jueves, 21 de abril de 2016

El secreto de uno de los mejores sistemas educativos del mundo

Niños en una escuela de Finlandia
Image caption Los niños en Finlandia empiezan la escuela a los 7 años, mucho más tarde que en la mayoría de los países del mundo.
No son los que más invierten en educación (menos del 7% del PIB), ni los que imponen la mayor carga horaria a los niños en las escuelas (608 horas lectivas en primaria en comparación con 875 de España, por ejemplo).
Tampoco se inclinan por dar cantidades excesivas de tarea para la casa; y, a la hora de evaluar formalmente el éxito del proceso de aprendizaje, un par de exámenes nacionales cuando los jóvenes dejan la escuela, a los 18 años, les basta.
Entonces, ¿cómo es posible que los alumnos finlandeses siempre ocupen los primeros puestos en las listas internacionales que evalúan los niveles educativos?
En el informe más reciente de PISA -siglas en inglés del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)- de 2009, Finlandia ocupa el puesto número dos en ciencia, el número tres en lectura y el número seis en matemáticas.
Esta evaluación se realiza cada tres años (los resultados de los exámenes de 2012 se publicarán en diciembre de 2013). En 2006, por ejemplo, Finlandia se estableció en los primeros dos puestos en las tres áreas.
Mientras en América Latina las protestas estudiantiles -más recientemente las de Chile y Colombia- ocurren con frecuencia, Finlandia parece haber encontrado un modelo -de educación gratuita de principio a fin y donde las escuelas privadas casi no existen- que tiene a los maestros y a los estudiantes contentos por igual.

El orgullo de ser maestro
Son muchos los factores que hacen que la educación en Finlandia sea una de las mejores del mundo, pero uno de los temas clave, según varios expertos consultados por BBC Mundo, es la calidad de los profesores.
"El profesorado tiene un nivel de formación extraordinaria, con una selección previa tan exigente que no se compara con ninguna otra en el mundo", le explica a BBC Mundo Xavier Melgarejo, un psicólogo y psicopedagogo español que empezó a estudiar el sistema educativo en Finlandia hace más de una década.
"Sólo entra en las facultades de educación gente con notas por encima de nueve, nueve y medio sobre diez. Son muy exigentes. Se les hacen pruebas de lectura, sensibilidad artística, de dominio de algún instrumento, de comunicación... Como resultado, las universidades sólo reclutan a un 10% de los estudiantes que se presentan.
Y para ejercer la docencia todos los maestros necesitan hacer una maestría.
La contraparte de esta exigencia es el reconocimiento. No necesariamente en términos económicos, ya que los sueldos de los educadores no presentan grandes diferencias con el resto de Europa (según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, el salario básico de una maestro de primaria es de entre US$29.000 y US$39.000 anuales), sino sociales.
"Los maestros son considerados profesionales académicos y tienen la responsabilidad de desarrollar su trabajo, por eso no se ejerce sobre ellos un control excesivo", le explica a BBC Mundo Anita Lehikoinen, Secretaria Permanente del Ministerio de Educación y Cultura de Finlandia.
Nurmi
Image caption "Aquí no es como en otros sitios, no tenemos tantas normas", dice Hilkka-Roosa Nurmi, profesora de idiomas.
"Esta profesión atrae a tanta gente porque ser maestro es un honor en Finlandia. Probablemente sea la profesión más valorada", acota Melgarejo.
"Yo no soñaba con ser profesora, pero ahora me dedico a esta profesión y me gusta mucho", explica Hilkka-Roosa Nurmi, una profesora de español e inglés que tiene experiencia como docente de estas lenguas en su país y en España.
"Aquí no es como en otros sitios, no tenemos tantas normas. Podemos elegir cómo enseñamos. Tenemos más libertad. Pero esto significa también más responsabilidad", dice.

Tú vales lo que sabes

Otra de las razones por las que el sistema finlandés funciona es, en gran medida, porque la escuela es sólo uno de los engranajes del proceso educativo. Las otras variables de peso son la familia y la sociedad -de tradición luterana- donde hay un elevado sentido de la responsabilidad y donde se valora a las personas "por su formación y no por su situación socioeconómica", dice Melgarejo.
Para darnos una idea, "en la cultura luterana uno se salva cuando lee la Biblia, se llega a Dios a través de la palabra escrita". Y aunque hoy día las iglesias no estén muy llenas, el valor de aprender a leer y escribir ha quedado profundamente arraigado en la cultura finlandesa, agrega Melgarejo.
En esto coincide Lehikoinen: "la mayoría de los hogares están suscritos a uno o varios periódicos y ésta es una tradición que luego se pasa a los niños", señala.
Niños en una escuela de Finlandia
Image caption El sentido de la responsabilidad está arraigado en la cultura finlandesa.
Los medios indirectamente también ayudan al aprendizaje de la lectura. "Todos los programas de televisión en lengua original, la mayoría en inglés, están subtitulados y eso impulsa a los niños a aprender a leer y a aumentar la velocidad lectora", señala Melgarejo.
Pero también los finlandeses apuestan por la educación porque saben que como país pequeño, rodeado de vecinos poderosos como Rusia o Suecia y sin un arsenal de recursos naturales a su disposición, la cultura -su dominio en el ámbito del conocimiento- es lo que les da la posibilidad de competir en una economía global.
Y puertas adentro, la excelencia en el nivel educativo se traduce "en un grado importante de cohesión social, que les permite a los finlandeses sentir que son parte de la sociedad, incluso en tiempos de crisis", explica Lehikoinen.

