domingo, 9 de abril de 2023

Nunca pensé que llegaría al más alto nivel

Jaime Echenique es un basquetbolista colombiano. Nació el 27 de abril de 1997 en Barranquilla.

El jugador se convirtió en el primer colombiano en debutar en la NBA. Entrevista.

Alo largo de la historia del deporte nacional, dos jugadores se habían acercado a la liga profesional de baloncesto de los Estados Unidos (NBA, por sus siglas en inglés): Álvaro Teherán y Braian Angola, pero no llegaron a hacer su debut profesional; sin embargo, ambos son referentes del baloncesto colombiano. El primero tuvo una carrera digna de admirar –reconocido como una leyenda del baloncesto colombiano–, y el segundo actualmente disputa la máxima competición de baloncesto de Grecia.

La NBA es tan demandante como ninguna otra y el sueño de ver un colombiano jugándola parecía muy lejano. Hasta el 30 de diciembre del 2021, cuando Jaime Echenique logró disputar un encuentro oficial de la NBA.

El barranquillero de 2,11 metros de estatura debutó con los Washington Wizards. “Estoy simplemente feliz por mí, por mi familia, por mi país y por la gente que creyó en mí”, afirmó tras disputar su primer partido en la liga profesional de baloncesto de los Estados Unidos.

Estoy simplemente feliz por mí, por mi familia, por mi país y por la gente que creyó en mí

Echenique, de 24 años, hizo historia; no obstante, mantiene los pies sobre la tierra y asegura que no se conforma con su debut en la NBA.

Actualmente, el jugador hace parte de los Capital City Go-Go, equipo afiliado de los Wizards, y disputa la NBA G League, liga de desarrollo de la NBA. Ante los numerosos casos por coronavirus, los Wizards eligieron a Echenique para ser parte del equipo que se iba a enfrentar a los Cleveland Cavaliers; sus estadísticas en la NBA G League fueron determinantes.

EL TIEMPO conversó con el talentoso basquetbolista sobre su historia, experiencia en Estados Unidos, debut en la NBA, entre otras cosas.¿Cuándo empieza su sueño de ser basquetbolista?

Mi sueño de ser basquetbolista empezó muy tarde, a muy tarde edad. Yo nunca miré el baloncesto como una forma de vivir, era algo más como para pasar el tiempo con mis amigos de la infancia y esas cosas. Nos metimos por accidente en una convocatoria que hizo mi colegio, el Instituto Pestalozzi, y de ahí comenzó todo, en el año 2008, 2009, si no estoy mal, en Barranquilla.

Dice que empezó por un accidente… ¿el baloncesto no estaba entre sus deportes favoritos?

No, no sabía nada de él en esos momentos, era más como un pasatiempo, no teníamos nada más que hacer y pues era una manera de estar juntos. En ese tiempo, el baloncesto… bueno, en mi círculo social no era tan común, entonces fue más como ‘no tenemos nada que hacer, vamos a entrar a practicarlo’.¿Cuándo pensó: ‘a esto me quiero dedicar en la vida’?

Como ya cuando tenía 15 o 16 años, cuando comencé a destacar y vi como que: ‘yo puedo hacer esto’. O sea, se me metió la idea, o alguien me metió la idea, no recuerdo quién fue el que me dijo: ‘Tú puedes jugar profesional’, y lo hice. Luego, me dijeron: ‘Tú puedes jugar en Estados Unidos’, y me propuse esa meta. Después me dijeron: ‘Tú puedes jugar en College’… Fueron cosas que me proponían, diciendo que yo podría hacer, y me las tomé muy en serio. Eso me ayudó a dar grandes saltos aquí.¿En algún momento creyó que no iba a ser posible llegar al nivel más alto del baloncesto?

No, porque nunca lo pensé. Nunca pensé que fuese a llegar tan alto, la verdad. Fue como algo más esporádico. Cuando estaba en una de las escuelas… Es que siempre me propuse metas a corto plazo y creo que me funcionó mucho. Ya después poco a poco tú ves la cercanía, los pasos grandes que estás dando y cómo estás jugando, y tú como que te das cuenta de que puedes hacer esto, que esto es una realidad. Entonces todo se fue dando en su momento, yo no me enfocaba en eso antes.

