lunes, 15 de enero de 2018

No quería decírselo a mis padres para no preocuparlos

"No quería decírselo a mis padres para no preocuparlos": por qué cada vez más niños tienen pensamientos suicidas 

Calleigh forma parte del cada vez mayor número de niños que en años recientes han considerado el suicidio, un fenómeno que crece en muchos países pero que las autoridades todavía no se explican por qué. 

"No quería decírselo a mis padres para no preocuparlos": por qué cada vez más niños tienen pensamientos suicidas 

"Para llegar a la escuela tenía que cruzar un puente y solía pararme allí y pensar ‘qué fácil sería saltar‘. La sensación era abrumadora y sentía que estaba sola. Estaba en un punto tan, tan bajo, que no podía ver la manera de salir".

Calleigh, una británica que ahora tiene 18 años, empezó a autolesionarse a los 11 años y pensó por primera vez en suicidarse a los 13.

"No quería decírselo a mis padres porque pensé que los preocuparía o los decepcionaría, o que no lo entenderían".

Esta joven forma parte del creciente número de niños que en años recientes llamaron por teléfono a la línea de apoyo de la organización británica sin ánimo de lucro Childline, para pedir consejo sobre sus pensamientos suicidas.

Pasos hacia el suicidio

Ahora los organizadores dicen que solo pueden contestar a tres de cada cuatro llamadas que reciben y están pidiendo voluntarios con urgencia.

Según sus datos, entre 2016 y 2017 le ofrecieron casi 22.500 sesiones a niños que estaban considerando quitarse la vida, casi 3.000 más que en el año anterior. El 72% de esas sesiones fueron para niñas.

Además, estiman que más de 2.000 contactos fueron de jóvenes que ya habían dado algún paso para acabar con sus vidas, como escribir una carta de despedida, deshacerse de pertenencias significativas o incluso planear su muerte.

En paralelo, un estudio publicado en octubre en el British Medical Journal (BMJ) evidencia un gran aumento en el número de niñas en la adolescencia temprana, de 13 a 16 años, que se autolesionan en Reino Unido.

Según ese estudio, las autolesiones son el factor de riesgo más alto para el suicidio, que después de los accidentes de tráfico es la causa de muerte más común en el mundo entre los 10 y los 24 años.

De hecho la mitad de los adolescentes que se quitan la vida en Reino Unido tienen un historial de autolesión.

Crecientes tasas de suicidio en menores

La tasa de suicidio entre 15 y 19 años pasó de 3,2 en 2010 a 5,4 en 2015 por cada 100.000, según el estudio del BMJ.

En Colombia, un informe sobre el suicidio de 2011 del Instituto de Medicina Legal decía que "existe una preocupante relevancia del fenómeno a edades cada vez más tempranas".

Ese año 193 menores de 18 años se suicidaron en Colombia, 52 de los cuales tenían entre 10 y 14 años. El número se elevó a 57 en 2014 y a 70 en 2015. 

Pero poco se sabe sobre los factores detrás de esta tendencia que se repite en varios países.

Es difícil pedir ayuda

A Calleigh la hundió su carácter perfeccionista combinado con la presión académica excesiva que sentía en su escuela. Para ella contactar con Childline fue, literalmente, un salvavidas.

"Fui capaz de hablar con alguien. Me dijeron, ‘ok, ¿qué es lo que está haciendo que te sientas así?‘ ‘Ve dando un paso y después otro‘. Son súper comprensivos".

"Yo los llamaba cuando quería autolesionarme. Les enviaba un mensaje de texto. Tienen unos centros de mensajes increíbles, como foros pero seguros, ahí nadie te va a enviar malos comentarios y hay mucha gente que se siente igual que tú".

Ahora Calleigh dice que es importante pedir ayuda y no tragarse los problemas, "porque eso los agrava".

"Habla con alguien, aunque sea en internet", recomienda.

Lo importante, dice, es "hablar con alguien que no forma parte del problema, que sabes que no te va a juzgar o que no se va a preocupar. Porque mi principal problema era ‘no quiero preocupar a mis padres, hay ya tanto estrés‘. Y saber que no estás sola y que no es culpa tuya".

Y también, apunta, "que no siempre tiene por qué haber una razón, no tiene que ser porque sufriste acoso escolar, no tiene que ser por presión... puede ser que estés deprimido porque sí, porque estás deprimido".

¿Por qué hay más desesperación entre los jóvenes?

Para la fundadora y presidenta de Childline, Esther Rantzen, es vital averiguar por qué tanta gente joven se está sintiendo tan desesperada.

"Cuando lanzamos Childline hace 30 años recuerdo que los niños normalmente tenían pensamientos suicidas porque alguien les estaba haciendo daño".

"Ahora la gente joven nos dice que se siente sobrepasada por cuestiones de salud mental que los llevan al borde del suicidio".

