lunes, 14 de febrero de 2022

Búsquedas en internet Qué buscan los mexicanos respecto a sus perros?


Día Mundial del Perro
Día mundial del perro y las búsquedas en internet arrojan datos interesantes. Según el INEGI, el 57% de los hogares tiene animales de compañía y de este porcentaje, el 85 % son perros.

¿Cuáles son las búsquedas más habituales entre los mexicanos cuando necesitan algún servicio o producto para sus perros?

Hoteles Pet Friendly lo más soon buscado en Google en México con un 39% de las indagaciones, seguido de musicoterapia, con el 18.0%.

Existe una correlación directa entre la inversión publicitaria de las marcas y su relevancia: aquellas más buscadas, son las que encabezan el gasto, destacando en primera posición Petco, con el 59%.


¿Qué arrojan las búsquedas en internet sobre los perros?
De acuerdo a Rebold, los últimos 12 meses de búsqueda en los principales motores arrojan que los 10 servicios más buscados son:
El servicio de “hotel”, que es el término más usado en las indagaciones con el 39.3% de las mismas.
Seguido de la “musicoterapia”, con el 18%.
El de “entrenador”, que supone el 16.7%.
En cuarta posición, se sitúa el “cubrebocas”, con hasta 16,2%
La “estética” con 2.9% de las búsquedas en internet.
“Terapia” con 2.7% de las búsquedas.
“Masajes” con un 2,2% de las indagaciones.
La “aromaterapia”, método usado para mejorar el bienestar de los animales, es un término que comprende el 0.8% de las búsquedas,
El mismo porcentaje 0.8% que “viajes” tiene.
Finalmente, el 0.4% de las búsquedas fue “gimnasio”.

La alimentación para perros y en concreto el término “croqueta” es el cuarto término más buscado, seguido de “collares” un instrumento fundamental para salir a pasear y para identificarlo en caso de pérdida.

“Monitoreamos las preferencias e intereses de las personas que tienen perros como animales de compañía, un mercado en crecimiento en los últimos 10 años. Eso facilita a las compañías tomar decisiones sobre productos y servicios, encontrar nichos de mercado y comunicarse mejor con sus clientes. Adecuarnos a nuestro cliente cataliza comportamientos positivos hacia nuestra marca.”señala Lara Julbe, directora general de Rebold en México.

¿Los perros están muy consentidos? Quizá unos más que otros, la realidad es que de los 25 millones de perros que existen en México, el 70% viven en situación de calle y sufren de maltrato animal. Lamentablemente es otro de los vergonzosos primeros lugares que tiene el país.
Las búsquedas en internet sobre perros son una tendencia en el comercio electrónico de la última década.

Si bien no se puede tratar a un perro como un humano porque eso también sería atentar en contra de su especie. Merecen respeto y cuidados de acuerdo a sus condiciones físicas y mentales.

Las búsquedas en internet sobre los perros, arrojan datos de amos responsables, por ello el crecimiento de nuevos productos y servicios orientados a los peludos amigos.

domingo, 13 de febrero de 2022

Los bosques tropicales pierden capacidad para absorber carbono


Su extensión cubre aproximadamente el 40 % de América del Sur.

La disminución se debe a la deforestación, degradación del hábitat y efectos del cambio climático.

Un nuevo estudio con satélites de la Nasa ha determinado que la capacidad de los bosques tropicales para absorber dióxido de carbono de la atmósfera está disminuyendo.

La investigación liderada por el JPL (Jet Propulsion Laboratory) identificó si áreas con vegetación como bosques y sabanas en todo el mundo eran fuentes o sumideros de carbono cada año desde 2000 hasta 2019.

La investigación encontró que en el transcurso de esas dos décadas, la vida las plantas leñosas fueron responsables de más del 80 por ciento de las fuentes y sumideros en la tierra, y el resto fue el suelo, la hojarasca y la materia orgánica en descomposición.

Pero también vieron que la vegetación retenía una fracción mucho más pequeña del carbono de lo que los científicos pensaban originalmente.

Además, los investigadores encontraron que la cantidad total de carbono emitido y absorbido en los trópicos era cuatro veces mayor que en las regiones templadas y las áreas boreales (los bosques más septentrionales) combinadas, pero que la capacidad de los bosques tropicales para absorber cantidades masivas de carbono ha disminuido en los últimos años.

La disminución de esta capacidad se debe a la deforestación a gran escala, la degradación del hábitat y los efectos del cambio climático, como sequías e incendios más frecuentes.

La cuenca del Amazonas se está volviendo casi neutra en términos de balance de carbono

De hecho, el estudio, publicado en Science Advances, mostró que el 90 por ciento del carbono que los bosques de todo el mundo absorben de la atmósfera se compensa con la cantidad de carbono liberado por perturbaciones como la deforestación y las sequías.

Los científicos crearon mapas de fuentes y sumideros de carbono a partir de cambios en el uso de la tierra, como la deforestación, la degradación del hábitat y la plantación de bosques, así como el crecimiento de los bosques.

Lo hicieron analizando datos sobre la vegetación global recopilados desde el espacio utilizando instrumentos como el Glas (Geoscience Laser Altimeter System) de la Nasa a bordo del ICESat y el Espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (Modis) de la agencia a bordo de los satélites Terra y Aqua, respectivamente.

El análisis utilizó un algoritmo de aprendizaje automático que los investigadores entrenaron primero utilizando datos de vegetación recopilados en el suelo y en el aire utilizando instrumentos de escaneo láser.

"Mucha de la investigación que se ha realizado antes no ha sido espacialmente explícita; no hemos tenido un mapa de dónde estaban ocurriendo los flujos de carbono", dijo en un comunicado Nancy Harris, directora de investigación del programa forestal del Instituto de Recursos Mundiales en Washington y una de los autores del estudio.

Otras formas de estimar cuánto carbono se intercambia entre áreas con vegetación y la atmósfera incluyen observar cuántas plantas o bosques hay en una región en particular y estudiar los cambios en el uso de la tierra, combinando esa información con estimaciones de emisiones de carbono.

Pero esos métodos tienen limitaciones espaciales o temporales que los autores del estudio intentaron abordar con su método de aprendizaje automático.

Saber dónde las plantas absorben carbono y dónde lo emiten es importante para monitorear cómo los bosques y otras regiones con vegetación responden a un clima cambiante. "El Amazonas fue considerado un sumidero de carbono sustancial debido a grandes extensiones de bosque prístino que absorben dióxido de carbono", dijo Sassan Saatchi, científico principal de JPL e investigador principal del estudio.

