martes, 27 de septiembre de 2016

Mente sana, vida sana

Armonía entre cuerpo y mente. En este espacio la Dra. Iris Luna pretende a través de artículos, documentos, videos y otros materiales poner al alcance de nuestra comunidad herramientas y pautas para alcanzar un balance de bienestar entre cuerpo y mente.

Descubre la “comida divertida”, poco sana y nutritiva para tus hijos

Descubre la “comida divertida”, poco sana y nutritiva para tus hijos
Unas de las grandes dificultades que tienen los padres con los hijos pequeños, es hacer que coman. Así que, según las apetencias que muestren los pequeños, los padres comienzan a ensayar con productos industrializados que en muchas ocasiones tienen éxito para lograr que se alimenten. Esta situación tan común la saben bien, y la aprovechan al máximo los encargados del mercadeo y estrategias publicitarias alrededor de la comida industrializada. ¿No has notado que muchos de los productos destinados a la alimentación infantil que se venden en los supermercados están presentados de manera muy atractiva y se encuentran en una parte muy visible? (casi siempre cerca de las cajas de pago, para calmar un antojo de última hora).

Acceder a estos alimentos empaquetados es económico, atractivo y relativamente fácil. además, solo tienes que extraer el alimento del paquete y ofrecerlo para el consumo directo. La mayoría de las veces, los niños comen complacidos (y hasta repiten), y tú respiras con algo de tranquilidad porque estás facilitando su alimentación. Pero… espera un poco. ¿Te has preguntado qué impacto podrían tener ese tipo de productos en la salud de tus hijos? Quiero decir, ¿qué tan limpios, equilibrados, inocuos y nutritivos resultan ser?
¿Estás ofreciendo comida chatarra disfrazada de saludable?
Me puedes decir que la comida chatarra la venden en los sitios de comida rápida y que tu no sueles ir a esos lugares.
Vale, me cuentas como otras tantas personas, que tu criterio para elegir la comida que compras a tus hijos, es estar muy atenta a los beneficios que ofrecen los anunciantes en las pausas publicitarias presentadas en la franja familiar. He oído cosas como estas: “¿si la promocionan por la tele, no es buena?”, “¡el cocinero famoso asegura que si tomamos ese yogur tendremos una sonrisa dibujada en el estómago y nuestra digestión será como un reloj!”, “dice que mantendré mi línea saludablemente”, “no se atreverían a decir mentiras por televisión, o ¿si? “, y así. Yo te puedo asegurar que existen fuentes de información muchísimo más fiables que la publicidad creada como estrategia de marketing. No tragues entero, busca en las páginas de nutrición o visita al dietista antes de implementar uno de estos productos industriales tan popularizados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la publicidad dirigida a niños es uno de los elementos centrales en la configuración del ambiente "obesogénico" que reina en este momento. Esto es bastante grave para la salud de la población. Las empresas de alimentos realizan publicidad agresiva de los cereales y otros alimentos dirigidas a la población infantil, disfrazando el lobo de la “comida chatarra” con piel de cordero que ahora se conoce como “comida divertida”. Los empaques sugieren que el consumo del producto permite desarrollar habilidades físicas increíbles, aprovechándose de la credulidad de los niños, y generando una falsa seguridad en los padres, relacionada con estar ofreciendo una buena y simpática nutrición a los niños.
Algunos ejemplos:
  • "Come Nutella para que tu desayuno sea sano y delicioso" (la Nutella es un producto procesado, muy poco recomendable con un 70% de grasa saturada y cantidades de azúcar)
  • "Nesquik hace que tu desayuno resulte más divertido" (¿Divertido? ¿qué tiene de divertido que tenga poco chocolate y muchos carbohidratos?)
  • "Milo te da energía, la meta la pones tú" (4,5g de grasas totales, 32,9 de azúcares adicionados, 5,2g de fibra dietética, 238g de sodio). Según el semáforo nutricional, no se trata de un alimento saludable.
  • "Comer positivo, sentirte positiva" Campaña publicitaria del cereal Fitness (2,3g de grasas totales, 13,6g de azúcares adicionados, 8,5g de fibra dietética, 641g de sodio) No es para nada un alimento saludable.
Respecto a lo que acabo de mencionar, la doctora Charlene Elliot realizó una investigación muy interesante que fue publicada en el 2008 y replicada en otros trabajos más recientes, obteniendo resultados similares. Este estudio se centró en el análisis del llamado "producto", un aspecto muy importante del mercadeo de alimentos para niños dentro de los supermercados. A dichos productos los bautizó "alimentos divertidos”, y dicho nombre está basado en el atractivo empaque diseñado especialmente para atraer a los menores de edad. Los resultados de la investigación muestran que casi un 90% de los alimentos estudiados nutricionalmente tendrían que ser clasificados como de "baja calidad nutricional", debido a las cantidades exageradas de grasas saturadas, sodio y azúcar. Es de anotar que en este trabajo no se incluyeron alimentos que tradicionalmente son considerados comida chatarra (patatas fritas, gaseosas, tortas, donuts, etc.)
Esto nos indica que debemos desconfiar de la mayoría de alimentos que vienen en envoltorios bonitos, porque son muy pobres a nivel nutricional. Cómo les decía antes son básicamente comida chatarra, disfrazada de comida saludable.
La doctora Elliot hizo una clasificación de los alimentos “divertidos” de la siguiente manera:
  1. Cereales para el desayuno, barritas de cereal. Un dato aterrador, el 90% de los cereales tenía baja calidad nutricional por ser muy azucarados.
  2. Congelados/refrigerados: grandes cantidades de azúcar, sal y grasa. Aquí está la comida precocinada, almuerzos preparados, pizzas, patatas fritas congeladas.
  3. Lácteos: como mostré en los ejemplos anteriores, en los lácteos no hubo altos niveles de sal, pero sí de azúcar, en concreto en el 77,4% de los productos analizados (bebidas con cacao, yogures, bebidas lácteas, etc.).
Entonces, ¿Qué hacer para asegurarme de estar alimentando bien a mis hijos?
Te dejo algunas pautas que espero te sean de alguna utilidad.

