viernes, 1 de junio de 2018

Realmente los "millennials" derrochan más y ahorran menos que las generaciones anteriores?

Se suele decir que muchos "millennials" gastan lo que ganan sin pensar en “el mañana”. Sin embargo, esta no es la primera vez que se lanza una acusación semejante contra la generación más joven. ¿Hasta qué punto son distintos sus hábitos de ahorro?

No es que no ahorren, pero sus prioridades son otras. (Getty Images) 

Cuando se habla de responsabilidades, los millennials suelen tener mala reputación.

Aparentemente cambian de trabajo con demasiada frecuencia, dejan el matrimonio para más adelante y están demasiado ocupados gastando su dinero en desayunos poco convencionales en vez de ahorrar.

Un sondeo reciente de 1.037 estadounidenses descubrió que menos de un tercio de los millennials contribuye a un fondo de pensión, mientras que otro estudio de Merrill Edge reveló que sí están ahorrando, pero no para su jubilación.

Entonces, ¿son los millennials peores a la hora de organizar sus finanzas que las generaciones anteriores? Posiblemente no.

Reticencia juvenil

Década tras década, los jóvenes le han huido a la idea de planear para la vejez. Esta reticencia no es nueva. Un estudio de 1998 encontró que los más jóvenes de la generación que nació durante el baby boom (como se conoce al período entre los años 1946 y 1964) ahorraban menos para la vejez que aquellos con más edad de esa misma generación.


Si bien los millennials manejan activamente sus finanzas, muchos dicen que no están ahorrando lo suficiente para su jubilación. (Getty Images)

Douglas Hershey, director del Laboratorio de Investigación para la Planificación de la Jubilación de la Universidad del Estado de Oklahoma, en Estados Unidos, dice que esto está relacionado más con los jóvenes en general que con los millennials.

"No creo que haya mucha diferencia en torno a cuán importante es la jubilación para los millennials o su actitud hacia ella, en comparación con aquellos de la generación del baby boom cuando tenían 20 años". Más importante, dice, son las características psicológicas que afectan cómo ahorramos, más allá de la edad. Un factor es la perspectiva del tiempo futuro. 

"Alguna gente piensa en los futuros cinco, diez o 20 años, mientras que otros están más centrados en el presente. Es un rasgo de personalidad bastante estable. La gente tiende a ser de una manera toda su vida". Ser consciente y prestar atención a los detalles son buenos indicadores para saber si la gente planifica y ahorra para su pensión.

Cuestión de prioridades

Aun así, Hershey cree que hay preocupaciones financieras más inmediatas para la actual generación, como el aumento del precio de la vivienda y los costos de la educación.

Sophia Bera es una planificadora financiera de 33 años que viven en Austin, Texas, EE.UU. Fundadora de la firma Gen Y Planning, trabaja fundamentalmente con menores de 36 años.


Para los millennials es importante primero pagar los préstamos estudiantiles. (Getty Images)

Según Bera, los millennials están más preocupados por cancelar lo más rápido posible las deudas que contrajeron para pagar sus estudios que por ahorrar para la jubilación. "Si acaban de estudiar abogacía o medicina, dicen que saben que deberían ahorrar para su pensión, pero lo que quieren primero es pagar sus préstamos de estudiante", afirma Bera. 

"Para los millennials no tener deudas es como el nuevo sueño americano mucho más que tener una casa, porque eso les causa menos estrés". Sus clientes, dice, deciden por lo general cancelar sus deudas antes que otras cosas, aunque tenga más sentido desde el punto de vista financiero pagarlas más tarde.

Diferencias nacionales

Informes recientes que señalan que los millennials no están ahorrando lo suficiente para la jubilación pueden también explicarse por el modo en que deben abordar el tema. Hacer generalizaciones puede ser problemático porque cada país tiene diferentes esquemas de jubilación.


En el último siglo la expectativa de vida se ha duplicado gracias al avance de la ciencia y las mejoras en el saneamiento de las ciudades. (Getty Images)

Algunos, como Australia y Suiza, tienen esquemas de jubilación obligatorios en los que los empleados están obligados a contribuir a una cuenta de jubilación. Otros, como EE.UU., tienen esquemas públicos al estilo de los que se paga a medida que avanzas como la Seguridad Social, que tienen como objetivo mantener a los jubilados fuera de la pobreza, apuntalados por cuentas de jubilación individuales con contribución de los empleadores.

Pero también es cierto que los sistemas de jubilación de décadas pasadas, y otras redes de seguridad como la seguridad social, están bajo más presión que nunca.

