«Altamente insuficiente». Así calificó Climate Action Tracker (CAT) las metas y políticas climáticas de Colombia, lo cual indica que sus compromisos no son consistentes con el límite en el aumento de temperatura de 1,5°C establecido en el Acuerdo de París y provocan un aumento de las emisiones. Por lo tanto, el país requiere políticas y metas claras que hagan viable la reducción de emisiones y sus responsabilidades globales.
De acuerdo con el informe publicado por el CAT, la razón de esta calificación es que las políticas y metas climáticas del país no están alineadas con los objetivos de cambio climático.
«Las políticas actuales y las que están siendo planeadas no son suficientes para alcanzar sus objetivos. Esto es delicado, y quiere decir que el país tiene que diseñar políticas o medidas mucho más estrictas y ambiciosas para alinearse con sus propias metas de mitigación de cambio climático y con el Acuerdo de París», indica Gustavo Adán De Vivero Serrano, analista de políticas climáticas en NewClimate Institute, organización que hace parte del Climate Action Tracker.
Climate Action Tracker. Puede encontrar toda la información correspondiente a Colombia en este enlace.
Al analizar las metas de Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) que actualizó Colombia en diciembre de 2020, se evidencian contradicciones entre los objetivos planteados, las acciones que se van a implementar y la realidad del manejo ambiental del país. Estos aspectos son los que dejan al país en una posición inestable. Al respecto, De Vivero Serrano –uno de los gestores del informe– explica las implicaciones de estas medidas.
«Los objetivos climáticos que proponen indican que la mayor cantidad de las emisiones a reducir, hasta un 70 %, vienen del manejo de suelos, mediante la reducción de la deforestación y la restauración forestal. Esto tendría sentido porque es el sector que más contribuye con las emisiones totales del país, pero contrasta con la situación actual, que año con año aumenta la deforestación, como se evidenció en 2020, cuando se llegó a 170.000 hectáreas deforestadas. Adicionalmente, el gobierno propone en su Plan de Desarrollo Nacional 2018-2022 subir esa deforestación a 220.000 hectáreas, cuando la meta debe ser 0. Esto no se alinea con sus propios objetivos, y si Colombia sigue aumentando la deforestación no va a lograr las metas que se propone».
Excluyendo el uso de la tierra, la energía es el segundo sector emisor más grande de Colombia, a pesar del énfasis en el crecimiento ‘verde’ planteado en la Política para la Reactivación y el Crecimiento Sostenible e Incluyente (PRCSI). CAT precisa que Colombia incluye pocos proyectos que se centren en reducir en gran medida el consumo de combustibles fósiles; de hecho, según un informe reciente sobre la transición energética en curso en Colombia, se consideran fuentes viables «bajas en emisiones» para todo, desde la electricidad –sin importar su fuente y el transporte hasta la calefacción y cogeneración con geotermia– y otras fuentes de energía en la industria.
«La economía colombiana, que en gran medida depende del carbón, les sigue apostando a combustibles fósiles con fracking. De continuar así va a afectar su propia economía porque va a tener altos costos ambientales y financieros, pues los países están apostando a la descarbonización y, próximamente, compañías y bancos multilaterales dejarán de invertir en combustibles fósiles, dejando a Colombia con activos varados y con pérdidas económicas», puntualiza De Vivero Serrano.
El reporte enfatiza que los sectores energético y agrícola seguirán siendo los de mayor emisión de la economía colombiana hasta 2030. Sin embargo, hasta el momento, no se han publicado planes de mitigación actualizados para estos sectores, ni para la industria o el transporte. Colombia necesitará implementar políticas adicionales utilizando sus propios recursos, pero también necesitará apoyo internacional para implementar políticas adicionales en línea con la descarbonización total.
Esta radiografía de las políticas y objetivos climáticos que ‘raja’ a Colombia en su calificación evidencia que el país debe alinear sus políticas, acciones y economía hacia un futuro sostenible. Esta es una problemática que se debe bordar como nación, como humanidad. Los gobiernos son coyunturales, pero los impactos climáticos son permanentes, así que se deben tomar acciones inmediatas de fondo y claras, para ser parte de la solución y no del problema.