martes, 28 de agosto de 2018

Misterio del Triángulo de las Bermudas habría quedado resuelto

Para los entusiastas paranormales el Triángulo de las Bermudas es un área maldita.

Hay quienes aseguran que el Triángulo de las Bermudas se han desaparecido 20 aviones y 50 barcos a lo largo de 100 años.

Un grupo de científicos señaló que las difíciles condiciones presentadas en una zona en el Atlántico Norte delimitada por Miami, las Bermudas y Puerto Rico, punto conocido como el Triángulo de las Bermudas o del diablo, son propicias para que se formen olas enormes y turbulentas, creadas por las tormentas que chocan en el mar.

En el programa 'El enigma del Triángulo de las Bermudas', el cual es emitido en el canal Channel 5 de Reino Unido, un grupo de científicos afirmó que esta podría ser la causa de que a lo largo del tiempo hayan desaparecido en esa área varios barcos y aviones, dejando de lado la creencia de supuestos ovnis o monstruos marinos como los supuestos responsables.

El oceanógrafo Simon Boxall, de la Universidad de Southampton, en entrevista con el diario Sun dijo que las olas en el Triángulo de las Bermudas podrían alcanzar los 30 metros de altura, es decir del tamaño de un tsunami como el que ocurrió en la Bahía Lituya de Alaska en 1958, según datos del Smithsonian.

“Las tormentas del sur y del norte confluyen. Y si se suman otras tormentas provenientes de Florida, se pueden formar olas turbulentas potencialmente mortales”, indicó Boxall.

En su momento la Guardia Costera de Estados Unidos también opinó sobre el Triángulo de las Bermudas. Afirmó que allí no existe nada particularmente peligroso.

“La Guardia Costera no reconoce la existencia del llamado Triángulo de Bermudas como un área geográfica que represente un peligro específico para barcos o aviones. Al analizar las pérdidas de aviones y embarcaciones que se han producido en el área a lo largo de los años, no se ha descubierto nada que revele que esas bajas han sido el resultado de un fenómeno ajeno a causas físicas. No se han identificado factores extraordinarios”, afirmaron desde la Guardia Costera estadounidense. 

Al anuncio de la Guardia Costera se sumó el del Servicio Nacional del Océano, quien afirmó que las desapariciones de barcos o aviones en el Triángulo de las Bermudas también se debe a las difíciles condiciones climáticas que allí se presentan.

“El océano siempre ha sido un lugar misterioso para las personas. Cuando hay mal tiempo o malas condiciones de navegación, puede ser un sitio letal. Eso se aplica en todo el mundo”, señaló la agencia.

lunes, 27 de agosto de 2018

No educar a las niñas le cuesta al mundo hasta US$30 billones

Una investigación del Banco Mundial reveló que la falta de educación en las mujeres genera atrasos en productividad que podrían alcanzar los US$30 billones. 

 

De acuerdo con los cálculos del Banco Mundial, en el mundo hay 132 millones de niñas con edades entre los 6 años y los 17 años, de las cuales el 75% son adolescentes y aún no asisten a un colegio.

Un estudio del multilateral reveló además que el 89% de las niñas en el mundo apenas logran terminar los estudios de primaria y apenas el 77% pueden concluir los primeros años del bachillerato, “lo que en muchos países suma 9 años de colegio”. 

Y aún más grave, el Banco Mundial advirtió que en países de bajos ingresos, la cifra cae a apenas 2 de cada 3 niñas con estudios de básica primaria y solo 1 de cada 3 logra completar la secundaria básica.

El resultado es que el mundo pierde entre US$15 billones y US$30 billones por toda una vida de improductividad a la que son obligadas esas mujeres que crecieron sin educación, advierte el mismo estudio del Banco Mundial.


Fuente: Banco Mundial

Además de generar una mayor productividad que redundará en mayor crecimiento económico y generación de empleos para cada país, el multilateral destaca que “las mujeres con educación secundaria están más capacitadas para tomar decisiones en sus hogares, incluso las relativas a la atención de su propia salud”.

Es menos probable que las mujeres con adecuada educación sufran de violencia de pareja e incluso tienen mayor bienestar psicológico.

