viernes, 12 de noviembre de 2021

10 comportamientos que alimentan o destruyen una relación de pareja

La relación de pareja cambia, pero eso no es necesariamente negativo, sino inevitable y absolutamente salvable. Si sabes reconocer las actitudes que alimentan, y las que no, tu relación de pareja conseguirás que el amor dure durante años.

ser feliz en pareja

Cuando la pasión romántica se vive con toda su intensidad, tenemos la absoluta certeza de que este sentimiento amoroso durará para siempre y que nada cambiará. Pero debemos ser conscientes de que inevitablemente deberemos afrontar y superar una serie de retos a medida que la relación avanza, es lo sano, lo normal y saludable.

La psicóloga y coach Montserrat Ribot, autora de 'Amor de verdad' (Zenith), nos ayuda a diferenciar las actitudes que debemos promover para enriquecer la relación y, cuáles, deberemos evitar si no queremos terminar por destruirla.
Comportamientos que alimentan el sentimiento amoroso en pareja
Escuchar a nuestra pareja y mostrar interés por lo que dice.
Tratar con amabilidad.
Darle muestras de afecto y de cariño como besos, caricias y abrazos.
Expresarle gratitud.
Apoyarla y ayudarla cuando lo necesita.
Comportamientos que destruyen el sentimiento amoroso en pareja
Criticar, regañar, culpabilizar y sermonear a nuestra pareja.
Intentar cambiarla y controlarla.
Castigarla, despreciarla, insultarla, humillarla o ridiculizarla.
Estar a la defensiva y mostrarse ingrata.
Ser insensible a sus necesidades.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que la comunicación es clave en una pareja y que poner en común inquietudes y problemas ayudarán a solventarlas. Muchas veces tendemos a pensar que algo hacia lo que no miramos, algo a lo que no se le presta atención, acabará por desaparecer pero esa es una actitud infantil y de escasa madurez emocional. Tenemos probadas muestras en nuestra vida que nos han enseñado que los problemas no se solucionan solos, en el mejor de los casos no empeoran en el peor, se hacen cada vez más graves. Sin embargo, aceptar la situación, hablar de las posibles soluciones, barajar las opciones que tenemos y poner en marcha lo que en pareja hemos decidido, eso sí soluciona problemas y, sobre todo, tener una cosa clara: a veces cuando hablamos y ponemos las cosas en común, problemas que parecían enormes en nuestra cabeza resultan ser mucho menores cuando se exponen abiertamente, y cosas que nos agobiaban hasta el extremo, acaban pasando como nimiedades.

Por último, recuerda que el responsable último y primero de tu felicidad eres tú mismo. Ninguna pareja es capaz de sobrevivir a la responsabilidad de hacer feliz al otro, esa meta solo te corresponde a ti cumplirla. Aquellas relaciones en las que ambos miembros son felices por separado son las que mejor funcionan, ya que suelen aportarse mayor felicidad y en las épocas malas se mantienen optimistas. Animar a tu pareja, quererla, comprender sus necesidades y priorizar vuestra vida común frente a determinadas situaciones es común y normal pero intentar por todos los medios hacer feliz a la otra persona, asumiendo responsabilidades, pensamientos y vivencias que no nos corresponden solo ahogan a la otra persona. Así que antes de plantearte si tu relación está mal debemos pensar "¿Yo estoy bien? ¿Me siento feliz? ¿Estoy contenta?" de esta manera podremos identificar si es nuestra relación el foco principal de infelicidad o tristeza o si, por el contrario, lo que nos preocupa son problemas en el trabajo, inseguridades propias, falta de autoestima... y podremos ponernos a ello e igual que trabajamos para que nuestra relación funcione, hacerlo para que nosotras mismas (de manera individual y luego en pareja, familia, amigos, etc.) funcionemos.

jueves, 11 de noviembre de 2021

El Cura, perro de Salamina que luce camisetas


El Cura, con su camiseta de rayas negras, blancas y grises.

La administradora de un negocio ubicado en la calle 4 con carrera 5 de Salamina, en el sector El Alto, le puso el Cura a un perro con camiseta que merodea la zona. Esta semana tiene una de rayas con cuello negro, la semana pasada lució una negra, de allí el apodo.

