lunes, 14 de septiembre de 2015

Lo que no se dijo sobre la nueva evaluación docente

Acabamos de adoptar un modelo de promoción automática para profesores que, muy seguramente, no nos ayudará a mejorar la calidad de la educación en el país.

Si queremos mejorar las competencias de los estudiantes, primero necesitamos garantizar que nuestros docentes cualifiquen sus procesos de argumentación e interpretación.

Múltiples estudios mundiales confirman que tener un buen sistema de evaluación docente es una condición para mejorar la calidad de la educación. Así lo entendieron de tiempo atrás los países del sudeste asiático, prácticamente todos los vinculados a la OCDE, y, más recientemente, la mayoría de América Latina. Estos últimos, preocupados por los resultados de las pruebas que aplican la Unesco y la OCDE en la región, comenzaron a tomar decisiones para mejorar la calidad. 

Sin embargo, ese no parece ser el caso colombiano porque seguimos aplazando las medidas estructurales que se requieren. Principalmente, las relacionadas con cualificar la selección, formación y evaluación de los docentes, reestructurar el currículo, garantizar una educación inicial pertinente y consolidar el liderazgo y la reflexión pedagógica en las instituciones educativas. 

De todos es conocido que el anterior sistema de evaluación no contribuía a mejorar la calidad. Los docentes que fueron vinculados después del año 2002 eran sometidos a una evaluación, irónicamente conocida como “evaluación de competencias”, pero en la práctica no tenía nada que ver con ello. Lo que hacía era evaluar conocimientos específicos y disciplinares, que reflejaba muy poco las competencias pedagógicas de los docentes. 

La gran mayoría de los aspirantes no aprobaban los ascensos. Además, el resultado de dichas pruebas no le servían al docente, ni a las facultades de educación, ni a las secretarías, ni al ministerio, para mejorar la calidad. Lo que era especialmente grave. Por ello, la pregunta central es si el nuevo sistema acordado entre Fecode y el Ministerio de Educación nos ayudará a mejorar la educación en el país.

El nuevo modelo de evaluación sustituye la prueba escrita por un video que tiene que entregar el docente, la evaluación de desempeño a cargo del rector, la autoevaluación y la evaluación de los estudiantes. Sin embargo, dado que el video representa un 80 por ciento del total y que la evaluación de desempeño ya se venía realizando, es claro que lo que se introdujo fue un intento por reflejar el trabajo del docente en el aula. 

La grabación será evaluada por otros docentes y si ellos concluyen que la clase no refleja un nivel adecuado, el docente podrá tomar un curso en una universidad acreditada. De su aprobación dependerá el ascenso. 

En términos muy sencillos esto quiere decir que se acaba de decretar la promoción automática para los docentes. A partir de la fecha, prácticamente todos los aspirantes ascenderán en el escalafón, bien porque lo deciden los evaluadores o bien porque aprueban los cursos en las universidades. La anterior es una muy buena noticia para los maestros y para las instituciones, pero muy mala para la calidad de la educación.

Una buena evaluación docente es aquella que define criterios claros y pertinentes, es intersubjetiva, utiliza mecanismos, momentos y fuentes diversas, además de contribuir a cualificar los procesos en curso. Solo la combinación de estos factores la harán más confiable y pertinente. Desafortunadamente, estas condiciones no se cumplen con el video que ha sido recientemente incorporado en la evaluación de docentes.

El video es un mecanismo relativamente adecuado para analizar la didáctica que utiliza el docente. Por ello podría haberse incorporado con algún pequeño porcentaje, como han hecho otros países. No obstante, determinar que este sea el principal mecanismo de evaluación y ascenso, es equivocado. Una grabación refleja la manera que tiene el docente para trabajar un tema particular en un momento dado, pero es muy mal indicador de las competencias que posee para favorecer el desarrollo integral de los estudiantes. 

Un video no permite determinar el nivel de comprehensión del profesor sobre el estudiante, ni el impacto estructural que generan sus mediaciones a nivel cognitivo y valorativo. Por esta razón, si se llegara a utilizar, no debería tener una valoración tan alta y no convendría que fuera el mismo maestro quien decidiera cuál clase, cuál tema y cuándo grabarlo.