De la compañía al individuo

Uno de los grandes cambios en las últimas décadas ha sido el traspaso de la responsabilidad del ahorro para la jubilación de las compañías a los individuos, dice Philip Davis, profesor de finanzas de la Universidad de Brunel, en Londres, Reino Unido, y miembro del Instituto Nacional de Investigación Económica y Social.

"El gran cambio para los sistemas financiados es el paso de beneficio definido a contribución definida", dice el investigador.


Muchos jóvenes prefieren diversificar sus ahorros e invertir en propiedades. (Getty Images)

"Eso quiere decir que pasamos del tipo de financiación que garantizaría un cierto tipo de ingreso desde la jubilación hasta la muerte, a un fondo al que uno contribuye, y donde la paga está determinada por el mercado".

"Es algo relativamente nuevo el que la gente deba planear su propio futuro en un dominio de planificación complejo, en vez de que la empresa se ocupe de esto por ellos", afirma Hershey, "el trabajador está ahora al mando y tiene que tomar decisiones importantes".

Diversificación

Con la obligación ahora del lado del trabajador de educarse a sí mismo, no es difícil ver por qué algunos jóvenes prefieren esconder la cabeza bajo la arena. Pero no todo el mundo. Ángel Fernández Amores es un exconsultor de 30 años de Madrid, España. Él dice que la mayoría de la gente que conoce confía en el sistema de pensión pública de España.

"Aun así, España no está en la mejor situación. La demografía está cambiando bastante y aún está por verse si este fondo de pensión será sostenible en el largo plazo". 

La crisis económica de una década lo motivó a aprender cómo ahorrar para su jubilación, y así fue como decidió comprar una propiedad en Madrid hace un par de años a modo de inversión, cuando los precios estaban en su punto histórico más bajo. "No me veo viviendo allí con mi familia. Pero es una gran inversión para un joven, o, en el futuro, estos ingresos pueden ayudar a financiar mi jubilación".

Inversión inmobiliaria

Puede que los millennials, muchos de los cuales han vivido durante la crisis financiera global y se han mantenido lejos de las inversiones en acciones, confíen más en los ladrillos y el cemento como una fuente de ingresos para su jubilación.

Bera dice que cada vez más clientes le están preguntando sobre las ventajas de invertir en propiedades, sobre todo aquellos que viven en ciudades donde el precio de la vivienda es extremadamente elevado.


La crisis financiera global fue una lección para muchos millennials. (Getty Images)

"En vez de comprar su propia casa, eligen ahorrar para invertir en una casa en otra parte y obtienen ingresos alquilándola". 

Nicole Wong, una veterinaria de 28 años de Hong Kong, piensa usar la renta durante su jubilación. Actualmente vive en Brisbane, Australia. Dice que calculó cuánta planta necesitará para jubilarse, dependiendo de cuánto tiempo viva, y que su prioridad es comprar una casa. "También quiero tener al menos una propiedad como inversión y un portafolio de acciones para financiar mi jubilación". Dice que muchos de sus amigos en Hong Kong están pensando en mudarse a un sitio donde el costo de vida sea más bajo cuando se jubilen.

Y otros creen que nunca necesitarán jubilarse. Al menos un sondeo indicó que el 30% de los participantes (de entre 18 y 24 años) no planea jubilarse.

Así, quién sabe, quizá los millennials que ya han afectado tantas industrias acaben también reinventando el concepto de jubilación.

jueves, 31 de mayo de 2018

Los perros pueden predecir los terremotos

 
Si tienes preguntas, envíalas a: revista4patas@semana.com 

Conoce los argumentos científicos detrás de este mito que se ha conocido por años. 

Mito

Durante siglos, varios escritos asociados a desastres naturales han indicado que los comportamientos de ciertos animales —como las aves y los perros— se constituyeron en señales que los predijeron. En los últimos años, y gracias a los videos logrados por cámaras de seguridad, esta hipótesis se ha reafirmado. Según las imágenes —que abundan en las redes sociales— las reacciones de las mascotas segundos antes de un sismo prueban que sus conductas permiten anunciar un evento catastrófico que está por llegar.

El tema, que no ha estado exento de polémicas y debates, también ha sido abordado por distintos estudios científicos. Sin embargo, aún no existe un resultado lo suficientemente concluyente. Respecto a este asunto, el Servicio Geológico de Estados Unidos sostiene en su página oficial, y de manera enfática, que “pese a que se han documentado casos de comportamientos animales inusuales antes de terremotos, no se ha establecido una conexión clara entre una conducta específica y la ocurrencia de un sismo. Debido a sus sentidos finamente sintonizados, los animales a menudo pueden sentir el terremoto en sus primeras etapas, antes que los humanos. Esto alimenta el mito de que sabían que el terremoto venía, pero la verdad es que ellos también cambian su comportamiento por muchas otras razones”.