Temprano en las mañanas, se sienta al frente de una carnicería del lugar. El canino observa y pasa tiempo allí. Fernando Monsalve, dueño de la rapitienda El Ahorro, menciona que en ocasiones el animal entra al negocio y se echa por horas.

“Tiene una herida grande y profunda en el costado, cerca de una pata trasera. Tuvo otra en una pata que ya le sanó. Sus dueños le están haciendo curaciones. Lo visten para que no se lastime”, mencionó Monsalve.

A El Cura no parece molestarle su indumentaria, y siempre posa muy serio cuando le toman fotos.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

El continente perdido que tardaron 375 años en encontrar


Los científicos tardaron casi 400 años años en descubrir el octavo continente del mundo.

El experimentado marinero holandés, que lucía un extravagante bigote, una tupida perilla y una inclinación por la justicia dura (trató de ahorcar a algunos de sus tripulantes por un arrebato ebrio) confiaba en la existencia de un vasto continente en el hemisferio sur... y estaba decidido a encontrarlo.En aquel momento, esa parte del mundo todavía era en gran medida misteriosa para los europeos, pero tenían la creencia inquebrantable de que debía haber una gran masa de tierra allí, denominada de forma preventiva Terra Australis, para equilibrar su propio continente en el norte.

La fijación se remonta a la época de la Antigua Roma, pero hasta el siglo XVII no iba a ponerse a prueba.Y así, el 14 de agosto de 1642, Tasman zarpó de la base de su compañía en Yakarta, Indonesia, con dos barcos pequeños y se dirigió al oeste, luego al sur, luego al este, y finalmente terminó en la Isla Sur de Nueva Zelanda.

Su primer encuentro con los maoríes locales no fue bien: el segundo día, varios remaron en una canoa y embistieron un pequeño bote que pasaba mensajes entre los barcos holandeses. Murieron cuatro europeos.

Más tarde, los europeos dispararon un cañón contra 11 canoas más; no se sabe qué pasó con sus objetivos.Y ese fue el final de su misión: Tasman nombró al fatídico lugar Moordenaers Baij (Bahía de los Asesinos), con poco sentido de la ironía, y navegó de vuelta a casa varias semanas después sin siquiera haber puesto un pie en esta nueva tierra.

Si bien creía haber descubierto el gran continente del sur, evidentemente, no era la utopía comercial que había imaginado. No regresó.(Para entonces, ya se conocía sobre Australia, pero los europeos pensaban que no era el continente legendario que estaban buscando. Más tarde, recibió el nombre de Terra Australis cuando cambiaron de opinión).Tasman no sabía que todo el tiempo había tenido razón. Faltaba un continente.

En 2017, un grupo de geólogos protagonizó titulares cuando anunciaron el descubrimiento de Zelandia (o Zealandia) —Te Riu-a-Māui en el idioma maorí—, vasto continente de 4,9 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente seis veces el tamaño de Madagascar.

Aunque las enciclopedias, los mapas y los motores de búsqueda del mundo habían insistido durante mucho tiempo en que solo hay siete continentes, el equipo informó con confianza al mundo de que eso estaba mal.

Al final resulta que hay ocho. Y la última incorporación rompe todos los récords, al ser el continente más pequeño, más fino y más joven del mundo.

El problema es que el 94% está bajo el agua, con solo un puñado de islas, como Nueva Zelanda, saliendo de sus profundidades oceánicas. Se había estado escondiendo todo este tiempo."Este es un ejemplo de cómo algo muy obvio puede tardar un tiempo en descubrirse", dice Andy Tulloch, geólogo del Instituto de Investigación Crown de Nueva Zelanda GNS Science, que formó parte del equipo que descubrió Zelandia.Pero esto es solo el principio.

Cuatro años después, el continente es tan enigmático como siempre, con secretos celosamente guardados bajo 2 km de agua. ¿Cómo se formó? ¿Qué vivía allí? ¿Y cuánto tiempo ha estado bajo el agua?Un descubrimiento laborioso

De hecho, Zelandia siempre fue difícil de estudiar.Más de un siglo después de que Tasman descubriera Nueva Zelanda en 1642, el cartógrafo británico James Cook fue enviado en un viaje científico al hemisferio sur.

