miércoles, 12 de septiembre de 2018

'Genéticamente soy un error': la valiente historia de Pablo Ramírez

Este joven colombiano padece una grave enfermedad autoinmune y le daban pocos años de vida. 


Pablo Ramírez estudió educación en Oxford y tiene escritas tres novelas, pendientes de publicar. 

A los 22 años, entre todos los números que me revolotean en mi diario vivir –dosis y horarios de medicinas, niveles de azúcar o calcio–, hay dos cifras que me quise aprender. La primera: que, como la endocrinopatía múltiple autoinmune tipo 1 (APS tipo 1, mi enfermedad rara) afecta a una de cada tres millones de personas, debemos de ser –entonces– unos 2.533 pacientes en el mundo, y unos 17 colombianos deberíamos padecerla. 

Pero hay otras cifras que he tenido que aprenderme: que existen 7.000 enfermedades raras en total. Y que se consideran raras o huérfanas si afectan a menos de 5 personas de cada 10.000. Y yo figuro en esas cifras.

“Que no tuve mayor opción”, dice mi psiquiatra. El más reciente entre los que he visto desde mi infancia. Que he estado viviendo en “modo de supervivencia”.

A primera vista, sin conocer toda mi historia médica, no parece. Estoy terminando mi maestría en educación secundaria/inglés en Estados Unidos, donde vivo, y trabajo en una tienda de Lego para ayudar con mis gastos (ese ha sido mi juguete favorito desde niño). 

Estudié educación (Integrative Studies) en Oxford y he viajado con mis compañeros del Equipo de Oratoria a varios países del mundo. Me gradué con honores y he sido aceptado en sociedades académicas (como Phi Beta Kappa, Phi Kappa Phi, Golden Key, Delta Alpha Pi); gané un concurso nacional en Inglaterra por un ensayo que envié respondiendo la pregunta ‘¿Qué es el genio?’ (What is genius?); he escrito cuatro novelas –aún sin publicar–, dibujo, actúo, canto y enseño.

Y cómo me gustaría admitir que todo esto lo menciono por un ego tremendo, por esperar halagos. Pero lo digo, aun sin creerlo, porque cuando tenía 3 años mis padres no pensaban en qué preescolar inscribirme, sino en que siguiera vivo antes del próximo amanecer.

Me duele haber podido lograr todo esto cuando otros como yo viven entubados día a día, solo ingieren líquidos espesos, nunca terminaron su bachillerato ni han podido ejercer un empleo. Me asusta que todo esto lo haya logrado por puro miedo, porque desde que tengo memoria, cada día me despierto sabiendo que me puedo ir en cualquier momento, que he evadido a la muerte unas siete veces. Saber que me puede llegar mi hora y que todos mis sueños y esperanzas de cosas por hacer se pueden desmoronar sin saberlo o poder despedirme. Una vida incierta

Si la meta es incierta, el viaje ha sido insoportable. Según The Denver Post, los pacientes con enfermedades raras pasan en la odisea del diagnóstico de ocho a diez años y visitan unos seis especialistas antes de dar con el diagnóstico correcto. Uno de los síntomas es tratado como la fuente de todos los problemas, y mientras los padres se asustan y los pacientes sufren, se deteriora el cuerpo y se pierden horas, días y años valiosos.

Y, en el peor de los casos, como el de Carol Morse y su hijo Ryan, de 12 años, que le dio la vuelta al mundo. Ryan empezó perdiendo peso, se le oscureció la piel y se fue agotando lentamente. Los médicos ignoraron los pedidos de Carol de analizarle la sangre a Ryan y lo devolvieron a su casa. Ryan falleció cuatro semanas después de un shock adrenal. Le diagnosticaron el Addison al realizar la autopsia, una enfermedad rara que compartimos Ryan, el presidente Kennedy y yo.

Quienes me conocen saben que hablo abiertamente de mi realidad. Que me burlo de ella, que les digo que mi vida es un episodio de Dr. House y que cada crisis médica mía es el momento antes de los comerciales, cuando el paciente parece morirse y los padres y los doctores se vuelven un ocho. Pocos, salvo mis padres y mi hermana, saben cuántas veces he llorado, las horas de mi vida que he pasado sin dolor y que he pensado en acabar con todo por un cansancio que no debería soportar ningún ser humano.

