sábado, 16 de julio de 2016

Cómo educar para emprender y no para buscar trabajo?

Decía Oscar Wilde que la sociedad perdona a veces a un criminal pero nunca perdona a un soñador.



Juan Esteban Rodríguez opina que hay pocas personas conscientes de la importancia de educar a los niños para que sean emprendedores, mientras los colegios se enfocan en enseñarles a buscar un empleo, a volverse abogados o economistas. Se están pasando por alto todas las habilidades relacionadas con los negocios que también les pueden llevar a ser personas exitosas para un mejor futuro.

Cameron Herold cuenta en su charla en TED cómo su padre detectó rápidamente que la escuela no era para él y empezó a educarle para ser un emprendedor. En su niñez aprendió conceptos como: comprar al por mayor y vender a mejor precio, tener empleados e incentivarlos, encontrar oportunidades, diferenciar un buen servicio de uno malo, etc..

Resalta que en los niños se pueden destacar habilidades que reflejan si tienen madera de emprendedores y así como un niño que tiene habilidades para las matemáticas se puede preparar desde el colegio para ser físico, un niño con habilidad para negociar puede ser preparado para ser emprendedor y menciona habilidades que se deben cultivar en los infantes.

Cameron también es enfático en que las instituciones educativas deben reforzar e incentivar a los más jóvenes a aprender otras cosas, sin querer decir que está mal que les enseñen a ser arquitectos o ingenieros, pero sí manifestando su deseo de darle al emprendimiento la importancia y el lugar que se merece. Así que menciona las siguientes habilidades como ítems importantes en la educación: ¿Están los padres preparando a sus hijos de la mejor manera? ¿Les están entregando las herramientas necesarias para afrontar el futuro?

Hay actividades que los padres deben realizar para fomentar el espíritu emprendedor en la educación de los niños:

- Darles algo para liderar: pese a que el liderazgo parece ser una cualidad con la que se nace, los padres pueden hacer mucho para desarrollar esta característica. Darles la responsabilidad de organizar actividades sencillas como planear actividades familiares como un picnic o hacer una lista de los elementos que deben llevar para ir a jugar al parque les irán enseñando lo que se requiere para estar al frente de un equipo.

- Hacer que se sientan cómodos con el riesgo: es importante decirles que pueden arriesgar, que no importa si las cosas salen mal, serán respaldados y tendrán más oportunidades para volverlo a intentar. Relevante es poder asegurarles que no importa lo que suceda, que siempre van a tener una cama en casa si las cosas no salen como estaban planeadas.

- Motivarlos a preguntar: para muchos padres es agotador cuando sus hijos se cuestionan todo lo que ven, ¿por qué el perro ladra?, ¿por qué la casa es blanca? Es ahí cuando sus hijos desarrollan su capacidad de entendimiento.

- Incentivarlos a soñar: sin importar lo descabelladas que sean las ideas con las que puedan salir, no sirve de nada meterle la lógica adulta que terminará desmotivándoles. Si tu hijo quiere construir el carro más rápido del planeta, no le desanimes diciéndole que no puede, en vez de eso, cómprale un libro de ciencia, llévalo a un museo de ingeniería o haz cualquier cosa que puede alimentar sus ideas e imaginación.

viernes, 15 de julio de 2016

Joven de 15 años descubre ciudad maya usando Google Earth

El joven ha llamado a la ciudad 'Boca de fuego'. Espera ahora viajar a la zona del descubrimiento.

William Gadoury, el joven que descubrió una ciudad maya perdida.
William Gadoury, el joven que descubrió una ciudad maya perdida.
Un joven canadiense de tan solo 15 años descubrió una ciudad maya de la que los expertos no tenían noción alguna. Para lograr esta tarea, William Gadoury estudió la civilización maya durante cerca de cuatro años, periodo en el que notó que la antigua población no había fundado sus ciudades cerca de ríos o corrientes de agua, situación que llamó su atención.
Gadoury encontró en el Códice Maya de Madrid información sobre las constelaciones que utilizaban los mayas en su cultura y decidió utilizar el mapa de estas estrellas junto con Google Earth. Al calzar ambas cartografías notó la correlación entre la localidad de las 23 constelaciones y 117 ciudades Mayas, incluso, descubrió que las principales ciudades corresponderían a las estrellas más brillantes.

Esta relación no había sido descubierta por ningún científico, sin embargo, el joven canadiense no se detuvo ahí. Según detalla el medio 'Le Journal de Montréal', Gadoury notó en que una de las constelaciones que se compone de tres estrellas, mostraba solo dos ciudades; ante la duda llegó hasta la Agencia Espacial de Canadá con la información donde utilizaron imágenes satelitales de la zona en que debería estar la tercera ciudad y descubrieron que existían formas geométricas que podrían pertenecer a dicha tercera cuidad.

