sábado, 28 de febrero de 2015

Así es el lenguaje gatuno

Con sus movimientos agraciados, que tienen una enorme cantidad de matices, los gatos nos hablan.

Esta posición pueden adoptarla cuando están en una pelea con otro felino.
Esta posición pueden adoptarla cuando están en una pelea con otro felino.

‘Los felinos son de otro planeta’ es lo primero que se piensa al ver lo sutiles y expresivos que pueden ser con sus cuerpos. Sin embargo, los humanos a veces los malinterpretamos, y por eso lo invitamos a ser más observador con estos sorprendentes animalitos, para construir una relación más armónica con ellos.
Lo primero que debe tener en cuenta es que su mascota convierte su casa en su territorio. “Los felinos todo el tiempo están expresándonos corporalmente su aceptación o rechazo frente a la presencia de personas u otros animales dentro de su espacio”, asegura la especialista en Etología de la Universidad Autónoma de Barcelona Carolina Alaguna Cruz.
En este sentido, también expresan si quieren que los consientan o simplemente que los dejen solos y no los molesten. Pero entenderlos no es tan sencillo, y le recomendamos siempre tener en cuenta el carácter de su mascota (dominante o sumiso) y las circunstancias que rodean sus reacciones.
Amigables y tranquilos
En un estado de armonía, el minino nos dice que todo está bien, que tiene confianza en usted y que es bienvenido en su espacio.
Un bostezo que parece agresivo.
Por lo general, sus pupilas estarán contraídas; las orejas, hacia arriba, y el pelaje se verá liso y peinadito. “Caminaran con paso sosegado, pero no demasiado lento, y la cola puede estar baja o moviéndose suavemente si están interesados en algo”, explica la veterinaria Paola Cardona, con cerca de 10 años de experiencia en el comportamiento de los gatos.
Miedosos e incómodos
En este caso, el carácter del animal influye mucho. “No es lo mismo un gato que reacciona agresivamente para defenderse, que para atacar”, comenta la veterinaria Cardona. Cuando el gato es muy miedoso y se siente amenazado o incómodo ante alguna situación, se hace chiquitico y esconde la cola, mete la cabeza y agacha las orejas. Por el contrario, si es un animal más dominante, su pelaje se eriza por completo y, con la cola erguida, hace movimientos cortos y rápidos, con las pupilas dilatadas y la mirada fija en el foco de incomodidad.
Estas orejas indican miedo.
En cualquiera de las dos situaciones, el animal puede emitir un sonido, conocido como siseo, que está indicando ‘déjame en paz’, ‘no me molestes’, en lenguaje gatuno. “Un animal en este estado de ánimo puede atacar, y resulta siendo más peligroso en el primer caso, porque el gato está más asustado y se descontrola fácilmente”, advierte la especialista en felinos.
Con la barriga al aire
Cuando un gato se echa en el piso boca arriba, no siempre significa sumisión, pero las personas lo interpretan así comúnmente. “Puede ser un signo de amistad frente a una persona que le produzca mucha confianza, pero esto no indica que quiera que le acaricien la barriga”, afirma la veterinaria. Solo tiene que fijarse en la expresión de su rostro cuando le da caricias en esta zona: si este se queda mirándolo fijamente y sus pupilas se dilatan un poco, será mejor que deje de hacerlo.
Pasando un momento difícil
Quizás uno de los estados de ánimo más difíciles de detectar en los gatos sea el estrés, que es una respuesta a una situación en casa que les molesta, o a una enfermedad. La doctora Cardona sostiene que la clave son los comportamientos excesivos que presente el animal. “Si comienza a comer excesivamente o come muy poco, si duerme todo el tiempo o se la pasa escondido, esto puede significar un estrés psicológico o físico”. Estas pueden ser señales de alerta para consultar a un especialista.
Bigotes prácticos y ronroneo engañoso
Los bigotes de los gatos son un órgano sensorial muy útil, que les ayuda a percibir vibraciones, temperaturas, movimientos y, en cierta medida, a ‘leer’ el ambiente. Cuando se hacen hacia adelante, estos indican que tienen un interés en algo; y cuando están completamente hacia atrás, puede sentirse temeroso o asustado.
El ronroneo no es siempre una señal de felicidad, placidez y tranquilidad, como se asume comúnmente.
Las pupilas contraídas son una señal de tranquilidad y calma.
También ocurre cuando el gato está enfermo o adolorido y trata de calmarse emitiendo ese sonido. Así mismo, puede usarlo cuando siente temor o miedo.

viernes, 27 de febrero de 2015

Este cuerpo ¿es el mío?