Otras cifras que puedo mencionar: 24 cálculos renales; una docena de biopsias; 2 catéteres, 6 operaciones, 32 pastillas y 8 inyecciones diarias. Diarrea seis veces al día, un año y medio del que no recuerdo nada; 3 convulsiones, vomitar 14 veces y ponerme pálido con labios púrpura. Y solo algunos de esos episodios han sido después de los 16 años.

En mi caso, todo empezó con un brote en la piel, artritis, manifestaciones digestivas y candidiasis. Antes de cumplir los 3 años ya tenía hipoparatiroidismo y hepatitis autoinmune; a los 9, enfermedad de Addison; a los 22, diabetes tipo 1.

Al contar mi historia, me encuentro con elogios de “ser una inspiración”, de “ser un berraco”. Y sonrío y deseo contagiarme de ese optimismo. Porque esto solo se entiende si se vive; de verdad.

Pero el cuento tiene que empezar en algún lado, ¿no? El mío fue antes de los 3 años, gritando que me cortaran manos y pies y los botaran, durante mi primera tetania; antes de que el corazón me galopara como un caballo por la hipertensión pulmonar que me ha condenado a vivir fuera de Bogotá, mi querida ciudad natal; o antes de que, aún sin hablar o caminar, no parara de llorar (me imagino que la única realidad que conocía entonces era un dolor visceral). Pero un doctor unió dos síntomas conectados por una mutación genética, y mi historia tuvo nombre.

Al menos mi cuento sí empezó. Vivo con esa culpa: de que un pediatra hubiera visto y entendido uno de mis síntomas; de que el doctor colomboegipcio a quien llamaron para atenderme hubiera leído sobre mi enfermedad rara; de que mis padres tuvieran recursos para tratarme esa enfermedad; en fin, de que me hubiesen diagnosticado y, en medio de todo, siga controlado.

Culpa de que mis padres y hermana dejaran toda una vida en Colombia para venirse a Estados Unidos, a diez minutos del hospital que investiga mi enfermedad. No hay razón por la que debiera estar vivo. Genéticamente, soy un error. Mi existencia no es nada más que una excepción. Y lo digo con el dolor y la rabia de conocer a una paciente de 16 años que probablemente va a morir antes de que acabe el año, y de haber conocido hace doce a una de 37 que era el ejemplo de que se podía sobrevivir y que falleció hace dos.

Si no les conté la otra cifra, la que me aprendí porque me obliga a vivir, pelear, llorar y suplicarle a la gente que me escuche mientras esté acá: de los 500 pacientes con mi enfermedad, que debería haber en Estados Unidos, solo conocemos 80 en todo el mundo.

¿Será que podré descansar de vivir mi día a día no por filosofía de vida, sino por estar en “modo de supervivencia”? ¿Cuándo se hará algo para salvarnos? Una enfermedad compleja

La endocrinopatía múltiple autoinmune tipo 1 (APS) o síndrome poliglandular autoinmune tipo 1 es una condición autoinmune de origen genético que afecta diferentes órganos. Los síntomas, que normalmente se presentan en la niñez o adolescencia (en el caso de Pablo Ramírez aparecieron cuando tenía 6 meses de nacido), incluyen: candidiasis mucocutánea, hipoparatiroidismo y enfermedad de Addison (insuficiencia adrenal). Quienes la padecen normalmente tienen al menos dos de los tres cuadros mencionados, pero la enfermedad puede producir una variedad de signos y síntomas adicionales como afecciones en la piel, las uñas, los ojos, la tiroides y el sistema digestivo, alopecia y vitiligo. En algunos casos también se presenta la diabetes tipo 1.


https://www.eltiempo.com/vida/salud/sintomas-de-la-endocrinopatia-multiple-autoinmune-tipo-1-aps-188770

martes, 11 de septiembre de 2018

La generación Z se acerca a su pico de consumo

Los jóvenes nacidos después del 2000 cumplirán este año la mayoría de edad en gran parte del mundo. Se estima que representan el 32% de la población. 


Los milenials están a punto de ser superados por la Generación Z. 

La Generación Z representará en 2019, el 32 por ciento de la población mundial, que llegará a las 7.700 millones personas, con lo que superará a los milenials, quienes darán cuenta de un 31,5 por ciento, según un análisis de Bloomberg de datos de las Naciones Unidas, y utilizando 2000/2001 como cambio generacional. 

Las personas nacidas en 2001 cumplirán 18 años el próximo año, lo que significa que muchas ingresarán a la universidad, podrán votar y, dependiendo de su ciudadanía, fumar o beber alcohol sin infringir la ley. 

