Más de 8 millones, es decir, casi el 40 %, no tienen ningún tipo de estudio.
Según los datos de fuerza laboral y educación de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (Geih), del total de 20,1 millones de personas que estuvieron ocupadas el año pasado, más de 8 millones, es decir, casi el 40 por ciento, no tienen ningún tipo de estudio o solo cuentan con la educación básica primaria.
Otros 7 millones son bachilleres (35,2 por ciento), 2,2 millones son técnicos, profesionales o tecnólogos (11,2 por ciento) y 2,7 millones (13,8 por ciento) tienen educación universitaria.
Estos últimos se dividen así: 1,9 millones fueron a la universidad (9,5 por ciento) y 886.000 tienen algún tipo de posgrado (4,3 por ciento).
Según Iván Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, los bajos niveles de formación superior tanto en la oferta como en la demanda derivan en problemáticas para la formación permanente que demanda el contexto de progresiva automatización y robotización del empleo y el sistema productivo.
“Esta situación puede generar problemas para la adaptación del sistema laboral y la protección del empleo fundada en la formación permanente, en el contexto de la progresiva automatización”, explicó Jaramillo.
Con esta fuerza laboral actual, las empresas ya han empezado a reportar escasez de talento. Según un estudio elaborado hace unos meses por la firma ManpowerGroup, el 70 por ciento de los empleadores en Colombia manifiesta en estos momentos dificultades para encontrar talento con las habilidades que necesitan. Además, las empresas se enfrentan ahora con dos nuevos retos adicionales que no tenían antes: la flexibilidad en los horarios y las nuevas modalidades de trabajo.
De acuerdo con este estudio, a medida que la disrupción tecnológica se ha acelerado, mucho más con la aparición de la pandemia del covid-19, los empleadores buscan la combinación de habilidades técnicas y fortalezas humanas. En concreto, los roles más demandados en estos momentos son: operaciones y logística, marketing y ventas, administración y apoyo administrativo, manufactura y producción, y recursos humanos.
Esta escasez de trabajadores, sobre todo, de las empresas más sofisticadas se debe, según el economista Eduardo Lora, a los problemas de educación de la fuerza laboral. “Los programas de capacitación no están adecuados a las empresas y además no hay tanto reconocimiento o está también visto estudiar programas de formación técnica o tecnológica”, aseguró.