"Tenemos que descubrir por qué tantos jóvenes se sienten tan aislados que necesitan contactar con Childline porque sienten que a nadie más les importan".

Algunos psicólogos y sociólogos dicen que el acceso constante a las redes sociales puede tener un impacto negativo en la salud mental de los adolescentes, porque puede distorsionar su percepción de la realidad.

En los casos de acoso escolar, por ejemplo, muchos niños sienten que no pueden desconectar de la presión, que antes se limitaba a los horarios y el espacio de la escuela pero ahora puede ser omnipresente.

"Yo creo que los profesores, los padres y los trabajadores de apoyo necesitan saber más sobre los problemas de la salud mental y necesitan estar atentos a los indicios", dice Calleigh.

domingo, 14 de enero de 2018

Quiero salir del clóset, ¡pero no sé cómo!

Antes de que termine octubre, le damos cinco consejos básicos para prepararse ante esta situación. 


Como salir del clóset es una actitud que suele relacionarse con una confesión, es ideal que uno considere si lo que busca es admitir su sexualidad o identidad de género frente a otros y por qué.

Miedo al rechazo. A quedarse solo. A ser violentado, perder apoyo, ser abandonado. Estos son algunos de los terrores que asedian a una persona que no se considera heterosexual y que busca expresarlo a un amigo o familiar; que busca decirlo libremente en el entorno en que se mueve sin vivir una consecuencia negativa por ello.

Pero no, no es fácil salir del clóset; no es fácil declarar públicamente que tiene una orientación sexual diferente a la normal (que es homosexual o bisexual, por ejemplo) o que tiene una identidad de género que no lo describe como se ve a simple vista (un hombre que se considera mujer, o viceversa, por nombrar dos casos), “porque el estigma social de la sexualidad diversa sigue siendo, lamentablemente, un tabú que preferimos ocultar”, explica Carolina Herrera, psicóloga y cofundadora del consultorio Liberarte, que lleva nueve años ofreciendo terapias psicológicas para personas de sexualidad diversa (no heterosexuales).

El debate en torno a la diversidad sexual no pierde vigencia. Cada 11 de octubre, Estados Unidos conmemora el Día Internacional de Salir del Clóset (desde 1988), aprovechando que se trata del mes en que se conmemora la historia LGBT en ese país. La etiqueta correspondiente en redes sociales, #ComingOutDay, suma una cifra de casi 1’800.000 reacciones en Twitter y Facebook a nivel mundial, según la consultora Keyhole. 

Es una campaña que busca alentar una actitud que, según el American Journal of Community Psychology, para cualquier persona LGBT (especialmente para los jóvenes) “puede ser un pilar fundamental en su buen desarrollo psicológico”, ya que provoca, en la mayoría de los casos, “mayor autoestima y menor incidencia de la depresión”. Por eso, dos expertas le dan cinco consejos para salir del clóset de la manera más segura posible en su entorno.

1. Salir del clóset es una decisión, no una obligación

Esto es lo primero que le dice Lina Bravo, directora del área psicosocial de la organización internacional It Gets Better, a sus pacientes. Considere que como salir del clóset es una actitud que suele relacionarse con una confesión, es ideal pensar por qué quiere hacerlo. “Existen casos en los que puede considerar mantener su sexualidad o identidad como exclusivo de su privacidad si es lo que mantiene su bienestar”, explica la psicóloga Carolina Herrera, y añade que “también puede introducir el tema naturalmente en su entorno, sin tener que hacer un anuncio al respecto”. En cualquier caso, ambas profesionales concuerdan en que no debería ser un acto impulsivo.

2. Evalúe la pertinencia de sus miedos

En el proceso de salir del clóset, nadie quiere consecuencias negativas. Carolina Herrera explica que uno de los miedos de personas no independientes es que “los echen de la casa, le dejen de pagar la universidad o los mantengan encerrados de alguna forma”. Dependiendo de su situación personal, hay que tratar de darse cuenta de si estas situaciones están ancladas a hechos reales o no. En este sentido, tener buen ojo y ser experimentador con el entorno son puntos claves. “Puede ir tanteando con ellos sobre lo que publican los medios, lo que dicen los debates nacionales respecto a qué piensan sus seres queridos sobre el tema”, añade Bravo.

3. Asegure una red de apoyo por si las cosas salen mal

Puede tener miedos fundamentados o ficticios, pero si tiene el objetivo de hablarle sobre su sexualidad o identidad de género a su núcleo familiar y tiene duda del resultado de esa charla, “procure primero encontrar otras personas a quienes pueda contárselo y que sepa que pueden apoyarlo en caso de que su conversación con su familia no salga como espera”, explica Lina Bravo. Puede empezar a sentirse más tranquilo si comienza a contarles, sobre todo, a sus amigos cercanos. Si no es independiente económicamente, considere aproximarse a una persona que usted sepa que puede apoyarlo emocional y económicamente y que cree un puente entre usted y el núcleo al que quiere hablarle de su sexualidad.