La Generación Z nunca ha conocido un mundo no digital y creció en medio de eventos como la "guerra contra el terrorismo" y la Recesión Global. 

"El factor clave que diferenció a estos dos grupos, además de su edad, fue un elemento de autoconciencia versus auto-centrado", según "Rise of Gen Z: New Challenge for Retailers" (El ascenso de la Generacion Z: nuevo desafio para los minoristas), un informe de Marcie Merriman, directora ejecutiva de Ernst & Young LLP. 

Los milenials estaban "más enfocados en lo que había para ellos ahí. También miraban a otros, como las empresas con las que hacían negocios, para obtener soluciones, mientras que las personas más jóvenes naturalmente buscaban crear sus propias soluciones". 

El traspaso demográfico es una buena noticia para los servicios de envíos, fabricantes de dispositivos y la llamada economía gig, o "de pequeños encargos". 

Mientras tanto, presenta nuevos desafíos para los educadores, planificadores de eventos, marcas de lujo e incluso golfistas; un juego donde la edad promedio de los participantes en Estados Unidos supera los 50 años. 

"Cada generación viene con un conjunto único de comportamientos y presenta un conjunto único de desafíos para aquellos que buscan llegar a ellos", según un informe de la firma de investigación Nielsen Holdings Plc. 

"La Generación Z está bombardeada con mensajes y es una generación que puede detectar rápidamente si algo es relevante o no para ellos". Para esta comparación de Bloomberg, los milenials se definieron como personas nacidas entre 1980 y 2000, mientras que la Generación Z, como cualquier persona nacida a partir de 2001, al menos hasta surja el próximo grupo significativo. 

La Oficina del Censo de EE.UU. también divide las generaciones a fines del 2000. 
William Strauss y Neil Howe, historiadores estadounidenses y los autores que primero acunaron el término "milenials", utilizan 1982 y 2004 como los años de corte. 

El Pew Research Center define a las personas nacidas entre 1981 y 1996 como milenials, un marco de tiempo que también utiliza Ernst & Young en la encuesta sobre la que escribió Merriman. 

Incluso utilizando la demarcación de 2000/2001 de Bloomberg, los datos demográficos difieren dependiendo de la ubicación. 

Los milenials continuarán representando a la mayor proporción en las cuatro economías más grandes del mundo: EE.UU., China, Japón y Alemania. 

La población combinada que apenas llega a los 2.000 millones en esos cuatro países tendrá una relación de 100 milenials por cada 73 representantes de la Generación Z el próximo año. 

India, que tiene alrededor de 1.300 millones de habitantes frente a los 1.400 millones de China, verá crecer su población de Generación Z a 472 millones el próximo año, un 51 por ciento más que los 312 millones que proyecta China. 

Según una encuesta anual de jóvenes realizada por Deloitte Touche Tohmatsu Ltd., "los encuestados de la Generación Z anticipan ser un poco más felices que sus contrapartes milenials", y aquellos en los mercados emergentes en ambos grupos son más optimistas respecto de la economía y el progreso social que las contrapartes en las naciones desarrolladas. 

METODOLOGIA

Los datos de división de la población de la ONU clasifican la población por grupos de edad de cinco años. 

Los recuentos de grupos de menos de cinco años completos (es decir, población de la Generación Z de 15 a 18 años) fueron extrapolados basado en el patrón de distribución general. 

La población de la Generación Z de 2019 se calculó estimando la tasa bruta de natalidad en 2019, ajustada por la mortalidad infantil (muerte por cada 1.000 nacidos vivos para los menores de 1 año), agregando el total de la Generación Z de 2018, ajustado por aquellos afectados por menos de cinco años/mortalidad infantil aún no contabilizada, la población milenial en 2019 ajustada por la tasa general de mortalidad adulta.

lunes, 10 de septiembre de 2018

Marihuana, la droga que más consumen estudiantes de colegios

En la antesala de un debate en el Congreso se conocieron datos sobre el consumo de drogas en Colombia a temprana edad.

La marihuana es la sustancia más consumida por la población escolar en Colombia con una cifra del 7%, siendo el promedio de edad de inicio los 14 años.

La plenaria del Senado realizará este martes un debate de control político sobre un tema que despierta un gran interés en el país: el aumento del consumo de sustancias psicoactivas que se ha dado en los últimos 8 años (2010-2018). 

