lunes, 7 de agosto de 2017

Por qué todos los niños dicen mentiras?

Los más pequeños inventan historias fantásticas e irreales, que van desapareciendo a medida que crecen. La psicológica Gloria Isaza explica qué pueden hacer los padres para entenderlos y evitar que se vuelva un problema. 
 
La confianza es un valor indispensable en la vida y en las relaciones de los padres con los hijos. 

La mentira en los niños aparece con el desarrollo del lenguaje, entre los 2 y los 4 años. El psicólogo e investigador de la Universidad de Toronto Kang Lee, dice que mentir es una etapa natural del desarrollo de los niños, que las mentiras aparecen con la fantasía y la imaginación y se vuelven mas sofisticadas a medida que ellos van creciendo. Afirma que la mentira en el niño es una manifestación de que se está dando el desarrollo de habilidades cognitivas que les permiten modificar la realidad que conocen, entender que las demás personas tienen ideas, sienten y piensan diferente a ellos, poder ponerse en los zapatos del otro y desarrollar la empatía. Dice que el proceso mental necesario para la mentira es el mismo que se requiere para atender, planear y auto controlarse.

Esto no significa que se deba permitir o fomentar la mentira en los niños, sino entender que es un proceso natural; que necesitan padres tranquilos y amorosos que les enseñen la importancia de decir siempre la verdad y de ser sinceros en las relaciones. Que aprendan que la honestidad es la base de la confianza en si mismos y en los demás. Dan Ariely, psicólogo de la Universidad de Duke y experto mundial en la mentira, encontró que interiorizar el valor de la honestidad lleva a la persona a ponerse límites en el momento de mentir.

Para entender las mentiras de los niños es importante saber qué los lleva a decirlas. Las principales razones son:

Expresar su fantasía. Los más pequeños inventan historias fantásticas e irreales, que van desapareciendo a medida que crecen. Es importante que los padres no se rían y fomenten la imaginación del niño aclarándole qué es imaginación y qué es realidad.
Sentirse bien y poder relacionarse con otros. Los niños mienten sobre si mismos o sobre su familia para mejorar su imagen, ser aprobados y aceptados por los demás. Los padres pueden ayudarle a entender que aceptarse y valorarse a si mismo y a su familia es suficiente para tener amigos y ser aceptado.
Proteger a otra persona. Muchas veces los niños asumen la responsabilidad de las faltas de un amigo o de los padres para protegerlos. Necesitan entender que esto no beneficia a ninguno de los dos y que cada persona debe hacerse cargo de lo que ha hecho o dicho.
Guardar su intimidad. Los niños, como los adultos, tienen el derecho de elegir con quien compartir sus sentimientos y sus vivencias. Cuando se les presiona para que las cuenten, ellos optan por la mentira, especialmente si no sienten la suficiente confianza con la persona. La clave está en promover un espacio donde el niño se sienta escuchado, comprendido, no juzgado.

Evitar problemas y sanciones. Los niños mienten a los padres para evitar ser regañados o castigados por su comportamiento o sus errores. Es importante que los papás reaccionen con tranquilidad, les ayuden a entender por qué mintieron, el impacto que su mentira tiene otras personas y le permitan vivir la consecuencia de su comportamiento. Es positivo evitar castigos severos o excesivos, pues esto tiende a estimular que el niño vuelva a mentir.
Esconder sus errores. La mentira intenta no mostrar que se han equivocado porque no quieren decepcionar a sus padres, especialmente si estos son muy exigentes. Los niños deben aprender que los errores son parte de la vida y del aprendizaje y que es importante afrontarlos.
Hacer sentir mal al otro. Frente al dolor, la injusticia, el maltrato, la frustración o el rechazo, los niños pueden inventar historias que hagan sentir mal a quien les ha hecho daño. Los padres deben ayudarle a entender que este no es el camino para solucionar las dificultades; cuando estas respuestas se permiten, aprenden que la venganza es aceptable y que es válido hacer sentir mal al otro para ellos sentirse mejor.
Conseguir algo prohibido. Los niños mienten para lograr algo que quieren y saben que sus padres van a decir que no. Deben aprender que no pueden tener o hacer todo lo que desean y que el fin no justifica el engaño. Permitir este tipo de mentira hará que el niño relacione el lograr lo prohibido como algo que le produce emoción o placer.
Justificar el incumplimiento de un compromiso. Los niños inventan razones por las cuales no pudieron cumplir lo que habían dicho que harían. Es importante enseñarles a comprometerse solo con lo que están en capacidad de hacer y que cumplir construye la confianza entre los dos.