"Sin embargo, nuestros resultados muestran que, en general, la cuenca del Amazonas se está volviendo casi neutra en términos de balance de carbono porque la deforestación, la degradación y los impactos del calentamiento, sequías frecuentes e incendios en las últimas dos décadas liberan dióxido de carbono a la atmósfera".

Saatchi y sus colegas desarrollaron su análisis para que sea más fácil rastrear los cambios en áreas con vegetación en función de los datos recopilados en el suelo y de forma remota.

"Nuestro enfoque está diseñado para asegurarnos de que podamos equilibrar sistemáticamente el presupuesto global de carbono cada año, y que los países puedan utilizar los resultados y la metodología para la gestión del carbono y sus propias necesidades de informes", dijo.

sábado, 12 de febrero de 2022

EN BOGOTÁ, MEDELLÍN Y CALI, 60% DE LOS AMOS DE MASCOTA SON MUJERES Y 40% HOMBRES


Para la firma Kantar Worldpanel hay cerca de 3,5 millones de mascotas en Colombia, de los cuales 70% son perros y 15% gatos

En la actualidad existen diferentes estudios que revelan el gran interés en la generación de los millennials por tener una mascota. Según una encuesta realizada por Fenalco. 43% de hogares colombianos dicen poseer mascota y, de acuerdo con la Revista Pet Industry, para la firma Kantar Worldpanel hay cerca de 3,5 millones de mascotas en Colombia. De ellas, 70% son perros y 15% gatos.

Según el Dane, los hogares se redujeron en estos últimos años de 3,16 a 2,98 personas; por lo cual , hay más colombianos dispuestas a acoger animales como compañía o incluso como sustitutos de hijos.

Según Brandstrat : Bogotá, Medellín y Cali son las ciudades que más reportan tenencia de mascotas, alrededor de 60% son mujeres y 40% hombres, entre los 20 a 40 años de edad.

Según los expertos en mascotas de Gabrica, la tendencia de adopción de perros y gatos también ha incrementado gracias al apoyo de los jóvenes hacia las causas sociales y ambientales. De hecho, la adopción, se ha convertido en una manera de defender los derechos de los animales, y así mismo, la mejor forma de encontrar un compañero incondicional de vida.

Además de la adopción de mascotas, los millennials aportan su tiempo en voluntariados, siendo hogares de paso y hasta conformando fundaciones, refugios y equipos de rescate de perros y gatos en Bogotá y en otras ciudades del país.

Cabe resaltar que el uso de la tecnología creó una relación más cercana entre los veterinarios y los millennials, ya que por redes sociales y otros medios digitales los jóvenes se contactan con mayor rapidez con los profesionales del sector de las mascotas, con los que resuelven sus dudas, preguntas, consultas, entre otros.

Este último punto revela que los millennials son padres de mascota responsables, ya que dentro del proceso de cuidado de sus perros o gatos tienen en cuenta la opinión de médicos veterinarios, a diferencia de generaciones anteriores, que aunque si acudían a los especialistas, lo hacían con menor frecuencia.

viernes, 11 de febrero de 2022

El cóndor andino, símbolo nacional se extinguirá en el país?


Tres cóndores han sido envenenados en dos días en Santander.

Preocupa su conservación, especialmente en los Andes nororientales.

Hay preocupación por el futuro del cóndor en Colombia por diversos factores. Expertos como Luis Germán Naranjo, ornitólogo y director de Conservación y Gobernanza de WWF Colombia, aseguran que se juntan múltiples condiciones: “La pérdida y transformación de su hábitat natural, los páramos, sumada a la disminución de su alimento natural (cadáveres de animales medianos y grandes de los altos Andes, como danta de páramo, venados de cola blanca, venados soches), la persecución por los humanos y la perturbación de sus sitios de anidación configuran un escenario poco favorable para la especie”.

A esta situación de alarma se suma el registro reciente del envenenamiento de tres aves en el páramo de Almorzadero, en Santander. Julio Aguirre, decano de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Corporación Universitaria Remington en Medellín, donde se hicieron los análisis, afirma que en el caso de una hembra y un macho adultos se encontraron componentes tóxicos (organofosforados, anticoagulantes y piretrinas) y en el de un cóndor joven macho, anticoagulantes y piretrinas.

Con este panorama, ¿es posible que dejen de existir? En Colombia, uno de los países en donde se distribuye el cóndor andino (Vultur gryphus), se registraron solo 63 aves en 84 sitios, según el último censo realizado entre el 15 y el 17 de febrero de este año por la Fundación Neotropical, Parques Nacionales, Wildlife Conservation Society (WCS) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Aunque esto no significa que son los últimos en el país, sí evidencia que sus poblaciones se están reduciendo.

Según los datos que arrojó el censo, 16 cóndores fueron registrados en la Sierra Nevada de Santa Marta, La Guajira y serranía de Perijá; 34 en Santander, Norte de Santander y Boyacá; siete en el Parque Natural Los Nevados; tres en el Parque Natural Puracé y tres en el Resguardo Indígena Chiles Cumbal (Nariño).

Para Fausto Sáenz, de la Fundación Neotropical, “el hecho de encontrar menos de 100 cóndores quiere decir que hay muy pocas parejas reproductivas, y eso es grave. Además, encontramos en los datos de proporciones de edad que por cada dos adultos hay menos de un juvenil, entonces no están naciendo suficientes cóndores. Y sus amenazas tienen un efecto muy fuerte en sus poblaciones. Por ejemplo, es posible que con una carroña envenenada puedan morir alrededor de 12 cóndores”.

Justamente, por la disminución en su población y por ese bajo registro de juveniles es que el experto de la Fundación Neotropical dice que sí están en grave peligro. Un viejo conflicto

Naranjo explica que primero hay que entender que la extinción es el destino último de cualquier especie. “Llegará el día en que se acaben los cóndores, hagamos lo que hagamos. La cuestión es cuándo. Podemos hacer que la especie sobreviva mucho tiempo si cuidamos sus hábitats, si evitamos perturbarla, si no la perseguimos... Pero aun así, puede ser necesario reforzar su población con reproducción en cautiverio y repoblación de hábitats propicios para la especie”, explicó Naranjo.

Uno de los conflictos más antiguos en los ecosistemas de alta montaña se ha dado entre las aves rapaces como los cóndores y los humanos. Por desconocimiento, temor y represalias, los humanos han cazado o envenenado el cóndor andino, una de las aves más grandes y emblemáticas de Suramérica. Por estos comportamientos, entre otros, sus poblaciones vienen decreciendo, por lo que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo cataloga como vulnerable en la Lista Roja.
Su situación en los Andes del norte es todavía más grave y en Colombia está registrado como en peligro crítico.