Y es que desde varios sectores se ha venido alertando sobre cómo va en aumento el consumo de todo tipo de sustancias entre los jóvenes del país, sin que exista una adecuada política pública para el tratamiento de las drogas. 

Al respecto, se conoció un estudio que advierte que el 20% de los estudiantes en edades entre 11 y 12 años han consumido alcohol alguna vez, en edades entre 13 y 15 años el porcentaje llega al 43,13% y en las edades entre 16 y 18 años el consumo es del 58,16%. 

En cuanto a sustancias ilegales, la marihuana es la sustancia más consumida por la población escolar con una cifra del 7%, siendo el promedio de edad de inicio los 14 años. La cocaína ocupa el segundo lugar con un 2,8% y un promedio de edad de inicio de los 15,7 años. 

Entre tanto, el 1,8% de los escolares ha probado los pegantes y solventes, y el 0,8% el éxtasis con una edad promedio de 15,4 años. 

En ese sentido, el senador Armando Benedetti Villaneda, promotor del debate en el Senado, dijo que en Colombia el único documento que establece un verdadero tratamiento al tema de las drogas es el punto cuatro del Acuerdo de Paz con las Farc. 

“Ese es el único documento escrito que hay en el país que toma integral y transversalmente el problema de las drogas y la lucha contra éstas”, aseguró.

La producción, tráfico y consumo de alucinógenos y uno de los puntos cruciales como la sustitución de cultivos ilícitos que –a juicio de Benedetti– fracasó en el gobierno Juan Manuel Santos y puede acabarse en el gobierno de Iván Duque, son también parte del debate de este martes. 

“Hay 54.000 personas que se inscribieron para la erradicación voluntaria, de la que va solo el 30%. Tras de que el Estado no les cumplió en la sustitución, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, va a erradicar a la fuerza y con lista en mano, lo que traerá más violencia de la que había antes”, aseguró. 

Desde el Centro Democrático también se ha advertido un alarmante aumento del consumo de drogas en Colombia donde ya no se habla de país productor sino consumidor de narcóticos. De ahí la importancia de este tema.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Por ley buscan prohibir uso de celulares en los colegios

Una vez más se abre el debate sobre el uso indebido y desproporcionado de la tecnología por parte de los jóvenes.


Un proyecto de ley tiene el propósito de limitar el uso de los celulares en los colegios del país.
El mal uso de la tecnología y sus consecuencias es un debate que periódicamente se presenta en el mundo por cuenta del daño que puede ocasionar en diferentes sectores de la sociedad. En los ambientes familiares, educativos y laborales es claro que un uso extremo de estos aparatos puede acarrear dificultades.

Teniendo en cuenta el ‘vicio’ por los equipos móviles, es claro que –al menos entre los niños y jóvenes– hay que tomar decisiones y medidas que puedan pasar a limitar el uso de los dispositivos para acabar con muchas malas prácticas.

Y así lo plantea un proyecto de ley que llegó a la Cámara de Representantes con el propósito de limitar el uso de los celulares en los colegios del país.

El representante a la Cámara, Rodrigo Rojas, del Partido Liberal, presentó un proyecto de ley que busca prohibir el uso de dispositivos móviles en los colegios.

Hace pocos días un estudio de la Fundación Universitaria del Área Andina pasó a evaluar el uso que un grupo de jóvenes hace de sus teléfonos inteligentes y el impacto que tiene en su rendimiento académico. La dependencia del uso del celular afectó directamente el rendimiento de los jóvenes universitarios.

Fue claro que el creciente uso de los dispositivos móviles desvía la atención de los estudiantes e impacta negativamente en los resultados de sus calificaciones.

La investigación que incluyó a 462 estudiantes dejó en evidencia que un 62,1 % de los jóvenes revisa siempre su teléfono móvil antes de ir a dormir. Además, un 42,6 % lo hace mientras estudia o realiza los trabajos. Y finalmente el 61,3 % ignora a otras personas para concentrarse en el celular.

De tal orden es la creciente preocupación por el uso indebido de los celulares entre los niños y jóvenes de Colombia que varios sondeos advierten que entre esta población hay quienes consideran que sus vidas son aburridas y vacías sin tener los teléfonos móviles.

Una ley en Francia prohíbe desde 2010 los teléfonos celulares durante cualquier actividad de enseñanza, algo que apenas ahora empieza a ser planteado en Colombia.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Cuidado con los cambios abruptos de comida

Si su mascota debe cambiar su dieta, es mejor hacerlo poco a poco para evitar problemas de salud. 