Algunas ideas que pueden ayudar a los padres a manejar las mentiras de los niños son:
Controlar la reacción. Aun cuando no siempre resulta fácil controlarse, la primera reacción de los padres es la puerta que abre o cierra la comunicación con los niños. Mantener la calma y un tono de voz suave, aunque la falta sea grave, genera tranquilidad y confianza. Cuando los padres tienen reacciones fuertes y se descontrolan, los niños sienten miedo de compartir con ellos sus equivocaciones.
Conectarse con los niños. Es escucharlos con atención y sin interrupciones, para entender qué sintieron y qué los llevó a la mentira. Darles la oportunidad de reconocer que han creado una versión diferente a la realidad y permitirles contar la verdad. Es importante evitar los juicios y calificativos que dañan la autoestima del niño, como “eres un mentiroso”, “me has decepcionado” y preguntas como “¿por qué lo hiciste?... ¿en qué estabas pensando?”; en este momento son mas útiles comentarios como “entiendo como te sentiste… miremos que te llevó a mentir”.
Favorecer la confianza. Como dice Paul Ekman, autor del libro Por qué mienten los niños, el pilar fundamental es la sinceridad y debe haber un ambiente donde el niño se sienta libre, tranquilo y relajado, que promueva la comunicación.
Mostrar el efecto de la mentira. Es importante mostrarle que mentir es un comportamiento inadecuado pues se trata de un engaño que hace daño al otro y afecta la relación que hay entre los dos.
Permitir vivir la consecuencia en lugar de castigar. Así los niños aprenden que su comportamiento tiene una consecuencia positiva o negativa que debe asumir. Cuando sea necesario, ayudarle a encontrar la forma de reparar el daño que ha causado.
No mentir a los niños. Los padres son el modelo de los niños. Si ellos mienten o les hacen promesas falsas, les enseñan que la mentira es un camino aceptado para enfrentar los momentos difíciles. Si se ríen de las mentiras o les hacen chistes que terminan en “era mentira”, les enseñan que ésta hace parte del buen humor.

La confianza es un valor indispensable en la vida y en las relaciones de los padres con los hijos. Es la que les da la tranquilidad y seguridad en si mismos y el mundo que los rodea. Construir una familia donde, con amor, se enseñe y valore la sinceridad es darles una herramienta poderosa para enfrentar la vida, construir relaciones sólidas y superar las dificultades.

domingo, 6 de agosto de 2017

Humo del fumador afecta a las mascotas

Causarle problemas de salud a su peludo puede ser una razón más para abandonar el cigarrillo. 

Desde hace décadas se conocen los efectos adversos que trae el tabaquismo para el organismo, en los que se incluyen todo tipo de cánceres, problemas respiratorios y cardiacos entre muchas otras enfermedades que se asocian a los compuestos del cigarrillo.

Los fumadores pasivos no están exentos de sufrir estos daños al estar expuestos al humo y los residuos del producto, incluso su amigo de cuatro patas puede ser ese acompañante silencioso que termina por enfermar al compartir el humo con sus dueños.

“En el caso de los gatos, estos tienden a desarrollar muchos problemas de asma y bronquitis”, explica Luisa Fernanda López, médica del Hospital Veterinario de la Universidad de Antioquia. Además, los hábitos de higiene de los felinos que incluyen rutinas de acicalamiento mucho mayores que las de los perros, los hacen más vulnerables. “Ellos, al lamer su piel llena de partículas de cigarrillo, están ingresando aún más contaminantes a su organismo”, explica Clare Knottenbelt, profesora de medicina de pequeños animales y oncología en la Universidad de Glasgow, en entrevista con EL TIEMPO. Esta situación, a parte de los problemas respiratorios, también genera mayores probabilidades de cáncer en la zona oral, problemas digestivos y gástricos.

Un estudio adelantado por la Universidad de Massachusetts, Environmental Tobacco Smoke and Risk of Malignant Lymphoma in Pet Cats, también relaciona la exposición al humo del cigarrillo con un mayor riesgo a desarrollar linfoma o cáncer en el sistema linfático de los gatos y asegura que después de cinco años de exposición el riesgo puede triplicarse.

