viernes, 7 de octubre de 2022

El niño de 10 años que descubrió un fósil único para la ciencia colombiana


Uno de las impresiones del Candelarhynchus halladas en las lozas del camino del monasterio.

Por 15 años los restos de un pez lagarto estuvieron ocultos a simple vista en un monasterio.

En el 2015, Rio Santiago Dolmetsch tenía 10 años y cómo suele pasar con niños y niñas a esa edad, la curiosidad es una característica natural. Junto a sus padres llegó a Villa de Leyva y puede que, también como es usual en la infancia, la mención de fósiles de animales antiguos —como los dinosaurios— fuera para él un atractivo poderoso, que lo llevó junto a su familia al Centro de Investigaciones Paleontológicas (CIP) de Villa de Leyva.

Mary Luz Parra, la directora de esta institución, dedicada a promover esta ciencia en el país, lo recuerda como un paleontólogo en miniatura muy inquieto, que se tomó al pie de la letra la premisa de nunca perder de vista el suelo, para no dejar pasar un descubrimiento que siempre puede estar a la vuelta de la esquina.

El pequeño científico tuvo solo un día de entrenamiento junto a los expertos del CIP: hizo su propia réplica de un fósil de amonita —esos moluscos que tanto se encuentran en esta región— y participó en la excavación de otros ejemplares sembrados por los miembros del centro de investigación para enseñarle a sus visitantes un poco del trabajo de campo.

No habíamos visto un pez similar en fósil, nos llamó mucho la atención

Al parecer, un solo día de formación sería suficiente para luego convertirlo en el artífice de un curioso descubrimiento científico. Rio, a sus 10 años, sería el responsable de hallar el primer registro para Colombia y el norte de Suramérica de un particular ejemplar de un extraño ‘pez-reptil’, pero él todavía no lo sabía. Después de su visita al CIP y de continuar su paseo por Boyacá con su familia, el niño siguió mirando al piso, como le habían enseñado, y reparó en un fósil que muchos habían literalmente pisado en el monasterio de la Candelaria, ubicado a unos 45 minutos de Villa de Leyva, en Ráquira.

En uno de los caminos empedrados del primer monasterio que los monjes Agustinos Recoletos fundaron en América en 1604, una de las lozas de piedra tenía estampado lo que parecía el esqueleto de un pez. Rio tomó una foto de lo que le pareció un bebé ictiosaurio —los grandes reptiles marinos cuyos fósiles había conocido recientemente en el CIP—, se la mostró a sus padres y juntos se la hicieron llegar a los investigadores, pero ni siquiera ellos sabían lo que el particular animal era ni tampoco cómo había llegado hasta ahí. “No habíamos visto un pez similar en fósil, nos llamó mucho la atención”, recuerda Parra.Desde una cantera

Como los expertos del CIP no tenían pistas sobre qué era ese animal que habían encontrado, la directora del centro de investigaciones de Villa de Leyva se puso en contacto con el paleontólogo colombiano Javier Luque, quien en aquel momento se encontraba realizando su doctorado en la Universidad de Alberta, en Canadá.

“Lo que sabía es que era de un grupo de peces óseos relativamente más modernos, pero quedé de consultarle a unas colegas. Le pregunté a mi amiga Oksana Vernygora, que es la autora líder del artículo, y a su profesora, Alison Murray”, recuerda Luque, coautor del estudio. A las expertas solo les bastó ver una imagen del fósil para saber que era algo que no se había visto hasta el momento en el norte de Suramérica.

Resulta que de estos peces con características de reptil solo se tenía registro, hasta ese momento, en países como Brasil, Israel, México, Estados Unidos e Inglaterra. Cómo habían llegado hasta está parte del planeta aun era un misterio. Como también lo era cómo había llegado a formar parte del empedrado de los monjes en Ráquira, a quienes los investigadores del CIP convencieron de colaborar con el estudio del fósil, explicándoles la importancia de la paleontología para el país y prometiéndoles dejar en perfecto estado los caminos.

Las pistas comenzaron a acumularse. La comisión de investigadores del CIP que visitó el monasterio se encontró con que el fósil, capturado en cámara por Rio, no era el único que había ido a parar al empedrado. En la loza donde estaba el pez, también había registro de amonitas y cangrejos del Cretácico que se han encontrado entras regiones de Colombia y de las que se sabe que vivieron hace unos 90 millones de años. A unos ocho metros de distancia, en el mismo camino, también estaba la contraparte del fósil del pez reptil.


Mary Luz Parra (izq) junto a investigadores del CIP y un sacerdote del monasterio de la Candelaria.

“Eso es muy importante porque en paleontología, además de tener un animalito completo, un cráneo o un hueso, cuando son impresiones, muchas veces la información que queda en un lado no queda en el otro, es casi como romperlo a la mitad. Es bueno tener las dos partes para hacer la reconstrucción”, explica Luque.

Luego descubrieron que, a inicios del 2000, los religiosos agustinos recoletos decidieron hacer una remodelación en sus caminos empedrados. “La gente que hizo el caminito nos recibió, hablamos con ellos, pero nos dijeron ‘nosotros pusimos las rocas pero no sabemos de dónde vienen, aunque sí los podemos contactar con quienes las sacaron de la montaña”, relata Luque.