Sus instrucciones oficiales eran observar el paso de Venus entre la Tierra y el Sol, con el fin de calcular qué tan lejos está el Sol.

Pero también llevaba consigo un sobre sellado, que se le indicó que abriera cuando hubiera completado la primera tarea. Este contenía una misión ultrasecreta para descubrir el continente sur, por donde posiblemente navegó directamente antes de llegar a Nueva Zelanda.Las primeras pistas reales de la existencia de Zelandia fueron recopiladas por el naturalista escocés Sir James Hector, quien asistió a un viaje para inspeccionar una serie de islas frente a la costa sur de Nueva Zelanda en 1895.

Después de estudiar su geología, concluyó que Nueva Zelanda es "el remanente de una cadena montañosa que formaba la cresta de una gran área continental que se extendía hacia el sur y el este, y que ahora está sumergida".A pesar de este avance inicial, el conocimiento de una posible Zelandia permaneció oculto, y sucedió muy poco hasta la década de 1960.

"Las cosas suceden bastante lentamente en este campo", explica a la BBC Nick Mortimer, geólogo de GNS Science que dirigió el estudio de 2017.En los años 60, los geólogos finalmente acordaron una definición de lo que es un continente: en términos generales, es un área geológica con una gran elevación, una amplia variedad de rocas y una corteza gruesa.

También tiene que ser grande. "No puede ser una pieza pequeña", dice Mortimer. Esto les dio a los geólogos algo con lo que trabajar: si podían recopilar la evidencia, podrían probar que el octavo continente era real.

Aún así, la misión se estancó: descubrir un continente es complicado y costoso, y Mortimer señala que no había urgencia.

Luego, en 1995, el geofísico estadounidense Bruce Luyendyk volvió a describir la región como un continente y sugirió llamarla Zelandia.

A partir de ahí, Tulloch describe su descubrimiento como una curva exponencial.

Casi al mismo tiempo, entró en vigor la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que finalmente proporcionó una motivación de peso.

Establece que los países pueden extender sus territorios legales más allá de su Zona Económica Exclusiva, que alcanza los 370 km desde sus costas, para reclamar su "plataforma continental extendida", con todas las riquezas minerales y petroleras que esto abarca.Si Nueva Zelanda pudiera demostrar que es parte de un continente más grande, podría aumentar su territorio seis veces.

De repente, hubo una gran cantidad de fondos para viajes para inspeccionar el área y la evidencia se acumuló gradualmente. Con cada muestra de roca que se recogió, el caso de Zelandia mejoró.El florecimiento final provino de datos satelitales, que se pueden usar para rastrear pequeñas variaciones en la gravedad de la Tierra en diferentes partes de la corteza para mapear el fondo marino.

Con esta tecnología, Zelandia es claramente visible como una masa deformada casi tan grande como Australia.

Cuando el continente finalmente se dio a conocer al mundo, abrió uno de los territorios marítimos más importantes del mundo.

"Es genial", dice Mortimer, "si lo piensas bien, cada continente del planeta tiene diferentes países, [pero] solo hay tres territorios en Zelandia".Además de Nueva Zelanda, el continente abarca la isla de Nueva Caledonia, una colonia francesa famosa por sus deslumbrantes lagunas, y los diminutos territorios australianos de la isla de Lord Howe y la pirámide de Ball.

Este último fue descrito por un explorador del siglo XVIII como "no más grande que un barco".

Un misterioZelandia fue originalmente parte del antiguo supercontinente de Gondwana, que se formó hace unos 550 millones de años y esencialmente agrupó toda la tierra en el hemisferio sur.

Ocupaba una esquina en el lado este, donde limitaba con otros, incluida la mitad de la Antártida occidental y todo el este de Australia.Luego, hace unos 105 millones de años, "debido a un proceso que aún no comprendemos completamente, Zelandia comenzó a alejarse", dice Tulloch.La corteza continental suele tener unos 40 km de profundidad, significativamente más gruesa que la corteza oceánica, que suele tener unos 10 km.