Olfato canino perdido

Por otro lado, los perros ven seriamente afectadas sus cavidades nasales al ser fumadores pasivos. Estudios como Cancer of the Nasal Cavity and Paranasal Sinuses and Exposure to Environmental Tobacco Smoke in Pet Dogs, liderado por el investigador John Reif de la Universidad de Colorado, señalan las obstrucciones en la cavidad nasal, el cáncer en esta zona y en el pulmón, como algunas de las afectaciones más frecuentes.

Y en este sentido, perros con el hocico largo pueden llegar a desarrollar carcinógenos que afectan a su nariz y se acumulan en esta zona, mientras que los de hocico corto y mediano tienen más probabilidades de que las partículas lleguen a sus pulmones. “Estas obstrucciones en los senos paranasales no solo generan problemas respiratorios sino que afectan su sentido del olfato, una herramienta básica de los canes para descubrir el mundo y relacionarse con otros animales”, advierte la veterinaria López.

Aunque no se han estudiado aún, pájaros, hámsteres y toda clase de mascotas también enferman al ser fumadores pasivos. “Lo importante es que la exposición al humo o residuos del cigarrillos siempre van tener efectos nocivos para la salud de las mascotas porque pone su sistema inmunológico a la defensiva todo el tiempo”, concluye López.

Ni siquiera de lejos

En muchos casos se piensa que fumar afuera es la solución para evitar exponer a las mascotas al cigarrillo, pero esto aunque reduce el riesgo no lo evita por completo. “La persona queda con partículas del tabaco en sus manos, piel y ropa, y cuando entra en contacto con su mascota también lo está contaminando”, asegura la profesora Clare Knottenbelt. Lavarse las manos antes de acariciar a la mascota es una opción, otra que puede ser mucho más eficaz es dejar de fumar.

Además, no hay un tiempo estimado de exposición que determine que el animal tendrá problemas de salud. “En los estudios vimos mascotas de menos de un año de vida que ya tenían enfermedades graves por este tema”, asegura.

sábado, 5 de agosto de 2017

Cómo la tecnología cambió la educación?

Como estudiante debes adaptarte a nuevas herramientas, mientras los profesores deben preocuparse por crear nuevas formas de enseñar. 

La manera de aprender y de enseñar dejó de ser lo que era gracias a la tecnología. Una cantidad inconmensurable de información se encuentra ahora en la nube y es muy importante que el profesor acompañe a sus estudiantes en la tarea de seleccionar, analizar y aprender tanto presencial como virtualmente.

Esta tensión del paso del papel a la pantalla invita a cambiar la mirada a una tecnología educativa que permita una aprendizaje muchísimo más eficaz y sensible a la diversidad de nuevos estudiantes.

Para Valerie Elisabeth Gauthier, directora del Departamento de Matemáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación de la Universidad del Rosario, la era digital ha demostrado que un profesor que está en China le puede dar una clase a un estudiante en el Amazonas en tiempo real. Evidentemente para que se logre el aprendizaje las estrategias deben ser muy eficientes y acompañadas de un material didáctico.

“El hecho de que la tecnología anula las distancias geográficas y facilita, per se, el trabajo colaborativo. Ahora es posible trabajar en simultáneo con colegas en todos los continentes”, asegura.

Sin embargo, Gauthier dice que mal gestionada la tecnología podría terminar siendo un culto a la inmediatez. Dada la facilidad de acceder a la información, los procesos de análisis muchas veces se anulan y se aceptan respuestas con un centímetro de profundidad.

La tecnología es para aprender y enseñar

En cualquier tipo de aprendizaje actual, las Tecnologías de la Información y la Comunicación juegan un rol primordial para mejorar en todos los aspectos, bien sea para aprender o para enseñar. Así lo cree Gloria Herrera, directora de la División de Educación Virtual y a Distancia de la Universidad El Bosque.

Herrera afirma que las tecnologías en la educación brindan a ambas partes herramientas para que puedan existir varios puntos de vista sobre un tema, debate, juego y demás ayudas.

“La tecnología no tiene elementos negativos, ya que facilita una gran cantidad de información con diversidad de formatos. También facilita la educación en zonas donde antes no era posible acceder al aprendizaje. Lo que sí hay que tener en cuenta para mejorar es la brecha que existe en los docentes en sus competencias digitales para el uso adecuado de las mismas”, agrega.

¿Replantear el modelo actual?