  1. No comas cuento y consulta con un especialista.
Para reconocer la comida chatarra de una forma muy apropiada es cuestionar todos los alimentos que le ofreces a tu niño y contrastar muy bien la información que difunden los medios con las opiniones certeras de los profesionales en el área de la nutrición. Por otra parte, es muy recomendable aprender a leer y a interpretar las etiquetas con la información nutritiva de los productos. Lastimosamente muchas personas se rinden y no pueden ni leer bien los términos que aparecen en la etiqueta. Al respecto, vale la pena mencionar las palabras del Dr. Robert Lusting, un endocrinólogo pediatra experto en obesidad infantil:
"La comida de verdad no necesita, ni tiene una etiqueta con los factores nutritivos. Entre más etiquetas tengas que leer, es muy probable que estés comprando comida basura".
De ahora en adelante, te aconsejo que: compres mas productos frescos provenientes de la naturaleza (no procesados, ni empaquetados), no creas en las publicidades e intenta leer la letra menuda de sus componentes en las etiquetas. En caso de que no lo tengas claro, anota tus dudas y visita a tu dietista de confianza.
  1. Predica con el ejemplo.
Que no te vean comiendo lo que no deseas que tus hijos coman. Además, mantén en tu casa una adecuada cantidad y variedad de alimentos considerados sanos (naturales, de estación, amables con el medio ambiente). Evita comprar habitualmente "comida divertida" para mantener dentro de tu despensa, y al alcance de tus hijos sin control. Si tus hijos comen golosinas, que sea en forma esporádica y no como un refuerzo positivo por haberse portado bien. Los niños aprenden lo que ven hacer, no lo que se les dice. Si lo que les ofreces es comida sana, comerán comida sana, sin necesidad de disfrazarla ni acompañarla de decoraciones especiales.
  1. Has de estar atento y aprender a reconocer y respetar señales de hambre y saciedad en el niño.
  2. Procura ofrecer los alimentos sin añadir azúcar o sal, para que se acostumbre al sabor natural de los alimentos.
  3. Brinda oportunidades estructuradas (horarios, lugar estable) y un ambiente familiar propicio para que el niño coma rodeado de afecto y cordialidad. evita convertir la alcoba o la sala de televisión en un lugar para comer.
  4. Dale tu apoyo y acompañamiento durante la comida en relación con la etapa del desarrollo del niño.
  5. Brindale los alimentos adecuados para cada edad. (aquí es importante que consultes con el pediatra y la dietista)
  6. No ejerzas coacciones, chantajes o propongas trueques para que coma.
  7. Bríndales alimentos bien preparados, variados y adecuadamente presentados, pero no olvides que son los mismos niños los que tienen que determina si comen o no y en qué cantidad lo hacen, de entre las cosas que les ofrecemos.
  8. No muestres desesperación, enfado o enojo frente a la comida, y no los amenaces ni los castigues físicamente por no comer como quisieras.
  9. Estimula las actividades físicas diarias. evita que pasen mucho tiempo frente a la tele, la consola, o el computador.