4. No tema buscar ayuda profesional

En momentos en los cuales la perspectiva de contarles a las personas que lo rodean que no se siente heterosexual sino de otra orientación o identidad de género “pareciera resumirse en desesperación, desesperanza o no ver la luz en el camino”, como dice Bravo, “es beneficioso que se contacte con un psicólogo o terapeuta que pueda orientarlo en el tema”, explica. Es muy útil, además, asistir con aquellos que no comprenden su situación (los padres, núcleo familiar, amigos) para que juntos enfrenten progresivamente el tema y derrumben estigmas al respecto.

5.Siempre busque el diálogo

La sexualidad es un tema tan personal que muchas veces los amigos o la familia no saben cómo pueden contribuir al desarrollo de la sexualidad e identidad de quien quiere salir del clóset. Por eso, es importante que trate de escuchar y entender cuáles son las preocupaciones de sus allegados al respecto. “¿Se trata de estigmas irreales, como creer que toda persona homosexual es promiscua, o de preocupaciones respecto a la seguridad e integridad sobre otros entornos en los que pueda moverse?”, se pregunta Lina Bravo al respecto. “Es importante que tanto el que habla como el que se preocupa por él tengan claro de qué están hablando y en qué términos: que se entiendan”, concluye, por su parte, la psicóloga Herrera.

sábado, 13 de enero de 2018

Claves para tener una vida financiera planificada, según su edad

Nunca es tarde para crear hábitos saludables que beneficien su bolsillo, por eso es bueno que organice sus gastos, ingresos e inversiones de acuerdo con su edad.

La palabra sagrada para usted debe ser “administración”, porque si logra gestionar su dinero de manera que le alcance para sus obligaciones, pagar préstamos o deudas, ahorrar y además invertir, podrá estar tranquilo en lo que le queda de vida.

La buena planeación del dinero le trae muchas ventajas, entre ellas: evitar vivir en mora gran parte del tiempo, perder patrimonio o dinero, permanecer sobreendeudado, no tener un solo activo y lo que puede ser peor llegar a la vejez sin tener un solo peso para sobrevivir.

El problema es que como muchas personas no tuvieron una buena educación financiera, no se preocupan por la situación de su dinero hasta que pasan por un grave inconveniente como el embargo de sus propiedades, el reporte negativo en una central de riesgo o la muerte, cuando las deudas han provenido de un gota a gota.

Pero no se preocupe si sus finanzas se encuentran en muy mal estado, si tiene voluntad usted puede empezar lo más pronto posible a ser organizado y comenzar con disciplina a crear un plan estratégico que le permita ahorrar su dinero y rentarlo de forma efectiva. 

Lo importante es que antes de que le llegue la vejez usted tome la decisión, pues al igual que en la vida, los créditos también cambian a medida que usted madura. No es lo mismo manejar sus finanzas cuando tiene 20 que cuando tiene 30 y así según la edad. Es más, de acuerdo con un estudio desarrollado en los Estados Unidos, después de los 30 años, los puntajes de crédito promedio aumentan en un 15% y continúan mejorando cada década hasta la edad de jubilación, aproximadamente a los 70 años.

Así las cosas, le dejamos un perfil por cada edad para que tenga una noción de lo que debería ir construyendo según su edad y además cómo se deberían comportar sus finanzas personales. La descripción la hace el experto en Ciencias Económicas Rigoberto Puentes y la distribuye de la siguiente manera: 

De los 19 a los 30 años

Activos esenciales: termina su educación formal y empieza a trabajar, con el dinero que reúne compra un auto o su primer apartamento.

Inversiones: tiene un fondo de emergencia equivalente a seis meses de su presupuesto. 

Fondo de retiro: paga el plan de pensiones obligatorio y sabe lo importante que es para su futuro.

De los 30 a los 40 años 

Activos esenciales: continúa sus estudios porque sabe que el conocimiento es importante para su desarrollo profesional, además ya tiene su propia casa o apartamento y está pensando en mudarse a una mejor opción.

Inversiones: se interesa por prepararse en el área financiera, con lo que puede establecer un plan de inversión porque tiene claro cuáles son sus objetivos a corto, mediano y largo plazo.

Fondo de retiro: en esta etapa es cuando se sienta a hacer las cuentas del monto que va a necesitar para su futuro y si cree que no le alcanza con su pensión, busca la forma de generar ingresos extra. 

De los 40 a los 50 años 

Activos esenciales: en esta etapa concluye la adquisición de activos y los comienza a disfrutar. Su tiempo es para pasar más tiempo en familia y vivir tranquilo.

Inversiones: busca una rentabilidad alta en sus inversiones, él solo se dedica a monitorearlas mientras que estas se mueven automáticamente.