Lecciones para América Latina

Cuando se dieron a conocer los resultados de la primera evaluación PISA en el año 2000, el gobierno se vio inundado de visitas de delegaciones extranjeras que acudían a Finlandia para descubrir los secretos de la maravilla nórdica e implementarlos en sus propios países.
Alemania por ejemplo, azorada por sus resultados mediocres en la prueba, tomó nota del programa finlandés e introdujo reformas en su sistema.
¿Pero qué posibilidad tienen los países de América Latina, donde la educación pública está lejos de ser un orgullo, donde el sueldo de los maestros no está a la altura de sus responsabilidades y donde no existe un estado de bienestar como en algunos países europeos, de implementar un sistema educativo como el de Finlandia?
"No puedes copiar y pegar el sistema entero", le dice a BBC Mundo Andreas Schleicher, responsable de las evaluaciones PISA, "pero puedes ver cómo los finlandeses saben quién es un buen maestro, cómo los reclutan, cómo les asignan las clases o cómo se aseguran de que cada niño se beneficie de lo que le enseñan".
Clase en Finlandia
Image caption A los niños no se les da mucha tarea escolar para la casa.
Melgarejo también cree que se pueden importar ciertos elementos, como mejorar la selección de buenos maestros, fomentar las bibliotecas públicas -ampliamente concurridas en Finlandia- y hacer que las familias contribuyan al proceso de escolarización.
Y quizá una lección útil para América Latina sea aprender cómo Finlandia afronta los cambios en el ámbito de la educación.
"Todo se basa en la confianza mutua y en la construcción de un consenso. Cuando planteamos grandes reformas educativas, por ejemplo, siempre involucramos a los maestros y a los alumnos, no se trata de órdenes del gobierno que los educadores tienen que acatar, son reformas que hemos preparado juntos", afirma Lehikoinen.
Después esta descripción de Lehikoinen, Melgarejo y Schleicher, uno podría tender a imaginarse una clase en Finlandia como una situación idílica: un grupo de niños obedientes escuchando embelesados una clase magistral que interrumpen de tanto en tanto con una pregunta inteligente.
Nada más lejos de la realidad. Los niños hacen las mismas travesuras que en cualquier parte del mundo. Incluso, a veces, "cuando hacen las mediciones de educación es una paradoja porque aunque les va muy bien, cuando les preguntan si les gusta la escuela, siempre dicen que no. Quizá eso se deba al espíritu independiente de nuestros niños", concluye Lehikoinen.

miércoles, 20 de abril de 2016

El profesor Swartz dice que los exámenes prueban la memoria y no la inteligencia

El profesor Swartz dice que los exámenes prueban la memoria y no la inteligencia

El profesor emérito de la Universidad de Massachusetts (EEUU) Robert Swartz considera en una entrevista con Efe que el sistema de evaluaciones escolares puede probar puntualmente la memoria del alumnado, pero no muestra su inteligencia y creatividad y tampoco contribuye a su desarrollo.

Swartz, que participa en un seminario en el colegio Peleteiro de Santiago de Compostela sobre "Creatividad, pensamiento crítico e innovación en el currículum", opina que ese tipo de pruebas "suelen poner a prueba la memoria" de los alumnos, pero no sus capacidades, habilidades y conocimientos.

Advierte además de que a menudo se da la circunstancia de que el profesorado llega, incluso, a "preparar a los alumnos para las pruebas", mediante un método que consiste en repetir una serie de conocimientos aprendidos, para lo que es necesario que tengan que "repasar", y eso puede conllevar que olviden luego lo interiorizado para ese fin examinador y que, por ende, "el aprendizaje se vuelva un aburrimiento".

Filósofo y director del Centro Nacional para la Enseñanza del Pensamiento (NCTT, siglas en inglés), una especie de 'think-tank' o laboratorio de ideas para fomentar un aprendizaje más participativo y creativo de los alumnos, Swartz apunta que en Estados Unidos "los exámenes se han convertido en un negocio" para algunas empresas que son vendedoras de ese tipo de productos.

Indica así, con añoranza, que la iniciativa primigenia del programa internacional de evaluación de estudiantes, conocido como "PISA", estaba inicialmente diseñada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para contrastar los resultados en unos y otros países, y para mostrar "algo más que memoria".

Confiesa ser consciente de que eso ha suscitado muchas críticas en diversos países de los que ven que esos exámenes obvian, precisamente, muchas de las potencialidades de los alumnos. Sin embargo, estima que PISA es una herramienta indicativa para ver la evolución y los progresos, aunque considera conveniente un debate profundo sobre ese tipo de pruebas para "poder mejorarlas".

En cuanto al hecho de que los resultados en España figuren en algunos indicadores por debajo de la media de países de la OCDE, que incluye a los estados más desarrollados del planeta, señala que "hay que tomarse seriamente la manera en que se educa" a las generaciones futuras.

Swartz explica que hace medio siglo que visitó España como estudiante y tuvo la oportunidad de viajar a diversos puntos de la Península Ibérica, aunque nunca a Galicia, pero observa que en los últimos años, en los que ha regresado para impartir programas de formación dirigidos a profesores a cargo del NCTT, ha constatado que los educadores aseguran que el modelo actual "no está funcionando".