"No entendía por qué la civilización Maya construyó sus ciudades lejos de los ríos, en tierras limítrofes y en las montañas", comentó el joven al diario local, y añadió: "Ellos debieron tener un motivo para aquello; y cómo trabajan con las estrellas, la idea de verificar esta teoría llegó a mi mente. Estaba realmente sorprendido y entusiasmado cuando me di cuenta de que las ciudades más grandes correspondían a las estrellas más brillantes de las constelaciones".
Con tan solo 15 años, Gadoury logró encontrar vestigios de una ciudad que nadie había visto antes. El joven decidió llamarla K'AAK' CHI', que significa boca de fuego, y ahora deberán esperar conformar una expedición que viaje hasta esa zona de la selva para encontrar los vestigios vistos en las imágenes satelitales.
Ante el posible descubrimiento de una nueva ciudad, el especialista de la Universidad de Nuevo Brunswick, el doctor Armand LaRocque, analizó las fotografías junto a la Agencia Espacial de Canadá y señaló que "figuras geométricas como cuadrados o rectángulos aparecieron en las imágenes. Formas que difícilmente se pueden atribuir a un fenómeno natural".
"Cuando el doctor LaRocque me dijo en enero que habíamos encontrado una pirámide y cerca de 30 estructuras fue extraordinario", señaló William Gadoury.
El joven canadiense comenzó a estudiar la civilización maya luego de que se revelara el calendario de este pueblo en el 2012 junto a las teorías de catástrofes en el planeta. Desde entonces, Gadoury se ha dedicado a entender esta cultura, a pesar de que aún continúa sus estudios en el colegio.

jueves, 14 de julio de 2016

Ciberseguridad esencial para niños

Para los niños es más difícil distinguir cuando existe una situación peligrosa, y es ahí donde los cibercriminales entran con tácticas cada vez más complejas.


Estudios revelaron que un 75% de los niños menores a los 8 años de edad en Estados Unidos tienen acceso a algún tipo de dispositivo móvil en el hogar, mientras que los niños de 5 a 16 años de edad pasan un promedio de 6.5 horas al día utilizando computadoras, teléfono, tablets o algún otro dispositivo digital, y en América Latina, la tendencia también va al alza.
Sin embargo, para los niños es más difícil distinguir cuando existe una situación peligrosa, y es ahí donde los cibercriminales entran con tácticas cada vez más complejas de ataque.
Ante esto, Fortinet recomendó a los padres asegurarse que los dispositivos que utilizan los niños tengan el mismo o mayor nivel de protección que los de ellos, y prestárselos solo en el hogar, no en lugares públicos.
De igual forma se deben actualizar constantemente y de preferencia evitar que interactúen con aquellos que utilizan los padres para el trabajo o donde almacenan información crítica. Además de asegurar la red del hogar con una contraseña robusta y ser los padres quien le den el acceso al pequeño en vez de compartir con ellos dicha contraseña.
Fortinet también aconsejó educarlos en temas de ciberseguridad y usar los servicios que monitorean la actividad de los niños en línea, generan reportes mensuales, e incluso avisan cuando existe una acción potencialmente peligrosa.
También se debe controlar la cámara web y asegurarse que la misma está desconectada mientras no sea necesario utilizarla. Además, hay que revisar las configuraciones de privacidad de las redes sociales del niño. Por último, mantener actualizado el antivirus y el control parental ayudará a erradicar el problema.

miércoles, 13 de julio de 2016

El desafío de educar a la generación Z



Cada vez hay más instituciones que se amoldan al perfil de los nacidos a partir del año 1995.

Los 'Z' se inclinan por el autoaprendizaje permanente en línea y por la búsqueda de programas que sean afines a sus gustos y dinámicas personales.

Los 'Z' se inclinan por el autoaprendizaje permanente en línea y por la búsqueda de programas que sean afines a sus gustos y dinámicas personales.
Como ninguna otra, la generación Z, conformada por más de 2.000 millones de adolescentes y jóvenes que nacieron a partir de 1995 y crecieron en la era de internet, viven y respiran en entornos digitales. En ellos no solo se comunican, socializan y se entretienen, también aprenden, apalancados en las herramientas que la web les provee.
Estos ‘mutantes’, como los llaman algunos investigadores fascinados por su fusión con el mundo digital, están decididos a construirse una vida alejada de los códigos y de las aspiraciones de sus padres y del resto de mayores que los rodean, incluso en campos vitales como la educación. Mientras muchos adultos de hoy se ufanan de haber estudiado largas y tradicionales carreras presenciales en universidades, los Z se inclinan por el autoaprendizaje permanente en línea y por la búsqueda de programas que sean afines a sus gustos y dinámicas personales.

De acuerdo con el gabinete estadounidense de estudios Sparks and Honey, la mayoría de los “nativos digitales” pasan en promedio tres horas diarias ante sus pantallas; no solo consumen series, películas y participan activamente en redes sociales, sino que también han hallado un tipo de formación que se amolda a sus necesidades y a la forma como se relacionan con el mundo.

