viernes, 15 de abril de 2016

En un 500 % creció demanda de educación superior virtual en Colombia

Entre el 2010 y el 2015, el país pasó de 12.000 a 65.000 matriculados en programas 'online'.

En América Latina hay 14 instituciones que utilizan la Red Ilumno para desarrollar sus programas 'online'. Allí estudian unas 300.000 personas.
En América Latina hay 14 instituciones que utilizan la Red Ilumno para desarrollar sus programas 'online'. Allí estudian unas 300.000 personas.
Colombia le está apostando a la educación virtual. Así lo evidencia la creciente demanda, que en los últimos cinco años aumentó en un 500 por ciento.
Según cifras del Ministerio de Educación, en el 2010 eran 12.000 estudiantes los que se educaban en esta modalidad y en el 2015 son 65.000. Así mismo, informa la cartera educativa, la oferta de programas virtuales se ha multiplicado por cuatro en el mismo periodo, pasando de 122 a 487 en todos los niveles formativos.

Esta cifra también es reveladora porque entre 2007 y 2010 esta modalidad de estudio solo creció un 58 por ciento, es decir, en el último lustro hubo un auge de nuevos estudiantes que accedieron a través de plataformas digitales a la educación superior.

Dicho crecimiento se da gracias a la promoción que hicieron los ministerios de Educación y de Tecnologías de la Información y la Comunicación a la implementación de la tecnología en los procesos académicos, como lo explica el estudio La educación superior a distancia y virtual en Colombia: nuevas realidades (2013) y que destaca varias iniciativas que emprendieron estas carteras para fortalecer el e-learning.
Una de ellas, por ejemplo, fue el acompañamiento que ha hecho el Mineducación desde el 2012 a 32 instituciones de educación superior en el proceso de convertir sus programas presenciales en virtuales, para lo cual creó una propuesta metodológica, que contempla la transformación de los procesos de enseñanza y aprendizaje en los ambientes virtuales y la selección y adecuación de la infraestructura tecnológica. 

Estas iniciativas buscaban responder a lo que estaba pasando en el contexto internacional, donde la formación online se empezó a tomar las universidades más importantes del mundo, como el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard, las cuales se unieron para crear la plataforma tecnológica EdX, que permite desarrollar cursos abiertos virtuales o los famosos Moocs.
A esta iniciativa se le unió Stanford, precursora de la plataforma Coursera, que, gracias al éxito que ha tenido, ofrece especializaciones en la modalidad virtual en los mejores centros académicos del orbe.
Aliada de la cobertura
En un reciente foro sobre educación, Nicolás Zuleta, rector de la Universidad Libre, aseguró que para que el sistema educativo sea sostenible y eficiente debe haber un equilibrio entre calidad y cobertura.
De hecho, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), a la que Colombia busca pertenecer, los países desarrollados deben tener una cobertura en la educación superior del 75 por ciento. Esta cifra en el territorio nacional no supera el 45 por ciento y la situación empeora en las regiones apartadas.
Cabe anotar que los esfuerzos del Gobierno para ampliar la cobertura no han sido inútiles, pues en los últimos años ha habido una tendencia creciente: pasamos del 20 por ciento en el 2001, al 37 por ciento en el 2010, y hoy está casi la mitad de la población matriculada en educación digital.
Y es que justo desde el 2009 el Ministerio de Educación evidenció la necesidad de llegar a las regiones que por sus condiciones geográficas, entre otras, hacían difícil el acceso a programas presenciales de formación en educación superior.
Por ello, y con el fin de ampliar la cobertura garantizando la pertinencia y calidad, se inició un plan de apoyo a las instituciones, que incentive el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones mediante el incremento de la oferta de programas en educación superior virtual.
“El resultado evidenció que las TIC resultaron ser un gran aliado para ampliar el acceso a la educación superior incursionando en territorios a los que era impensable llegar, como es el caso de Meta, Guaviare, Caquetá, Magdalena, Córdoba, Sucre, Bolívar, Risaralda y Huila, entre otros”, dice el informe ‘La educación superior a distancia y virtual en Colombia: nuevas realidades’.

En consecuencia, la creciente aplicación de la virtualidad educativa empieza a mostrar un incremento y actualmente se destaca que en los 32 departamentos hay alguna oferta de educación virtual.
Así mismo, cerca del 40 por ciento de los colombianos que estudian en esta modalidad lo hacen bajo la metodología Ilumno, una red de instituciones educativas de América Latina que reúne a 14 universidades y más de 300.000 estudiantes de la región.