"Algunos me dicen incluso que es un fracaso completo", comenta el profesor estadounidense, que trata de persuadir de que el papel del docente sea más de "guía de aprendizaje" para "abrir la mente" a los alumnos e invitarlos a tener "capacidad crítica" y a descubrir por sí mismos.

Afirma este especialista que las tecnologías han permitido abrir nuevas ventanas al conocimiento y constituyen una "verdadera revolución", por lo que el papel del profesorado está cambiando y debe adecuarse también a proporcionar "referencias" para que los alumnos puedan distinguir por sí mismos, porque "deben ser conscientes de que en internet cualquiera puede poner lo que quiera".

"No se trata de censurar" sino de facilitar que esas nuevas tecnologías, que entrañan también "riesgos", puedan ser "herramientas útiles" que susciten el interés por el conocimiento, enfatiza. Swartz asegura que sus propuestas de aprendizaje, que impartirá en un taller junto a la profesora Carol McGuinness de la norirlandesa Queen's University, llevan a los alumnos a estar "más felices, más comprometidos y más interesados en sus tareas" y, asimismo, a tener "mejores resultados en los exámenes".

martes, 19 de abril de 2016

El 81% de casos de violencia sexual contra menores es archivado

Así lo demuestra un estudio de la Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico de la Rama Judicial, que examina el comportamiento de la justicia en el 2013.

El ochenta por ciento de los casos de violencia contra menores de esdad es archivado

Alarmantes y crecientes siguen siendo los casos de violencia sexual contra niños y adolescentes. Es el diagnóstico de una sociedad que va perdiendo el respeto por algunos de sus valores más preciados, entre ellos los menores. Más preocupante aún es que la justicia enfrente tantos obstáculos para castigar a los responsables, como lo demuestra un estudio de la Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico de la Rama Judicial revelado hace poco. El 38 % de los casos la Fiscalía se ve impedida para avanzar en las investigaciones por no ser capaz de identificar a la víctima o al victimario, dice la investigación.
 
El informe analiza el funcionamiento del poder jurisdiccional en el 2013, especialmente, en materia de violencia sexual contra niños y adolescentes. Allí se indica que 7.780 procesos fueron archivados en la fase de indagación, lo que equivale al 81 % de las causas penales relacionadas con delitos de esa naturaleza que se iniciaron por esa época.
 
Si bien hay casos en los que la Fiscalía decide no continuar con el curso de los procesos por falsas denuncias o por encontrar que los hechos denunciados no se acogen al concepto de violencia sexual, también hay algo de incapacidad en los funcionarios a cargo. Según el estudio, el 15 % de los archivos obedece a la imposibilidad de establecer quién es el agresor y el 23 % por no lograr encontrar a la víctima.
 
Son demasiados retos y, al parecer, no tan notables los avances de la justicia en este campo. En el período analizado el organismo investigador recibió 17.484 noticias criminales de probables abusos y otras agresiones sexuales contra menores, de las cuales solo 9.611 fueron evacuadas.  
 
Además, en el 2013 solo se produjeron 1.009 condenas por hechos como este, es decir, apenas el 11 % del total reportado ante las autoridades judiciales. En el mismo período se produjeron 398 absoluciones, 296 actos de preclusión y se le imputaron cargos a 1.196 personas sospechosas de haber agredido la honra y la identidad sexuales de niños y adolescentes.
 
En aras de establecer un diagnóstico sobre la capacidad de la justicia para combatir la violencia sexual, la Unidad tomó una muestra representativa, en la que identificó las características de las víctimas y de sus victimarios. De los 325 casos de observación que tuvo a su haber inicialmente, sorprende que 97 de ellos se adelantaban ante el sistema de responsabilidad penal para adolescentes, lo que demuestra la alta participación de los propios menores de edad en la comisión de delitos contra la integridad sexual.
 
Sin embargo, cabe precisar que el organismo excluyó de su informe varios de estos procesos. Al final, tuvo en cuenta una muestra de solo 179 casos, en los cuales el acto sexual abusivo con menor de 14 años tuvo una incidencia del 57 %. En todos ellos el presunto responsable fue un hombre; en el 79 % las víctimas fueron del sexo femenino, en el 80 % del masculino y en el 1 % no fue posible identificar el género de los afectados.
 
Otro de los resultados que impacta es que el 74 % de los victimarios se ubican entre los 14 y los 18 años de edad, lo que refuerza la preocupación en torno a la partición de los adolescentes en episodios tan dolorosos como estos. Los niños de entre 2 y 17 años fueron los principales blancos de las agresiones, un 22 % de la muestra.
 
El informe indica además que en varias de las violaciones y abusos examinados se ejecutaron otras conductas contra los menores. La más común fue el incesto, pero también tuvieron lugar otras no menos reprochables como el hurto, las lesiones personales y la violencia intrafamiliar.
 
El análisis de casos puso en evidencia que los vecinos, padrastros y familiares son algunos de los más frecuentes victimarios de los niños. En estos expedientes, los menores fueron agredidos sexualmente por sus vecinos en el 21 % de los casos. por sus padrastros en el 13 %, por alguno de sus tíos en el 9 %, por uno de sus primos en el 8 %, por sus hermanos en el 7 % y por su padre o madre en el 4 %.
 