Hernán Aracena, cofundador del portal en internet Oja.la, que ofrece cursos sobre programación para computadores, celulares inteligentes y tabletas, tiene claro este diagnóstico. Desde su apertura en el 2012, este ha acumulado más de 10.000 usuarios, de los cuales Colombia es el segundo país que más aporta y el de mayor fidelidad.
“Esta generación no es como la de nuestros padres, a quienes les decían qué estudiar y ellos lo hacían. A estos jóvenes les interesa más construir su propio proyecto de vida y es algo que están logrando a partir de herramientas como la personalización, que ya está ocurriendo”, dice este emprendedor venezolano, quien, a sus 29 años, no duda en asegurar que la formación que él mismo se proporcionó a partir de cursos en línea le fue más útil que la que recibió en la Universidad de Florida Central (Estados Unidos), en informática y sistemas.
Pese a este avance que Aracena menciona y al tangible aumento de cursos alternativos en internet tanto gratuitos (como los Moocs) como pagos y con tutores que ofrece Oja.la, él considera que la educación para la generación Z aún está en proceso de construcción.
“Creo que estamos en un Yahoo y todavía nos falta llegar a Google”, dice, haciendo referencia a la historia de los buscadores en línea, que evolucionaron desde versiones muy básicas hasta el monstruo tecnológico que es Google hoy.
Por razones como esta es que también coexisten otras alternativas que combinan modelos que miran hacia el futuro mientras tienen un pie en el pasado, pues conservan las características de la educación más tradicional.
Así, existen instituciones como la Singularity University, cofinanciada por organizaciones como Google y Nasa, que ofrece cursos de posgrado en ramas futuristas especializadas, como innovación, y cambio climático y sostenibilidad, o el proyecto Minerva, una apuesta que busca que, sin tener que ir a un campus universitario en una única ciudad, los estudiantes se apropien de las metrópolis del mundo, mientras viajan por ellas y toman clases a distancia en programas que tienen currículos flexibles.
Otra propuesta innovadora es la de la Universidad Full Sail, en La Florida (EE. UU.). Aunque fue fundada hace más de 30 años, en estos momentos este centro académico cuenta con programas presenciales y a distancia en carreras como programación de videojuegos y producción de cine y de sonido.
Allí, con miras a aprovechar al máximo los recursos de estudio, los jóvenes pagan matrículas vitalicias que les permiten volver después de graduarse, y cada vez que lo quieran para actualizar sus conocimientos en una o varias materias de la carrera que cursaron. Además, para optimizar el tiempo, los periodos de vacaciones se reducen a unas pocas semanas por semestre, lo que resulta en que los programas duran solo dos años, con jornadas diarias de mínimos ocho horas.
Veloz como la industria
“El objetivo de estas dinámicas es que la velocidad de estudio sea la misma a la que se mueve la industria, que evoluciona permanentemente”, explica Jairo Serna, director de admisiones de Full Sail, quien agrega que los currículos de cada carrera se modifican, por lo menos, cada cuatro meses y con aportes que los mismos universitarios intervienen en estos procesos.
Una oferta de ese tipo es la que busca Felipe Barrera, estudiante del grado once en el colegio San Carlos, en Bogotá. Con 18 años, encaja perfectamente en el perfil de la generación Z.