Los hijos de esta generación de mujeres con acceso a la educación también son beneficiados pues es menos probable que sufran de desnutrición u otras enfermedades, a la vez que contarán con mayores oportunidades para asistir al colegio.

Todo esto sin contar con los beneficios que trae la disminución en los matrimonios infantiles y embarazos adolescentes.

El documento del Banco Mundial también destaca 6 causas de deserción o ausencia escolar en las niñas:

La primera es que, en especial en áreas rurales, la baja calidad de la educación no compensa las pérdidas de ingresos de las familias por el tiempo en que sus hijas no están estudiando, así como los costos de uniformes, transporte y demás dotación escolar aunque los colegios estatales sean gratuitos.

En segundo lugar está la condición de algunos países de presentar un exámen para continuar a la educación secundaria. Cuando las niñas de zonas rurales o urbanas de muy bajos recursos fallan en estos exámenes, sus padres inician la presión para que, en lugar de seguir buscando educación, encuentren un esposo que se haga cargo de ellas.

En esa misma línea está el matrimonio infantil. En los países en los que se da dicho fenómeno, los esposos de estas niñas o adolescentes no están interesados en que ellas estudien pues dejarían de atender el hogar o porque no tienen cómo costearles a su parejas la educación.

En cuarto lugar está la falta de centros educativos para secundaria en las zonas más alejadas de la ciudad, que obligan a que los padres deban decidir si envían a sus hijas a casa de algún pariente o conocido, lo que significa que perderán el control sobre su comportamiento y además los gastos del hogar se incrementarán.

Las niñas en el campo también están sometidas a las condiciones de ser la hija mayor de su hogar, cuando se da el caso. Ellas deben ayudar a sus mamás en las tareas diarias, además de cuidar a sus hermanos menores.

Por último, es posible que la falta de educación de los padres en algún caso resulte en que estos no envían a sus hijas al colegio al no verlo importante o las envían demasiado tarde y, en algunos casos, los mismos profesores del colegio se niegan a admitirlas pues su edad es mayor a la que en promedio tendrían sus compañeros de primaria.

“Si los líderes mundiales se comprometen a construir un mundo mejor, deben comenzar por invertir en la educación secundaria de las niñas”, advirtió Malala Yousafzai en la presentación de este estudio.

domingo, 26 de agosto de 2018

Cómo contarle a un niño que tiene una enfermedad que cambiará su vida

Pese a lo complicado del diagnóstico, hay que asumirlo con valentía, sinceridad, amor y creatividad. 


Los niños más pequeños deben conocer su realidad, pero de manera sutil, según su edad. 

Rafael Quintero define a Antonia, su hija, como la guerrera más fuerte y él se considera su soldado más fiel. Ambos, desde el 4 de julio de 2017, han librado una batalla contra la artritis idiopática juvenil, la enfermedad que acompaña a la pequeña desde que nació, pero que le diagnosticaron hace apenas un año.


“El día que nos dieron la noticia todo quedó oscuro, porque es una enfermedad rara, no tiene cura y se duerme de vez en cuando. Enterarnos de que nuestra hija va a convivir con eso de por vida fue un golpe fuerte”, confiesa este periodista y docente universitario.

La enfermedad que padece Antonia –quien apenas tiene cuatro años– suele manifestarse con dolor e inflamación en las articulaciones, fiebre y erupciones cutáneas. Según la Sociedad Colombiana de Pediatría, aún se desconocen los factores que la causan, pero se cree que es un mal autoinmune perteneciente a la lista de enfermedades crónicas, también conocidas como enfermedades no transmisibles (ENT), que se caracterizan por tener larga duración y progresión lenta.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), dichas enfermedades afectan al siete por ciento de la población mundial (entre niños y adultos), y las más comunes son las cardiovasculares, el cáncer, problemas respiratorios y diabetes. En el mundo, se estima que estos cuatro grupos son los responsables de más del 80 por ciento de las muertes prematuras por ENT.