Con todo, existen investigadores que siguen apostándole a la idea contraria. Un ejemplo es el italiano Martin Wikelski, quien se ha propuesto demostrar que el comportamiento de los animales durante las horas previas a un terremoto podría convertirse, algún día, en un sistema de alerta temprana que posibilite tomar medidas preventivas.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Por qué es normal que los lagartos tengan tres ojos (y el científico que encontró un fósil de cuatro ojos)

Un órgano que en los humanos evolucionó como una glándula, en algunos peces, reptiles y anfibios se convirtió en un tercer ojo que funciona como una "brújula solar". Un biólogo alemán presenta un fósil con cuatro ojos.


Aunque muchos no lo saben, es común que peces, anfibios y reptiles tengan un tercer ojo.

La próxima vez que veas una iguana, por ejemplo, fíjate en la parte de arriba de su cabeza, justo en el centro. Ahí verás un círculo de un color pálido, que precisamente no está pigmentado para permitir el paso de la luz.

Ese es lo que los herpetólogos, los científicos que estudian los reptiles, llaman el ojo pineal, más comúnmente conocido como el tercer ojo.

"Aún no sabemos exactamente qué hacen este tercer ojo", le dice a BBC Mundo Krister Smith, paleo-herpetólogo del Instituto Senckenberg, en Alemania.

De lo que sí están seguros los biólogos es que está relacionado con la detección de la luz, lo cual les ayuda a orientarse y a regular sus ciclos diarios, que dependen de si es de día o de noche.


Los lagartos usan el tercer ojo para detectar la luz. Getty Images

"Este tercer ojo se desarrolla de manera muy similar a los ojos que todos conocemos", dice Smith. "También está directamente conectado con el cerebro a través de un conducto que termina en forma esférica, en la que se forman capas muy similares a una retina con proteínas fotosensibles".

En un 2009, un grupo de biólogos italianos hicieron varios experimentos con lagartijas, en los que los pequeños lagartos debían guiarse por la luz para llegar de un punto a otro. Las lagartijas lo lograron, pero luego, cuando los investigadores les taparon o les removieron el tercer ojo, perdían el rumbo.

Por eso, los biólogos de ese experimento definieron al tercer ojo como una "brújula solar".


El fósil analizado por Smith es el único animal con mandíbula que tiene cuatro ojos. Instituto Senckerberg

Es cuestión de evolución

Si lo de pineal te suena familiar es porque los humanos tenemos una glándula con ese nombre, solo que no evolucionó como un ojo, sino como un órgano que nos ayuda a regular nuestros ciclos de sueño.

El ojo pineal era más común hace millones de años. "Peces, anfibios, mamíferos…todos tienen ancestros con un tercer ojo", apunta Smith.

Hoy ningún mamífero tiene un tercer ojo, pero sí está presente en animales como ranas, serpientes y algunos peces. Otros, como tortugas, pájaros y cocodrilos ya no lo tienen.

La lamprea es el único vertebrado existente que tiene 4 ojos. Getty Images

"Por alguna razón que desconocemos, este tercer ojo se ha ido perdiendo", explica Smith.

Para la mayoría de las personas el tercer ojo resulta un dato sorprendente, para Smith que lleva años estudiando el tema, quizás ya no tanto, así que lo que lo tiene realmente asombrado es su más reciente hallazgo publicado hace una semana: el fósil de un lagarto que no tiene tres, si no cuatro ojos.

Hasta hoy, el único animal conocido con cuatro ojos es la lamprea, un pez sin mandíbula.

El fósil analizado por Smith está en un museo de la Universidad de Yale, Estados Unidos, tiene unos 49 millones de años y pertenece a una especia ya extinta, conocida como lagarto monitor.

¿Logras ver el ojo pineal de esta iguana?. Getty Images

En el fósil, además de su tercer ojo, se observa la cavidad de un cuarto ojo, formado por los órganos pineales y parapineales.

"Es muy seductiva la idea de que los órganos pineal y parapineal se hayan formado como pareja, como nuestros ojos laterales", señala Smith, "pero todavía hay mucho debate respecto a esto".

Por ahora, su hallazgo le genera más preguntas que respuestas, pero todo apunta a que el tercer y cuarto ojo de este lagarto se desarrolló de manera distinta a otros animales.

"Cualquier afirmación acerca de la función de este cuarto ojo será necesariamente especulativa", afirma Smith, "en todo caso, una posibilidad es que puede estar relacionado con ayudar a la orientación geográfica".

martes, 29 de mayo de 2018

Consejos para corregir los malos hábitos de los perros

La clave es educarlos desde cachorros, pero hay remedio cuando están grandes. 