“Cuando salga del colegio quiero estudiar algo que no necesariamente me vaya a volver millonario –dice–, prefiero algo que me divierta. Como soy un aficionado a los videojuegos, estuve buscando un programa relacionado con su desarrollo, pero no ha sido fácil porque la oferta que hay en Colombia no se amolda a lo que quiero, que es algo más digital y menos tradicional”. Felipe, valga decirlo, ya estableció contactos con una institución en Estados Unidos, con miras a iniciar estudios allí antes de que finalice este año.
Expertos como el neurólogo Olivier Houdé, director del laboratorio de psicología del desarrollo y educación infantil del CNRS-La Sorbonne (Francia) y autor del libro Aprender a resistir, consideran que la clave para que los jóvenes como Felipe asuman de la mejor manera este mundo, que parece ofrecerles pocas posibilidades que se amoldan a lo que buscan, está en que los padres los eduquen desde pequeños en habilidades como lo que él llama “saber resistir”.
“La maduración de este proceso es lenta en el curso del desarrollo del niño y del adolescente. Es por eso que hay que educarlo y entrenarlo intensamente en el colegio. Es lo que yo llamo “aprender a resistir”, una pedagogía del control cognitivo que ya ha sido demostrada en el laboratorio. Pero aún falta probar su aplicación en la escuela”, dice este doctor en psicología, quien explica en qué consiste el mecanismo: “Hay tres sistemas en el cerebro humano –comenta–: uno es rápido, automático e intuitivo, altamente requerido en el uso de pantallas; el otro es más lento, lógico y reflexivo. Un tercer sistema en el córtex prefrontal permite arbitrar entre los dos primeros (el corazón de la inteligencia) e inhibir los automatismos del pensamiento cuando se hace necesaria la aplicación de la lógica o de la moral. Es la resistencia cognitiva. Inhibir es resistir. Los nativos digitales deben reaprender a resistir para pensar mejor”. Según Houdé, los miembros de la generación Z “han ganado aptitudes cerebrales relacionadas con la velocidad y los automatismos, en detrimento de otras, como el razonamiento y el autocontrol”.
Así son:
Cotidianidad: navegan a través de varios dispositivos electrónicos durante varias horas al día. Están dispuestos a pagar mucho dinero por un teléfono inteligente, pero están acostumbrados a obtener música, videos, películas y contenidos gratis en la web. Adoptan modas que se propagan por ella, su vocabulario está lleno de acrónimos y anglicismos y sus ídolos son estrellas de internet.
Amigos: más de la mitad de los Z consideran que la vida social auténtica transcurre en redes sociales, donde el 84 por ciento tiene cuentas registradas, según una encuesta de la agencia JWT, de Estados Unidos. Para ellos es más fácil chatear que hablar.
Conocimientos: fanáticos del “autoaprendizaje permanente”, echan mano de los tutoriales de Youtube; han visto caducar tecnologías como los radios, el CD y el DVD y tienen claro que todo lo obtienen de la red. Su atención es breve; no leen, escanean.
Mundo laboral: entre el 50 y el 72 por ciento de ellos quiere crear su propio emprendimiento. La palabra “empresa” evoca nociones negativas como “complicada”, “despiadada”, “una jungla”. Confían en su red de contactos para triunfar, antes que en los diplomas, y no son amigos de las jerarquías. Al 76 por ciento le gustaría convertir su ‘hobby’ en su trabajo.