Fondo de retiro: sabe cuánto lleva ahorrado y por cuánto tiempo, además ha hecho ahorros voluntarios a pensión. 

De los 56 años en adelante 

Activos esenciales: ya ha conseguido gran parte de sus activos o por lo menos para mantener una buena calidad de vida. Así solo se esmera por alcanzar sus objetivos.

Inversiones: la cartera de inversiones está bajo control, sigue acumulando dinero y crea un buen plan de inversión para conseguir rentabilidad en el futuro.

Fondo de retiro: para el final de esta etapa ya está listo para retirarse. Ya puede vivir de lo que ahorró durante años.

viernes, 12 de enero de 2018

Esta es la edad ideal “para dejar el nido”

Cuando se es joven, la ilusión de tomar decisiones propias y no tener que pedir permiso para nada a los padres se hace cada vez mayor. Pero, ¿tendrá algo que ver a la edad en que decida dejar su casa?  
Esta es la edad ideal “para dejar el nido” 

No todo es color de rosas: independizarse de los padres implica gastos e inversión, por lo que muchos fallan en el intento mientras otros, simplemente, prefieren seguir viviendo en el ‘hotel mamá’ hasta que se sientan completamente preparados. Pero, ¿qué es estar preparado?

Muchos dirán que se trata de tener una carrera profesional, un trabajo estable y quizá, una familia. Y sí, puede que sí. Sin embargo, eso no lo significa todo, pues la libertad es costosa. Por esto lo mejor es que ahorre, porque pagar servicios, comprar muebles, cocinar, lavar la ropa, atender los mantenimientos del apartamento o casa llega a ser agotador y hasta podría llegar a endeudarlo. El tema es, ¿a qué edad hacerlo?

Aunque todos los jóvenes en el mundo puedan tener el mismo deseo de independizarse, no todos lo hacen a la misma edad ni en las mismas circunstancias, pues la situación de empleabilidad, la cultura y las circunstancias económicas de donde resida, no son las mismas y también afectan a la hora de tomar esta decisión. 

Un ejemplo, es el estudio realizado en junio de 2016 por Dada Room, una plataforma que se usa para compartir vivienda en Latinoamérica, muestra que los latinoamericanos son los que más se demoran en independizarse, empezando desde los 25 años en Brasil hasta los más demorados que lo hacen a los 29 en Perú. Colombia y Chile, por su parte, registran que es a los 27 años; a diferencia de países europeos o incluso de Estados Unidos, donde los jóvenes se independizan desde los 20. La conclusión a la que llega el estudio es que los jóvenes latinoamericanos no han decidido irse de la casa debido a los bajos salarios que reciben cuando terminan sus estudios.

Y es que ¿a quién no le gusta tener una vida financiera placentera y cómoda? Creemos que a la mayoría de personas, por esto es que muchos sueñan, se proyectan y trabajan para ello, o por lo menos, intentan conseguirlo. Lo cierto es que muchos se quedan con la idea, con la intención y prefieren seguir en su zona de confort, en la estabilidad e incluso buscar depender de otros para que les den la solución y así evitar al máximo los problemas. 

Esta es la edad conveniente

Según la docente y especialista en psicología clínica de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz, Andrea Monroy Cifuentes, independizarse significa un riesgo que implica aprendizaje nuevo y continuo, no solo en cuestiones financieras sino personales y morales, por lo tanto, requiere de gran madurez. Eso sí, “lo primero que se debe tener es autocontrol, no dejarse llevar por lo innecesario, lo superficial y lo fácil, que implique satisfacción momentánea, ya que esto no le ayudará a emprender y lograr esas metas que tanto soñó”.

Esto quiere decir que debe dejar de endeudarse por comprar el último celular a la moda para que empiece en realidad a ahorrar y a pensar a largo plazo y aunque implique mayor tiempo y trabajo se verán en las recompensas a futuro. Así, éste es uno de los beneficios de independizarse: lograr las cosas con esfuerzo y por sí mismo, generando una satisfacción personal y emocional que le permitirá sentirse plenamente valorado. 

Es cierto que todo cambio genera ansiedad y miedo, pero si usted no se lanza al vacío, corre el riesgo de estancarse y no avanzar, como menciona Monroy: “se convierte en un estado de piloto automático, se queda en casa y no se permite a usted mismo aprender y crear nuevas habilidades, no solo en cuestiones financieras, sino también en la manera de sobrellevar la carga de la vida real”.

Ya explicamos sobre lo que se debe tener en cuenta para independizarse pero, ¿existe una edad en la que uno debería considerar decirle ‘adiós’ a sus padres? la experta nos dice que, aunque es muy relativo y depende de la situación de la persona, el rango que se considera adecuado es de los 20 a los 25 años de edad: un tiempo en el que perfectamente puede planear y organizar qué es lo que quiere hacer con su vida y trabajar en ello, pero eso sí, teniendo en cuenta que es indispensable tener un trabajo estable.