Así mismo, la evaluación de docentes debería ser más integral. Para ello sería muy conveniente incluir las pruebas de competencias ciudadanas que actualmente se aplican en las evaluaciones Saber Pro. También articular en mayor medida los avances y la modificabilidad que presentan los estudiantes y las instituciones educativas año tras año, como recientemente hizo el Índice Sintético de Evaluación de la Calidad. En mayor medida si contamos con la institución con mayor fortaleza en América Latina para la evaluación de competencias que es el Icfes. 

Si queremos mejorar las competencias de los estudiantes, primero necesitamos garantizar que nuestros docentes cualifiquen sus procesos de argumentación e interpretación. Una medida muy sencilla sería exigir a los docentes resultados muy satisfactorios en las mismas pruebas Saber que presentan sus propios estudiantes. 

Si queremos que la educación nos ayude a consolidar la paz, no podemos dejar de lado su carácter integral. El propósito será imposible de lograr si los maestros siguen obteniendo el peor puntaje en las pruebas de lectura crítica y de competencias ciudadanas frente a los demás profesionales del país. Hay que concertar de manera urgente con las facultades de educación un programa de reestructuración pedagógica, en lugar de premiarlas trasladándoles el sistema de ascensos de los maestros del país, tal como acaba de suceder. 

Lo grave es que todos los estudios latinoamericanos indican que los cursos que realizan los docentes en las universidades no mejoran la calidad de la educación básica. La explicación es muy sencilla. Lo que se enseña en la universidad no desarrolla las competencias que requieren los docentes en el aula para enseñarles a los estudiantes a pensar, convivir y comunicarse con los otros. 

Por lo general las facultades de educación en Colombia no desarrollan en los docentes las competencias para leer de manera crítica, resolver conflictos o razonar cuantitativamente. Por ello, a pesar de la generalización de los estudios de maestría entre los docentes del país, no hemos podido mejorar la calidad de la educación básica en las dos últimas décadas. 

Hace muy poco se publicaron los resultados del último estudio latinoamericano sobre calidad de la educación básica realizado por la Unesco. Es el Tercer Estudio Regional de la Calidad de la Educación (TERCE). Allí se concluye que Brasil y Chile, que diez años antes alcanzaban mejores resultados que Colombia, ahora aumentan la ventaja frente al país. Así mismo, los países que tenían peores resultados que Colombia diez años atrás, como Ecuador, México y Perú, nos alcanzan y sobrepasan. 

La explicación es muy clara: la mayoría de países latinoamericanos ha venido tomando, en la última década, medidas estructurales para mejorar la calidad de su educación. Chile reestructuró el currículo, amplió la jornada y transformó los sistemas de formación de los docentes. México, Ecuador y Perú, decretaron diversos y completos sistemas de evaluación de instituciones educativas, directores y docentes, al tiempo que transformaron la formación de éstos en las universidades. También cualificaron sensiblemente las condiciones laborales de docentes y directivos que se sometieran a completos y pertinentes sistemas de evaluación. 

Por el contrario, en Colombia acabamos de decretar la promoción automática para los docentes. Felicitaciones para los maestros del país: es extraordinario que tengan mejores ingresos, pero una vez más, quedará sacrificada la calidad. Para nadie debería ser un misterio que si los docentes filman videos y contratan expertos para que les ayuden a hacerlo de la mejor manera posible, eso no mejorará la calidad de la educación que reciben los estudiantes en el país. 

domingo, 13 de septiembre de 2015

Disciplina positiva: tan firme como amorosa

Esta crianza propone que los padres no sean ni demasiado permisivos ni demasiado duros.

Esta crianza genera menores riesgos en la adolescencia.
Esta crianza genera menores riesgos en la adolescencia.

Los niños están creciendo sin disciplina: esta afirmación se oye siempre que se conoce la participación de menores de edad en acciones delictivas, de matoneo y discriminación, así como consumo de drogas y otros actos de altísimo riesgo que se han vuelto comunes, incluso, dentro de los colegios.
De acuerdo con especialistas en crianza como Lina Saldarriaga, psicóloga y asesora de evaluación y proyectos de Redpapaz, es muy frecuente que los propios padres de familia se declaren sorprendidos por estas conductas de sus hijos y aseguren sentirse frustrados e incapaces de controlarlas.

