lunes, 2 de diciembre de 2019

Wimbledon?


El triunfo de Cabal y Farah en este grand slam es uno de los principales logros en la historia del deporte colombiano 


Sí, ganaron Wimbledon, el certamen de tenis más antiguo y prestigioso del mundo. De ese tamaño fue la hazaña de los caleños Robert Farah y Juan Sebastián Cabal.

Más allá de que sus números lo dejaban ver –los expertos sabían que tarde o temprano ellos ganarían un grand slam– era poco fácil de creer. Durante años estuvieron ahí, en la élite del tenis mundial, pero faltaba ese gran golpe de autoridad. 

En el 2018 jugaron la final del Abierto de Australia, pero perdieron ante el croata Ante Pavic y el austriaco Olivier Marach. En el 2019, en cambio, su curva de rendimiento crecía. Los colombianos venían de ajustar 34 victorias, y habían ganado además el título del Masters 1000 de Roma, en Italia; el del ATP 500 de Barcelona, en España, y el ATP 250 de Eastbourne, en el Reino Unido. A muchos de esos lugares viajan juntos y acompañados por familias: “Todas esas victorias nos dieron confianza para afrontar esto”, nos dijo Robert Farah. “A Wimbledon llegamos con todo un paquete de experiencias que pudimos sacar a relucir”. 



Finalmente, el 13 de julio, con gran tenis y enorme corazón, Farah y Cabal se impusieron en la final de dobles masculina de Wimbledon. Con ello, no solo alcanzaron el punto más alto al que ha llegado el tenis colombiano, sino que, un par de días después, se convirtieron en la dupla número uno del mundo. Parecía un sueño. Era la primera vez que una pareja colombiana ganaba un grand slam –el más bonito de todos–, y la primera vez que una pareja nuestra se convertía en número uno del mundo. ¡Era historia! 

Hace dos años, en el 2017, les había preguntado en una entrevista publicada en la revista BOCAS: “¿Cuáles siguen siendo sus grandes sueños?”. Farah me dijo: “Ganar un grand slam. Y ganar una medalla en los Olímpicos”. Y Cabal remató: “Y ser los número uno del mundo”. Así las cosas, les falta el oro olímpico, que, según ellos, van a luchar con toda su fuerza en Tokio el próximo año; la otra gesta, ya está escrita. 

La tarde del sábado 13 de julio del 2019 quedó y quedará grabada en la retina de los amantes de los deportes en Colombia y Latinoamérica como una de las batallas más bellas de nuestro deporte. La dupla colombiana venía demostrando un gran nivel en el transcurso del torneo y ya había generado toda la confianza entre sus seguidores y, lo más importante, entre ellos mismos. Por eso, el partido de la final, contra los franceses Nicolas Mahut y Edouard Roger-Vasselin, fue una maratón de nervios. Poco más de cinco horas, para cinco sets, con parciales 6-7 (5-7), 7-6 (7-5), 7-6 (8-6), 6-7 (5-7) y 6-3. 

Pasó de todo. Incluidos los accidentes. Nicolas Mahut, por ejemplo, sufrió un impacto en su rostro durante el primer set –apenas unos milímetros por encima del ojo izquierdo– tras un pelotazo de Farah a 192 km/h. El juego se detuvo durante varios minutos, hasta que el médico verificó la condición del francés. Incluso, se recuperó y ganó junto a su compañero el primer set tras un tie break. Luego, a lo largo del partido, hubo un par de pelotazos más que impactaron en los competidores, pero, como si nada, ellos volvieron al juego. Todo era garra. 

Con enorme calidad y temple, Farah y Cabal se recuperaron en el segundo set con cuatro puntos sucesivos para ganar el desempate de 5-3 y nivelar el partido. En el tercer set vino el primer quiebre del servicio por parte de los colombianos. Así anularon el avance de los franceses. Luego, en el cuarto set, los franceses empataron el partido en otro angustioso tie break. Y finalmente, en el último set, con más tenis, más físico y más concentración que sus rivales, Farah y Cabal rompieron de nuevo el servicio y terminaron sellando una emocionante victoria. “Lo primero que hice después del partido fue ir al locker y sacar el teléfono para llamar a mi familia”, recuerda Cabal. “Obviamente las redes y los mensajes estaban explotando, todo el mundo quería hablar. Ya después hicimos la celebración con nuestra gente en Londres”. 

Aquel partido, entre la dupla colombiana Cabal / Farah y la dupla francesa Mahut / Roger Vasselin será recordado como uno de los más vibrantes de la historia de Wimbledon. Y por fortuna, y muy merecidamente, los colombianos ganaron 560.000 libras esterlinas. Nada mal. 

Dos días después, el lunes 15 de julio amanecieron como los número 1 del ranking ATP con 7.250 puntos. Pero no sólo eso, además de su privilegiada ubicación, las raquetas colombianas continuaron liderando la carrera rumbo al Torneo de Maestros, ranking en el que eran los primeros desde el 19 de mayo de este año. 

Lo increíble de todo esto es que, con lo hecho, los vallunos se apuntaban como candidatos seguros a “deportistas del año en Colombia”. Pero muchas cosas están encendidas en el deporte nacional y un muchachito de nombre Egan y de apellido Bernal se atravesó a la fiesta del deporte blanco: semanas después de la hazaña de los tenistas, él ganó el Tour de Francia. Pero ese es otro tema, otra discusión. Aquí lo importante es volver a poner las cosas en su sitio y lo que hicieron los dos tenistas –producto de ese laboratorio incansable que ha sido el apoyo irrestricto de Colsanitas al tenis colombiano– fue sencillamente enorme e histórico. ¡Y de qué manera! 

Todo parecía un sueño. Todo parece un sueño. 

¿Wimbledon? ¡Sí, ganaron Wimbledon!