Los especialistas recomiendan una alimentación exclusiva, preferiblemente con el concentrado adecuado para su animal de compañía. 

Una de las recomendaciones más frecuentes que hacen los veterinarios a los dueños de animales de compañía sobre nutrición es que no le cambien repentinamente el concentrado, pues esto puede generar problemas alimenticios, entre ellos inapetencia y desnutrición.

Cualquier cambio que deba hacerse, ya sea por la edad de su mascota, porque tiene alguna enfermedad que así lo exige, e incluso porque su presupuesto varió, no debe poner en riesgo la salud de su perro o gato. 

Por esta razón, el Pet Food Institute ofrece algunos consejos para que este proceso se haga de forma exitosa tanto para el animal como para usted.

En el caso de los gatos, estos cambios pueden darse por envejecimiento, al presentar problemas digestivos, cuando es castrado o por alguna recomendación médica; también según la etapa de desarrollo ya sea cachorro o adulto. 

“En ellos, la transición alimentaria es paulatina, debe darse poco a poco, esto con el fin de observar si le causa algún tipo de molestia”, indicó Carlos Cifuentes, veterinario de Pet Food Institute. 

Si la transición hacia un nuevo alimento es para un perro, debe hacerse con mucho cuidado ya que su flora intestinal es muy débil, especialmente si son animales de mayor edad. Sin embargo, es recomendado cambiarle la comida a medida que va creciendo para brindarle una nueva fuente de proteínas y vitaminas.

“El cambio más frecuente ocurre después del año de edad, cuando ya se le debe dar alimentación para adultos. Así mismo, a los siete años es conveniente darle alimentación para perros de edad avanzada, la cual ayudará a evitar enfermedades como la artrosis y mantener el buen funcionamiento de los órganos”, explica Cifuentes.

Por su parte, el veterinario Jorge Gallego, docente de Urgencias y Medicina Interna de pequeños animales de la Universidad de Antioquia, asegura que es muy importante hacer cualquier cambio de comida poco a poco. 

“Yo recomiendo a mis pacientes empezar con un 75% de la comida anterior y agregar un 25% de la nueva por tres días, para ver cómo la tolera. Luego, en los siguientes tres días, 50 y 50% y observar bien y, por último, 25% de la anterior y 75% de la nueva. Esto se hace para prevenir problemas intestinales”, explica Gallego. 

Los veterinarios afirman que en cada etapa de vida, los requerimientos alimenticios de las mascotas son distintos y los buenos concentrados están diseñados especialmente para ello. 

El cambio más frecuente ocurre después del año de edad, cuando se le debe dar alimentación para adultos. Así mismo, a los 7 años es conveniente darle alimentación para perros de edad avanzada 

Lo más importante a la hora de decidir cuál concentrado darles es que contenga las cantidades adecuadas de proteínas, minerales, vitaminas y fibra. Es clave preguntar la mejor opción al médico veterinario y buscar la que se ajuste a su presupuesto. 

“Respecto a este tema, hay que aclarar que ni los perros ni los gatos son omnívoros, por lo que no les conviene comer comida casera, ni frutas ni darles de ambas (casera y concentrado), ya que los procesos metabólicos de unos y otros no son iguales al de los de los humanos. Al no darles la comida adecuada pueden terminar con serios problemas metabólicos, como diabetes, entre otros”, concluye Gallego. Cuide su comida

Verifique que el empaque del concentrado esté limpio y no se haya dañado con alguna rasgadura u orificio, así mismo, es aconsejable leer las recomendaciones para su almacenamiento.

La comida para mascotas se debe tratar de forma similar a la comida para humanos por lo que es recomendable guardarla en un lugar fresco y seco; no se recomienda dejar la bolsa en el piso del garaje o afuera en el patio. 

Se debe tener cuidado ante la posible presencia de insectos en el lugar donde está almacenada.

Una vez la comida ya esté abierta, es necesario dejarla en un lugar fresco, en el empaque original y dentro de un recipiente de plástico o de metal con una tapa que resguarde la comida, o colocar una pinza o gancho que tape la abertura del paquete. 

Si la comida es húmeda o fresca, debe almacenarse dentro de la nevera en recipientes que contengan las porciones para las mascotas; estos no deben ser metálicos.

El alimento concentrado no debe permanecer más de 24 horas servido ya que puede contaminarse con hongos o bacterias. Si la mascota no lo ha consumido, este debe ser cambiado. 