A medida que se tensó, Zealandia terminó estirándose tanto que su corteza ahora solo se extiende 20 km hacia abajo.

Con el tiempo, el continente, tan delgado como una ola, se hundió, aunque no al nivel de la corteza oceánica normal, y desapareció bajo el mar.A pesar de ser fine y estar sumergido, los geólogos saben que Zelandia es un continente debido al tipo de rocas que se encuentran allí.

La corteza continental tiende a estar formada por rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias, como el granito, el esquisto y la piedra caliza, mientras que el fondo del océano suele estar compuesto por rocas ígneas como el basalto.

Pero aún quedan muchas incógnitas.

Los orígenes inusuales del octavo continente lo hacen particularmente intrigante y bastante desconcertante para los geólogos .

Por ejemplo, todavía no está claro cómo se las arregló Zelandia para mantenerse unida cuando es tan delgada; cómo no se desintegra en pequeños microcontinentes.Otro misterio es exactamente cuándo terminó Zelandia bajo el agua, y si alguna vez, de hecho, consistió en tierra firme.

Las partes que se encuentran actualmente sobre el nivel del mar son crestas que se formaron cuando las placas tectónicas del Pacífico y Australia se arrugaron juntas.

Tulloch dice que la opinión está dividida en cuanto a si siempre estuvo sumergida aparte de unas pocas islas pequeñas, o si una vez fue tierra completamente seca.Esto también plantea la cuestión de quién o qué vivía allí.Con su clima templado y su rango de 101 millones de kilómetros cuadrados, Gondwana fue el hogar de una gran variedad de flora y fauna, incluidos los primeros animales terrestres de cuatro extremidades y, más tarde, una abundancia de los más grandes que jamás habitaron la Tierra: los titanosaurios.

Entonces, ¿podrían las rocas de Zelandia estar repletas de sus restos conservados?Un debate sobre los dinosaurios

Los animales terrestres fosilizados son raros en el hemisferio sur, pero los restos de varios se encontraron en Nueva Zelanda en la década de 1990, incluido el hueso de la costilla de un dinosaurio gigante de cola larga y cuello largo (un saurópodo), un dinosaurio herbívoro con pico ( un hipsilofodonte) y un dinosaurio blindado (un anquilosaurio).

Luego, en 2006, se descubrió el hueso del pie de un gran carnívoro, posiblemente una especie de alosaurio, en las islas Chatham, a unos 800 km al este de la Isla Sur.

Fundamentalmente, todos los fósiles datan de después de que el continente de Zelandia se separara de Gondwana.

Sin embargo, esto no significa necesariamente que hubiera dinosaurios deambulando por la mayor parte de Zelandia; estas islas pueden haber sido santuarios mientras que el resto se ahogó, como está ahora.

"Existe un largo debate sobre esto, sobre si es posible tener animales terrestres sin tierra continua, y si sin ella, se habrían extinguido", dice Sutherland.La trama se complica con uno de los habitantes más extraños y queridos de Nueva Zelanda, el kiwi, un ave regordeta y no voladora con bigotes y plumas que aprecen pelos.

Curiosamente, no se cree que su pariente más cercano sea el Moa —que es parte del mismo grupo, las ratites, y que vivió en la misma isla hasta su extinción hace 500 años— sino el ave elefante gigante, que acechaba los bosques de Madagascar hasta hace tan solo 800 años.El hallazgo ha llevado a los científicos a creer que ambas aves evolucionaron de un antepasado común que vivió en Gondwana.

Tardó 130 millones de años en romperse por completo, pero cuando lo hizo, dejó fragmentos que desde entonces se han esparcido por todo el mundo, formando América del Sur, África, Madagascar, Antártida, Australia, la Península Arábiga, el subcontinente indio y Zelandia.

Esto, a su vez, sugiere que al menos parte de Zelandia ahora sumergida permaneció todo el tiempo sobre el nivel del mar.

Hace unos 25 millones de años, se cree que todo el continente, incluso posiblemente la totalidad de Nueva Zelanda, se hundió bajo el agua.

"Se pensó que todas las plantas y animales debieron haber colonizado después", dice Sutherland. ¿Entonces qué pasó?