De acuerdo con Fausto Sáenz, existen pocos estudios y monitoreos sobre las muertes por envenenamientos de los cóndores; no obstante, “en un ejercicio desde la fundación que se inició hace 10 años han registrado que en una década han muerto 10 cóndores. Sin embargo, por ejemplo, este año se registraron tres en un mismo lugar”, contó. Su importancia

Los cóndores cumplen un papel fundamental en la naturaleza, pues al ser aves carroñeras son “limpiadoras naturales” de los ecosistemas donde habitan. De acuerdo con Sáenz, esta especie disminuye las probabilidades de que el hombre se contagie de enfermedades provenientes de la carroña, también disminuye probabilidad de contaminación del agua con los restos de animales.

Entender esta importancia tanto para los ecosistemas como para la vida humana no solo se logra con educación ambiental, advierte Sáenz.

“En las zonas donde más se presenta este conflicto es en los Andes nororientales, porque el cóndor coexiste con comunidades muy vulnerables, que tienen poca asistencia técnica, donde no hay alternativas y tienen muchas restricciones en el páramo. Entonces, tienen sus animales sueltos, por lo que es más fácil para el cóndor atacarlos. La pérdida de un solo animal doméstico representa un grave problema para ellos. Si no se les asiste, el conflicto seguirá”, concluye Sáenz.

jueves, 10 de febrero de 2022

Un investigador nace de orientar su curiosidad: Manuel Elkin Patarroyo



El investigador científico Manuel Elkin Patarroyo estuvo en Manizales en un congreso educativo. Él inventó una vacuna contra la malaria y ha recibido 29 doctorados honoris causa.
Domingo, Septiembre 8, 2019
Hacía 20 años no visitaba la capital caldense. Participó de un congreso educativo. Habló de la importancia de tener inspiración para investigar. Descubre.

Patarroyo es una celebridad entre los educadores. Todos querían una foto a su lado y él siempre tuvo la sonrisa y la pose listas.

- ¿Cómo hace, doctor?

- Esto es admiración. Si uno le llega a poner distancia a la gente termina uno esquizofrénico, ellos hacen un esfuerzo valiente por acercarse.

Esta es su filosofía de vida: acercar la ciencia, que muchas veces está encarnada en sus investigadores. El científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo habló ayer en Manizales de inspiración e investigación desde el aula, en el XIII Congreso de Estrategias Educativas Prácticas para construir un mundo mejor.

Para introducir al tema le dio al público un paso rápido por su vida, desde la niñez en la que cimentó lo que sería el espíritu científico que lo acompaña. "Mi padre me dio un cuento: Luis Pasteur. Lo leí con entusiasmo y ahí empezó mi camino". Así empezó el camino como investigador, un camino que los padres o maestros pueden encontrar, y según Patarroyo deben identificar para potenciar.

Su trayectoria como médico inmunólogo lo llevó a desarrollar una vacuna contra la malaria que fue donada a la Organización Mundial de la Salud.

El doctor Patarroyo es médico de la Universidad Nacional de Colombia, con estudios de posgrado en las universidades de Yale y Rockefeller de New York (Estados Unidos). Actualmente dirige la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia (FIDIC), ha publicado 379 artículos en revistas científicas internacionales y recibido premios, condecoraciones y reconocimientos nacionales e internacionales.

Dice: "En la Universidad Nacional solo dicto unas 10 clases al año, pero en el Instituto sí, tenemos 20 personas que se están doctorando, se les enseña con el espíritu analítico para resolver problemas. Tenemos hasta dos seminarios diarios en donde se debate con un alto nivel científico y las personas pueden decir lo que quieren, pero comprúebelo".

"No se preocupen por los honores, ellos llegan solos". Manuel Elkin Patarroyo.

¿Cómo ve impulsar la creación para el desarrollo científico en el aula?

Todos los niños son curiosos. No hay nada qué hacer. Muchas veces los maestros lo que hacemos es frustrarles esa creatividad. Mi padre tenía este dicho: es mejor atajar que arriar. De manera que mi padre impulsó mis sueños. La familia es la que educa, los colegios lo que hacemos es orientar la información. Los padres deberían ayudar a orientar esa curiosidad. Nuestros padres nos dieron principios, valores y actitudes: no deje nunca que se le vaya su sueño, sin dañar a nadie.

¿Qué encontró en el aula que le detonó la curiosidad por la ciencia?

La verdad lo encontré en casa. En el pueblo de Ataco (Tolima) yo era un potro salvaje, aunque no he cambiado. Me pasaba por las charcas y poco iba a la escuela. Cuando iba a casa mi mamá nos enseñaba a sumar y restar, y me acostumbré a eso, vivo multiplicando o elevando a varias potencias. Ellos nos fueron orientando a cada uno. Es importante identificar el talento de cada niño para desarrollar.

¿Qué pautas podría darles a los docentes para no frenar la creación?

Los docentes no deben imponer el conocimiento. En vez de memorizar debe decirle al estudiante analice esto, que le permitirá tener una actitud frente al conocimiento. Cómo enfrentar el problema que se le presenta para llegar a lo que se llama actitud científica, una vez lo alcanza va a tener esa manera de enfrentar los problemas.

¿Cómo despertar la actitud científica en los docentes?

Pues jugando. La mejor manera de enseñar es a través de la lúdica, mantenga el buen sentido del humor sin dañar. Una cosa es ser cómico y agradable, y otra es ser sarcástico, porque el sarcasmo daña. Juegue intelectualmente.

¿Qué recomendaciones le da a Manizales como Ciudad del Aprendizaje de la Unesco?

Felicito a Claudia Blandón, organizadora del evento, porque nos pone cercanos, es darle proximidad a la ciencia, que la gente vea que si se puede realizar. En la prestigiosa Universidad Rockefeller de donde hay 23 premios Nobel y me los encontraba almorzando, uno les veía las actitudes muy humanas. Antes de yo llegar, y perdóneme si me cuelgo esa medalla, la ciencia no era asequible si acaso se mencionaba a Salomón Hakim. Ahora hay una actitud frente a la ciencia en la que también me equivoco y puedo salir de ese error.

¿Qué opina de la investigación de John Ioannidi en la que usted aparece en la lista de los científicos que más se autocitan?

Eso lo puso una señora que a mí no me importa. Es de mala leche. Resulta que si voy de primero en una investigación a quién cito, si soy de los pioneros qué hago: pues encuentro el camino y digo que esto va bien. En los últimos 40 años no me he equivocado en ningún aspecto. Cuando uno envía los artículos a las grandes revistas del mundo, esa es la gente a la que respondo y respeto. La revista Chemical Reviews, la número sexta del mundo, recibe mis publicaciones. Los pares del mundo son los que dicen que va por buen camino. Nunca jamás he recibido una observación por autocitación.