Cuando una persona se independiza demasiado tarde, es decir, después de los 30 o 40 años, “he visto que son personas que se han entregado al miedo, que han querido hacer muchas cosas pero que no las han hecho porque creen que todavía no es el momento. Además, dependen de la aprobación de los demás”, comenta Monroy. Entonces, el miedo es el obstáculo más grande y que se evidencia con una mentalidades permanentes del tipo: ‘el país no está bien’, ‘nunca voy a conseguir un trabajo’, ‘es que es difícil’ y ‘nunca voy a poder’.

El impacto en su futuro financiero

Y es que en una encuesta realizada en Australia por la Universidad de Melbourne, a 17.000 estudiantes, se encontró que las personas que salieron de la casa en edades entre los 21 a 24 años tuvieron un mejor resultado en términos de riqueza, siendo US$185.000 más ricos a diferencia de los que se independizaron entre los 35 a 54 años. 

Por otro lado, la directora de la especialización de Psicología Clínica y Desarrollo Infantil de la Universidad del Bosque, Luz Helena Buitrago, nos dice que independientemente de la edad, lo importante es la claridad en las metas y los proyectos de vida que se tengan, porque de nada sirve independizarse a los 18 años, si usted no se puede mantener y se devuelve a su casa en seis meses. Si no sabe resolver problemas, lo peor que puede hacer es independizarse porque sí.

Además, afirma que la variación con Latinoamérica se presenta gracias a los estereotipos relacionados con la crianza: la unión familiar, la sobreprotección por parte de los padres o la relación padre e hijo. Sin embargo, cuando una persona quiera independizarse, la familia debe ser un apoyo, no en la medida en que si no pudo lo ayuden a regresar como un hijo pródigo, pero tampoco con chantajes emocionales como: ‘usted nos va a dejar solos’, ‘qué le hace falta’, o ‘claro, siempre nos abandonan’ etc. Esto no se debe hacer pues, según Buitrago, la familia debe dar diferentes puntos de vistas y colaborar moralmente con su allegado. 

Tenga en cuenta que independizarse no solamente es mudarse a otro lugar y seguirle pidiendo dinero a sus padres, lo verdaderamente importante es mantenerse y saberlo hacer, tener confianza en sí mismo. Por esto, Finanzas Personales, recopiló las siguientes preguntas mencionadas por Asobancaria para que reflexione y evalúe si de verdad se llego el momento:

-¿Cuánto aporta mensualmente para los gastos de su hogar?

- ¿Cuánto recibe de sus padres mensualmente para sus gastos personales?

- ¿Cuánto dinero le queda libre del salario que recibe?

- ¿En qué gasta lo que le queda libre?

- ¿Ahorra?

- ¿Lo que paga en su casa es suficiente como para pagar un arriendo aparte?

- Si toma la decisión de irse de su casa, ¿el salario que recibe le alcanzaría para cubrir gastos como: alimentación, vivienda, transportes, servicios, vestimenta y diversión?

- ¿Sabe cocinar o generalmente le preparan la comida?

- ¿Cómo alcanzaría sus metas?

jueves, 11 de enero de 2018

Por qué los jóvenes no aprenden sobre el manejo de sus finanzas?

Un estudio de la OCDE, realizado en 48.000 estudiantes de 15 años, encontró debilidades en su formación financiera.
 

La generación millennial (nacidos entre 1983 y 1999) y la generación X (los que están entre 1965 y comienzos de los 80) descubrieron por sí mismos cómo se manejaban las finanzas y optaron por seguir los consejos de los papás al momento de aprender cómo usar el dinero. Para ellos, las frases como ‘siembra y cosecharás’, ‘el que no arriesga un huevo no gana un pollo’, ‘la plata no crece en los árboles’, fueron comunes en su infancia.

Y algunos lamentan muy tarde el no haber aprendido más de este tema. Pues algo parecido podría pasar con los nacidos en 2002, es decir la generación de los Z. Un estudio revelado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) encontró que uno de cada cuatro estudiantes de los 15 países y economías* que participaron en la más reciente evaluación internacional PISA de la OCDE sobre conocimientos financieros, son incapaces de tomar incluso decisiones sencillas sobre el gasto cotidiano; por su parte, uno de cada 10 es capaz de comprender temas complejos como el ingreso sobre la renta.

“Los jóvenes de hoy afrontan decisiones financieras más difíciles, así como perspectivas económicas y laborales más inciertas, debido a la rápida transformación socioeconómica, a la digitalización y al cambio tecnológico, sin embargo, a menudo carecen de educación, capacitación y herramientas para tomar decisiones informadas sobre asuntos que afectan su bienestar financiero”, manifestó Angel Gurría, Secretario General de la OCDE.