Al final, quedan varias preocupaciones. La primera es la altísima frecuencia con la que se producen estas conductas y las dificultades que la Fiscalía y los jueces han encontrado para impartir justicia. Tampoco hay que obviar la participación de los propios menores de edad en las agresiones ni los motivos que llevan a que sea precisamente el entorno familiar el escenario donde niños y adolescentes están más expuestos. 

lunes, 18 de abril de 2016

El juego en familia: motor del aprendizaje

El que los padres se diviertan con sus hijos ayuda a los niños en los procesos de socialización.

Las relaciones de padres e hijos se verán fortalecidas si los progenitores se integran con sus niños a través de los juegos de roles.
Las relaciones de padres e hijos se verán fortalecidas si los progenitores se integran con sus niños a través de los juegos de roles.
Por esta época de vacaciones, es posible que muchos padres compartan más tiempo en casa con sus niños, y qué mejor que hacerlo jugando en familia y compartiendo tiempo de calidad con ellos, en medio de la diversión.
Sin lugar a dudas, el juego es una forma natural de aprendizaje. Por medio de él, los niños exploran el mundo que los rodea y viven cada etapa de su infancia con un toque lúdico y creativo, que les permite aprender con la experiencia. Además, las actividades que divierten, como lo hace el juego, enseñan también las primeras formas de relación con los demás y con los pares, es decir, establecen las primeras relaciones de socialización.

Un binomio creativo
La familia es el elemento que acompaña al niño durante toda la vida. Los padres facilitan a sus hijos la educación, la crianza y el aprendizaje desde que están muy pequeños; son los mediadores y el ejemplo para seguir. Y en el juego pasa igual. Son los adultos quienes deben proveer los elementos necesarios para que el niño explore, se divierta y se relacione.
En conclusión, no existe nada mejor que jugar en familia; además, no existen límites. Desde que los niños nacen, los padres pueden hablarles, acariciarlos, contarles un cuento y llevarlos a establecer contacto con el mundo que los rodea.
Más grandes, padres e hijos pueden lanzar un balón, ir al parque, cantar o bailar. Luego, montar en patines, bicicleta, y tantas ideas como lo permita la imaginación, sin indicaciones ni reglamento establecido, lo importante es que se compenetren, compartan tiempo juntos y se diviertan. Pero el principal beneficio del juego en familia es que se fortalece el vínculo existente y que a través de él se posibilita un aprendizaje sano, dinámico y enriquecedor.

Ahora, lo importante es que ese tiempo compartido sea de calidad, pues los padres no solo brindan a sus niños momentos de placer, sino que les transmiten conocimientos como los relacionados con las formas, los colores, el tamaño, la posición, el tiempo, la cantidad, el lenguaje y el esquema corporal, entre otros valiosos aprendizajes.
Los padres, entonces, son los que proveen las situaciones y los elementos que van a estimular y a afianzar todos los conocimientos básicos del niño sobre la percepción y los conceptos.

Al respecto, la psicóloga clínica Cecilia Zuleta, especialista en desarrollo y crianza, señala que detrás del juego hay una intención de comunicación y de vínculo con mamá y papá, quienes les dan significado a las sensaciones del pequeño. Según ella, a la hora de escoger los juegos hay que tener en cuenta los gustos, necesidades y habilidades del niño en cada etapa de su evolución.
Se encaminan las emociones
Los padres también son los encargados de fomentar la madurez emocional, puesto que orientan a sus hijos y los ayudan a sobrellevar las emociones de la frustración, la competencia, las derrotas y las victorias. El juego en familia también estimula la creatividad, el pensamiento y la capacidad de espera.
En este sentido, es fundamental promover el esfuerzo de los niños por ganar las cosas, así como el hecho de conocer sus fortalezas y debilidades, pues de esta manera aprenden a reconocer para qué son buenos y en qué casos deben luchar más por alcanzar una meta y lograr los objetivos.
Con el juego familiar también se refuerzan y asimilan mejor conceptos como la noción de cantidad, espacialidad y temporalidad. Así mismo, los colores, los tamaños y las formas.
Por edades y a la medida
La idea no es imponer, sino respetar el proceso de desarrollo del niño. Por ejemplo, en los primeros meses no se debe jugar bruscamente, sino hacerle masajes, cantarle, hablarle. El juego se inicia, incluso, desde que los niños nacen, y se involucran gestos, caricias, palabras y movimientos.
Después, al crecer, aparece otro tipo de habilidades físicas y cognitivas en el infante que dan la pauta para la puesta en marcha de diferentes actividades lúdicas.
En los primeros años, es posible distinguir los gustos. Por ejemplo, hay unos pequeños a los que les gusta más leer, otros se enfocan en el arte y hay algunos que prefieren los juegos de mesa.
Cuando ya pueden moverse solos, no hay que pensar mucho. Los juegos pueden ser muy sencillos, los cotidianos. Cocinar, saltar, correr, jugar a las escondidas, tirarse al piso y salir al parque del barrio. Además están las adivinanzas, los túneles caseros, los títeres, los trabalenguas, etc.
Ahora, en el día a día también se presentan espacios que permitirán jugar, como el momento de la comida, la hora del baño, la hora de vestirse, antes de dormir, obviamente, sin dejar a un lado el objetivo del momento, pero se puede hacer una antesala o inventar un juego o contar un chiste después de cada hábito.
“En esos momentos especiales con los niños, se les debe permitir que piensen, ejecuten y hagan cosas cotidianas. Ellos necesitan que los toquen, ‘patanear’ y tener actividades especiales”, indica Zuleta.
Para el adulto, además, es una oportunidad de volverse un niño de nuevo. De crear, imaginar, inventar, representar personajes. Puede ser una muy buena experiencia para desinhibirse, conocerse más y conocer a su hijo.
El juguete es lo de menos
Para jugar con los hijos no es necesario tener los juguetes más sofisticados del mercado ni los que están de moda. Lo importante es que el uso del juguete cuente con la instrucción del adulto y que deje en el pequeño una enseñanza, ya sea operativa o de valores.
También los espacios juegan un papel importante en el ejercicio lúdico: el patio de la casa puede ser un lugar espectacular para acampar; la sala, el espacio ideal para una obra de teatro, y unas simples cajas de cartón, la ventana a la imaginación, de donde nacen autos, barcos o míticos castillos. Las posibilidades no tienen límites, todo está en el ingenio para guiar a su hijo a que disfrute del juego y de la compañía familiar.
Integrarse y socializar