Antes de servirle la comida a su mascota, verifique que los recipientes de concentrado y agua estén limpios. Después de servirle la comida lave muy bien sus manos.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Romper el ciclo perverso del maltrato

Durante los últimos años, las cifras de maltrato infantil han crecido paulatinamente en Colombia. La tendencia prende las alarmas de una sociedad que necesita trabajar mucho más por la primera infancia. Este será uno de los temas a tratar en la Cumbre Líderes por la Educación. 


66 casos de maltrato y abuso contra menores son reportados diariamente al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. 


Las cifras son espeluznantes. 66 casos de maltrato y abuso contra menores son reportados diariamente al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Según el Sistema de Información Misional (SIM), en 2016 se abrieron 23.101 procesos administrativos de restablecimiento de derechos a menores de edad; en 2017 la cifra aumentó en 1.229 casos más y en los primeros cuatro meses de 2018 ya se contaban 8.282 procesos. Los números no parecen decrecer y, lo que es más preocupante, existe una clara tendencia: en los tres años los principales motivos de apertura de estos procesos son maltrato por negligencia, maltrato físico y violencia sexual.

En 2017 esta última razón correspondió al 46,7% de los casos reportados y, en lo corrido de este año, representa el 49,8%. La historia de una niña de 3 años que en los primeros días de abril apareció en una clínica en Bogotá con lesiones graves de maltrato no es un caso aislado, es la realidad de muchos menores en Colombia. Aunque durante los últimos años los esfuerzos gubernamentales por cuidar la primera infancia han aumentado, todavía hay un largo trecho por recorrer. Mientras los entes gubernamentales crean nuevas políticas y estrategias para proteger a la primera infancia, las cifras muestran que se trata de un fenómeno social y cultural que necesitará de una participación activa de la ciudadanía.

Los efectos de estos maltratos inciden tanto en la vida educativa de los niños como en su futuro desarrollo como ciudadanos. Lo agravante del caso es que estudio tras estudio muestra que se trata de un ciclo: quienes fueron víctimas de maltrato en su infancia tienen más probabilidad de convertirse en victimarios. Romper este círculo vicioso depende de un gran esfuerzo que incluya acompañamiento psicológico y, más que eso, educación y formación de la ciudadanía.

El maltrato y el desarrollo 

El efecto que este tipo de agresiones tiene en el desarrollo integral de los niños es imposible de desligar de su educación, y menos aún si se está hablando de sus primeros años de vida. Según el documento “Sentido de la educación inicial”, durante esta primera etapa los niños aprenden a convivir con otros, a establecer vínculos afectivos con pares, a conocerse, a desarrollar confianza en sí mismos y, finalmente, a empezar a construir una identidad propia. Para la Comisión Intersectorial para la Atención Integral de la Primera Infancia, “el desarrollo infantil [está] estrechamente relacionado con los entornos de socialización de las niñas y los niños y las interacciones cotidianas [son] reconocidas por su potencial educativo”. Por ende, cuando se trata de casos en los que los niños han sido maltratados, asegurar la educación implica tener en cuenta “de manera sensible los sentimientos, las experiencias y las huellas que estas situaciones hayan dejado en niñas y niños”.

El impacto de las agresiones tiene un efecto directo en el desarrollo educativo de los niños. En todo el mundo, estudios como “Neurodevelopmental Biology Associated with Childhood Sexual Abuses”, publicado por la revista Journal of Child Sexual Abuse, muestran que el efecto de la violencia sexual –principal causa de vulneración de los derechos infantiles en Colombia– está relacionada con “déficits, fallas o retrasos de logros motores, emocionales, comportamentales, psicosociales, sociales, cognitivos y del lenguaje”. Para Victoria Cabrera, psicóloga y coordinadora de investigación del Instituto de la Familia de la Universidad de La Sabana, el desarrollo emocional de los niños está estrechamente relacionado con el desarrollo cognitivo.

66 casos de maltrato y abuso contra menores son reportados diariamente al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Si uno de estos episodios ocurre durante los primeros 5 años, las secuelas pueden acompañarlo durante toda la vida. Así, el impacto de estos momentos de violencia crece en la persona. Según el último censo del Dane, la primera infancia en Colombia alcanza una población de 5.132.760 niños, de los cuales más de la mitad hacen parte de los estratos más bajos. Del total de esta población, solo el 24% recibe atención integral. El panorama educativo de los niños que han sido maltratados es complejo y, como establece el programa De Cero a Siempre, necesita estrategias de acompañamiento para asegurar la superación de experiencias traumáticas con la ayuda de equipos de trabajo psicosocial, con otros actores clave de la sociedad y con los agentes educativos que hacen parte de la atención integral.