“Eso aumenta aún más la importancia de redoblar nuestros esfuerzos globales para ayudarles a mejorar la competencia financiera, esencial para la vida”, señaló Gurría. Los estudiantes que obtienen buenas calificaciones en competencia financiera son generalmente lo que alcanzan también un buen rendimiento en la prueba PISA de lectura y matemáticas, en tanto que aquellos con una baja competencia financiera podrían obtener resultados deficientes en las otras materias básicas de PISA. 

Sin embargo, la media de los 10 países y economías de la OCDE participantes, alrededor del 38% de la calificación en conocimientos financieros refleja factores particulares de la competencia financieras. La brecha de género en competencia financiera es mucho menor que en lectura o matemáticas. Solo en Italia los chicos tienen un mejor desempeño que las chicas, en tanto que los resultados de ellas son mejores que los de ellos en Australia, España, Lituania y República Eslovaca.

Consejos para educar en finanzas

La franquicia de tarjetas VISA entregó 10 recomendaciones para enseñarle a los más chicos, desde su más temprana edad, la conciencia de ahorrar. De esta manera, y midiendo la aplicación, usted podrá incentivar la educación financiera. De paso, es una valiosa ayuda para que los adolescentes entiendan los conceptos principales y aprender la importancia de administrar adecuadamente el dinero a lo largo de la vida. 
Considere la edad para empezar a enseñarles: es distinto enseñar a ahorrar a un adolescente de 15 años, que a un pequeño de 5 o 10 años. Cada edad viene con un nivel de entendimiento y de necesidades. Sin embargo, independiente a la edad, es importante, enseñarles el valor del dinero y lo que se puede lograr cuando se guarda una parte del dinero en un ahorro progresivo que puede comenzar guardándolo en una alcancía o una cuenta bancaria.
Entregue una cantidad periódica: es importante que establezca una cantidad fija y ser puntual en la entrega. Elija si será semanal, quincenal o mensual. Así los niños comprenderán la relación entre la duración del dinero y el tiempo. Deben saber que antes de la fecha pactada no recibirán más dinero, y de esta manera explicarles cómo pueden administrar mejor lo que guardan y lo que les queda tras ahorrar.
Motive el ahorro: pregúntele qué le gustaría comprar e invítelo a ahorrar para conseguirlo. Al principio lo mejor es elegir un objetivo a corto plazo, para que no pierda interés, ni se desmotive. Ayúdele a calcular cuánto debe ahorrar de la cantidad que recibe y en cuánto tiempo reunirá el total. Apoye su esfuerzo regalándole una alcancía, una caja de seguridad donde podrá almacenar el dinero o abriéndole una cuenta de ahorros.
Recuerde el aprovechamiento de los recursos: al hablar de ahorro no se límite al dinero, explíquele también el ahorro de recursos, como la electricidad o el agua. Explíquele porqué un uso eficiente de estos recursos es un ahorro económico en el presente y una inversión en su futuro.
Enséñele a compartir: establezca alguna meta en familia y asigne la cantidad que debe aportar cada persona, de acuerdo a sus ingresos. El objetivo puede ser algo para todos, como comprar el regalo de día de las madres o una pizza para compartir viendo una película. La idea es que los niños entiendan que con su dinero también puede hacer cosas por los demás y que no todos los objetivos son individuales.

Lleve un registro de ingresos y gastos: es difícil saber con exactitud cuánto hay dentro de una alcancía. Enséñele que puede llevar registro de sus operaciones financieras en un cuaderno, algo similar a un estado de cuenta. Cada que aporte o retire dinero, deberá anotarlo con la fecha. Así en todo momento sabrá de cuánto dispone para cumplir sus propósitos.
Compras bien pensadas: aunque deberá respetar sus decisiones, es importante que oriente sus compras. Explíquele qué debe considerar, por ejemplo, duración del objeto, si requiere mantenimiento y algunas características que denoten calidad. Así entenderá la diferencia entre bienes inmediatos y bienes duraderos. Además, aprenderá a elegir lo que más le conviene.
Ofrezca herramientas financieras: como concepto puede ser muy complicado de explicar a un niño, pero llevado a la práctica, el aprendizaje será muy sencillo. Explíquele, por ejemplo, el préstamo. Realice una dinámica apegada a la realidad. Préstele cierta cantidad, que sus ingresos le permitan pagar, y establezca una fecha límite de pago. Dígale que si no paga en esa fecha, la cantidad se irá incrementando y su deuda crecerá. También háblele acerca de las ofertas y cómo los precios bajan en cierta temporada. Un niño no tiene una tarjeta de crédito para compras a meses sin intereses, pero usted puede apoyarlo. Elija algo menor y explíquele qué cantidad deberá entregarte mes a mes. Él entenderá que a veces es más conveniente hacer pagos diferidos y cómo cumplir compromisos a mediano plazo.
Cuentas de ahorro para niños: Ya existe una gran oferta de cuentas de ahorro especiales para niños. Este instrumento es útil y divertido, porque les permite vivir experiencias de adultos, como ir al banco o utilizar un cajero automático. Una vez que hayan ahorrado en alcancía, podrían trasladar este dinero a una cuenta bancaria. Aumentará la complejidad del proceso, pero los niños empezarán a entender cómo funciona el ‘mundo real‘.
Elija el método más adecuado y ¡diviértase con los más chicos!: una vez que se ha decidido a enseñarle a ahorrar a sus hijos, seguramente se preguntará ¿cómo hacerlo?, ¿por dónde empezar? Si bien no existe un método probado, lo mejor es ser creativo e implementar la forma que más se ajuste a usted, utilizando la comunicación familiar, experiencia y carácter de sus hijos. Por ejemplo, un sistema de metas y recompensas.