Seguirle la pista a este pez convirtió a los paleontólogos en detectives. Quiénes participaron en la obra fue el rastro que tuvieron que seguir los investigadores del CIP y de la Universidad de Alberta, para dar con el origen del fósil de este pez que parecía tan fuera de lugar en medio de un monasterio del siglo XVII. Conocer las rocas de dónde había salido era fundamental para darle importancia científica al animal, reconstruir su historia, conocer el tiempo en el que había vivido y con quiénes, de lo contrario sería solo una roca más.

“Fuimos a la cantera y nos pusimos a martillar, empezamos a encontrar la mismas amonitas y los mismos cangrejos, decenas de ellos: ya teníamos certeza de que la roca con el pez sí vino de este lugar y sí era de la edad que creíamos —90 millones de años—. Fuimos armando el rompecabezas”, explica el paleontólogo Luque.Candelarhynchus padillai


Reconstrucción artística del ‘Candelarhynchus’. Se puede apreciar su cara alargada.

Una vez resuelto el misterio de dónde había salido el pez, les quedaba a los investigadores de la Universidad de Alberta y del CIP la tarea de descifrar ahora sí quién había sido. En Colombia, Vernygora, Murray y Luque estudiaron este espécimen en el CIP y lo reconocieron primero como un pariente de los peces lagarto, un grupo que vive hoy en día en Centro y Norteamérica y se llaman así por su gran parecido con lagartos como las iguanas: cara redonda, dientes pequeños y cuerpos cilíndricos, diferentes a los aplanados de los peces comunes.

Pero, aunque lo reconocieron como familiar, el pez del monasterio seguía siendo algo muy diferente. “En lugar de tener la cara redondita, como un lagarto, la tiene puntuda, como una agujeta. Por su particular apariencia fue bautizado con el nombre científico de Candelarihynchus padillai: una mezcla de Candelaria, por el lugar donde Rio lo encontró, rhynchus por nariz en griego y padillai, en homenaje al doctor Carlos Bernardo Padilla, uno de los fundadores del CIP.

Y, de nuevo, aunque se parece a las agujetas anatómicamente, tampoco tiene nada que ver con ellas. Candelarihynchus es un pez lagarto que en comparación con animales de la actualidad estaría más emparentado con las barracudas, peces carnívoros que hoy habitan en aguas profundas.

Luego de un estudio minucioso, los científicos confirmaron su primera impresión: este es el primer registro para Colombia de este grupo de peces, que se conocían en México, Brasil, África, Israel, Estados Unidos e Inglaterra. También descubrieron que vivía muy diferente a sus parientes actuales. “Los peces lagarto viven sobre el fondo oceánico en zonas someras, cerca a la linea de costa, y son predadores, este pez de la Candelaria no vivía en el fondo, de hecho lo hacia en la columna de agua y ese cuerpo alargado con la nariz puntuda nos dice mucho acerca de su forma de vida”, asegura Luque.

Nunca volvimos a saber nada de él. Como tenemos el club Guardianes de la Paleontología y él quería hacer parte, pensábamos que de pronto por las redes sociales nos iba a ubicar

De acuerdo con estos detalles particulares, los paleontólogos saben que seguramente fue un pez predador que comía otros peces pequeños —como crustáceos nadadores, moluscos o calamares— porque es un pez diseñado para cazar. Lo saben ahora porque la excelente preservación del fósil les permitió descifrarlo, ni la lluvia de los 15 años que estuvo en el camino del monasterio, ni las pisadas de religiosos y turistas lo dañó, permitiéndole contar su historia a la ciencia, la de un momento en que en Colombia comenzaban a surgir los animales modernos.

Lo que no consiguieron descifrar los expertos es qué pasó con Rio Santiago. Cuando publicaron los resultados de su estudio, en 2018, intentaron ponerse en contacto con él para hacerlo participe del hallazgo científico al que su curiosidad había dado origen. “Le perdimos el rastro, el dejó un correo electrónico con la gente del CIP y a través de ese correo tratamos de comunicarnos varias veces porque queríamos saber más de su experiencia, invitarlo a que fuera parte del trabajo en honor a su descubrimiento y queríamos entregarle una replica del fósil, con una copia de la publicación firmada por los autores”, recuerda Luque.

Parra, quien todavía guarda en la bandeja de entrada de su correo la evidencia de esas comunicaciones fallidas, se pregunta si de pronto habrá salido con sus padres del país. “Nunca volvimos a saber nada de él. Como nosotros tenemos el club Guardianes de la Paleontología, que son niños de cinco a 13 años, y él quería hacer parte, pensábamos que de pronto por las redes sociales nos iba a ubicar, pero no volvimos a tener contacto con él”, cuenta la experta que se encargó de la preparación del fósil para su estudio y de las replicas.