Este cuerpo ¿es el mío?

La adolescencia supone la pérdida definitiva de la condición de niño. No se trata solamente de una vivencia psicológica; existen una serie de hechos reales, inevitables e imposibles de obviar. El cuerpo experimenta grandes cambios que se reflejan en la aparición de los caracteres sexuales secundarios (vello en diferentes zonas del cuerpo, crecimiento de los pechos, etc.) y primarios (la primera menstruación, poluciones nocturnas), junto con cambios asociados (acné juvenil, ensanchamiento de las caderas o de la espalda). Se trata, además, de una especie de viaje sin retorno: no se puede parar ni dar marcha atrás.
Los cambios físicos propios de esta etapa no son los mismos en los chicos y en las chicas. Tampoco les afecta igual. En el caso de una chica, llega un día que al mirarse en el espejo se da cuenta de que ya es una mujer. El crecimiento es tan rápido, casi brutal, que le cuesta reconocerse, a pesar de seguir siendo la misma. Las chicas se quejan de que son bajitas, de que están desproporcionadas… siempre encuentran algún fallo en su aspecto. Por otro lado, en el chico, el crecimiento no es armónico. Es posible que se le ensanchen la espalda y los hombros y que, sin embargo, tenga aún brazos y piernas delgados. El rostro parece hinchado, con rasgos de hombre en cara de niño.
Estos cambios físicos desembocan en cambios de hábitos propios del proceso de aceptación a su nuevo cuerpo. De repente, el adolescente deja de ser ese niño que siempre se sentía a gusto con la ropa que llevaba y que aceptaba los consejos de la madre a la hora de comprarla o combinarla. De la noche a la mañana, pasa a sacar cada día toda la ropa del armario, la mira y la remira, sin saber nunca qué ponerse. La mitad de lo que compra se queda casi sin estrenar, mientras se queja de que no tiene ropa bonita para ponerse. La complicación aumenta si tiene una cita. Entonces se prueba un montón de prendas y en el último momento vuelve corriendo, porque acaba de decantarse por un modelo diferente. La ropa supone la forma externa, la manera en que se presenta ante los demás. Por eso expresa a través de ella toda la inseguridad que el adolescente tiene ante su imagen corporal.
Otro cambio en sus hábitos es que antes no quería ni peinarse y ahora parece que se haya instalado en el baño. Pasa horas mirándose, bailando delante del espejo, gesticulando, haciendo poses… Si se le sorprende, se ruboriza y se siente incómodo, pero no deja de hacerlo. No se trata de simple coquetería, sino de una identificación con la imagen que aparece en el espejo y que no siempre le es grata. Es un intento de acostumbrarse a ella.
El adolescente no solamente siente que cambian los aspectos físicos visibles de su cuerpo, sino que a partir de ahora se van a modificar las relaciones consigo mismo, con los padres, con los amigos y con la sociedad en general. El sentimiento que puede explicar más claramente lo que le ocurre es la aflicción por una pérdida. El adolescente está de duelo y tiene que asumir la «muerte» de su cuerpo de niño. En este proceso, que lógicamente será difícil, se pueden diferenciar tres etapas.

  • La primera es la pubertad (11-14 años), cuando los cambios físicos son más notables, acompañados de mucha inseguridad, malestar y desazón.
  • En la segunda fase, la adolescencia (13-18 años), se admiten los cambios biológicos como hechos; ser hombre o mujer le lleva a identificarse y actuar de acuerdo a estas categorías. El adolescente debe renunciar a todo lo que hasta entonces le servía para sentirse protegido y adorado; debe reemplazar los sentimientos amorosos de la infancia, desarrollados en el entorno familiar, por el deseo sexual, cuyo campo de acción es la sociedad.
  • Finalmente, la juventud es la tercera etapa (a partir de los 18 años), en la que destaca la influencia de los factores culturales o sociales. Se empieza a gozar de cierta autonomía e independencia, es la hora de decidir acerca del futuro, de la mayoría de edad, del derecho al voto y el permiso absoluto para hacer cosas de adultos.

jueves, 26 de febrero de 2015

El método de estudio con nombre de tomate

La Técnica Pomodoro mejora la productividad y aumenta la concentración. Semana Educación le cuenta cómo ponerlo en práctica.