En el último tiempo se ha abierto un debate en torno a cómo será el desarrollo de la educación en el mundo. La “invasión” digital logró modificar los lugares y las maneras en que se aprende, ¿se necesitan cambios en el modelo actual?, ¿es la cátedra un modelo igual de efectivo que antes?

Las académicas creen que es necesario un cambio. Según ellas, aprovechar las herramientas web bajo la guía y la supervisión de un maestro, es el camino más próximo en las aulas colombianas.

Para Herrera es necesario replantear el modelo pedagógico al que estamos acostumbrados, que es de manera presencial: “Un nuevo modelo da facilidad a los docentes en los procesos de enseñanza y crea otros escenarios para los estudiantes en su aprendizaje. Así que continuar con el modelo tradicional implica perder y desaprovechar las oportunidades que nos ofrece la tecnología”.

Gauthier también está de acuerdo con un modelo de educación que no considere a los estudiantes como “vasos para llenar” de conocimiento, sino que se puedan valer de las motivaciones vocacionales de los jóvenes y potenciarlas.

“Actualmente nos enfrentamos a una población de estudiantes bastante particular, la de nativos digitales, quienes llegan al colegio o a la universidad con una cantidad de información a la mano y están hambrientos de articular esos contenidos y de movilizarlos”, asevera.

En la actualidad hay muchos tipos de estrategias de enseñanza y aprendizaje que se acomodan a estos nuevos contextos.

Al tiempo que los estudiantes viven estos cambios, los maestros tienen la obligación de exige replantear sus prácticas y apostarle a otras maneras de acercarse a los estudiantes (b-learning, e-learning, etc.) en las que el estudiante es actor principal y protagónico de su propio aprendizaje.

viernes, 4 de agosto de 2017

Millennials no se quieren desconectar ni durante las vacaciones

Según un estudio, esta generación escoge sus lugares de descanso según los paisajes y la posibilidad de fotografiarlos. 


Para LG Colombia, los modelos de alta gama, son los predilectos por esta generación para que puedan disfrutar de sus vacaciones.

Según una encuesta realizada por la compañía Schofields en Sydney, Australia, los jóvenes entre 18 y 33 años, conocidos como ‘millennials’, escogen un lugar para viajar de acuerdo a la atracción de sus paisajes y la posibilidad de fotografiarlos. 

Este hallazgo confirma el interés de esta generación en compartir sus experiencias y la necesidad de generar lazos y dar a conocer sus gustos interactuando con más personas en la red. 

Junto con esto, las búsquedas se centran en conocer lugares exóticos y paradisíacos con el fin de compartir sus experiencias en redes sociales. 

Adicionalmente, la necesidad de planear un viaje y elegir el destino ideal para las vacaciones lleva a que los millennials tengan una preferencia por el uso de internet y los Smartphone para encontrar practicidad, agilidad y seguridad a la hora de tomar una decisión en medio de una travesía.

Según la organización de jóvenes viajeros WYSE Travel Confederation, el 77 por ciento de los turistas ‘millennials’ tiene un smartphone, lo que demuestra que las necesidades de esta generación se han condicionado a un estilo de vida siempre activo, con teléfonos inteligentes que permita convertir a sus viajes en la mejor experiencia y los mantengan interconectados. 

Lo cual ha llevado a que las tecnológicas creen sistemas que se adecuen y respondan a los hábitos de consumo de esta generación. 

Para LG Colombia, los modelos de alta gama, con pantallas de grandes formatos, que no aumenten el tamaño del dispositivo y que además integren cámaras frontales con lentes de mayor rango de imagen, son los predilectos para que los millennials puedan disfrutar de sus vacaciones. 

“Al viajar la cámara es una función primordial. Tener la capacidad para hacer transiciones de la imagen al pasar del lente angular al estándar maximiza la experiencia porque permite capturar fotografías más naturales”, afirmó William Sánchez, Gerente de Ventas Mobile LG Electronics Colombia.

Los ‘millennials’, además de optar por dispositivos con un buen diseño y tecnología de punta que los acompañe en sus travesías, buscan comodidad y para ello están en búsqueda de mod
elos ergonómicos y que garanticen una mayor experiencia al navegar y publicar sus fotografías en redes.

jueves, 3 de agosto de 2017

Los centennials, la generación que no conoció un mundo sin internet

Nacieron después de 1997 y crecieron en medio de la crisis económica mundial. Menos idealistas y más tradicionales que sus antecesores, los millenials, también tienen desconcertados a millones de adultos. 

