El Selfie Museo no ha cumplido ni un año en Bogotá y el próximo jueves se abrirá sede en Medellín.
El país tiene un museo por cada 68.600 habitantes. En plena pandemia se registraron formalmente 31.
Entre julio de 2020 y marzo de 2022, en el país se registraron formalmente 31 museos. En esos 20 meses, el Sistema de Información de Museos Colombianos (Simco), adscrito al Ministerio de Cultura y gerenciado por el Museo Nacional, pasó de tener 452 a contar con 483 entidades en su radar. Esto se traduce en que cada dos meses ‘nacen’ unos tres museos.
Lo anterior no significa que el momento en el que son registrados en el Simco coincida siempre con la fecha de creación de los museos, así como tampoco quiere decir que sean los únicos que existen en Colombia. De hecho, se tienen identificados 743 en el territorio nacional, por lo que –partiendo de una base de unos 51 millones de habitantes– se puede decir que en el país hay un museo por cada 68.600 personas. Estos se encuentran en 193 municipios –es decir, en el 17,5 por ciento del total– de 27 departamentos. Antioquia es el que más reporta (88).
Las cifras nos ubican por encima de Venezuela, donde hay uno por cada 91.900 individuos; de Ecuador, con uno por cada 100.500, y de Perú, que tiene alrededor de uno por cada 102.100, según datos tomados del Observatorio Iberoamericano de Museos.
Pero no todos han logrado mantenerse en el tiempo. Aunque desde 2013 se han sumado más de cien museos en Colombia, también “se tiene noticia del cierre de 18 museos en el mismo lapso, como el de las Marionetas, el de los Niños y el de la Basura”, informa Santiago Jara Ramírez, coordinador del Programa de Fortalecimiento de Museos (PFM), del Ministerio de Cultura. Eso sí, destaca que hasta el momento “no se ha informado el cierre de un museo debido a la pandemia del covid-19”.¿Y qué se puede encontrar?
En la lista figuran desde pequeñas colecciones escolares, como la de la Normal Superior de Medellín, hasta los más de 25.000 símbolos, objetos y obras de la historia del país presentes en diecisiete salas de exposición del Museo Nacional, ente rector de la política pública de museos en el país, que en 2023 cumplirá 200 años de funcionamiento.
“Por ser el más antiguo de Colombia (y el segundo de América Latina), coordina el resto de museos. Pero cada uno, sea público o privado, tiene su autonomía”, aclara Juliana Restrepo Tirado, directora de esta entidad.
Existen unos tan inusuales como el Museo de la Llanta o el de la Lepra, en San Francisco y Agua de Dios (Cundinamarca); modernos como el de la Selfie, en Bogotá; o incluso universales e históricos, como el Museo del Oro, también en la capital.
El Selfie Museo, que abrió sus puertas en Bogotá en junio de 2021, inaugurará una sede en Medellín.
Algunos han preferido rendir homenaje a los productos emblemáticos de las diferentes regiones. Por eso hay Museo de la Cestería de Bejucos en Filandia (Quindío), del Calabazo en San Antero (Córdoba), del Petróleo en Barrancabermeja (Santander), de la Siderurgia en Nobsa (Boyacá) y de la Caña de Azúcar en varios municipios del Valle del Cauca.
De igual manera, existen colecciones dedicadas a la vida de personajes que han dejado huella en el país y ocupan las viviendas en las que estos nacieron, habitaron o murieron. Hoy, 83 casas museo mantienen vivo el legado de políticos, próceres, escritores y demás personalidades, como Jorge Eliécer Gaitán, Gabriel García Márquez, Simón Bolívar, Porfirio Barba Jacob y santa Laura Montoya. La más visitada es la Hacienda El Paraíso, en El Cerrito (Valle), donde vivió el novelista Jorge Isaacs.
Pero incluso los feligreses tienen sus propias colecciones. No hay que olvidar que en Bogotá, por ejemplo, funciona el único templo museo del país: la iglesia Santa Clara, construida en 1629 y declarada bien de interés cultural en 1975. Desde 1983 se ha dedicado a exponer arte religioso.
Historia y arte lideran
De acuerdo con la información reportada en el Simco del PFM, entre las 483 entidades registradas formalmente, las que tienen mayor participación son las de colección museográfica y sala museal. En el país hay 111 de este tipo, lo que representa el 22,9 por ciento del total.
Estos son lugares que, sin estar constituidos propiamente como museos, cuentan con una colección o un espacio de exhibición que permite que sean reconocidos como tal. Es el caso de, por ejemplo, el Archivo Histórico del Atlántico, la Cineteca Pública de Santander o algunas sedes de la Alianza Francesa en el país.
Los de menor volumen son los museos virtuales y las colecciones digitales, que representan apenas el 0,8 por ciento, pues solo hay cuatro en Colombia: el Museo Comunitario Santos Gutiérrez, que preserva las costumbres de El Cocuy (Boyacá); el Víztaz, sobre fotografía; el de Memorias del Periodismo y el Museo Virtual del Sena, una experiencia que recorre 12 salas de exposición sobre fotografía, arte, literatura y otras temáticas.
Asimismo, las entidades museales se clasifican por su tipo de colección. De las nueve que tiene el Simco, encabezan el listado las de historia, que ocupan 103 instituciones, y las de arte, que tienen sus espacios en 101 museos. Entre las dos acaparan casi la mitad de los museos: el 42 por ciento.