El esfuerzo institucional 


Asegurar este acompañamiento es verdaderamente un desafío. El ICBF ha estado adelantando programas y estrategias para ofrecer una atención integral a los niños desprotegidos, especialmente a aquellos que han sufrido episodios traumáticos. El nivel educativo de las madres comunitarias y otros agentes educativos ha sido uno de los puntos más discutidos respecto a la capacidad de atención de la institución. Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud de 2015, el 14,3% de los agentes educativos tiene algunos años de primaria; el 15%, la primaria completa; el 21,3%, una parte de la secundaria; el 22%, la secundaria completa, y el 7,7% no tiene ningún nivel educativo.

Aunque en este momento no todos los agentes educativos están capacitados como docentes, muchos hacen parte de nuevos programas de capacitación. De acuerdo con cifras del ICBF, desde 2011 se han formado 95.000 agentes educativos y desde 2010 el número de niños atendido integralmente ha aumentado de 386.000 a 12.600.000 en 2018. Además, el ICBF ha propiciado espacios de formación relacionados con la gestión de diferentes riesgos de la primera infancia. Dentro de estos están incluso programas con los padres como La Familia es mi Cuento, que busca fortalecer los vínculos familiares por medio de la literatura. Sin embargo, el panorama para los niños que han sido víctimas de violencia sexual y que no cuentan con un apoyo familiar es aún más complejo.

Si bien el equipo de Defensoría de la Familia del ICBF es el encargado de salvaguardar la integridad y velar por los derechos de los menores que han sido vulnerados, según Cabrera, el tratamiento de estos casos necesita un acompañamiento especial: “Es necesario que alguien al interior del ICBF tenga un vínculo afectivo con el niño. Además de las enfermeras que lo cuidan, debe haber alguien que le ofrezca acompañamiento y apoyo, alguien que pueda decirle ‘aquí estoy’”. El afecto, entonces, es una de las herramientas necesarias para superar este tipo de experiencias traumáticas.

Para Cabrera, el ‘cancer’ de la violencia infantil es una respuesta a un problema que, paradójicamente, viene de una falla educativa de generaciones pasadas que no son conscientes de la importancia de la familia en el acompañamiento y el crecimiento infantil. Así, el estado de la primera infancia en Colombia es en parte el resultado de esfuerzos de formación de generaciones pasadas. Según Gloria Carvalho, secretaria ejecutiva de la Alianza por la Niñez Colombiana, el país debe esforzarse por resolver este problema articulando diferentes estrategias. Así, las soluciones deben estar orientadas a resolver problemas estructurales, como la falta de educación en muchos hogares del país. Formar a las familias en prácticas de crianza positivas que potencien el desarrollo integral de los niños es necesario. Sin duda, el incremento de las cifras de maltrato infantil prende las alarmas de los entes gubernamentales y la ciudadanía, de cuyo esfuerzo depende romper este ciclo perverso.

Este será uno de los temas a tratar en la Cumbre Líderes por la Educación 2018, el evento más esperado del sector. Se llevará a cabo en Bogotá el próximo 19 y 20 de septiembre.

El artículo hace parte de la edición 35 de la revista Semana Educación. Si quiere informarse sobre lo que pasa en educación en el país y en el exterior, suscríbase ya llamando a los teléfonos (1) 607 3010 en Bogotá o en la línea gratuita ?018000-911100.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Mineducación no está organizado para atender los grandes problemas del sector

Los primeros críticos de las políticas del MEN son sus propios funcionarios, quienes, conociendo, se deberán dedicar a ejecutar las políticas educativas hechas por otros, sin ningún grado de participación. 

A continuación, citaré 4 puntos que demuestran que el Ministerio de Educación Nacional (MEN) no está organizado para atender los grandes problemas del sector educativo:

Primer punto: las políticas de educación se elaboran por los técnicos de turno sin ningún grado de concertación. Cada ministro de Educación nuevo llega al MEN con su equipo de asesores y profesionales, crea grupos de trabajo para los temas prioritarios de su agenda y con ellos elabora el respectivo plan de desarrollo del sector educativo. Esta forma de actuar desconoce la organización del Ministerio y la experiencia y conocimiento de los funcionarios de planta y contratistas, a quienes se les utiliza para que gestionen la política, produzcan y preparen información, pero no se les tiene en cuenta para elaborar la política y para discutir su aplicabilidad en el sector.