Y si bien suelen ser más comunes en las personas adultas, no son extrañas en la vida de los niños, aunque no hay cifras exactas ni discriminadas en la población infantil. Ni en el ámbito global ni local. De los pocos datos que se tienen de Colombia, el suministrado por el Instituto Nacional de Cancerología asegura que cada año se registran 1.400 casos nuevos de cáncer infantil, una de las principales ENT. Ser claros, pero no crudos 

Rafael Quintero cuenta que explicarle la enfermedad a su hija no fue sencillo, pues a su corta edad no entendería la dimensión de lo que su cuerpo padece. Sin embargo, él y su esposa fueron muy francos con ella. “Le dijimos que iba a tener unos dolores fuertes porque tenía una enfermedad rara con la que había nacido. No hicimos énfasis en lo malo, nos enfocamos en empoderarla”, afirma. 

Eso sí, antes de hacerlo se informaron hasta del más mínimo detalle sobre esta enfermedad huérfana. Según el padre, lo mejor que se puede hacer antes de darle la noticia al niño no es averiguar en Google o portales médicos digitales, sino, más bien, escuchar al pie de la letra las explicaciones del médico. “En estos casos hay que creer, a ojo cerrado, todo lo que digan los reumatólogos pediatras, ellos son los que saben”, afirma Quintero.

La sinceridad y franqueza de los padres de Antonia, de acuerdo con Vladimir Muñoz, pediatra del hospital El Tintal, son las claves para evitar que en un futuro la enfermedad sea traumática para los niños. De acuerdo con Muñoz, “hablar con un lenguaje claro pero no crudo reducirá sus miedos y asegurará que asuma los tratamientos con responsabilidad y valentía”.

El pediatra añade que si bien esos dos elementos son importantes, hay que considerar que la forma para comunicar la noticia varía dependiendo de la edad. Sobre todo teniendo en cuenta que –como lo informa la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe– “de 0 a 2 años, los receptores de la información serán los padres; de 3 a 5 años serán en una pequeña parte los niños, pues quienes realmente reciben el mensaje son los padres; de 6 a 11 años, en su mayor medida son los niños, dependiendo menos de los padres para tratar la información, y de 12 a 16 años los receptores son los niños, ya que poseen la capacidad de tomar decisiones”. 

Ivonne Charry, psicóloga clínica del Hospital Infantil Universitario de San José, aconseja que con los más pequeños no hay que ser demasiado explícitos con la información. Según cuenta, para ellos es más sencillo enterarse y enfrentar la enfermedad porque su mundo está controlado y depende de los padres.

En cambio, para niños mayores de siete años, Charry recomienda “explicarles claramente la condición que tienen y ser muy insistentes en que, gracias a los tratamientos, ellos podrán estar bien, sentirse mejor y llevar una vida normal”.
El pediatra añade que es importante contarles la situación en un entorno familiar donde se sientan seguros y apoyados.

Cuando se trata de los adolescentes, ambos expertos concuerdan en que esta es la etapa más difícil para informar sobre la existencia de una enfermedad crónica porque tienden al rechazo, a la introspección y negación. Asimismo, la confianza no la depositarán en sus padres, sino en sus amigos, “quienes difícilmente entenderán la situación porque no tienen que ir a una clínica seguido o tomar medicamentos a diario”, advierte la psicóloga.

Para estos casos, el pediatra Vladimir Muñoz sugiere que los padres “usen el mismo lenguaje del adolescente e integren el núcleo de los amigos como parte de la terapia”.
Por su parte, la psicóloga infantil Ivonne Charry hace énfasis en que no hay que negar lo que el joven siente, ni mucho menos lo que sabe. “Se deben confrontar aquellos pensamientos y trabajar por que se acepte como es, con la condición clínica que tiene”, advierte la experta. Disciplina y creatividad

Si la franqueza y la sinceridad son claves en el momento de informar el diagnóstico, tanto la creatividad como la disciplina son esenciales para cumplir responsablemente con los tratamientos, los cuales ayudan a evitar la degradación de la enfermedad e incluso la muerte, en algunos casos.

Sin embargo, como la mayoría de terapias o medicamentos son a largo plazo y causan dolor en los niños, hay que acudir a la creatividad para que estos no se conviertan en el peor enemigo. El periodista Rafael Quintero, por ejemplo, tiene una entrada en su blog La Fuerza de Anto en la que relata cómo tuvo que crear al ‘Superhéroe de las pastillas’ y ‘Pastillita’, dos personajes que en realidad son él y su otra hija, María José, disfrazados con una nariz roja de payaso y un gorrito de unicornio. 