¿Cómo son los millennials y por qué se creen mejores que sus jefes?

Un gran número de personas piensan que “todo tiempo pasado fue mejor”. Por eso, muchos no tienen mayores expectativas con los centennials, la generación que viene después de los milennials.

Los centennials son personas nacidas a partir de 1997. Son los jóvenes que están estudiando y que pronto entrarán al mercado laboral. A diferencia de los millennials, esta generación no es tan idealista. Debido a la crisis económica de las últimas dos décadas ellos buscan estabilidad y quieren volver a estructuras tradicionales pero con nuevos componentes.

Esta población es menor que los millenials debido a la reducción en la tasa de natalidad. En países europeos muchos no tienen hijos y otros máximo uno. En Colombia según cifra del DANE en 1990 las parejas tenían tres hijos aproximadamente. Una década más tarde este número se redujo a dos hijos y la tendencia ahora es no tener más de un hijo.

Por eso los centennials son en su mayoría hijos únicos, pero eso no los hace individualistas ni personas solitarias. Gracias a las redes sociales y a las plataformas digitales tienen espacios que les permiten estar en comunicación con otros, pero para ellos también es muy importante la comunicación cara a cara y convivir en comunidad. De hecho muchos, en contraste con la generación anterior, desean casarse, tener hijos y mantener relaciones duraderas.

En cuanto a su visión de la sociedad esta generación ha crecido en un fuerte momento de lucha por derechos basados en la igualdad. Han tenido la oportunidad de ver, desde diferentes espacios virtuales y materiales, la lucha por causas como el matrimonio igualitario, la adopción de parejas del mismo sexo, defensa del buen trato a los animales y al ambiente, el aborto, la eutanasia y el consumo responsable. 

Mauricio Rincón, doctor en humanidades, le dijo a Semana que “Los centennials no se explican el racismo porque crecieron viendo a personajes como Barack Obama gobernando una potencia mundial. No conciben la discriminación a personas por sus preferencias sexuales o por su género. A la vez están en contra de expresiones culturales como las corridas de toros y son conscientes de la responsabilidad de cuidar el ambiente”. 

Las redes sociales hacen parte de su vida, pero las usan de forma distinta: están en Facebook, pero no es este su lugar de mayor actividad. “Es que en Facebook se encuentran con sus tíos, sus padres y sus abuelos. Entonces se sienten cohibidos y prefieren estar en otras redes”, agrega Rincón.

Esas otras redes son Snapchat e Instagram. Allí suelen subir una gran cantidad de contenido que es una especie de diario o curaduría sobre los momentos de su vida, que pueden tener importancia o no, pero que les ayude a mantener su status y a estar activos.

Ellos saben muy bien la importancia de ser influenciadores en YouTube y otras redes sociales. Es otra forma de existir. Por esta razón, por ejemplo, cuando la marca H&M llegó al país no necesitó de la televisión o los medios tradicionales como las revistas o la radio, para alcanzar a su público. Pagaban publicidad a los influenciadores y a las redes sociales. Un estudio realizado por la compañía Piper Jaffray’s sobre esta generación encontró que los centennials no solo compran de forma digital, para ellos tambiién es importante el local para comparar y estar seguros de lo que están comprando. 

Esta generación es realmente nativa digital. Nacieron con internet y se criaron con diferentes dispositivos móviles. Paradójicamente, como siempre tuvieron la tecnología a la mano, no están tan interesados en poseer objetos materiales. A diferencia de los millennials no sienten afán por comprar un dispositivo nuevo si no tienen la necesidad. Suelen ser menos impulsivos y quieren estar más seguros de sus compras. No todo tiene que ser inmediato, ellos quieren tomarse su tiempo. 

Si se trata de viajes no son como los millennials que desean viajar solos. Ellos quieren pasear acompañados y desean compartir los bienes y servicios que utilizan. Son personas que pueden compartir el carro con el vecino para evitar la contaminación y ahorrar dinero, por ejemplo.

El trabajo es una de las mayores diferencias entre los millennials y los centennials. Los segundos sí quieren un trabajo estable duradero, que les garantice su futuro económico. Lo que sí tienen en común estas dos poblaciones es que desean que sus trabajos sean parte de sus hobbies.