Cuando se juegue en familia, es aconsejable y dinámico cambiar de equipo; es decir, no jugar siempre con los mismos miembros para apoyar la socialización y la integración.
• A partir de los 2 años, una opción es hacer grupos de niños, según sus intereses, lo que tengan en común, para que compartan sus conocimientos y gustos.
•  Más grandes, alrededor de los 3 y 4 años, ya se pueden hacer dinámicas lúdicas en el parque, o que se acerquen a las actividades deportivas para que los niños empiecen a experimentar este tipo de juegos.
•  El adulto siempre debe promover un liderazgo sano: respetar y mantener las reglas, no pensar siempre en ganar y sobrepasar a los demás, fomentar el respeto y el compañerismo, entre otros aspectos. Debe recordar que es el ejemplo a seguir.

domingo, 17 de abril de 2016

El futuro educativo: niños más creativos, menos aburridos y estresados

Si las cualidades más importantes fueran aquellas que los tests de inteligencia son capaces de evaluar, nuestra civilización nunca se habría desarrollado como lo ha hecho. Ken Robinson
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Los sistemas educativos surgidos de la revolución industrial someten a los niños a incesantes exámenes donde las matemáticas y la lengua predominan sobre las otras materias. 

Este es el blog de mi hijo y he querido escribirle lo siguiente:

Muchas de las cosas que nos contaron nuestros padres ya no sirven. El modelo "estudia, consigue un trabajo y asciende dentro de la empresa", ha quedado obsoleto. Además, en este modelo la felicidad de los individuos no importa para nada. Por eso, mi mensaje de hoy es el siguiente: dejemos a los niños jugar. Permítanme explicarles por qué.

Nuestra sociedad ha cambiado enormemente en los últimos cincuenta años. El modelo económico se está transformando desde un paradigma productivo-industrial hacia un modelo de negocios basados en los servicios, la información y el conocimiento. Por lo tanto, es lógico pensar que las cualidades requeridas a los individuos en el futuro también cambien. Esto es, como mínimo, lo que dicen personas como Ken Robinson, experto en creatividad: en el futuro se necesitarán personas más creativas y empáticas. Todo esto puede que asuste mucho ya que ahora, aparte de formarnos, tendremos que ser buenos en otras cosas. Pero en realidad, ésta puede ser una buena noticia para los individuos: todos hemos nacido con una buena dosis de las cualidades que comenta Robinson.

Educación productiva: ignorando al individuo, perdiendo mucho talento

Los sistemas educativos originados en la revolución industrial han capitalizado la enseñanza hasta nuestros días. Su finalidad principal: preparar a las personas para incorporarse al sector productivo. Se caracterizan, por tanto, por varias cosas que, aunque nos parezcan obvias, puede que no lo sean tanto: separar a los niños por edades, según su facilidad para las matemáticas y la lengua, distinguir estrictamente entre "ciencias" y "letras" (dando mayor valor a las primeras) y muy importante: presionar a los jóvenes para que decidan, tan pronto como sea posible, hacia donde quieren encaminar su futuro profesional. Y es que el sistema educativo-industrial nació de la necesidad de preparar a trabajadores cualificados para que pudieran trabajar en las fábricas y realizaran trabajos mecánicos. El sistema también asumía, por tanto, la necesidad de una gran estandarización y daba gran valor a la repetición y memorización de datos. En otras palabras, lo que importaba (y aún importa) son los resultados, el potencial productivo del individuo. Las necesidades o potenciales "ocultos" de los estudiantes pasan en el sistema educativo-productivo a un segundo plano.
Consecuencia: muchos niños se aburren en clase, se frustran, se sienten excluidos. Sin embargo, según algunos estudios, los talentos no curriculares (creatividad, intuición, flexibilidad, espontaneidad, empatía, competencias interculturales o capacidad organizativa) van a ser mucho más importantes en el futuro. Las razones: el mencionado cambio de modelo de negocios pero también de los modelos de carrera profesional (antes lineal y de larga duración - hoy cambiante y multitarea).