Los primeros críticos de las políticas del MEN son sus propios funcionarios, quienes, conociendo, se deberán dedicar a ejecutar las políticas educativas hechas por otros, sin ningún grado de participación. Además, ellos llevarán, en la mayoría de los casos, la vocería del MEN en las regiones; directivos y demás empleados de las secretarías de educación los conocen e interactúan de manera permanente con estos servidores públicos.

Luego se produce lo que todos conocemos: el MEN citará a los gobernadores, alcaldes y secretarios de educación a contarles cuáles serán las principales acciones del gobierno en educación. Los directivos docentes, los maestros y los demás nos enteramos por los medios de comunicación, algunas veces por una entrevista a un directivo del MEN o porque al cabo de uno o dos años después de iniciar el gobierno, se publica el plan sectorial de educación para los 4 años.

Segundo punto: el Ministerio de Educación en su estructura organizacional no cuenta con una oficina asesora o una dirección de participación que se encargue de promover y desarrollar la participación de los diferentes actores del sector educativo y de la sociedad para concertar la política, así como en las acciones de seguimiento, control y evaluación.

Además, en Colombia no hemos logrado poner a funcionar la Junta Nacional de Educación, JUNE, creada en el artículo 115 de la Ley 115 de 1994, que debería funcionar como un órgano científico, con el carácter de consultor permanente del Ministerio de Educación Nacional, para la planeación y diseño de las políticas educativas del Estado. Dicha Junta se podría ampliar para otorgar representación a gobernadores, alcaldes, secretarios de educación (por ejemplo, el secretario de educación con mayor población de estudiantes rurales), directivos de las instituciones de educación, docentes (FECODE), representantes de la educación privada, e incluso al sector productivo y a los científicos. Pregunto: ¿cómo promover y buscar consensos nacionales en educación sin contar con una institucionalidad mínima que los haga posibles?

Tercer punto: el Ministerio no cuenta con ninguna dependencia ni un directivo responsable de la educación rural. Según datos del DANE, de los cerca de 50 millones de habitantes, el 23% (11‘538.889) habitan en las zonas rurales. El país conoce que en la zona rural conviven los peores problemas de este país, entre ellos la mala calidad de la educación y la exclusión.


Según la Fundación Empresarios por la Educación, “un niño urbano está recibiendo más de un 50% adicional de educación que un niño rural”, es un hecho que los habitantes rurales reciben en promedio 5,5 años de educación mientras los de las zonas urbanas reciben 9,2 años. En el año 2017, los niños y jóvenes de las zonas rurales representan el 23,7% del total de la matrícula en el país, mientras que de las 53.295 aulas educativas que hay en el país 35.949 de ellas están en zona rural.

El panorama de la infraestructura rural es así: 8% de las aulas en zona rural no cuentan con electricidad, 62% no tienen televisión y el 75% de ellas no cuentan con acceso a internet. Urgente, ya es hora de que en el MEN se cree un viceministerio de educación rural.

Cuarto y último punto: a pesar de que el país entiende el inmenso reto que representa establecer la jornada única (un reto que podría tardar más de 20 años teniendo en cuenta que un país como Chile, por ejemplo, lleva más de 15 años en este proceso), en el MEN tampoco existe una dependencia que se encargue de esta enorme responsabilidad.

El MEN debe ser el ministerio más importante de este país en el propósito de lograr garantizar el derecho a la educación (universal y de buena calidad) de la población. Para ello el Ministerio debe organizar su estructura administrativa, funcional y financiera pensando en cómo atender los grandes problemas del sector con mayor eficiencia y eficacia, con las entidades territoriales (de manera descentralizada), y promoviendo la participación de la comunidad educativa y de la sociedad, a partir de la construcción de una política educativa que busque consensos y acuerdos nacionales.

Para esto el Ministerio podría, por ejemplo, ajustar dependencias y organizar la estructura administrativa en cuatro grandes áreas dirigidas cada una por un Viceministerio: educación inicial, educación básica y media, educación superior y educación rural. Con seguridad el gasto actual en funcionarios de planta y contratistas podría acomodarse, sin mayores incrementos, para hacer realidad una restructuración de este tipo.