Precisamente una replica exacta, como la que le querían hacer llegar a Rio, hoy está en propiedad de los monjes Agustinos Recoletos. Mary Luz y Javier se los entregaron personalmente como una muestra de agradecimiento por haber permitido rescatar al Candelarihynchus. El original reposa en las instalaciones del CIP, a la espera de que Rio, quien hoy ya debe ser un adolescente de unos 17 años, en algún momento lo visite.

jueves, 6 de octubre de 2022

Cuatro duros retratos del cambio climático


Adolescentes rusos recorren sector del Ártico que solía estar cubierto de hielo.

Cuatro casos ilustrativos de cómo el cambio climático afecta de manera importante el medio ambiente.

Faltan solamente unos días para la inauguración de la Conferencia de las Partes número 226 (COP26). Se trata de la conferencia bienal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la que se discuten temas relacionados con el cambio climático. Se llevará a cabo en Glasgow (Escocia) y varios países ya han adelantado algunas de las estrategias que se comprometerán a implementar y que presentarán oficialmente en la COP26, entre el 1.º y el 11 de noviembre.

Coincidencialmente, este año se han roto varios récords en los impactos que tiene el cambio climático en diferentes partes de la Tierra y, por lo mismo, se han afectado las economías de distintas maneras.

Mientras el hielo del Polo Norte se derrite, en Europa hay inundaciones que ponen en jaque al continente más poderoso del mundo. Los incendios forestales en California, el Mediterráneo y Siberia emiten toneladas de dióxido de carbono y la sequía en los ríos de América Latina tienen en alerta la biodiversidad y la producción de energía eléctrica.

Aquí le presentamos la ampliación de estos ejemplos con textos de diferentes procedencias, agencias y autores que demuestran el fuerte impacto del cambio climático en el planeta. Los ecosistemas manifiestan cómo los afecta el comportamiento de los seres humanos.Rompehielos no tendrán qué romper en el Ártico

Un rompehielos avanza en la inmensidad de la banquisa en dirección al Polo Norte. Pero no hay que dejarse engañar por este paisaje blanco que se extiende hasta donde alcanza la vista. El cambio climático está allí, dentro del hielo.

Dmitri Lobusov tiene a su mando desde hace trece años el ‘50 let Pobedy’ (50 años de la Victoria), uno de los enormes buques nucleares que Rusia construyó para garantizar su supremacía marítima en el Ártico y poder explotar sus recursos naturales y sus incipientes vías comerciales.

El capitán de 57 años, que alterna cuatro meses embarcado y cuatro en tierra, es un enamorado de esta banquisa que atraviesa con su inmenso buque rojo y negro de la agencia atómica rusa Rosatom. Su funcionamiento es tan silencioso que permite escuchar cómo se rompe el hielo bajo su casco.

A una velocidad mínima, este monstruo metálico de 159,6 metros de eslora parece deslizarse como un patín sobre el hielo.

En la bahía de Essen, frente a las costas de la Tierra de Jorge, una de las casi 200 islas que componen el archipiélago polar ruso Tierra de Francisco José, un oso blanco apenas se inmuta por el paso del buque.

“Aquí los jefes son los osos, es su casa, nosotros estamos de paso. Si están en nuestra ruta, frenamos, o los rodeamos”, asegura el capitán.

Su buque ha llegado ya 59 veces a los 90 grados de latitud norte, el polo geográfico. El marinero, con barba canosa y pipa en la boca, conoce bien la región y sus cambios.
Pero, tras casi treinta años en el mar, lo que mejor conoce es ese hielo que atraviesa. Y, debido al cambio climático, ya no es el mismo.

"Voy al polo desde 1993 y, en los años 1990 y principios de los 2000, el hielo era más complejo, difícil, espeso”, explica este marinero taciturno, impecable en su uniforme azul marino.

“Había muchos hielos plurianuales. Hielo así ya casi no encontramos”, afirma el capitán, que cumple una misión para mostrar el Ártico a estudiantes de instituto que ganaron un concurso científico.

La banquisa plurianual es más compacta porque, al haberse formado durante varios años, es pobre en sal, explica.

Pero hoy, la mayoría de este “campo blanco” está compuesto de hielo reciente que se funde rápidamente en verano.

Según los científicos, no hay ninguna duda, el calentamiento climático es el responsable.

Comparado con los años 1980, la superficie de la banquisa ártica de Rusia es entre “cinco y siete veces menor”, indicó el instituto meteorológico Rosguidromet en un informe de marzo.

El informe también desvela que el calentamiento en Rusia, con un tercio del territorio dentro del círculo polar, es más rápido que la media planetaria: desde 1976, la temperatura aumentó 0,51ºC por década.

Con una economía basada en la extracción de hidrocarburos, Rusia reconoce la existencia del calentamiento, pero muchos minimizan su vinculación con las actividades humanas.

Viktor Boyarski, pasajero del ‘50 let Pobedy’, es uno de ellos. Este explorador de 70 años, antiguo director del museo ruso del Ártico y la Antártida, estima que la actividad humana “no juega un papel clave” en este fenómeno a pesar de la abundancia de pruebas de lo contrario.‘Reacción en cadena’

Sin embargo, constata que la región polar entró en un círculo vicioso, puesto que el retroceso del hielo permite a las aguas templadas del océano Atlántico entrar en la cuenca ártica. Esto “impide que el hielo se forme como lo hacía hace 20 o 30 años”, indica este ex explorador, que es una celebridad en Rusia.