¿Cómo se dio su llegada a Estados Unidos?

Me contactó un interventor y me dijo que tenía contactos con universidades en Estados Unidos. Luego, ya después ellos hicieron el contacto conmigo y se hizo todo el proceso.¿Usted a qué se dedicaba en ese momento?

Estaba jugando en Colombia, en el equipo Academia de la Montaña Basket Club.¿Qué edad tenía cuando llegó al país norteamericano?

17 o 18.¿Cuáles fueron algunos de los obstáculos que tuvo que enfrentar para llegar a donde está ahora?

Muchos. La lejanía de mis padres, no tener el apoyo físico de ellos. Estar distanciado de la familia, estar distanciado de tus comodidades. Sacrificar tiempo, juventud. Yo pudiese estar en Colombia, con mi familia, pero, claro, esas no son mis intenciones. Yo soy una persona muy independiente y nunca me gustó quedarme en un solo puesto. Siempre quería hacer algo por mi cuenta. Los obstáculos han sido muchos: el idioma, la cultura, las horas en el gimnasio, el cansancio… todas esas cosas cuentan para llegar al más alto nivel. Entonces son pequeños que se vuelven grandes sacrificios, día tras día.

Estados Unidos es la principal potencia del baloncesto. ¿Cuáles cree que son los factores claves para que este país sea tan bueno y tenga los mejores basquetbolistas?

Creo que la fundamentación y el nivel de competitividad que hay en Estados Unidos. Tú en Colombia, si no estoy mal, tú juegas tal vez dos o tres torneos al año y ya el resto es entrenar, entrenar, entrenar. En cambio, acá en Estados Unidos tú juegas miles de torneos, más de 100 partidos al año; o sea, tienes muchas cosas por hacer durante el año. Entonces creo que eso ayuda a fortalecer el desarrollo de las canteras o de los jugadores que vienen desde más abajo. Y también hay una meta que es la NBA, lo que en Colombia sería la profesional. Eso sería una base para impulsar al baloncesto juvenil a que sí se puede vivir de esto en nuestro país y crear una liga de mucha más potencia.¿De qué manera cree que se podría fomentar eso en Colombia?

Yo creo que las ligas de la Federación se tienen que poner de acuerdo para crear muchos más torneos anuales. Y que se compense, o se elabore, una liga de baloncesto profesional mucho más estructurada y amplia.Usted es el primer colombiano en debutar en la NBA. Eso es un gran logro para usted, y también para el deporte nacional. ¿Cuáles son sus sensaciones?

Solo pienso en que estuve, sí, listo, pero mi desarrollo como jugador aún sigue y no me quedo enfocado en la imagen de que ‘ya lo logré’

Sinceramente no lo pienso. Solo pienso en que estuve, sí, listo, pero mi desarrollo como jugador aún sigue y no me quedo enfocado en la imagen de que ‘ya lo logré’. Yo quiero más, quiero estar presente ahí mucho más tiempo y llegar a ser un jugador role (un jugador que desempeña un deber particular en la cancha y que es fundamental para el equipo). Para eso es lo que me estoy preparando.¿Qué se le vino a la cabeza en el momento exacto de su debut?

Por fin (risas), esas dos palabras. Un sentimiento de que voy en la dirección correcta, estoy haciendo las cosas bien y por eso estoy aquí, sin importar las cosas que hayan pasado anteriormente, ha valido la pena cada momento. Entonces es como un sentimiento de: ‘listo, estamos aquí. Ahora voy por más’.El contrato con los Wizards fue por 10 días. Sin embargo, sus estadísticas en la NBA G League…

Primero, no me digas mis estadísticas porque no me gusta, ni yo mismo las miro.

No, no voy a decir números, diré que son muy positivas…

Okay, eso sí lo sé (risas). Pero no me digas un promedio porque no me gusta.Tampoco diré promedios (risas). Solo eso, que son muy positivas. ¿Qué tan probable ve firmar un contrato más extenso con un equipo de la NBA?