Saldarriaga reconoce, de hecho, que para ellos, que han interiorizado la necesidad de criar a los hijos lejos del maltrato y el regaño, uno de los mayores retos es educarlos y corregirlos sin permisividad, pero tampoco echando mano de la represión y la agresión, como ocurría antes.
La respuesta, según expertos, está en introducir un tipo de disciplina, la positiva, cuyos principios son el respeto mutuo y la combinación de amabilidad y firmeza.
Esta doctrina, creada en 1988 por las psicólogas Jane Nelsen y Lynn Lott, le apunta a entender la conducta inadecuada de los hijos, a promover actitudes positivas hacia los niños y a enseñarles a tener buen comportamiento y a ser responsables; también promueve en ellos el desarrollo de destrezas interpersonales a partir de la aplicación, en su vida diaria, de actitudes como la generosidad y el respeto.
En otras palabras, la disciplina positiva, que no es punitiva ni permisiva, busca crear un equilibrio en pro de la estabilidad familiar y aportar a los hijos los valores que les permitirán tomar decisiones acertadas en su vida.
Al respecto, María Mojica, psicóloga de la Fundación Por Amor a los Niños y a las Niñas, señala como principal beneficio de la disciplina positiva un menor riesgo de que en la adolescencia los hijos padezcan problemas comunes en esas edades, como las adicciones o los trastornos del ánimo.
Afirma, además, que esta corriente les genera amor propio y poder de discernimiento y les establece una ruta clara para conseguir sus metas. “Por eso se dice que la combinación entre amabilidad y firmeza es la clave del éxito de la buena crianza y del futuro adulto exitoso”, agrega.
Saldarriaga explica que esta metodología se funda en cinco criterios: generar en los hijos un sentido de pertenencia y conexión con la familia, establecer relaciones amables pero firmes con ellos, señalarles límites claros (pero tomar en cuenta su punto de vista al permitirles proponer soluciones a conflictos), promover valores y habilidades sociales y ayudarlos a descubrir por sí mismos sus capacidades.
Pero ¿cómo introducir estas premisas en la vida diaria? De acuerdo con María Elena López, psicóloga de la Universidad Javeriana y autora del libro Inteligencia familiar, lo primero que hay que saber es que no hay una única estrategia que funcione.
“El uso de una u otra táctica para corregir las conductas inadecuadas de los niños depende de muchas variables, como la edad, la personalidad, el momento y el estilo de crianza de los padres”, dice.
Sin embargo, hay acciones que pueden ejecutarse en casa, que no solo permitirán generar una buena conducta en los hijos, sino que lograrán desarrollar mecanismos efectivos de comunicación entre toda la familia.
Explicar las normas
El primer paso que deben dar los papás –explica López– es definir unas reglas claras y, sobre todo, hacerles entender a sus hijos cuál es el propósito de estas. “El objetivo de la disciplina no es castigar sino enseñar a los niños y jóvenes comportamientos aceptables para tomar decisiones juiciosas y prudentes cuando se encuentren ante los problemas”, asegura.
Saldarriaga agrega que a los niños debe explicárseles el porqué de las normas u órdenes, pero sobre todo se les debe mostrar la forma de ejecutarlas. “Es como si una visita te dijera: ‘quiero que me prepares un sancocho rico’, y tú preguntas: ‘¿pero qué es para ti rico?’. Es una visión subjetiva, y los papás siempre cometemos el error de hablarles a los niños con generalidades; les decimos cosas como ‘quiero que seas un buen niño’, ‘pórtate bien’, pero eso para ellos no significa nada”, apunta.
Más soluciones que castigos
- Las estrategias de los expertos para la crianza hacen énfasis en la solución y no en el castigo, es decir, en la búsqueda de resultados positivos a largo plazo.
- Establezca reglas sencillas y claras: ayúdele al niño a entenderlas, explíquele qué pasará si ellas se rompen y la importancia de cumplirlas siempre.
- Ayúdeles a desarrollar el autocontrol: “Un niño de 5 años –dice la psicóloga María Elena López– no tiene el autocontrol suficiente como para no comerse una galleta antes de la comida. Ayúdele a no caer en la tentación; cambie las galletas de lugar u ofrézcale algo que esté permitido, como una fruta”.
- Explíquele a su hijo, de buena manera, qué comportamientos lo enojan a usted o a otras personas.
- Actúe rápidamente cuando el niño se porte mal. No deje que el problema aumente. Si usted desde el comienzo le dice: “por favor, no grites que me molesta”, podrá decírselo con calma, y lo más seguro es que él responda igualmente. Pero si lo ha dejado gritar por un rato, se le habrá salido de las manos y un “por favor” ya no tendrá ningún efecto. En este punto, muy seguramente usted optará por una técnica de disciplina negativa (grito, palmada).
- Sea consistente. Póngase de acuerdo con los otros miembros de la familia en los métodos de disciplina. De esta forma, el niño siempre sabrá qué pasará si no sigue las reglas.
- Felicítelo por su buen comportamiento. Deje que su hijo sepa que usted aprecia su esfuerzo.
- Evite el conflicto de poderes. La disciplina no es un juego en el que hay un ganador y un perdedor. Usted espera de él cooperación y él, de usted, justicia. Respete a su niño lo suficiente como para permitirle no estar de acuerdo en ocasiones.
- Ofrézcale sugerencias positivas. Evite criticarlo. Las críticas pueden traer resentimiento y furia o desarrollar baja autoestima.
- Estimule la independencia y la responsabilidad.
- Mantenga su sentido del humor.
- Dígale cuánto lo quiere. Cuando haga algo malo, déjele saber que es el comportamiento lo que no le gusta, no él.
- Cuando lloran, así sea por una pataleta, hay que validar su sentimiento de frustración. “En este caso –señala la psicóloga Lina Saldarriaga–, se puede crear en casa un espacio al que debe ir el niño para calmarse, pero hay que explicarle claramente por qué debe ir a ese sitio, del cual debe salir cuando ya esté tranquilo”.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Llegó el fin del libro texto escolar?