“Es un proceso de reacción en cadena: cuanto menos hielo, más agua y más calor. Y cuanto más calor, más se reduce la extensión del hielo”, explica este hombre barbudo ante la bruma que envuelve el Polo Norte.

Después de años en el mar, el capitán Lobusov ha sido testigo de los estragos del clima en las islas árticas.

“Cuando pasamos por el archipiélago de Francisco José, vemos que los glaciares ya no están donde se indicaba en los mapas”, explica.

Los glaciares reculan, no hay discusión ni duda alguna, y es el efecto del calor”, insiste.
Este viejo lobo de mar expone otra muestra de los cambios en curso. En verano, el Polo Norte está “cubierto de neblina”.

“Pienso que es efecto del calentamiento, hay más humedad en el aire”, asegura. “Antes, ir al polo sin gafas de sol era imposible debido al brillo del sol”, recuerda.


Proyección de calentamiento global.

La sequía obliga a Chile a retroceder en su producción de energía

Chile volvió al pasado. Gracias a una sequía prolongada que dificulta la generación de energía con hidroeléctricas, el país está regresando al carbón, lo que a su vez contamina más el ambiente.

Los menores caudales de los rios han reducido la generación de las represas, lo que ha obligado al país a recurrir a fuentes de electricidad mas sucias para mantener las luces encendidas.

Si bien ha sido una bendición para los 500 millones de dólares en bonos con vencimiento en 2025 de Guacolda Energia S.A. (que registraron el mayor retorno de América Latina en agosto, de un 21 por ciento), es una mala noticia para el clima, pues se trata de una contundente muestra de los impactos del cambio climático.

Se trata de nada más y nada menos que la peor sequía en la historia de Chile, que registro niveles de lluvia 50 por ciento bajo lo normal durante los ultimos ocho meses.
Es un drástico cambio de escenario en comparación con principios de este año, cuando las perspectivas para el carbón se tornaron sombrías debido a un proyecto de ley que busca eliminar el uso de plantas de este material para 2025.

De hecho, los ingresos del segundo trimestre cayeron un 25 por ciento debido a la expiración de los contratos de suministro a largo plazo que habían proporcionado la mayor parte de las ventas.

La sequía “refuerza el hecho de que el carbón sigue siendo necesario en el sistema y que eliminarlo desde el 2025 podría ser demasiado pronto”, dice Alejandro Toth, analista de renta fija de Credicorp Capital en Santiago.

“Ademas, las sequías suelen aumentar los precios, lo que beneficiaria a una empresa como Guacolda en el corto plazo”.

El carbón suministro el 39 por ciento de la electricidad de Chile en julio, frente al 34 por ciento de hace un año, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Energía.
La energía hidroeléctrica cayó del 26 al 14 por ciento. El resto de la oferta provino de plantas de gas natural, así como de instalaciones solares y eólicas.

Chile no es el único mercado eléctrico que se ha visto afectado por un clima impredecible en la era del cambio climático.

La generación de carbón de Estados Unidos aumentó un 34 por ciento en junio con respecto al año anterior, mientras que la producción hidroeléctrica cayó un 14 debido a sequías históricas en el oeste de EE.UU. y a precios mas altos del gas natural.
En Brasil, el presidente Jair Bolsonaro advirtió el mes pasado que las plantas hidroeléctricas podrían dejar de funcionar debido a la sequía.

Por ahora, las previsiones apuntan a que continúe la sequía en Chile. Las lluvias de agosto solo redujeron la escasez de precipitaciones de este ano del 60 al 50 por ciento, segun el Ministerio de Medio Ambiente.

Toth, de Credicorp, dice que no hay duda de que la tendencia a largo plazo en Chile es de mas energía renovable con costos mas bajos, un cambio que, aunque dejaría vulnerables a las plantas de carbón, sería un gran avance en cuanto a los costos ambientales que deja la producción de electricidad con ese método.

Eduardo Thomson
BloombergIncendios forestales: récord de emisiones de CO2 en 2021

Los incendios forestales en el verano del hemisferio norte fueron tan fuertes que provocaron un récord de emisiones de dióxido de carbono (CO2) en julio y agosto de 2021. Así lo indicó un informe del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera europeo Copernicus.

Copernicus, financiado por la Unión Europea, afirma que en el mes de julio se batió un primer récord de 1.258,8 megatoneladas de CO2 liberadas a la atmósfera por los incendios en el planeta (la mitad procedentes de América del Norte y Siberia). En agosto, se volvió a batir el récord con 1.384,6 megatoneladas.

La temporada de incendios en el hemisferio boreal va de mayo a octubre con sus picos en julio y agosto. Las regiones más afectadas fueron la cuenca mediterránea, bajo importantes olas de calor; Siberia Estados Unidos, donde el incendio denominado ‘Dixie’, en California, fue uno de los más graves.

“Los animales muertos yacían en los bordes de las carreteras. Los bomberos hacían intentos inútiles para detener las llamas de 105 metros de altura que se elevaban sobre ellos”, escribió el fotógrafo de la AFP Josh Edelson, quien hizo un reportaje gráfico del antes y después de ‘Dixie’ en California.