¿Podría considerarse la autocitación como una mala práctica?

Supongamos que es un negocio. ¿Sabe cuánto me gano en la universidad por cada cita? 3.500 pesos. Debo tener como 400 para que me suban el salario. Por eso insisto que se hizo de mala leche.

¿Cómo estamos en posgrados en Colombia?

Estamos muy bien. En el Instituto ya hemos doctorado a 35 doctores y hemos otorgado la maestría a más de 100. Eso es educar gente. Tenemos un convenio en que doctoramos a 16 personas por promoción a la Universidad del Rosario, 4 más a la Universidad Nacional, y 5 de la Universidad de Boyacá. Es una forma de aportar al país y vamos muy bien.

miércoles, 9 de febrero de 2022

La violencia oculta contra los hombres trans en Colombia


En la familia, el colegio y la vía pública, ellos se enfrentan a prejuicios y sufren agresiones.

Una acción vital que para muchos es básica se convierte en una forma de escape para ellos. Hacerlo de forma consciente les ha salvado la vida, no solo porque les evita enfrentarse a sus victimarios: les ayuda a pensar con más claridad que sus agresores. Inhalar y exhalar. La vida misma depende de eso.

Cada semana, en Colombia, se registran casos de agresiones a personas trans. Y si bien los más sonados son sobre mujeres violentadas, lo cierto es que hay un subregistro de hechos violentos contra hombres de este colectivo en el país. Aunque la visibilización de transfeminicidios es primordial para transformar esa realidad, también es importante recordar que estas problemáticas no son exclusivas de las mujeres trans.


Uno de los casos más recordados es el de Carlos Torres, un joven que murió el 5 de diciembre de 2015 tras estar en una Unidad Permanente de Justicia (UPJ).


Organizaciones y colectivos han denunciado irregularidades por la muerte de Carlos Torres, en Bogotá.

El hombre trans había sido detenido por la Policía. Lo que dijo la institución, en ese momento, fue que se suicidó mientras estaba bajo su custodia. Sin embargo, su familia, organizaciones y activistas han denunciado irregularidades y presuntas agresiones por parte de agentes antes de su fallecimiento.

“Es un caso muy sospechoso que sigue sin esclarecerse. A través del prejuicio y el odio con quienes somos diferentes, se normaliza la violencia contra las personas”, dice Simón Uribe Durán, un reconocido activista trans y magíster en Estudios Culturales de la Universidad de los Andes.

En eso coincide Jhonnatan Espinosa, otro de los hombres trans que más ha luchado por los derechos humanos de la comunidad en Bogotá y quien ha estado liderando varias reuniones de colectivos. “Estamos expuestos a muchas formas de violencia a diario. Desde nuestras casas hasta la calle. La seguridad es reducida para nosotros”.La familia, entre la violencia y la libertad

Llega del trabajo. Se baña la cara. Respira. Ve la noticia de la agresión a una persona trans. Se queda callado. Silencio. En el ambiente hay una mezcla de indignación y rabia. El brillo de sus ojos se eclipsa con los nuevos sentimientos. “Cuando una persona trans es asesinada, somos todas en potencia”, piensa.

Simón Uribe es experto en temas de género y sexualidad. Durante su vida, se ha dedicado a leer, estudiar, aprender y explicar todo lo relacionado sobre estos asuntos. Se convirtió en una obsesión para él desde que, a manera de espejo retrovisor, se dio cuenta de todo lo que había pasado en su vida durante su infancia y adolescencia.

Nació en Bucaramanga. Su familia es de Girón (Santander) y se crió en la sociedad de los 90. Eran momentos donde primaba la educación tradicional, poco se hablaba de los LGBTIQ (Lesbianas, gais, bisexuales, trans, intersexual y queer) y eran aún más fuertes las imposiciones de género, algo que sigue sucediendo en muchos núcleos familiares del país.

Cuando una persona trans es asesinada, somos todas en potencia

En su casa, guarda una foto en el que se ve de unos cuatro años. Tenía una camisa de cuadros café con negro. Pelo corto y sonriente. “Siempre me sentía cómodo así”, dice. “Desde pequeño sentí que era diferente”.

Durante su niñez, se reconoció como una persona andrógina. Le gustaba jugar con muñecos y comportarse con lo que su cabeza y la parte más profunda de su ser le indicaba. Se sentía cómodo haciendo cosas que para él eran normales, pero que en varias ocasiones eran interpretadas por otros como algo fuera del marco establecido.

“Me tildaban de ‘machorra’. No entendía por qué si a mí me gustaba jugar fútbol y era bueno en varios deportes; mis papás, algunos vecinos y otras personas me criticaban y me advertían que no debía ser tan ‘brusquita’ porque se notaba”, cuenta Simón.

Y ahí entendió por qué su identidad sería vista como un tropiezo para muchos. La violencia simbólica comienza desde el hogar y el colegio cuando los adultos y pares, por desconocimiento o convicción, deciden sobre los menores y les imponen comportamientos. El miedo al qué dirán y el seguimiento ciego de la norma se convierten en esa excusa en varias familias para justificar las correcciones, las negativas y el rechazo a lo que siente y percibe cada menor de edad.
Muerte y exclusión: El triste panorama de las personas trans en ColombiaMuerte y exclusión: El triste panorama de las personas trans en Colombia
 
Muerte y exclusión: el triste panorama de las personas trans en Colombia

En el caso de Jhonnatan Espinosa, la historia, aunque parece diferente, coincide en algo con la de Simón: es en los hogares donde comienza la violencia simbólica.

Jhonnatan se formó en un sector del suroriente de Bogotá, en un barrio popular. Vivía en una de esas casas que han sido construidas por los abuelos para que toda la familia habite en ellas. Varias generaciones en un mismo lugar, ¿qué podía salir mal?

“Yo sabía lo que quería desde muy pequeño. Desde los dos años empecé a identificar qué me gustaba y qué no, se me notaba con qué me sentía bien”, narra el hombre, de 46 años.

Su formación se dio en un contexto machista. Le gustaba jugar fútbol y boxear con sus primos. “Nos quitábamos los dientes de leche de un golpe; era más fácil”. En su colegio, usaba sudadera porque le gustaba hacer deporte y “porque era la manera para dejar de usar la falda que pedían”.

El miedo al qué dirán y el seguimiento ciego de la norma se convierten en esa excusa en varias familias para justificar las correcciones

Los barrios en los que vivió eran complejos. Las drogas y la violencia acaparaban el panorama y el día a día de los sectores en los que se movía. Esto valió para que su madre lo reprendiera en varias ocasiones cuando intentó escaparse de la casa para jugar con otros pequeños de la cuadra. “Me castigaba por rebelde”.