Un museo exitoso puede ser aquel que logra involucrarse de manera horizontal con sus comunidades y su territorio y conectarse con sus necesidades.
Las colecciones que tienen poca proporción son las de ciencia y tecnología (en 25 museos), las antropológicas (en 23) y unas de gran relevancia en este, un país marcado por la guerra: las de memoria, enfocadas en los procesos del conflicto y presentes en 22 espacios.
En cuanto a los museos más visitados, según la información obtenida por el Simco en 2019 –últimos datos disponibles–, el Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe (Medellín) es de los que más personas recibe: 2 millones ese año. También el Museo Libre de Arte Público, en Cali (1,8 millones), y el zoológico de esa ciudad (447.398), el cual se enmarca en la categoría de entidades con colecciones vivas.
Pero más allá de las cifras, desde el PFM señalan que los logros de estas entidades se ven desde distintos ángulos. “Un museo exitoso puede ser aquel que logra involucrarse de manera horizontal con sus comunidades y su territorio y conectarse con sus necesidades”, dicen. Entre los museos que logran esa conexión y diálogo creativo con sus entornos se destacan el de San Jacinto (Bolívar), el Museo El Peñol (Antioquia), el Museo Mulaló (Valle), el del Río Magdalena (Tolima) y el Museo del Algodón y el Lienzo de la Tierra (Santander).Proyectos pendientes
Y así como hay recintos con una larga trayectoria, también se tienen varios en proyecto. Es el caso del Museo del Mar de Tumaco, el del Humor, el de la Identidad Pacífica y el Afro (en Cali), entre otros. En apoyo a este último, el Museo Nacional inauguró el pasado 15 de marzo la sala de exposiciones ‘Paisajes de Buenaventura: arte vida y resistencias’, que contó con la presencia de la ministra de Cultura, Angélica María Mayolo Obregón, natal de este puerto del Valle.
“El sector museal en Colombia les está poniendo el ojo a las regiones. Se tiene planeado enfocarse en una por año. En 2022, el centro es el Museo Afro, pero hace falta reconocer la diversidad étnica de nuestro país a través de museos que cuenten la riqueza lingüística y patrimonial de las comunidades indígenas”, detalló la ministra.
Otro proyecto en curso se encuentra en Bogotá. El Bronx Distrito Creativo busca proyectar este sitio, antes sumido en el tráfico y consumo de drogas, como “un sector que articule y haga visible el saber comunitario y el valor de las prácticas y los oficios que han forjado la historia del centro de la ciudad”, explica el Co-laboratorio de Creación y Memoria, grupo líder de la iniciativa. Se esperaba que abriera sus puertas al público en 2020, pero los problemas derivados de la pandemia retrasaron su inauguración. Sigue en proceso, y se proponen finalizar este año.Enfermedad, momias y selfis: tres llamativos enfoques
La lista de museos curiosos en el país es larga. Entre ellos se cuenta uno dedicado a una estigmatizada enfermedad.
En 1867, habitantes de Tocaima que padecían el mal de Hansen, más conocido como lepra, y eran rechazados por esto se refugiaron en un territorio en el suroccidente de Cundinamarca con fuentes de agua azufrada, que favorecían su salud. Por sus cualidades, el lugar se llamó Agua de Dios.
Desde 1894 fue un pueblo en el que se recluían exclusivamente los leprosos, y contaba con un cerco para evitar la entrada de sanos y la salida de contagiados. Solo a partir de 1963 se restablecieron los derechos civiles y políticos de los enfermos y este se convirtió en un municipio como cualquier otro.
El sanatorio del pueblo, dirigido por el investigador Juan de Dios Carrasquilla, que desde 1924 hasta 1961 funcionó como lazareto o leprocomio, en enero de 2010 se convirtió en el Museo Médico de la Lepra, que muestra la desconocida y estigmatizada historia de la enfermedad en Colombia. Cuenta con colecciones de las cédulas especiales de los aguadedioscenses, su moneda propia (llamada coscoja) y los elementos médicos que se utilizaban para tratar y experimentar con los enfermos. Su carácter único lo vuelve uno de los museos más curiosos del país.
La selfi, un nueva mirada
En La Candelaria, uno de los barrios más tradicionales de Bogotá, funciona un original espacio dedicado únicamente a las autofotos: el Selfie Museo.
El sitio, que en junio cumplirá apenas un año de existencia, cuenta con ocho habitaciones para entretenerse y capturar imágenes insólitas. Cada una es un estudio fotográfico independiente, con buena iluminación, trípode y otros elementos como herramientas para convertir al visitante en un artista, de cuya creatividad depende la calidad de las fotos que resulten. El 31 de marzo se inaugurará su sede en Medellín.Momias colombianas
El municipio de San Bernardo, en Cundinamarca, es el único del país que tiene momias. Su cementerio, el Mausoleo José Arquímedes Castro, funciona como museo desde la década de 1980, cuando se comenzó a registrar un gran estado de conservación de los cadáveres que se exhumaban, por lo que tiene el lujo de exponer solo cuerpos momificados.
A diferencia de cualquier camposanto, este no es un espacio lúgubre y solitario. Por el contrario, permanece iluminado y con turistas interesados en esta peculiar historia.
El origen de las momias tiene dos teorías. La primera afirma que la momificación, muy distinta de la practicada por los egipcios, se dio naturalmente por los hábitos alimenticios de los pobladores, basados en el consumo de cidra y chachafruto. La otra hipótesis argumenta que la conservación de los cadáveres se debe al gran fervor de los sanbernardinos.