Rafael Quintero 

Esta estrategia sirvió para que Antonia no diera un concierto de alaridos cada viernes y jueves, los días que debe tomarse las cinco pastillas de metotrexaco y de ácido fólico que le recetó su pediatra. “Mi consejo es hacer entretenido el tratamiento y no convertirlo en una tragedia familiar. Lograr eso implica paciencia y tranquilidad”, sigue Quintero.

Hay otras herramientas pedagógicas como juegos o videos como estos que también pueden servir: 

Los expertos, por su parte, advierten que los padres deben ser un agente de apoyo para motivar a los niños a fin de que sean responsables con los medicamentos, por más que duela verlos sufrir. La fuerza y la disciplina, según el pediatra Muñoz, deben complementarse con una serie de mensajes que les hagan caer en cuenta a los menores de edad de que tomar con obediencia las medicinas les permitirá experimentar las cosas positivas de la vida.

“Hay que empoderar a los hijos, evitar amenazarlos y trabajar mancomunadamente para que todos los familiares enfrenten la enfermedad sin convertir al niño en una víctima”, puntualiza el pediatra.

sábado, 25 de agosto de 2018

Sabe usted dónde están (navegando) sus hijos en estos momentos?

Existen riesgos de comportamientos adictivos o de episodios de abuso en los menores, según estudio. 


Para el 56 por ciento de los niños encuestados, el profesor es la figura que acompaña el uso de internet, por encima de padres y pares. 

¿Sabe usted qué paginas visita su hijo cuando navega la red? ¿O si está hablando con desconocidos? ¿Está seguro de que su hijo no iría a encontrarse en el mundo real con personas que conoció en Internet?

Entender los riesgos y las oportunidades que plantea internet para quienes la usan, en especial los más jóvenes, es el propósito con el que TigoUne relanzó su estrategia de responsabilidad social, para lo cual, en asocio con la Universidad Eafit, realizó un estudio acerca del uso que dan a la red los niños entre los 9 y los 16 años.

Marcelo Cataldo, presidente de la empresa, indicó: “Somos una compañía que está para hacer dinero, y vendemos acceso a la tecnología, acceso a internet. Bien sabemos que eso genera muchas oportunidades y muchos riesgos, por eso nos pusimos en la tarea de entender cuáles son esos riegos y esas oportunidades”. 

El estudio, que indagó a niños de las ocho ciudades principales del país, se concentró en cuatro áreas: cómo usan la red, cuáles conductas plantean riesgo, cuáles plantean oportunidades y cuál es la conducta de los padres frente al tema. 

Un hallazgo llamativo es el de la figura del profesor, que para el 56 por ciento de los encuestados es la figura que acompaña el uso de internet, por encima de padres y pares. 

“El estudio muestra que el profesor es el mediador más exitoso. Nuestras estrategias suelen estar muy enfocadas en el niño o en el joven, pero se nos olvida que los niños y los jóvenes viven en un contexto: hay un papá, hay un profesor, hay un abuelo que los cuida en la tarde.... Entonces ese contexto permite que el entorno familiar tenga las capacidades para brindar educación en el uso de la red”, comentó Cataldo. Facebook domina

Un 12 por ciento de los encuestados señaló haber padecido episodios de ciberbullying. Quizás más impactante es descubrir que un 8 por ciento admitió haber participado en calidad de victimario.

Facebook (37%) domina el paisaje de las redes que usan los jóvenes, seguida por WhatsApp (26%) y lejos, muy lejos de Instagram (7%) y YouTube (7%). Twitter ni siquiera entró entre las cinco más usadas. 

Si bien el estudio identificó riesgos muy definidos, como el uso excesivo de internet, la visualización de contenido sexual y el contacto con personas desconocidas, hay una luz de esperanza: 79% de los encuestados afirma saber bloquear a personas y 51% dice conocer cómo hacer ajustes de privacidad en sus redes. 
Conductas de riesgo

Eso no evita que muchos caigan en conductas de riesgo ya no en el mundo virtual, sino en el real. Un 55 por ciento de los niños de 15 y 16 años y un 43 por ciento de los niños entre 13 y 14 años afirmaron haber conocido a extraños por internet. Lo más alarmante es que el 24 por ciento del primer grupo y el 27 por ciento del segundo reconocieron haberse encontrado personalmente con ellos tras sus charlas en la red. 