Él tenía una ventaja: su abuela, la ama, dueña y señora de su casa. “Me quería mucho y me aceptó como soy. Gracias a ella, conocí parte de mi camino hacia la libertad”. Por esa mujer, no tuvo ningún reparo por vestirse y actuar como quería, o al menos no lo recuerda. “Un niño simplemente es”.

Pero la violencia se asomó un día. Su padre era borracho, de esos señores que parecen calcados de varias familias colombianas. Jhonnatan tenía 14 años. Había llegado de una fiesta de quince a la que lo habían invitado. El señor se asomó por la casa, en la que ya no vivía porque se había separado de su esposa.

El hombre preguntó por su hijo y se encerró en un cuarto con él. Le reclamó por haber llegado tarde y comenzó a golpearlo. Le pegó en la cara, en el abdomen y en cada parte del cuerpo. Jhonnatan, como pudo, se puso de pie y le reclamó. Su padre lo increpó por su identidad. El menor le respondió: “¿Quería tener un hijo varón? Acá lo tiene”. Acto seguido, le golpeó en la cara.

Ante el escándalo, su madre y su abuela intervinieron, y como pudieron lograron abrir la habitación. Estaban su padre y él en el suelo, en medio de sangre. “Me llevaron al hospital”. Desde ese momento, y por casi una década después, no se volvieron a encontrar.

La juventud: un acto de conciencia

A cualquier adolescente la mente se le congestiona de preguntas. El por qué, cómo y para qué se convierten en el punto de inicio de cualquier conversación, sobre todo cuando comienza a ver en sus pares cosas diferentes.

En la actualidad, las respuestas a esas preguntas se pueden conseguir navegando en el océano de Internet, lo que puede suscitar un riesgo y convertirse en algo contraproducente. En el caso de Simón y de Jhonnatan, era más difícil. Las familias y los profesores se mantenían reservados y manejaban con tabúes los temas. La pornografía, la homosexualidad y el transgenerismo eran términos que se concebían casi como innombrables.

La típica pregunta de “¿y dónde está tu novio?” y la comparación con las compañeras de clase eran parte del día a día. ¿A quién podían preguntarle sobre lo que sentían? “Cuando uno es pequeño, uno debe tener referentes que lo ayuden a entender lo que está pasando. En la población trans, en ese momento, era muy difícil tenerlo”, dice Simón.

El bachillerato y la universidad se convirtieron, entonces, en ese camino pedregoso para ratificar su identidad. El amor y el sexo, dos temas comúnes entre jóvenes, pasaba en varias ocasiones a un segundo plano, por miedo, dudas o rechazo de las otras personas.


Jhonnatan Espinosa es un hombre trans activista en Bogotá.

“Para mí fue más fácil aceptar que era lesbiana y no un hombre trans”, cuenta Simón. “Yo fui una lesbiana muy visible en mi universidad y ayudé a crear el círculo de participación. Fue más fácil aceptarme en ese momento. Como lesbiana, puedes mimetizarte”.

Jhonnatan, por su parte, se concibió como un hombre cisgénero —personas cuya identidad y expresión de género coincide con su fenotipo sexual— . “Para algunas personas, primero está la conciencia de ser trans y la transformación física, y luego se encuentra la identidad; hay otras personas, como yo, que primero tuvimos la identidad de ser hombre, tener parejas y trabajo, y después comenzar el proceso hormonal y físico”, explica.

Simón ‘salió del clóset’ por primera vez con su mamá en medio de una discusión a los 16 años. “Le dije que me gustaban las mujeres y ella me dijo que se trataba de una fase. Tuve que ir donde una psicóloga, que luego ayudó a que ellos lo entendieran”.

Algo que Jhonnatan también entendió cuando se dio cuenta de su entorno. “A mí, pocas veces de frente me dijeron cosas, pero lo entendía. Alguna vez, alguien en el colegio cuestionó por qué yo me veía más masculino que mis compañeras”.

Esos comentarios externos, que muchas veces pasan desapercibidos, fueron el combustible para algo que se desataba en el interior: una lucha interna. La violencia también puede ser tácita y autoinfligida, a veces de forma inconsciente. Los hombres trans, en varios momentos, deben acomodarse a la identidad que les fue asignada. El problema es el daño interno que después se manifiesta.Más allá del género

Simón es un apasionado por la lectura. Es un devorador de libros y una hemeroteca andante. Son su salida, su escapatoria, pero también su llave maestra. A través de ellos, ha logrado entender el mundo que lo rodea, aquel mundo hostil y salvaje en el que ha tenido que sobrevivir.

Su tesis de pregrado fue sobre el diario de una persona intersexual del siglo XIX que Michel Foucault encontró en una librería de París y en el que relata su vida antes de suicidarse por la situación de la época. Se llamaba Herculine Barbin.

Los médicos, el alcalde y las autoridades de ese momento se dieron cuenta de que era intersexual —la persona que presenta conjuntamente caracteres sexuales masculinos y femeninos— y le obligaron a dejar su vida como rectora de colegio y asumir una identidad masculina exiliado de su pueblo. Le marginalizaron, le dejaron a su suerte, sin dinero y sin trabajo, hasta el trágico final.


Simón Uribe Durán es uno de los activistas trans más importantes del país.

“No quería caer en lo mismo ni quiero morir”, dice Simón. “Para mí, esa historia fue el comienzo de la búsqueda de cómo hacerme un lugar en el mundo y no terminar como esta persona que la sociedad había asfixiado”.

En su vida, ha logrado poner sobre la mesa la discusión sobre el género. “A mí desde pequeño me trataron de imponer unos comportamientos, unos roles. Yo no lograba cumplir con esas expectativas, no me nacía lo que los demás decían que era tan natural. El problema está cuando todo se limita a la genitalidad y se traza desde ahí una línea directa con el género. Es una visión reducida reducida de la identidad, de la expresión de género”.

Y puntualiza: “Acá, la gente tiene en la cabeza la idea de que se quiere ‘convertir’ a los demás, pero lo cierto es que buscan convertir a todo el mundo en heterosexual y cisgénero. El deseo y la identidad va más allá de la cuadrícula o planilla por la que quieren que todos vivamos”.Mimetizarse en la sociedad

Simón duró ocho años tratando de ocultar la posibilidad de acceder a una terapia hormonal o física. “Tenía mucho miedo de lo que podría significar ser trans en un país como Colombia”. Y no es para menos. Ser transmasculino es un desafío en sociedades donde el machismo es protagonista.

