jueves, 20 de abril de 2023

Convivir con un perro alarga nuestra vida?

Con mucha frecuencia, en entornos que cuestionan la convivencia con perros, se pregunta qué sentido tiene convivir con un perro. Por suerte, a esas reticencias se puede contestar cada vez con más contundencia, puesto que se va acumulando investigación que demuestra todo lo que aportan los perros a la sociedad humana.

Estudio científico

En esta línea, toca reconocer a nuestros compañeros peludos todo lo que favorecen nuestra salud, tal como ha demostrado un reciente y amplísimo estudio del campo de la antrozoología, en el que un equipo de científicos suecos de la Universidad de Uppsala utilizó registros nacionales de más de 3,4 millones de suecos de 40 a 80 años para estudiar la asociación entre tener un perro y la salud cardiovascular.

Su estudio muestra que los tutores de perros tenían un menor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular o por otras causas durante los 12 años de seguimiento.

Un total de más de 3,4 millones de personas sin ninguna enfermedad cardiovascular previa en 2001 se incluyeron en el estudio de los investigadores que vinculó siete fuentes de datos nacionales diferentes, incluidos dos registros de convivencia con perros.

Los resultados se publicaron por primera vez en la prestigiosa revista científica Scientific Reports. El objetivo era determinar si los tutores de perros tenían un riesgo diferente de enfermedad cardiovascular y muerte que los que no eran tutores de perros.

Un hallazgo muy interesante del estudio fue que convivir con un perro era especialmente importante como factor de protección en las personas que viven solas, que es un grupo que, según se informó anteriormente, tiene un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y muerte que los que viven en un hogar con varias personas.

Quizás esto guarde relación con que un perro sea considerado un miembro importante de la familia en los hogares de personas que supuestamente viven solas (que no viven con otro humano), pero que realmente viven acompañadas por un ser querido de otra especie.

Resultados

Los resultados mostraron que los “solteros” (sin compartir hogar con otra persona) tutores de perros tuvieron una reducción del 33% en el riesgo de muerte y una reducción del 11% en el riesgo de enfermedad cardiovascular durante el seguimiento en comparación con las personas que realmente viven solas y que no son tutores de perros.

Y este estudio y sus resultados se reconocen como sumamente rigurosos debido a las condiciones del país en el que se ha realizado, que han permitido un seguimiento exhaustivo de la población y de su convivencia con perros y estado de salud. Así, en Suecia, cada persona lleva un número de identidad personal único. Cada visita a un hospital se registra en bases de datos nacionales, accesibles para los investigadores después de la identificación de los datos. Incluso el registro de convivencia con un perro ha sido obligatorio en Suecia desde 2001.

Así, estos científicos pudieron estudiar con exactitud si el hecho de estar registrado como tutor de un perro estaba asociado con un diagnóstico posterior de enfermedad cardiovascular o muerte por cualquier causa.

Eso sí, este tipo de estudios epidemiológicos buscan asociaciones en grandes poblaciones, pero no brindan respuestas (causalidades) sobre si los perros podrían protegernos de las enfermedades cardiovasculares y de qué manera. Sabemos que los tutores de perros en general tienen un nivel más alto de actividad física, lo que podría ser una explicación de los resultados observados.

Otras explicaciones incluyen un mayor bienestar y contactos sociales o efectos del perro en el microbioma bacteriano del tutor, indica Tove Fall, autor principal del estudio y profesor asociado de epidemiología en el Departamento de Ciencias Médicas y el Laboratorio de Ciencias para la Vida, Universidad de Uppsala.

Además, también podría haber diferencias entre los tutores y los no tutores de perros antes de incorporar un perro en su vida, lo que podría haber influido en nuestros resultados. Así, quizá las personas que eligen tener un perro tienden a ser más activas y de mejor salud. Gracias a la encuesta basada en la población, estos resultados son generalizables a la población sueca, y probablemente también a otras poblaciones europeas con una cultura similar con respecto a la convivencia con perros.

Este estudio y otros del ámbito de la antrozoología que han ofrecido resultados similares están aportando fuerza a la Revolución Multiespecie, para que se tome consciencia de la necesidad de gestionar nuestra sociedad como multiespecie, y dar facilidades y reconocimiento a las familias multiespecie, puesto que se establece que hay diferencias de salud entre familias multiespecie y las que no lo son.

Y este estudio también ayuda a cambiar constructos sociales, haciendo reflexionar sobre dejar de considerar a una persona que vive únicamente con su perro como una persona “sola”, sino como una persona que vive en familia multiespecie, con todos los beneficios que eso implica.

Así que: ¡Viva la Revolución Multiespecie! Y gracias a la ciencia de la antrozoología.