Para Rincón esta generación representa nuevos retos para la educación. “Es necesario reflexionar y promover nuevas formas de enseñar para aprovechar cada canal por el que esta generación puede aprender. Además es necesario crear nuevos escenarios de emprendimiento y replantear las propuestas políticas para seducir a una población más igualitaria”, dice.

Es importante decir que lo que se afirma sobre esta generación está basado en estudios que realizan empresas de mercadeo y publicidad. Por lo tanto no se puede afirmar que todos los jovenes que tienen ese rango de edad cumplan con la definición de los centennials. Tan solo en Colombia el 40 % de la población no tiene acceso a internet y menos a dispositivos moviles. Sin embargo, estas encuestras a los nuevos consumidores sí dibujan un paronama de lo que se avecina.

miércoles, 2 de agosto de 2017

‘Millennials’ y ‘centennials’: conozca las diferencias

Ante los ojos de los dirigentes y tomadores de decisiones estas dos generaciones parecen similares, sin embargo, un estudio revela sus disparidades.

Cinco pantallas son las que consultan los ‘centennials’: TV, celular, tableta, consola y PC.

Son los llamados nativos digitales que crecieron con el surgimiento de internet y los computadores hasta la consolidación de la era multipantalla. Sin embargo, entre los millennials, nacidos entre 1981 y 1994, y los centennials, nacidos entre 1995 y 2020, hay una transformación tanto en consumo como en actitudes para enfrentar problemas y desafíos. 

Un estudio del Observatorio de Sociedad, Gobierno y Tecnologías de Información de la Universidad Externado de Colombia, que aterrizó tendencias mundiales al contexto local, tuvo como uno de sus principales hallazgos que los millennials son “seres egocéntricos, narcisistas y materialistas. Como lo sostienen varios sociólogos, los millennials son una generación que fue criada con una autoestima muy elevada pues se les dijo que podían con todo y que podían hacerlo todo. Su crianza es en gran parte la catalizadora de su manera de pensar, trabajar, negociar y crear”. 

Dentro de sus fortalezas, la investigación destaca que son emprendedores, optimistas, multitareas, ambiciosos, entre otros aspectos. Asimismo, el dispositivo que marcó su generación fue el computador. 

“Los centennials, por el contrario, son más pragmáticos. Su preocupación no es tanto su interés personal y profesional, sino la capacidad que tiene la sociedad para satisfacer los intereses de todos. Para ellos, el colaboratismo y la solidaridad son sus grandes aliados. Por ello, son los mayores impulsores de conceptos como coworking, crowdfunding y gig economy. A diferencia de sus hermanos mayores, los millennials, estos individuos están más motivados por interactuar y trabajar con otras personas que por sacar adelante sus proyectos de manera individual. Prefieren esto si además se da con individuos con una diversidad social, cultural y racial que enriquezca el intercambio de ideas”. 

Adicionalmente, los de esta promoción son más dados a ser consumidores multipantalla, ya que los dispositivos que los marcaron fueron los teléfonos inteligentes y las tabletas. 
Sobre estas divergencias, Marco Peres, director del Observatorio de Sociedad, Gobierno y Tecnologías de Información de la Universidad Externado, explicó que “nosotros investigamos las ciudades inteligentes en tres ejes: cambios generacionales, climáticos y tecnológicos. En ese orden de ideas, el cambio generacional es muy importante porque van a hacer estos individuos los que tomen las decisiones respecto a medioambiente, crecimiento poblacional, y en general, sobre políticas públicas”. 

Unas de las tendencias que más llamó la atención de Peres fue el hecho de que “los millennials están viviendo una transición en economía, política y medio ambiente. Sin embargo, pareciera que los problemas en estos ámbitos no tienen que ver con ellos. Hay una falta de liderazgo en estos desafíos. Mientras que los centennials van a llegar habituados a estas dificultades”. 

Asimismo, el investigador criticó que en Colombia solo se hicieran estudios sobre estas generaciones para fines de mercadeo, mientras que en Europa hay informes realizados con otras temáticas como corrupción, política, cuidado medioambiental, entre otros. 

Por último, Peres alertó que las ciudades deben pensar cómo cautivar estos jóvenes con aplicaciones, para que estos contribuyan a solucionar problemas de las grandes urbes. 
“En Boston hay políticas de movilidad dirigidas a los millennials; en Washington pasa lo mismo y en San Francisco, hay en términos de emprendimiento. Pero aquí en Colombia no conozco la primera política dirigida a esta población”, puntualizó.