Las nuevas tecnologías, las apuestas del Ministerio de Educación y la amplia oferta de materiales digitales plantean la posibilidad de que las empresas editoriales puedan desaparecer.

Los libros de texto como los conocemos podrían desaparecer. 


La educación escolar siempre ha requerido materiales que afiancen el aprendizaje. Durante el proceso de formación y de enseñanza resulta vital el apoyo de elementos pedagógicos. El libro de texto, como se conoce hoy, surgió en el siglo XIX. Sin embargo, solo hasta principios del siglo pasado nació una industria editorial que se dedica a elaborar libros en masa con una orientación didáctica.

Desde entonces el debate sobre el uso de los textos escolares en la educación ha estado a la orden del día. La academia y las nuevas pedagogías lo han criticado. Afirman que es obsoleto y que en ocasiones limita otras metodologías de aprendizaje.  Sin embargo, es ineludible que los materiales se siguen utilizando y con el tiempo se fueron renovando. Han  cambiado las perspectivas para ofrecer contenidos.

La escuela tampoco fue ajena al auge de la tecnología. Los contenidos digitales y los materiales online llegaron desde Encarta, ya desaparecida, reemplazó a los históricos y tradicionales tomos de enciclopedias. Las editoriales no se quedaron de brazos cruzados ante los cambios. Decidieron transformarse y hoy  la gran mayoría ofrece, junto a los materiales impresos, plataformas educativas, recursos online, guías educativas interactivas, entre otros. 

Sin embargo se enfrentan a una dificultad: el surgimiento acelerado de plataformas en línea, que impulsan desde empresas de tecnología hasta emprendimientos locales. Además, la decisión del Ministerio de Educación de renovar la página web Colombia Aprende, en la que hay de forma abierta y gratuita contenidos, planeaciones de clase y guías docentes para matemáticas, lenguaje, ciencias y sociales. 

¿Cuál es entonces el camino que les espera a las editoriales? El debate está encendido en el sector educativo. Semana Educación consultó a dos voces enfrentadas en esta polémica sobre el texto escolar y los materiales desarrollados por las editoriales. 

Carlos Lugo lidera la apuesta del Ministerio de Educación por ofrecer recursos educativos abiertos. Como jefe de Innovación de esta cartera afirmó que se trata de un movimiento mundial y que en Colombia se tomó el ejemplo de Corea del Sur, con la creación de cinco centros de innovación. Allí instituciones de educación superior y profesores de todo el país se han dado a la tarea de desarrollar los contenidos de forma participativa, siguiendo los lineamientos y la malla curricular. En pocas palabras: materiales de todos para todos.