Para el científico Mark Parrington, de Copernicus, es alarmante “el número de incendios, el área quemada, su intensidad y su persistencia”.

Se trata de un fenómeno agravado por condiciones climáticas más secas y cálidas, “a consecuencia del calentamiento global”, añade, y pone como ejemplo los incendios del noreste de Siberia, que se extendieron de junio a agosto.

“El cambio climático está creando entornos ideales para los incendios forestales”, con fuegos más intensos y que se desarrollan más rápido, resalta Parrington.

Es un círculo vicioso: el cambio climático provoca los incendios forestales y estos, a su vez, también impactan el medioambiente.

Y lo hacen por doble vía: por un lado, por la quema de la vegetación y los suelos, que tardan en recuperarse. Por otro, por la cantidad de toneladas de CO2 que liberan a la atmósfera. Es una tormenta perfecta que afecta progresivamente varios entornos del planeta.

En el caso de Siberia, el aumento de las temperaturas y la sequedad del suelo están detrás del récord de emisiones de CO2 entre junio y agosto, el doble que en 2020, con un pico registrado el 3 de agosto.

En el Ártico, las llamas provocaron 66 megatoneladas de emisiones de CO2 entre junio y agosto de 2021.

Los científicos del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus siguen casi en directo la evolución de la atmósfera gracias a satélites, y pueden estimar el impacto de las emisiones en la contaminación del aire.

En este sentido, sus observaciones registraron una columna de humo procedente de los incendios en Siberia y Norteamérica que cruzó el Atlántico y llegó hasta la costa oeste de las islas británicas.

AFP. ParísLa ruptura del ‘dique político’: análisis
de las inundaciones en el primer mundo

Grandes franjas de Europa están inundadas, y el oeste de Estados Unidos está sumido en el calor, el fuego y la sequía. Los países ricos están viviendo en carne propia lo que muchos países en desarrollo siempre supieron: un clima cambiante puede tornarse en inmanejable cuando falla nuestro control sobre el agua.

Tras las catástrofes ocurridas este verano, los líderes políticos, empezando por la canciller alemana Angela Merkel y hasta la gobernadora de Oregón Kate Brown, han hecho un llamamiento justificado a favor de acelerar la lucha mundial contra el cambio climático. Pero, si bien es necesario reducir con urgencia las emisiones de gases de efecto invernadero, eso no es suficiente. La pérdida de la seguridad hídrica de las comunidades ricas es una prueba que evidencia no sólo que el clima está cambiando, sino que también estamos frente a un fracaso político.

A principios del siglo XX, todos en el mundo estaban expuestos de forma rutinaria a condiciones climáticas difíciles. De manera similar, desde el colapso del Imperio Romano Occidental en el siglo V, el paisaje europeo había permanecido en gran medida indómito. Hoy en día podemos imaginar que los viejos bosques del continente lucían como lugares con una naturaleza románticamente salvaje; sin embargo, los cuentos de hadas para niños del siglo XIX los describían con mayor precisión: en su narración indican que eran lugares impenetrables y pantanosos habitados por lobos y bandidos.

A principios del siglo XX, el sistema climático aún dominaba el paisaje. La única forma universal de “adaptación climática” era la aceptación. Luego, todo cambió. Dos guerras mundiales y la creciente expansión política del derecho al voto avivaron las demandas de bienestar universal. El crecimiento económico (un fenómeno relativamente poco interesante para las élites del siglo XIX, que no tenían que compartir la riqueza) se convirtió en la principal preocupación de los políticos que tenían que dar respuestas ante los desempleados y quienes no contaban con seguridad. El acceso confiable al agua se convirtió en un imperativo político y en un instrumento en la construcción del Estado.

La mayoría de los países que contaban con los recursos financieros comenzaron a transformar sus paisajes acuáticos para ponerlos al servicio de la economía de consumo y de un sistema político en constante expansión. Los proyectos de recuperación agregaron tierras cultivables y ampliaron las oportunidades económicas. Luego vino la energía hidroeléctrica, la primera fuente de electricidad que podía escalarse completamente con el propósito de apoyar la industrialización y el empleo masivo. Los ríos se convirtieron en hojas de ruta para el desarrollo.

A medida que las ciudades crecían, las inundaciones se tornaron en políticamente intolerables. Las condiciones insalubres fueron eliminadas por el acceso casi universal a los suministros de agua potable. La forma del paisaje moderno cambió lentamente a medida que se llenaba de diques, defensas contra inundaciones, presas, canales y embalses. Estos fueron invariablemente financiados por el nuevo poder económico del Estado y apoyados por las aspiraciones de un electorado cada vez mayor.

Estados Unidos lideró el camino, culminando algunos de los proyectos hídricos más emblemáticos del siglo XX, desde las presas Hoover y Fort Peck hasta la gestión por parte del Cuerpo de Ingenieros del Ejército del Bajo Río Mississippi y de la Autoridad del Valle de Tennessee.