Aunque no es posible recolectar fósiles del fondo marino de Zelandia directamente, los científicos han estado sondeando sus profundidades mediante perforaciones.

"En realidad, los fósiles más útiles y distintivos son los que se forman en los mares muy poco profundos porque dejan un registro", dice Sutherland. "Hay trillones y trillones de fósiles diminutos que son muy distintivos".En 2017, un equipo llevó a cabo los estudios más extensos de la región hasta el momento y perforó más de 1.250 metros en el lecho marino en seis sitios diferentes.

Los núcleos que recolectaron contenían polen de plantas terrestres, así como esporas y caparazones de organismos que vivían en mares cálidos y poco profundos."Si tienes agua a10 metros de profundidad o algo así, entonces hay una buena probabilidad de que también haya tierra alrededor", dice Sutherland, quien explica que el polen y las esporas también apuntan a posibilidad de que Zelandia no estuviera tan sumergida como se pensaba.Un giro (literal)

Otro misterio persistente se puede encontrar en la forma de Zelandia."Si miras un mapa geológico de Nueva Zelanda, hay dos cosas que realmente destacan", dice Sutherland.

Una de ellos es Alpine Fault, un límite de placa que corre a lo largo de la Isla Sur y que se puede ver desde el espacio.

La segunda es que la geología de Nueva Zelanda, así como la del continente en general, está extrañamente torcida.

Ambos están divididos en dos por una línea horizontal, que es donde se encuentran las placas tectónicas del Pacífico y Australia.

En este punto exacto, parece que alguien hubiera tomado la mitad inferior y la hubiera torcido, de modo que no solo las cintas de roca previamente continuas ya no se alinean, sino que están casi en ángulos rectos.Una explicación fácil para esto es que las placas tectónicas se movieron y de alguna manera las deformaron. Pero exactamente cómo o cuándo sucedió aún está totalmente sin resolver."Hay varias interpretaciones, pero esto es algo bastante desconocido", dice Tulloch.Sutherland explica que es poco probable que el continente revele todos sus secretos en el corto plazo.

"Es bastante difícil hacer descubrimientos, cuando todo está a 2 km bajo el agua y las capas que necesita muestrear están a 500 metros debajo del lecho marino", dice.

"Es realmente un desafío salir y explorar un continente como ese. Por lo tanto, se necesita mucho tiempo, dinero y esfuerzo para ir y estudiar las regiones".Cuando menos, el octavo continente del mundo seguramente muestra que, casi 400 años después de la búsqueda de Tasman, todavía hay mucho por descubrir.

martes, 9 de noviembre de 2021

El mundo debe triplicar las inversiones en naturaleza para 2030


Es necesario invertir en la naturaleza 8,1 billones de dólares desde la actualidad y hasta 2050.

Las inversiones financieras anuales en "soluciones basadas en la naturaleza", como la reforestación o un uso diferente de los subsidios del sector de los combustibles fósiles, deben triplicarse para 2030 y cuadruplicarse para 2050 a fin de poder hacer frente a la crisis climática, afirmó hoy la ONU.

Es necesario invertir en la naturaleza 8,1 billones de dólares desde la actualidad y hasta 2050, según el informe 'Estado de las finanzas para la naturaleza', publicado hoy por el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA), el Foro Económico Mundial y la Iniciativa de la Economía de la Degradación de la Tierra.

“La pérdida de biodiversidad ya le está costando a la economía global el 10 % de su producción cada año. Si no financiamos suficientemente las soluciones basadas en la naturaleza, limitaremos la capacidad de los países de progresar en otra áreas vitales, como la educación, la salud y el empleo", subrayó hoy en un comunicado Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, con sede en Nairobi.

El informe pide poner la naturaleza en el centro de las decisiones financieras -tanto en el sector público como en el sector privado- para abordar de manera efectiva la triple crisis del clima, la biodiversidad y la degradación de la tierra.

Según el PNUMA, hay que redirigir los subsidios económicos agrícolas y para combustibles fósiles que resultan "dañinos" para el medioambiente y crear nuevos incentivos económicos para soluciones basadas en la naturaleza, es decir, medidas que aprovechen el potencial de esta para abordar desafíos urgentes como el riesgo de desastres naturales o el cambio climático.