A partir de este año, el Ministerio de Educación y las instituciones de educación superior trabajan en la creación de lineamientos que regulen la calidad de esta modalidad. Actualmente, para obtener su registro calificado, las condiciones a estos programas las dan la Ley 1188 del 2008 y el Decreto 1295 del 2010; sin embargo, estos lineamientos son los mismos para los presenciales.
“Una de las principales dificultades que tenemos es que no existe una legislación clara frente a la educación online. Hoy, el Ministerio de Educación evalúa los programas virtuales con los mismos parámetros de los presenciales, que tienen características muy diferentes”, asegura Fernando Dávila, presidente del Consejo Superior del Politécnico Grancolombiano.
Aunque hoy los lineamientos para la acreditación son generales, David Forero, director de calidad del viceministerio de Educación Superior, aclara que “estos por ser abiertos y flexibles aplican para la formación virtual” y asegura que para la acreditación de estos programas mandan especialistas en e-learning.
Por su parte, Andrés Núñez, director general de la Red Ilumno (Sistema Universitario de las Américas), asegura que “el reto de estas áreas comienza en el interior de la academia, pues se debe cambiar la mentalidad de los directivos y de los profesores. Y a nivel externo, cambiar el paradigma social que relaciona la calidad educativa con la presencialidad”.
Licenciaturas están fuera del sistema ‘e-learning
n torno al tema de educación virtual, las universidades tienen una preocupación sobre los lineamientos que se están generando en los programas de licenciatura.
Néstor Arboleda Toro, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Educación Superior a Distancia (Acesad), asegura que “desde el Ministerio de Educación se busca que los interesados en ser docentes solo se formen bajo la modalidad presencial y a distancia”.
Para Arboleda, esto resulta ser un error, pues dice que es una medida excluyente, “y va en contravía de la filosofía de la educación virtual, que le llega a la población que no puede acceder al sistema presencial escolarizado, por diversas razones; entre ellas, su ubicación geográfica, la falta de cupos, limitantes laborales, ocupaciones hogareñas, situación de discapacidad o dificultades económicas”.
Por esta razón, desde esta asociación enviaron una carta a la ministra Gina Parody en la que sugieren que los programas de licenciaturas se ofrezcan en modalidad presencial, a distancia y virtual, y dan a conocer los lineamientos que, en su opinión, deben tener dichos programas en el modelo virtual: contar con un plan de formación permanente a docentes, tener una plataforma e-learning con objetos de aprendizaje adecuados a las nuevas exigencias tecnológicas y pedagógicas, establecer un mínimo de actividades académicas presenciales, desarrollar la práctica pedagógica en escenarios pertinentes y acordes con el programa y las competencias, y demostrar los medios tecnológicos, la pedagogía y el recurso humano, entre otros.
El Ministerio, por su parte, asegura que aún están analizando las condiciones que regularán los programas de licenciaturas.
Los cuatro desafíos que enfrenta la educación virtual en el país
Para los expertos, la educación virtual implica un profundo cambio social, económico y político, porque es una nueva mirada al conocimiento; por ello el principal reto de este tipo de formación, pese al crecimiento de su demanda en el país, sigue centralizado en ganar prestigio y reconocimiento entre la sociedad y la misma academia.
De hecho, uno de los grandes cuestionamientos que hay alrededor del e-learning es sobre su calidad, comparada con la del modelo presencial. También se cree que la educación online tiene un número menor de contenidos y que la dedicación que se debe brindar es más baja que cuando se adelanta de manera presencial.
Y nada más alejado de la realidad, como lo indica Elías Contreras, decano de la Facultad de Estudios en Ambientes Virtuales de la Universidad EAN.
“Por ejemplo, los contenidos de una maestría virtual y los de una presencial son los mismos, por lo que la dedicación, en principio, es la misma. Además, las características de esta clase de formación obligan a los estudiantes a un mayor autocompromiso y una dedicación más intensa para sacar adelante su titulación. Solo la disciplina hace esto posible”, dice Contreras. Lo anterior abre otro gran reto y es controlar la deserción y el fraude académico.
Jordi Solé, director de OBS Business School, una de las escuelas de negocios con formación virtual más reconocidas del mundo, señaló que existen bastantes sistemas para asegurar el control de fraude, como los biométricos hasta de control de periféricos pasando por caducidad de sesiones, control de software, entre otros.
En el caso de deserción, Andrés Núñez, director general de Ilumno, cuenta que esta red tiene un centro de operaciones en el que trabajan más de 300 personas que realizan distintas tareas, entre ellas acompañar al estudiante desde el momento que muestra interés por formarse hasta que se gradúa del pregrado o posgrado.
“Para evitar la deserción tenemos sistemas para detectar bajo rendimiento académico, ausencia en las clases, problemas personales y hasta desinterés, entonces, cuando encontramos una de estas problemáticas, un grupo de profesionales diseña estrategias para darles solución”, dice Núñez.