miércoles, 27 de julio de 2016

Sexualidad, asignatura compartida entre padres e hijos

Es tarea de los adultos enseñar, de manera responsable, temas de sexualidad a los niños.

Educar para que los niños y jóvenes construyan una idea clara y realista de la sexualidad, tengan sentimientos positivos sobre ella y actúen de manera responsable; tres aspectos claves a la hora de una formación integral y amorosa supone nuevos desafíos para padres y educadores.
Por un lado, es un hecho que los adolescentes comienzan temprano su vida sexual. De otro, hoy niños y jóvenes están expuestos de manera precoz a una gran cantidad de información, de diferentes fuentes y que tiene que ver con muchos aspectos de la sexualidad, algunos propios de adultos, como las relaciones sexuales, el sida, la pornografía, el abuso o la homosexualidad.

No es posible saber en qué nivel está cada joven y niño, ni es fácil para ellos determinar qué está bien y qué está mal. Qué es lo adecuado, lo saludable o lo amoroso.

Este proceso comienza por generar confianza para que niños y jóvenes reciban la información que queremos darles y consulten dudas, temores y sientan que tienen apoyo y respeto para transitar mejor por esta dimensión de la vida.
Este continúa evaluando como adultos nuestras propias creencias, reconociendo y revisando los estereotipos, limitaciones y prejuicios. Igualmente, exijan a unos y otros estar al día con el mundo que viven los jóvenes hoy.
Conocer el entorno, las presiones, las oportunidades que les ofrece este tiempo, su relación con la tecnología y las nuevas maneras de interactuar y relacionarse. Ante todo hay que fortalecer la familia para que satisfaga las necesidades psicológicas de pertenencia, afecto e identidad y esto haga posible construir una sexualidad sana, amorosa y placentera.