Científicos: intuición, pasión y curiosidad
Edward O. Wilson, catedrático de la Universidad de Harvard, profesor de Biología y ganador de dos premios Pulitzer, cuenta lo siguiente: "He conocido a un montón de estudiantes brillantes que no se atrevieron a adentrarse en la carrera científica por miedo a las matemáticas. Pero, al fin y al cabo, en la gran mayoría de disciplinas científicas, la pasión y la intuición son mucho más importantes que las matemáticas". En su libro Cartas a un joven científico, Wilson es aún más explícito: "Muchos de los científicos de éxito a nivel mundial son, desde el punto de vista matemático, poco más que semianalfabetos". Y da tal vez con la clave: primero, pasión, después, preparación. Y en algunos casos, según Wilson y coincidiendo con Robinson, la preparación se da de manera equivocada.

Pero Wilson no es el único que resalta la importancia de las cualidades "no curriculares" como prioritarias para un científico: Einstein reclamaba imaginación antes que conocimiento; Ramón y Cajal, la pasión y perseverancia. Marie Curie estaba convencida de que "en la mayoría de escuelas se dedica demasiado tiempo a la enseñanza de la lectura y la escritura y se mandan a los niños demasiados deberes, mientras que apenas se realizan ejercicios prácticos para completar su formación científica". Einstein explicaba también que el secreto de su éxito a la hora de desarrollar teorías tan complejas era el haber conservado algunas de las cualidades de su niñez.

Entonces, ¿cómo hay que educar a los niños?
El modelo productivo-industrial planteaba esto como respuesta a otra pregunta: ¿qué quieres ser de mayor (médico, mecánico, fontanero)? Por lo tanto, proponía el modelo "estudiar, trabajar, producir".
Es posible que el modelo educativo del futuro, dado que los modelos de carrera van a ser muy diferentes (no lineales, varios trabajos, multitareas), así como también las habilidades necesarias (creatividad, empatía, comunicación), trate de responder a otras preguntas: ¿qué cosas te gusta hacer, te hacen sentir bien (escribir, viajar, componer, analizar, ordenar)?
Todo esto puede sonar muy abstracto a la hora de pensar en un modelo educativo, así que permítanme poner un ejemplo de lo que trato de explicar: el otro día hablaba con el director de un museo científico. Su mayor preocupación era poder conseguir que el museo pudiera atraer, no solo a los adultos, sino también a los más pequeños. Al final llegó a la conclusión de que el mejor museo sería aquel que permitiera a los niños tocar y correr libremente, en definitiva, jugar.

Y es que viendo cada día a mi hijo de doce años jugar, inventar, comunicarse, asociarse con otros, buscar soluciones creativas, hacerse preguntas, me convenzo ahora de algo que mi madre me dijo hace ya muchos años: dejemos a los niños jugar. Qué idea más bella: puede que una de las claves de la educación del futuro esté en dar a los niños un poco más de aire, tiempo para que aprendan jugando siendo así más ellos mismos y, probablemente, más felices. Es posible que esto se consiga, como sostienen algunos, apostando por el e-learning o por clases asistenciales más prácticas y menos teóricas. Todo suena muy futurista pero los finlandeses (considerados modelo educativo de referencia con solo un 1% de abandono escolar) llevan desde los años setenta del siglo XX aplicando con éxito cosas como escolarización obligatoria a los 7 años (antes no se les exige leer ni escribir) y pausas después de cada clase (descansos para jugar).

En cualquier caso, ahora tengo que dejarles, el trabajo me llama. el Fin de semana mi hijo se levantará, probablemente antes que yo, y vendrá a la cama preguntándome: papá, ¿quieres jugar conmigo? o nos vamos a hacer deporte?

sábado, 16 de abril de 2016

El debate de la letra cursiva en la era digital

¿Necesitamos enseñar a los niños a escribir a mano ante la omnipresencia de teclados y pantallas táctiles en la era digital? Esa es una de las interrogantes más recurrentes que enfrentan los educadores cuando diseñan las estrategias para preparar a las nuevas generaciones de estudiantes.
Países como Finlandia ya tomaron la decisión de eliminar la enseñanza de la escritura a mano de la educación primaria y remplazarla por la lectoescritura digital. Y ya es una práctica común en la educación media sustituir los tradicionales cuadernos de papel por laptops o tabletas.
Yo prefiero tomar notas y planificar con lápiz y papel. Es posible que al final me tome más tiempo transcribir las ideas en la computadora, pero me siento más libre y creativa cuando me enfrento a una hoja en blanco que a una pantalla vacía. Sin embargo, paso el día completo trabajando frente a una computadora y toda mi producción periodística la mecanografío sin mirar al teclado usando los 10 dedos de mis manos.
Pero a la hora de educar creo que debemos tomar prestado un poco de todas las tendencias porque creo que los niños deben estar preparados para adaptarse y resolver problemas con lo que tenga a mano. Si mis hijas saben leer y escribir en letra cursiva podrán comunicarse con las personas que escriban en letras manuscritas cursivas y también comprenderán a las que escriben en letra molde, las publicaciones impresas y las digitales.
Los niños que sólo aprendan a escribir en teclados y leer sobre las luminosas pantallas podrían estar en desventaja cuando necesiten comprender una dirección manuscrita en una servilleta o si se ven forzados a expresarse por escrito en lugares apartados donde no haya acceso a la tecnología.
A esa reflexión llegué cuando mi familia y emigramos y mi hija mayor no podía entender ni una palabra de lo que la maestra escribía en la pizarra. Claudia identificaba todas las letras del abecedario en el teclado de la computadora a los 19 meses y aprendió a leer y escribir en letra molde, sin dificultad, con sus dedicadas maestras de preescolar. Pero al llegar a Panamá tuvo que aprender a leer y a escribir nuevamente porque en su nueva escuela sólo escribían en la letra cursiva.letter-761653_640
Hay varios estudios que sugieren que escribir en cursiva estimula el cerebro, mejora la memoria y afina la capacidad de los estudiantes de retener información. Los investigadores de la Universidad de Princeton,  Pam A. Mueller, y Daniel M. Oppenheimer, de la Universidad de California, señalaron que los alumnos aprenden mejor cuando toman notas manuscritas que cuando tipean en teclados.
Pero es imposible negar las infinitas posibilidades que permite la educación con tecnología digital. La incorporación de las imágenes y los videojuegos en la enseñanza de la lectoescritura mejora las habilidades de toma de decisiones, resolución de problemas, desarrollo de estrategias, concentración y habilidades espaciales. En la escuela de mi hija también dedican cierto número de horas semanales al aprendizaje online y ella se siente cómoda en ese ambiente porque en su primera escuela y en casa jugó desde pequeña digitalmente.
Creo que el debate no se debe concentrar en que escribir palabras en un teclado es mejor o peor que hacerlo a mano. Estoy convencida en que la clave es enseñar a los niños a expresarse usando todas las plataformas disponibles. Las habilidades adquiridas son un activo disponible durante toda la vida.

