El desarrollo de los aprendizajes básicos
Las posibilidades de que un niño adquiera conocimientos en el marco escolar varían según la experiencia que éste haya acumulado con anterioridad.
Entre los 2 y 3 años, el niño empieza a distinguir algunas formas y propiedades de los objetos, es capaz de realizar los primeros ideogramas (monigotes de la figura humana), distingue entre grande y pequeño, y entre uno o varios. Más adelante, adquiere algunas nociones espaciales y es capaz de observar la orientación y la posición de los objetos. Aunque ya a los 3 años suele saber repetir una secuencia numérica de memoria, la comprensión de la diferencia entre distintas cantidades no llega hasta más adelante. Entre los 4 y los 5 años, el niño aprende a reproducir letras. En esta etapa, el aprendizaje es lento, se va desarrollando el gusto por la copia y, poco a poco, se memorizan las formas de las letras. El desarrollo físico y psíquico del niño se produce a la par que la adquisición de nuevos conceptos y habilidades. Paulatinamente, el niño se ubica en el espacio, identifica su propio ser y su esquema corporal y adquiere las habilidades que le permitirán adquirir nuevos aprendizajes.
Formas, tamaños y colores
Los niños sienten atracción por el color desde muy pequeños. Antes de los 2 años, son capaces de distinguir colores y, cuando su lenguaje se lo permite, pueden expresar verbalmente esta diferenciación. En la etapa preescolar, consolidan el conocimiento de los colores básicos y más adelante pueden establecer matizaciones. Asimismo, la comprensión del tamaño relativo es esencial para el desarrollo del pensamiento matemático y lógico. Primero distinguen entre pequeño y grande y luego pueden atribuir cualidades como alto, bajo, delgado o gordo. Por último, reconocen las formas: aprenden primero las nociones de redondo, abierto y cerrado, y a continuación las de cuadrado, triángulo y línea.
Entre los 2 y 3 años, el niño puede clasificar objetos por colores o formas iguales, aunque verbalmente no sepa expresar las cualidades de los objetos qua clasifica.
La noción temporal y espacial
La adquisición de la noción temporal es tardía. El niño empieza a adquirir cierta noción del tiempo cuando sus vivencias le permiten ordenar las acciones en relación con los conceptos de ahora, antes y después.
La orientación temporal está estrechamente relacionada con la lectura, ya que ésta transcurre en un espacio de tiempo y a un determinado ritmo y velocidad. La noción de espacio la va adquiriendo el niño a medida que toma conciencia de su situación en el mismo, puede moverse y situar objetos a su derecha o izquierda, dentro o fuera; delante o detrás y encima o debajo. Asimismo, la orientación espacial está directamente relacionada con la escritura, ya que ésta se desarrolla en el espacio del plano gráfico.