En este proceso se debe ser disciplinado y constante, y hay que dedicarles un buen rato todos los días y ser firmes y claros con lo que se quiere lograr. 

Adiestrar un perro desde cachorro es importante –y posible– para que aprenda normas básicas y podamos convivir sanamente con él. Para que no se acostumbre a ‘hacer daños’ o a ‘portarse mal’, con comportamientos que pueden terminar incomodando a todo el mundo. 

Los cachorros pueden empezar a seguir órdenes desde los cuatro meses, en promedio. En este proceso se debe ser disciplinado y constante, y hay que dedicarles un buen rato todos los días y ser firmes y claros con lo que se quiere lograr. Esas rutinas deben ser estrictas.

Aunque se sabe que el proceso no es fácil, hay cosas que no se pueden permitir. El veterinario Jorge Gallego, docente de la Universidad de Antioquia, da algunos consejos para educar –o corregir– a nuestros perros.

La limpieza

Frente a la limpieza hay que ser estrictos con los sitios escogidos para tal fin. Deben tener rutinas desde cachorros. Pero es posible que esa rutina se altere. Cuando un perro que ya está educado y empieza a hacer sus necesidades en la casa, puede ser que tenga una hembra en celo cerca si no está castrado; entonces, querrá marcar territorio. El veterinario explica que puede ser una causa física y por eso hay que llevarlos al médico. 

Por otro lado puede ser un tema de comportamiento. “ En este caso es bueno corregirlos, llevarlos al sitio donde está bien que hagan sus necesidades y ser constantes. Puede darse un castigo pedagógico que tenga una consecuencia”, añade el experto. Los ‘Peliones’

Este es un problema que hoy puede generar situaciones hasta con la justicia. Si los perros son agresivos, se tienen que llevar con bozal y sujetarlos fuertemente. Este problema se minimiza si están castrados. Son conductas que se deben identificar y corregir. Destrozos en la casa

Los cachorros son juguetones por naturaleza y por eso es casi normal que terminen haciendo daños. Por eso hay que tenerles juguetes y cosas que puedan morder y que no representen riesgos para su salud. En el mercado hay muchos. 

Cuando son adultos y hacen un daño, generalmente quieren manifestar descontento por algo o puede ser muestra de ansiedad. 

Algunas de las causas: puede ser que no estén haciendo suficiente ejercicio o cambios en sus rutinas. En este caso es importante consultar con un etólogo (experto en comportamiento). 

Mal aliento

Ese olor desagradable tiene que ver con problemas periodontales; así que cuando se presenta halitosis hay que llevarlo a consulta. Se corrige suspendiendo los alimentos caseros y haciendo una limpieza (o profilaxis) que debe hacerse cada seis meses o máximo cada año. La periodicidad depende de la cantidad y rapidez en que se producen los cálculos. La limpieza se debe hacer una vez al día y nunca servirle comida casera. Los hiperactivos

Generalmente, la falta de actividad física los vuelve ansiosos. Los perros tienden a repetir estos comportamientos cuando su vida es muy sedentaria y, entonces, tienden a llamar la atención constantemente. 

Para corregirlos hay que solucionar el problema de base. Lo primero: ser muy constantes con el ejercicio. Pero si la hiperactividad continúa, hay que consultar con un experto, teniendo en cuenta que hay razas mucho más activas que otras. Los Pedigüeños

Este es un mal hábito aprendido. Y el propietario es el culpable por darle bocaditos cuando el perro lo acompaña a comer. Esto genera un apetito selectivo y termina por querer solo esta comida de humanos y rechazar el concentrado. 
Si el hábito ya se creó, para corregirlo se debe retirar del comedor de su humano y no volverle a dar ningún bocado.

lunes, 28 de mayo de 2018

A mi hija la indujeron en la drogadicción con golosinas’

Esta es la historia de una mujer que denuncia cómo las bandas le vendían dulces con droga a su hija. 


A las afueras del Colegio Eduardo Umaña Luna proliferan las ventas ambulantes. 

Salió de la cocina con las manos mojadas, cansada por la labor diaria, se sentó en una silla de la librería d el barrio La Castellana, donde trabaja hace tres años y, desolada, comenzó a contar su drama. Lucía* es madre de dos mujeres, una de 18 y otra de 14 años. 

Todas vivían en el sector de Patio Bonito de la localidad de Kennedy, solas, porque el padre de familia nunca se hizo responsable de este hogar hasta cuando la mayor decidió irse con su pareja dejándola sola con la niña de la casa. “Soy madre cabeza de familia. Vivimos en un apartamento muy pequeño”, contó. 