martes, 12 de julio de 2016

Es diferente el cerebro de los jóvenes de la generación Z?



Frente a pantallas, nacidos en la era digital mejoraron sus aptitudes de velocidad y automatismos.

Nacieron al final de la década del 90 y comienzos de la del 2000; su vida está enfocada en Internet.

Nacieron al final de la década del 90 y comienzos de la del 2000; su vida está enfocada en Internet.
Pragmáticos, testarudos, autónomos, ambiciosos e inmediatistas: la generación Z, constituida por aquellos que nacieron entre finales de la década de los 90 y comienzos de la del 2000, están decididos a construirse un mundo distinto al de sus mayores, alejado de los códigos sociales actuales.
Dado que su vida social está en la red, donde encuentran con qué y quiénes identificarse, y mecanismos para expresarse, pasan varias horas de su día conectados a internet.

Leen poco, no practican deportes y no los desvela educarse y conseguir un trabajo para ganarse la vida. En cambio, como ninguna otra generación, la de estos ‘mutantes’ (así se refieren a ellos algunos investigadores por su fusión con el mundo digital) está preparada para absorber las nuevas tecnologías.
Cuando nacieron había internet. Crecieron y crecen con los videojuegos y los celulares. “Han ganado aptitudes cerebrales relacionadas con la velocidad y los automatismos, en detrimento de otras, como el razonamiento y el autocontrol”, dice Olivier Houdé, director del Laboratorio de Psicología del Desarrollo y Educación Infantil del CNRS-La Sorbonne y autor del libro 'Aprender a resistir'. Houdé preconiza un aprendizaje adaptado a estas mutaciones.
¿Es diferente el cerebro de los niños nacidos en la era digital?
El cerebro es el mismo, pero los circuitos utilizados cambian. Frente a las pantallas y en la vida en general, los nativos digitales tienen una especie de tren de alta velocidad cerebral que va del ojo al pulgar. Utilizan sobre todo una zona del cerebro, el córtex prefrontal, para mejorar esa rapidez de decisión y de adaptación multitarea. Sin embargo, esto se hace en detrimento de otra función de esta zona, que es más lenta, de distanciamiento, de síntesis personal y de resistencia cognitiva.
¿A qué llama usted ‘resistencia cognitiva’?
Hay tres sistemas en el cerebro humano: uno es rápido, automático e intuitivo, altamente requerido en el uso de pantallas; el otro es más lento, lógico y reflexivo, y un tercer sistema en el córtex prefrontal permite arbitrar entre los dos primeros: el corazón de la inteligencia. Permite inhibir los automatismos del pensamiento cuando se hace necesaria la aplicación de la lógica o de la moral. Es la resistencia cognitiva. Inhibir es resistir. Los nativos digitales deben reaprender a resistir para pensar mejor.
¿Cómo puede traducirse esto en la vida de los niños?
Es un proceso de adaptación notable, de toma de distancia que permite resistir a las respuestas impulsivas. Pero la maduración de este proceso es lenta en el curso del desarrollo del niño y del adolescente. Es por eso que hay que educarlo y entrenarlo intensamente en el colegio. Es lo que yo llamo ‘aprender a resistir’, una pedagogía del control cognitivo. Nosotros lo hemos demostrado en el laboratorio, pero aún falta por demostrar sus aplicaciones en la escuela. Es útil para el razonamiento, la categorización, pero también la lectura o las matemáticas.
¿Y puede tener una utilidad social este mecanismo cerebral?
Permite, por ejemplo, evitar decisiones absurdas, a veces de manera colectiva, en una empresa. Permite también resistir, en nuestras democracias, a las creencias erróneas: las teorías del complot, por ejemplo, o a estereotipos muy anclados. La resistencia cognitiva es también un factor de tolerancia, permite la inteligencia interpersonal, es decir, la capacidad de callar su propio punto de vista para favorecer el del otro. Cuando los atentados de París llevan a hablar de ‘desradicalización’, de lo que se trata es de esa resistencia cognitiva. Educar el cerebro es enseñarle a resistir a su propia sinrazón, un verdadero desafío para las ciencias cognitivas y para la sociedad actual.
Características
Cotidianidad: navegan a través de dispositivos electrónicos durante horas. Pagan mucho dinero por un teléfono inteligente, pero obtienen música, videos, películas y contenidos gratis en la web. Adoptan modas que se propagan por ella, su vocabulario está lleno de acrónimos y anglicismos y sus ídolos son estrellas de la red.
Amigos: más de la mitad de los ‘Z‘ consideran que la vida social transcurre en las redes, donde el 84 % tiene cuentas, según una encuesta de la agencia JWT, de EE. UU. Para ellos es más fácil chatear que hablar.
Conocimientos: fanáticos del “autoaprendizaje permanente” echan mano de los tutoriales de Youtube; han visto caducar tecnologías, como los radios, CD y DVD y todo lo obtienen de la red. Su atención es breve; no leen, escanean.
Mundo laboral: entre el 50 y el 72 % de ellos quieren crear su propio emprendimiento. La palabra ‘empresa’ evoca nociones negativas como ‘complicada’, ‘despiadada’, ‘una jungla’. Confían en su ‘red’ de contactos para triunfar, antes que en los diplomas y no son amigos de las jerarquías. Al 76 por ciento le gustaría convertir su ‘hobby’ en su trabajo.

lunes, 11 de julio de 2016

Así trabajan los colegios para que los niños se enamoren de la lectura

Diferentes estrategias implementadas por los maestros promueven el hábito de leer en los alumnos.

En los colegios del Amazonas se realizó la maratón de lectura en donde estuvo presente la ministra de Educación, Gina Parody.

En los colegios del Amazonas se realizó la maratón de lectura en donde estuvo presente la ministra de Educación, Gina Parody.
Deténgase un momento y recuerde cuántos libros ha leído en lo que va del año y cuántos leyó en el 2015.
Seguramente su respuesta refuerza las cifras del Dane, del año pasado, que afirman que el 51,6 por ciento de los colombianos dicen no haber leído un solo libro en el último año; mientras que el 48,4 dicen que sí, y solo el 5,5 por ciento leen cinco libros en un año. Lo que nos deja como un país cuyo promedio de lectura es de 1,9 libros anuales.


El panorama es desalentador, y con el objetivo de contrarrestar este problema cada vez más docentes se vinculan a proyectos desarrollados por el Ministerio de Educación para incentivar en los colegios del país el amor por la lectura.