Las inversiones en infraestructuras hídricas modernas se extendieron por todo el mundo, impulsando una transformación a escala planetaria. A principios del siglo XX, la humanidad prácticamente no tenía ninguna infraestructura para el almacenamiento de aguas, ni tampoco grandes presas; sin embargo, en la década de 1970, la infraestructura podía captar aproximadamente una quinta parte de toda la escorrentía en el planeta. A medida que las personas volvían a construir los sistemas de tuberías del paisaje y dejaban a su paso amplias huellas en forma de consecuencias medioambientales imprevistas, se nutría un sueño modernista: finalmente, las personas podrían estar completamente aisladas de los efectos de un clima difícil.

Con el pasar del tiempo, muchos de los que vivían en países ricos simplemente se olvidaron de toda el agua que fluía detrás de las presas y diques. Ya que habían encasillado sus vidas dentro de normas que iban al son del ritmo ininterrumpido de la economía de consumo, los californianos y alemanes este año se vieron incuestionablemente atónitos por el violento regreso de la naturaleza. Las catástrofes que presenciaron se habían convertido en simplemente inconcebibles para las opulentas sociedades modernas.

A pesar de que las inundaciones y las sequías afligen rutinariamente a cientos de millones de personas pobres en todo el mundo, estos eventos rara vez llegan a aparecer en los noticieros (las principales excepciones fueron aquellos desastres que ocurrieron en países ricos, como por ejemplo cuando el huracán Katrina devastó en el año 2005 el vecindario Lower Ninth Ward, un barrio de Nueva Orleans poblado principalmente por afroamericanos. Haciendo eco de la falacia maltusiana que trata la pobreza como un síntoma del fracaso moral, los desastres que azotan a los países en desarrollo se desestiman como una consecuencia inevitable del subdesarrollo.

No obstante, la seguridad hídrica no es simplemente un producto del desarrollo y la estabilidad política. Por el contrario, la seguridad hídrica contribuye a ambos, es decir tanto al desarrollo como a la estabilidad política. Las economías modernas y las instituciones políticas estables se construyeron fundamentándose en promesas de seguridad hídrica y las oportunidades que brinda dicha seguridad. El cada vez más evidente fracaso de nuestras instituciones cuando llega el momento de cumplir esa promesa representa, por lo tanto, una amenaza directa al pacto cívico que vincula a los ciudadanos y al Estado.

Las soluciones supuestamente permanentes del siglo XX están resultando ser inadecuadas. Los desastres climáticos de este siglo son heraldos que presagian la llegada de una nueva relación con nuestro medio ambiente, lo que plantea interrogantes que no hemos tenido que hacernos durante muchas generaciones.

¿Cómo queremos que se vea nuestro paisaje? ¿Qué riesgos somos capaces de tolerar? ¿Qué debemos esperar del Estado en lo que respecta a nuestra seguridad ambiental y qué potestades serían necesarias para alcanzar dicha seguridad ambiental?

Estas no son preguntas técnicas. Son interrogantes políticas, y ellas ocuparán progresivamente un sitial cada vez más central en el escenario del siglo XXI.

miércoles, 5 de octubre de 2022

El misterio detrás del impresionante agujero en lago de California


Fue construido en la década de los 50 junto a la represa Monticello.

Los habitantes le dicen coloquialmente ‘Puerta del Diablo' y ‘Hoyo de la gloria’.

Los habitantes del condado de Napa en California, Estados Unidos, son vecinos de una represa y un extraño agujero gigantesco que ha sido llamado por los ciudadanos como un ‘Hoyo de la gloria’.

El boquete atrae las miradas de turistas y residentes por igual, pues cuando está en funcionamiento pareciera como si fuera una cascada sin fin hacia el centro de la Tierra.

Sin embargo, este hoyo no es natural ni es un portal hacia un extraño mundo de fantasía. Fue construido como parte de la represa Monticello para drenar el lago cuando es temporada de lluvias, de acuerdo al medio estadounidense ‘The New York Times’.

Funciona como un desagüe de lavadero y sirve para que no haya demasiada agua en el lago. Este agujero de 22 metros de largo y 75 metros de profundidad puede transportar hasta 1360 metros cúbicos de agua hasta el Riachuelo Putah, ubicado a 600 metros del lago.

A pesar de que los habitantes del condado saben que se trata de un sistema de drenaje, coloquialmente lo llaman ‘Puerta del Diablo’ por lo imponente que resulta verlo en funcionamiento.
Cordones de seguridad

Aunque el hoyo se encuentra en medio del lago Berryessa, no es posible acercarse directamente. Y a pesar de lo grande que es, según reportó ‘The New York Times’, no es probable que arrastre con la corriente a pescadores y bañistas.

El gerente de operaciones del Distrito de Irrigación de Solano, Kevin King, declaró al medio citado que el orificio “drena bastante agua, pero la velocidad no es tan alta”. King es también encargado del funcionamiento de la represa y el hoyo en el lago.


Ha sido usado en tres ocasiones desde su construcción.

Según el hombre, una persona que sepa nadar podría alejarse del agujero aún si este está en funcionamiento, pues el hoyo no genera una corriente muy fuerte. De igual manera, hay una barrera de boyas (señales en el agua) que separan las zonas en la que los habitantes y turistas se pueden bañar del hoyo.No está drenando 24/7

A pesar de lo impresionante que se ve en imágenes, el hoyo no fue diseñado para estar en funcionamiento todos los días, sino cuando el lago está en riesgo de desbordarse más allá de los límites de la represa Monticello.