Ambas entraron a estudiar al colegio público Eduardo Umaña Luna. La primaria la cursaron en la sede 1 y la secundaria en la sede 2. Fue en ese momento cuando un acto tan simple, como el de recibir un dulce, resultó ser el gancho perfecto hacía la drogadicción de las jóvenes. “Cuando mi hija tenía 12 años comencé a notar cambios en su comportamiento”. 

La niña se veía descuidada y su rebeldía era evidente. Solo dos años después Lucía se enteró de cómo sucedió todo. “Ella me contó que, a través de las rejas del colegio, les llevaban dulces a los niños. Las primeras veces eran regalados”. Cuenta que estos tenían la apariencia de refrescos, de desodorantes, de dulces o chicles de marcas reconocidas. Eso pasaba siempre a la hora del descanso. “Tenga, mire, rico, se lo doy”, era una frase irresistible para los niños. Publicidad


Los niños suelen consumir golosinas a las afueras del colegio. No se puede estigmatizar a todos los vendedores, pero de eso se aprovechan los delincuentes. 

Cada vez era un precio mayor. Entonces mi hija cogía lo que le daba para las onces o me robaba para comprar 

Entonces ellos los chupaban y luego comenzaban a sentirse raros, con más energía, activos. “Eso no solo le pasó a ella sino a muchos más niños”, cuenta la madre acongojada porque su hija no la quiso recibir en el centro de rehabilitación donde ahora se encuentra internada ya con 14 años y pasando por el peor momento del síndrome de abstinencia. Y eso no solo le ha pasado ella sino a muchos niños de ese colegio, cuenta la mujer. 

Cuando para los estudiantes la tentación ya era irresistible las bandas que operan alrededor del colegio les comenzaban a cobrar sumas que iban desde los 100, 200, 300 hasta los 1.000 pesos. “Cada vez era un precio mayor. Entonces mi hija cogía lo que le daba para las onces o me robaba para comprar. Esa era la intención del engaño. Volverlos adictos”. 

La niña le contó a Lucía que cada día quería más y más. “Cuando yo caí en cuenta que estaban drogando a mi hija ya era demasiado tarde”. 

Poco tiempo pasó para que la estudiante pasara de consumir dulces a fumar marihuana. “Lo recuerdo. Ese día no llegó a la casa. La busqué toda la noche. Luego la encontré en un parque de Bella Vista, totalmente ida”. Luego eran seguidas las veces que Lucía tenía que salir de su trabajo como loca a buscarla. “Lo peor es que la veía con niños de ocho, diez, doce años. Todos sumidos en la droga”.

Muchas veces encontraban a la niña en el caño de la 43, muy conocido en la zona de Dindalito. EL TIEMPO estuvo allí y evidenció la total desprotección con la que los niños cruzan un caño de aguas hediondas con el riesgo de sufrir un accidente, sin un paso peatonal seguro y a merced de las bandas de microtráfico que operan en el sector. “Allá se mantienen todos esos niños drogándose. Mire, es tan triste. Le digo, todo comienza en los colegios a través de las rejas o estos tipos los persiguen a la salida”. 


En el caño de la 43, en el sector de Las Vegas, los niños de los colegios de la zona corren peligro cuando tienen que atravesar de un lado al otro. 

Como una acción desesperada, Lucía envió a su hija para el campo, pero allí resultó inhalando pegante. “Ese maldito químico lo venden en todo lado y ya hasta le cambiaron la presentación al de un tarro blanco”. 

Sin quién pudiera cuidarla y con la necesidad de trabajar, esta mujer tenía que dejar a su hija en el apartamento sola mientras se desintoxicaba, pero cuando llegaba ella había metido a todos los niños consumidores a la casa. “Me tocaba llegar a sacarlos. Esos muchachos ya no estaban estudiando. Ella era agresiva, me pegaba, estaba como loca”. Otros días la encontraba en un sector conocido como El Bosque. 

Hoy, Lucía tiene que ocultar su identidad porque su hija está chequeada por las bandas del sector. “Un día llegó apuñalada en un pierna. Estoy segura de que ya tenía deudas de droga”. Una de las pruebas que le sacaron a la niña detectaron consumo de bazuco y cocaína. “Mi nena ya estaba consumiendo de lo peor. Usted no sabe lo que he sufrido, pero estoy sola, no tengo ayuda de nadie”.