El tiempo es uno de los factores determinantes en la buena cocina. Un arroz pasado de cocción pierde su sabor y contextura, pero un pez globo que esté crudo es mortal. Por eso los minuteros y temporizadores abundan en los fogones. Fue justamente un cronómetro en forma de tomate lo que en los años 80 inspiró al entonces estudiante Franceso Cirillo para mejorar sus hábitos de estudio. 

Usando este dispositivo, Cirillo concluyó que si dividía su trabajo en periodos cortos tenía más facilidad para concentrarse, lo que le permitía terminar sus actividades en menos tiempo y sin cansancio mental. Este método consiste en desarrollar una tarea durante 25 minutos seguidos, sin interrupciones ni distracciones, y después tomar una pausa de cinco minutos. Cada vez que se termine uno de estos intervalos se marca una X para seguir el progreso y se registra el número de veces que la persona estuvo tentada a suspender su trabajo o a procrastinar. Cuando se completan cuatro periodos de trabajo, es decir 100 minutos, el descanso debe ser de 15 a 20 minutos. 

La función del minutero en forma de tomate era avisarle a Cirillo cuando estos tiempos concluían. Era su cronómetro personal. Por eso la técnica adoptó su nombre: Pomodoro, que la palabra para tomate en italiano. De hecho, cada periodo de 25 minutos es denominado un pomodoro. Según el portal Life Hack , este es un método para aprender a manejar el tiempo y mantener la máxima concentración sobre una tarea. Las pausas permiten que el cerebro esté fresco y enfocado. 

El blog 52 Weeks of Habits  explica que en los descansos se debe realizar cualquier actividad diferente al trabajo desarrollado en el periodo anterior. Eso sí, siempre y cuando durante los 25 minutos no haya habido lugar a distracciones ni procrastinación. Si esto ocurre el pomodoro no vale y hay que empezar de nuevo. 52 Weeks of Habits agrega que al dividir toda la carga de trabajo en pequeños intervalos  de trabajo, las tareas pueden completarse en menor tiempo. “Las actividades que en un principio se pensó tomarían días enteros para completarse, pueden ser terminadas en unos pocos pomodoros, si se mantiene la voluntad de no distraerse”, afirma el portal.   

Los periodos de descanso se pueden dedicar a revisar a Facebook o Twitter, moverse del lugar de trabajo o entrar al baño. Incluso ir por un café o refrigerio para evitar el hambre en el siguiente pomodoro. La página oficial de este método ofrece  algunas opciones para realizar en las pausas como organizar el escritorio, hacer un recuento de las tareas pendientes o realizar breves ejercicios de estiramiento en el cuello y las manos. Además, recomienda que a lo largo de la pausa se eviten actividades que impliquen esfuerzo intelectual o tarden más de cinco minutos.

Una de las grandes ventajas de esta técnica, añade el portal Life Hack, es que para implementarla solo se necesita voluntad. No hace falta tener el cronómetro en forma de tomate; existen aplicaciones para tablets, computadores y celulares, tanto en Android  como en Apple . 

Sin embargo, el éxito de esta metodología tiene sus detractores, pues no a todo el mundo le funciona. Para una persona a la que se facilite ajustarse a una lista de tareas resulta ideal. Por ejemplo, la periodista Sue Shellenbarger del diario The Wall Street Journal probó  varias técnicas de concentración y el método Pomodoro le permitió ser consciente de que interrumpía su trabajo varias veces. También le ayudó a manejar la ansiedad y a ser más eficiente. 

En la otra orilla, el creador del blog Entusiasmado.com recopiló  ocho razones para no usar esta técnica, entre ellas que es difícil aplicarla a un entorno de trabajo donde hay constante interacción con otras personas. Mario Fucso, del portal InfoQ, sostuvo  que usar la técnica implica una falta de profesionalismo: “¿confiaría en un abogado que emplee el método Pomodoro cuando está tratando de defenderlo? ¿Permitiría ser operado por un cirujano que necesita un cronómetro para concentrarse? En el fondo espero que el piloto de mi próximo viaje a otro continente sea capaz de estar atento las ocho horas de vuelo. Puedo estar concentrado en mi trabajo por horas y no necesito un tomate que me mantenga enfocado por tan solo 25 minutos”, escribió. 