Es más, tan sólo se ha usado en tres ocasiones desde su construcción: en el 2006, el 2017 y el 2019. Cuando ha sido empleado, las autoridades alertan a los habitantes del condado de Napa para que puedan ser testigos de la increíble invención de ingeniería.

Aunque se trata, según medios locales, del hoyo de drenaje más grande del mundo, no es el único que existe.

De hecho, a parte de este agujero, existen otros en la Reserva Shing Mun, Hong Kong; la represa Hungry Horse, Montana; el lago Nekogahara, Japón; y la Reserva Ladybower, Londres.

martes, 4 de octubre de 2022

Arqueólogos en Bolivia encontraron una ciudad perdida


Los científicos hallaron once asentamientos en el Amazonas de Bolivia.

El descubrimiento fue realizado por un grupo de investigadores alemanes que trabajaban en este país.

Científicos de la Universidad de Bonn publicaron esta semana sus hallazgos en la revista Nature. Allí explicaron que gracias a un mapeo con tecnología láser encontraron once asentamientos de la cultura ‘Casarabe’.

El mapeo fue realizado con tecnología LIDAR y supone hasta ahora el primer caso conocido en las tierras bajas del Amazonas. Entre los hallazgos hay dos importantes urbes con campos y canales.

La investigación empezó hace 20 años cuando el científico Heiko Prümers descubrió una antigua civilización en las Llanuras de Mojo, una zona húmeda y selvática del Amazonas boliviano.

Desde entonces, año tras año, investigadores de esta universidad han seguido hallando restos de esta cultura que vivió entre los años 500 y 1.400, de acuerdo a lo publicado en la revista.

Esta vez, gracias a la tecnología LIDAR, el descubrimiento fue mayor. Esta técnica que es relativamente nueva es un escáner que permite crear desde el aire un mapa en relieve de cualquier terreno. Gracias a esto, el equipo de científicos alemanes ya ha cubierto 200 kilómetros y encontró dos ciudades y otras nueve poblaciones de menor tamaño.

Hasta ahora lo que se sabe de estos territorios de cultura ‘Casarabe’ es que tenían una gran red de carreteras y construcciones para cuidarse de las lluvias del Amazonas.

Gracias a la reconstrucción en 3D también se pudo conocer que tenían pirámides hasta de 22 metros que usaban como centros de culto y que las urbes, estaban rodeadas por extensas murallas.

Las dos poblaciones más grandes son Landívar y Cotoca, cada una con una extensión de más de un kilómetro. Según lo encontrado, eran los centros administrativos alrededor de donde se asentaban las demás zonas.

“Por el momento, no es posible estimar cuántas personas vivían allí. Sin embargo, el diseño del asentamiento en sí mismo nos dice que los planificadores y muchas manos activas trabajaron aquí” explicó Heiko Prümers, profesor de la Universidad de Bonn y líder de la investigación.

Nueva tecnología

El láser LIDAR (Light Detection and Ranging) es un método que ha revolucionado la manera en la que se realizan hallazgos arqueológicos en todo el mundo.

Con esta tecnología se puede eliminar la vegetación de cualquier terreno en un mapa. Esto es de vital importancia sobre todo en zonas tan tupidas como la selva amazónica.

Para usar el láser LIDAR es necesario inspeccionar un terreno desde el aire. El escáner se conecta a un helicóptero o un dron que transmite alrededor de 1,5 millones de pulsos láser por segundo.

Este tipo de tecnología es ampliamente usado en los carros autónomos que pueden manejarse por sí mismos. LIDAR permite saber en tiempo real la posición de millones de puntos y la distancia entre cada uno, por lo que se ha convertido en un sensor habitual de estos vehículos.

lunes, 3 de octubre de 2022

El asombroso caso del gato que hablaba 2 idiomas

Imagínate a un gato persiguiendo a dos ratones. No es muy difícil, ¿verdad?

Los persiguió por toda la casa, de arriba abajo, con las zarpas listas para atacar.

Pero, por desgracia para el gato, los ratones fueron más rápidos y se refugiaron en un pequeño hueco que encontraron.

Por supuesto, sabrás que el gato no se iba a marchar de la zona sin su alimento, así que empezó a maullar.

Dentro del hueco, los dos ratones murmuran: «Ojo, ahí está el gato».

El maullido cesó, y empezó a sonar el ladrido de un perro por toda la estancia. Los ratones se relajaron al instante, porque era obvio lo que pasaba.

«Ha llegado un perro. Seguro que ha ahuyentado al gato. Aprovechemos ahora para correr hasta la ratonera».

Cuál fue su sorpresa cuando, al salir, dos garras relucientes los estaban esperando para darse un gran banquete.

Y mientras esto sucedió, el gato se relamió mientras decía:

—Hoy en día, el que no hable al menos dos idiomas, se muere de hambre.

Sería maravilloso que nuestro gato fuera capaz de hablar otros idiomas además del maullido, ¿verdad?