Por último, Lucía fue a pedir ayuda a una oficina del Instituto Colombiano de Bienestar Familia (ICBF), de ahí la mandaron para El Salitre y de allá, al Simón Bolívar, pero en este lugar le dijeron que si la menor no iba por voluntad propia no la podían ayudar. “¿Cuándo una niña en ese grado de intoxicación va a querer ayuda?”, dijo Lucía. 

Sin embargo, según la entidad, de acuerdo con la información registrada en el sistema de Información Misional (SIM), los niños, niñas y adolescentes que ingresaron por motivo de consumo de sustancias psicoactivas en Bogotá corresponden a 1.363 en el año 2017 y 219 en enero y febrero de 2018. 1.582 en total.

“Como entidad protectora y garante del bienestar de nuestros niños, niñas y adolescentes, cumplimos con nuestra misión de cuidar y velar por la niñez y adolescencia colombiana en todo el territorio nacional”. Lo más grave es que esta madre de familia sospecha que su hija fue abusada sexualmente durante el momento más álgido del consumo de drogas. Hoy, la niña está internada en una fundación cristiana.

Más triste aún es que cuando terminaba de escribir esta historia Lucía me llamó, me dijo que había tenido que internar a su hija mayor y hacerse cargo de su bebé. Ella había sido abandonada y estaba totalmente drogada. “Estoy desesperada. Necesito a alguien que me ayude. Todo se salió de control. Yo nunca, nunca consumí nada de nada”. 

Lucía, desde su condición, pide una intervención en el sector. “Averigüen cuántos niños han muerto, cuántos se han suicidado. Algo grave está pasando”. ¿Qué dice la Secretaría de Educación? 

Según Fulvia Valderrama, directora local de educación de Kennedy, se está indagando con la rectoría de la institución para corroborar si esta clase de hechos tiene antecedentes en el colegio y qué clase de medidas se han tomado al respecto. 

La Secretaría de Educación (SED) trabaja en identificar estas problemáticas para hacer intervenciones en salud, seguridad, policía y Fiscalía. “Pero siempre es importante que los padres de familia interpongan una denuncia formal”, anotaron.

Valderrama confirmó que la institución sí tiene conocimiento del presunto consumo y distribución de sustancias psicoactivas en el entorno cercano al colegio. "Por eso, para prevenir, solicité el acompañamiento de la policía a través de un oficio y ellos hicieron presencia en el colegio".

Respecto al caso específico de las niñas de esta historia explicó que "Las directivas de la institución no tenemos ningún comunicado escrito y/o verbal que de cuenta de la situación planteada. Cabe anotar que la institución cuenta con guardia canino que ha contribuido con la seguridad ya que a través de su desplazamiento por la parte externa de la institución ha impedido que se acerquen a las mallas personas que pueden tener algunas intensiones diferentes a dialogar con estudiantes".

domingo, 27 de mayo de 2018

Universitarios que pasan hambre y no tienen dónde dormir en EE. UU.

Estudio arrojó que más de un tercio de los estudiantes en ese país no tienen dinero para sobrevivir. 


Estudiar una carrera universitaria en Estados Unidos puede endeudarte de por vida. 

Cuando Supraja Sridhar estaba estudiando en la universidad de Alabama-Birmingham, se topó con un problema que nunca imaginó: una de sus compañeras estaba pasando hambre.

"Tenía tres trabajos (...) y le costaba alimentarse, tener la comida que necesitaba", lamenta la joven en conversación con BBC Mundo. 

Sridhar tenía un plan de comidas contratado en la universidad y le ofreció compartirlo, pero se quedó pensando: "¿Habrá más gente como ella?" 

Era 2013 y por entonces no había mucha información al respecto, pero este mes un nuevo estudio arrojó luz sobre el fenómeno: más de un tercio de los alumnos en universidades estadounidenses no tiene suficiente dinero para comer adecuadamente. 

La difícil vida de los estudiantes de EE.UU. con deudas de cientos de miles de dólares para pagar la universidad

Morir intentando ser aceptado: los estudiantes que fallecen en las ceremonias de las poderosas fraternidades universitarias de EE.UU. 

"Es la cosa más triste en la que he trabajado en mi carrera", dice Sara Goldrick-Rab, la académica de la universidad del Temple de Filadelfia que lideró la investigación. 

El informe, publicado por la universidad del Temple y el centro Wisconsin HOPE Lab, se presenta como el estudio nacional "más amplio" sobre esta crisis. 



"Los precios de la universidad son los más altos nunca vistos", denuncia la profesora Sara Goldrick-Rab, que lideró el estudio. 
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"Los precios de la universidad son los más altos nunca vistos", denuncia la profesora Sara Goldrick-Rab, que lideró el estudio. Inseguridad alimentaria y vivienda precaria

Los investigadores analizaron respuestas de 43.000 estudiantes de 66 centros de estudio superiores en 20 estados y el distrito de Columbia, y concluyeron que el 36% de ellos ni comían lo suficiente ni tenían acceso a una vivienda segura. 