miércoles, 10 de enero de 2018

Cómo prepararse financieramente para “dejar el nido”?


Si está pensando en independizarse del todo ya sea para vivir solo o en pareja, es mejor que antes se prepare financieramente para que el golpe no sea tan fuerte. Le damos algunos tips.

Cuando somos niños quisiéramos tener una vida libre, con decisiones autónomas y con una cartera llena de dinero para obtener los lujos que tanto deseamos y disfrutar en cualquier cosa que deseemos, es más, soñamos con el momento de salir de casa para ser personas importantes y reconocidos.

Lo malo, es que en ese momento solo sabíamos que queríamos tener dinero pero no nos preocupábamos por el cómo lo íbamos a conseguir, decíamos por ejemplo: “seré el mejor abogado y tendré mucho dinero para comprar casa, carro y viajar por el mundo entero”. Una afirmación muy fácil de hacer pero difícil de cumplir por lo menos de un día para otro.

Cuando crecemos todo comienza a cambiar, los sueños no son los mismos y la situación no es como la que se esperaba, en otras palabras la realidad nos recibe con un “golpe inesperado”, la carrera que escogimos está muy demandada, para conseguir el primer empleo piden experiencia, los salarios no terminan siendo tan buenos y los estudios adicionales no sirven para recibir mejores ingresos, finalmente nos damos cuenta que el mundo laboral es muy duro y que incluso muchas veces se requieren de buenas relaciones para progresar. 

Y todo esto para llegar a la conclusión de que los jóvenes viven endeudados porque aseguran que no les alcanza el dinero para nada y que por eso mismo prefieren seguir en el hotel ayudando con una u otra cosa en vez de cubrir gastos que pueden alcanzar los $1.600.000 mensuales en solo arriendo y algo de comer. 

Hay quienes aseguran que los millennials como suelen ser etiquetados los jóvenes y jóvenes adultos son unos holgazanes, pero la verdad más bien puede ser que ellos tienen otras prioridades donde su percepción de éxito no está ligada a la idea de comprar casa y carro para ser feliz. 

Lo que sí es cierto es que los colombianos sí son los más demorados para tomar la decisión de independizarse, pues aunque tengan el mismo deseo de salir del nido que un estadounidense o un europeo, pero como ya lo comentamos anteriormente el obstáculo más grande es el económico porque sencillamente sus sueldos no alcanzan para cubrir los gastos de soltero.

Y esto lo afirma un estudio realizado por Dada Room, que midió el promedio de edad en que los jóvenes se independizan, en él se demuestra que los colombianos dejan el nido a los 27 años, mientras que los suecos lo hacen desde los 20. De hecho, son los latinoamericanos quienes más se tardan en independizarse, ya que según el estudio los peruanos prefieren hacerlo a los 29 años y los brasileños a los 25. Por el contrario franceses y estadounidenses a una edad temprana entre los 23 y 24 años. 

Pero, si usted ya cumplió la edad adecuada para dejar el nido y definitivamente está decidido por dar el paso a la independencia le recomendamos que tenga en cuenta estas cosas antes de hacerlo:
Qué quiere hacer
Haga un inventario y priorice entre lo más importante
Establezca un presupuesto mensual
Ahorre 
Elija la mejor opción
Tenga un fondo de emergencia
Aprenda cosas básicas de supervivencia


http://www.finanzaspersonales.co/ahorro-e-inversion/multimedia/finanzas-personales-como-preparar-las-finanzas-para-vivir-solo/73841?utm_source=newsletter&utm_medium=mail&utm_content=finanzaspersonales&utm_campaign=2017_10_23

martes, 9 de enero de 2018

Ser Pilo Paga, errores de política pública

Los candidatos presidenciales y quienes, a futuro, ejerzan el gobierno deberían aprender de los errores que se cometieron con el programa Ser Pilo Paga, SPP, que sin duda es una muy buena propuesta de política educativa, pero cuya planeación y ejecución terminaron en contravía del desarrollo de la educación superior del país.

