jueves, 10 de mayo de 2018

La educación no es mercancía: lo que siguen exigiendo los universitarios del país

La gratuidad educativa, el endeudamiento por créditos, la financiación y la lucha contra 'Ser Pilo Paga' ya han ocupado por años la agenda de los movimientos estudiantiles de las IES públicas. Ahora hacen un llamado a paro nacional de la educación superior. 

 
“La educación no es mercancía”: lo que siguen exigiendo los universitarios del país 

A pesar de los años, a la comunidad estudiantil aún la siguen acogiendo los mismos problemas: el endeudamiento de miles de estudiantes con Icetex y distintas instituciones financieras, el poco acceso a la educación superior, la precaria financiación de la universidades públicas y ahora se le suma el programa Ser Pilo Paga.


El pasado 19 de marzo finalizó el Encuentro Nacional de Estudiantes de Educación Superior (ENEES). A la sede de Bogotá de la Universidad Nacional llegaron poco más de 1.500 estudiantes de distintas universidad públicas de todo el país para debatir los temas que hoy tienen en jaque al sector.

Para Andrés Salazar, representante estudiantil ante el Consejo Superior de la Universidad Nacional, los problemas aún siguen siendo los mismos porque no se ha trabajado en lo que realmente se debe. Según él, el debate educativo se ha planteado netamente en la financiación sin tener en cuenta los problemas de fondo y sin considerar a la educación como un derecho fundamental.

Además, afirma que el Icetex y Ser Pilo Paga son una respuesta a la idea de que el problema del acceso a la educación es individual, y por el contrario, "la respuesta colectiva al problema es invertir en la gratuidad para garantizar un acceso mucho más equitativo y universal".

Sin embargo, como lo mencionó Alejandro Barón, representante estudiantil de la Universidad del Valle, por más que se quiera abordar el tema desde otras perspectivas, siempre se llega a un mismo tema: el modelo de financiación que no ha podido resolver las problemáticas que se vienen denunciando desde años atrás.

Jhonatan Camargo, representante estudiantil de la Universidad del Atlántico, cree que además de la grave situación financiera, la politización de la educación superior tampoco ha permitido que los problemas estructurales se solucionen.

“La democracia que da la Ley 30 le otorgó a la educación superior para escoger a los rectores es una democracia casi que de papel, en el caso de mi universidad, quién ocupa el cargo es del grupo Cambio Radical y así nos encontramos que la politización prioriza lastimosamente lo que son los escenarios de contratación que a la final se convierten en negocios de las redes clientelistas que mantienen a los rectores en las direcciones”.

Mientras que para Andrés Collazos, representante estudiantil de la Universidad Tecnológica de Pereira, la responsabilidad del Estado con la educación superior es cada vez más bajo, “tampoco existe un compromiso de los gobiernos con los problemas que aún siguen vigentes”.

Para Harold González, representante de la Universidad Popular del Cesar, los gobiernos que han pasado en los últimos años por el poder solo han mercantilizado la educación superior, siendo esta un derecho fundamental de todo colombiano.

Así mismo, Alejandro Barón aseveró que “las instituciones como el Icetex con proyectos como Pilo Paga han sido lesivos para la educación pública porque solo tienen un afán de mostrar que se están ampliando las opciones de cobertura pero en realidad no se están resolviendo los problemas para garantizar permanencia, bienestar y garantizar que el proceso académico y formativo sea de manera eficiente”.

De igual forma, en el encuentro se planteó la discusión de la financiación de la oferta y de la demanda, “al financiarse la oferta, se invierte en infraestructura, planta docente, administración, seguridad y demás para las IES públicas, mientras que si se financia la demanda, con programas como Ser Pilo Paga, se empieza a ver la educación no como un derecho sino como una mercancía” explicó Salazar.

Es aquí cuando entra a tomar protagonismo el programa bandera de la administración que está por culminar en el mes de agosto. En 2015 arrancó la primera versión de Ser Pilo Paga y hoy cuenta con su cuarta versión y 40.000 beneficiarios. Sin embargo, una de sus grandes críticas es el presupuesto total que se destina para este, que rodea un total de 3.5 billones de pesos, dinero que en su mayoría llega a las universidades privadas del país. Mientras que el presupuesto de las universidades públicas está en el margen de los 17.000 millones de pesos.

“El problema de Ser Pilo Paga es que el recurso del programa sale del fondo que antes estaba dedicado a las universidades públicas, ahora por esa vía se han disminuido la cantidad de recursos que llegan a las mismas. Existen dos fugas: el capital financiero y el capital humano que está captando el programa”.

En noviembre del año anterior, el Ministerio de Educación anunció cambios en el programa para asegurar el ingreso de por lo menos el 30 por ciento de los pilos a las universidades públicas, dentro de las 47 instituciones acreditadas que los ‘pilos’ podían elegir, 15 de estas eran públicas. Pero, para Salazar eso no puede ser posible, “el diseño mismo del programa está hecho de forma tal que siempre el estudiante va a tener más incentivos para irse a la universidad privada”.

Según Harold González, Ser Pilo Paga e Icetex son brazos articulados para imponer la Ley 30. “Como universidad estamos muy afectados, no estamos acreditados, y por esto no podemos acceder a un crédito del Icetex, hay un sesgo aquí, y se está negando el derecho de muchos estudiantes que se quieren seguir educando en la institución”.

Andrés Collazos, afirmó que lo que se quiere lograr es un entendimiento por parte de los entes que rigen la educación pública "no solo estamos exigiendo dinero, sino un apoyo a la resolución de los problemas de financiación que nos han llevado a la crisis".

Por esto, la movilización estudiantil de educación superior del país alzó su voz para dar un paso contundente a la gratuidad y mermar el flagelo por el que hoy siguen pasando los jóvenes que quieren acceder a la educación superior.

Como lo dice la declaración final del encuentro los estudiantes proponen, “un modelo de financiación basado en los principios de la universidad y gratuidad de la educación superior, que garantice condiciones de acceso, permanencia y graduación. Levantamos la bandera de un sistema nacional de becas y matrícula cero para estudiantes de las IES públicas como paso conducente hacia la gratuidad”.

Además aclararon su descontento y lucha contra este programa además del rechazo al Sistema Nacional de Educación Terciaria y al proyecto de Ley 262 que crea el Sistema de Financiación Contingente al Ingreso.

Finalmente hicieron un llamado a un paro nacional de la educación superior que confronte la crisis actual de la misma. “Convocamos al estudiantado a la Jornada Nacional de Protesta los próximos días 24 y 25 de abril con un cese de actividades académicas en todo el país”.