Casi una década de incertidumbre, cuestionamientos internos y depresión, lo llevaron a cuestionarse. Si bien tenía éxito con sus parejas sentimentales, aún no se sentía a gusto con su expresión de género, con cómo se presentaba ante el mundo. Un día después de mucho dolor, de no tener lo más básico, la comodidad con uno mismo, decidió comenzar su transición con acompañamiento psicológico.

Por su parte, Jhonnatan inició su tratamiento cuando tenía 38 años. Dice que antes de hacerlo, siempre vivió como hombre y así se definió. “Tuve parejas, me vestía como tal y siempre me percaté de que nadie se percatara de que era trans”. Pero esto último —que le pasa a la gran mayoría para evitar conflictos externos— le desencadenó una serie de conflictos personales.

Nunca va a haber algo tan bello como esta identidad consciente, esta autonomía corporal

El primer paso, entonces, era cambiar los papeles. Un nombre puede ser la misma cárcel en vida para muchos. Algunos logran salir de ella, otros permanecen prisioneros durante años y años.

Gracias al decreto 1227 de 2015, en Colombia cualquier persona puede hacer el trámite para cambiar el componente de sexo en el Registro Civil de Nacimiento. Además, para ese trámite, se eliminó cualquier requisito adicional, como certificados clínicos de ‘disforia de género’ o de cirugías. Simón considera que es vital que cada quien pueda decir sobre su identidad y libre desarrollo.

Tiempo después, decidieron hacer la transición física. “Esto no es obligatorio. No todas las personas trans usan hormonas. No es necesario, como muchos han querido plantear, que se hagan cirugías o se sometan a tratamientos. Para las personas trans, lo importante es que cada quien explore y busque las maneras de sentirse mejor con su cuerpo y su identidad. Todas las experiencias de vida trans son diferentes”, explica Simón.

Ambos se practicaron una mastectomía, cirugía para extirpar el tejido mamario. A Jhonnatan, además, por malos procedimientos médicos en el pasado, le hicieron una histerectomía; es decir, la extracción del útero. “Mi cuerpo es mi testimonio de vida”.

También iniciaron un tratamiento hormonal con medicamentos, tras un acompañamiento con profesionales de la salud. Cabe aclarar que existen opciones naturales y que algunos optan por esa alternativa. Lo importante, dicen los expertos, es explorar las posibilidades de tratamientos a las que pueda acceder una persona trans de la mano de especialistas y bajo el consentimiento informado. Ellos enfatizan que es importante ser conscientes de que en la actualidad muchas personas trans se automedican por las negativas y la discriminación que encuentran en el sistema de salud.La violencia sistemática y correctiva

Las personas trans han sido víctimas de agresiones físicas y psicológicas. Pese a que la ley protege sus derechos humanos, lo cierto es que en la práctica todo se desdibuja.

Las personas que desean hacer el trámite se deben enfrentar a cuestionamientos y señalamientos. “Los prejuicios en los funcionarios, que parten de cada persona, hacen que eso que hemos ganado en lo macro, en la ley, no se traduzca como se debe en lo micro, a nuestra cotidianidad”, dice Simón.

Y es que varias de las personas que están asignadas a este tipo de procedimientos jurídicos no han sido capacitadas en temas de género y sexualidad, por lo que vulneran la integridad de quienes acuden a ellos buscando ayuda. A algunas, por ejemplo, las interrogan por su decisión e intentan persuadirlas para no hacerlo; una situación que agrede de forma tácita. Cada trámite se vuelve una lucha directa contra la transfobia.


Los hombres trans son invisibilizados en muchos espacios. Algunos han sido víctimas de agresiones por parte de agentes del Estado.

Pero en el sistema de salud también hay discriminación. La Corte Constitucional, a través de las sentencias T-918 de 2012 y T-771 de 2013, protegió el derecho de las personas trans a realizarse cirugías de reafirmación sexual y dio garantías para el acceso a atención médica. No obstante, la realidad es diferente. “A varias personas que han buscado hacerse tratamientos o cirugías, y que están incluidos en el Plan Obligatorio de Salud (POS), les han negado los procedimientos o les extienden los trámites. Muchos sabemos que para acceder a esos tratamientos tenemos que poner tutelas que tardan meses o años. Una amiga me expresó que se había vuelto abogada empírica para sacar adelante sus tratamientos”, explica Simón.

Ahora bien, en términos laborales, la transfobia es recurrente. Pocos logran ascender a altos cargos gerenciales, y muchos otros deben recurrir a otro tipo de trabajo, como el sexual. Según el Grupo de Acción y Apoyo a Personas Trans (GAAT), el 50 por ciento de los hombres trans son trabajadores sexuales.

En cuanto a la educación, no todos logran ser profesionales. El estudio ‘Línea base PPLGBT’ indica que solo el 14,29 por ciento de los hombres trans en Bogotá ha logrado acceder a la universidad. Es decir, nueve de cada diez no terminan sus estudios.

Esto se suma al miedo constante de transitar en la vía pública. Ser visible como una persona trans es peligroso en muchos contextos, pues hay una amplia historia de agresiones contra las personas que no se ven como las versiones estereotipadas de ser hombre o mujer. Entre las varias formas de violencia, hay una que se ha instaurado en contra de las personas trans: la ‘correctiva’, uno de los crímenes de odio más aberrantes.

A algunos hombres trans los agreden físicamente y los violan para reclamarles por su identidad de género y decirles que son mujeres. “Es una práctica con una motivación detrás para intentar ‘corregirlos’. Es una doble violencia”, argumenta Simón.


Tenía mucho miedo de lo que podría significar ser trans en un país como Colombia

Aunque suene paradójico, la calle no es la más segura para esta población. Pese a que ha sido el escenario de protestas y manifestaciones para reivindicar derechos, lo cierto es que, en la mayoría del tiempo, el temor se convierte en una constante.

La Comisión de la Verdad registró el caso de Adrián Nicolás, quien fue víctima de discriminaciones y hostigamientos. En noviembre de 2017, dos hombres lo amenazaron con un arma de fuego y lo agredieron con una muleta. La policía que atendió el caso no le quiso dar el número de cédula de los agresores para poner la denuncia.

Sobre la Fuerza Pública hay denuncias de colectivos y activistas por acción u omisión. El caso de Carlos Torres y el de Adrián Nicolás son solo algunos de los registrados. El lío radica en que, para varias personas trans, no hay seguridad ni confianza en las instituciones, y sienten miedo al ver a los agentes.


Toloposungo es un movimiento que nació a finales de 2020 en el marco del Paro Nacional. Luchan contra el abuso de la Fuerza Pública y la marginación por parte de agentes del Estado.