Sobre este mismo tema, Enrique González Villa, presidente de la Cámara Colombiana del Libro y vocero de las editoriales de texto en el país, afirmó que lo toma por sorpresa la decisión del ministerio de construir contenidos abiertos y gratuitos. Explicó que si el proceso fue de forma participativa nunca fueron consultados. Tampoco se les involucró en la planeación y ejecución. De hecho, consideró que dejar por fuera a las empresas que llevan años haciendo libros de texto “es como decidir que un día las carreteras del país las hará la comunidad y no las harán más los ingenieros, para hacerlas más participativas”. Agregó que existen estudios que demuestran que “en América Latina todos los países compran libros de texto y materiales digitales a las editoriales excepto Bolivia y Colombia. Esa es una de las explicaciones de los resultados en las pruebas PISA”.

Frente a la pregunta por las implicaciones que tiene la sobreoferta de contenidos digitales sin ningún control,  Carlos Lugo respondió “que el ministerio no pretende regular el libre desarrollo del mercado”. Por eso, añadió, se definió una malla curricular y unos contenidos claros para el sector oficial.  Según Lugo “el exceso de oferta digital llega es al sector privado, donde los colegios deciden qué enseñan y los recursos para hacerlo, en este caso el ministerio sugiere lineamientos nada más”.

Enrique González expresó que la industria editorial no pretende prohibir esa oferta, pero “desconocer la experiencia y el conocimiento sobre la forma de aprender de los niños y la forma de enseñar de los profesores, es algo delicado. Sobre la educación no se improvisa”, sostuvo. Agregó que “ahora hay inventos que no tienen soporte pedagógico ni didáctico circulando en las escuelas”.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Cómo criar a los niños de esta época?

Esta generación vive conectada a la tecnología, por lo que espacios de diálogo familiar son vitales.

Los niños deben tener acompañamiento y disciplina para interactuar en el espacio tecno.

Los niños deben tener acompañamiento y disciplina para interactuar en el espacio tecno.

La generación del milenio es muy diferente a las de hace solo unos años. Esto lo demuestra un estudio longitudinal realizado por la empresa de investigación Yanhaas, que demuestra de forma clara que estos niños han sido criados por internet y celular.
Según este estudio, la tecnología es parte esencial de sus vidas y la manejan a la perfección. Son tecnodependientes y requieren estar en contacto mediante la red.

En la mayoría de los hogares, ambos padres trabajan o son monoparentales, lo que hace de internet y el celular una compañía casi permanente de sus hijos.
Dice la encuesta, que los niños pueden ver televisión, oír música y hacer tareas al mismo tiempo; están fuertemente influenciados por sus pares, y tienen una mayor red de amigos a la que influencian y de la que se retroalimentan.
Así mismo, su autoestima fue muy cuidada, por lo cual tienen mucha autoconfianza y en ocasiones se pasa al narcisismo. Estos niños son educados, optimistas, no políticos pero sí comprometidos con las causas y consumidores activos.
Niños de vanguardia
¿Son más difíciles que las generaciones anteriores? Sí, porque están desarrollándose a más temprana edad, lo que los hace sentirse iguales a los adultos.
Este protagonismo y su profundo conocimiento de la tecnología intimidan al adulto, por lo que la crianza de estos millenials se ha vuelto un poco más compleja.
Hay que trabajar con ellos arduamente en el desarrollo del respeto a sus mayores, y en el manejo de límites y rutinas en el hogar y en el colegio.
Ellos quisieran estar todo el día conectados, a toda hora, y hay que enseñarles que todo lo que se prende se apaga. Igualmente, hay que ser muy explícitos en lo que es permitido y aceptable por los padres y lo que no.
La conexión emocional con ellos debe ser trabajada a diario, ya que solo se conectan y respetan a aquellas personas de las cuales sienten un verdadero afecto y cercanía.
Desafortunadamente, se han convertido en personas autocentradas, intolerantes e impacientes, debido a la influencia de la tecnología donde todo debe ser rápido y, de ser posible, inmediato.
Una cifra del estudio indica que se demoran 0,17 segundos encontrando un dato en Google, y esto lo vemos reflejado también en su actitud frente a la vida.
Como padres debemos enseñarles a esperar, ser pacientes, reflexionar, entre otros aspectos, y de esta manera hacer un contrapeso a toda la influencia poderosa de la tecnología.

