lunes, 29 de junio de 2020

La cuarentena está generando estrés en los mininos

Acostumbrados a estar solos y tranquilos, han visto modificadas sus rutinas. Eso les genera estrés.



"Los gatos tienen excelente memoria y recuerdan situaciones y estímulos; además, son muy susceptibles de sufrir cambios que para nosotros podrían pasar inadvertidos" Gabriel García 

Algunas personas relacionan los mininos con comportamientos individualistas e indiferentes del entorno que los rodea; sin embargo, generalizar esta creencia ha hecho que se generen en ellos muchos problemas de estrés innecesarios como resultado del desconocimiento del comportamiento y hábitos de los felinos.

Además, esto también propició una mala fama que tienen como mascotas, impidiendo su adopción, y les otorgó características de animales complicados y delicados en exceso.

La cuarentena ha hecho que pasemos más tiempo en casa, y nuestros gatos, a los que antes veíamos con menos frecuencia y que estaban acostumbrados a estar solos y tranquilos, han visto modificaciones en sus rutinas, sus espacios, sus hábitos, etc.

Ello genera situaciones de estrés, y los gatos pueden manifestar problemas comportamentales e, incluso, enfermedades delicadas que requieren tratamiento de emergencia. Por todo lo anterior es importante conocer por qué se da el estrés en gatos y, sobre todo, cómo evitarlo y tratarlo.

Antes de conocer las causas, conviene primero entender su comportamiento. Mucha información se puede encontrar en su árbol genealógico. Los gatos domésticos (Felis catus) pertenecen a la familia Felidae, siendo los guepardos, leopardos, pumas, leones, entre otros, sus familiares lejanos.

Estos parientes silvestres no viven en grupos sociales numerosos, con excepción de los leones, y compiten entre sí por territorio, recursos, reproducción, etc. Sin embargo, con la domesticación, muchos de estos comportamientos se han atenuado, y en la actualidad los mininos se adaptan con cierta facilidad al entorno sin mayores contratiempos.

Un punto importante para entenderlos es que, al igual que sucede con los humanos, cada uno tiene su propia personalidad y reacciona de manera diferente a estímulos externos: existen gatos sociales, nerviosos, fuertes, activos, tranquilos, etc., y niveles de tolerancia distintos.¿Qué es el estrés?

Es una reacción orgánica sistémica desencadenada como respuesta a estímulos que sobrepasan los niveles aceptados por un organismo cualquiera y dan lugar a diferentes manifestaciones comportamentales, actitudinales e, incluso, físicas.

Cuando el estrés es crónico, es decir, se presenta por tiempos prolongados, puede afectar de manera negativa el bienestar físico y emocional del gato (o de cualquier animal), y aparecen problemas de conducta e incluso se favorece el desarrollo de enfermedades.

Desde el punto de vista fisiológico, lo que sucede es que, ante un estímulo negativo de cualquier tipo, el cuerpo libera sustancias (neurotransmisores y hormonas) que viajan por el cuerpo, activando el sistema nervioso y otros órganos para que entren en estado de alerta. La reacción puede ser agresividad, huida o entrar frecuente en un estado de congelamiento.Signos de estrés en gatos 

La liberación de cortisol, conocida como la hormona del estrés, genera diferentes efectos en los animales. En especial, los felinos pueden presentar:

–Manifestaciones etológicas como exceso de maullidos o de acicalamiento (grooming) desencadenando problemas de piel y alopecia, agresividad, marcaje con orina o rasguños, miedo, aislamiento o depresión.

–Manifestaciones físicas como: dilatación de las pupilas, pelo erizado, aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria (que puede llegar a un paro cardiorrespiratorio).

–Anorexia, que en el caso de los gatos puede traer problemas hepáticos graves.

–Alteraciones del funcionamiento del sistema inmunológico, que hacen al animal más susceptible de padecer enfermedades de diversa índole.

Causa de estrés 

Los gatos tienen excelente memoria y recuerdan situaciones y estímulos; además, son muy susceptibles de sufrir cambios que para nosotros podrían pasar inadvertidos o a los que no les prestamos tanta importancia.

Por consiguiente, para identificar el origen es indispensable acudir a donde un médico veterinario especialista en comportamiento felino que nos ayudará con el diagnóstico. Tratamientos erróneos, mala identificación de la causa y dejar que el problema evolucione sin tratamiento solo conducirán a agravar los síntomas.

Algunas causas: 

- Introducción de nuevos animales o personas a la familia.
- Viajes o cambios de hogar.
- Cambio de muebles.
- Visitas al médico veterinario.
- Ruidos u olores fuertes y constantes.
- Hacinamiento o aislamiento.
- Competencia por recursos: alimento, agua, areneras, o por reproducción.
- Cambios bruscos en las rutinas diarias o en dieta.
- Falta de actividades estimulantes o estimulación deficiente.
- Manipulación constante, forzada e inadecuada.
- Enfermedades o dolor.
- Castigos excesivos.¿Cómo tratarlo

Al igual que con el diagnóstico, el tratamiento solo debe ser diseñado por un médico veterinario especializado en comportamiento felino. Este requerirá una observación constante de los hábitos del animal y dependerá de la causa y del tiempo que haya pasado.

Puede ir desde procesos de socialización adecuados o cambios en el hogar (muebles, comederos, bebederos, cama, etc.), pasando por tratamientos complementarios no invasivos con feromonas, esencias florales, aceites esenciales u otras terapias alternativas, llegando hasta requerir tratamientos con medicamentos zoo psiquiátricos.