“Una vez, cinco años después de haber cambiado mis papeles, un policía me pidió en la calle mi identificación. Se la pasé, pero a él le apareció mi anterior nombre y me acusó de suplantación. Querían llevarme a una estación, mientras me hablaban en femenino. Me llené de miedo, recordé a Carlos y comencé a mostrar que conocía mis derechos como un hombre trans. Al darse cuenta de que estaba preparado y me estaba comunicando con mi red de apoyo, me dejó ir. Hubo mucha ansiedad, no sentía que mi vida estaría a salvo en custodia de esas personas”, cuenta Simón.

En este punto, también ha surgido el debate sobre la libreta militar. No tener ese documento en Colombia hace que varios hombres trans pierdan opciones de trabajo y académicas, y se vean obligados a mostrar de forma indigna y obligatoria sus tránsitos.

Sobre el espacio público también se han registrado denuncias de transfobia. En 2020, durante la emergencia sanitaria por la pandemia, se estableció la medida de ‘pico y género’ en Bogotá y varias ciudades del país. Joseph fue expulsado de un establecimiento comercial de manera violenta, pese a que se identificó y se reconoció como hombre.Ser padre trans

Pasa el torniquete de TransMilenio. Es un día más de protestas en Bogotá. Debe ir a mediar. Esa es su misión. Escucha y habla. A diario debe hacerlo. Termina su jornada. Regresa a casa. Abre la puerta y se encuentra con su hija.

Jhonnatan Espinosa vive con su hija de 25 años. El padre biológico no asumió la paternidad y él estaba saliendo con la madre de la pequeña. “Decidí hacerlo sin ningún problema. La amo con todo mi corazón”, dice.

Comparten varios momentos juntos. En la pandemia, aún más. “Me he encargado de criarla, orientarla y mostrarle que el mundo no se basa solo en dos colores. Ella es alguien muy amorosa y sentimental”.

Somos seres humanos, tan válidos como cualquiera y hacemos parte de sus comunidades

Jhonnatan cuenta que asumió el rol de ser papá con determinación. Siempre había querido tener hijos. “Es un milagro que estemos juntos y lo valoro. Ella sabe quién ha estado a su lado desde que era una bebé”, asegura.

No ha conversado con ella sobre el hecho de que es un hombre trans, aunque dice que no es necesario porque se ha dado cuenta del activismo que hace. “Doy entrevistas, hago conferencias, y muchas veces me ha tocado desde la casa. Ella me ha escuchado y sabe de lo que hablo. Sé que el día que se entere, me va a aceptar. Sé quién es ella y la calidad de ser humano que es”.‘Todos somos activistas’

Simón y Jhonnatan son dos de los hombres trans que han decidido contar sus historias de forma pública. Como ellos, otros se han arriesgado a hacerlo, aún sabiendo los riesgos que eso implica. Varias voces han sido calladas por amenazas y hostigamientos. Sin embargo, lo hacen para reivindicar los derechos de todas las otras personas. También lo hacen por la representación, porque ver a otros hombres trans y reconocerse en ellos, salva vidas, como lo enfatiza Jhonnatan.

“Todas las personas trans en esta vida somos activistas”, sigue Simón. “Nuestro activismo radica en mostrar que somos seres humanos, tan válidos como cualquiera y hacemos parte de sus comunidades. Somos sus hijos, colegas, compañeros, amores. Cuando uno se visibiliza, quizás pierde esa inmunidad del anonimato, pero logra continuar ese relevo de vidas trans. Como otros y otras me mostraron caminos posibles, yo quiero hacerlo para personas trans más jóvenes”.


En Colombia, el ‘Día del orgullo de la comunidad LGBTIQ’ se conmemora este lunes 28 de junio. Y la gran marcha #YoMarchoTrans, en Bogotá, será el viernes 16 de julio.

Ambos han plasmado sus testimonios en el libro gratuito ‘Travesías: memorias de personas transmasculinas en Bogotá’, dirigido por el escritor y poeta Giuseppe Caputo. Allí, cuentan detalles de sus vidas y de sus procesos, pero también de su lucha diaria y cómo han logrado redirigir los discursos de odio de los que han sido víctimas.

(Descargue aquí el libro gratuito 'Travesías')

En algo es enfático Simón y es que pese las agresiones constantes, no se puede caer en la victimización. “Sí, hay violencias, pero como dice Paul Preciado —un filósofo español trans y uno de sus principales referentes—: ‘nunca esa norma y sus violencias van a ser más fuertes que la vitalidad y gozo que vivo como hombre trans’. Muchos sabemos que esa violencia y esas dificultades están, pero no nos quedamos ahí. Hay una historia muy grande de resiliencia. Tuve mucho miedo, muchos años, pero me di cuenta de que esos fantasmas de los otros no valían la pena. Nunca va a haber algo tan bello como esta identidad consciente, esta autonomía corporal”.

Ser trans en Colombia es un desafío. Las historias de vida de cada una de las personas de esta comunidad son la muestra de la supervivencia en una sociedad que aún no acepta la diferencia. Hay avances, claro, pero sigue siendo un desafío diario. Los hechos hablan por sí mismos: la transfobia es una realidad en Colombia. Pero no debería ser permanente; se puede transformar.

martes, 8 de febrero de 2022

La deforestación en Colombia creció un 8 % en el 2020, según Gobierno


El bosque del Parque Nacional Tinigua (Meta), recién talado en febrero del 2021.

La cifra no incrementaba desde el 2017, cuando se conoció, hasta ahora, el dato más alto.

Para muchos expertos en el monitoreo de la deforestación en el país, era evidente que la tala y quema del bosque se iba a incrementar en el 2020. En varios sobrevuelos que EL TIEMPO hizo con la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible fuimos testigos de cómo, en medio de la nada, los árboles arden, las motosierras suenan y nadie lo impide.

Ayer, con datos oficiales, el Gobierno Nacional, en cabeza del ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa, y la directora del Ideam, Yolanda González, confirmó que en el primer año de la pandemia la deforestación creció un ocho por ciento respecto al 2019.

En la presentación del informe anual de deforestación, el ministro Correa dijo que en total el país perdió 171.685 hectáreas de bosque natural en el 2020 y que la Amazonia, la región clave para el mundo en términos climáticos y de biodiversidad, sigue siendo la más afectada, pues hubo un aumento de 11.000 hectáreas arrasadas (se pasó de 98.256 hectáreas en el 2019 a 109.302 en el 2020).

“La protección de los bosques colombianos es nuestra prioridad. Pese a que registramos un aumento en la deforestación del 2020, es importante destacar que esta cifra es la segunda más baja en los últimos cinco años. Todas nuestras acciones están encaminadas a acabar con este flagelo”, aseguró el ministro Correa, durante la presentación de las cifras oficiales de deforestación en el país.