Por ejemplo, las medidas relacionadas con la gestión, conservación y restauración de los bosques por sí solas requerirían ya unos 203.000 millones de dólares de gasto anual a nivel global, una suma que equivale a poco más de 25 dólares al año por habitante en 2021.

El documento propone combinar medidas de restauración y conservación, como aumentar en unos 300 millones de hectáreas para 2050 -respecto a 2020- las áreas donde comparten un mismo espacio la plantación de árboles y el cultivo de alimentos. Ahora, sin embargo, la naturaleza solo representa el 2,5 % del conjunto de estímulos económicos proyectados frente a la crisis sanitaria y económica provocada por la covid-19 y la inversión financiera de 2018 en este tipo de medidas representó solo 133.000 millones de dólares.

“La pérdida de biodiversidad ya le está costando a la economía global el 10 % de su producción cada año.


El PNUMA admite, sin embargo, que "las estimaciones son inciertas porque el flujo de capital hacia soluciones basadas en la naturaleza no se registra o documenta de manera consistente" y ninguna de las bases de datos usadas en el informe etiqueta este tipo de inversiones de manera explícita.

El sector privado es fundamental para lograr los objetivos que plantea el PNUMA, pero en 2018 la financiación privada sólo representó un 14 % de las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza, incluyendo diferentes sectores, como las cadenas sostenibles de suministro agrícola y forestal o el capital filantrópico.

Uno de los principales desafíos para los próximos años será aumentar el capital privado para soluciones basadas en la naturaleza, subraya el PNUMA, y así asegurar un crecimiento económico sostenible para este siglo.

"El informe es una llamada de atención para que los gobiernos, las instituciones financieras y los negocios inviertan en la naturaleza, incluyendo la reforestación, la agricultura regenerativa y la restauración de nuestro océano", concluyó Andersen.

lunes, 8 de noviembre de 2021

Hallan tortuga en Galápagos que se creía extinta hace más de cien años


Se cree que este hallazgo abre la posibilidad de restaurar la colonia de estos animales en la zona.

La Dirección del Parque Nacional Galápagos (PNG) anunció este martes el hallazgo de una tortuga que se creía extinta hace más de cien años y que podría tener parientes en la Isla Fernandina, la más occidental del archipiélago ecuatoriano.

El director del PNG, Danny Rueda, declaró que el hallazgo ofrece a la comunidad científica internacional la gran posibilidad de restaurar la colonia de tortugas de Galápagos, solo existentes en este archipiélago, también conocido como "Las islas encantadas".

"Estamos planificando una gran expedición en el segundo semestre de este año" a la Isla Fernandina, donde se han encontrado muestras de excrementos de tortugas, lo que abriga la esperanza de la existencia de otros individuos de la especie hallada, explicó.

El objetivo, en caso de encontrar otros individuos, sería someter a estudios para confirmar la especie, y en caso de ser compatible pensar en un programa para repoblar Fernandina con su variedad de tortugas.


Fotografía de la tortuga Chelonisis phantasticus, hallada en Galápagos.

De otro lado, el Ministerio de Ambiente de Ecuador indicó en un comunicado que hace dos años, investigadores del PNG, entidad adscrita a esa cartera de Estado, y Galapagos Conservancy encontraron una tortuga gigante hembra adulta en la isla Fernandina.

La Universidad estadounidense de Yale realizó hizo estudios genéticos y la respectiva comparación del ADN con otro espécimen extraído de esa misma isla en 1906, por lo que se determinó que pertenecía a la especie Chelonoidis phantasticus, considerada extinta hace más de un siglo.

Washington Tapia, director de Galapagos Conservancy, explicó a Efe que la tortuga fue hallada en el 2019 y trasladada al Centro de Crianza de Tortugas Gigantes, que el PNG tiene en la Isla Santa Cruz, en el centro del archipiélago.

Tapia contó que "Fernanda", como le dicen a la tortuga hallada en Fernandina, tenía poco peso cuando fue encontrada en su hábitat, pero que ya en el proceso de cautiverio ha ganado volumen y se encuentra bien de salud.