Destine espacios y actividades de aprendizaje a través de la red, pero controle su uso y guíe el material de consulta.
Atracción directa
Los colegios deben utilizar la tecnología para lograr que estos niños se conecten; la única forma como van a aprender es teniendo una conexión con el profesor y con los materiales y recursos interactivos, los cuales deben ser muy atractivos.
Los maestros deben conectarse emocionalmente con los niños para corregirlos y que esa guía sea bien recibida.
Los docentes deben recordar que el cerebro es netamente emocional, por lo que los estudiantes deben conectarse emocionalmente con el profesor, con el tema y con sus compañeros.

Es necesario tener reglas claras en la clase ya que esta es la mejor forma para poner límites.
Se debe ser coherente con lo que se dice en clase y lo que se hace, y analizar las consecuencias, tanto positivas como negativas, de las conductas en general.
Nuevos intereses
A pesar de tanta influencia de la tecnología, esta generación de milénicos tiene buen corazón y son jóvenes que están preocupados por todo el tema ecológico. Tenemos que ayudarles a que sigan vinculándose con las personas y con los sentimientos presenciales, y que no solo lo hagan a través de un aparato.
Los abrazos y los besos siguen siendo parte fundamental del buen desarrollo del ser humano.

Los padres y adultos formadores que deseen acercarse a los niños y jóvenes pueden seguir estos cuatro pasos, los cuales les serán de gran ayuda:
1. Entre en su mundo. Conózcalos e interésese por ellos.De esta forma podrá entender lo que les atrae y la manera para que aprendan a través de ello.
2. Muestre comprensión.Ellos no quieren entrar en conflicto, solo expresarse.
3. Comparta sus sentimientos. No juzgue, pues esto puede hacer que le pierdan confianza.
4. Encuentre una solución conjunta en la que valide y tenga en cuenta su opinión, ya que si les permite analizar y les muestra alternativas, lo más seguro es que se dejen guiar.

jueves, 10 de septiembre de 2015

No todos los problemas de la educación se resuelven con plata

Mauricio Cárdenas, titular de la cartera, explicó que con cultura ciudadana y compromiso también se enseña. Reiteró que el sector educativo tiene la máxima prioridad en el presupuesto.

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, durante su intervención en la Cumbre Líderes por la Educación.


Para el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, enseñar ha sido un hilo conductor en su vida. Dentro de las aulas, como maestro, pasó mucho tiempo. Por eso, en la Cumbre Líderes por la Educación se refirió a la labor docente y resaltó el sentimiento de solidaridad que se teje con los alumnos. La conexión con sus aprendices. Así como la adrenalina que le despierta preparar una clase, dictarla e interactuar con los estudiantes. “La educación es una emoción”, subrayó.

Desde su experiencia, y sin el menor atisbo de duda, señaló que “no todos los problemas del sector educativo se resuelven con plata”. Justamente, el ministro apeló a la vocación, al compromiso y a la responsabilidad que tienen los padres de familia de involucrarse en la formación de sus hijos. Esta parte, como una estrategia que contribuye a la calidad de la educación. “Colombia requiere un cambio cultural que sea un gran propósito nacional”, insistió. 

Eso sí: reconoció que la educación necesita inversión. De ahí que sea el sector número 1 en el presupuesto para este año. Un hecho que, según Cárdenas, “refleja que ya le estamos dando la máxima prioridad y muestra el cambio que estamos teniendo como país. Entramos en una etapa en que la educación es primero y será así por mucho tiempo”.

En este sentido, aseguró que la formación de calidad es necesaria para la etapa de posconflicto. “Vamos a requerir una transformación en la que el país tiene absorber a una cantidad de personas y debe capacitarlas, entrenearlas y reinsertarlas”. Para apalancar las decisiones que permiten mejorar la calidad, el titular de la cartera aseguro que en el presupuesto hay dos billones de pesos de inversión y faltan otros dos billones que deben salir de las entidades territoriales. 

Además, resaltó que Colombia no puede seguir dependiendo del sector minero-energético. Por lo que se debe enfocar en el modelo industrial, que es muy exigente en capacitación. “Lo que hace competitivo un país es tener una fuerza laboral bien capacitada. Absorber esa mano de obra”, insistió el ministro. En pocas palabras, si Colombia pretende cumplir su sueño de ser un país desarrollado, tiene que apostarle a la educación porque ahí va a estar la diferencia entre lograrlo o no. 