Este anuncio preocupa a los países cooperantes como Noruega, pues a través de diferentes programas y recursos han apoyado al Gobierno de Colombia para atacar la transformación del bosque.

“El incremento de un ocho por ciento de la deforestación en el 2020 es preocupante, y es imperativo redoblar los esfuerzos para que Colombia logre reducir la deforestación a 155.000 hectáreas al 2022 y a 100.000 hectáreas al 2025, metas acordadas en la Declaración Conjunta de Intención. Ojalá la tendencia hacia la reducción que vemos en el primer trimestre del 2021 continúe el resto del año”, le dijo a EL TIEMPO Ole Reidar Bergum, consejero de Clima y Bosque de Noruega.(También: Deforestación en Amazonia amenaza con matar de hambre al águila arpía)


El país perdió 171.685 hectáreas de bosque natural en el 2020.

En efecto, el viceministro de Políticas y Normalización Ambiental, Fernando Cruz, presentó como buenas noticias las cifras del primer trimestre del 2021 que, por primera vez, se entregan en el mismo evento de la presentación del informe anual.

“En términos de superficie deforestada, para el primer trimestre del 2021 para esos departamentos (Meta, Caquetá y Guaviare) se identificaron al menos 41.600 hectáreas deforestadas. Esto quiere decir que tuvimos una reducción de cerca del 30 por ciento comparado con el mismo trimestre del año 2020, cuando se habían identificado al menos 62.200 hectáreas deforestadas”, afirmó Cruz.

En el 2021, cuando se intensifican las operaciones de Artemisa, logramos que este primer trimestre la deforestación disminuyera en la Amazonia

Pero ¿qué ocurrió en el 2020?, ¿por qué la cifra se incrementó cuando se había logrado una reducción de 38.265 hectáreas para el 2019? Según respondió Cruz a este diario, esto sucedió, en cierta medida, por los llamados que hicieron algunos grupos armados ilegales a las comunidades para que deforestaran.

“En este primer trimestre existió una arremetida de grupos ilegales organizados, quienes, a través de comunicados, les decían a las comunidades que podían deforestar libremente. También se dio la campaña Artemisa en los parques Macarena, Tinigua y Picachos, y en las veredas de Guaviare, Caqueta y Meta, pero ya en el 2021, cuando se intensifican las operaciones de Artemisa, logramos que este primer trimestre la deforestación disminuyera en la Amazonia”, Tala creció en la Amazonia

Esta región, integrada por los departamentos del Meta, Caquetá, Guaviare, Guanía, Vaupés, Putumayo y Amazonas, cada año tiene las cifras más altas de deforestación. Allí, el acaparamiento de tierras, la ganadería extensiva, las vías ilegales y los cultivos de coca son la principal razón por la que personas les encienden fuego a los árboles.
De acuerdo con el informe del Ideam, en el 2020, el 76 por ciento de la deforestación del país se concentró allí.

Los departamentos con las cifras más altas de pérdida de bosque fueron: Meta, con 35.556 hectáreas; Caquetá, con 32.522 hectáreas; Guaviare, con 25.553 hectáreas y Putumayo, con 13.141 hectáreas. Asimismo, el informe destaca que para el 2020 la región del Pacífico presentó una disminución del 13 por ciento; el departamento del Chocó presentó la mayor reducción de la deforestación con cerca de 2.972 hectáreas menos.

“Algunos municipios históricamente afectados por la deforestación presentaron un cambio de tendencia que debemos destacar. Identificamos que hubo una disminución de esta problemática en municipios como Cartagena del Chairá, con un 15 por ciento menos; Tibú, con 6, y El Retorno, con un 4”, dice Yolanda González, directora del Ideam.

En cuanto a los parques nacionales, para el 2020 se evidenció un aumento del 2 por ciento, es decir, 15.886 hectáreas de bosque fueron deforestadas. Los parques más afectados están en la región amazónica, como el Parque Natural Serranía de La Macarena, Parque Natural La Paya y Parque Natural Tinigua. Pese a ello, de acuerdo con el Ministerio de Ambiente, la deforestación viene disminuyendo en áreas como el Parque Nacional Natural Tinigua, donde más de 800 hectáreas dejaron de ser deforestadas.


Según el Ideam, en el 2020, el 76 por ciento de la deforestación del país se concentró en la Amazonia.

¿Cuáles son las causas?

La praderización orientada a la usurpación y acaparamiento de tierras, las prácticas insostenibles de ganadería extensiva, el desarrollo de infraestructura de transporte no planificada, la extracción ilícita de minerales, la extracción ilegal de madera, la ampliación de la frontera agrícola en áreas no permitidas y los cultivos de uso ilícito son algunas de las causas de la deforestación a nivel nacional durante el año pasado, según el ministro Correa.'Hemos implementado incentivos a la conservación de bosques’

En la presentación del informe anual de deforestación también estuvo presente el viceministro de Políticas y Normalización Ambiental, Fernando Cruz, quien destacó que, pese al incremento del 8 por ciento en la deforestación durante el 2020, este año, gracias a la campaña Artemisa, se ha logrado bajar nuevamente la cifra en los departamentos del Meta, Caquetá y Guaviare.

Se habló con él sobre las acciones de recuperación de estos bosques y de la cifra del primer trimestre del 2021.

¿Qué ha pasado con las vías ilegales que han identificado y esos lotes quemados? ¿Ya fueron recuperados? ¿Esas vías ya fueron cerradas?

Las acciones de control de deforestación a través de la campaña Artemisa han permitido el control de núcleos activos de deforestación. Por ejemplo, en abril del 2019 inhabilitó un acceso terrestre que afectaba al PNN Serranía de Chiribiquete en el sector de Angoleta (Guaviare), controlando un foco de 543 hectáreas que habían sido deforestadas. Acciones similares se desarrollaron en otros accesos terrestres en dirección a núcleos activos de deforestación en, por ejemplo, el sur de Sabanas del Yarí y que afectaron al PNN Serranía de Chiribiquete.

¿A qué le atribuyen que el primer trimestre del 2021 se dio esa reducción, cuando en el 2020 la deforestación subió?
El Plan Nacional de Desarrollo incorpora la estrategia de lucha contra la deforestación; a partir de noviembre del 2020 reforzamos la implementación de acciones de control y gestión sostenible de los bosques, en un trabajo conjunto con las autoridades ambientales, alcaldías, gobernaciones, Mindefensa y entes de control.

Asimismo, hemos escalado la implementación de incentivos a la conservación de bosques y esquemas de pagos por servicios ambientales, que ha vinculado a comunidades locales en la conservación de nuestros bosques naturales.