lunes, 21 de diciembre de 2015

Tests de aptitudes: clasificación

Tests de aptitudes: clasificación

Existe una extensísima variedad de tests psicológicos, elaborados y aplicados con criterios distintos o incluso enfrentados. Del mismo modo, también son varios los criterios para clasificarlos, por lo que pueden producirse agrupaciones muy diversas. Una primera clasificación puede atender al tipo de tarea que solicita el test (oral, de papel y lápiz, de ejecución, mixtos). Pero también pueden ordenarse por el número de personas a las que se aplica a la vez (individuales o colectivos), por edades (según sean para niños o para adultos), o distinguiendo los psicométricos (que se basan en un análisis cuantitativo y, generalmente, obtienen una puntuación numérica) de los proyectivos (los que parten de un análisis cualitativo). Otra clasificación habitual los divide entre factoriales y no factoriales. Sin embargo, una de las ordenaciones más clarificadoras desde el punto de vista divulgativo es la que atiende al objetivo del test, es decir, a lo que éste trata de estudiar o medir en relación a las capacidades y al desarrollo intelectivo, aunque esto signifique dejar de lado algunas de las pruebas existentes.
  • Escalas de desarrollo. Este tipo de tests mide, sobre todo, las capacidades sensoriales, motrices e intelectivas del desarrollo psicofísico de niños pequeños y bebés.
  • Tests de inteligencia. Para este grupo existen dos líneas teóricas: la que considera la existencia de una inteligencia general, que puede medirse; y la que distingue la inteligencia de otras capacidades y habilidades que se miden de forma independiente.
  • Tests de aptitudes intelectivas. Se trata de tests especializados en aspectos muy concretos de las conductas y actividades consideradas como inteligentes aptitudes psicolingüísticas, mecánicas, perceptivas, de memoria, musicales, etc.
  • Tests de intereses. En estas pruebas se evalúan las preferencias de cada persona para cada tipo de actividad (técnica, creativa, etc.) que pueden ayudar a delimitar vocaciones profesionales. Pero también se utilizan para conocer las preferencias del individuo en la forma de vida relacional que le gusta llevar (independiente, en grupo o social).
  • Tests pedagógicos. Este tipo de test evalúa conocimientos y rendimientos escolares, tanto de materias académicas como de madurez (percepción y estructuración espacial del niño al iniciar la lectoescritura).
  • Tests de personalidad o proyectivos. Con estos tests se pretende obtener información sobre el carácter y la personalidad, como la estabilidad, la extraversión, la sinceridad o la sociabilidad. También establece clasificaciones de contrarios, como reservado/abierto, sumiso/dominante, seguro/dubitativo, y otros.
¿Individual o colectivo, cuál es mejor?
El test individual, como su nombre indica, es el que se pasa cada vez a una sola persona. En este caso, es más fácil para el psicólogo controlar aspectos que afectan al paciente y que pueden distorsionar los resultados, como la fatiga, un posible déficit visual, dificultades de lectura o de comprensión de lo que se pregunta, ansiedad o distracciones.

Los tests colectivos, en cambio, aunque también pueden pasarse de forma individual, normalmente se realizan con varias personas simultáneamente. Su mayor ventaja es la rentabilidad económica, pero también el ahorro de tiempo. Sin embargo, no se recomienda pasarlos a más de cuarenta personas a la vez, ni a niños menores de 12 años porque tienden a copiarse entre ellos, se distraen, y no se puede tener la seguridad de que todos hayan entendido correctamente todas las preguntas.