La única manera de saber si el método se adapta a las preferencias y necesidades personales es probarlo. Como ejercicio para entender cómo funcionaba la técnica, este artículo fue escrito en cinco pomodoros. Aunque sí se optimizó el tiempo de investigación y redacción, resultó difícil retomar el trabajo después de las pausas. 

miércoles, 25 de febrero de 2015

¿Qué tan 'adicto' cree que es su hijo a la tecnología?

Más allá de las posibilidades educativas, es clave saber cuándo está abusando para actuar a tiempo.

Es clave la orientación de los padres, frente al uso de la tecnología.
Es clave la orientación de los padres, frente al uso de la tecnología.

“Si percibe a su hijo irritable, malhumorado o agresivo una vez se le restringe el computador, la tableta o el celular; si hace pataleta, y no quiere hacer tareas, ni jugar con sus amigos, y perdió el gusto por comer o dormir, tenga cuidado porque estos son algunos de los síntomas de una posible adicción de los niños hacia la tecnología”, afirmó Liliana Patricia Betancourt, psiquiatra de niños y de adolescentes, coordinadora de salud mental del Instituto de Ortopedia Infantil Roosevelt.
En este punto, muchos padres se preguntan hasta dónde dejar que los niños de la ‘era digital’ se involucren con las nuevas TIC, o en qué punto parar. Aún más, ¿se puede decir que un niño en edad preescolar, entre los 3 y los 5 años, es adicto a la tecnología?
Ante esto, el consultor en tecnología educativa y autor del libro Docentes e-competentes, buenas prácticas educativas mediadas por las TIC, Nelson Cubides, dice que “la tecnología es nociva cuando reduce el día a día del niño; en otras palabras, el pequeño no se despega de esta y desarrolla el síndrome de abstinencia, es decir, se encuentra en un estado anímico irritable y pierde el autocontrol cuando lo alejan de los dispositivos”.
“El problema es que los aparatos tecnológicos se han convertido en una extensión del ‘chupo de entretención’ y ayudan a los padres y a cuidadores a continuar con sus actividades diarias, mientras su hijo permanece quieto y callado. La cuestión es que es una situación que podría pasarles factura cuando el niño llegue a la etapa escolar y su posterior adolescencia”, aseguró Rodrigo Riaño, psicólogo especialista en neurociencia del Politécnico Grancolombiano.
Es claro que no se deben satanizar los dispositivos electrónicos en el preescolar, puesto que estos niños son nativos digitales, y en gran parte su vida está determinada por la tecnología, pero sí es necesario un acompañamiento que ayude a construir un significado positivo alrededor de estos elementos.
Pautas de manejo
Para Riaño, la primera infancia es un periodo sensible para el aprendizaje, ya que están abiertas las ventanas para que el niño desarrolle habilidades de lenguaje, atención, memoria, entre otras. Adicionalmente, es una etapa en donde el niño aprende gran parte de las pautas de conducta que guiarán su comportamiento para el resto de su vida.
Según Leonardo García, psicólogo especialista en psicología clínica de la Universidad El Bosque, “los adultos deben ser un modelo positivo para que tengan la autoridad suficiente a la hora de reprender a sus hijos”, pues es recurrente ver que en restaurantes o centros comerciales, los adultos no hablan y perdieron contacto con los miembros de la familia por estar inmersos en sus dispositivos.
De acuerdo con los especialistas, una forma es fijar pautas, horarios y, en lo posible, estar presentes mientras los niños navegan en la red o usan los dispositivos.
Lo segundo es darles a conocer esas ventajas y nuevas oportunidades que brinda la tecnología para aprender, conocer, explorar, es decir, como herramienta pedagógica, pues son los padres los encargados de dar ciertas directrices frente al uso de los dispositivos.
Visto así, si se deja que el niño crezca pensando que los dispositivos tecnológicos son únicamente para entretenerse, y no los ven como una herramienta de aprendizaje, entonces se estará abriendo otra posibilidad para la adicción, puesto que la asociación entre el objeto y el placer que este produce en el cerebro son el fundamento de una dependencia.
Actividades estratégicas
Como de prevenir se trata, procure orientar a sus hijos en la realización de otras actividades que inviten a compartir en familia, como hacer deporte al aire libre, viajar y jugar. También puede innovar con jornadas de música, canto, baile, pintura y lectura, divertidas formas de capturar la atención de los pequeños.
Controlar es la clave
1. Lo primero es que los padres dialoguen sobre cómo abordar el tema para no desautorizarse entre sí.
2. Comunicar los pasos por seguir con los cuidadores.
3. Hablar con el niño sobre los pros y los contras de los aparatos tecnológicos.
4. Delimitar tiempo de uso de la tecnología, con la aplicación de normas y límites, respetando las actividades de su funcionamiento diario básico.
5. Fomentar el uso de tecnologías en grupo y no de manera solitaria; de preferencia, que el uso de estas tecnologías sea más de tipo educativo.
6. Negociar el uso de tecnología con salidas y juego al aire libre. También, incluir y estimular la creación de juegos construidos o creados por sí mismos.
7. Si no se obtienen cambios en el niño, buscar ayuda de un experto en pautas de crianza y psicología infantil.
Tiempo de exposición
Según investigaciones, los tiempos apropiados según la edad del niño:
* 0 a 3 años: puede estar expuesto a los aparatos 15 minutos diarios; con juegos simples o viendo programas acordes con su edad.
* 3 a 7 años: pueden estar máximo 40 minutos al día con la tableta, el celular o el computador. En este momento, el padre es el dueño del aparato electrónico.
* De 7 a 13 años, el aparato puede ser del niño. Sin embargo, puede permanecer conectado máximo 90 minutos. La clave, más que controlar el tiempo, es mostrar nuevas utilidades. Está demostrado que la tecnología despierta mayor interés de los niños hacia las diferentes asignaturas.