El documento incluye información de alumnos de universidades y de colegios comunitarios, centros que sirven de puente a la universidad, con cursos de dos años más asequibles que pueden ser convalidados en una carrera posterior. 

Para describir la situación, los investigadores hablan de "inseguridad alimentaria", en referencia a personas que se saltan comidas o reducen las cantidades de lo que comen por falta de dinero; y de "precariedad de la vivienda", o la dificultad para pagar las facturas o la necesidad de mudarse de manera frecuente. 
Conclusiones del informe

36% de los universitarios encuestados sufría de "inseguridad alimentaria", el 42% en centros comunitarios 
36% de los universitarios tenía una "vivienda precaria", mientras que la cifra sube al 46% en el caso de estudiantes de centros "puente" 
9% no tenía un lugar en el que vivir en 2017; dormía en un albergue, un vehículo o un edificio abandonado. El número sube en centros comunitarios: 12% 

Entre las conclusiones más destacadas, se encuentra el porcentaje de alumnos que pasaron al menos un día sin comer el mes anterior a la encuesta, por falta de dinero: el 6% en universidades y el 9% en centros comunitarios. 

Las razones que llevan a esta situación son varias, según los investigadores: la subida del coste de los estudios, la dificultad para encontrar un trabajo a tiempo parcial, la falta de ayudas apropiadas, el mayor número de estudiantes de menos recursos e incluso el desconocimiento del problema por parte de algunas instituciones. 

La situación permanece en las sombras porque los centros de estudio "necesariamente no ven que su trabajo sea cuidar de adultos", destaca la encargada de la investigación. 


Algunos estudiantes practican el llamado "coach surfing", durmiendo en sofás o colchones inflables de amigos o compañeros. 
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Algunos estudiantes practican el llamado "coach surfing", durmiendo en sofás o colchones inflables de amigos o compañeros. 

"En cierto modo, (los centros) asumen que si están en la universidad, tienen que ser capaces de cuidar de sí mismos". 

"Pero no se dan cuenta de que no se trata de que uno sea capaz de cuidarse a sí mismo; se trata de tener o no tener dinero suficiente", considera la profesora Sara Goldrick-Rab. 

Las cifras del estudio, apunta, son solo la "punta del iceberg": "La verdad es que esto no representa la situación nacional porque no hay datos disponibles". 

Las dificultades para pagar las facturas o el precio de una comida perjudican el rendimiento de estos estudiantes, sobre todo de aquellos con menos recursos, e incluso fuerza a algunos a abandonar las clases. 

¿Por qué son tan caras las universidades en Estados Unidos? Tasas, libros, alquiler... y comida

Sridhar, conocida como "Sippy", lo sabe bien. La situación en la que vio a su amiga le sorprendió y comenzó entonces un proyecto que ahora se ha convertido en una iniciativa nacional: Donor to Diner (D2D). 

"No queremos que un estudiante que es bueno no pueda completar sus estudios porque no tiene comida", explica la fundadora de la iniciativa a BBC Mundo. 


D2D: "Una organización de estudiantes, gestionada por estudiantes". 
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D2D: "Una organización de estudiantes, gestionada por estudiantes". 

La joven, estudiante de un doctorado en Medicina, considera urgente concienciar sobre la situación. 

"Cuando se piensa en hambre e inseguridad alimentaria, no se suele pensar en estudiantes universitarios. Eso acrecienta el problema: los estudiantes piensan que están solos y no lo están". 

Organizaciones como D2D, lideradas y gestionadas por estudiantes, están llevando la delantera con todo tipo de campañas, desde ofrecer comida gratis hasta crear redes a nivel nacional. 

https://twitter.com/donortodiner/status/829543673461403648 

La universitaria considera que, en la situación actual, cualquier compañero puede tener problemas de este tipo, debido a los altos costos de las carreras en EE.UU.: las elevadísimas tasas, los libros y el alquiler. 

"Muchísima gente sufre este problema: son la mayoría".

sábado, 26 de mayo de 2018

Universidades fachada

Los crímenes de cuello blanco alrededor de la educación nos pueden robar el futuro si no se actúa pronto. 