Precisamente, la investigación concluye que “ojalá teniendo en cuenta este fenómeno social y cultural logremos reducir las tasas de abstencionismo, de desempleo, de cerebros fugados y otras más, que nos hacen creer que los jóvenes han perdido la esperanza en las instituciones”.

HECHOS QUE MARCARON A LAS GENERACIONES ANTERIORES

La Gran Depresión, la Guerra Fría y la caída del muro de Berlín fueron los tres grandes momentos que definieron a la Generación Silenciosa (1928 - 1945), a los Baby-Boomers (1946 - 1964) y a la Generación X (1965 - 1980), respectivamente. El estudio del Observatorio de Sociedad, Gobierno y Tecnologías de Información de la Universidad del Externado asegura que esas tres generaciones mantuvieron cierta homogeneidad respecto a la política, al status profesional anhelado, a los sucesos históricos que marcaron sus épocas, al verbo de acción que los caracteriza y a su tipología digital. 

“Durante 1928 y 1980, el mundo fue víctima de guerras, cambios democráticos, reivindicación de derechos civiles y movimientos sociales. Y aunque hoy por hoy pareciera inverosímil, todo esto sucedió y se desarrolló sin un milímetro de revolución digital”, manifestó el informe. 

Mientras la esperanza de vida para la Generación Silenciosa era de 45 años, para las dos siguientes aumentó a 65 años y 76 años. El porcentaje de bachilleres varió en 50 años de 24% a 50%. Y uno de los temas más polémicos, como lo es la política, se caracterizó por la estabilidad y el bipartidismo, para las tres promociones. 

Uno de los hallazgos clave del informe de la Universidad Externado es que “mientras a las pasadas generaciones les tocó someterse a los patrones claros que dejó la Revolución Industrial sobre cómo trabajar, gastar e incluso soñar; a estos jóvenes ciudadanos les tocó la revolución de la información. Una revolución que no los sometió sino que, por el contrario, los empoderó”. 

Por otro lado, los dispositivos parecen ser también una marca característica de cada promoción, por el uso e impacto que tuvieron. Es por esto que tomaron relevancia productos como el radio, el televisor y el walkman, los cuales cambiaron para siempre las tendencias de las viejas generaciones. 

Respecto a la tipología digital y el desarrolló llama la atención que en comparación con los millennials y los centennials, solamente la Generación X alcanza a ser inmigrante digital, mientras que la Generación Silenciosa y los Baby-Boomers son completamente análogos. 

En términos de internet las diferencias son notables por lo que la Generación X gozó de un desarrollo de 10 páginas web, versus las 17 millones de los millennials y las 672 millones de los centennials. Por último, el estatus profesional anhelado pasó de empleado, empleador, emprendedor a freelancer, en estas cinco generaciones que marcaron el siglo XX y principios del XXI.

martes, 1 de agosto de 2017

Ahora las universidades también enseñan a fracasar

Algunas de las instituciones educativas más reconocidas del mundo ofrecen talleres y proyectos pensados para una generación más frágil y estresada, que no sabe cómo enfrentarse con el fracaso. 
 
Cualquiera diría que a perder se aprende solo, que es de esas cosas que la vida se encarga de enseñar. Pero por algo será que hoy en día las universidades están enseñando a sus estudiantes cómo fracasar sin que pierdan la cabeza.

Y es que el grado de estrés entre los jóvenes universitarios, las presiones académicas, las nuevas vivencias emocionales y la incapacidad para manejarlas han vuelto necesario que muchas instituciones de educación superior en Estados Unidos creen talleres, programas y proyectos para enseñarles una lección de vida fundamental a sus estudiantes: cómo fracasar.

En Harvard, por ejemplo, con los egresados más exitosos (económicamente) del mundo, invitan regularmente algunos exalumnos para que hablen de sus mayores fracasos. Esta iniciativa, llamada Success-Failure Project, además de recopilar testimonios sobre los logros y fracasos, recoge análisis sobre el paradigma del éxito y los grandes rechazos profesionales de profesores y directivos

En Princeton se inventaron el Perspective Project para que los propios estudiantes compartan, por medio del formato video, sus mayores fracasos (y qué aprendieron de ellos) en su vida universitaria. Algo similar a lo que hace el Resilience Project de Stanford y la Universidad de Pensilvania con el Proyecto Penn Faces.