martes, 24 de febrero de 2015

Mi hijo es superdotado

¿Mi hijo es superdotado?

¿Se nace con una inteligencia determinada y es ésta mensurable? Para responder a esta pregunta deberíamos, ante todo, ponernos de acuerdo en una definición lo más ajustada posible del concepto inteligencia; aunque no exista una única expresión que englobe este concepto en todas sus acepciones.
  • Según David Wechler, creador de uno de los tests de inteligencia más utilizados para evaluar el desarrollo de los niños –WISC-, la inteligencia es la capacidad global del individuo para actuar de forma propositiva, para pensar racionalmente y para enfrentarse eficazmente con su medio.
  • Para Henry Bergson, filosofo francés y premio Nobel de literatura en 1927, la inteligencia se caracteriza por el poder ilimitado de descomponer según una ley cualquiera y reorganizar según cualquier sistema.
  • Otra definición es la que ofrece Jean Piaget, psicólogo y pedagogo suizo, para quién la inteligencia es un caso particular de adaptación del organismo al medio.
  • Por su parte el psicólogo estadounidense Lewis Terman, creador de un conocido test individual para medir la inteligencia, definió la inteligencia como la capacidad de realizar un pensamiento abstracto.
Al definir el concepto de inteligencia como la capacidad de abstracción del ser humano, quedan fuera de ella muchos comportamientos que, a pesar de todo, tendemos a considerar como “inteligentes”. Aunque la capacidad de abstracción sea una de las señas más características de la inteligencia, no parece lo más acertado limitar esta última hasta el punto de caer en reduccionismos que impedirían englobar un buen número de comportamientos y actividades fácilmente asimilables a la inteligencia, pero que no necesariamente se encuentran en el terreno de la abstracción.  Resulta, pues, preferible dejar el debate abierto..

Superdotados y genios

Se estima que entre un 2 y un 5% de los niños pueden ser considerados como superdotados. El baremo generalmente aceptado para calificar a un niño como superdotado es que su cociente intelectual (CI) sea igual o superior a 130, teniendo en cuenta que el CI medio es de 100, y que hasta 120 se considera como un CI dentro de la normalidad. Los que sobrepasan un CI de 160 se consideran genios. Esta clasificación se obtiene mediante determinados tests de inteligencia, pero es conveniente basarse también en otras pruebas. Los padres suelen darse cuenta de que sus hijos son superdotados porqué estos aprenden antes y más deprisa que los niños de su edad; por ejemplo, pueden aprender a leer o escribir a los 2 o 3 años.
Un porcentaje muy alto de los niños superdotados tiende a fracasar en la escuela. La razón es que se adaptan mal al ritmo que lleva el resto de la clase: como son muy rápidos aprendiéndolo, se aburren y acaban teniendo comportamientos inadecuados, hasta el punto de no seguir ya lo que explican los profesores y llegar a suspender sistemáticamente.
Por otro lado, el crecimiento de estos niños no es armónico: hablan y razonan como adultos, pero se comportan como niños, por lo que suelen sentirse solos y es difícil que tengan amigos de su edad.