Que se convirtieran en Salem, el de la serie de Sabrina, y nos contara chistes o nos dijera exactamente lo que necesita para ser feliz.

Pero, por desgracia, los gatos no hablan nuestro idioma… pero sí empezaron a maullar únicamente para comunicarse con nosotros.

¿Y cómo se lo devolvemos? No haciendo nada para ayudarles a que se comuniquen.

El bienestar y la salud de tu gato depende de si eres capaz de hablar su idioma, de comprenderlo y tratarlo como de verdad le gusta.

Y, para ello, es importante comprender y fomentar el vínculo con tu gato.

domingo, 2 de octubre de 2022

Hay muchos mitos que corren por ahí acerca de los gatos

Que si dan mala suerte, que si son ariscos e independientes, que si no te quieren…

Vamos, la lista es tan larga que podría estar todo un email solo enumerándolos.

Pero algo me dice que tú ya los conoces todos, por desgracia. (Y que también has podido desmentirlos uno a uno con el paso del tiempo).

Sin embargo, estas creencias parecen mucho más firmes cuando nos juntamos con personas que únicamente tienen a perros en su familia multiespecie.

Ahí los comentarios se intensifican.

Y sí, los perros son geniales. Nos encantan.

Pero, ¿no estaría genial poder hablar también de lo increíbles que son los gatos sin que haya un «pero» de por medio?

Algo como: «Mi gato es supercariñoso…» «Ya… pero seguro que solo cuando él quiere. Son muy independientes. Yo no podría tener un gato».

Es muy frustrante que esto suceda porque no saben lo que es tener un gato.

Obviamente, no es un perro, pero eso no lo hace menos.

Y como sé que has tenido que vivirlo en alguna que otra ocasión, al igual que yo y otras muchas personas, en Antrozoología nos propusimos encontrar un lugar seguro en el que poder compartir nuestra pasión por los gatos.

Por los de nuestra familia multiespecie y la de otros.

En el Club Tu Gato y Tú encontrarás una comunidad en la que te sentirás apoyada por otras compañeras que también adoran a sus gatos, además de otras muchas ventajas y aprendizajes.

Por ejemplo, cada mes colgaremos tres vídeos de contenidos interesantes para mejorar la convivencia con tu gato: cómo manejarlo, cómo educarlo, cómo comunicarte con él, entre otras cuestiones.

Si quieres dejar de sentirte apartada de la conversación cuando hables de tu familia, aquí encontrarás un lugar en el que estar a gusto.

sábado, 1 de octubre de 2022

Encuentran el ‘camino a la Atlántida’ a unos 600 metros bajo el agua


Los científicos le dieron una rápida explicación.

La “carretera” fue hallada en el océano Pacífico por los tripulantes del buque Nautilus.

Un grupo de científicos del Ocean Exploration Trust encontró, a 600 metros de profundidad del océano Pacífico, una antigua superficie pavimentada que relacionaron con Atlántida.

La mítica ciudad perdida en la historia, se remonta a los escritos filosóficos de Platón. Según la descripción, era una potencia militar que terminó en el fondo del mar por una catástrofe.

Por muchos años, esta ciudad se consideró una metáfora de Platón para dar a entender sus ideas. Sin embargo, en el siglo XIX, varios investigadores notaron que en los escritos se hablaba de una historia verdadera. Esto los llevó a plantearse la posibilidad de encontrarla.

Tras el increíble hallazgo, varios expertos del equipo señalaron que la sorprendente “carretera” se trata de formaciones rocosas producidas por la actividad volcánica submarina, al norte de las islas de Hawái.

De hecho, desde marzo, oceanógrafos a bordo del buque EV Nautilus se han dedicado a investigar el origen de miles de montes submarinos para entender cómo se formaron las islas de Hawái.

Así que, el proyecto, financiado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, realiza búsquedas con un brazo robótico con el que puede analizar las formaciones geológicas y recoger rocas en la profundidad del mar.

¿Me estás tomando el pelo? Esto es una locura

Aunque estaban dispuestos a encontrarse con infinidad de criaturas y tesoros marítimos, nunca se imaginaron que verían la antigua superficie pavimentada.

Incluso uno de los científicos gritó: "¡Es el camino a la Atlántida!”, mientras otro lo encontró parecido “al camino de ladrillos amarillos” de la novela infantil 'El maravilloso mago de Oz'.

“¿Me estás tomando el pelo? Esto es una locura”, exclamó otro de los investigadores.

Según la descripción del video que publicaron en el canal oficial de la investigación. Los oceanógrafos le encontraron una rápida explicación.

La formación rocosa es “un ejemplo de geología volcánica activa antigua. En la cima del monte submarino Nutka, el equipo detectó una formación de ‘lecho de lago seco’, ahora identificado como un flujo fracturado de roca de hialoclastita, un tipo de roca volcánica que se forma en erupciones de alta energía donde muchos fragmentos se asientan en el lecho marino”, afirmaron.

Además del increíble camino, el Nautilus ha encontrado diferentes criaturas marinas bastante extrañas.

De hecho, en marzo lanzaron un video de un pez con “dientes” colgando de unas rocas a más de 1.000 metros de profundidad.