De acuerdo con Cárdenas, la visión tiene que ser a largo plazo y con programas bien diseñados. “Hay que tener un número determinado de programas de probada efectividad y sumar esa visión con los recursos”, aseguró. Destacó la política de atención a primera infancia, ‘De Cero a Siempre’, que, según sus cifras, hoy atiende 1.150.000 niños de los niveles 1 y 2 del Sisbén. 

Hay que seguir haciendo el esfuerzo porque queda un reto pendiente con dos millones y medio de niños que nacen en hogares pobres. La importancia de atender a esta población es que “el rendimiento de los cinco años en adelante depende de lo que se haga en los primeros años”. En otras palabras, de esa primera atención dependen el futuro escolar y las bases con las que los estudiantes lleguen a la educación básica, secundaria, media y superior.

La otra iniciativa que destacó el ministro Cárdenas fue "Ser Pilo Paga" porque es la estrategia para lograr que los jóvenes den el paso a la educación superior. Justamente, “crea la motivación para que muchos estudiantes que están terminando la educación media vean los beneficios del paso a una carrera técnica, tecnológica o profesional”. Sin embargo, insistió en que se necesitan más cupos y “compromiso de las familias para que permitan que los jóvenes se dediquen a estudiar”.

Allí también se necesitan recursos. “Tengamos la convicción de que Colombia está desfasada en 20 puntos porcentuales con la educación superior. Si hoy bordeamos el 50 %, deberíamos estar en el 70 %”, aseveró Cárdenas. 

miércoles, 9 de septiembre de 2015

CENTRO DE ESTUDIOS AMBIENTALES DE COLSEÑORA

A que no sabias que COLSEÑORA tiene centro de estudios ambientales... y los puedes contactar por redes sociales.

Te contare de que se trata:






























martes, 8 de septiembre de 2015

Saber pedir perdón

Saber pedir perdón

Pedir perdón es algo muy personal y muchas personas, aun siendo adultas, tienen problemas para disculparse. Por ello, antes de enseñar a nuestros hijos a hacerlo debemos ser conscientes de que esto es algo que les costará, igual que puede ser difícil para cualquier adulto, pero les ayudará a desarrollar su inteligencia.

Enseñar a pedir perdón por edades

Para empezar debemos tener clara la edad del pequeño y hasta qué punto puede comprender lo que ha hecho mal y qué significa el perdón. Para un niño que tiene menos de dos años no es necesario pensar en cómo enseñarle, pues tampoco es capaz de ver lo que hace mal. Debemos establecer normas claras para que el chico vaya entendiendo que no puede hacer siempre lo que quiere y que hay ciertos límites en todas las situaciones.
Cuando la edad del niño se sitúa entre los 2 y los 5 años ya podemos empezar a enseñarle cómo se pide perdón y por qué lo hacemos. Esta es una edad en la que puede resultar complicado entender la explicación, por lo que esta debe ser lo más simple y sencilla posible.
Cuando ya tiene más de 5 años es perfectamente capaz de entender qué es lo que ha hecho mal y entender este concepto, pero al ser más grande también le costará mucho más dar el paso y buscará todo tipo de excusas para evitar darlo.

Maneras de enseñar a pedir perdón

Enseñar valores y respeto a los niños puede ser complicado, pero hay unos simples consejos que nos ayudarán a  que esta tarea sea más fácil:
– Ser neutral: cuando dos niños se peleen, ya sean hermanos o amigos, es importante que nosotros no tomemos parte en la discusión y que no apoyemos a uno o al otro. Solo le pondríamos las cosas más difíciles al que debe disculparse.
– Ayuda: si ves que a tu hijo le cuesta mucho pedir perdón, la mejor opción es hacerlo con él.
– No forzar las situaciones: es importante que se acostumbre a respetar, pero también debemos entender que está aprendiendo. No le fuerces más de la cuenta.
– Dar ejemplo: si queremos que él pida disculpas cuando hace algo mal, tendremos que dar ejemplo nosotros y hacer lo mismo cuando nos equivocamos.

Estos pequeños trucos harán que enseñarle dicho concepto sea más fácil para él y para nosotros.