Yo controlo lo que puedo controlar. Controlo mi nivel de juego, el esfuerzo que hago todas las noche para competir y para hacer las cosas bien. El resto lo dejo en manos de Dios. Hay cosas en las que yo no me puedo enfocar, como cuándo un equipo me va a firmar o no. Solo me enfoco en dar lo mejor de mí, en que estoy haciendo las cosas bien, y dejo todo en las manos de Dios, él sabrá dónde y en qué situación me va a poner para ser merecedor de las cosas y el camino que él tiene preparado para mí. Entonces no me preocupo mucho, solamente entreno, cuido mi cuerpo y salgo a la cancha a esforzarme una vez más.Diría que esa es una de sus claves…

Es que es algo ridículo. Yo no puedo decirle a alguien ‘haz esto por mí’; no, uno lo tiene que hacer por uno mismo. Es enfocarse en lo intangible, que es aquello que tú no puedes manejar, y para qué estresarme pensando en eso… mejor me enfoco en lo tangible, que son las cosas que yo controlo: mi esfuerzo, mi dedicación, mi trabajo, mi ética laboral; esas cosas son productivas. Tú, cuidando lo que puedes controlar, abres paso a las cosas intangibles. En eso también están las decisiones de Dios, el camino que él tenga preparado para mí y lo que él quiera para mí, así será y lo tomaré de la mejor manera. No me enfrasco en lo negativo o si no lo logro, porque yo sé que él tiene preparado para cada uno de nosotros en la tierra una misión , y así debe ser.Entonces dar el 100 por ciento de usted es lo único que se plantea…

Absolutamente. Obviamente, tengo metas personales y profesionales, y yo sé que si no están ahora, es porque Dios no lo ha permitido así. Tú no le puedes decir a él cómo bendecirte, él sabrá cómo hace sus cosas. Entonces, yo nada más me enfoco en mi trabajo, en ser mejor cada día, que la oportunidad llegará de uno u otro modo en la situación correcta.

Hablando de su perfil de basquetbolista. ¿Cuáles considera son sus principales fortalezas?

Mi juego en la pintura (la parte delimitada del campo que está más cerca de la canasta). Siempre ha dado mucho de qué hablar. Aunque el desarrollo de mi juego aún continúa. Pero siempre me ha gustado lo que hago allí.Por otra parte, ¿qué cree que le hace falta trabajar?

El lanzamiento exterior. No es una debilidad, pero sí debo seguir mejorándolo.¿Qué le diría al pequeño Jaime? Al que jugaba baloncesto solo por diversión…

Que estoy orgulloso de él. Que no tiene ni idea de lo que se le viene encima, pero que va a sobrepasar todos los obstáculos del camino. Y que no importa las decisiones que tome, siempre va a estar orgulloso de él mismo.¿Cuáles son sus más grandes ídolos? No solo del baloncesto, sino de la vida en general…

Mis papás, primeramente. Personas que nunca cursaron el quinto de primaria y lograron ser alguien en la vida. Inculcaron valores inmensos en mí que hoy en día los llevo conmigo. Y a nivel deportivo, son muchos, pero uno que está conmigo y lo admiro mucho es uno de mis compañeros en los Wizards, Anthony Gill. Es una persona súper… yo pienso que soy positivo, pero él está por encima de mí. Siempre lo he admirado como profesional y como persona porque es un trabajador innato, y ha inculcado ciertas cosas en mí que me sorprenden cada día. Es como que yo quiero tener esa disciplina.

¿Algún consejo para aquellos que sueñan con llegar al máximo nivel del baloncesto?

Que vale la pena soñar. Ese siempre ha sido mi lema. Si tú me dices cuatro años atrás que iba a hacer todo esto, me reiría en tu cara, no lo creería. Tener metas a corto plazo es primordial. También, superarte día a día es lo más importante para ir escalando. En Estados Unidos se dice ‘baby steps count too’, que significa que los pasos pequeños cuentan también. A veces no avanzamos como quisiéramos, pero estamos avanzando.