viernes, 15 de abril de 2016

En un 500 % creció demanda de educación superior virtual en Colombia

Entre el 2010 y el 2015, el país pasó de 12.000 a 65.000 matriculados en programas 'online'.

En América Latina hay 14 instituciones que utilizan la Red Ilumno para desarrollar sus programas 'online'. Allí estudian unas 300.000 personas.
En América Latina hay 14 instituciones que utilizan la Red Ilumno para desarrollar sus programas 'online'. Allí estudian unas 300.000 personas.
Colombia le está apostando a la educación virtual. Así lo evidencia la creciente demanda, que en los últimos cinco años aumentó en un 500 por ciento.
Según cifras del Ministerio de Educación, en el 2010 eran 12.000 estudiantes los que se educaban en esta modalidad y en el 2015 son 65.000. Así mismo, informa la cartera educativa, la oferta de programas virtuales se ha multiplicado por cuatro en el mismo periodo, pasando de 122 a 487 en todos los niveles formativos.

Esta cifra también es reveladora porque entre 2007 y 2010 esta modalidad de estudio solo creció un 58 por ciento, es decir, en el último lustro hubo un auge de nuevos estudiantes que accedieron a través de plataformas digitales a la educación superior.

Dicho crecimiento se da gracias a la promoción que hicieron los ministerios de Educación y de Tecnologías de la Información y la Comunicación a la implementación de la tecnología en los procesos académicos, como lo explica el estudio La educación superior a distancia y virtual en Colombia: nuevas realidades (2013) y que destaca varias iniciativas que emprendieron estas carteras para fortalecer el e-learning.
Una de ellas, por ejemplo, fue el acompañamiento que ha hecho el Mineducación desde el 2012 a 32 instituciones de educación superior en el proceso de convertir sus programas presenciales en virtuales, para lo cual creó una propuesta metodológica, que contempla la transformación de los procesos de enseñanza y aprendizaje en los ambientes virtuales y la selección y adecuación de la infraestructura tecnológica. 

Estas iniciativas buscaban responder a lo que estaba pasando en el contexto internacional, donde la formación online se empezó a tomar las universidades más importantes del mundo, como el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard, las cuales se unieron para crear la plataforma tecnológica EdX, que permite desarrollar cursos abiertos virtuales o los famosos Moocs.
A esta iniciativa se le unió Stanford, precursora de la plataforma Coursera, que, gracias al éxito que ha tenido, ofrece especializaciones en la modalidad virtual en los mejores centros académicos del orbe.
Aliada de la cobertura
En un reciente foro sobre educación, Nicolás Zuleta, rector de la Universidad Libre, aseguró que para que el sistema educativo sea sostenible y eficiente debe haber un equilibrio entre calidad y cobertura.
De hecho, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), a la que Colombia busca pertenecer, los países desarrollados deben tener una cobertura en la educación superior del 75 por ciento. Esta cifra en el territorio nacional no supera el 45 por ciento y la situación empeora en las regiones apartadas.
Cabe anotar que los esfuerzos del Gobierno para ampliar la cobertura no han sido inútiles, pues en los últimos años ha habido una tendencia creciente: pasamos del 20 por ciento en el 2001, al 37 por ciento en el 2010, y hoy está casi la mitad de la población matriculada en educación digital.
Y es que justo desde el 2009 el Ministerio de Educación evidenció la necesidad de llegar a las regiones que por sus condiciones geográficas, entre otras, hacían difícil el acceso a programas presenciales de formación en educación superior.
Por ello, y con el fin de ampliar la cobertura garantizando la pertinencia y calidad, se inició un plan de apoyo a las instituciones, que incentive el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones mediante el incremento de la oferta de programas en educación superior virtual.
“El resultado evidenció que las TIC resultaron ser un gran aliado para ampliar el acceso a la educación superior incursionando en territorios a los que era impensable llegar, como es el caso de Meta, Guaviare, Caquetá, Magdalena, Córdoba, Sucre, Bolívar, Risaralda y Huila, entre otros”, dice el informe ‘La educación superior a distancia y virtual en Colombia: nuevas realidades’.