Además, dijo que hay mucha esperanza de encontrar otro individuo de la especie phantasticus, porque ello supondrá que se pueda iniciar un programa de crianza en cautiverio para repoblar la isla de origen.

Uno de los mayores misterios de Galápagos ha sido la tortuga gigante de la isla Fernandina. El redescubrimiento de esta especie perdida puede haber ocurrido justo a tiempo para salvarla.

"Fernanda" es una tortuga vieja, de entre sesenta, ochenta o "cien años, quizá", ya que es muy difícil calcular la edad de un quelonio, explicó Tapia y precisó que no es tan grande como otras que habitan en el archipiélago.

Según el experto, la tortuga hallada "mide apenas 54 centímetros el carapacho, lo cual es un tamaño pequeño, en comparación a las más grandes que pueden llegar a medir más de 1,5 metros de longitud".

James Gibbs, vicepresidente de Ciencia y Conservación de la misma ONG, aseguró que "uno de los mayores misterios de Galápagos ha sido la tortuga gigante de la isla Fernandina. El redescubrimiento de esta especie perdida puede haber ocurrido justo a tiempo para salvarla".

"Ahora necesitamos con urgencia completar la búsqueda para encontrar otras tortugas", añadió Gibbs.

Según un comunicado del Ministerio de Ambiente, en 1906 una expedición de la Academia de Ciencias de California había encontrado una tortuga macho de la misma especie.

Las poblaciones de tortugas gigantes de Galápagos fueron devastadas en el siglo XIX debido a la explotación por balleneros y bucaneros, aunque también pudieron ser afectadas por erupciones volcánicas.

Las islas Galápagos, situadas en el océano Pacífico a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador, fueron declaradas en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco, gracias a su rica biodiversidad terrestre y marina, donde habitan muchas especies únicas en el mundo.

Este archipiélago, cuyo nombre se debe a las tortugas gigantes que la habitan, está formado por 13 islas grandes, 6 menores y 42 islotes, y es considerado un laboratorio natural que permitió al científico inglés Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.

domingo, 7 de noviembre de 2021

El compromiso social a través de la tecnología


Para fortalecer la educación en Colombia, la plataforma PruébaT ofrece un entorno de aprendizaje para estudiantes

Para hablar de una empresa socialmente responsable, es necesario reconocer de manera integrada el impacto que sus acciones puedan generar en temas ambientales, sociales y económicos, y no como acciones separadas o desconectadas al que hacer propio de la compañía.

Una forma de integrarlas es a través de la tecnología, una herramienta para enfrentar los grandes desafíos que hoy se presentan en Colombia como la falta de acceso y la desigualdad social, y así contribuir a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Esto es posible, si la tecnología contribuye al cierre de la brecha digital, con un compromiso social y ambiental.

Es por esta razón que desde Claro por Colombia, programa de responsabilidad social de Claro, trabajamos por construir un mejor país desde cada una de las actividades que realizamos, buscando un equilibrio entre nuestro desempeño económico, social y ambiental y aportando a la transformación de Colombia hacia lo digital.

La plataforma digital Capacítate para el Empleo, desarrollada por la Fundación Carlos Slim, alberga más de 260 cursos gratuitos y virtuales de formación complementaria diseñados para el desarrollo y fortalecimiento de capacidades profesionales. Hoy cuenta con más de 260.000 usuarios registrados, de quienes el 56,78% son hombres y 43,22% mujeres.

Los sectores en los que más se forman los usuarios colombianos en Capacítate para el Empleo, son: 28,3% cursos del área de tecnología, 17,6% cursos del área de servicio al cliente y 12,1% cursos del área de comercio; y los cursos con mayor número de personas formadas, son: representante telefónico, técnico en informática, reparador de celulares y tabletas, administrador de base de datos, técnico en redes de datos, agente de ventas digital y auxiliar contable.

Para fortalecer la educación en Colombia, la plataforma PruébaT con más de 643.000 usuarios registrados en Colombia, brinda un entorno de aprendizaje para estudiantes, docentes y padres de familia con el fin de fortalecer sus conocimientos y habilidades en matemáticas, ciencias y lenguaje. Además, Claro por Colombia en alianza con el Ministerio de Educación Nacional lideraron la estrategia “La Selección Colombia PISA Fuerte 2018”, en la que participaron 251.870 usuarios quienes se prepararon virtualmente para la presentación de las pruebas de Estado.