El Davidson College de Carolina del Norte incluso ofrece un “Fondo para el Fracaso” con el que alienta a los estudiantes a desarrollar una idea innovadora y a fracasar en el intento, sí tienen que hacerlo. No hay ninguna presión porque el proyecto sea viable o exitoso. De hecho, les dan entre 150 y 1000 dólares (lo que equivale a entre 465.000 y 3’095.000 pesos colombianos) para hacerlo. “Thomas Edison fracasó cientos de veces antes de crear la bombilla. Queremos que ese seas tú”, reza la descripción del proyecto.

“En nuestro campus, todo se puede sentir muy competitivo. Creo que nos dejamos llevar por la idea de mostrar una imagen de perfección. Pero ver que se habla abiertamente de estos fracasos, para mí, hace que sientas que está bien, que todo el mundo tiene problemas”, explicó Carrie Lee Lancaster, estudiante de primer semestre en el Smith College al New York Times. 

En esta universidad femenina privada crearon el programa Fracasando Bien, que también prendente desestigmatizar el fracaso. Las estudiantes pueden asistir a charlas sobre cómo lidiar con estas experiencias aparentemente negativas y sacarles provecho.

Fracasando Bien incluye talleres como “Por qué muchos exitosos piensan que son un fraude”, “Liderazgo para rebeldes” o “Fiesta del té sobre el perfeccionismo y la cultura del estrés”.

Estos programas surgen de la idea de que los jóvenes estudiantes están entrando a la universidad sin las habilidades necesarias para lidiar con sus dificultades. Además, las instituciones educativas se han apoyado en la teoría, cada vez más popular, de “fracasar hacia arriba”, según la cual los fracasos son un paso más en el camino al éxito. 

Los casos sobre fracasos impregnan la cultura popular. Steve Jobs fue expulsado de su propia empresa, J. K. Rowling fue rechazada en varias editoriales antes de publicar Harry Potter, a Elvis Presley le dijeron que no podía cantar, a Harrison Ford que nunca triunfaría en el ‘showbiz’ y Albert Einstein tuvo que trabajar en una empresa de patentes porque nadie lo quería como profesor. 

“Los fracasos, los contratiempos y las dificultades son parte normal de la experiencia universitaria y de una vida exitosa [...] Alentamos a los estudiantes a que reconozcan el potencial que existe en los fracasos”, recoge la página web del Princeton Perspective Project.

Jóvenes hiper estresados

En su libro ‘El regalo del fracaso’, la escritora y educadora Jessica Lahey explica que las nuevas generaciones de padres sobreprotegen y privan a sus hijos de la experiencia del fracaso. Entonces, estos colapsan cuando se enfrentan a los “diferentes causantes de estrés propios de la pubertad, las expectativas académicas exacerbadas y la creciente carga de trabajo” típicos de la universidad. 

“El fracaso -desde pequeños errores a sonoros fallos de juicio- es un aspecto necesario y fundamental del desarrollo de nuestros hijos [...] Sin embargo, cada decepción, cada rechazó, cara corrección y cada crítica son pequeños fracasos, oportunidades disfrazadas, valiosos regalos identificados erróneamente como una tragedia. Lamentablemente, cuando evitamos o desestimamos el valor de estas oportunidades con el fin de preservar la sensación de despreocupación y felicidad a corto plazo de nuestros hijos les estamos privando de experiencias que es necesario que vivan para poder llegar a ser adultos capaces y competentes”, opina Lahey.

Estos jóvenes “privados del fracaso”, como los llama la autora,, tienden a ser más depresivos y necesitar más ayuda psicológica. Según varios estudios publicados por la American College Health Association, en los últimos siete años ha habido un incremento continuo en los niveles de ansiedad entre universitarios y la de demanda de servicios de consejería estudiantil.

Por esta razón, las instituciones educativas se han volcado a estos talleres que pretender reducir los niveles de estrés y desestigmatizar el fracaso.

“Por mucho tiempo asumimos que estas eran cosas que se aprendían automáticamente en la niñez”, le dijo Donna Lisker, rectora del Smith College al New York Times. “La idea de que un joven de 18 años no sepa perder suena absurdo. Pero creo que en muchos sentidos hemos arrancado a los niños de vivir esas experiencias de forma natural”, concluyo.