miércoles, 9 de junio de 2021

La misión de la Nasa que explorará los 'fósiles del Sistema Solar'

Luego del éxito de Perseverance, llega Lucy, que viajará a los asteroides troyanos de Júpiter.


Ilustración artística de Lucy estudiando uno de los asteroides troyanos.

Aún no termina la exaltación mundial por el éxito de la misión Perseverance, con la que la Nasa ya explora Marte en búsqueda de señales de vida presente o pasada, y la agencia espacial estadounidense ya tiene los ojos puestos en su siguiente gran proyecto de exploración planetaria.

Se trata de Lucy, una nave no tripulada que viajará por el espacio hasta los asteroides troyanos, un enjambre de pequeños cuerpos rocosos localizados sobre la misma órbita de Júpiter, el planeta más grande del sistema solar, con el objetivo de entender mejor la evolución de nuestro vecindario cósmico.

Los asteroides troyanos se encuentran más allá del denominado Cinturón Principal de asteroides y, según la Nasa, son ‘cápsulas del tiempo’ que guardan pistas sobre el nacimiento del sistema solar, hace más de 4.000 millones de años.

Estos astros se dividen en dos grupos, L5 y L4 –los que viajan detrás y delante de Júpiter, respectivamente–, y su nombre hace referencia a la gran guerra que enfrentó a la ciudad de Troya con Grecia en la antigüedad. Así, han sido bautizados con nombres de participantes de ese conflicto. Por ejemplo, el primer troyano descubierto en 1906 por el astrónomo alemán Max Wolff fue llamado Aquiles. También hay otros que hacen referencia a héroes de la épica historia, como Héctor, Agamenón, Diomedes y Patroclo, entre otros.

Se cree que los troyanos son los restos del material primordial que formó los planetas exteriores, algo así como los fósiles de la formación planetaria, de ahí el nombre de la misión, que hace honor a uno de los fósiles más famosos del mundo: el de una Australopithecus afarensis que vivió hace 3.500 millones de años y que fue encontrada en 1974 en Etiopía.

Este fósil proporcionó una visión única de la evolución de la humanidad, lo mismo que la Nasa planea lograr a nivel planetario con su misión espacial, que, dicen, revolucionará nuestro conocimiento.

“Estamos entrando en una nueva era de la exploración, y Lucy nos permitirá, por primera vez, adentrarnos en una región desconocida del espacio para tratar de entender los orígenes de nuestro sistema solar. Se piensa que los asteroides troyanos son vestigios de la formación de nuestro barrio cósmico, pero no comprendemos la secuencia en la que sucedieron estos pasos, o si los troyanos son vestigios de la formación de los planetas gigantes como Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno”, le dijo a este diario Adriana Ocampo, geóloga planetaria de la Nasa.

Según Ocampo, otro de los enigmas que intentará resolver esta misión es por qué estos asteroides, que miden desde unos pocos metros hasta varios kilómetros, y cuya cuenta va en más de 7.000, tanto en L4 como L5, quedaron atrapados en esta órbita sincronizada alrededor del Sol cerca de Júpiter y no escaparon con trayectorias más erráticas por el espacio.

Asimismo, el equipo de desarrollo de Lucy, conformado por científicos de universidades y centros de investigación como el Goddard de la Nasa en Maryland, intentará descifrar si los troyanos jugaron algún papel en la aparición de la vida en el planeta Tierra.

“Queremos entender si son ricos en elementos orgánicos o moléculas que contienen agua. También es posible que hayan traído esas moléculas a nuestro planeta”, indica Ocampo.

La ventana de lanzamiento de la misión estará abierta desde el 16 de octubre hasta el 5 de noviembre. La sonda irá abordo de un cohete de la compañía United Launch Alliance. Con el impulso de la gravedad de la Tierra, completará un viaje de 12 años a ocho asteroides diferentes: un asteroide del cinturón principal y siete troyanos, cuatro de los cuales conforman sistemas binarios.

El complejo camino de Lucy la llevará a ambos grupos de troyanos y brindará una primera vista de cerca de los tres tipos principales de cuerpos en los enjambres, llamados tipos C, P y D.

Los troyanos de tipo P y D son de color rojo oscuro y se parecen a los que se encuentran en el denominado cinturón de Kuiper, integrado por cuerpos helados más allá de la órbita de Neptuno. Los tipos C están principalmente en las partes externas del cinturón principal de asteroides, entre Marte y Júpiter.

Se cree que todos los troyanos son abundantes en compuestos de carbono oscuro y que, debajo de una capa aislante de polvo, probablemente sean ricos en agua y otras sustancias volátiles.

"Ninguna otra misión espacial en la historia se ha lanzado a tantos destinos diferentes en órbitas independientes alrededor de nuestro sol. Lucy nos mostrará, por primera vez, la diversidad de los cuerpos primordiales que construyeron los planetas. Los descubrimientos de Lucy abrirán nuevas perspectivas sobre los orígenes de nuestra Tierra y sobre nosotros mismos", aseguró la Nasa.