viernes, 28 de abril de 2023

Estrés en perros de terapia?

Las intervenciones asistidas con perros están diseñadas para ser experiencias que alivian el estrés a los usuarios humanos que participan en ellas, entre otros objetivos. Pero, ¿qué pasa con los perros?

Se ha demostrado que vivir con un perro beneficia el bienestar de las personas y reduce los niveles de estrés. Esto se debe en parte a los estilos de vida y hábitos más saludables que se relacionan con los cuidados de un perro.

Algunos estudios también muestran que interactuar con un perro durante situaciones estresantes puede tener efectos calmantes inmediatos. Así, existen intervenciones terapéuticas que involucran la interacción con perros para reducir el estrés y mejorar el bienestar de los humanos participantes.

Pero, ¿las intervenciones asistidas con perros reducen el estrés tanto para los humanos como para los perros? ¿Cómo podemos saberlo? ¿Cómo podemos medirlo?

Algunas formas objetivas de medir el estrés incluyen la medición de marcadores biológicos liberados durante momentos de estrés, como el cortisol (hormona ligada al estrés), o el registro de cambios fisiológicos, como aumentos en la frecuencia cardíaca o respiratoria.

Para explorar lo que se sabe sobre los efectos de las intervenciones asistidas con animales (IAA) sobre el estrés en humanos y perros, los investigadores revisaron la literatura científica para comprender qué medidas de estrés biológicas (y otras) se han utilizado para determinar los efectos de las IAA en humanos y perros. Y los resultados de estrés del IAA en ambas especies.

Después de múltiples etapas de detección, los investigadores identificaron 27 estudios que midieron cambios en al menos un marcador biológico en humanos y/o perros asociados con IAA. Algunos estudios también incluyeron otras medidas de estrés, como frecuencia cardíaca, presión arterial, autoinformes (humanos) y comportamiento (perros).

Efectos en humanos

De los 27 estudios, 18 evaluaron el impacto de las IAA en humanos, y los 18 informaron un efecto positivo en al menos una medida de estrés. Once estudios encontraron una disminución significativa en el cortisol (hormona indicadora de estrés) o una mejora en la respuesta del cortisol asociada con las IAA. Sin embargo, cinco de estos 11 estudios también informaron disminuciones en el cortisol al participar en actividades sin perros, como caminar, colorear o una visita de un psicólogo.

Solo un estudio encontró un aumento significativo en el cortisol asociado con IAA, aunque esto fue en los guías de los perros y no en los participantes. Los seis estudios restantes no encontraron cambios significativos en el cortisol asociado con las IAA.

La mayoría de los estudios que utilizaron una combinación de medidas de estrés tuvieron resultados mixtos. Por ejemplo, cinco de los nueve estudios que midieron el cortisol y la frecuencia cardíaca encontraron efectos opuestos o cambios en uno pero no en el otro. Cuando el estrés autoinformado se registró junto con marcadores biológicos, los resultados fueron inconsistentes entre las medidas en nueve casos.

Efectos en los perros

Solo nueve de los 27 estudios observaron marcadores biológicos de estrés en perros, y los nueve midieron el cortisol.

Cuatro estudios informaron una disminución en el cortisol asociado con las IAA. Sin embargo, en dos de estos estudios, esta disminución no fue estadísticamente significativa.

Otros tres estudios no encontraron cambios en el cortisol asociados con las IAA. Curiosamente, uno de estos tres estudios encontró cortisol significativamente más bajo en los perros a los que se les permitió soltar la correa durante la IAA, pero no en los que se mantuvieron con correa, lo que sugiere que aumentar la libertad que tienen los perros durante la IAA puede ser importante para reducir el estrés.

Los últimos dos estudios mostraron un aumento en el cortisol después de las IAA o un aumento en los días en que los perros participaron en IAA versus los días en que no lo hicieron.

Solo tres de los nueve estudios utilizaron medidas fisiológicas junto con el cortisol y sólo uno encontró cambios consistentes en todas las medidas.

Por el contrario, los cuatro estudios que midieron el comportamiento junto con el cortisol encontraron correlaciones significativas entre los dos, lo que indica el valor del análisis del comportamiento para medir el estrés en los perros.

Conclusiones y Consideraciones

En general, los hallazgos sugieren que las IAA generalmente reducen el estrés en humanos y tienen efectos neutrales a positivos sobre el estrés en perros. Sin embargo, existe un claro desequilibrio en la cantidad de estudios en humanos versus perros, lo que destaca cómo la investigación prioriza la medición de los beneficios de las IAA para los humanos sobre su efecto en los perros.

Esta revisión revela cómo las diferentes medidas de estrés no siempre se correlacionan entre sí y subraya la importancia de usar varias medidas juntas. La literatura, particularmente sobre perros, se basa en gran medida en el cortisol como marcador biológico del estrés. Sin embargo, capturar un cambio en el cortisol puede ser un desafío y puede pasarse por alto incluso cuando hay estrés.

También sabemos que el cortisol puede aumentar con emociones positivas como la emoción o la anticipación. Por lo tanto, debemos ser cautelosos al interpretar los resultados basados ​​solo en el cortisol.

A diferencia de nosotros, los perros no pueden autoinformar si se sienten estresados o emocionados. Pero los signos de estrés se pueden detectar a partir de su comportamiento, una medida que no se usaba con frecuencia a pesar de su correlación con otros indicadores de estrés.

Para garantizar el bienestar de los perros que participan en IAA, se necesita más trabajo para mejorar la forma en que medimos el estrés en estas situaciones.

Si ellos cuidan de nosotr@s en las IAA, tenemos la obligación de cuidar de ellos.