Esperanza Alarcón, de la Institución Educativa Ojo de Agua, en zona rural de San Gil (Santander), es una de las docentes que, aunque no dictan lengua castellana, reconocen el aporte de la lectura en todas las áreas del conocimiento y por eso, desde hace 10 años, decidió implementar varias estrategias que, según ella, le han dado resultado y que actualmente puede seguir aplicando gracias a los recursos y a las colecciones Semillas, paquetes de libros y textos académicos que les ha donado el Ministerio de Educación.
‘La mochila viajera’ y ‘El cuaderno viajero’ son las dos actividades académicas más representativas. La primera consiste en que todos los días los estudiantes llevan en su mochila un libro a casa que deben leer en compañía de sus padres, y dar cuenta de lo que leyeron al día siguiente en clase.
La otra está relacionada con un cuaderno que la institución ha dispuesto para que cada semana un estudiante lo lleve a su casa, se reúna con sus padres, abuelos y vecinos y pueda recrear, mediante la escritura y el dibujo, las historias tradicionales de su municipio, en un ejercicio de memoria histórica.
“Este proyecto ha sido hermoso porque los niños y los papás esperan ansiosos los libros de la colección. Les encantan. Además de incentivar la lectura, estamos trabajando la unión familiar y rescatando la tradición oral”, contó la docente Alarcón.
Estas colecciones literarias contienen textos educativos de todas las áreas, seleccionados por expertos, para que los colegios públicos de todos los rincones del país puedan tener acceso a ellos. Ese es el caso de El Horro, en Anserma (Caldas), una institución que cuenta con nueve sedes rurales que se han visto beneficiadas con la llegada de estos libros, pues se robusteció la biblioteca y los docentes ahora cuentan con más recursos para dictar sus clases.
Sandra Carvajal, docente de la institución, asegura que “la colección nos ha servido mucho en todas las áreas porque los libros tienen un contenido muy interesante y muy bien preparado para que los chicos se sientan atraídos por ellos”.
Otra de las actividades que se realizan son las maratones de lectura, jornadas diarias de una hora en las que los estudiantes escogen el libro que quieran leer de las colecciones Semillas, realizan actividades de comprensión de lectura y cumplen con la meta de leerlo en 30 días. “Las maratones de lectura son todo un éxito, les entregamos a los niños de primaria un libro diario y a los de bachillerato uno semanal, y nos ha funcionado muy bien”, contó Diana Fajardo, docente del colegio Andrés Bello en Manizales. Gracias a esta iniciativa, los niños pasaron de uno a cinco libros leídos en el año.
Bibliotecas escolares
‘Pásate a la biblioteca escolar’ es otro de los proyectos que hacen parte del Plan Nacional de Lectura y Escritura, impulsado por el Ministerio de Educación, que capacita a los maestros para que puedan trabajar y convertir las bibliotecas escolares en espacios donde los estudiantes puedan acudir a leer y a reforzar sus conocimientos. Hasta ahora se han capacitado dos mil docentes de 400 colegios de jornada única.
“Es importante que nuestros estudiantes adquieran el hábito de leer porque los vuelve más competentes y los capacita para enfrentarse a grandes retos”, afirmó el docente Óscar Palacio, de la Institución Corazón de María, en Carmen de Atrato (Chocó).
Hasta el momento se han entregado más de 5 millones de libros, a los que han tenido acceso 7’058.906 estudiantes en todo el país, con una inversión de más de 48.000 millones de pesos.

domingo, 10 de julio de 2016

La revolución de la generación Z: digitalizados desde que nacen

Dentro de poco los 'centennials' ingresarán al mercado laboral y comenzarán a redefinir la sociedad.

Los centennials también son conocidos como la generación iGen porque crecieron en plena ebullición de los smarthphones, de internet y de las redes sociales.

Los centennials también son conocidos como la generación iGen porque crecieron en plena ebullición de los smarthphones, de internet y de las redes sociales.
“Quiero que descargue más rápido, que mi compra online llegue mañana, que mi foto se suba de inmediato. Quiero encontrar trabajo, pero lo necesito mañana; pasado mañana no me sirve. Quiero tener un celular, pero lo quiero ahora porque mañana va a salir otro mejor”.
La declaración es de Uzziel Misle, un popular ‘youtuber’ conocido como Típico Shileno. Misle tiene 19 años y es un representante de la generación Z, también llamada los ‘centennials’: jóvenes que nacieron entre 1995 y el 2010 y que representan el 26 por ciento de la población mundial.

Esta nueva tribu es el relevo de la generación Y, también conocida como los ‘‘millennials’’, que incluye a los nacidos entre 1980 y 1994. Si estos se caracterizaron por romper paradigmas con una mirada más flexible del trabajo, de la familia y de la tecnología, las expectativas sobre los cambios que impulsarán los Z son mayores. Por el momento, los expertos describen su mirada del mundo con tres palabras: inmediatez, rapidez y eficiencia. “Si tuviera que definir a mi generación en un solo concepto, sería que quieren todo ya. Para ellos, esperar es lo peor”, aclara Misle.

Los ‘centennials’ también son conocidos como la generación iGen o como los primeros nativos digitales, porque crecieron en plena ebullición de los ‘smarthphones’, de internet y de las redes sociales. Aunque se decía lo mismo de los ‘millennials’, el conglomerado Z sí creció con la red y las nuevas tecnologías como parte de su ambiente natural.
Por lo mismo, su relación con el mundo digital es lo que marca a los integrantes de esta tribu y los diferencia de los ‘millennials’. Mientras estos manejan hasta dos pantallas y piensan en 3D, la generación Z maneja cinco pantallas y piensa en 4D. Los ‘millennials’ se comunican por texto, y los Z, por imágenes. Si los ‘millennials’ usaron el ICQ (un chat para PC, anterior al Messenger), los Z solo piensan en WhatsApp. Si los ‘millennials’ hicieron fila para arrendar un estreno en Blockbuster, los Z abren Netflix en segundos desde sus sillones.