En consecuencia, la creciente aplicación de la virtualidad educativa empieza a mostrar un incremento y actualmente se destaca que en los 32 departamentos hay alguna oferta de educación virtual.
Así mismo, cerca del 40 por ciento de los colombianos que estudian en esta modalidad lo hacen bajo la metodología Ilumno, una red de instituciones educativas de América Latina que reúne a 14 universidades y más de 300.000 estudiantes de la región.

A partir de este año, el Ministerio de Educación y las instituciones de educación superior trabajan en la creación de lineamientos que regulen la calidad de esta modalidad. Actualmente, para obtener su registro calificado, las condiciones a estos programas las dan la Ley 1188 del 2008 y el Decreto 1295 del 2010; sin embargo, estos lineamientos son los mismos para los presenciales.
“Una de las principales dificultades que tenemos es que no existe una legislación clara frente a la educación online. Hoy, el Ministerio de Educación evalúa los programas virtuales con los mismos parámetros de los presenciales, que tienen características muy diferentes”, asegura Fernando Dávila, presidente del Consejo Superior del Politécnico Grancolombiano.
Aunque hoy los lineamientos para la acreditación son generales, David Forero, director de calidad del viceministerio de Educación Superior, aclara que “estos por ser abiertos y flexibles aplican para la formación virtual” y asegura que para la acreditación de estos programas mandan especialistas en e-learning.
Por su parte, Andrés Núñez, director general de la Red Ilumno (Sistema Universitario de las Américas), asegura que “el reto de estas áreas comienza en el interior de la academia, pues se debe cambiar la mentalidad de los directivos y de los profesores. Y a nivel externo, cambiar el paradigma social que relaciona la calidad educativa con la presencialidad”.
Licenciaturas están fuera del sistema ‘e-learning
n torno al tema de educación virtual, las universidades tienen una preocupación sobre los lineamientos que se están generando en los programas de licenciatura.
Néstor Arboleda Toro, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Educación Superior a Distancia (Acesad), asegura que “desde el Ministerio de Educación se busca que los interesados en ser docentes solo se formen bajo la modalidad presencial y a distancia”.
Para Arboleda, esto resulta ser un error, pues dice que es una medida excluyente, “y va en contravía de la filosofía de la educación virtual, que le llega a la población que no puede acceder al sistema presencial escolarizado, por diversas razones; entre ellas, su ubicación geográfica, la falta de cupos, limitantes laborales, ocupaciones hogareñas, situación de discapacidad o dificultades económicas”.
Por esta razón, desde esta asociación enviaron una carta a la ministra Gina Parody en la que sugieren que los programas de licenciaturas se ofrezcan en modalidad presencial, a distancia y virtual, y dan a conocer los lineamientos que, en su opinión, deben tener dichos programas en el modelo virtual: contar con un plan de formación permanente a docentes, tener una plataforma e-learning con objetos de aprendizaje adecuados a las nuevas exigencias tecnológicas y pedagógicas, establecer un mínimo de actividades académicas presenciales, desarrollar la práctica pedagógica en escenarios pertinentes y acordes con el programa y las competencias, y demostrar los medios tecnológicos, la pedagogía y el recurso humano, entre otros.
El Ministerio, por su parte, asegura que aún están analizando las condiciones que regularán los programas de licenciaturas.
Los cuatro desafíos que enfrenta la educación virtual en el país
Para los expertos, la educación virtual implica un profundo cambio social, económico y político, porque es una nueva mirada al conocimiento; por ello el principal reto de este tipo de formación, pese al crecimiento de su demanda en el país, sigue centralizado en ganar prestigio y reconocimiento entre la sociedad y la misma academia.
De hecho, uno de los grandes cuestionamientos que hay alrededor del e-learning es sobre su calidad, comparada con la del modelo presencial. También se cree que la educación online tiene un número menor de contenidos y que la dedicación que se debe brindar es más baja que cuando se adelanta de manera presencial.
Y nada más alejado de la realidad, como lo indica Elías Contreras, decano de la Facultad de Estudios en Ambientes Virtuales de la Universidad EAN.
“Por ejemplo, los contenidos de una maestría virtual y los de una presencial son los mismos, por lo que la dedicación, en principio, es la misma. Además, las características de esta clase de formación obligan a los estudiantes a un mayor autocompromiso y una dedicación más intensa para sacar adelante su titulación. Solo la disciplina hace esto posible”, dice Contreras. Lo anterior abre otro gran reto y es controlar la deserción y el fraude académico.
Jordi Solé, director de OBS Business School, una de las escuelas de negocios con formación virtual más reconocidas del mundo, señaló que existen bastantes sistemas para asegurar el control de fraude, como los biométricos hasta de control de periféricos pasando por caducidad de sesiones, control de software, entre otros.
En el caso de deserción, Andrés Núñez, director general de Ilumno, cuenta que esta red tiene un centro de operaciones en el que trabajan más de 300 personas que realizan distintas tareas, entre ellas acompañar al estudiante desde el momento que muestra interés por formarse hasta que se gradúa del pregrado o posgrado.
“Para evitar la deserción tenemos sistemas para detectar bajo rendimiento académico, ausencia en las clases, problemas personales y hasta desinterés, entonces, cuando encontramos una de estas problemáticas, un grupo de profesionales diseña estrategias para darles solución”, dice Núñez.