Qué hacer si crees que tu hijo es superdotado

Al igual que en el caso de las disminuciones psíquicas, ser un superdotado puede representar un grave problema para el desarrollo intelectual y emocional de tu hijo. Por tanto, lo primero que debe hacerse es comprobar tal extremo, acudiendo a profesionales que puedan establecer un diagnóstico correcto.
Si se comprobase que, en efecto, tu hijo es superdotado, cabría barajar la posibilidad de enviarlo a estudiar a un colegio especial. De todas maneras antes de tomar esta decisión hay que valorar todos los aspectos y determinar los problemas que pueden surgir. Como norma general, tanto en el caso de las disminuciones como en el de los superdotados, se trata de personas que tienen una dificultad para moverse en un entorno normal y que, por tanto, deben gozar de un tratamiento personalizado que no les haga sentirse rechazados ni incapaces de integrarse socialmente. Todos los estudios indican que, por ejemplo, el índice de fracaso escolar entre los niños superdotados es altísimo. En cualquier  caso, y precisamente porque lo deseable es el desarrollo armónico de todas las potenciales de nuestro hijo y una feliz integración en su entorno social, el aislamiento que puede representar cualquier tipo de escuela especial debe contemplarse sólo como un recurso extremo.

Afortunadamente, la legislación de muchos países contempla estos casos y, como con las disminuciones psíquicas, establece un marco que permite el desarrollo evolutivo e integrado de todos los niños.

lunes, 23 de febrero de 2015

La atención y los 4 tipos de memoria

La atención y los 4 tipos de memoria

Atender, entender y aprender son tres funciones que, en orden sucesivo, se dan en todo proceso de aprendizaje. Cuando un niño no es capaz de fijar su atención de forma permanente, probablemente porque se distrae por la variedad de estímulos que lo rodean, sólo puede acceder a una parte de lo que se le enseña. Entonces, el aprendizaje carece de continuidad y no queda fijado ni incorporado al conocimiento.
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La atención es, pues, el punto de partida necesario para lograr que un aprendizaje se fije en la memoria.

No existe registro memorístico sin la atención adecuada y, al mismo tiempo, la atención carecería de sentido sin la existencia de la memoria. Una vez descartada cualquier posibilidad de lesión neurológica, cerebral o viso-auditiva, o cualquier factor físico o ambiental que pueda influir, se considera que un niño tiene trastornos de atención o memoria cuando su déficit afecta de manera significativa a los aprendizajes de su vida cotidiana.

La memoria y el recuerdo

La memoria es la capacidad de conservar lo aprendido o vivido en el pasado para que pueda ser recordado en el futuro. Es un fenómeno completo en el que intervienen la maduración del sistema nervioso, la inteligencia, la percepción y la afectividad.
Fundamentalmente, hay cuatro tipos de memoria: la memoria inmediata, la memoria a corto plazo, la memoria a largo plazo o de evocación y la memoria selectiva.
1. Memoria inmediata
Se denomina de este modo a la memoria que registra datos percibidos a través de los sentidos. Su permanencia en la mente es muy breve (alrededor de medio segundo).
2. Memoria a corto plazo
Llamamos memoria a corto plazo a la que nos permite retener  una información concreta durante 20 o 30 segundos. Es la que actúa, por ejemplo, cuando nos dicen un número de teléfono. Antes de los 20 o 30 segundos podemos recordarlo, después lo olvidamos.
3. Memoria a largo plazo o de evocación
En este tipo de memoria se almacenan los recuerdos que deben permanecer un período de tiempo largo.
4. Memoria selectiva
Se llama memoria selectiva la que permite fijar con más facilidad los conocimientos sobre algo determinado, en función del interés o motivación que la persona, ya sea niño o adulto, tenga sobre el tema. A veces, por ejemplo, los niños son capaces de memorizar los nombres de todos sus futbolistas preferidos y son incapaces de aprenderse una lección escolar.
Los distintos tipos de memoria están interrelacionados.