Daniel Halpern, periodista de la Universidad Católica de Chile e investigador del ‘think tank’ Tren Digital, lo explica con lo que se conoce como YouTube Spam Attention: “Antes, las personas eran capaces de esperar a que sucediera algo. Con la generación Z hay tanto estímulo que tienes que esforzarte mucho para que te pongan atención. Yo no crecí así, mi máximo estímulo era la televisión. Pero ahora esa misma pantalla me permite interactuar con el contenido y con otras personas al mismo tiempo. Antes, la gente podía esperar tres, cuatro minutos. Hoy se habla de 40 segundos. Gracias a YouTube, si te aburres de algo puedes cambiarlo de inmediato”.
Según el estudio ‘Cassandra Report: The Gen Z Issue’, del año pasado, un 85 por ciento de los jóvenes Z dice que YouTube es su sitio favorito. Los ‘millennials’ prefieren Amazon. Otra investigación, realizada en Estados Unidos por Pew Research Center –también en el 2015–, reveló que un 92 por ciento de los Z se conecta a internet diariamente. La red social que predomina es Facebook (71 por ciento), seguida por Instagram (52) y Snapchat (41). Twitter, herramienta muy usada por los ‘millennials’, queda en el cuarto lugar, con 33 por ciento.
A diferencia de los ‘millennials’, quienes crecieron en un mundo donde informarse era un privilegio, para los Z es un derecho. Halpern lo explica con la lógica del ‘a ti quién te preguntó’: “Hoy no se escucha eso, porque informar, decir lo que uno tiene que decir, independientemente de que esté interrumpiendo, es un valor. Entonces, tienes gente que vomita información en vez de comunicarse. Ellos son esta cultura, ellos nacieron así. Ellos hablan, dicen, comentan, todo el rato”.
Las diferencias tecnológicas entre ambas generaciones se notan físicamente. La ‘Thumb Theory’ (teoría del pulgar) lo explica: si para los X, la generación previa a los Y, su dedo fuerte era el índice (por el uso del teléfono), para los ‘millennials’ es el pulgar (por el uso del Nintendo). Y los Z no tienen un dedo predominante, porque usan más de uno.
Educación alternativa
Los ‘centennials’ tienen una suerte de recelo hacia el sistema educativo tradicional y optan por nuevos modos de aprendizaje. Demandan una enseñanza más práctica y flexible, menos formal, orientada a experiencias y habilidades que les ayuden a afrontar un futuro laboral caracterizado por la incertidumbre y el cambio, con profesiones novedosas y vinculadas a proyectos colectivos de trabajo en red, con la creatividad como componente principal.
De hecho, según el estudio de Sparks & Honey, el 75 por ciento de los jóvenes cree que hay maneras de obtener una buena educación sin ir a la universidad, como el ‘homeschooling’ o el ‘e-learning’. Los Z quieren tener que ver en su educación y no ser meros espectadores. Y creen que es más fácil aprender de internet.
Uzziel Misle, quien tiene más de 280.000 suscriptores en su canal de YouTube, lo ejemplifica: para aprender a hacer sus videos investigó en la web cómo usar la cámara y editar: “Me di cuenta de que lo que quería lo tenía en internet. Todo está a un clic de distancia. Un día quería hacer un pie de limón y busqué en YouTube cómo hacerlo. ¡Y al otro día sabía hacer pie de limón!”.
Uno de los paradigmas más grandes que rompieron los ‘millennials’ fue la importancia que le dieron a su realización personal, a que no todo era trabajar. Para ellos, las experiencias eran lo primordial.
Pero los Z se distancian de esto. Si un ‘millennial’ ahorra para viajar, los Z lo hacen para comprar bienes. Y esto puede deberse al cambio de mentalidad entre una generación y otra: de los ‘millennials’ se dice que son idealistas e inmaduros; de los ‘centennials’, que son realistas y maduros. Los Z crecieron con los ojos abiertos frente a catástrofes como el terrorismo y la recesión económica.
Una de las grandes preocupaciones de los Z es el medioambiente. Según el estudio de Sparks & Honey, ‘Gen Z: The Final Generation’, el 76 por ciento de los niños entre 13 y 17 años está preocupado por el impacto de la humanidad en el planeta, y el 63 por ciento está preocupado por su futuro.
La psicóloga clínica y terapeuta familiar Alejandra Silva señala: “La generación actual ha ido disminuyendo sus intereses sociales, son más cortoplacistas y no acostumbran a pensar en proyecciones ni en consecuencias de las acciones (...). No se sienten parte de los procesos que estamos viviendo, no se sienten considerados ni se sienten responsables por el mundo que están construyendo”.
Como los Z más grandes apenas tienen 21 años, poco se sabe qué pasará con ellos en el trabajo; los expertos están a la espera del momento en que comiencen a develar algún tipo de comportamiento. Al mismo tiempo, puede ser que el rasgo más estudiado de los ‘millennials’ sea su desenvolvimiento laboral. Hoy, este grupo forma alrededor del 25 por ciento de la fuerza laboral.