El 24 por ciento del primer grupo y el 27 por ciento del segundo reconocieron haberse encontrado personalmente con ellos tras sus charlas en la red 

Llama la atención que el estudio determinó que los niños enfrentan el riesgo real de caer en conductas adictivas, como no comer o no dormir, por el uso excesivo de internet. Pero Cataldo es enfático que esto no debe usarse para satanizar a la red.

“La adicción no es el tiempo. Depende de cómo se usa el recurso. Un experto explicaba que la adicción es a la heroína, no a la inyección”. 

Un 64 por ciento de los padres les permite a sus hijos usar al menos una red social. Tan solo el 20 por ciento lo hace bajo supervisión.

viernes, 24 de agosto de 2018

Descubren en el Magdalena una rana que croa como cabra

Su hallazgo es el resultado de las exploraciones científicas realizada a bosques circundantes del valle medio del río Magdalena.


Rana

Suena como un mamífero pero es anfibio. Científicos descubrieron en las selvas tropicales de Colombia una especie de rana endémica con huesos verdes que croa como las cabras. 

El Instituto Humboldt, vinculado al ministerio de Ambiente, dio a conocer este miércoles el más reciente hallazgo en el segundo país más megadiverso del mundo, después de Brasil: la Scinax caprarius.

Este anfibio debe su nombre "al canto que emiten los machos de esta especie" que es "similar al sonido de las cabras", señaló el organismo en un comunicado. 

Además de dar balidos, esta pequeña rana tiene huesos verdes y tonos café rojizo y dorado en la parte superior del cuerpo y suele medir entre 28 y 31 milímetros.

La expedición que llevó a este singular descubrimiento comenzó en 2016 y fue encabezada por el biólogo colombiano Andrés Acosta. 

La nueva especie fue localizada en el fértil valle medio del Magdalena, el principal río de Colombia, en bosques subandinos, selvas húmedas tropicales y bosque seco tropical. 

De hábitos nocturnos, esta rana se ve con frecuencia en la época de lluvias.

Y para regocijo de los científicos: la Scinax caprarius es un anfibio que abunda en hábitats conservados, lo que la excluye de la lista de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), según el Instituto Humboldt.

Que hoy esta rana "represente una preocupación menor para los científicos colombianos no significa desentenderse en su estudio, por el contrario exige un monitoreo constante con el fin de mantener la estabilidad y supervivencia" ante el impacto de las actividades humanas, añadió la entidad. 

De las 817 especies de anfibios documentados en Colombia, 56 están críticamente amenazadas, 89 en peligro y 85 en estado vulnerable, de acuerdo con las listas rojas de UICN.






Fuente

jueves, 23 de agosto de 2018

Cómo manejar las emociones de los niños?

Las competencias socio-emocionales cada vez toman mayor importancia dentro de la educación de los menores.

Es muy importante que los niños expresen su estado de ánimo y que los padres sepan cómo actuar.

Estos son algunos consejos útiles que formula la Secretaría Distrital de Educación, a través del programa 'Emociones para la vida', con el fin de que los padres y cuidadores contribuyan a la comunicación asertiva, la resolución de conflictos, la regulación y el manejo de las emociones en los niños y niñas de 1° y 5° de primaria. 

Entender lo que sienten 

Lo primero es ayudar a los menores a entender lo que sienten, antes de juzgarlos por sus actos.

Recuerde que las sensaciones corporales siempre acompañan a las emociones, como sentir calor o frío, la tensión muscular o la velocidad del latido del corazón. 

Lo siguiente es enseñarles a identificar señales de rabia como apretar la mandíbula o cerrar los puños.

Es importante que expresen su estado de ánimo diciendo, por ejemplo, “me siento triste”, “estoy asustado” o “me siento desilusionado”. 

Para manejar estas emociones es necesario que aprendan tácticas como respirar profundamente, relajar los músculos o contar hasta diez imaginando algo positivo, para así disipar los pensamientos negativos. 

Aprender a tener en cuenta a los demás 

Cuando el menor logre identificar y regular sus emociones, el siguiente paso es conversar sobre la importancia de aprender a tener en cuenta otros puntos de vista, para que así puedan entender a los demás menores desde las mismas emociones y tengan en cuenta las necesidades de los demás. 