Puntos a favor de la política:
La población beneficiaria del programa SPP justifica la creación y el desarrollo de esta propuesta. El estudiante de la Universidad de los Andes Juan Felipe Penagos y el profesor Roberto Zarama encontraron que entre los años 2012 y 2013, cerca de 17.000 bachilleres que provenían de hogares SISBEN 1, 2 y 3 lograban ubicarse entre los mejores en las pruebas SABER 11, pero la mayoría de ellos, a pesar de ser pilos, no ingresaba a la educación superior, al año siguiente. Para responder a esta necesidad, se determinó financiar, cada año, la matrícula y el sostenimiento de 10.000 estudiantes pilos, en instituciones de educación superior con acreditación en alta calidad. En 2017 asisten más de 30.0000 y en 2018 se completará la meta de 40.000 estudiantes pilos.
Los recursos destinados a SPP demostraron que la calidad cuesta e invertimos poco en educación superior. las mejores universidades cobran (Andes, Rosario, Javeriana) o gastan (nacional) más de $20 millones por estudiante año, mientras que la nación le transfiere a la mayoría de las universidades públicas menos de $5 millones de pesos año por estudiante, cifra que las universidades completan con recursos regionales, estampillas, extensión y cobros de matrícula a sus estudiantes, entre otros. Por ejemplo, el presupuesto para el año 2017 de la Universidad Popular del Cesar es de $75 mil millones de pesos ($38 mil presupuesto de la nación) y ésta atiende a 13.700 estudiantes en pregrado, menos de $6 millones por estudiante año. Imposible alcanzar programas de alta calidad con este tipo de recursos.

Puntos en contra:

El profesor Gabriel Yañez Canal, de la UIS, sostiene que las universidades públicas en el proceso de selección de sus estudiantes, terminan imponiendo obstáculos a los pilos para acceder a sus programas, esta razón explicaría, en parte, porque ellos terminan en la educación privada. Según el Espectador, el 83.8% de los estudiantes pilos seleccionó universidades privadas, el 15,6 % universidades públicas y el 0,6 % en instituciones de carácter especial. las 5 universidades privadas preferidas por los pilos son: Javeriana (2.541, 8 %), La Salle (1.881, 6 %), los Andes (1.869, 6 %), Pontificia Bolivariana (1.741, 6 %) y Jorge Tadeo Lozano (1395, 5 %). Para evaluar, ¿cuál es la valoración de lo público de los estudiantes y sus familias?

De acuerdo con los resultados, hasta 2017, del programa SPP en matrícula y recursos asignados a las universidades, se puede inferir que en el año 2018 más del 90% de los recursos del programa SPP irán a las universidades privadas, es decir con recursos públicos se fortaleció la educación privada. De acuerdo con el proyecto de presupuesto nacional de 2018, el 22% del total de los recursos para educación superior se destinarán al programa SPP, cerca de $700.000 millones para atender a los 40.000 pilos. Así mismo, para los 800.000 estudiantes de las instituciones de educación superior públicas sólo se proyectaron cerca de $3.1 billones.

La Universidad de los Andes por los 1.869 estudiantes pilos recibe en el año 2017 $49.065’428.800, es decir, $26.2 millones por estudiante, por favor, comparen con las cifras de la Universidad del CESAR, antes citadas, situación que se aplican al resto de universidades regionales.

El programa SPP no genera nuevos cupos a la educación superior. Anualmente terminan 600.000 estudiantes el grado 11, más de 250.000 de los estudiantes no acceden a la educación superior, luego crear 10.000 cupos adicionales no afecta la cobertura de este nivel educativo.

Las universidades públicas han creado 402 nuevos cupos, entre 2010 y 2016, sin estímulos y con escaso apoyo financiero, el programa SPP debió ser una oportunidad para triplicar, con los mismos recursos, estos 10.000 cupos e incentivar procesos de acreditación y de calidad en las universidades regionales públicas.

No está bien que el programa SPP contribuya al fortalecimiento y a la seguridad financiera de las universidades privadas, sin que estas pongan nada a cambio. Más grave, que contrate a una de ellas para evaluar el programa SPP.

Tampoco estuvo bien que el gobierno, cuando sustentaba la reforma tributaria, anunciará nuevos recursos para financiar a las universidades públicas y luego los desviará al programa SPP. 

Los recursos públicos deben apoyar el desarrollo regional y jalonar al sector rural, el programa SPP atrae a los pilos a las grandes ciudades donde están las mejores universidades.

No hay que acabar con el programa SPP, está bien que la política pública se concentre en los pobres y busque que la educación sea un punto de encuentro social, donde confluyan ricos y pobres, pero ha sido tal la improvisación y el cúmulo de errores de política contra lo público, que el gobierno logró unir a universidades públicas, sindicatos, docentes y estudiantes.