Recuerda:

  • La función específica de la memoria es mantener y recordar la información.
  • Es importante que el niño duerma bien, pues un descanso inadecuado puede afectar a su capacidad de concentración.
  • Para atraer la atención de un niño, es conveniente presentarle los nuevos aprendizajes de forma atractiva y estimulante.
  • Algunos niños a los que se atribuyen problemas de memoria, en realidad tienen disminuida su capacidad de atención y concentración.
  • Algunos acontecimientos de la vida del niño (embarazo de la madre, fallecimientos, viajes…) pueden tener una connotación emocional que produzca una falta de atención circunstancial.
  • La memoria se puede ejercitar mediante estrategias concretas: relacionar diferentes conceptos de la información a memorizar, hacerse preguntas acerca de lo que se está intentando memorizar, etc.

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domingo, 22 de febrero de 2015

Mi hijo aprende los colores, formas y tamaños y se ubica en el tiempo y el espacio

Mi hijo aprende los colores, formas y tamaños y se ubica en el tiempo y el espacio

El desarrollo de los aprendizajes básicos

Las posibilidades de que un niño adquiera conocimientos en el marco escolar varían según la experiencia que éste haya acumulado con anterioridad.
Entre los 2 y 3 años, el niño empieza a distinguir algunas formas y propiedades de los objetos, es capaz de realizar los primeros ideogramas (monigotes de la figura humana), distingue entre grande y pequeño, y entre uno o varios. Más adelante, adquiere algunas nociones espaciales y es capaz de observar la orientación y la posición de los objetos. Aunque ya a los 3 años suele saber repetir una secuencia numérica de memoria, la comprensión de la diferencia entre distintas cantidades no llega hasta más adelante. Entre los 4 y los 5 años, el niño aprende a reproducir letras. En esta etapa, el aprendizaje es lento, se va desarrollando el gusto por la copia y, poco a poco, se memorizan las formas de las letras. El desarrollo físico y psíquico del niño se produce a la par que la adquisición de nuevos conceptos y habilidades. Paulatinamente, el niño se ubica en el espacio, identifica su propio ser y su esquema corporal y adquiere las habilidades que le permitirán adquirir nuevos aprendizajes.

Formas, tamaños y colores

Los niños sienten atracción por el color desde muy pequeños. Antes de los 2 años, son capaces de distinguir colores y, cuando su lenguaje se lo permite, pueden expresar verbalmente esta diferenciación. En la etapa preescolar, consolidan el conocimiento de los colores básicos y más adelante pueden establecer matizaciones. Asimismo, la comprensión del tamaño relativo es esencial para el desarrollo del pensamiento matemático y lógico. Primero distinguen entre pequeño y grande y luego pueden atribuir cualidades como alto, bajo, delgado o gordo. Por último, reconocen las formas: aprenden primero las nociones de redondo, abierto y cerrado, y a continuación las de cuadrado, triángulo y línea.

Entre los 2 y 3 años, el niño puede clasificar objetos por colores o formas iguales, aunque verbalmente no sepa expresar las cualidades de los objetos qua clasifica.

La noción temporal y espacial

La adquisición de la noción temporal es tardía. El niño empieza a adquirir cierta noción del tiempo cuando sus vivencias le permiten ordenar las acciones en relación con los conceptos de ahora, antes y después.
La orientación temporal está estrechamente relacionada con la lectura, ya que ésta transcurre en un espacio de tiempo y a un determinado ritmo y velocidad. La noción de espacio la va adquiriendo el niño a medida que toma conciencia de su situación en el mismo, puede moverse y situar objetos a su derecha o izquierda, dentro o fuera; delante o detrás y encima o debajo. Asimismo, la orientación espacial está directamente relacionada con la escritura, ya que ésta se desarrolla en el espacio del plano gráfico.

A los 3 años, el niño reconoce los conceptos de noche y día, pero no es hasta los 7 que domina correctamente la noción de presente, pasado y futuro, y puede empezar a aprender a leer las horas en un reloj.