Para incentivar esta práctica, cuando lean cuentos o vean películas, indague al menor sobre los puntos de vista de los diferentes personajes, “¿qué piensa este personaje y qué piensa este otro?”. 

Es importante que los niños aprendan a escuchar a los demás y expresarse de manera asertiva, para aprender a manejar los conflictos de manera pacífica. 

Es cualquier caso es vital preguntarles a los menores qué les pasa, mirarlos a los ojos y repetir con sus propias palabras lo que están tratando de decir. Esto contribuye a validar sus emociones y ellos sentirán que los están escuchando. 

El ejemplo empieza en casa 

Los conflictos son normales en los menores y deben ser vistos como oportunidades para el aprendizaje. En vez de buscar culpables preguntando cosas como “¿quién empezó?”, puede realizar preguntas que ayuden a conciliar la situación, como “¿qué pasó?”. 

Recuerde que en ninguna circunstancia se debe recurrir a la violencia o a las agresiones físicas. Es importante que los menores aprendan a través de ejemplos cotidianos cómo las acciones agresivas siempre empeoran los conflictos. 

El ejemplo que les dé a los niños y niñas es fundamental durante el proceso de aprendizaje puesto que ellos siempre reproducen los comportamientos que ven en casa. Por lo tanto actúe con calma, trate de no gritar, ni decir cosas hirientes y analice qué tanto controla usted sus emociones.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Enseñar a hablar: los errores que no deben cometer los padres

No usar la media lengua y no interpretar sus sonidos, bases para que niños desarrollen su lenguaje. 


No solo basta con conversarles frecuentemente a los niños, también hay que ser claros y precisos con el lenguaje que se usa. 

Usar diminutivos, hablarles a media lengua, dejar que solo se comuniquen por señas o repetir las palabras que los niños pronuncian mal son algunos de los errores más frecuentes que cometen los padres o cuidadores en el momento de enseñar a hablar a un niño.

Según los especialistas, a la hora de estimular lingüísticamente a los niños no basta solo con conversarles y tener interacciones comunicativas frecuentes desde sus primeros días de vida, además es fundamental hacer un buen uso del lenguaje.


“Es importante que los padres utilicen bien las palabras a la hora de comunicarse con sus hijos desde que son bebés, pues los niños aprenden un idioma escuchando y simulando patrones”, señala María José Castrillón, especialista en terapia de lenguaje. Así, explica, si los adultos no vocalizan bien, “es muy posible que los niños aprendan a hablar con esos mismos errores, porque están en una etapa en la que absorben todo lo que reciben del ambiente en el que se encuentran y aprenden por repetición”.

De hecho, el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD, por sus siglas en inglés) señala que los primeros tres años son claves en el desarrollo del habla y el lenguaje de bebés y niños pequeños. “En estos periodos, el cerebro está más capacitado para absorber el lenguaje. Si se dejan pasar y no se le enseñan al niño palabras y recursos lingüísticos de forma constante y correcta, será más difícil que el niño los interiorice y aprenda en la debida forma”, advierten los especialistas del NIDCD.

En este sentido, de acuerdo con Jaime Castro, docente investigador de psicología del Politécnico Grancolombiano, para que un niño pueda empezar a hablar debe haber desarrollado previamente la capacidad de comprender el lenguaje, es decir, debe tener un léxico o una serie de palabras que entiende correctamente antes de producirlas. Para ello, el investigador recomienda hablar con los niños con un lenguaje cotidiano y preciso, tal y como se les habla a los adultos, sin reducir las palabras ni distorsionarlas y señalándoles siempre el objeto al que se hace referencia. De este modo, si se le muestra un perro al niño, se le debe decir “ahí está el perro” y no “ahí tá un guau guau”. 