Una joven pastusa, la mejor estudiante de su colegio en Cucunubá, viaja a Bogotá llena de ilusión en búsqueda de un futuro. Mi madre, con su gran corazón, le da trabajo a pesar de su juventud e inexperiencia. La joven quería aprender y ser una profesional, la primera de su familia. Debería ser 1993. Por cosas de la vida tuve que buscarla en su salón de clase en el Instituto Heisenberg. La clase de cómputo que tomaban en aquel entonces era en Wordstar… que fue revolucionaria en 1982 y su última versión fue en 1992. ¿Cuántas mujeres han ahorrado con las uñas para descubrir después que les robaron su tiempo y su dinero?

Una secretaria de la Universidad de los Andes, unos años antes, me pide ayuda en su tarea de econometría. A partir de unos datos en una matriz de Excel debe realizar la estimación de los parámetros de una regresión lineal. Le trato de explicar que debe invertir la matriz y que es un procedimiento algo engorroso y ella dice que eso no es necesario. Entonces, me muestra sus notas de clase que dicen que el profesor explica que invertir la matriz no era necesario. Me quedé sin palabras.

Las historias sobre personas que aprenden mal o no aprenden son muchas y frecuentes. Mi experiencia en el sector público me ha permitido conocer cientos de funcionarios que, siendo inteligentes, carecen de conocimientos básicos como calcular un porcentaje. La proliferación de títulos se volvió un rito para justificar aumentos salariales y el sistema educativo convalida esos supermercados de diplomas.

La educación se volvió rentable para una cantidad de vivos sin escrúpulos. Nadie sabe en realidad qué tan malos son los programas y sus profesores. Ni si quiera en medicina hay garantías de que los graduados sepan algo de lo que hablan. La educación como bien intangible es difícil de supervisar o garantizar, depende de múltiples actores. El consumidor puede durar años sin enterarse que lo han estafado. Y la educación como negocio privado con ánimo de lucro, en sociedades sin severas sanciones sociales que obliguen a autorregularse, puede engañar a la sociedad impunemente por años.

Ante la carencia de un verdadero servicio civil, donde el mérito importe, el sector público nacional y local es el receptor de los graduados de menor calidad. Se ha creado un negocio cuya rentabilidad marginal depende de atraer jóvenes para aumentar el número de matrícula y contar con suficientes salones grandes para que la hora cátedra salga barata. Los profesores no tienen que rendir cuentas, la calidad se sacrifica y se maximiza la caja.

El supuesto de la Ley 30 de que la competencia depuraba las universidades malas estaba equivocado. Mucha gente estudia donde puede pagar, no donde quiere. La proliferación de universidades de políticos, magistrados y narcos debería prender luces de alarma.

En Chile, cuando los jóvenes tomaron conciencia de la estafa de la que eran víctimas, el país se paralizó. Allá el negocio era inmobiliario: tierra y edificios que se le arriendan a la universidad para que se vea atractiva para los jóvenes. Esto elevaba la matrícula y el arrendamiento de los edificios de aulas se vuelve muy rentable. La crisis destapó los vínculos entre consejeros y empresas de sistemas, servicios de educación e inmobiliarias con las que se firmaban onerosos contratos.

En Colombia aparentemente las cabezas de la Universidad del Sinú se prestan para defraudar el sistema de salud con falsos pacientes de sida y hemofilia. Con un par de capturas el tema queda ahí. No se va al fondo. ¿Será que no se investigarán los otros contratos?, ¿el origen de los dineros de sus consejeros?, ¿sus otros negocios? ¿Será que los dineros del paramilitarismo han encontrado un refugio en la academia?

En Barranquilla, Ramsés Vargas ganaba como rector de la Universidad Autónoma del Caribe $164 millones mensuales; tiene activos en Estados Unidos por casi US$4 millones y cuando lo nombraron rector ya tenía fama de pillo. ¿Quién lo nombró? ¿Por qué lo nombraron? Y más interesante: ¿qué tarea tan oscura tenía que hacer para que le pagaran semejante fortuna y tuviera tanta seguridad? O, ¿era él quien controlaba la Universidad y se hacía nombrar a sí mismo?. Entonces, ¿de dónde sacó el capital para fundarla? Que estos entes educativos tengan filiales en Miami es aún más extraño y estos son solo dos ejemplos.

El sistema educativo hizo metástasis. ¿Será que el número de estudiantes está inflado para lavar activos? ¿Será que son uno de los eslabones de la corrupción como interventores alcahuetas o generadores de estudios técnicos que faciliten el direccionamiento de contratos? ¿Será que las nóminas de profesores de cátedra, que incluyen no pocos servidores públicos, son una forma de soborno a cuotas? Aparecen como catedráticos y, cuando se requiera, colaboran constructivamente con trámites, investigaciones, licencias, etc. Algo pasa, no es un tema menor y está en buena parte del país. A esos jóvenes estudiantes les están robando su futuro y de paso el nuestro.