En términos de medio ambiente impulsamos diferentes acciones encaminadas a gestionar nuestros posibles impactos, entre ellas está el aseguramiento de una adecuada disposición de los equipos e infraestructura y el ahorro en consumo de energía y agua. Por ejemplo, durante 2018 garantizamos desde Claro un ahorro de 21.171.658 kwh, equivalente al consumo de energía de alrededor de 45.000 personas, y un ahorro de 453.000 metros cúbicos de agua que serían empleados en procesos de obtención de materias primas y fabricación de plásticos para la elaboración de equipos nuevos.

Impactar positivamente en comunidades vulnerables y promover un acceso equitativo a mejores oportunidades de educación y formación para el empleo, son posibles cuando una compañía está comprometida a mejorar la calidad de vida de los colombianos por medio de tecnología, conectividad, cobertura e inversiones. 

sábado, 6 de noviembre de 2021

Joven es alérgica al agua, incluso sus lágrimas la irritan


Tessa Hansen Smith sufre de una extraña condición llamada urticaria acuagénica.

Tessa Hansen Smith es una joven, de 22 años, residente de California (Estados Unidos), que desde pequeña sufre de urticaria acuagénica, una extraña condición que la vuelve alérgica al agua.

Tessa tuvo los primeros síntomas de la enfermedad cuando tenía ocho años. En esa época tomar largas duchas o meterse a la piscina le causaba un intenso sarpullido.

En sus historias de Instagram contó que los doctores le aconsejaban dejar de usar ciertos jabones o shampos, sin embargo, el problema persistía. A los expertos les tomó dos años de investigación descubrir que padecía urticaria acuagénica.

“Es una condición realmente difícil de tener, ya que incluso soy alérgica a mis propias lágrimas, saliva y sudor. Soy muy propensa al agotamiento por calor y tengo que evitar la actividad física”, aseguró Tessa para el medio inglés ‘Mirror’.

"Incluso tengo que ser transportada por mi campus en la universidad porque, de lo contrario, llego a mi clase con fiebre, migraña y erupciones, lo que hace que sea muy difícil concentrarme”, agregó.

Tessa comentó que solo puede ducharse dos veces al mes. Tomar agua le causa cortes en la lengua y, regularmente, sufre de mucha fatiga muscular y náuseas.

Suele tomar varias pastillas para aliviar las erupciones ocasionadas por la alergia, pero contó que la urticaria acuagénica empeora con la edad, por lo tanto, las medicinas ya no le funcionan como antes.

“Tener urticaria acuagénica puede ser un juego mental a veces. Es difícil tomar tantas tabletas todos los días sabiendo que en realidad nunca se detendrá”, dijo.

En su cuenta de Instagram, con más de 83 mil seguidores, comparte varios aspectos acerca de cómo es su vida con su condición. Algunos de los títulos de sus videos son ‘cómo vivo mi período siendo alérgica a él’ o ‘edición de alergia al agua de ducha’.

En una publicación respondió una de las preguntas que más le hacen: “¿Cómo puedo ser alérgica al agua cuando el cuerpo humano está compuesto en un 70 % por agua?”. Ella explicó que todo radica en la diferencia entre una alergia y un trastorno autoinmune.

Si padeciera un trastorno autoinmune, “mi cuerpo atacaría el agua en mis propias células y probablemente yo no estaría aquí”. En cambio, su alergia “solo ve el agua extraña que ingresa a mi cuerpo como una amenaza para mi sistema inmunológico”.

Aunque sabe que su condición, por ahora, no tiene cura, suele mostrar una actitud positiva, poniendo todos sus esfuerzos para que la alergia no controle su vida.

“Hago todo lo posible para tomar las cosas un día a la vez porque algunos días son mejores que otros. Si puedo ver a mis amigos y seres queridos sin tener que irme temprano debido a que me siento mal (...) lo veo como una victoria en mi libro", dijo.