Juan Ignacio Silva, gerente regional de recursos humanos de la empresa de reclutamiento PageGroup, enumera los paradigmas de los ‘millennials’: están más orientados al ser que al tener, trabajan de forma colaborativa, creen más en una ‘redarquía’ que en la jerarquía del jefe, se enfocan más en la tarea que en el objetivo final, trabajan más su lado creativo, les gusta la diversidad y prefieren empresas verdes.
Según Silva, los Z tienen un comportamiento parecido a sus predecesores, pero cree que van a poner más cosas en tela de juicio. Si los Y comenzaron a trabajar con la diversidad (discapacitados, mujeres y LGBT), los Z lo llevarán al siguiente nivel, porque la tecnología los ha hecho más tolerantes. “Lo que viene es diversidad, inclusión, trabajo colaborativo, o sea, agudizar un poco este modelo”, adelanta.
Según la encuesta Deloitte 2016, un 66 por ciento de los ‘millennials’ dice que espera haberse cambiado de trabajo de aquí al 2020. Algo similar se espera de los Z: se estima que a lo largo de su vida tendrán 17 empleos.
El informe ‘Generación Z: el último salto generacional’ aborda las oportunidades que brindan los entornos colaborativos digitales, que son lo que los Z buscarían. Entre estos está lo que se conoce como ‘gig economy’, que refleja el paso de una economía donde el trabajo era estable, por cuenta ajena y para un solo empleador, a otra en la que tiende a ser temporal, autónomo y para varios empleadores a lo largo de la trayectoria profesional.
La generación Z ha demostrado tener más espíritu emprendedor que sus predecesores. Una encuesta realizada en el 2014 por Northeastern University Innovation señala que cuatro de cada diez jóvenes Z quieren trabajar para sí mismos.
El estudio de Millennial Branding, ‘Gen Z Global Workplace Expectations’, resume los puntos fuertes que definen a este grupo de jóvenes en el ámbito laboral. Primero, su espíritu emprendedor. Segundo, no les importa el dinero (hasta el momento). Y tercero, prefieren la comunicación cara a cara que la tecnología. En este sentido, los jóvenes no estarían preocupados de conectarse ‘online’ y priorizarían relaciones en persona con sus jefes, antes que ‘e-mails’ o mensajes instantáneos. Sus habilidades comunicativas no serían tan afectadas por la tecnología como se cree.
Lo que queda ahora es ver cómo se acoplan los Z a los Y. Un aspecto clave que destaca el ejecutivo Juan Ignacio Silva será observar cómo reaccionarán los ‘millennials’ cuando estén en puestos de jefatura: “La generación Y planteó esta ruptura de paradigmas desde la base de la pirámide. Ahora hay que ver si, cuando suba un escalón, sigue siendo tan disruptiva”.
Aislamiento transnacional
Las relaciones de los Z también están mediadas por la tecnología. Si para los jóvenes Y la televisión lo fue todo, para los Z lo es internet. Incluso se podría decir que entre ellos la red está reemplazando las amistades de la vida real que tenían los ‘millennials’. Según Daniel Halpern, investigador del ‘think tank’ Tren Digital, hoy todas las relaciones son mediadas por la tecnología y algunas, especialmente entre los integrantes de la generación Z, son ciento por ciento online. Por lo mismo, no es raro que existan grupos de WhatsApp transnacionales, con miembros de distintos países que se conocieron en la web y que por tener intereses en común formaron un grupo en esta aplicación.
Según una encuesta de Millward Brown realizada en Europa, Asia y Estados Unidos, un 25 por ciento de la generación Z interactúa diariamente con pares en otros países. Con la tecnología, los Z se aíslan de sus propios entornos, pero son capaces de traspasar fronteras.

La psicóloga clínica y terapeuta familiar Alejandra Silva, quien lleva 20 años trabajando con adolescentes, explica las consecuencias de esto: “Se piensa con facilidad que un ‘amigo’ es quien acepta una solicitud en Facebook, o que una relación de noviazgo puede establecerse o finalizar por WhatsApp”. Toda esta interacción virtual puede hacer que los jóvenes pierdan habilidades comunicativas. La socióloga Francisca Ortiz, del Centro de Investigaciones Socioculturales de la Universidad Alberto Hurtado, de Chile, considera que las tecnologías pasan a ser, en el caso de los ‘millennials’, una herramienta para dar su opinión en lo laboral y en otros ámbitos, pero pareciera ser que los integrantes de la generación Z las utilizan como una herramienta para validarse.
Silva agrega las consecuencias positivas de este cambio generacional: “Genera en ellos la sensación de estar más conectados unos con otros, de que siempre saben lo que les pasa a otros, si alguien tiene un problema, lo que sea. Fortalece sus relaciones, su cercanía (...). Es de alguna manera como un puente con la vida real.