada día en Colombia nacen alrededor de 408 hijos de padres jóvenes, quienes tienen edades comprendidas entre los 10 y 19 años.

Es decir, al año, en promedio, se habrían registrado cerca de 150.000 nacimientos en este sentido, según cifras reveladas a ‘El Tiempo’.

Adicionalmente, la Encuesta Nacional de Demografía y Salud del 2010 mostró que cerca del 19,5 por ciento de las adolescentes del país han estado, al menos, alguna vez embarazadas.

Lo que se traduce en que una de cada cinco de ellas (entre 15 y 19 años) es madre o estuvo embarazada en Colombia.

Este fenómeno es más acentuado en las zonas rurales del país. En este caso la tasa alcanza un 26 por ciento, comparada con el 17 por ciento de las regiones urbanas.