Por su parte, Aixa Materon Acuña, fonoaudióloga de la Universidad del Rosario e interconsultora de la Clínica Colsanitas, afirma que padres y cuidadores deben dialogar con el niño desde los primeros meses, hablándoles claro, de forma pausada y mirándolos siempre a los ojos. Dedicar tiempo, la clave

Frente a lo anterior surge para los padres el reto de invertir el tiempo en enseñar a sus hijos a adquirir destrezas lingüísticas. De un lado, hay una menor dedicación en términos de la calidad de la conversación con el niño. Según la fonoaudióloga Marbelis Miranda Daza, con frecuencia se suele pensar que el lenguaje “no es más que el simple acto de hablar, excluyendo su dimensión psicosocial, que requiere habilidades de escucha y retroalimentación y restándole importancia a la correcta producción del habla”.

En esto coincide Adriana Guzmán Ramírez, fonoaudióloga de la Universidad Nacional: “Los adultos siempre buscamos resolver inmediatamente las necesidades del niño”, cuando lo que en verdad requiere de los padres y cuidadores es que se le hable claro, se le fomente el diálogo participativo, activar la escucha, dar siempre el nombre correcto de las cosas, mantener el contacto visual, jugar con sonidos y palabras y expandir el lenguaje cada vez que se pueda. Fallas frecuentes

De manera inconsciente, papás y cuidadores replican hábitos que no favorecen el desarrollo del habla de los niños. Jaqueline Higuera, especialista en rehabilitación comunicativa infantil del Instituto Roosevelt, y Aixa Materon, fonoaudióloga de la Clínica Colsanitas, señalan cuáles son esas fallas y cómo corregirlas. 

Prolongar el uso de chupos y no favorecer la masticación

Utilizar biberones y chupos de entretención así como dar alimentos licuados, sopas y compotas por mucho tiempo y retardar la introducción a la dieta de trozos de comida impide la masticación y por lo tanto, impide el normal desarrollo orofacial del bebé, lo cual es clave para fortalecer músculos que intervienen en la emisión de sonidos.

No leerle a temprana edad 

A los niños hay que leerles, incluso desde el vientre materno para que se familiarice con los sonidos propios de su lengua materna.

Abusar de los diminutivos.

No todo lo que se les nombre debe terminar en ‘ito’ o ‘ita’: el carrito, la chucharita, el osito, un paseíto, tu manita… Los niños deben escuchar las palabras de forma clara y usual.

Hablarle eliminando artículos y preposiciones 

A los niños hay que hablarles construyendo las frases tal y como se hace con los adultos: de manera clara, coherente y gramaticalmente correcta. Es mejor decirle a tu hijo: “vamos a dar un paseo” que “¿quiere nene paseo?”.

No mirar al niño cuando se le habla

Cada vez que un adulto converse con un niño debe ponerse a su altura y mantener el contacto visual de modo que pueda ver las expresiones del rostro y los movimientos de la boca al vocalizar.

Utilizar palabras que sustituyan a las correctas 

Muchos padres inventan palabras que suenan más infantiles para denominar ciertos objetos o personas. Por ejemplo, la abuela es ‘agui’ o la ‘nona’, o el tetero es el ‘tete’ y el perro es el ‘guau guau’. Lo mejor es nombrar los objetos por su nombre real para que puedan hacer una buena correlación.

No dejar que el niño termine sus oraciones o adelantarse a lo que va a decir 

Hay que darles espacio y no pensar por ellos. Muchas veces los niños tartamudean y tardan en encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que desean.

Dejar que el niño se comunique tan solo con gestos 

Si bien los niños pequeños suelen recurrir al lenguaje de los signos para hacerse entender es importante que los adultos lo estimulen para que se esfuerce por decir con palabras lo que quiere expresar.

Hacer preguntas cerradas

Evite formularle al niño preguntas en las que solo tenga que responder “sí” o “no”, ya que de este modo no se estimula la ampliación de su vocabulario ni se le da la oportunidad de ser recursivo en el uso del lenguaje aprendido. Para tener en cuenta

Si a pesar de tener buenas prácticas a la hora de enseñar a hablar a un niño persisten dificultades, preste atención a los siguientes signos de alarma y consulte con un especialista para determinar si el pequeño está presentando retrasos en el desarrollo del habla:

- No dice palabras de forma clara una vez cumplido el primer año de vida.
- No sigue instrucciones ni entiende al llamado de su nombre.
- Continúa comunicándose mediante gestos o señas después de los 14 o 15 meses.
- No muestra intención de manifestar sus deseos o necesidades.
- Tiene dificultades para escuchar.